Nacionales - 01-04-2021 / 09:04
ARGENTINA TIENE MAS DE 19 MILLONES DE POBRES Y CASI 5 MILLONES DE INDIGENTES
Macri generó más pobres en 2019 que la pandemia en 2020
A pesar del estremecedor daño que generó la pandemia en 2020 a los más desprotegidos de la sociedad, el balance contra 2019 marca que Mauricio Macri provocó un mayor aumento de la pobreza en un contexto de normalidad.
Las últimas cifras que brindó el Indec reflejaron el duro impacto de la pandemia del coronavirus sobre los sectores más vulnerables. Sin embargo, un dato relevante que se desprende del informe oficial es que sin pandemia, la gestión de Mauricio Macri generó casi un millón de pobres más en 2019, en un contexto de anormalidad nunca antes visto para la actividad económica y el aparato productivo.
De acuerdo al organismo estadístico, el 42% de la población es pobre. Se trata de 19 millones de argentinos que estuvieron por debajo de la línea de pobreza durante el segundo semestre de 2020. En comparación al primer semestre, cuando inició la pandemia, el indicador creció sólo 1,1 puntos gracias al impacto positivo de las medidas de asistencia social que promovió el Gobierno (AUH, IFE, Alimentar, ATP y otros programas) en los peores meses de la crisis sanitaria.
Ahora bien, la comparativa entre el primer semestre de 2018 y el de 2019 es incluso peor. Durante ese lapso de tiempo, el derrumbe del modelo económico neoliberal provocó que 3.761.305 personas se sumen a los que no pueden acumular ingresos superiores a la canasta básica total (CBT). Esto quiere decir que, sin pandemia, el macrismo produjo cerca de 800.000 más pobres que durante el periodo abarcado por el aislamiento social, preventivo y obligatorio. La cifra se traduce en 1,6 puntos porcentuales más.
Cabe recordar que el salto más grande se produjo en paralelo a la pérdida del rumbo económico por parte de Cambiemos. Argentina entró en una grave crisis en 2018, cuando el macrismo se autogeneró la primera de sus tres crisis cambiarias, con lo cual se disparó la inflación, además de elevar el desempleo a dos dígitos en ese transcurso. Una política económica letal, que se profundizó en los dos últimos años de macrismo.
Ahora, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 31,6%, en donde residen el 42% de las personas. En el primer semestre, tras el comienzo de la pandemia, el 40,9% de los individuos no podían satisfacer sus necesidades básicas, por lo que el guarismo se incrementó 1,1 puntos. En el segundo semestre de 2019, el macrismo le entregó a Alberto Fernández un país con 35,5% de pobres que fueron generados sin una crisis mundial, sino por políticas económicas neoliberales propias.
El Indec reveló también que en el segundo semestre de 2020 el 7,8% de los hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, donde reside el 10,5% de las personas. La cantidad de indigentes se mantuvo respecto al cierre del primer semestre, pero se incrementó 2,5 puntos porcentuales de forma interanual.
Para el universo de los 31 aglomerados urbanos que mide la Encuesta Permanente de Hogares, la pobreza afecta a 12 millones personas y, dentro de ese conjunto, y en ese universo se incluyen a tres millones personas indigentes. Extrapolada esta cifra a la totalidad de habitantes del país da que 18,9 millones de personas son consideradas pobres.
Al observar la comparación interanual, se puede notar que la pobreza aumentó 6,5 puntos porcentuales. Entre el segundo semestre de 2019 y el mismo periodo de 2020, el colapso de la pandemia generó que alrededor de 2.900.000 personas ingresen bajo el rango de pobreza.
La Opinión Popular
EN EL SEGUNDO SEMESTRE DE 2020 LLEGÓ AL 42%. LA INDIGENCIA, EN 10,5%
Aumentó la pobreza con el impacto de la pandemia
La pobreza se ubicó en el 42 por ciento de la población argentina en el segundo semestre del 2020, lo cual implica una fuerte suba con respecto al 35,5 por ciento del mismo período del 2019, informó este miércoles el Indec.
Dentro del universo de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que abarca a los 31 aglomerados urbanos del país, la cantidad de personas en situación de pobreza pasó en el curso del último año de casi 10 a 12 millones. Desde el segundo semestre de 2016, cuando el Indec cambió la metodología de cálculo de la pobreza, el indicador pasó de 30,3 por ciento al 42 por ciento.
En cuanto a la indigencia, la foto en el segundo semestre del 2020 muestra un 10,5 por ciento, por encima del 8 por ciento del mismo período de 2019. En las urbes que mide la EPH hay 3 millones de personas indigentes. El dramático cuadro social muestra el impacto negativo de la pandemia sobre los ingresos y empleo junto a la dinámica de la inflación en alimentos.
En perspectiva
El informe oficial publicado ayer correspondiente al segundo semestre del año pasado muestra que casi uno de cada tres hogares está en situación de pobreza. Se trata del 31,6 por ciento de las familias, que supone el 42 por ciento de las personas. En consecuencia, sólo el 58 por ciento de las personas no son pobres. Dentro del conjunto que está por debajo de la línea de pobreza, el 7,8 por ciento de los hogares, que implica el 10,5 por ciento de las personas, es indigente.
Para poner estos datos en perspectiva, vale utilizar la serie de datos desarrollada por los investigadores Guido Zack, Daniel Schteingart y Federico Favata, quienes encontraron que bajo la metodología actual, la pobreza hubiera sido del 57 por ciento en 2003. Para encontrar un valor como el actual (42 por ciento) hay que remontarse a mediados de 2006.
En relación a los datos del segundo semestre del 2019, la cantidad de hogares/personas en situación de pobreza aumentó en un 18,3 por ciento. En el caso de la cantidad de hogares/personas indigentes, el incremento interanual fue del 31,3 por ciento.
Entre octubre 2001 y mayo de 2002, en la mayor crisis socio-económica de la historia argentina, la cantidad de hogares/personas en situación de pobreza subió un 38 por ciento, mientras que la indigencia saltó un 82 por ciento.
Más lejos
En el segundo semestre de 2020, el ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de 29.567 pesos, mientras que la canasta básica, que se utiliza para definir la línea de pobreza, alcanzó los 50.854 pesos. La distancia entre el ingreso y la canasta también subió, es decir que no sólo hay mayor cantidad de pobres sino que los pobres están más lejos de revertir su situación.
Entre los niños (de 0 a 14 años) la pobreza asciende al 57,7 por ciento, de modo que en el país hay más personas de esa edad que son pobres que los que no lo son. Un año atrás, ese número estaba en el 52,3 por ciento. También subió fuerte la pobreza en la franja de 15 a 29 años, desde 42,5 por ciento a 49,2 por ciento. Entre los 30 y 64 años, el avance fue de 30,5 a 37,2 por ciento. En este contexto, un dato no tan malo es la relativa estabilidad de la pobreza en la franja de 65 años y más, dado que pasó del 11,3 al 11,9 por ciento.
El desagregado regional muestra que en el Conurbano bonaerense la pobreza llegó al 51 por ciento de las personas y la indigencia, al 15,2 por ciento. Un año atrás, la pobreza en ese distrito era del 40,5 por ciento y la indigencia, del 11,3 por ciento. En el segundo semestre de 2018, la pobreza en el Conurbano era del 35,9 por ciento. También superó el promedio de pobreza el Gran Mendoza (44 por ciento), Gran Resistencia (53,6), Gran Tucumán-Tafí Viejo (43,5) y Concordia (49,5).
Pierden la carrera
La suba de la pobreza se explica por ingresos que son superados por la evolución de los precios de los alimentos y de los servicios básicos. Por el lado de los ingresos, el Indec calculó que en diciembre pasado frente al mismo mes de 2019 el avance del salario fue del 33 por ciento. Pero además, según el Ministerio de Trabajo el empleo registrado perdió 222 mil puestos a lo largo del año. Es de suponer que el impacto entre los no registrados haya sido mucho mayor.
En el mismo período, el capítulo de alimentos y bebidas del IPC-Indec subió un 42,1 por ciento, con especial subas en carnes y derivados, frutas, verduras y legumbres. Por ello, la canasta alimentaria, que define la línea de indigencia, avanzó en 2020 un 45,5 por ciento. Gracias al congelamiento de los servicios públicos, la suba de la canasta básica fue algo más moderada, del 39,1 por ciento.
El 2020 arrojó entonces una retracción del empleo en conjunto con un fuerte deterioro del poder adquisitivo de las personas que mantuvieron su puesto. Esto se dio en un contexto de pandemia pero también de fuertes controles de precios y congelamiento en muchos rubros, algo que este año no va a continuar en esa magnitud. Los datos también muestran que las medidas oficiales para contener el impacto de la pandemia, si bien permitieron que la situación no empeorara todavía más, es a las claras insuficiente para contener la retracción del ya muy deteriorado tejido social.
Por Javier Lewkowicz
Fuente: Página12