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Nacionales - 06-11-2021 / 11:11
JOE BIDEN QUIERE USAR EL ACUERDO CON EL FMI

La brutal deuda impagable de Mauricio Macri condiciona la política exterior argentina

La brutal deuda impagable de Mauricio Macri condiciona la política exterior argentina
Joe Biden quiere usar el acuerdo con el FMI para condicionar la política exterior. Argentina no está en condiciones de pagar la brutal deuda tomada por Macri con el FMI, con el apoyo de Donald Trump. Lo sabe el Fondo desde que el propio Macri reconoció su default virtual, una situación profundizada por la pandemia. En ese contexto, EE.UU. juega un papel central y presiona.
Cuando comparecen ante el Senado de su país, los embajadores norteamericanos sueltan algunas frases que explican su designación. Cuando el Departamento de Justicia de EE.UU. explicaba a jueces latinoamericanos los mecanismos del lawfare para perseguir a dirigentes populares, el embajador ahora saliente, Edward Prado, declaró que vendría a "fortalecer" a la Justicia. Claudio Bonadio era el más aplaudido cuando ingresaba a la embajada.
 
En sus declaraciones en el Senado, Marc Stanley mezcló la crisis de deuda provocada por el macrismo y comentó que "Argentina aún no se ha unido a los esfuerzos de los Estados Unidos y otros países para presionar por la protección de los derechos humanos y otras reformas" en Nicaragua, Cuba y Venezuela. Según expresó, los líderes argentinos "aún no lo han hecho, dicen que lo harán pronto", "un plan macroeconómico que otorgue estabilidad para poder cerrar un acuerdo sobre la deuda con el FMI".
 
La mezcla de cuestiones políticas con temas económicos que hizo Stanley no parece gratuita. Tiene lógica porque Joe Biden continúa la política exterior de su antecesor, Donald Trump, que impuso un préstamo inaudito del Fondo a la Argentina, para apoyar en las elecciones a Mauricio Macri contra Alberto Fernández. Fue un préstamo político. Ahora Stanley da a entender que la solución de la deuda sería posible si Argentina aceptara condicionamientos políticos. En el Fondo nadie se hace cargo del préstamo que le hicieron a Macri y desvían la responsabilidad hacia las autoridades anteriores y hacia Donald Trump. Pero hay una responsabilidad institucional que en esta nueva etapa no asumen.
 
Macri tampoco asume su responsabilidad en el descalabro que ensombrece el futuro de los argentinos. "Si estuviéramos nosotros en el gobierno lo resolvemos en cinco minutos porque tendríamos un plan económico sostenible que este gobierno todavía no tiene", fruteó en el programa de la nieta de Mirtha Legrand. Acostumbrado a la mentira y el ocultamiento, Macri evitó decir que los técnicos del Fondo no estaban de acuerdo porque Argentina no tenía forma de devolverlo y que el préstamo sólo fue posible por la intervención irresponsable de Trump.
 

 
El secretario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, acaba de anunciar que estudiará "seriamente" el "síndrome de La Habana", una supuesta arma muy secreta y muy misteriosa de la revolución cubana que, con microondas rusos, produce dolores de cabeza y náuseas a los diplomáticos norteamericanos.
 
El síndrome era considerado un disparate del trumpismo para justificar agresiones a Cuba, pero Joe Biden eligió un camino similar para su política exterior. Blinken es un halcón, al igual que Marc Stanleyel embajador que Biden designó en Argentina.
 
Cuando comparecen ante el Senado de su país, los embajadores norteamericanos sueltan algunas frases que explican su designación. Cuando el Departamento de Justicia de EE.UU. explicaba a jueces latinoamericanos los mecanismos del lawfare para perseguir a dirigentes populares, el embajador ahora saliente, Edward Prado, declaró que vendría a "fortalecer" a la Justicia. Claudio Bonadio era el más aplaudido cuando ingresaba a la embajada.
 
En sus declaraciones en el Senado, Marc Stanley mezcló la crisis de deuda provocada por el macrismo y comentó que "Argentina aún no se ha unido a los esfuerzos de los Estados Unidos y otros países para presionar por la protección de los derechos humanos y otras reformas" en Nicaragua, Cuba y Venezuela. Según expresó, los líderes argentinos "aún no lo han hecho, dicen que lo harán pronto", "un plan macroeconómico que otorgue estabilidad para poder cerrar un acuerdo sobre la deuda con el FMI".
 
La mezcla de cuestiones políticas con temas económicos que hizo Stanley no parece gratuita. Tiene lógica porque Biden continúa la política exterior de su antecesor, Donald Trump, que impuso un préstamo inaudito del Fondo a la Argentina, para apoyar en las elecciones a Mauricio Macri contra Alberto Fernández. Fue un préstamo político. Ahora Stanley da a entender que la solución de la deuda sería posible si Argentina aceptara condicionamientos políticos.
 
Argentina discute un acuerdo con el FMI a través de un técnico de primer nivel, como el ministro Martín Guzmán, discípulo destacado del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Según Stanley, no se discute la economía sino las relaciones internacionales.
 
Para los analistas internacionales, Joe Biden tiene planteos "tibiamente progresistas" - a escala norteamericana-- en política interior y agresivos en su política exterior. Stiglitz pertenece al Partido Demócrata, igual que Biden, y es cercano a la secretaria del Tesoro, Janet Yelén. El esposo de la virtual ministra, George Akerlof, recibió el Nobel junto con Stiglitz y son amigos. Los tres no rechazan la intervención del Estado como regulador en algunos ámbitos de la economía.
 
Con esos antecedentes a favor, sumado a que la titular del Fondo, Kristalina Georgieva tampoco es neoliberal ultraortodoxa, Guzmán inició la discusión por la deuda. Pero la designación de Stanley daría a entender que la política exterior se introdujo ahora en esa negociación a través de los halcones del Departamento de Estado.
 
China es una obsesión norteamericana aunque todavía es muy fuerte la hegemonía de Estados Unidos en el mercado internacional. La mitad de la riqueza mundial sigue en manos de las grandes transnacionales de origen norteamericano. Pero en la región fracasaron el ALCA y la Alianza para el Pacífico.
 
La política exterior agresiva de Trump no fue lo que se dice exitosa porque logró lo que con mucho esfuerzo había evitado el secretario del Departamento de Estado de Richard Nixon, Henry Kissinger, en los ´60: la alianza de Rusia con China. Las represalias norteamericanas tras la crisis por la península de Crimea --que en un referéndum decidió separarse de Ucrania y volver a Rusia-- hicieron que Moscú diera un giro en su diplomacia y mirara hacia China. Si esta confluencia se hubiera dado en los ´60, quizás la historia del planeta hubiera sido diferente.
 
El viaje del presidente Alberto Fernández a la cumbre del G-20 y las marchas y contramarchas en la negociación con el FMI se insertan en ese mundo de conflictos, donde, además, los dirigentes de los principales contaminadores del medio ambiente hacen largos discursos sobre el deterioro ecológico. En la última reunión de la OTAN se tomó la decisión de que para 2050, sus ejércitos emitan cero carbono. Pero tienen armamento para destruir varias veces el planeta.
 
La reunión del G-20 fue la primera presencial después de la pandemia. Pero Vladimir Putin y Xi Jinping no estuvieron y participaron en forma virtual. En parte por los rebrotes de Covid en sus países y en parte para mostrar cierta distancia con la estrategia agresiva de Estados Unidos, que busca recomponer lazos con Europa tras los desacuerdos con Trump, quien había amenazado con retirarse de la OTAN.
 
En ese contexto de reconfiguración, por el crecimiento de China y su acercamiento a Rusia, por los efectos de la pandemia y por el recambio de Trump por Biden, la declaración final del encuentro recogió posicionamientos argentinos para que el FMI revea las sobrecargas en las tasas de interés. Fue un éxito de la gestión argentina, aunque son evidentes las dificultades para llegar a un acuerdo definitivo con el Fondo y que Estados Unidos tiene una actitud ambigua. Por un lado asegura que ayudará los reclamos del país y por el otro obstruye la posibilidad de un acuerdo.
 
La actitud inicial de Georgieva prometía un acuerdo rápido, incluso el FMI respaldó la reestructuración de la deuda con los acreedores privados. Pero la posición de la economista búlgara fue debilitada por una ofensiva de los halcones que la acusaron de favorecer a China en informes que producía cuando estaba en el Banco Mundial. Biden la sostuvo en el cargo pero dijo que investigaría la denuncia. Desde ese momento la negociación se enfrió y se hizo más dificultosa.
 
En el Fondo nadie se hace cargo del préstamo que le hicieron a Macri y desvían la responsabilidad hacia las autoridades anteriores y hacia Donald Trump. Pero hay una responsabilidad institucional que en esta nueva etapa no asumen.
 
Macri tampoco asume su responsabilidad en el descalabro que ensombrece el futuro de los argentinos. "Si estuviéramos nosotros en el gobierno lo resolvemos en cinco minutos porque tendríamos un plan económico sostenible que este gobierno todavía no tiene" dijo en el programa de la nieta de Mirtha Legrand. Acostumbrado a la mentira y el ocultamiento, Macri evitó decir que los técnicos del Fondo no estaban de acuerdo porque Argentina no tenía forma de devolverlo y que el préstamo sólo fue posible por la intervención irresponsable de Trump.
 
Alberto Fernández aseguró que a fin de año habrá acuerdo. Pero en el medio están las elecciones legislativas que no anuncian un resultado que fortalezca la posición del gobierno.
 
La posición argentina no es de fuerza, simplemente no tiene margen porque no tiene con qué pagar. No lo tenía cuando Macri hizo el estropicio y menos lo tiene ahora, después de la pandemia. Los técnicos del Fondo lo saben. Si endurecen las condiciones de pago estarán forzando un default que el gobierno trata de evitar y que sentaría un precedente que tampoco le conviene al Fondo. Sería una situación inédita, generada por un préstamo también inédito. No hay salida tradicional, es evidente que tendrá que ser por un acuerdo también inusual.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página12
 

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21-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump hizo un demoledor diagnóstico sobre la desatrosa situación económica en la Argentina para justificar el "rescate" al gobierno anarco capitalista de Javier "el Cipayo" Milei, un tema que le está generando muchas críticas internas. "No tienen nada, están muriendo", afirmó el presidente. Con ese análisis, el swap no alcanzó, caen las acciones y el dólar quedó a 1% de la banda.
 
Cuestionado por una periodista por la posibilidad de que EEUU compre carne argentina, una medida que perjudicaría a los productores estadounidenses como ya pasó con la soja, Trump se ofuscó y respondió: "Señorita usted no sabe nada de esto, Argentina está luchando por su vida". "Están luchando por su vida. A Argentina no los beneficia en nada. ¿Entiendes lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro por sobrevivir, están muriendo", justificó Trump. Lo dijo a pesar de que no se vean cadáveres en las calles.
 
Trump dijo que intentará ayudar a la Argentina a "sobrevivir en un mundo libre" porque le "gusta" el presidente Milei. "Creo que está intentando hacerlo lo mejor que puede, pero no hagas que parezca que lo están pasando bien, están muriendo. Están muriendo", lanzó. Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el presidente de EEUU intenta ayudar al chupamedia Milei, pero lo termina hundiendo.
 
El martes pasado, durante la reunión en la Casa Blanca, le reiteró el apoyo, pero advirtió que está atado al resultado de las elecciones del 26 de octubre. "Si pierde, no seremos generosos con la Argentina", dijo Trump generando un desplome en los mercados. El gobierno de Milei tuvo que salir a aclarar por todos lados que se refería a las elecciones de 2027, pero Trump reiteró en sus redes que se refería a las de medio término. Días después, Milei se enojó con un periodista que le preguntó sobre esa frase y enojado respondió que fue malinterpretada por el Grupo Clarín.
 
Las palabras del mandatario yanqui obligaron a una rápida reacción oficial. El vocero presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, buscó relativizar el impacto y pidió "entender el contexto". Sin embargo, terminó admitiendo que "claramente no somos un país al que le vaya bien", al enumerar inflación mensual del 2%, riesgo país en torno a los 1.000 puntos y un clima electoral enrarecido.
 
El Banco Central (BCRA) firmó el acuerdo de swap con EE. UU. por U$S 20.000 millones. A pesar del anuncio, el riesgo país se ubicó por encima de los 1000 puntos, los ADRs de empresas argentinas cayeron hasta 5% y el dólar cerró en $1495. Otro anuncio de la Secretaría de Finanzas, de toma de deuda con el JP Morgan, hizo revertir algo la caída de bonos. No alcanzó con el Tesoro, se suman los "bancos internacionales amigos" al saqueo y la rapiña.
 
Mientras Trump describió a la Argentina como un país "sin dinero" y "peleando por sobrevivir", la respuesta libertaria se redujo a relativizar el golpe y aceptar, a medias, el diagnóstico externo. Como sea, el mercado parece ya no creer en las promesas de ayuda de Trump y espera hechos concretos. Ni siquiera las intervenciones de Scott Bessent comprando pesos han logrado frenar la volatilidad del dólar.
 
La Opinión Popular
 

20-10-2025 / 10:10
La relación entre José Luis Espert y Fred Machado, el acusado por narcotráfico que financió su campaña presidencial en 2019, sigue complicando a La Libertad Avanza, aunque el economista, al que todavía defiende Javier "Cipayo" Milei, ya no encabeza la lista libertaria oficialista. En el último reportaje que otorgó el día que se confirmó su extradición a los Estados Unidos, se reveló el mensaje que Machado le pasó al Gobierno. Soltó una bomba que hizo temblar a más de uno en La Rosada.
 
En una entrevista de ocho horas con la periodista Caro Fernández, de Splendid AM 990, lanzó una advertencia que suena a ultimátum: "Si hablo, se cae el país". Con la extradición a Estados Unidos autorizada por la Corte Suprema, Machado no se guardó nada y apuntó directo al corazón del poder libertario, salpicando a figuras como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Alberto Weretilneck con acusaciones que, de probarse, podrían destruir al Gobierno de Javier Milei.
 
El empresario, con un tono que mezcla bronca y desesperación, mandó un mensaje filoso a Santiago Caputo, estratega clave de Milei: "A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana". La respuesta fue: "Mensaje recibido". ¿Qué sabe Machado que pone tan nervioso al entorno presidencial?
 
Con Espert, su exaliado, no fue menos duro. Financió su campaña en 2019, pero ahora lo acusa de darle la espalda. "Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?", dijo, recordando una advertencia que le hizo en marzo de 2021 sobre los riesgos que corrían. "Le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó", disparó con amargura.
 
Las acusaciones también alcanzaron a Patricia Bullrich. Según Machado, habría una triangulación de fondos para su campaña presidencial de 2023, con más de 3 millones de pesos movidos a través de una empresa de la familia Bada Vázquez, de los cuales al menos 215.000 pesos habrían ido a parar a su campaña.
 
Sobre Weretilneck, señaló un supuesto entramado de negocios en Río Negro, con permisos de explotación de arenas silíceas otorgados a Claudio Cicarelli, presunto testaferro del gobernador.
 
En un intento por limpiar su nombre, Machado insistió: "Es una cuestión de plata, no de droga". Sin embargo, la noticia de su extradición lo desmoronó. Entre el ladrido de sus perros y la tensión del momento, suplicó a Fernández: "No me dejes solo". Horas después, un operativo policial lo trasladó para enfrentar su destino en Estados Unidos.
 
La Opinión Popular
 

19-10-2025 / 08:10
Entre el colapso económico, la pérdida de relato y el avance de sus propios aliados, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el tramo final de la campaña convertido en símbolo de su propio fracaso: un presidente sin respuestas, cercado por la realidad y por quienes financiaron su ascenso. El plan "llegar" se quedó sin nafta cuando todavía falta una semana para alcanzar la meta. La impotencia es la tónica en la recta final antes de unas elecciones que se convirtieron en un delicado plebiscito sobre el futuro del gobierno y del país.
 
El proyanqui Milei volvió de Washington DC con una hoja que dice "amigo" y el fibrón que usó Donald Trump para estampar esa dedicatoria. A su regreso dio dos entrevistas en las que se peleó con sus interlocutores (le dijo "marxista" a Eduardo Feinmann y a Esteban Trebucq que le hacía el "caldo gordo a los psicópatas kirchneristas") y confesó que no tiene una solución para los problemas de los argentinos.
 
- El ochenta por ciento apenas si puede llegar a fin de mes y el sesenta por ciento, setenta, llega al día veinte. Les falta dinero en el bolsillo.
- ¿Qué quiere? ¿Que lo emita?
- No, yo no...
- A ver, entonces, emitiendo no se arregla. ¿Cómo quiere que lo arregle? Vamos, dígame. ¿Cómo le pongo plata a la gente?
- El economista es usted.
- No, bueno, pero digo o sea, a ver, digamos.
 
Un día más tarde insistió:
 
- ¿Y la gente que no puede esperar, presidente?
- A ver. A ver, pero, de vuelta. Te hago una pregunta, no puede esperar, a ver, ¿cómo lo resolvemos?
- Es que yo no lo sé.
- No, bueno, entonces.
- Sólo le pregunto.
- No, bueno, pero si vas a hacer el punto, digamos, a ver, empecemos a discutir cómo se resuelve.
 
Para Milei la escasez y la mala calidad de vida de millones de personas es en todo caso un problema intelectual, teórico, en el que no tiene demasiado interés. Dos años después de asumir le sugiere a su interlocutor (no un funcionario, no un asesor, ni siquiera un consultor sino un periodista en el contexto de una entrevista televisiva en vivo) que empiece la discusión.
 
Decir que no le quita el sueño sería una exageración: ni siquiera lo considera un problema, algo que deba resolver. La economía se encargará de hacerlo, cuando deje de existir el riesgo kuka. Suena estúpido, pero es exactamente el argumento presidencial, palabra por palabra.
 
Para la mayoría de los argentinos se trata en cambio de una cuestión muy concreta, a veces de vida o muerte. Este miércoles, en Congreso, en la marcha semanal por el reclamo de una mejora en las jubilaciones, una pareja daba su testimonio a las cámaras de televisión.
 
Él está atravesando un tratamiento contra el cáncer, le sacaron la cobertura de los remedios para aliviar los dolores y los vómitos cuando le hacen quimioterapia. En el hospital sólo le entregan la mitad. Desde los estudios, la cronista sugiere que den un "alias" bancario para recibir transferencias de gente que pueda ayudarlos. No tienen teléfono: tuvieron que venderlo para comprar medicinas. Milei no tiene una respuesta para ellos ni va a tenerla. 
 

18-10-2025 / 09:10
Un 17 de octubre en la recta final de una campaña electoral, donde dos de sus figuras principales son el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent por el oficialismo y por la oposición la expresidenta Cristina Kirchner con prisión domiciliaria. Que dos de las figuras que más pesan en una puja electoral sean el ministro de Economía de una potencia extranjera y la principal dirigente de la oposición proscripta, constituye un síntoma de descomposición del sistema político.
 
Con las ventas de dólares del Tesoro de los Estados Unidos y con una catarata de mensajes con promesas de campaña, Bessent se puso al hombro la campaña del oficialismo. Prometió como si fuera candidato, pidió el voto para las listas de los falsos libertarios y aseguró que, si ganaban los seguidores de Javier "el Cipayo" Milei, Argentina sería bendecida por Estados Unidos. El gobierno casi no mostró sus candidatos. El yanqui Bessent ha sido hasta ahora su carta principal.
 
La intervención del alto funcionario norteamericano no fue oculta, sino que ha sido pública, ciertamente impúdica, y en situaciones normales se juzgaría como intervencionismo de una potencia en la política interna de otro país. Lo paradójico ha sido que no fue una intervención impuesta o forzada, sino solicitada por el mismo presidente Milei.
 
Si el oficialismo no tiene candidatos más fuertes que el ministro de Economía de una potencia extranjera y, si al mismo tiempo, la principal dirigente de la oposición fue encarcelada, son datos muy fuertes que al cruzarlos inducen a pensar que la expresidenta fue proscripta porque sus adversarios son incapaces de generar un liderazgo similar y tienen que recurrir a una potencia extranjera que cobrará caro por su intervención.
 
La intervención de Bessent puso en evidencia la falta de propuestas del oficialismo que, de esta manera, lo único que se le ocurrió fue ofrecer una dependencia ruinosa en lo material e indigna en lo moral. La dependencia colonial del gobierno con Washington es evidente porque es el único recurso que tiene en política y en la economía.
 
Los últimos diez días mostraron a un gobierno desesperado en esa dependencia. Todo el equipo económico -la mayoría de ellos tienen residencia en Estados Unidos- en procesión entre Washington y Nueva York para rogar por ayuda. Como si fueran creyentes que le piden a la virgen de Luján. Con la diferencia que Estados Unidos no es la virgen y cobrará caro cada gesto.
 
La falta de cuadros políticos, de dirigentes y candidatos en el oficialismo agrandó aún más el liderazgo que mostró Cristina Kirchner en la convocatoria al acto de ayer. La expresidenta planteó que así como en 1945, la consigna fue "Braden o Perón", en las próximas elecciones se trata de "Milei o Argentina".
 
Mientras la multitud se congregaba en Constitución, frente al edificio donde Cristina Kirchner permanece prisionera, el oficialismo tenía dificultades para reunir un puñado de simpatizantes en Caseros, en el conurbano. Al mismo tiempo se juntaba a protestar un grupo espontáneo de vecinos y se repitió la escena que frustró la mayoría de los actos de campaña de Milei.
 
El presidente se movilizó en helicóptero y alcanzó a explicar con un megáfono que no había que abandonar en mitad del río. Su discurso se resumió en que hace falta más esfuerzo. Pero el presidente estuvo pocos minutos y no hizo la caminata que estaba prevista. Reaccionó a la defensiva tras un discurso a la defensiva: "Hay que aguantar".
 

17-10-2025 / 11:10
Para los ricos, todo, para los trabajadores, menos derechos. Desde Washington, el ministro de Economía, el endeudador serial Luis "Toto" Caputo, envió un mensaje al Coloquio de IDEA hablando de las reformas laboral, previsional y tributaria. Mientras los grandes empresarios, que le financian la campaña electoral, exigen más garantías para sus ganancias, el gobierno profundiza un modelo basado en la desregulación, el endeudamiento y la pérdida de derechos para los trabajadores. Con Manuel "Cara de Piedra" Adorni prometieron en IDEA que enviarán un proyecto de ley post elecciones para quitar derechos laborales. Mientras, sigue creciendo el cierre de pequeñas empresas y el desempleo.
 
El Gobierno de Javier "el Loco" Milei se encamina a implementar una reforma laboral para eliminar los convenios colectivos de trabajo y facilitar los despidos si gana las elecciones del 26 de octubre. Ésa fue la promesa que le hicieron este jueves el presidente Milei --a través de su vocero, Adorni-- y el ministro de Economía, Caputo, a los empresarios reunidos en Mar del Plata para el Coloquio de IDEA.
 
El paquete incluirá también el reemplazo de las mesas paritarias por "negociaciones libres" entre cámaras empresarias y sindicatos, según confirmaron ambos ante un auditorio repleto de directores ejecutivos y miembros del círculo rojo. La letra chica estará contenida en un proyecto de ley que podría ingresar al Congreso luego del recambio legislativo del 10 de diciembre, fecha a partir de la cual la Casa Rosada espera un parlamento "más receptivo a las reformas", según dijo Adorni, siempre y cuando las urnas no digan lo contrario.
 
En concreto, de lo que dijeron hasta ahora Caputo, Milei y Adorni se desprende que la reforma incluiría:
 
*La eliminación de las paritarias y su reemplazo por "negociaciones libres"
 
*El fin de la indemnización por despidos o su reemplazo por un "fondo de cese" financiado en cuotas por los propios trabajadores. Un antecedente en ese sentido fue introducido en la Resolución General 1071/2025 de la Comisión Nacional de Valores.
 
*La imposibilidad por ley de realizar juicios laborales ya sea por despidos injustificados u otros motivos de abuso patronal.
 
*La eliminación de los convenios colectivos de trabajo que regulan las distintas actividades.
 
*La posibilidad (más bien un acto de publicidad libertaria) de elegir la moneda en la que cobrar los sueldos, o sea, que pueda ser en dólares.
 
Por supuesto que todos esos puntos son, al menos por ahora, propuestas unilaterales de los libertarios: no hubo rondas ni negociaciones abiertas entre los distintos sectores --desde la UIA a la CGT o las asociaciones de Pymes-- para debatir o consensuar un texto.
 
El discurso de Caputo ante los más ricos empresarios, los dueños del país, no deja dudas, el rumbo del gobierno libertario es profundizar la dependencia con los EE.UU., el endeudamiento con el FMI y la entrega de nuestros recursos naturales. Frente a ese proyecto de saqueo, la alternativa debe construirse desde abajo, con movilización y organización para pelear una salida en función de las necesidades de las grandes mayorías populares.
 
La Opinión Popular
 

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