fue condenado a cuatro años de prisión por el intento de extorsión al empresario aduanero Gabriel Traficante, con la colaboración de un fiscal federal, Juan Ignacio Bidone, que recibió una pena de tres años y ocho meses de cárcel, y de dos exespías de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Rolando Barreiro y Claudio Álvarez, sentenciados a dos años en suspenso.
 
Marcelo D'Alessio, el falso abogado, está acusado de realizar maniobras mediáticas, espionaje y armado de causas junto a fiscales, periodistas y espías de la AFI de Mauricio Macri. En su último descargo, comprometió a Patricia Bullrich y a Carlos Stornelli, pero no le alcanzó: recibió cuatro años de cárcel por el intento de extorsión al empresario Gabriel Traficante.
 
Los hechos analizados por el Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) ocurrieron entre noviembre y diciembre de 2016, en pleno gobierno de Macri. Son una primera pequeña muestra de un entramado y una operatoria que mostró sus enormes alcances en otra investigación judicial que aún no llegó a juicio oral, pero que comenzó a esclarecer el juez Alejo Ramos Padilla cuando estuvo a cargo del Juzgado Federal de Dolores y describió una organización paraestatal macrista donde confluían maniobras de espionaje, extorsivas y de armado de causas.
 
Cuando le tocó decir sus últimas palabras antes del veredicto, D'Alessio no hizo más que ratificar sus vínculos con el macrismo al quejarse de que lo dejaron solo. "Más me dolió la canallada de quienes salieron corriendo en estado de pánico a usar los medios diciendo que era un loquito o fabulador y hasta llegaron a sostener que dialogaba sobre narcotráfico o la homologación de tal o cual calibre de proyectiles sónicos con un nietito", dijo.
 
Esto fue en alusión a la explicación que dio la exministra de Seguridad Bullrich cuando salieron a la luz sus llamadas con él y, para justificarlas, sostuvo que era un celular que le había dado a su nieto para jugar. "Loquito y fabulador" fue la forma de describirlo que usó el fiscal Stornelli para despegarse de él.
 
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Nacionales - 24-08-2021 / 10:08
FALSO ABOGADO ACUSADO DE MANIOBRAS MEDIÁTICAS, ESPIONAJE Y ARMADO DE CAUSAS TRUCHAS CON LA COMPLICIDAD DE FISCALES, PERIODISTAS Y ESPÍAS MACRISTAS

Marcelo D’Alessio: primer macrista condenado

Marcelo D’Alessio: primer macrista condenado
El falso abogado macrista Marcelo D'Alessio fue condenado a cuatro años de prisión por el intento de extorsión al empresario aduanero Gabriel Traficante, con la colaboración de un fiscal federal, Juan Ignacio Bidone, que recibió una pena de tres años y ocho meses de cárcel, y de dos exespías de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Rolando Barreiro y Claudio Álvarez, sentenciados a dos años en suspenso.
El falso abogado macrista Marcelo D'Alessio fue condenado a cuatro años de prisión por el intento de extorsión al empresario aduanero Gabriel Traficante, con la colaboración de un fiscal federal, Juan Ignacio Bidone, que recibió una pena de tres años y ocho meses de cárcel, y de dos exespías de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Rolando Barreiro y Claudio Álvarez, sentenciados a dos años en suspenso.
 
Marcelo D'Alessio, el falso abogado, está acusado de realizar maniobras mediáticas, espionaje y armado de causas junto a fiscales, periodistas y espías de la AFI de Mauricio Macri. En su último descargo, comprometió a Patricia Bullrich y a Carlos Stornelli, pero no le alcanzó: recibió cuatro años de cárcel por el intento de extorsión al empresario Gabriel Traficante.
 
Los hechos analizados por el Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) ocurrieron entre noviembre y diciembre de 2016, en pleno gobierno de Macri. Son una primera pequeña muestra de un entramado y una operatoria que mostró sus enormes alcances en otra investigación judicial que aún no llegó a juicio oral, pero que comenzó a esclarecer el juez Alejo Ramos Padilla cuando estuvo a cargo del Juzgado Federal de Dolores y describió una organización paraestatal macrista donde confluían maniobras de espionaje, extorsivas y de armado de causas.
 
Cuando le tocó decir sus últimas palabras antes del veredicto, D'Alessio no hizo más que ratificar sus vínculos con el macrismo al quejarse de que lo dejaron solo. "Más me dolió la canallada de quienes salieron corriendo en estado de pánico a usar los medios diciendo que era un loquito o fabulador y hasta llegaron a sostener que dialogaba sobre narcotráfico o la homologación de tal o cual calibre de proyectiles sónicos con un nietito", dijo.
 
Esto fue en alusión a la explicación que dio la exministra de Seguridad Bullrich cuando salieron a la luz sus llamadas con él y, para justificarlas, sostuvo que era un celular que le había dado a su nieto para jugar. "Loquito y fabulador" fue la forma de describirlo que usó el fiscal Stornelli para despegarse de él.
 

 
D'Alessio solía jactarse de sus vínculos con dirigentes políticos, funcionarios/as, miembros del Poder Judicial, fiscales, espías y con periodistas que, en muchos casos, eran reales. Los usaba para incidir en causas judiciales, ofrecer desligar a alguien de alguna investigación y/o que lo traten bien los medios y a veces utilizaba esas relaciones sólo para asustar, generar algún peligro hipotético y pedir dinero a cambio, según se vio en la acusación del caso de Traficante y también en la causa de Dolores, donde el empresario Pedro Etchebest denunció que le pedía dinero para evitar que quedara implicado en el caso de los cuadernos.
 
La denuncia de Traficante en particular está ligada a la causa conocida como la de la "mafia de los contendedores": el empresario no estaba ni estuvo imputado pero D'Alessio intentó sembrarle ese temor. Se conocían del country Saint Thomas y el falso abogado lo convocó a su casa a través de un conocido.
 
Le dijo que sabía que iba a estar complicado en ese expediente (donde lo único que había pasado era que alguien había mencionado su nombre), igual que su familia. Le pidió primero 90 mil dólares para borrar supuestas pruebas y con el correr de los días y las conversaciones llegó a intentar sacarle 600 mil. En el ínterin, el periodista Daniel Santoro publicaba notas que decían, por ejemplo, "investigan si un millonario (Traficante) es jefe de la banda del cuñado de De Vido".
 
Traficante hizo la denuncia en diciembre de 2016, pero la investigación recién se activó cuando comenzó a crecer la causa que estaba a cargo de Ramos Padilla en 2109, donde se llegaron a detectar más de 70 operaciones de todo tipo, por algunas de las cuales terminaron procesados Stornelli, otros agentes de inteligencia y también Santoro, entre otros. D'Alessio lleva dos años y medio detenido. En el caso Traficante, el juez Luis Rodríguez cuestionó el papel del periodista, pero lo sobreseyó.
 
Cuando D'Alessio habló ante el TOF 2 desde una sala del penal de Ezeiza, con un buzo azul eléctrico y anteojos pequeños de marco oscuro, confirmó sus lazos con el poder político macrista, pero lo hizo para quejarse de que lo abandonaron. "De los 50 amigos y 500 conocidos quedaron tan pocos que los puedo contar con la mano, es un duro aprendizaje", se lamentó.
 
Aseguró que capacitó "gratuitamente" "sobre narcotráfico" a "diputados y diputadas, ministros y ministras, a senadores y a personas de la Agencia Federal de Inteligencia y periodistas, entre otros". Dijo que fue el creador "del índice Big Mac de la cocaína que se usa en el área de Drogas de Naciones Unidas" y que sus "presentaciones contenían información que incomodaron a funcionarios que lejos de judicializar el material que desarrollaba optaron por silenciarme tendiéndome una trampa".
 
Algunos de sus vínculos más conocidos eran con Paula Oliveto, también con Elisa Carrió --quien incluso se ocupó de motorizar una causa a modo de contraofensiva de la que tramitaba en Dolores-- y con la ex ministra Bullrich, con quien se registran chats donde se advierte una relación de confianza y D'Alessio le ofrece material.
 
"Seguramente ustedes me conocieron por los medios antes de conocerme, como agente anti K, un operador judicial o un espía de potencias antimperialistas", dijo para alegar que estaba condenado de antemano, "que la condena mediática parece superar el estado de inocencia".
 
"Si existe la grieta, me dejaron bien en el medio", acotó. También dijo que fue "torturado" por los dos jueces que tuvieron a cargo causas en su contra, Ramos Padilla en Dolores y Luis Rodríguez el caso Traficante, porque dispusieron que estuviera "aislado durante las 24 horas (...) lo mejor hubiera sido que me suicidara", se victimizó.
 
El fiscal (suspendido) de Mercedes Juan Ignacio Bidone tuvo un papel relevante en los aportes a la extorsión a Traficante, según mostró el fiscal Diego Luciani a lo largo del juicio. Le proporcionó a D'Alessio datos sobre movimientos migratorios y cruces de llamados telefónicos, a los que podía acceder a través de su fiscalía. El falso abogado los usó para asustar al empresario y pedirle plata.
 
D'Alessio y Bidone se habían conocido en el contexto de la causa del Triple Crimen de General Rodríguez, ligado al tráfico de efedrina. El fiscal dijo que lo creía un agente de la AFI y que intercambiaban información, pero reconoció en el juicio que nunca corroboró de quién se trataba. En la ampliación de su indagatoria había contado también que fue D'Alessio quien le pasó el número de celular de Bullrich en su momento.
 
Argumentó que él quería seguir investigando ese caso, que había pasado a manos de la jueza María Servini y que "hubo una cuota de ego, de seguir investigando cuando desde la formalidad ya no debía hacerlo". De hecho, para ese entonces ya no estaba a cargo del caso. Volvió a decir que fue "imprudente".
 
"Nunca quise intervenir en un delito de extorsión ni obtener dinero de nadie", se defendió Bidone. "¿Dónde está la certeza de que yo sabía lo que hacía D'Alessio", inquirió a los jueces.
 
"Quiero pedirles encarecidamente dos cosas --agregó--: que como hombres de derecho no tomen a la ligera la decisión que están a punto de tomar (...) más allá de ser fiscal soy un hombre de familia y que ha tenido que sufrir el escarnio público y mediático por tres años, jamás pensé encontrarme en una situación como ésta". Señaló que la acusación le parecía "desproporcionada".
 
En la causa que tramita en Dolores, el grupo de Bidone, D'Alessio y los espías aparece, de hecho, involucrado en una operación particular relacionada con al Triple Crimen: "D'Alessio presentó informes de inteligencia que fueron incorporados en un legajo reservado que poseía el fiscal Bidone.
 
Esos informes apuntaron explícitamente a involucrar al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández en la causa del Triple Crimen, así como a probar que ex agentes de la AFI habían intentado encubrir el tráfico de efedrina y otros crímenes vinculados", describió Ramos Padilla. Para realizar "el ciclo de inteligencia ilegal", decía el juez, la organización se valía también de la participación de los mismos espías condenados: Barreiro y Alvarez, "cuyo aporte resultó esencial" en toda la operación contra Traficante.
 
Ellos también hablaron ante el tribunal. Barreiro, le dedicó un párrafo a D'Alessio: "le quiero decir 'quédate tranquilo que todo pasa y todo llega'". En cuanto a él mismo, dijo: "No me puedo arrepentir de algo que no hice". Alvarez sostuvo: "Se habló de narcotráfico, de direcciones, de teléfonos, de juzgados. Yo no tengo nada que ver". Dijo que le entregó listados con información a Bidone porque confiaba en él como fiscal. "A mí me echaron como un perro por todo esto y me sometí a la máquina de la verdad (en la AFI). Nunca pensé que iba a llegar a juicio oral", protestó.
 
El fiscal Luciani había pedido cinco años de prisión para D'Alessio, cuatro años y ocho meses para Bidone, para Barreiro cuatro años y seis meses mientras que para Álvarez pidió tres años y nueve meses de cárcel. La sentencia del TOF 2, que integran los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Gimenez Uriburu y Enrique Mendez Signori, fue unánime. Los espías fueron los más beneficiados, con penas en suspenso.
 
Lo que D'Alessio mencionó sobre lo que consideraba "su trabajo" no es nuevo. Poco antes de su detención había dicho: "Yo investigo, mi trabajo es... a ver, mi pasión es investigar (...) pero sí, no sólo investigo, hay cosas que las trabajo y se las doy a los periodistas y hay cosas que aporto a los juzgados".
 
Pero hubo algo novedoso: la advertencia a quienes estarían en la misma organización o hasta ahora salpicados por ella, sobre  los que por el momento nunca dio precisiones a la Justicia. Esta sentencia podría ser la antesala de la causa que tramita en Dolores que, además de mostrar la misma operatoria multiplicada, aportaría claridad sobre casos donde habría participado D'Alessio con grandes implicancias políticas.
 
Por Irina Hauser
 
Fuente: Página12
 

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04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

03-12-2025 / 10:12
No fue solo un giro diplomático: por primera vez desde el retorno de la democracia, Argentina votó en esta materia junto con EEUU e Israel, dos países cuestionados por graves violaciones a los derechos humanos y hasta genocidio, posicionándose, así como los tres únicos Estados en el mundo que se niegan a condenar el uso de la tortura.
 
El posicionamiento argentino desnuda la verdadera esencia del gobierno de Javier "el Loco" Milei, al cual la calificación de fascista no resulta exagerada, pues hubo incluso gobiernos de extrema derecha, que por vergüenza o compromiso, votaron afirmativamente condenando la tortura.
 
La resolución rechazada por Argentina fue promovida por el Comité contra la Tortura (CAT), órgano que días antes había publicado un informe crítico sobre la situación del país. Ese informe expresó su "profunda preocupación" por la persistencia de detenciones prolongadas en comisarías, prácticas policiales violentas, falta de controles judiciales efectivos y condiciones inhumanas en lugares de encierro.
 
El Comité recordó que los jueces y juezas penales son garantes últimos de la legalidad y dignidad de toda detención, y que el Estado argentino viola sus obligaciones cuando tolera celdas sin ventilación, superpobladas, sin colchones, sin agua potable, o cuando naturaliza golpizas, hostigamientos y traslados arbitrarios.
 
Nada de esto es nuevo: hace décadas que organismos de DDHH como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) o la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre otros, advierten y condenan las prácticas sistemáticas que se dan en los contextos de encierro, que encuadran dentro de los "Tratos crueles, inhumanos o degradantes" tal como se define en el derecho internacional en materia de DDHH.
 
Sin embargo, lejos de reconocer la legitimidad de estas observaciones, el gobierno argentino reaccionó con un ataque político. El mismo día que se conoció el informe del CAT, se publicó en el sitio "Argentina.gob" la respuesta oficial, calificando al informe como "sesgado", bajo la acusación de haber omitido "graves abusos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández".
 
Para el gobierno de Milei, el documento emitido por el CAT está "abiertamente influido por grupos militantes y organizaciones con marcada orientación kirchnerista" y "exhibe un sesgo ideológico incompatible con la imparcialidad que exige el sistema internacional de derechos humanos".
 
Resultaría gracioso, si no fuera tan trágico, que se etiquete de esa forma a un organismo técnico en el ámbito de las Naciones Unidas. Pero esa es la lógica del gobierno de La Libertad Avanza: quien denuncia abusos policiales o defiende garantías constitucionales es automáticamente sospechado de "zurdo" o "kuka".
 

03-12-2025 / 10:12
Karina "la Coimera" Milei sueña con que su hermano la elija como sucesora como hizo Néstor Kirchner con Cristina en 2007 en una maniobra que le permitió al kirchnerismo quedarse en el poder durante 12 años. "Hay que ir por la reelección de Javier Milei", aclaró en Mar del Plata, en el congreso libertario que encabezó frente a 300 personas, pese a que esperaban más de 700. Pero lo que no dijo es que ella se plantea como sucesora de su hermano, en el 2027 o en el siguiente turno electoral.
 
"Ella quiere que Milei la elija como sucesora, como hizo Néstor con Cristina", explicó un dirigente libertario al tanto de los planes de la hermana presidencial. En el mismo acto se difundió la creación de un "comité de disciplina" de La Libertad Avanza, que tendrá tolerancia cero a las individualidades. Entre los libertarios dijeron que el comité servirá como una suerte de Mazorca de Karina para tener a raya a todo el partido, en especial a los influencers como el Gordo Dan, el cabecilla de Las Fuerzas del Cielo que agrupa a los seguidores de Santiago Caputo.
 
Justamente el Gordo Dan ofició durante los primeros dos años de mandato de Milei como un guardián de la pureza libertaria y fue quien hizo echar a varios funcionarios que se corrieron de la línea. Karina quiere ser la única en detentar ese poder. Además, no quiere que los ministros, diputados y senadores vayan a la televisión sin su supervisión previa.
 
La visión policial de la política que despliega Karina ya es motivo de preocupación entre importantes dirigentes libertarios y llegó a impactar en el Congreso. "Patricia Bullrich le tiene terror a Karina", afirmó un importante dirigente libertario.
 
La hermana de Milei ahora tiene en mira el ministerio de Justicia como el próximo lugar para colonizar. Karina le pidió a Mariano Cúneo Libarona que se quedara en el ministerio luego de las elecciones pese a que ya había presentado una carta con su renuncia. El objetivo era darse un tiempo para definir su sucesor.
 
Ahora, Karina quiere que el puesto de Cúneo lo ocupe Santiago Viola. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza y era su candidato para la secretaría Legal y Técnica antes de que Santiago Caputo acercara a María Ibarzábal Murphy, quien se ganó la confianza de Milei y es una pieza clave del gabinete. Pero los tiempos cambiaron y la obsesión de Karina por la Justicia creció desde el caso Libra y las coimas de la Andis, que la tienen en el centro de las investigaciones de la justicia federal.
 
Estos movimientos forman parte, según los libertarios, de un objetivo mayor para Karina, que es el de entrar a la fórmula presidencial en el futuro. Milei repite que su jefe es su hermana y por eso en el gobierno no descartan que Karina pida dar el salto en 2027.
 
La semana pasada, Karina se apersonó en el Senado para dar una demostración de poder en la Cámara en la que acaba de entrar Patricia Bullrich, otra de las figuras del gobierno con aspiraciones a entrar en la fórmula presidencial, pero que teme a la hermana de Milei.
 
Karina es la persona de este gobierno que tiene peor imagen, se la asocia a la corrupción. Su figura, cada vez más central dentro de la estructura de poder, es parte del debate sobre quién toma las decisiones en la gestión nacional. De hecho, las encuestas ya están evaluando la percepción sobre quién gobierna realmente: Javier Milei o su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
 
La Opinión Popular
 

01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
La Opinión Popular
 

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