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Sociedad e Interés General - 04-04-2021 / 21:04
5 DE ABRIL DE 1812

Revolución del los orilleros: el Pueblo en la gesta de Mayo

Revolución del los orilleros: el Pueblo en la gesta de Mayo
La Revolución del 5 y 6 de abril de 1811 o Revolución de los orilleros.
 
La Revolución del 5 y 6 de abril de 1811 o Revolución de los orilleros fue un golpe cívico militar producido en las Provincias Unidas del Río de la Plata por el cual el sector moderado partidario de Cornelio Saavedra, denominado saavedrista, se aseguró el control de la Junta Grande de gobierno eliminando a la minoría radical partidaria de Mariano Moreno, llamada morenista.

La noche del sábado 05 de abril de 1812, inesperada y sorpresivamente sobreviene el levantamiento de las orillas que dará fugaz tintura de pueblo a la Revolución.
 
A las once de la noche del sábado 5 de abril se sabe que grupos de quinteros y arrabaleros, casi todos con su caballo, se juntaron en diversos lugares de la periferia de la cuidad (Miserere, Palermo Mataderos, San Telmo).
 
En silencio iban rumbo a la plaza de la Victoria cuyo ámbito llenan a medianoche ante el desconcierto de los jóvenes de la Sociedad Patriótica -que ven materializado al pueblo que invocaban-, y el temor de los vecinos principales contra la chusma de las orillas (...).
 
Era una reacción espontánea del pueblo bajo y medio -donde se mantenía el verdadero patriotismo, sin artificios de retórica - contra los jóvenes alumbrados de la Sociedad Patriótica que pretendían dar a la Revolución un giro extra nacional.
 
El propósito era sustituir la Junta por el gobierno único de Saavedra, que mantenía aún su prestigio en la masa popular; el vehículo fueron los alcaldes de la periferia, sobre todo Tomás de Grigera, alcalde de las quintas, y su intérprete el Dr. Joaquín Campana, abogado de prestigio en las orillas. (...)
 

A las doce de la noche, la plaza de la Victoria estaba llena de gentes que rodeaban el edificio del Cabildo en un imponente silencio. Los regidores buscaron la protección de la Fortaleza donde quisieron averiguar, con los miembros de la Junta, el origen y los propósitos de la nocturna apariencia del pueblo.
 
Como se sabe que está Grigera, aparentemente al frente de la pueblada, se lo llama; Vieytes le pregunta en tono conminatorio quién había ofrendado la concentración intempestiva y Grigera contesta reposadamente:.... -El pueblo tiene que pedir cosas interesantes a la Patria.
 
Sigue un altercado entre los morenistas  con el imperturbable alcalde que no quería decir cuáles eran esas cosas interesantes, y solamente habría de explicarlas al cabildo.
 
Llegan noticias de aglomerarse más gente en la plaza y estar algunos regimientos plegados al pueblo, entre ellos los pocos Húsares que había en la ciudad con su Jefe Martin Rodríguez.
 
Como los morenistas acorralaban a Grigera, entraron algunos individuos (...) que se limitaron a pedir que los regidores fuesen al ayuntamiento a oír el petitorio del pueblo y que al alcalde Grigera se le dejase preguntar.
 
A las tres de la mañana los regidores, previas garantías de seguridad, se atreven a cruzar la plaza -llena de gentes de a caballo, sin notarse la menor voz ni susurro alguno. Aquella actitud y a esa hora, debió estremecerlos.
 
Una vez que en la sala de sus sesiones, el Dr. Campana les entregó el memorial de diecisiete peticiones para elevar a la junta, sin más amenaza que -el pueblo no se moverá del lugar que ocupa entretanto no queden satisfechos los votos de la manera que se pretende (...).
 
Se pedía la expulsión de todos los europeos de cualquier clase y condición que sean -que no acreditasen de modo fehaciente su lealtad al gobierno.
 
Advenidos los orilleros a la Junta, el tono de las relaciones con los ingleses cambiará radicalmente. (...) Campana se niega a la mediación británica -que quiere darnos por favor mucho menos de lo que se nos debe por justicia.
 
El 21 de junio la Junta da otro golpe a los ingleses en lo que más les dolía, sus intereses mercantiles: a instancias del consulado prohibió la remisión de géneros ingleses al interior, derogando la disposición de Moreno que lo permitía; también que los extranjeros vendieran sus géneros al menudeo en la capital.
 
No se contentó allí; y como los introductores ingleses, favorecidos por Larrea, demoraban el pago de los impuestos hasta vender sus mercancías, la Junta ordenó -por pluma de Campana- el 25 de junio que las deudas de los introductores con la aduana tendrían un interés de del 6% -sin prejuicio de los apremios y ejecuciones que el administrador de la Aduana estimara convenientes.
 
A sus enemigos natos (los jóvenes del café de Marcos la gente decente) orilleros agregaron a Strangford y los comerciantes ingleses. No podrían resistir mucho tiempo esa coalición de tantos intereses.
 
Campana seria depuesto y desterrado en Septiembre por una revolución, y elegida una junta entre la que figura Sarratea como garantía de los comerciantes ingleses.
 
La elección no se hizo en la plaza (-como lo había dispuesto Campana sino en la sala del cabildo, entre la gente decente y sin permitir la entrada ni votación de la gente de medio pelo.
 
Fuente: lagazeta.com.ar

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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

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