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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 29-08-2021 / 09:08
JAVIER MILEI, EL TRABAJO Y EL MÉRITO

¿Quiénes son los libertarios?

¿Quiénes son los libertarios?
Uno de los dirigentes principales de este espacio en la Argentina, Javier Milei, ha construido un personaje público, caracterizado por su grosería y su desinhibición a la hora de hablar, además de su comportamiento iracundo. Esto último no es secundario ni anecdótico: el personaje busca encarnar en un tipo social que abunda más entre nosotros de lo que querríamos reconocer. El pequeño-burgués encolerizado es un personaje arquetípico en el capitalismo.
La derecha de la derecha se hace llamar como los "libertarios", una corriente que ha surgido (o resurgido) en los últimos años en numerosos países. Consideran sus adherentes que el mundo del clímax neoliberal que conquistó el mundo con la caída del régimen soviético y desmontó de modo radical las prácticas del estado de bienestar para suplantarlas por las más radicales "democracias de mercado" no es la consumación de la libertad.
 
Todavía hay estados, hospitales y escuelas públicas, policía estatal... ¡Hasta sindicatos hay! Es decir, la "libertad" del neoliberalismo todavía no es plena. Todavía funciona, aunque degradado y acechado, el mito del contrato social.
 
Uno de los dirigentes principales de este espacio en la Argentina, Javier Milei, ha construido un personaje público, caracterizado por su grosería y su desinhibición a la hora de hablar, además de su comportamiento iracundo.
 
Esto último no es secundario ni anecdótico: el personaje busca encarnar en un tipo social que abunda más entre nosotros de lo que querríamos reconocer. El pequeño-burgués encolerizado es un personaje arquetípico en el capitalismo; la literatura revolucionaria de principios del siglo pasado previno contra el infantilismo revolucionario.
 
Es decir, contra esa impaciencia que considera que siempre es un buen momento para una buena revolución. La novedad es que esa impaciencia -o una parte de ella- hoy ha cambiado de signo; es de derecha neoliberal.
 
Y la palabra clave es "libertad". La felicidad del individuo (la única que existe según su canon) es incompatible con el orden estatal y demanda achicar tanto como sea posible el espacio de lo público. Parecería ser -así lo fue siempre- el territorio exclusivo de las clases pudientes, de los que no necesitan el hospital público ni corren el riesgo de caer en la escuela pública, como lo formuló secamente Macri.
 
El sentido de la injusticia del orden político es trasladado desde su lugar histórico -la demanda de igualdad, el ejercicio de la solidaridad- hasta su nuevo sitio, el de la "meritocracia". Es decir, la demanda es que lo público no intervenga (o intervenga en la mínima medida posible en la trayectoria de las personas). Hoy está claro el público de esta plataforma política. Que convoca sectores juveniles. Que no se aloja exclusivamente entre los más ricos.
 

 
Hasta ahora no ha merecido mucho análisis el surgimiento de una alianza electoral "a la derecha de la derecha". Y el hecho de que en esta elección, la expectativa de votos que se le asigna en los sondeos propios alcanza para constituirse en una preocupación de la coalición de derecha que gobernó el país recientemente.
 
Ciertamente, "Cambiemos" no fue una derecha moderada. Su catastrófica experiencia en el gobierno no se debió, sin duda, a su "moderación" en la aplicación de un programa rigurosamente enmarcado en la lógica neoliberal: endeudamiento brutal y vertiginoso, crecimiento en flecha de la desocupación, cierre de empresas, debilitamiento de la industria, política exterior incondicionalmente asociada a Estados Unidos son, para nombrar las más destacadas y evidentes, señas características de los gobiernos neoliberales.
 
Así fue la política de Martínez de Hoz durante la dictadura cívico-militar, del menemismo y de la Alianza. Todas terminaron en situaciones gravemente críticas; también la de Macri.
 
 
Qué es la política para los libertarios
 
La ilustración más clara de este ideal libertario es la descarga neurótica que suele producirse en el individuo de clase media cuando habla de los beneficiarios de la solidaridad estatal. En ese punto exacto está el atractivo de este neoliberalismo ultra.
 
"Yo tengo que levantarme temprano todos los días y estos negros de m... ganan la misma plata que yo". Y el cuadro de la "cosmovisión" se cierra y completa con el juicio "contra la política". ¿Qué es para los "libertarios" la política? Es una industria o un comercio como cualquier otro. La mercadería que se transa son los votos.
 
Con los votos se consiguen cargos. Con los cargos es más fácil conseguir votos: por lo menos no hay que perder tiempo trabajando, alcanza con conseguir un lugar en alguna cámara del congreso o, algo más modesto, figurar en alguna plantilla estatal: vida próspera y segura sin necesidad de trabajar.
 
Muchos millones de dólares (muchísimos más en la imaginación antipolítica que en la realidad efectiva) se van desde la iniciativa individual creadora e inteligente para guarecerse en la política. Si a eso se le agrega el grave estado económico y social en el que "los políticos" dejaron siempre al país, la teodicea cierra de manera perfecta.
 
Francois Dubet, en su famoso texto "Por qué preferimos la desigualdad (aunque digamos lo contrario)" analiza el comportamiento de las clases medias urbanas desde una perspectiva muy original.
 
¿Por qué el conocimiento público de la extraordinaria concentración de riqueza en pocas manos no insubordina a los sectores medios contra esa oligarquía global? Es porque están muy lejos, son invisibles para el ciudadano común.
 
También podrían ser invisibles los pobres en la medida en que el capitalismo neoliberal los segrega en barrios populares y villas de emergencia. Pero no. Los pobres existen: son los mendigos, los sucios, los que amenazan la seguridad de los buenos, los que, llegado el caso, pueden matar "por un par de zapatillas".
 
Por eso, la vida suele pasar por la distinción. Por ser "diferentes" a ellos. Por el barrio en que vivimos, la escuela en la que estudiamos, nuestra cultura. Y, claro, por nuestra honradez. Porque trabajamos y no necesitamos de la política. Más bien necesitamos que los políticos nos dejen en paz.
 
Hasta ahora quienes nos adjudicamos la condición de democráticos, nacionales y populares, todo lo que hemos venido haciendo respecto de este discurso es la prédica de nuestro escándalo contra esa gente que no aprecia como nosotros el valor de la igualdad.
 
Sería interesante buscar la forma de establecer una conversación política respetuosa y empática (claro, hasta donde se pueda). No son argumentos vacíos los argumentos que esgrimen, aunque sean equivocados. El valor del trabajo y del mérito no son neoliberales.
 
Toda la infraestructura histórica de los partidos populares argentinos consiste en la defensa del valor del trabajo -"digno y bien remunerado", como se decía y se dice en los documentos sindicales y populares.
 
Y el mérito no es una mentira, las personas no somos iguales en el sentido de objetos intercambiables. El esfuerzo, la formación de capacidades y talentos individuales, el estudio, la investigación no constituyen egoísmo burgués. Son nuestra historia política.
 
Son de la tradición peronista, radical, de izquierda. Son de los padres de la mayoría de nosotros que supieron hacerse un lugar en el mundo a fuerza de trabajo (ayudados en muchos casos por el estado peronista).
 
La degradación del mundo del trabajo, el desempleo, la precarización, la caída del salario son parte de un plan criminal y colonialista siempre acompañado por la oligarquía local.
 
Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia, su obsesión era que todos los días disminuyeran las prestaciones estatales por efecto de que nuevos hombres y mujeres conseguían empleo. Eran los tiempos de la crisis de la primera alianza. Y fue la segunda la que nos hizo retroceder en el empleo y en la producción y la que condenó al desempleo a masas de personas.
 
La solidaridad con las personas que sufren los efectos de las políticas neoliberales es una necesidad para un país que se pretenda digno. El estado la canaliza y la hace efectiva para evitar dolores mayores. Y también para preservar la paz social.
 
Dicho todo esto, en nuestro horizonte tiene que estar una sociedad de trabajadores y trabajadoras en las que los ingresos sociales a cargo del estado, apunten a cubrir necesidades del desarrollo individual y colectivo y no a asegurar -en el mejor de los casos- la alimentación básica.
 
Por Edgardo Mocca
 
Fuente: El Destape
 

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18-12-2025 / 08:12
Tras conseguir la media sanción de un presupuesto 2026 que multiplica el ajuste, solo favorece a los más ricos y carga los costos sobre los desprotegidos, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei sufrió un duro golpe con el rechazo al capítulo que derogaba el Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad. También quedaron fuera la restricción de la ley de zona fría y la desindexación de la AUH.
 
El Gobierno consiguió la aprobación en general el Presupuesto 2026, pero sufrió una derrota clave: la oposición logró voltear completo el capítulo 11, donde se concentraba la derogación del financiamiento universitario y de la emergencia en discapacidad, dos leyes que el oficialismo insiste con incumplir. Tras una sesión que comenzó a las dos de la tarde y se extendió hasta la madrugada, Lule Menem y Diego Santilli ofrecieron concesiones de todo tipo a gobernadores y bloques aliados para blindar el capítulo entero.
 
Sin embargo, al momento de la votación sólo reunieron 117 votos afirmativos, mientras que la oposición alcanzó 123 rechazos y sumó además dos abstenciones. Es la tercera vez en un semestre que el Gobierno pierde frente al financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad, si se cuentan la sanción original de las leyes, la insistencia parlamentaria tras el veto presidencial y ahora el intento de derogación vía presupuesto. También se rechazaron la eliminación de las actualizaciones automáticas de la Asignación Universal por Hijo y demás asignaciones familiares.
 
Envalentonado por el triunfo electoral de octubre, el oficialismo buscó acelerar la motosierra y eliminar dos normas que el Congreso sancionó, el Ejecutivo vetó y ambas Cámaras ratificaron con mayoría agravada, más de los dos tercios de los presentes. A pesar de las arduas negociaciones, el reparto de ATN y las promesas de la Casa Rosada a los gobernadores aliados, la catamarqueña Fernanda Avila, se les dio vuelta y voto en contra el capítulo 11, al igual que los tres tucumanos del bloque Independencia y los tres salteños de Innovación Federal.
 
Para destrabar el trámite, el oficialismo había intentado a último momento una maniobra más: incorporó la adecuación de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires y un refuerzo de 21.000 millones de pesos para el Poder Judicial, bajo la administración del Consejo de la Magistratura. El objetivo fue evitar el naufragio del capítulo completo. "Le ponen un condicionamiento al Poder Judicial para que ni se le ocurra judicializar el capítulo XI porque se les cae el financiamiento. Son unos chantas y eso es lo que están haciendo ahora", denunció el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.
 
A la hora de votar, resultaron decisivas las abstenciones de los radicales Cipolini y Schneider. Desde sus redes, la diputada Cecilia Moreu celebró la victoria de la oposición. "Quisieron jugar sucio y les salió mal. Pese a las múltiples maniobras extorsivas con las que el oficialismo y los sectores cómplices intentaron blindar la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, logramos sostenerlas. Basta de dilaciones, son leyes votadas y ratificadas por el Congreso Nacional. Vamos a seguir dando la pelea para que entren en vigencia y se apliquen como corresponde", escribió en X.
 
Durante el debate varios diputados habían advertido que judicializarían la norma, de aprobarse. Los diputados Maximiliano Ferraro y Eduardo Valdés, fueron los encargados de advertir que el intento del oficialismo vulneraba el artículo 20 de la Ley 24.156 de Administración Financiera que en relación al presupuesto establece que "no podrá contener disposiciones de carácter permanente, ni reformar o derogar leyes vigentes".
 
La Opinión Popular
 

17-12-2025 / 09:12
A días de cumplir su segundo año de gestión, el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei busca aprobar su primer presupuesto sin frenar en las curvas. Tras conseguir dictamen de mayoría con ayuda de gobernadores aliados, este miércoles se trata la "Ley de Leyes" en Diputados. Envalentonada, Patricia Bullrich buscará incluirlo también en la sesión del viernes 26, en la que se debatirá la reforma laboral en el Senado. Para sorpresa de la oposición, el dictamen deroga el Financiamiento Universitario y la Emergencia en discapacidad. Ambas iniciativas fueron sancionadas por el Congreso, vetadas por el Gobierno e insistidas en ambas cámaras. El nuevo proyecto deroga el ajuste automático de las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo y le da discrecionalidad al gobierno.
 
En un súper miércoles, la Casa Rosada intentará disciplinar al Congreso con la ley de "Disciplina Fiscal", que penaliza a quienes atenten contra el excel libertario y buscará avanzar con la aprobación de un blanqueo blue rebautizado "inocencia fiscal". La CGT llamó a movilizar contra el desfinanciamiento de la educación, la ciencia y la tecnología.
 
Al Gobierno le quedan menos de diez días hábiles para cumplir los deberes que le fijaron Donald Trump y el FMI: tener un presupuesto y sancionar una reforma laboral. Ayer, la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside Bertie Benegas Lynch dejó listo el dictamen que el oficialismo buscará aprobar este miércoles. Los apoyos para reunir las 28 firmas -sobre un total de 46- llegaron de la mano de sus aliados del PRO, la UCR y el MID, y de los gobernadores de Catamarca, Tucumán, San Juan, Mendoza y Misiones.
 
De esas 28 firmas, seis fueron en disidencia, lo que obliga al Gobierno a continuar las negociaciones si no quiere correr una suerte similar a la que atravesó durante el tratamiento de la Ley Bases, que perdió buena parte de su articulado en el camino.
 
Para asegurarse los respaldos, la administración de Milei abrió la billetera. En los últimos días, los gobernadores colaboracionistas recibieron Aportes del Tesoro Nacional. El misionero Hugo Passalacqua recibió 12 mil millones de pesos; el chaqueño Leandro Zdero, 11 mil millones; y el tucumano Osvaldo Jaldo, 20 mil millones. Esta última fue la cifra más generosa que el Gobierno envió a una provincia en todo 2025.
 
Además, el lunes por la noche la Casa Rosada envió al Congreso la reforma de la Ley de Glaciares. La iniciativa habilita a las provincias a avanzar con proyectos mineros sobre reservas estratégicas de agua. De aprobarse, Catamarca, Mendoza y San Juan quedarían entre las principales beneficiadas para hacer negocios con las multinacionales yanquis que miran de reojo.
 
Si bien existe consenso entre la mayoría de los bloques en que el Gobierno no puede seguir administrando el Estado sin un presupuesto, el proyecto no contempla partidas para recomponer los ingresos de los jubilados, no prevé mecanismos para reactivar la obra pública ni incluye un solo artículo orientado a impulsar la actividad económica.
 
Todo el andamiaje se reduce a blindar el equilibrio fiscal, que Milei alcanzó a fuerza de recortar en todas las áreas sensibles del Estado, a excepción del pago de los intereses de la deuda. Además, las metas que fija parecen a simple vista difíciles de cumplir. El proyecto prevé un crecimiento de la economía del 5 por ciento del PBI, una inflación anual del 10,1 por ciento y proyecta un dólar a 1423 pesos para diciembre de 2026. Esto último está por debajo del precio actual.
 

16-12-2025 / 10:12
Las reformas que impulsa el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei, en especial la laboral, buscan sin disimulo convertir a nuestro país en una economía colonial de enclave, productor de materias primas, sin industria y en donde sobre más de la mitad de los argentinos. En el país cierra una empresa por hora y 400 trabajadores por día se quedan sin empleo. El cálculo surge de tomar en cuenta que "el Peluca" y su motosierra destruyeron 19.114 firmas dejando en la calle a algo más que 264 mil asalariados registrados en sus dos primeros años de gobierno.
 
Para Argentina es un cambio dramático, pues es uno de los países en donde la legislación laboral del siglo XX más avanzó en el sentido de proteger a los trabajadores. Por esa razón, por ese "mal ejemplo" para la región latinoamericana, el objetivo del FMI de retroceder más de un siglo en las condiciones bajo las cuales se desenvuelve el mundo laboral, haya sido tomado con tanta energía por los últimos gobiernos de derecha y mucho más ahora bajo el modelo reaccionario extremo que impulsan los desquiciados Milei, Sturzenegger, Caputo y cía.
 
Todos y cada uno de los puntos del extenso proyecto que acaba de aterrizar en el Congreso es un muestrario de la ideología conservadora y retrógrada que alienta a este gobierno como fiel representante de la elite económico-financiera también conocida como "círculo rojo". A tal extremo esto es así que el gobierno ni se molestó en desmentir lo que hace un tiempo se conoció: los autores materiales de este engendro son los estudios de abogados que prestan sus servicios a las corporaciones más poderosas, los llamados "dueños de la Argentina". Es el gobierno para los ricos.
 
El sueño húmedo de esta minoría enferma de codicia es voltear, una por una, todas las protecciones legales que tienen los trabajadores argentinos, aunque también debe decirse que buena parte de ellas ya fueron demolidas de hecho por el propio accionar de un mercado laboral que, con independencia de los gobiernos que se sucedieron desde el estallido social y la gran crisis económica de 2001, dejaron a casi la mitad de los asalariados desempeñándose "en negro", al margen de la formalidad.
 
Lo que veremos en las próximas horas en el Congreso les dejará en claro a los argentinos quiénes son los senadores y diputados dignos de ser llamados oposición y quiénes se someterán ante las ofertas de dinero que ya está circulando por oscuras vías. Gobernadores dialoguistas también estarán en el "toma y daca" que este gobierno puso en marcha sin que la gran prensa porteña, convertida en vocera oficial de la Casa Rosada, hable como lo hacía habitualmente de "látigo y billetera" con otros gobiernos que nunca llegaron a extremos de manipulación de los recursos fiscales como el actual.
 
El triunfo electoral de octubre de Milei es el combustible que aceleró la decisión de avanzar con este proyecto y con otros que también buscan reconfigurar en profundidad el diseño social, económico e institucional de la Argentina. La llamada ley de tierras, de glaciares, la reforma educativa, la tributaria, etc. conforman una ofensiva de los sectores concentrados de la economía contra el conjunto social. Convertir a este país en una economía colonial, sin industria, sin ciencia, sin educación de calidad, sin protección social ni laboral para las mayorías populares es una meta que está en las mentes de los libertarios. La política de tierra arrasada que se proponen les resulta indiferente, pues la ambición de poder -político y económico- está por encima de todo.
 
La CGT convocó a una movilización a la Plaza de Mayo para el jueves a la que adhirieron las dos CTA, ATE y otros gremios, el peronismo, organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.  Para aterrorizar, la especialidad del mileísmo, aplicarán el protocolo antipiquetes. Si la movilización es masiva, cuesta creer que la amenaza de represión violenta se cumpla. Crispar el clima social en vísperas de fin de año, en nuestro país, nunca tuvo buenos resultados para los gobiernos.
 
La Opinión Popular
 

14-12-2025 / 09:12
Bajo el mote de reforma laboral se esconde la decisión de Javier "el Loco" Milei que pretende consagrar institucionalmente, en 2026, los objetivos que en 1976 se planteara la dictadura militar genocida. Los cambios en el proceso de acumulación en el marco del genocidio, el endeudamiento, la valorización financiera y la fuga de capitales, la desindustrialización, el modo de incorporación del cambio tecnológico y la llegada del capitalismo de plataformas, produjo una sustancial alteración de la relación capital-trabajo, obviamente en desmedro del conjunto de los trabajadores.
 
En ese marco de brutal regresividad en las condiciones materiales de vida de quienes trabajan, se sucedieron en las distintas administraciones conservadoras cambios normativos, todos con la misma dirección. 1. Abaratar el precio del trabajo. 2. Facilitar el despido. 3. Debilitar los convenios colectivos. 4. Limitar y destruir la organización sindical.
 
Estas orientaciones fueron parte de los cambios normativos que impulsó la dictadura militar, de las leyes que llevaron adelante Cavallo, Menem y De la Rúa, del frustrado intento de Macri y también del proyecto de Milei. Proyecto este cuya profundidad en términos de alteración de la Ley de Contrato de Trabajo solo es equiparable a lo planteado hace 50 años por la dictadura militar.
 
Además, se lleva a cabo la directa eliminación de los costos del despido a partir de la creación de un Fondo de Asistencia Laboral que se financiará con tres puntos de las actuales contribuciones patronales. A la vez, se les reduce en un punto adicional los aportes a los empresarios en relación a las obras sociales que dejarían de percibir un punto de los que están recibiendo en la actualidad.
 
En síntesis, cuatro puntos de los aportes patronales dejan de financiar las jubilaciones y la salud de los trabajadores, con el objeto de eliminar los costos del despido y reducir los costos laborales. Situación ésta que implica una redistribución de ingresos desde los trabajadores al capital, cercana a los 3000 millones de dólares.
 
Las experiencias internacionales y la propia experiencia nacional indican que estas propuestas solo profundizan la desocupación, la informalidad y la pobreza. Es más, aspectos laborales de esta naturaleza son los que contenía la Ley Bases y que ya tuvieron dos años de aplicación en el curso del gobierno de Milei. Años que lejos de promover el empleo registrado, coexisten con la destrucción de 222 mil puestos de trabajo formales registrados de los cuales 139 mil son del propio sector privado, al tiempo que el monotributo y los asalariados no registrados constituyen las formas de inserción laboral de mayor importancia en los últimos dos años.
 
Por si esto fuera poco, los modelos que pregonan los funcionarios libertarios como objetivos a alcanzar por la Argentina, no hacen más que negar con la evidencia lo que el propio gobierno pregona para justificar lo que propone. Poner como ejemplo a seguir países como Paraguay o Perú, que prácticamente carecen de legislación laboral, resulta inentendible. Estos dos países exhiben, aún sin legislación laboral, niveles de informalidad superiores a los que hoy exhibe la Argentina.
 
Para frenar esta ofensiva hay que convocar a la sociedad a discutir la necesidad de relaciones laborales diferentes para un país distinto al que construye Milei. Para eso necesitamos relaciones laborales que se edifiquen en base a la redistribución del ingreso, la revalorización del trabajo y la necesidad de expandir derechos para todos aquellos que trabajan independientemente del tipo de inserción laboral que tengan.
 
La Opinión Popular
 

13-12-2025 / 09:12
El proyecto de país que perfila el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei tomó el aspecto de una sociedad sin derechos organizada por el mercado. El mercado elimina el concepto de soberanía y decidirá quién irá preso y quién se tomará vacaciones. A su vez, el mercado está organizado por una escala jerárquica según el poder económico.
 
O sea: la libertad de los libertarios es como la milanesa tucumana hecha con papel higiénico. Y de postre: inflación. Si alguno pensó que el esfuerzo valía la pena, el 2,5 de inflación -medido por un Indec que todo el mundo sabe trucho-- le dio una mala noticia: se quedó sin trabajo, se quedó sin empresa, y además tiene inflación.
 
En la misma semana asumió Joaquín Mogaburu como subsecretario de Derechos Humanos y se presentó el proyecto de reforma laboral en el Congreso. El nuevo funcionario es un personaje ligado a los represores y da cursos en los cuarteles sobre "memoria completa".
  
Mogaburu aboga por la conciliación y el perdón a los genocidas. El combo es coherente con el protocolo de seguridad que criminalizó la protesta social, el decreto que permitió a las fuerzas armadas intervenir en conflictos internos y la eliminación del derecho a huelga y otros derechos como lo estipula la reforma laboral enviada al Congreso.
 
Durante el mes hubo decenas de actos sobre derechos humanos en centros culturales, casas de la memoria y en plazas de todo el país. Y el jueves se realizó un festival en la Plaza de Mayo encabezado por Madres, Abuelas y el Serpaj de Adolfo Pérez Esquivel. Al mismo tiempo, la CGT anunciaba un acto público para oponerse al proyecto de ley enviado al Congreso.
 
No hay derechos humanos y no hay derechos laborales. No hay derecho a la protesta y no hay derecho que proteja contra la tortura y la violación como reclaman los que piden la libertad de torturadores y violadores que actuaron tras haber usurpado el Estado durante el golpe genocida. No hay sujetos de derecho en esta sociedad que conciben los libertarios y que ha sido votada por muchos que perderán los derechos que tenían.
 
Con el mercado se come, con el mercado se educa, con el mercado se cura. Si eso era difícil con la democracia, el mercado ni se lo plantea porque el único derecho que reconoce es el del que tiene más capital. El mercado habla de méritos, pero los derechos no se ganan. Los derechos implican también responsabilidades, pero no se ganan por méritos. Al menos la democracia reconoce que todos tienen derecho a comer, a la educación y a la salud. Después dependerá de los gobiernos proveer esos derechos.
 
Los libertarios inventaron una democracia con voto, pero sin derechos. Y los derechos son para todos porque son inherentes a la condición del ser humano. Si son para pocos, no califica. La democracia se construye sobre los derechos ciudadanos. Sin esos derechos básicos no hay sistema democrático. Este gobierno habla de democracia y libertad, pero cuando hace la milanesa, le pone papel higiénico en vez de libertad y democracia.
 

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