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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 02-10-2021 / 08:10
TRAS LAS PASO, UN ANTICIPO DE LO QUE SE VIENE CON LA DERECHA

Juntos por el Cambio huele sangre y pretende ir por todo a degüello

Juntos por el Cambio huele sangre y pretende ir por todo a degüello
Intervenciones judiciales, operativos represivos, meganegocios sin control posible, atropellos políticos. En apenas una semana, la oposición macrista desplegó una avalancha irrefrenable frente a un Gobierno al que no le alcanzó con la buena gestión de la pandemia y necesita un borrón y cuenta nueva. ¿Ves para qué quieren Macri, Larreta y Vidal más legisladores?
Intervenciones judiciales, operativos represivos, meganegocios sin control posible, atropellos políticos. En apenas una semana, la oposición macrista desplegó una avalancha irrefrenable frente a un Gobierno al que no le alcanzó con la buena gestión de la pandemia y necesita un borrón y cuenta nueva. ¿Ves para qué quieren Macri, Larreta y Vidal más legisladores?
 
Una semana después de las PASO, María Eugenia Vidal anunció que arrebatarán la presidencia de Diputados al Frente de Todos, rompiendo la tradición que otorga ese lugar a los oficialismos. Con el envión de las primarias, Horacio Rodríguez Larreta, envió a la Legislatura de CABA un proyecto que transgrede once convenios urbanísticos para la construcción de 16 megatorres, además de otro proyecto violatorio de la Constitución Nacional que habilita al Tribunal Superior de Justicia, --que controla Cambiemos-- a intervenir en fallos nacionales, como los de la causa del Correo que involucra al Grupo Macri. Y en un operativo relámpago desalojó cien familias en la villa 31, derribando las casillas con topadoras e incendiando las ruinas.
 
La ofensiva de Juntos por el Cambio surge como la contracara del gobierno nacional que ha tratado de consensuar y negociar cada paso que dio desde el momento de su asunción tras una victoria electoral apabullante. Esta avalancha irrefrenable de meganegocios, intervenciones judiciales, atropellos políticos y represión brutal a los reclamos sociales sirve también como adelanto de lo que es posible esperar si se repiten los resultados de las PASO. No hay señales de respeto por las vías de diálogo ni búsqueda de consensos.
 
Los resultados de las primarias abiertas, que alimentaron este impulso de la alianza conservadora, en cambio cayeron como un baldazo de agua helada en el Frente de Todos, que después de un desempeño casi épico contra la pandemia no esperaba un marcador tan adverso. Sorprende la comparación entre la tragedia sanitaria más importante de los últimos 100 años y la tranquilidad con que la sociedad se encamina hacia la salida de esa pandemia fulminante. O no se tiene conciencia de la dimensión de lo que se vivió, o se considera natural su superación, algo que sucedería independientemente del gobierno que hubiera. Es probable que haya también una tremenda falla de comunicación.

 
Tras un primer momento de parálisis, la carta de Cristina Kirchner disparó un debate interno sobre los motivos de ese resultado, que desembocó en el cambio de gabinete y el anuncio de medidas paliativas para la economía de los sectores más afectados por la pandemia. Pero al mismo tiempo se sintieron los efectos que producen las derrotas: confusión, frustración, enojos, cruce de acusaciones, desilusión.
 
Cambiemos o Juntos por el Cambio o Juntos, toma la definición de von Clausewitz sobre la guerra para aplicarla en la política, como la imposición de la voluntad propia y el debilitamiento de la voluntad del adversario. El viejo militar prusiano, estudioso de la guerra, también ha dicho que "nos inclinamos a creer más lo malo que lo bueno y a exagerarlo sin visible causa", otra máxima que usó el macrismo para el "periodismo de guerra" y la persecución judicial.
 
 
El problema del Frente de Todos
 
Sin voluntad de ganar es difícil impulsar o participar en una campaña electoral. Es el problema que se le plantea ahora al Frente de Todos que, después de la derrota y el debate, tiene que lamerse las heridas, juntar filas y salir a la calle con el entusiasmo que requiere una campaña que busca revertir un resultado.
 
La aparición pública, el jueves, de Alberto Fernández y Cristina Kirchner juntos en la Casa Rosada para el lanzamiento de la ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial fue una señal de esa necesidad de apretar filas. En la dirigencia es más fácil asumir la posibilidad de debatir en un marco de contención. Pero tienen que transmitir esa convicción a las bases, que deberán salir a la calle, poner mesas, hacer campañas de timbreo y hasta buscar y convencer a los que cambiaron su voto o llevar a votar a los que no votaron.
 
Debatir y entusiasmarse para la campaña son dos movimientos que necesitan tiempo de asentamiento, que en este caso no tienen porque ya está encima la nueva elección. Si no hay una campaña movilizadora y convocante, es como si no hubiera habido debate, cambios de gabinete ni nuevas medidas.
 
El gobierno creyó que su excelente desempeño contra la pandemia, sería el factor principal para decidir el voto y le dio poca importancia a la campaña para las primarias.
 
Pero el contraste entre el manejo acertado de las distintas problemáticas que fue planteando la pandemia, y las propuestas negativas de la oposición resultó muy poco considerado en el momento de votar. El gobierno planteó al inicio una fuerte cuarentena para ganar tiempo que le permitieran construir nuevos hospitales y más que duplicar el número de camas de internación.
 
Si la pandemia se extendía con la mínima infraestructura sanitaria que había dejado el gobierno macrista, Argentina hubiera replicado las escenas que se vieron en Estados Unidos, en España, Italia y en Brasil o en la India, en Ecuador y otros países donde cientos de enfermos se apilaban en los pasillos de los hospitales y no daban abasto los cementerios y crematorios y muchas personas fallecían en sus casas.
 
 
El teorema de la pandemia
 
Gracias a la cuarentena no hubo un solo argentino sin atención médica y los contagios no desbordaron la cantidad de camas de internación ni siquiera en los momentos críticos. La oposición macrista cuestionó la cuarentena por su impacto en la economía, cuestionó el uso de barbijo y las medidas de distanciamiento. Hizo marchas y movilizaciones en las que participaron dirigentes del partido de Javier Milei y de Cambiemos donde se quemaron barbijos.
 
Cuando las grandes potencias acapararon las vacunas y fue casi imposible conseguirlas en el mercado internacional, el gobierno cerró un acuerdo ventajoso con el laboratorio ruso Gamaleya y consiguió abastecerse en cantidad con la Sputnik V. La oposición dijo que era una decisión ideologizada, que la vacuna rusa era veneno e hizo campaña contra la vacunación. Otra vez marchas en las que se decía que la vacuna tenía un chip espía y otras estupideces.
 
La última estupidez fue esta semana cuando algunos periodistas y el diputado Fernando Iglesias atacaron con argumentos discriminatorios a Florencia Carignano, directora nacional de Migración, por las regulaciones a la entrada de viajeros internacionales. Cuando la cepa Delta devastaba a la población no vacunada de Estados Unidos, México y otros países, incluyendo a los europeos, el gobierno impuso cupos a la entrada de viajeros para impedir la llegada de esa variable y otra vez ganar tiempo para avanzar en la vacunación.
 
Si abrían las fronteras con menos del 30 por ciento de la población vacunada, la cepa Delta hubiera hecho estragos. Gracias al tiempo que se ganó con el cierre de fronteras, las vacunación pudo avanzar y las cifras de contagios disminuyeron al punto que ya hubo días en que 350 hospitales bonaerenses, públicos y privados, no recibieron ningún paciente de coronavirus.
 
Se podrá plantear si la cuarentena duró una o dos semanas más de lo necesario, pero no se puede negar la importancia que tuvo, se podrá discutir la problemática de las clases presenciales, pero es innegable que en las fases críticas, que fueron varias y duraron bastante, hubieran sido imposibles. Las críticas al barbijo y las vacunas resultaron insostenibles.
 
Pero el desastre que se evitó es intangible porque no ocurrió. En cambio pesa lo que se sufrió: las molestias de las medidas de precaución y los efectos penosos en las economías domésticas, sobre todo en los sectores de menos recursos y otros afectados por la caída abrupta de la actividad económica.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página12
 

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23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
La Opinión Popular
 

22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

21-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump hizo un demoledor diagnóstico sobre la desatrosa situación económica en la Argentina para justificar el "rescate" al gobierno anarco capitalista de Javier "el Cipayo" Milei, un tema que le está generando muchas críticas internas. "No tienen nada, están muriendo", afirmó el presidente. Con ese análisis, el swap no alcanzó, caen las acciones y el dólar quedó a 1% de la banda.
 
Cuestionado por una periodista por la posibilidad de que EEUU compre carne argentina, una medida que perjudicaría a los productores estadounidenses como ya pasó con la soja, Trump se ofuscó y respondió: "Señorita usted no sabe nada de esto, Argentina está luchando por su vida". "Están luchando por su vida. A Argentina no los beneficia en nada. ¿Entiendes lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro por sobrevivir, están muriendo", justificó Trump. Lo dijo a pesar de que no se vean cadáveres en las calles.
 
Trump dijo que intentará ayudar a la Argentina a "sobrevivir en un mundo libre" porque le "gusta" el presidente Milei. "Creo que está intentando hacerlo lo mejor que puede, pero no hagas que parezca que lo están pasando bien, están muriendo. Están muriendo", lanzó. Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el presidente de EEUU intenta ayudar al chupamedia Milei, pero lo termina hundiendo.
 
El martes pasado, durante la reunión en la Casa Blanca, le reiteró el apoyo, pero advirtió que está atado al resultado de las elecciones del 26 de octubre. "Si pierde, no seremos generosos con la Argentina", dijo Trump generando un desplome en los mercados. El gobierno de Milei tuvo que salir a aclarar por todos lados que se refería a las elecciones de 2027, pero Trump reiteró en sus redes que se refería a las de medio término. Días después, Milei se enojó con un periodista que le preguntó sobre esa frase y enojado respondió que fue malinterpretada por el Grupo Clarín.
 
Las palabras del mandatario yanqui obligaron a una rápida reacción oficial. El vocero presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, buscó relativizar el impacto y pidió "entender el contexto". Sin embargo, terminó admitiendo que "claramente no somos un país al que le vaya bien", al enumerar inflación mensual del 2%, riesgo país en torno a los 1.000 puntos y un clima electoral enrarecido.
 
El Banco Central (BCRA) firmó el acuerdo de swap con EE. UU. por U$S 20.000 millones. A pesar del anuncio, el riesgo país se ubicó por encima de los 1000 puntos, los ADRs de empresas argentinas cayeron hasta 5% y el dólar cerró en $1495. Otro anuncio de la Secretaría de Finanzas, de toma de deuda con el JP Morgan, hizo revertir algo la caída de bonos. No alcanzó con el Tesoro, se suman los "bancos internacionales amigos" al saqueo y la rapiña.
 
Mientras Trump describió a la Argentina como un país "sin dinero" y "peleando por sobrevivir", la respuesta libertaria se redujo a relativizar el golpe y aceptar, a medias, el diagnóstico externo. Como sea, el mercado parece ya no creer en las promesas de ayuda de Trump y espera hechos concretos. Ni siquiera las intervenciones de Scott Bessent comprando pesos han logrado frenar la volatilidad del dólar.
 
La Opinión Popular
 

20-10-2025 / 10:10
La relación entre José Luis Espert y Fred Machado, el acusado por narcotráfico que financió su campaña presidencial en 2019, sigue complicando a La Libertad Avanza, aunque el economista, al que todavía defiende Javier "Cipayo" Milei, ya no encabeza la lista libertaria oficialista. En el último reportaje que otorgó el día que se confirmó su extradición a los Estados Unidos, se reveló el mensaje que Machado le pasó al Gobierno. Soltó una bomba que hizo temblar a más de uno en La Rosada.
 
En una entrevista de ocho horas con la periodista Caro Fernández, de Splendid AM 990, lanzó una advertencia que suena a ultimátum: "Si hablo, se cae el país". Con la extradición a Estados Unidos autorizada por la Corte Suprema, Machado no se guardó nada y apuntó directo al corazón del poder libertario, salpicando a figuras como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Alberto Weretilneck con acusaciones que, de probarse, podrían destruir al Gobierno de Javier Milei.
 
El empresario, con un tono que mezcla bronca y desesperación, mandó un mensaje filoso a Santiago Caputo, estratega clave de Milei: "A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana". La respuesta fue: "Mensaje recibido". ¿Qué sabe Machado que pone tan nervioso al entorno presidencial?
 
Con Espert, su exaliado, no fue menos duro. Financió su campaña en 2019, pero ahora lo acusa de darle la espalda. "Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?", dijo, recordando una advertencia que le hizo en marzo de 2021 sobre los riesgos que corrían. "Le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó", disparó con amargura.
 
Las acusaciones también alcanzaron a Patricia Bullrich. Según Machado, habría una triangulación de fondos para su campaña presidencial de 2023, con más de 3 millones de pesos movidos a través de una empresa de la familia Bada Vázquez, de los cuales al menos 215.000 pesos habrían ido a parar a su campaña.
 
Sobre Weretilneck, señaló un supuesto entramado de negocios en Río Negro, con permisos de explotación de arenas silíceas otorgados a Claudio Cicarelli, presunto testaferro del gobernador.
 
En un intento por limpiar su nombre, Machado insistió: "Es una cuestión de plata, no de droga". Sin embargo, la noticia de su extradición lo desmoronó. Entre el ladrido de sus perros y la tensión del momento, suplicó a Fernández: "No me dejes solo". Horas después, un operativo policial lo trasladó para enfrentar su destino en Estados Unidos.
 
La Opinión Popular
 

19-10-2025 / 08:10
Entre el colapso económico, la pérdida de relato y el avance de sus propios aliados, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el tramo final de la campaña convertido en símbolo de su propio fracaso: un presidente sin respuestas, cercado por la realidad y por quienes financiaron su ascenso. El plan "llegar" se quedó sin nafta cuando todavía falta una semana para alcanzar la meta. La impotencia es la tónica en la recta final antes de unas elecciones que se convirtieron en un delicado plebiscito sobre el futuro del gobierno y del país.
 
El proyanqui Milei volvió de Washington DC con una hoja que dice "amigo" y el fibrón que usó Donald Trump para estampar esa dedicatoria. A su regreso dio dos entrevistas en las que se peleó con sus interlocutores (le dijo "marxista" a Eduardo Feinmann y a Esteban Trebucq que le hacía el "caldo gordo a los psicópatas kirchneristas") y confesó que no tiene una solución para los problemas de los argentinos.
 
- El ochenta por ciento apenas si puede llegar a fin de mes y el sesenta por ciento, setenta, llega al día veinte. Les falta dinero en el bolsillo.
- ¿Qué quiere? ¿Que lo emita?
- No, yo no...
- A ver, entonces, emitiendo no se arregla. ¿Cómo quiere que lo arregle? Vamos, dígame. ¿Cómo le pongo plata a la gente?
- El economista es usted.
- No, bueno, pero digo o sea, a ver, digamos.
 
Un día más tarde insistió:
 
- ¿Y la gente que no puede esperar, presidente?
- A ver. A ver, pero, de vuelta. Te hago una pregunta, no puede esperar, a ver, ¿cómo lo resolvemos?
- Es que yo no lo sé.
- No, bueno, entonces.
- Sólo le pregunto.
- No, bueno, pero si vas a hacer el punto, digamos, a ver, empecemos a discutir cómo se resuelve.
 
Para Milei la escasez y la mala calidad de vida de millones de personas es en todo caso un problema intelectual, teórico, en el que no tiene demasiado interés. Dos años después de asumir le sugiere a su interlocutor (no un funcionario, no un asesor, ni siquiera un consultor sino un periodista en el contexto de una entrevista televisiva en vivo) que empiece la discusión.
 
Decir que no le quita el sueño sería una exageración: ni siquiera lo considera un problema, algo que deba resolver. La economía se encargará de hacerlo, cuando deje de existir el riesgo kuka. Suena estúpido, pero es exactamente el argumento presidencial, palabra por palabra.
 
Para la mayoría de los argentinos se trata en cambio de una cuestión muy concreta, a veces de vida o muerte. Este miércoles, en Congreso, en la marcha semanal por el reclamo de una mejora en las jubilaciones, una pareja daba su testimonio a las cámaras de televisión.
 
Él está atravesando un tratamiento contra el cáncer, le sacaron la cobertura de los remedios para aliviar los dolores y los vómitos cuando le hacen quimioterapia. En el hospital sólo le entregan la mitad. Desde los estudios, la cronista sugiere que den un "alias" bancario para recibir transferencias de gente que pueda ayudarlos. No tienen teléfono: tuvieron que venderlo para comprar medicinas. Milei no tiene una respuesta para ellos ni va a tenerla. 
 

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