05:41 | Viernes 26 de Abril de 2013 | Entre Ríos
Las claves del modelo ideológico neoliberal del gobierno de Macri
Por Carlos Andujar
Por Carlos Andujar
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 25-10-2021 / 08:10
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
Los porteños Larreta, Lousteau y Santilli en Entre Ríos para darle aire al porteño Frigerio
Indiferente a las fuertes críticas, el porteño Rogelio Frigerio trajo a otros dirigentes porteños para reforzar su campaña en Entre Ríos. El candidato macrista ignora las objeciones, que tanto en la interna como desde el oficialismo lo han tildado repetidamente de foráneo. Cercano al puente Zárate-Brazo Largo, Frigerio se mostró junto a Diego Santilli, un funcionario porteño que ahora se candidatea para diputado de la provincia de Buenos Aires. Y el sábado recibió en Paraná al senador porteño, Martín Lousteau, y al titular del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, su jefe político.
Indiferente a las fuertes críticas, el porteño Rogelio Frigerio trajo a otros dirigentes porteños para reforzar su campaña en Entre Ríos. El candidato macrista ignora las objeciones, que tanto en la interna como desde el oficialismo lo han tildado repetidamente de foráneo. Cercano al puente Zárate-Brazo Largo, Frigerio se mostró junto a Diego Santilli, un funcionario porteño que ahora se candidatea para diputado de la provincia de Buenos Aires. Y el sábado recibió en Paraná al senador porteño, Martín Lousteau, y al titular del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, su actual jefe político.
El PRO es un partido vecinal de la Ciudad de Buenos Aires, Capital de la oligarquía rapaz y parasitaria, con escaso desarrollo en el interior del país. La postulación de María Eugenia Vidal en CABA desplazó a Frigerio de ese territorio y su nombre se tachó definitivamente de las listas de posibles sucesores de Rodríguez Larreta en 2023. Como "premio consuelo", desde Buenos Aires, exportaron a Frigerio, un verdadero paracaidista político que intenta representar un distrito electoral al que no pertenece y pretende copar.
Frigerio está en nuestra Provincia de prestado, es el postulante de Larreta en Entre Ríos y tiene un desconocimiento total de la realidad local. En sus declaraciones echa mano, de forma recurrente, a temas abstractos para el día a día de los entrerrianos. A Frigerio no le interesa nuestra Provincia, su interés está en la carrera presidencial de su líder político, Larreta. Cuando tenga que elegir entre la Provincia y su jefe va a elegir a este último. Siempre va a estar donde Larreta le diga que tiene que estar.
Los dirigentes políticos de la ciudad de Buenos Aires y del sector selecto del Conurbano norte no representan al argentino del interior del país. Esos porteños tienen fama de ser soberbios, de considerarse los mejores del mundo y de que nada del país es mejor que ellos. Los porteños Fernando de la Rúa y Mauricio Macri fueron un desastre gobernando, pero esas experiencias no cambian la idea sobrevaluada que tienen de sí mismos.
La aspiración de Frigerio es llegar a gobernador de Entre Ríos. Muchos piensan que si accediera a la Casa Gris algún día, traería un equipo de dirigentes porteños que colaboraron con él en distintas gestiones y son de su máxima confianza, porque en Entre Ríos no tiene compromisos fuertes con nadie. O tal vez pueda ocurrir que Frigerio utilice su performance electoral en Entre Ríos para buscar un lugar en la mesa chica del armando nacional de Larreta. Y desde allí ver si sigue su irrupción entrerriana o vuelve al puerto de Buenos Aires.
Lo de Frigerio se parecería más a los interventores que desfilaron por la Provincia en distintos periodos; una lista de Gobernadores en la que se entrecruzan militares y civiles de los más diversos y curiosos perfiles y procedencias. Esos interventores fueron de lo más polémicos. Se los eligió a dedo, muy pocos eran entrerrianos, en algunos casos les tocó gobernar durante poco tiempo. La ciudadanía no sabía nada de ellos cuando asumieron, y así como llegaron se fueron: burócratas de ocasión a quienes les tocó incidir sobre la vida de los entrerrianos desde la máxima magistratura. Todos hermanados por el mismo pecado de origen: ser foráneos.
El caso de Frigerio es paradigmático, viene con una impronta de superioridad, especie de oráculo con supuestas verdades reveladas, con que se impregnan algunos políticos porteños que es odiosa. Una vergüenza que debe soportar todo el interior federal debido a un sistema de medios porteños que imponen candidatos que invaden y agobian a las provincias. Y les dan aire a estos personajes en un país donde hay que desconfiar de todos y en especial de los porteños.
La Opinión Popular
El PRO es un partido vecinal de la Ciudad de Buenos Aires, Capital de la oligarquía rapaz y parasitaria, con escaso desarrollo en el interior del país. La postulación de María Eugenia Vidal en CABA desplazó a Frigerio de ese territorio y su nombre se tachó definitivamente de las listas de posibles sucesores de Rodríguez Larreta en 2023. Como "premio consuelo", desde Buenos Aires, exportaron a Frigerio, un verdadero paracaidista político que intenta representar un distrito electoral al que no pertenece y pretende copar.
Frigerio está en nuestra Provincia de prestado, es el postulante de Larreta en Entre Ríos y tiene un desconocimiento total de la realidad local. En sus declaraciones echa mano, de forma recurrente, a temas abstractos para el día a día de los entrerrianos. A Frigerio no le interesa nuestra Provincia, su interés está en la carrera presidencial de su líder político, Larreta. Cuando tenga que elegir entre la Provincia y su jefe va a elegir a este último. Siempre va a estar donde Larreta le diga que tiene que estar.
Los dirigentes políticos de la ciudad de Buenos Aires y del sector selecto del Conurbano norte no representan al argentino del interior del país. Esos porteños tienen fama de ser soberbios, de considerarse los mejores del mundo y de que nada del país es mejor que ellos. Los porteños Fernando de la Rúa y Mauricio Macri fueron un desastre gobernando, pero esas experiencias no cambian la idea sobrevaluada que tienen de sí mismos.
La aspiración de Frigerio es llegar a gobernador de Entre Ríos. Muchos piensan que si accediera a la Casa Gris algún día, traería un equipo de dirigentes porteños que colaboraron con él en distintas gestiones y son de su máxima confianza, porque en Entre Ríos no tiene compromisos fuertes con nadie. O tal vez pueda ocurrir que Frigerio utilice su performance electoral en Entre Ríos para buscar un lugar en la mesa chica del armando nacional de Larreta. Y desde allí ver si sigue su irrupción entrerriana o vuelve al puerto de Buenos Aires.
Lo de Frigerio se parecería más a los interventores que desfilaron por la Provincia en distintos periodos; una lista de Gobernadores en la que se entrecruzan militares y civiles de los más diversos y curiosos perfiles y procedencias. Esos interventores fueron de lo más polémicos. Se los eligió a dedo, muy pocos eran entrerrianos, en algunos casos les tocó gobernar durante poco tiempo. La ciudadanía no sabía nada de ellos cuando asumieron, y así como llegaron se fueron: burócratas de ocasión a quienes les tocó incidir sobre la vida de los entrerrianos desde la máxima magistratura. Todos hermanados por el mismo pecado de origen: ser foráneos.
El caso de Frigerio es paradigmático, viene con una impronta de superioridad, especie de oráculo con supuestas verdades reveladas, con que se impregnan algunos políticos porteños que es odiosa. Una vergüenza que debe soportar todo el interior federal debido a un sistema de medios porteños que imponen candidatos que invaden y agobian a las provincias. Y les dan aire a estos personajes en un país donde hay que desconfiar de todos y en especial de los porteños.
La Opinión Popular
Volver a los 17
Después de un año y medio de pandemia, cuarentena y distanciamiento, el peronismo retomó las calles con un fervor de ganas atrasadas. Los actos se sucedieron, desde el encuentro de jóvenes en la ESMA, el sábado, donde habló Cristina, o el masivo acto del domingo en Plaza de Mayo, más la enorme concentración de la CGT ante el monumento a los Trabajadores. Fueron cientos de miles de personas en las calles expresándose, criticando y apoyando, referenciadas por el gobierno de Alberto Fernández.
El peronismo parece renacer desde sus cenizas, tras la derrota en septiembre pasado. Es famoso el dicho que sostiene que los peronistas son como los gatos, porque cuando parece que están peleando se están en verdad reproduciendo. La muestra de unidad de la masiva movilización de la clase trabajadora del lunes 18 operó como un factor aglutinador en múltiples sentidos.
Por un lado, unidad de los gremios de la CGT, que busca llegar al 11 de noviembre con un piso de acuerdos que permita una coexistencia pacífica entre sectores otrora enfrentados; por otro lado, unidad de los Movimientos Sociales, la herramienta sindical de los trabajadores sin derechos que busca incorporarse a la CGT. La unidad del mundo del trabajo más allá de quienes tienen un empleo y gozan de ciertos derechos y quiénes no.
La memoria peronista sigue funcionando porque refiere a palabras claves como aguinaldo, obra social, indemnizaciones por despido, vacaciones pagas, es decir, como conquista y ampliación de derechos en el marco de un proyecto de país que aspira a la independencia económica y la justicia social.
Alberto impulsa la reactivación y la oposición trata de impedirla
Una de las paradojas de cómo se votó en las PASO es que al debilitar al Gobierno de Alberto Fernández hace más difícil la resolución de los problemas que impulsaron ese voto. Está, en la concepción del oficialismo, la idea de reactivar la economía con políticas que tienden a impulsar las actividades que fueron más castigadas por la crisis macrista y sobre todo por la pandemia, como la construcción, el turismo, la gastronomía, el transporte, las actividades culturales y otras.
Se anunciaron bonos para jubilados, aumentos en las asignaciones familiares, jubilación anticipada y programas para facilitar la jubilación de las trabajadoras de casas particulares, otros para financiar los viajes de egresados bonaerenses y el previaje, que devuelve la mitad de lo que se gaste en turismo.
La oposición prendió las luces rojas frente a estas iniciativas que tienden a favorecer el consumo y a sectores que fueron muy afectados. La preocupación de que estas iniciativas modificaran en noviembre los resultados de las PASO se plasmó en una estrategia de buscar encuadrar todas como una acción demagógica y desesperada del Gobierno. El desprestigio de cursos de acción que puedan desfavorecer al macrismo, se vio en la destemplada reacción de grandes grupos empresarios a la fijación temporal de precios máximos.
Los miserables de siempre amenazan con desabastecimiento
"Va a haber desabastecimiento, no tenga ninguna duda". La amenaza salió de la boca de Mario Grinman, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios, minutos después de que se conociera la resolución oficial mediante la cual el Gobierno nacional establece el congelamiento de precios por 90 días de un poco más de 1.400 productos de consumo masivo como alimentos, de limpieza e higiene y cuidado personal.
Los alimentos vienen aumentando a un ritmo superior al promedio de la inflación. Lo saben muy bien los millones de consumidores porque lo sufren en sus bolsillos. Frente al problema hay dos modelos: el gobierno peronista defiende a los trabajadores y el macrismo a los millonarios empresarios. El gobierno frena precios para ayudar a la mesa de los argentinos y Juntos por el Cambio defiende a los patrones. Alberto frena las exportaciones de carne para defender la mesa de los argentinos, Juntos defienden a los grandes productores agropecuarios.
A diferencia de la campaña previa a las PASO, esta vez el oficialismo sale a militar el territorio con un eje claro y concreto: la pelea por los precios. Pero el que quiera ver solo una puja económica entre el gobierno nacional y los empresarios por los precios de los alimentos se equivoca. Las grandes corporaciones alimentarias juegan a la política y lo hacen muy fuerte aunque saben disimularlo muy bien. Son muy pocas, apenas unas decenas, pero muy poderosas, y la mayoría de ellas representan a capitales multinacionales.
En la peor crisis global de la historia, las tres principales empresas alimentarias -Molinos de los Pérez Companc, Arcor de los Pagani y Ledesma de los Blaquier- aprovecharon para recomponer sus ganancias gracias a las compras obligadas del conjunto de la población. Esos tres oligopolios encabezan la resistencia al congelamiento de precios.
Lo más curioso es que durante el gobierno de Macri, con el que mantienen una gran afinidad ideológica, la mayoría de ellas registró pérdidas en sus ejercicios en virtud de la enorme caída del consumo que provocó esa gestión producto de la también enorme pérdida en la capacidad adquisitiva de los salarios, el aumento de la desocupación y el consecuente incremento de la pobreza.
Curiosamente, aunque no tanto, el primer año del nuevo gobierno y con una pandemia que devastó al país, muchas de esas empresas volvieron a tener balances positivos, tendencia que se aceleró durante este 2021 con un sólido incremento de las ganancias según los datos que figuran en sus balances y rendiciones.
En un país que tiene el dólar estabilizado, las tarifas congeladas, los salarios deprimidos (producto de la herencia macrista y, después, del descalabro económico que provocó la pandemia) las grandes empresas no tienen excusas para aumentar los precios en la forma desaforada con que lo vienen haciendo. Hay una sola razón por la cual lo hacen: la gran concentración monopólica de la producción en muy pocas manos.
Muy pocas empresas tienen posición dominante de mercado y esa gran fortaleza les permite aumentar los precios a su antojo. La meneada "mano invisible del mercado" no opera cuando no hay competencia y solo dos o tres corporaciones se adueñan de las góndolas. La venta minorista en los supermercados también está híper concentrada: el 85 por ciento de la facturación corresponde a solo diez cadenas.
El descontrolado aumento de los precios de los alimentos, fabrica pobres e indigentes al por mayor. Son 22 millones los argentinos que cayeron debajo de la línea de la pobreza y 10 millones los indigentes que deben acudir a comedores para poder alimentarse. Es una verdadera hecatombe social muy parecida a la que sufrimos en 2001.
¿Se podía seguir tolerando, sin ninguna intervención del Estado, esta brutal transferencia de ingresos desde las grandes mayorías empobrecidas hacia un selecto club de empresarios millonarios que vienen aumentando sus ganancias a partir de su absoluto dominio del mercado? El gobierno defiende la mesa de los argentinos, Juntos por el Cambio a los ricos empresarios.
En verdad esta medida debió tomarse hace bastante tiempo, cuando se advirtió que los pedidos de moderar los precios fueron desoídos con absoluto desdén por los dueños de la industria alimentaria. El poder económico detesta al Estado, salvo para sacar beneficios de él. Pero es la única herramienta disponible en democracia para que no se imponga la ley de la selva.
¿Macri a disposición de la justicia?
El ex presidente Mauricio Macri fue llamado a indagatoria el 1º de octubre pasado mientras se encontraba de paseo por Miami. Aseguró que "siempre estuve y estaré a disposición de la justicia", pero lo curioso es que lo dijo justo después de haberse negado asistir a la citación a indagatoria en el marco de la causa iniciada en su contra por espionaje contra los familiares de las víctimas del hundimiento del ARA San Juan.
Macri tendrá una nueva oportunidad de presentarse ante la justicia el 28 de octubre, fecha para la que fue citado por el juez federal de Dolores, Martín Bava. Esta es la tercera fecha que el magistrado le fija luego que no se presentara el 7 de octubre, porque estaba fuera del país, ni el miércoles último, cuando decidió recusar al juez que instruye el expediente.
"No aceptaré ser juzgado como si fuera gente común. Contaré con el apoyo de mi coalición, de los grandes medios porteños y de unos cuantos jueces o fiscales sin decoro ni apego a la ley. No los respeto, no les obedezco, mejor vayan preparándose para mis ataques", parece decir Macri. Cualquier parecido con un mensaje mafioso no es pura coincidencia. La plana mayor de Juntos por el Cambio se encolumna con él y avala su comportamiento antijurídico.
Los familiares de los marinos se mostraron indignados por las negativas de Macri a presentarse ante la Justicia y reclamaron que el ex presidente "asista a declarar como cualquier hijo de vecino". "Si Macri no es conducido por la fuerza pública, si no se hace efectiva la previsión de detención prevista en el artículo 288 del Código Procesal Penal de la Nación, estaremos frente a una nueva ofensa no solo a los familiares sino al pueblo argentino todo, que no pide cárcel ni sangre, solo pide justicia", dice el escrito que presentó la abogada Valeria Carreras en representación de familias de los submarinistas.
Previsiblemente los referentes del oficialismo nacional cuestionaron en bloque a Macri, pero también lo hicieron referentes de Juntos por el Cambio como el candidato a diputado nacional en la Provincia de Buenos Aires, Facundo Manes, quien le reclamó a Macri que actúe con ejemplaridad, así como también consideró que "se debería presentar como cualquiera". En la misma línea se expresó el diputado nacional y candidato a senador nacional por Juntos por el Cambio en Córdoba, Luis Juez, quien cuestionó la estrategia judicial de Macri y le pidió que tenga "otro tipo de conducta y eleve la vara ética".
Abogados que trabajan en la estrategia legal de Macri dijeron que este hará una serie de presentaciones, planteando nulidades pero sobre todo diciendo que no está resuelta la competencia. Lo que buscan es que la causa pase a una zona más "amigable": los tribunales de Comodoro Py. Es probable que Macri recuse al juez Bava al tiempo que, desde el PRO, reflotaron, en el Consejo de la Magistratura, una denuncia de exrepresores contra el magistrado.
La carrera al 2023 en Entre Ríos
Los escenarios en las dos fuerzas políticas mayoritarias de la provincia de Entre Ríos han cambiado sustancial y rápidamente tras las PASO. El camino a las urnas hacia el 14 de noviembre es solo un paso intermedio al premio mayor en 2023. En ese marco, se ha podido distinguir cuánto le cuesta a Juntos hacer gala de su nombre.
La alianza antiperonista integrada por: la Unión Cívica Radical, Propuesta Republicana, Partido GEN y el Movimiento Social Entrerriano, es la principal oposición entrerriana, pero transita con algunas dificultades. Los distintos sectores de JpC reconocen que la desconfianza reina entre ellos y que no han podido conciliar tras las PASO.
Como en toda historia, hay varias versiones. Si bien hubo un acercamiento del radicalismo con el PRO, cuentan que no existió una convocatoria formal a distintos sectores boinas blancas para la organización ni para planificar los lineamientos proselitistas. Aseguran que están a disposición, pero sin agenda ni tareas territoriales asignadas.
La desconfianza es tal entre las facciones que disienten no sólo respecto de qué voto están tratando de captar sino en cómo fidelizar el que consideran que permanecerá en la oposición y en este punto es donde la desunión puede llegar a pasar una factura en las urnas. La experiencia de juntarse todos para llegar al poder desnuda más debilidades que fortalezas.
Es que, en el radicalismo, no se termina de digerir que a la cabeza haya quedado un ex peronista como Frigerio. A esto se suma que el telón de fondo de los desacuerdos parecen seguir siendo las elecciones provinciales de 2023: en una misma nómina conviven dos hombres que han manifestado que quieren ser candidatos a gobernador (Frigerio y Pedro Galimberti).
Además, desde el radicalismo entienden que sus socios del PRO actuaron con un timing político equivocado al impulsar en tiempos de campaña propuestas muy impopulares que podrían afectar directamente el bolsillo de la gente o sus derechos, como el debate en torno a la eliminación de la indemnización por despido injustificado.
Además empezaron a aparecer cada vez con más fuerza las críticas hacia el modelo fiscal que impulsa Cambiemos y sus candidatos. Otra vez, como en ocasiones anteriores, los macristas plantean un modelo de bajar los impuestos y desfinanciar al Estado, poniendo a la vecina Corrientes como ejemplo.
Desde la UCR en cambio, defienden al modelo fiscal provincial porque están convencidos de que es necesario para prestar servicios de primera calidad a los ciudadanos, como la educación de vanguardia, la salud de alto nivel, las obras de asfalto, los programas sociales, la construcción de viviendas, la seguridad...
El porteño Frigerio se erige en el principal referente de la alianza. Pero es más una postura o una autoconvicción que una certeza aceptada. Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias les han dado a Frigerio un pasaporte a las Generales con 130.000 avales más que Galimberti. Pero esos guarismos no le permiten manejarse con total independencia, aunque quiera.
Frigerio actúa desde lo alto del podio con el riesgo que implica mirar todo desde arriba. Por ahora, trata de ignorar a los adversarios-correligionarios que perdieron y muestra una posición ambivalente. Por un lado, lo agarra de la mano para caminar y construir Juntos, pero, por el otro, no le pone nafta en el tanque del auto del corredor que aunque acelera no sabe cómo pasar.
El porteño Frigerio se mueve como un zorro en el desierto. Mientras transita la senda de 2021, nunca deja de mirar la hoja de ruta de 2023. Ahí aparecen algunos semáforos en amarillo. Uno, claramente, es la popularidad de Galimberti en la UCR. Y el clima internista en JpC nacional determina, inclusive, que asuntos relativamente menores puedan complicarse.
El otro semáforo está mucho más cerca. Galimberti no está dispuesto a mentir sobre su candidatura. ¿Si los votos le dan la banca de diputado se siente obligado a asumir y a no ser testimonial? Pero la encerrona que enfrenta en el municipio consiste en que si elige esa ruta, habrá desahuciado a aquellos que le dieron el título de intendente de Chajarí y tendrá otro intendente los próximos dos años.
No obstante, aquella primera opción le preocupa más de la cuenta a Galimberti. Él esquivó todas las veces que pudo decir si asumirá como diputado en el caso de ser electo. Si no lo hiciera y cediera el lugar, descubriremos que había sido un candidato testimonial. Esto es un pecado gravísimo en la oposición, aunque una nimiedad en el oficialismo.
A Galimberti ese tema parece no afectarlo en lo más mínimo, salvo cuando vuelve a revisar la hoja de ruta de 2023. En ese tiempo, cosas como estas podrían afectar su candidatura a gobernador; y Frigerio, por lo tanto, le sacaría algunos metros de ventaja. Ahí es donde algunos radicales justifican estirar al máximo la decisión.
El PJ encendió la maquinaria electoral
Al Frente de Todos, integrado por: el Partido Justicialista, Unión Popular Federal, Frente Grande, Partido del Trabajo y del Pueblo, Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo, Compromiso Federal, Movimiento por Todos y el Frente Entrerriano Federal para el Trabajo, la Producción y la Justicia Social, la derrota de septiembre le provocó desazón en sus filas. Pero, dirigentes y militantes de base del PJ advierten que ahora sí se encendió la maquinaria electoral y confían en su funcionamiento intenso cuando calienta los motores, que muestran unidad y trabajo conjunto.
Hay un permanente trajinar de toda la provincia, ida y vuelva, no solo de los candidatos, sino que ahora también arrancaron fuerte a militar los funcionarios, legisladores, intendentes, concejales, agrupaciones de todas las áreas y toda la fuerza popular que esto acarrea para la lista "Todos Entre Ríos", que integran: Enrique Tomás Cresto, Ana Carolina Gaillard, Tomás Ledesma, Brenda Jacqueline Ulman Heffling y Lucas Larrarte.
Pese a las diferentes realidades de cada localidad, hay un objetivo común en el Frente de Todos de hacer ir a votar a los que no participaron de las primarias, con la campaña del "Sí" y de cercanía y de búsqueda de empatía con la gente con la estrategia de ir a buscar los votos al territorio para convencer al votante.
El 15 empieza otra historia
Enrique Cresto participó del Día de la Lealtad en Concepción del Uruguay. Aseguró que "dejará todo" en la campaña de cara a las elecciones de noviembre, y adelantó que el 15 "empieza otra historia". "Empieza la historia de construir la Argentina con los que realmente se la juegan", consideró.
En Ceibas y Villa Paranacito, Cresto hizo hincapié en la importancia de la obra pública para la reactivación de la economía y la generación de fuentes de trabajo. "Nuestra agenda se compone de jornadas como estas, recorriendo el territorio, hablando con los intendentes y los vecinos, gestionando obras que representan soluciones calidad de vida y fuentes de trabajo".
"La misión que nos encomendaron el presidente Alberto Fernández y el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis es llevar obras a cada rincón del país y todos los días avanzamos un paso más para cumplir este objetivo", dijo el titular del ENOHSA e intendente, en uso de licencia, de Concordia.
"Nosotros formamos parte de un gobierno y de un modelo de país que le dijo no a la paralización de las obras y sí a la reactivación de la obra pública y la economía. Le dijimos no a la concentración de recursos y al endeudamiento para la especulación financiera y sí a invertir en obras y políticas públicas que amplían derechos y promueven el bienestar de los argentinos", remarcó Cresto.
"Esto es lo que nos diferencia de otras formas de gobernar y de entender la finalidad de la política, que para nosotros siempre es una herramienta de transformación de la realidad en beneficio del pueblo y la grandeza de la patria", comparó el hombre que encabeza la lista del Frente de Todos en Entre Ríos.
Cuando tenían que poner el dinero, Macri paralizó la obra
El Gobernador, Gustavo Bordet, dejó inaugurada la Defensa Norte contra las inundaciones en Concepción del Uruguay. Recordó que la obra comenzó en el 2015 con el acuerdo de que la provincia ponía el 34% y Nación el 66% del financiamiento. "Cuando Nación tuvo que comenzar a poner, Macri paralizó la obra", afirmó. Más de 716 millones de pesos fue la inversión que demandó la obra.
"Cuando asumió Alberto Fernández se liberaron los fondos del 66 por ciento -que faltaban- para poder terminarla; y en este año y pocos meses se terminó", sostuvo.
La Opinión Popular
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