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Nacionales - 06-11-2021 / 11:11
JOE BIDEN QUIERE USAR EL ACUERDO CON EL FMI

La brutal deuda impagable de Mauricio Macri condiciona la política exterior argentina

La brutal deuda impagable de Mauricio Macri condiciona la política exterior argentina
Joe Biden quiere usar el acuerdo con el FMI para condicionar la política exterior. Argentina no está en condiciones de pagar la brutal deuda tomada por Macri con el FMI, con el apoyo de Donald Trump. Lo sabe el Fondo desde que el propio Macri reconoció su default virtual, una situación profundizada por la pandemia. En ese contexto, EE.UU. juega un papel central y presiona.
Cuando comparecen ante el Senado de su país, los embajadores norteamericanos sueltan algunas frases que explican su designación. Cuando el Departamento de Justicia de EE.UU. explicaba a jueces latinoamericanos los mecanismos del lawfare para perseguir a dirigentes populares, el embajador ahora saliente, Edward Prado, declaró que vendría a "fortalecer" a la Justicia. Claudio Bonadio era el más aplaudido cuando ingresaba a la embajada.
 
En sus declaraciones en el Senado, Marc Stanley mezcló la crisis de deuda provocada por el macrismo y comentó que "Argentina aún no se ha unido a los esfuerzos de los Estados Unidos y otros países para presionar por la protección de los derechos humanos y otras reformas" en Nicaragua, Cuba y Venezuela. Según expresó, los líderes argentinos "aún no lo han hecho, dicen que lo harán pronto", "un plan macroeconómico que otorgue estabilidad para poder cerrar un acuerdo sobre la deuda con el FMI".
 
La mezcla de cuestiones políticas con temas económicos que hizo Stanley no parece gratuita. Tiene lógica porque Joe Biden continúa la política exterior de su antecesor, Donald Trump, que impuso un préstamo inaudito del Fondo a la Argentina, para apoyar en las elecciones a Mauricio Macri contra Alberto Fernández. Fue un préstamo político. Ahora Stanley da a entender que la solución de la deuda sería posible si Argentina aceptara condicionamientos políticos. En el Fondo nadie se hace cargo del préstamo que le hicieron a Macri y desvían la responsabilidad hacia las autoridades anteriores y hacia Donald Trump. Pero hay una responsabilidad institucional que en esta nueva etapa no asumen.
 
Macri tampoco asume su responsabilidad en el descalabro que ensombrece el futuro de los argentinos. "Si estuviéramos nosotros en el gobierno lo resolvemos en cinco minutos porque tendríamos un plan económico sostenible que este gobierno todavía no tiene", fruteó en el programa de la nieta de Mirtha Legrand. Acostumbrado a la mentira y el ocultamiento, Macri evitó decir que los técnicos del Fondo no estaban de acuerdo porque Argentina no tenía forma de devolverlo y que el préstamo sólo fue posible por la intervención irresponsable de Trump.
 

 
El secretario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, acaba de anunciar que estudiará "seriamente" el "síndrome de La Habana", una supuesta arma muy secreta y muy misteriosa de la revolución cubana que, con microondas rusos, produce dolores de cabeza y náuseas a los diplomáticos norteamericanos.
 
El síndrome era considerado un disparate del trumpismo para justificar agresiones a Cuba, pero Joe Biden eligió un camino similar para su política exterior. Blinken es un halcón, al igual que Marc Stanleyel embajador que Biden designó en Argentina.
 
Cuando comparecen ante el Senado de su país, los embajadores norteamericanos sueltan algunas frases que explican su designación. Cuando el Departamento de Justicia de EE.UU. explicaba a jueces latinoamericanos los mecanismos del lawfare para perseguir a dirigentes populares, el embajador ahora saliente, Edward Prado, declaró que vendría a "fortalecer" a la Justicia. Claudio Bonadio era el más aplaudido cuando ingresaba a la embajada.
 
En sus declaraciones en el Senado, Marc Stanley mezcló la crisis de deuda provocada por el macrismo y comentó que "Argentina aún no se ha unido a los esfuerzos de los Estados Unidos y otros países para presionar por la protección de los derechos humanos y otras reformas" en Nicaragua, Cuba y Venezuela. Según expresó, los líderes argentinos "aún no lo han hecho, dicen que lo harán pronto", "un plan macroeconómico que otorgue estabilidad para poder cerrar un acuerdo sobre la deuda con el FMI".
 
La mezcla de cuestiones políticas con temas económicos que hizo Stanley no parece gratuita. Tiene lógica porque Biden continúa la política exterior de su antecesor, Donald Trump, que impuso un préstamo inaudito del Fondo a la Argentina, para apoyar en las elecciones a Mauricio Macri contra Alberto Fernández. Fue un préstamo político. Ahora Stanley da a entender que la solución de la deuda sería posible si Argentina aceptara condicionamientos políticos.
 
Argentina discute un acuerdo con el FMI a través de un técnico de primer nivel, como el ministro Martín Guzmán, discípulo destacado del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Según Stanley, no se discute la economía sino las relaciones internacionales.
 
Para los analistas internacionales, Joe Biden tiene planteos "tibiamente progresistas" - a escala norteamericana-- en política interior y agresivos en su política exterior. Stiglitz pertenece al Partido Demócrata, igual que Biden, y es cercano a la secretaria del Tesoro, Janet Yelén. El esposo de la virtual ministra, George Akerlof, recibió el Nobel junto con Stiglitz y son amigos. Los tres no rechazan la intervención del Estado como regulador en algunos ámbitos de la economía.
 
Con esos antecedentes a favor, sumado a que la titular del Fondo, Kristalina Georgieva tampoco es neoliberal ultraortodoxa, Guzmán inició la discusión por la deuda. Pero la designación de Stanley daría a entender que la política exterior se introdujo ahora en esa negociación a través de los halcones del Departamento de Estado.
 
China es una obsesión norteamericana aunque todavía es muy fuerte la hegemonía de Estados Unidos en el mercado internacional. La mitad de la riqueza mundial sigue en manos de las grandes transnacionales de origen norteamericano. Pero en la región fracasaron el ALCA y la Alianza para el Pacífico.
 
La política exterior agresiva de Trump no fue lo que se dice exitosa porque logró lo que con mucho esfuerzo había evitado el secretario del Departamento de Estado de Richard Nixon, Henry Kissinger, en los ´60: la alianza de Rusia con China. Las represalias norteamericanas tras la crisis por la península de Crimea --que en un referéndum decidió separarse de Ucrania y volver a Rusia-- hicieron que Moscú diera un giro en su diplomacia y mirara hacia China. Si esta confluencia se hubiera dado en los ´60, quizás la historia del planeta hubiera sido diferente.
 
El viaje del presidente Alberto Fernández a la cumbre del G-20 y las marchas y contramarchas en la negociación con el FMI se insertan en ese mundo de conflictos, donde, además, los dirigentes de los principales contaminadores del medio ambiente hacen largos discursos sobre el deterioro ecológico. En la última reunión de la OTAN se tomó la decisión de que para 2050, sus ejércitos emitan cero carbono. Pero tienen armamento para destruir varias veces el planeta.
 
La reunión del G-20 fue la primera presencial después de la pandemia. Pero Vladimir Putin y Xi Jinping no estuvieron y participaron en forma virtual. En parte por los rebrotes de Covid en sus países y en parte para mostrar cierta distancia con la estrategia agresiva de Estados Unidos, que busca recomponer lazos con Europa tras los desacuerdos con Trump, quien había amenazado con retirarse de la OTAN.
 
En ese contexto de reconfiguración, por el crecimiento de China y su acercamiento a Rusia, por los efectos de la pandemia y por el recambio de Trump por Biden, la declaración final del encuentro recogió posicionamientos argentinos para que el FMI revea las sobrecargas en las tasas de interés. Fue un éxito de la gestión argentina, aunque son evidentes las dificultades para llegar a un acuerdo definitivo con el Fondo y que Estados Unidos tiene una actitud ambigua. Por un lado asegura que ayudará los reclamos del país y por el otro obstruye la posibilidad de un acuerdo.
 
La actitud inicial de Georgieva prometía un acuerdo rápido, incluso el FMI respaldó la reestructuración de la deuda con los acreedores privados. Pero la posición de la economista búlgara fue debilitada por una ofensiva de los halcones que la acusaron de favorecer a China en informes que producía cuando estaba en el Banco Mundial. Biden la sostuvo en el cargo pero dijo que investigaría la denuncia. Desde ese momento la negociación se enfrió y se hizo más dificultosa.
 
En el Fondo nadie se hace cargo del préstamo que le hicieron a Macri y desvían la responsabilidad hacia las autoridades anteriores y hacia Donald Trump. Pero hay una responsabilidad institucional que en esta nueva etapa no asumen.
 
Macri tampoco asume su responsabilidad en el descalabro que ensombrece el futuro de los argentinos. "Si estuviéramos nosotros en el gobierno lo resolvemos en cinco minutos porque tendríamos un plan económico sostenible que este gobierno todavía no tiene" dijo en el programa de la nieta de Mirtha Legrand. Acostumbrado a la mentira y el ocultamiento, Macri evitó decir que los técnicos del Fondo no estaban de acuerdo porque Argentina no tenía forma de devolverlo y que el préstamo sólo fue posible por la intervención irresponsable de Trump.
 
Alberto Fernández aseguró que a fin de año habrá acuerdo. Pero en el medio están las elecciones legislativas que no anuncian un resultado que fortalezca la posición del gobierno.
 
La posición argentina no es de fuerza, simplemente no tiene margen porque no tiene con qué pagar. No lo tenía cuando Macri hizo el estropicio y menos lo tiene ahora, después de la pandemia. Los técnicos del Fondo lo saben. Si endurecen las condiciones de pago estarán forzando un default que el gobierno trata de evitar y que sentaría un precedente que tampoco le conviene al Fondo. Sería una situación inédita, generada por un préstamo también inédito. No hay salida tradicional, es evidente que tendrá que ser por un acuerdo también inusual.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página12
 

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11-12-2025 / 10:12
Turismo "con la nuestra". Nuevo papelón internacional de Javier "el Loco" Milei que fue a perder el tiempo a Noruega disfrazado con el mameluco de YPF, viajó 25.000 kilómetros para sacarse una foto... y se volvió sin nada. María Corina Machado faltó a su premiación como Nobel de la Paz. Viajó con su hermana Karina a Oslo en el avión presidencial, en un viaje que cuesta 300 mil dólares, y se alojó en el Gran Hotel de Oslo, en donde una habitación cuesta mil euros por noche. "El Peluca" volvió a las apuradas y de inmediato puso su firma en el funesto proyecto que apunta contra la justicia social y modifica la regulación de horas extras, vacaciones e indemnizaciones.
 
El fugaz y costoso paseo de Milei por Noruega terminó en un traspié político que expuso improvisación y falta de estrategia. La salida apresurada dejó al libertario sin el rédito simbólico que buscaba y reforzó las críticas sobre un viaje reducido a gestos vacíos, sin resultados concretos ni agenda internacional consistente. Tenía una agenda que incluía reuniones con el primer ministro y con el rey, además de la posibilidad de un encuentro cara a cara con Corina Machado, y los dejó "de garpe". Cosa de loco.
 
Milei regresó de apuro para evitar que una interna ponga en riesgo el tratamiento de la reforma laboral. Las explicaciones oficiales, en off the record, hablaban de la necesidad de "firmar la ley de reforma laboral" después de hacer "algún ajuste de último momento", sin embargo, tanto los cambios como la firma se pueden gestionar de manera remota. Lo que sucedió en realidad es que una nueva interna en el gobierno casi hace volar por los aires la Ley Rifle. Lo más llamativo, en este caso, es que los que frenaron el proyecto son dos enemigos íntimos: Santiago Caputo y Martín Menem.
 
Ellos son los dos interlocutores más fluidos que tiene la CGT dentro de la estructura libertaria y vienen advirtiendo desde hace tiempo que así como la estaba planteando Federico Sturzenegger, la reforma laboral corre el riesgo de empantanarse en el Congreso y terminar siendo rechazada, modificada hasta volverla irreconocible o aprobada a un costo demasiado alto. El recuerdo de la reforma previsional de Mauricio Macri en 2017 está presente en todos los cálculos.
 
Las partes observadas son justamente las que apuntan contra el andamiaje financiero y normativo que sostiene a los sindicatos, los llamados "derechos colectivos" que la CGT prioriza antes que las condiciones de trabajo individuales. De hecho, este lunes Sturzenegger estuvo reunido con los diputados de LLA, en un encuentro del que Menem no participó, y ante las consultas sobre estos asuntos el ministro prometió una "versión light", más sencilla de aprobar.
 
Sin embargo, el anuncio que hizo el vocero con sueldo de jefe de gabinete, Manuel Adorni, al día siguiente, no contempla la mayoría de esos recortes e incluye cláusulas inaceptables para el más dialoguista de los líderes gremiales. Dicen en la Casa Rosada que la orden de ir a fondo la dio el mismo Milei. El proyecto ya estaba listo para ingresar al Senado cuando Caputo y los Menem lograron frenarlo. Ese fue el motivo por el que el presidente tuvo que volver de apuro.
 
Patricia Bullrich, en tanto, defiende la redacción de Stuzenegger pero reclama que la situación se destrabe porque cree que si la reforma no tiene un tratamiento express y media sanción antes de las fiestas, después puede empantanarse. Su plan original de dictaminar esta misma semana, incluso el viernes a última hora, se fue diluyendo con el correr de las horas. El escenario más optimista apunta a sesionar en vísperas de noche buena. Sería un verdadero milagro navideño, mientras la CGT y el peronismo se abroquelan contra la reforma laboral anti obrera y pro patronal de Milei.
 
La Opinión Popular
 

10-12-2025 / 09:12
La denuncia por la compra de chatarra militar suma un nuevo capítulo. A la venta por un euro de los F-16 a Rumania, se añade el inminente acuerdo entre Polonia y Estados Unidos para la comprar de 250 vehículos blindados Stryker por sólo el valor simbólico de un dólar.
 
Los Stryker forman parte del catálogo militar yanqui que fueron utilizados en Afganistán e Irak y están diseñados para el transporte ágil de tropas y equipamiento. Según versiones oficiales, la elección del modelo responde a una planificación que prioriza la movilidad, la protección y la capacidad de respuesta ante diversas situaciones operativas.
 
Se trata de unidades adaptadas a distintos escenarios urbanos y misiones, con posibilidad de implementación progresiva conforme a los requerimientos logísticos y de capacitación establecidos por el Ejército Argentino.
 
Ya en julio que había opciones mejores que estaban siendo barajadas como el Guaraní de Brasil, que son vehículos muy similares a los que se usan en Argentina con el aditamento que los componentes mecánicos son argentinos como el motor y transmisión de IVECO.
 
Según publicó el medio ecuatoriano El Universal en base a un informe de Interesting Engineering, con esta oferta se pretende que los Strykers, que actualmente están desplegados en Europa, no vuelvan a territorio estadounidense, sino que sean entregados directamente a Polonia como parte del proceso de disminución de presencia militar norteamericana en la región.
 
Un análisis de Breaking Defense detalla que los Strykers llegarían en condiciones deterioradas, lo que implicaría reparaciones costosas, modernización y la creación de un nuevo sistema de soporte y entrenamiento, especialmente complejo para una plataforma que Argentina nunca operó.
 
Por otra parte, sostiene el informe, también hay dudas sobre el impacto industrial que traería la llegada de estos blindados, ya que puede desplazar la demanda de vehículos de fabricación nacional, como el Rosomak. En efecto, como ocurre con los F-16, se confirma que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están deshaciéndose de la buena parte de su material militar por considerarlo vetusto y desactualizado.
 
Por eso, en el Ejército argentino preferían El Guaraní brasileño dado no se impone límite de cantidad, son nuevos, se transfiere tecnología de fabricación de partes y es interoperable con Brasil.
 
"Los EEUU limitan la cantidad, nos entregan un lote de usados que Chile descartó oportunamente. No son anfibios y puede ser que venga una flota final heterogénea, con menor ciclo de vida útil y mayor costo de mantenimiento. Es relevante que no sean anfibios. No van a poder varear nuestros ríos", detalló un militar activo en ese momento.
 
Para armas, plata hay. De los 27 vehículos que el gobierno le compró a Estados Unidos el valor total fue de 100 millones de dólares. La propuesta de Brasil por los Guaraní era de 161 vehículos (156 + 5 de entrenamiento) por 400 millones de dólares, quedando cada unidad en valor de 2,5 millones de dólares cada uno contra los 3,7 de los Stryker. Es decir, si se hubiesen comprado la misma cantidad a Brasil, hubiera gastado 67 millones, 32 millones menos que lo que gastó ahora. ¿Aliados a EEUU? Las pelotas... A Milei, los yanquis lo toman de gil.

 

 

09-12-2025 / 08:12
La compra de los 24 aviones F-16 daneses, que entregarán 6 por año, expone el negociado millonario de Javier Milei con los aviones chatarra que no cambian la correlación estratégica ante un eventual conflicto en el Atlántico Sur. Los F-16 son antiguos e inútiles para nuestra principal hipótesis de conflicto. El avión elegido carece de misiles modernos de largo alcance, capacidades SEAD/DEAD, apoyo AWACS y autonomía suficiente para operar a grandes distancias. Y la infraestructura de mantenimiento de la Fuerza Aérea está por debajo de los estándares necesarios. La OTAN jamás lo permitiría.
 
Estados Unidos y el Reino Unido -ambos miembros de la OTAN- mantienen restricciones tecnológicas que limitan cualquier avance argentino en términos de disuasión real. Seguimos igual de indefensos que antes, a pesar de la celebración marketinera del Gobierno libertario. Las críticas a la compra de los aviones F-16 por parte de Argentina son variadas y provienen de diferentes sectores, abarcando aspectos económicos, militares y geopolíticos. Un resumen de los principales puntos de crítica:
 
Alto Costo de Operación: la hora de vuelo de un F-16 es muy cara (rondan entre los $10.000 y $20.000 dólares). En un contexto de ajuste fiscal, esto generaría dudas sobre si el país tendrá los fondos necesarios para mantener los aviones operativos y entrenar adecuadamente a los pilotos.

Prioridades de Gasto: Hay críticas sobre destinar una suma importante del presupuesto de defensa (alrededor de $650 millones de dólares para el paquete completo contra un euro que pagó Rumania) a aviones, en lugar de utilizar esos recursos en áreas con mayores necesidades sociales o productivas. Esos dólares que nos prestan no son para un Procrear, son para comprar aviones obsoletos y equipos en mal estado.

Inversión en Infraestructura: Además del costo de compra y operación, se requiere una inversión adicional significativa para actualizar y readecuar las bases aéreas, pistas, talleres y sistemas logísticos para poder soportar la operación de estas aeronaves.

Aviones Usados y Desfase Tecnológico: Aunque modernizados, los aviones son de segunda mano (Europa los está reemplazando por F-35 de quinta generación) y tienen 40 años de antigüedad. Esto no representa la "última tecnología" y Argentina queda rezagada frente a los avances en aviación de combate, cuando los drones y los sistemas no tripulados están redefiniendo el combate aéreo.

Insuficiente para la Extensión Territorial: Argentina es el octavo país más extenso del mundo. Una flota de 24 aviones no es suficiente para cubrir eficazmente todo el territorio nacional y su espacio aéreo.
 
Limitaciones Logísticas y Técnicas: el F-16 tiene un sistema de reabastecimiento en vuelo por pértiga rígida, lo cual es un problema, ya que la Fuerza Aérea Argentina utiliza un sistema de cesta y manguera, lo que obligaría a readecuar la flota de tanqueros o a depender exclusivamente del sistema rígido.
 
La compra de armamento estadounidense fomenta un claro alineamiento cipayo con Estados Unidos y la OTAN. Esto limita la soberanía en política exterior y que todo el control logístico, mantenimiento y la provisión de repuestos queden sujetos al visto bueno de los EEUU (y a las restricciones impuestas por el Reino Unido), como ha ocurrido históricamente con otras ventas militares. La elección del F-16 priorizó el alineamiento internacional por sobre otras opciones, como los aviones chinos JF-17 (más modernos y que incluían armamento), los cuales fueron objetados por Gran Bretaña.
 
La Opinión Popular


08-12-2025 / 08:12
Al anular las convocatorias a proyectos de investigación que ya estaban adjudicadas (de 2022) y cerrar definitivamente las siguientes, la Agencia I+D+i, el organismo encargado del financiamiento científico, terminó de cerrar el círculo de destrucción del conocimiento levantado por el gobierno de Javier "el Loco" Milei. El año que viene, Argentina será el único país de América latina que no invierte un peso en ciencia.
 
Cuando una situación atroz se presenta en reiteradas ocasiones, cada vez tiende a generar un menor impacto. Desde que Milei asumió la Presidencia de la Nación en diciembre de 2023, la comunidad científica advirtió -más de una vez- la desidia a la que se enfrentaba el sector. Organizaron marchas, manifestaciones, feria de investigadores y alzaron la voz en cada oportunidad en la que el Poder Ejecutivo daba otro paso en pos de desmantelar la ciencia del país.
 
Ahora, la Agencia I+D+i, que depende de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, anuló las convocatorias a proyectos de investigación PICT 2022 - que ya estaban adjudicados- y cerró definitivamente la convocatoria 2023. Es decir, el próximo año, Argentina será el único país de América Latina que no invierte en ciencia, según explicaron desde la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt).
 
"El jueves 4 de diciembre de 2025 quedará tristemente en la historia como una fecha clave para el desmantelamiento del sistema científico de la Argentina", anunciaron desde la organización que agrupa a más de 400 directivos de organismos científicos-tecnológicos con el objetivo de articular medidas para frenar lo que ellos denominan como un "cientificidio". El próximo miércoles, la comunidad científica se concentrará en el Polo Científico de Palermo para rechazar y denunciar los nuevos recortes.
 
La Agencia I+D+i, desde que se creó en 1996, financió las actividades del sistema con convocatorias para que los investigadores reciban fondos para llevar adelante sus investigaciones. Anteriormente dependía del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Desde 2023, el Ministerio desapareció y la agencia pasó a depender de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, bajo la órbita de Darío Genua.
 
El cambio de gestión trajo consigo el desmantelamiento de la Agencia I+D+i, según cuentan desde Raicyt. La principal herramienta del organismo era la financiación de los Proyectos de Investigación Científico/Tecnológicos (PICTs). Cada año se convocaban a los PICTs y se financiaban aproximadamente 1500 proyectos. Desde la asunción del gobierno de Milei esta línea de financiamiento desapareció.
 
Para los PICTs, las diferentes entidades científicas debían presentar sus proyectos -que abarcaban todas las áreas del conocimiento-, para luego ser evaluados por la Agencia I+D+i que, en caso de aprobarlos, los ejecutaría aproximadamente dos años después. En 2024, aquellos proyectos aprobados por el Directorio de la agencia en el 2022 no se ejecutaron, cuando ya había cerca de 800 adjudicados.
 
La convocatoria del 2023 -a ejecutarse en 2025- fue prorrogada en 7 ocasiones y ahora, con el anuncio del 4 de diciembre, definitivamente desapareció del mapa. En 2024 y 2025 no hubo nuevas convocatorias.
 

07-12-2025 / 09:12
La profecía de Javier "el Loco" Milei vuelve a atormentarlo: no hay plata. Esa frase que en el comienzo de su mandato el presidente utilizaba como un mantra para justificar su motosierra ahora se convirtió en el principal obstáculo para alcanzar su único objetivo económico concreto, que es recuperar el acceso genuino a los mercados de crédito voluntario internacional de los que estamos vedados por insolvencia desde la primera gestión del actual ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo.
 
Ante la imposibilidad de cumplir esa meta, el gobierno argentino ensayó una pantomima guionada, que sólo elude el papelón gracias a los bolsillos generosos y la mirada permisiva de grandes capitales nacionales jugados all-in en el experimento de Milei a partir de los resultados de las elecciones de medio término. El resultado es una farsa montada sobre otra farsa, un engaño consentido para un público diminuto, que lejos de mostrar fortaleza, echa luz sobre su fragilidad.
 
Caputo es un tahúr habilidoso, pero el suyo no deja de ser un oficio que se ejerce siempre al borde de perderlo todo. Quedar expuesto con una mentira es apenas un accidente cotidiano del que uno debe reponerse rápido y seguir adelante. Pero cada vez se paga un costo de credibilidad y el prontuario del ministro ya tiene muchas páginas. Los 20 mil millones de dólares que preparaban los bancos se convirtieron en seis o siete. Esos seis o siete no aparecieron.
 
Es por eso que el gobierno, ante la cercanía de un vencimiento de 4000 millones de dólares en enero que no tiene cómo pagar, tuvo que salir a recaudar un "bono patriótico" entre empresarios amigos que se vieron beneficiados y tienen promesas de más negocios en la Argentina que proyecta Milei, directamente interesados también en la aprobación de un nuevo blanqueo y de las reformas laborales, tributarias, previsionales y penales en carpeta para los próximos meses.
 
Para eso les armaron una pasarela que una vez más les garantiza a jugadores muy específicos a través de herramientas direccionadas pret a porter un negocio redondo con fondos públicos. Tal como advirtió el economista de CEPA Hernán Letcher, "el gobierno publicó una resolución que permite a las aseguradoras endeudarse a una tasa baja en dólares para usar esos fondos en la licitación primaria del miércoles y así mostrar una demanda inflada por el nuevo título".
 
Sin embargo, los acreedores externos no compran esas mentiras autoindulgentes. Por eso fracasó el primer crawling peg, por eso fracasó el esquema de bandas y por eso va en firme camino al fracaso el nuevo crawling peg disfrazado de esquema de bandas que funciona (es una manera de decir) desde las elecciones de octubre. Por eso, no importa con qué le tiren, el riesgo país no baja. Nadie va a volver a prestar hasta no ver la plata. No es que no quieran creerle, es que no le creen.
 
Las voces que advierten sobre la fragilidad intrínseca que trae consigo la falta de dólares se multiplican y a esta altura ya conforman un coro, en el que se lleva el rol solista la vocera del Fondo Monetario Internacional, Julie Kozack, que esta semana reclamó "un camino más ambicioso en la acumulación de reservas", sobresaliendo entre otras melodías similares, de bancos internacionales como JP Morgan y Barclays, consultoras locales y hasta "próceres" liberales como Domingo Cavallo.
 
Caputo ya avisó: no va a acumular reservas. Eso va en contra de su único credo que es la fuga de divisas. Todo dólar que entra tiene que salir. Una gestión bulímica que es incapaz de retener riqueza y necesita atracones de miles de millones de dólares varias veces por año para no colapsar. Puro flujo, nada de stock. Es un país que funciona bajo la tiranía de compulsiones y apuestas arriesgadas pero no tiene una red que lo sostenga cuando algo salga mal.
 

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