La Opinión Popular
                  12:10  |  Martes 23 de Diciembre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

Por
“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
Recomendar Imprimir
Nacionales - 26-09-2021 / 09:09
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Gobierno del peronismo clásico: agenda reperfilada y gestión a paso redoblado

Gobierno del peronismo clásico: agenda reperfilada y gestión a paso redoblado
Esta semana se vio una reacción, tardía pero enérgica, del Frente de Todos, que parece atender a esa idea. En ese sentido puede leerse la intervención del gobierno por parte de un equipo de peronistas feos, sucios y malos, con Juan Manzur a la cabeza. No se trata solamente de un reflejo del “pejotismo” tradicional. Imagen: Presidente Alberto Fernández y jefe de Gabinete Juan Manzur.
Un dato pasó desapercibido después de las primarias del 12 de septiembre: el resultado, a nivel nacional, muestra un escenario en el que la oposición quedó en la zona de un triunfo en primera rueda en una elección presidencial. La Constitución indica que una fuerza con el 40 por ciento de los votos y más de diez puntos de diferencia sobre su rival más cercano accede al gobierno sin necesidad de ganar un ballotage. Los candidatos de Juntos por el Cambio, en todo el país, acumularon el 38,3 por ciento de los sufragios, mientras que el Frente de Todo sumó apenas el 29,5 por ciento. Demasiado cerca.
 
Es una novedad poderosa, que cambia varios parámetros que parecían fijados. El anti peronismo, a la luz de estos resultados, ya no es el partido del ballotage que planificaron Marcos Peña y Jaime Durán Barba. En tres ocasiones consecutivas consolidó un núcleo de apoyo de alrededor del 40 por ciento del electorado, mientras que al peronismo le cuesta hacer pie desde hace una década. Se pone en duda ese determinismo, la idea de que, en condiciones normales y si no pasa nada raro, por defecto gana el candidato justicialista. El mapa ahora muestra dos continentes de tamaño similar.
 
De alguna forma, es una consecuencia lógica de la deriva ditelliana que siguió la política argentina en los últimos años con el agrupamiento de las fuerzas competitivas en dos grandes coaliciones, a la derecha y a la izquierda del centro. Esa idea de alguna manera forma parte de la génesis política del kirchnerismo, desde 2003, y también está en el núcleo de la lavada identidad que le imprimió a su gobierno Alberto Fernández. Al priorizar la identidad ideológica a la vocación de hegemonía, el peronismo se pone en pie de igualdad con el anti peronismo. El gobierno gana sólo si la gente está bien. Hoy la gente no está bien.
 
No se trata de abandonar la agenda progresista sino de hacerla encajar en un proyecto de mayorías. A esta altura del partido parece innecesario aclarar que un derecho adquirido solamente vale mientras se tenga la fuerza, social y política, para sostenerlo, y que el avance de una derecha sobregirada pone en riesgo todas las conquistas de los últimos años y más también.
 
Tampoco es una carta blanca: hay principios, como los derechos humanos, que no se negocian, y proyectos, como la ley de etiquetado, que el peronismo debería impulsar independientemente de la opinión personal de un funcionario.
 
En cualquier caso, esta semana se vio una reacción, tardía pero enérgica, del Frente de Todos, que parece atender a esa idea. En ese sentido puede leerse la intervención del gobierno por parte de un equipo de peronistas feos, sucios y malos, con Juan Manzur a la cabeza. No se trata solamente de un reflejo del "pejotismo" tradicional. Este viernes, por ejemplo, mientras una columna de La Cámpora participaba de la marcha mundial contra el cambio climático, Andrés Larroque, secretario general de esa organización, homenajeaba a José Ignacio Rucci en Chacarita junto a Héctor Daer.
 
El segundo corolario de asumir que el peronismo perdió, al menos de manera temporal, su condición hegemónica, es comprender que la continuidad de la coalición es un requisito inexcusable para seguir siendo electoralmente competitivo. Es el Frente para la Unidad. Así lo entienden los socios principales y esa certeza fue el cemento que evitó que todo se cayera a pedazos en las horas más álgidas de la semana posterior a las PASO. 
 

 
La discusión no es acerca de los nombres, como quedó claro con el saldo de la crisis de gobierno, ni sobre el rumbo, porque no hay muchas alternativas al respecto.
 
La Argentina debe acordar con el Fondo Monetario Internacional porque la deuda que dejó Mauricio Macri es, literalmente, impagable: 18 mil millones de dólares el año que viene y otro tanto en 2023. El país necesita dólares producto de las exportaciones porque las reservas son escasas y no tendrá acceso al crédito por bastante tiempo.
 
El Estado durante la pandemia no pudo llegar a los informales, que requieren asistencia urgente. Una nueva corrida cambiaria agravaría severamente la situación de esos sectores. La estabilidad es además un requisito indispensable para el crecimiento económico sostenido en el tiempo.
 
Las diferencias, en todo caso, residen en hasta dónde se puede estirar la emisión como mecanismo de financiamiento de la ayuda a los más necesitados sin que eso derive en un estallido y una nueva crisis, que partiendo de los niveles actuales de pobreza y necesidad hundiría a la sociedad argentina en un pozo aún más profundo que el de 2001, 1989 o 2020, justo cuando están dadas las condiciones para volver a crecer, incluso en este marco de precariedad macro económica.
 
Este cronista carece de las herramientas para establecer ese punto, pero la prudencia parece un camino aconsejable teniendo en cuenta el riesgo.
 
Resulta, en ese sentido, interesante, la escucha atenta y completa de la entrevista que el ministro de Economía, Martín Guzmán, le dio a Víctor Hugo Morales el miércoles, el mismo día que el país desembolsó 1800 millones de dólares para pagar la primera cuota del préstamo del FMI a Macri, y que contiene matices y apreciaciones mucho más ricas que el título que le regaló a la prensa opositora.
 
Aunque sus estilos se encuentran casi en las antípodas, hay más en común entre el ministro y la vicepresidenta que lo que ellos mismos están dispuestos a reconocer. Pragmatismo.
 
En el debate público, a los dos les asiste parcialmente la razón. Está en lo cierto Guzmán cuando explica que el gasto creció por encima del nivel de la inflación. También CFK al señalar que el déficit fiscal es menor al que se había aprobado en el presupuesto. Explica el ministro que ese déficit se redujo por el aumento en la recaudación y por la reestructuración de la deuda.
 
No dice, para no avivar internas, que la subejecución del gasto también se debe a que muchos ministerios no ejecutaron el presupuesto asignado. Está expandido: entre los funcionarios más rezagados hay albertistas, de La Cámpora y del Frente Renovador.
 
Con la llegada de Manzur a la jefatura de Gabinete se sumó otro pragmático al equipo. Durante su primera semana en el cargo organizó su primera reunión de gabinete y obligó a los ministros a pasar en limpio y por escrito sus objetivos, ordenó la comunicación presidencial, y recibió a gobernadores, candidatos, intendentes y funcionarios.
 
Después de cada charla se despedía con la misma arenga: "Ganamo', ganamo', amigo". En su entorno aseguran que no se ve como un interino y que no piensa en irse en noviembre, como se especuló tras su nombramiento. Todo dependerá, a fin de cuentas, del resultado electoral.
 
El tucumano sabe que si logra enderezar la suerte electoral del oficialismo, sin pensar en una victoria pero sí en mejorar la situación relativa y cambiar las expectativas para los dos años que quedan por delante, podrá sentarse en la mesa chica del Frente de Todos, no como un delegado del presidente sino como un socio con acciones en su poder. Ya no serán tres, sino cuatro las patas que sostienen esa mesa. Desde ese lugar, reclamará que se escuche su opinión a la hora de tomar ciertas decisiones, desde la conformación del gabinete y la institucionalización de la alianza hasta las candidaturas de 2023.
 
Manzur es un dirigente con su propia agenda, sus propias, y copiosas, relaciones con el poder y sus propias aspiraciones políticas. Puede exhibir una impresionante carrera: fue secretario de Salud de La Matanza, viceministro de Salud de San Luis, ministro de Salud de Tucumán, vicegobernador de esa provincia, ministro de Salud de la Nación y fue electo dos veces gobernador tucumano. Cuenta con sponsors poderosos dentro y fuera del país. Tiene 52 años, tres menos que Horacio Rodríguez Larreta, y apenas dos más que Axel Kicillof y tres más que Sergio Massa. Nadie duda que piensa en ser presidente.
 
Está por verse cómo impacta su desembarco en Buenos Aires en el equilibrio de poder del Frente de Todos. A priori, todos tienen algo para perder. Fernández y Massa corren el riesgo de quedar opacados si el jefe de Gabinete comienza a acumular capital político. Cristina Fernández de Kirchner volvió a sentar a la mesa chica a un dirigente que trabajó activa y públicamente contra ella, con los riesgos que eso implica. Ninguno de los tres, a decir verdad, tenía otra opción. La disyuntiva de esta hora es: unidos, hegemónicos y estables o dominados. El margen de error es microscópico.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape 
 

Agreganos como amigo a Facebook
23-12-2025 / 09:12
Un fallo de Cámara obliga al Gobierno a explicar ante la Justicia dónde está el oro que, en junio de 2024, el gobierno de Javier "el Loco" Milei sacó del Banco Central para enviar al exterior. Para los jueces, esa información constituye "un asunto de indudable interés público como es la administración de las reservas". La presentación la hizo La Asociación Bancaria, el gremio que descubrió y denunció la maniobra con los lingotes de oro. El presidente del Banco central, Santiago Bausili, ya se negó a contestar un requerimiento de la Auditoría General de La Nación. Junto a "Toto" Caputo sacaron el oro del país y nunca informaron sobre su destino.
 
En un operativo clandestino de ribetes policiales, comenzó una saga de ocultamiento de las autoridades sobre el destino de uno de los principales activos líquidos del organismo monetario. El diputado nacional y líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, presentó varios pedidos de informes exigiendo a las autoridades que expliquen donde está el oro y que tipo de cauciones lo afectan. Caputo nunca quiso explicar su destino, se limitó a comentar muy por arriba en un programa de televisión que se giró a un banco para cobrar intereses. No explicó quien lo tiene ni qué tipo de operación se hizo con ese importante activo.
 
Ahora, la Justicia Federal ordenó este lunes al Banco Central que entregue información precisa sobre el destino del oro. En una resolución firmada por los jueces Guillermo Treacy y Pablo Gallegos Fedriani, la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativa Federal, consideró que la autoridad monetaria no justificó de manera suficiente su decisión de no informar sobre el destino del activo y sostuvo que la negativa vulneró los principios de transparencia.
 
Es que Caputo y Bausili sostienen que la operación forma parte de la "administración" de las reservas y por ende es secreta. El mismo criterio opaco que Caputo utiliza para no dar precisiones sobre el swap firmado con Estados Unidos y los bonos que le entregó al Tesoro para que rentabilice la venta de dólares que hizo sobre el cierre de la campaña.
 
Los jueces fueron punzantes sobre el lamentable manejo de Caputo sobre información que debería ser pública. "La configuración de alguna de las excepciones legales a la entrega de información pública no puede depender de una apreciación unilateral del sujeto obligado", sostiene el fallo y subraya que es el Estado quien debe demostrar, de manera concreta, que la difusión de los datos solicitados causaría un daño a un interés legítimamente protegido.
 
El Banco Central respondió apenas con un comunicado formal que "había completado transferencias de parte de sus reservas en oro entre sus diferentes cuentas", sin precisar monto, destino ni motivo concreto. La respuesta evasiva del BCRA encendió alarmas. Porque ese oro no es un adorno: según informes oficiales, las reservas de oro rondan unos USD 4.900 millones, un componente significativo del total de activos extranjeros del Central.
 
Aunque la entidad insiste en que las operaciones no alteran el volumen agregado de las reservas, nadie sabe realmente dónde están físicamente esos lingotes y si siguen efectivamente en poder del Estado o se remataron en algunas de las operaciones de préstamos igualmente opacas que concretó Caputo. El balance del BCRA, en ciertos trimestres, llegó incluso a no mostrar ese componente con claridad, como si hubiera desaparecido entre páginas y cifras.
 
La Auditoría General de la Nación (AGN) reveló recientemente que el Banco Central se negó a entregar documentación sobre dónde están los lingotes, bajo qué condiciones se conservan y si parte del oro fue transformado en instrumentos financieros. El argumento oficial: la información es "confidencial" y su difusión podría poner en riesgo la seguridad de los activos. Como sea, la pregunta es: ¿dónde está el oro? Eso es lo que la Justicia ahora exige que responda Milei.
 
La Opinión Popular
 

22-12-2025 / 10:12
Las joyas de la abuela que remata el gobierno. A espaldas del Congreso, el Gobierno ya vendió 40 valiosos terrenos del Estado (pertenecientes a las fuerzas armadas, instituciones científicas y hasta predios de ex centros clandestinos de detención) y tiene 140 inmuebles más para subastar. Luis "Toto" Caputo sueña con conseguir unos mil millones de dólares mientras las grandes inmobiliarias amigas del gobierno, con Eduardo Costantini a la cabeza, se quedan con el botín.
 
Tierras del Plan Procrear, de las Fuerzas Armadas, ferroviarias, de instituciones científicas, predios de ex Centros Clandestinos de Detención y hasta un pedazo de montaña en Mendoza. Todo eso incluye la lista de más de 180 terrenos e inmuebles públicos que conforman el plan de ventas de bienes del Estado que ya avanza en el Gobierno de Javier "el Loco" Milei.
 
Los remates, que esta semana fueron noticia por la venta de tierras destinadas originalmente a viviendas sociales, se concentran por ahora en la Ciudad de Buenos Aires con las empresas de Eduardo Costantini como principales beneficiarias y otros grandes jugadores del sector, como el Grupo IRSA, codiciando las tierras.
 
A través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y sin pasar por el Congreso, la fuerza libertaria ya vendió cerca de 40 bienes y tiene en lista otros 140 lotes e inmuebles publicados para subastar en lo que le queda de mandato.
 
La lista de subastas futuras cuenta con terrenos de hasta 300 hectáreas a vender en el interior del país con destino al negocio agropecuario o a grandes proyectos inmobiliarios. Especialistas y organizaciones ambientalistas advierten que se trata "de uno de los procesos de descapitalización pública más agresivos de nuestra historia reciente".
 
"Vamos a vender muchos de los activos de la AABE y eso va a generar un ingreso de miles de millones". No mentía el ministro de Economía, "Toto" Caputo, cuando a principios de junio reconocía que el gobierno remataría las tierras del Estado para intentar sostener las reservas, en conjunto con los procesos de privatizaciones y concesiones.
 
Sólo desde ese mes la Agencia abrió subastas para un total de 26 terrenos e inmuebles a los que hay que sumarle otros 17 procesos de remate que se habían abierto desde fines de 2023. En paralelo a las subastas de la AABE, el gobierno remata también las tierras que estaban destinadas al ya disuelto Plan Procrear y apunta a recaudar una suma de entre 800 y 1000 millones de dólares por todo el paquete. Aunque hubo ventas en Mendoza, La Plata, Pinamar y Córdoba, la mayor parte de los bienes vendidos hasta ahora se concentran en la Ciudad de Buenos Aires.
 
El terreno más grande de ese paquete es el predio de cuatro hectáreas que pertenecía al Ejército y que Eduardo Costantini adquirió por más de 120 millones de dólares. El mismo empresario se quedó con un lote de la Policía Federal en Bajo Belgrano a través de la firma Argencons, que controla desde mayo, en una subasta peleada en la que la empresa le ganó incluso al peso pesado de Eduardo Elsztain y su Grupo IRSA.
 
Antes, Costantini también había sumado otro terreno a pocos metros del Campo Argentino de Polo. En los tres casos se construirán desarrollos inmobiliarios.
 

21-12-2025 / 09:12
Cuando los cimientos están agrietados, todo lo que se construye es frágil e inestable. Cincuenta días tardó Javier "el Loco" Milei, tras una sorpresiva e impactante victoria en las elecciones de medio término, en fagocitarse el crédito político, de la misma forma que se fagocitó -durante los últimos dos años- una cantidad récord de divisas sin poder acumular reservas.
 
Ahora, tiene por delante dos años en los que su suerte está atada a la voluntad de aliados poco confiables. El FMI volvió a intervenir la economía, forzando un volantazo; los gobernadores pasaron por caja y después le votaron en contra. Un poco de su propia medicina. Hola incertidumbre, mi vieja amiga, podría cantar el presidente. Dos años, en Argentina, es mucho tiempo.
 
Después de la sesión del miércoles en la Cámara de Diputados, la mayoría de los medios titularon con un triunfo del oficialismo por la media sanción de diputados y apenas destinaron alguna línea en la bajada para comentar, como algo secundario, la inesperada derrota en el Capítulo 11 que se votó de madrugada. Con el correr de las horas, la realidad se encargó de corregir ese evidente error de criterio.
 
La derrota del gobierno fue completa y sus consecuencias están teniendo ramificaciones imprevistas. Milei amenazó con vetar su propio presupuesto y Patricia Bullrich tuvo que anunciar la postergación del tratamiento de la reforma laboral, justo a la hora que la CGT desconcentraba la Plaza de Mayo. Una derrota indisimulable.
 
El debate sobre la Ley de Presupuesto en la Cámara Baja era la primera y la más sencilla de todas las sesiones que tiene por delante el Gobierno para aprobar las reformas que anunció. La dificultad insalvable que encontró esta semana echa dudas sobre la viabilidad del resto de sus planes, justo cuando tiene que convencer a los acreedores que le vuelvan a prestar el dinero que no podrá devolver en 20 días.
 
La forma en la que intentó, sin éxito, salvar esa dificultad, repercutió negativamente en la relación con todos sus aliados, a los que necesita para que el Congreso le siga dando una pátina de legitimidad a sus decisiones, muchas veces ilegales e inconstitucionales.
 
La caída del artículo 75, el corazón de la derrota, está cargada de significado político porque fue una rebelión contra la cláusula de la humillación. Enceguecido por una mala lectura de las urnas, Milei no se contentó con ganar sino que quiso escenificar un triunfo absoluto y definitivo sometiendo a los legisladores que antes de la elección habían apoyado las leyes que daban presupuesto a la Universidad Pública y a las personas con discapacidad, para que votaran explícitamente en contra de esas mismas leyes. Ese era el corazón político del proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo. Las partidas pueden reconducirse por decreto. Lo importante era coronar a Milei.
 
Así, el solsticio de verano no sólo marca hoy el final de la primavera, sino también, en coincidencia, el de la primaverita política que había comenzado para el gobierno con el resultado de las elecciones de medio término y que terminó sin que pudiera capitalizar de manera alguna ese éxito. La realidad muestra que, al fin y al cabo, las cosas no son tan malas como parecían en septiembre ni tan buenas como nos quisieron hacer creer después de octubre.
 
Todo sigue más o menos parecido a lo que fue el largo 2025: precario, inestable, violento, cada vez más autoritario y deteriorado. Este año Milei necesitó tres rescates del FMI, de Trump y de las urnas, para llegar hasta acá. Va a necesitar uno más, de los Senadores, antes del brindis del 31. Y con el 2026 comenzará una historia diferente.
 

20-12-2025 / 10:12
Agrandado como alpargata de pobre, en pocas semanas el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei dilapidó el resultado favorable de las urnas, resquebrajó su alianza con el PRO al romper la promesa de un lugar en la AGN; soportó un masivo acto de protesta de la CGT; debió postergar la reforma laboral, y le rechazaron en el Congreso su intento de derogar las leyes de presupuestos universitario y para discapacidad.
 
El efecto colateral del resultado favorable pero inesperado en las urnas fue confiarse demasiado y tomar de su propia medicina para creerse el relato sobre la estupidez humana. No ganó las elecciones porque los ciudadanos piensen que están bien. Es posible que así piense una pequeña parte de sus votantes. La mayoría sabe que está mal y votó -o no fue a votar- entre el discurso gorila antiperonista y la amenaza de un apocalipsis argentino inminente revoleado por el presidente norteamericano Donald Trump.
 
Javier Milei insiste en que la gente está bien. Es una mala lectura de la realidad que dibujan el Indec, el ministro Toto Caputo y Santiago Bausili en el Banco Central. Es el peor mensaje para mentir porque cualquier hijo de vecino puede constatar su falsedad. No importa si la inflación es cero o diez, ni si los medios dicen que bajó la pobreza. El sueldo no llega a fin de mes. O para que llegue hay que hacer sacrificios en calidad de vida, en calidad de salud y alimentación, en las vacaciones y el transporte. Todos saben que el padre, el tío o los abuelos están en el horno con las jubilaciones.
 
La lista de desgracias es más larga porque hay que anotar a los que perdieron negocios o el trabajo, que son cientos de miles. El gobierno hizo una mala lectura y sobre esa base tomó decisiones equivocadas. Una de ellas fue prometerles a sus aliados del PRO un puesto en la Auditoría General de la Nación que no podría otorgarle.
 
Se habló de una negociación con Unión por la Patria, pero en realidad, el puesto que estaba en discusión fue el que asumió la salteña Pamela Calleti que responde al gobernador Gustavo Sáenz. Si hubo negociación no fue por los votos. Los diputados de Unión por la Patria rechazaron las propuestas del Gobierno en todas las votaciones siguientes. Desde el intento oficial de derogar las leyes de financiamiento universitario y para la discapacidad, hasta el presupuesto. No hubo votos de Unión por la Patria en ninguna de esas votaciones.
 
El bochorno mayor fue con la compra de voluntades con los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) previo a la votación. Las provincias más fieles a las decisiones del bloque, como Buenos Aires, La Pampa, Tierra del Fuego, La Rioja y Formosa quedaron fuera del reparto. Milei repartió 66 mil millones de pesos de ATN para comprar esos votos. Lo hizo en forma descarada.
 
Al tucumano Osvaldo Jaldo, el más favorecido, lo hizo llegar hasta Buenos Aires para que le bese el anillo y para escracharlo con una fotografía en la Rosada. Votos en remate para el Presupuesto y la Reforma Laboral, que son parte de las políticas del Gobierno que está destruyendo la industria y expulsando inversiones.
 
Se ha naturalizado esa actitud como un acto "responsable" de los gobernadores, como si el gobierno pudiera usar con ese fin los ATN que son para problemas concretos y no para comprar votos. Usado de esa manera, ese mecanismo es directamente extorsivo.
 
Los diputados que representan a las provincias de Misiones, Salta, San Juan y Mendoza, que originalmente habían votado a favor del aumento del presupuesto a las universidades y a la discapacidad, cambiaron su voto luego de que sus gobernadores recibieran los ATN.
 

19-12-2025 / 10:12
La central obrera, acompañada de otras centrales sindicales, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, gritaron el rechazo a la reforma laboral y avisaron que comenzó un plan de lucha. Una masiva movilización desbordó la Plaza de Mayo, y muchas otras plazas de todo el país, en el primer paso del plan de lucha de la CGT y otras centrales sindicales contra la "reforma laboral" esclavista. Desde el escenario, los dirigentes de la CGT marcaron que irán escalando hasta un paro nacional.  El Gobierno tomó nota de la creciente resistencia y, cagado en las patas, pateó su tratamiento hasta febrero.
 
"Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se defienden", advirtió, en el acto, primero Octavio Argüello. Luego llegó el turno de Cristian Jerónimo: "El proyecto está escrito y redactado maliciosamente a favor de las grandes corporaciones y de las grandes empresas de la Argentina", afirmó. El último en hablar fue Jorge Sola: "Este es el primer paso, sigan sin escucharnos, terminaremos en un paro nacional en todo el país", aseguró.
 
Las frases retumbaban en Plaza de Mayo. Los triunviros de la CGT hablaban en el escenario -que le daba la espalda a la Casa Rosada- acompañados por todo el universo sindical y referentes del peronismo, la izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. No eran pocos, como especulaba y afirmaba el oficialismo, era una multitud.
 
Los bombos, platillos y bronces marcaban el ritmo de los discursos sin saber, al menos en ese instante, que el gobierno reculaba y desactivaba el tratamiento exprés de la dañina reforma laboral. Todo quedaba para febrero porque habían confirmado que el proyecto sumaba más detractores que aplaudidores. Y se asustaron con la movilización masiva.
 
Al menos por ahora, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, quedaron a salvo. No es poco para estos tiempos de crueldad que corren. Una señal clara de debilidad. La decisión es el resultado de las limitaciones de una administración acostumbrada a gobernar por DNU y que choca contra la realidad parlamentaria cuando intenta avanzar sobre derechos laborales consolidados.
 
El apuro por aprobar modificaciones estructurales sin diálogo ni consenso encontró un freno en un Congreso que todavía funciona. El mensaje de la oposición fue contundente: no habrá cheque en blanco para desmantelar conquistas sociales mientras se niegan recursos a discapacitados y universidades. La ratificación de estas leyes pese al veto presidencial marca un límite que la Casa Rosada no puede ignorar.
 
Patricia Bullrich reculó en chancletas y ya anunció que habrá nuevas extraordinarias del 2 al 27 de febrero para insistir con las reformas que exigen el FMI y los empresarios. Sin embargo, las fechas elegidas confirman lo que todos intuyen: el Gobierno deberá prometer el Presupuesto como condición para obtener votos opositores.
 
La estrategia de avanzar sin negociar nada tiene precio. Lo que pretendía ser un trámite exprés se convirtió en un recordatorio de que gobernar requiere construir mayorías, no imposiciones. Mientras Milei insiste con su agenda autoritaria de ajuste brutal, lo que ocurrió en las calles y el Congreso demuestra que aún queda capacidad de resistencia popular dispuestas a defender derechos básicos. La reforma laboral esperará, pero las dudas sobre la capacidad del Loco Mlei para aprobar sus iniciativas anarco capitalista, y gobernar a favor de los ricos, crecen. El gobierno de la oligarquía no se puede llevar todo por delante.
 
La Opinión Popular
 

NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar