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Sociedad e Interés General - 22-02-2021 / 17:02
EL 23 DE FEBRERO DE 1958, EN CUBA

Los guerrilleros revolucionarios de Fidel Castro secuestran a Juan Manuel Fangio

Los guerrilleros revolucionarios de Fidel Castro secuestran a Juan Manuel Fangio
En febrero de 1958, Fangio se hallaba en La Habana para competir en el Gran Premio de Cuba. Fidel Castro, que por entonces comandaba la guerrilla Movimiento 26 de Julio en Sierra Maestra, consideró que el secuestro del automovilista sería un buen golpe publicitario y una manera de ridiculizar al gobierno de Fulgencio Batista.
 
El 23 de febrero de 1958, en Cuba, los revolucionarios liderados por Fidel Castro secuestran uno de los más destacados pilotos profesionales del automovilismo mundial de todos los tiempos, el argentino Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón del mundo.
 
En febrero de 1958, Fangio se hallaba en La Habana para competir en el Gran Premio de Cuba. Fidel Castro, que por entonces comandaba la guerrilla Movimiento 26 de Julio en Sierra Maestra, consideró que el secuestro del automovilista sería un buen golpe publicitario y una manera de ridiculizar al gobierno de Fulgencio Batista.
 
Cuando Fangio se hallaba en el hall del Hotel Lincoln donde se hospedaba, un integrante del comando guerrillero se le acercó con un revólver y le dijo: "Disculpe, Juan, pero me va a tener que acompañar". Fue subido a un automóvil en el que se hallaban otros dos hombres y permanecieron transitando la ciudad durante una hora.
 
Finalmente fue trasladado a un departamento donde miembros del movimiento de Fidel le manifestaron que el motivo del secuestro era difundir los ideales y lucha del mismo. La misión estuvo a cargo de Arnol Rodríguez y Faustino Pérez, luego ministros del gobierno revolucionario.
 
Existía la posibilidad de que el régimen de Batista decidiera matar al piloto y culpar al movimiento encabezado por Castro. Para evitar eso, Fangio les propuso comunicarse con el embajador argentino Raúl Guevara Lynch, primo de Ernesto «Che» Guevara. Lo liberarán 28 horas más tarde.
 
La Opinión Popular

 

Un giro inesperado en Cuba
 
Luego de esta larga década de triunfos y conquistas, Fangio tropezaría con un hecho que poco se conoce pero que marcaría un cambio rotundo en su vida y terminaría con su impresionante carrera profesional.
 
El 23 de febrero de 1958 es secuestrado del Hotel Lincoln de La Habana, por un comando revolucionario del Movimiento 26 de Julio. Al día siguiente daba comienzo el Gran Premio de Fórmula 1 en La Habana, Cuba.
 
El evento, de trascendencia internacional, era impulsado por el odiado dictador Fulgencio Batista para trasmitir una falsa imagen de que mantenía el control de la situación en medio del proceso revolucionario contra el régimen sangriento que encabezaba desde 1952.
 
Tal imagen era completamente falsa. La rebelión campesina era incontrolable y fortalecía día tras día al Ejército Rebelde que se desarrollaba en la Sierra Maestra del Oriente cubano. Lo mismo ocurría en los pueblos y ciudades donde los comandos urbanos del M26 y el Directorio (otra de las organizaciones guerrilleras) se nutrían constantemente de nuevos militantes.
 
Los sabotajes a la red ferroviaria afectaban constantemente la circulación de la que dependía el trasporte no solo de personas sino fundamentalmente del azúcar, base económica del país, desde los ingenios hasta el puerto de la capital. Constantemente había incendios en depósitos, puertos y talleres.
 
El gobierno, totalmente impotente, no tenía más respuesta que fortalecer la represión, con crueles asesinatos y torturas que inflamaban aún más la rebelión popular. Las federaciones estudiantiles se declaraban en huelga de manera recurrente y el Directorio había abierto un nuevo frente de lucha en Nuevitas, Camagüey.
 
 
El secuestro
  
En esta situación, el M26 trató de aguar la fiesta con la que Batista pretendía ocultar la revolución en curso y secuestró a Fangio manteniéndolo retenido durante toda la carrera. Uno de los pocos relatos históricos sobre el acontecimiento es el de Santiago Senén González donde cuenta que un joven militante del M26 se presentó en el Hall del hotel donde Fangio se encontraba charlando con otros corredores y sus mecánicos. "Disculpe Juan, pero me va a tener que acompañar", le dijo desenfundando una 45.
 
Durante el traslado, varias veces cambiaron de auto y dos veces de casa. El corredor fue tratado con todo respeto y amabilidad por el comando, tanto que en el domicilio donde finalmente permanecería hasta su liberación, la gente le pidió autógrafos, le pidieron disculpas infinidad de veces por tener que hacerle pasar este mal trago, y Fangio hasta se animó a pedir la cena.
 
Al día siguiente, Faustino Pérez, uno de los dirigentes guerrilleros, le alcanzó los diarios y charló con el campeón durante un rato. Luego de la carrera, incluso Fangio les dijo "miren señores (...) quizá ustedes me hicieron un favor".
 
En una zona de la pista había una lomita y el auto del argentino daba saltos enormes durante las pruebas y perdía la estabilidad cada vez que la atravesaba. Un problema en la trocha del auto según el mecánico. Durante la carrera, dos autos se accidentaron en ese lugar y uno se fue contra la tribuna causando 6 muertos y decenas de heridos según documenta el historiador inglés Hugh Tomas.
 
 
Consecuencias
  
Aunque el M26 no logró detener la carrera, consiguió gran notoriedad sobre todo tratándose de un golpe en La Habana, donde el régimen decía ser más fuerte. La noticia recorrió las principales capitales del mundo a través de los diarios y la radio. La devolución no fue nada sencilla en medio del gigantesco operativo montado por la policía y el ejército para dar con el secuestrado. Había serias sospechas de que el gobierno matara al corredor para acusar del crimen a los militantes guerrilleros y su máximo líder Fidel Castro.
 
"Pensaron en dejarlo en una iglesia, pero el Chueco les pidió que llamaran al embajador argentino. Una mujer y dos jóvenes lo llevaron ante el diplomático, quien era nada menos que el primo de Ernesto Che Guevara, dejándole una carta en la que manifestaban que no tenían ningún problema con la Argentina, que sus objetivos se restringían al derrocamiento de la dictadura cubana y, nuevamente pedían disculpas.", relata Senén González.
 
Aunque un hecho fugaz, el secuestro de Fangio por 27 horas demostró que la rebelión llegaba a todo el país y que el régimen de Batista hacía agua por todos lados. En lo personal, para Fangio fue indudablemente una situación límite. Poco después del incidente el corredor abandonó su carrera profesional, aunque también hayan tenido influencia otros hechos personales como por ejemplo su avanzada edad para la alta competencia.
 
Los guerrilleros revolucionarios de Fidel Castro secuestran a Juan Manuel Fangio

Un año y medio después, luego de la asunción de Fidel Castro, fue designado «Invitado de honor» de Cuba. En 1981, cuando regresó a La Habana en calidad de presidente honorario de Mercedes-Benz en Argentina, fue recibido en el aeropuerto por el ministro de Relaciones Exteriores, Arnol Rodríguez, y fue invitado a una reunión con Fidel Castro.
 
Fangio nunca demostró tener un mal recuerdo de su experiencia en 1958: «No hablamos casi nada del secuestro. Yo creo que fue algo especial, hecho por gente que tenía sus ideales y quería darlos a conocer de cualquier manera».
 
El director Alberto Lecchi trató el secuestro en su película Operación Fangio (1999), con Darío Grandinetti en el rol del automovilista.
 
Fuente: Wikipedia y La Izquierda Diario

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Fangio había ganado el primer Gran Premio de Cuba celebrado en 1957. Fulgencio Batista en persona le entregó el trofeo.
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Juan Manuel Fangio, en el coche del embajador argentino en Cuba, Raúl Lynch Guevara, habla con los periodistas a su llegada a la embajada argentina en el barrio de Miramar, después de su liberación
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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

07-07-2025 / 19:07
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