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Nacionales - 15-02-2021 / 09:02
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Sergio Massa: el tercer hombre da un paso al frente

Sergio Massa: el tercer hombre da un paso al frente
El anuncio de la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, un tema que pertenece al núcleo de la identidad del Frente Renovador desde su génesis, saldó el enojo de Sergio Massa con el Gobierno.
El anuncio de la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, un tema que pertenece al núcleo de la identidad del Frente Renovador desde su génesis, saldó el enojo de Sergio Massa con el Gobierno e inauguró una nueva estrategia política en el oficialismo: un juego de roles coordinado entre las partes para producir un discurso coral, en el que distintos voceros dialogan con diferentes interlocutores.
 
Una humorada que se escuchó esta semana en los pasillos del Congreso decía que el kirchnerismo le habla a los sectores populares, Massa a la clase media y por eso el Presidente tiene que sentarse con la Mesa de Enlace y los empresarios. Más allá de la broma, algo de eso hay.
 
Después de un final un poco turbulento del 2020, el Frente de Todos volvió a ajustar tuercas: además de la primera reunión de la llamada mesa chica en el año (con Fernández, Massa, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el diputado Máximo Kirchner y el ministro de Interior, Eduardo "Wado" De Pedro), se multiplicaron los contactos a tres bandas entre los socios mayoritarios de la coalición: el Presidente, el líder del FR y la vice Cristina Fernández, que mantuvo en lo que va de febrero encuentros cara a cara con ambos, por separado, después de regresar de unas semanas en Santa Cruz.
 
Las diferencias entre Cristina y Massa son conocidas por todos. Más interesantes son las coincidencias. Por ejemplo, que --aunque no lo diga en público-- el presidente de la cámara de Diputados es muy crítico del trabajo del gabinete y también cree que hay "funcionarios que no funcionan" y un importante déficit de peso político en la gestión.
 
Con el anuncio de Ganancias, Massa demostró que su capacidad para instalar agenda y capitalizar políticamente un tema sigue intacta, justo un punto que le cuesta muchísimo a la Casa Rosada. "Es un Poder Ejecutivo muy poco ejecutivo", señalan cerca de él.
 

 
En diciembre, Sergio Massa y Alberto Fernández estuvieron casi dos semanas sin hablar, algo que sucedió pocas veces en los últimos quince años y nunca, hasta entonces, desde que se juntaron a tomar aquel café que selló la conformación del Frente de Todos.
 
El enojo de Massa tenía que ver con diferencias sobre el rumbo del gobierno pero sobre todo porque no encontraba margen para hacer política y sentía que así se estaba alejando de su base electoral histórica, la clase media y media baja. El presidente de la cámara de Diputados se sentía vigilado por el perro del hortelano, que no jugaba ni lo dejaba jugar.
 
Sin embargo, él jura que no quiere volver a ocupar la jefatura de Gabinete, cargo que ya tuvo en 2008, cuando reemplazó, justamente, a Fernández. Apuesta, por el contrario, a consolidar el Frente de Todos desde el lugar que le tocó en el reparto de 2019. Después de un año de emergencia sanitaria y económica, cree que la prioridad es recuperar las "constantes vitales" de la coalición para ser competitivos en las elecciones de medio término. Y se ve como una figura clave en ese esquema, que se para sobre tres fundamentos: la unidad, la pluralidad y la vocación hegemónica.
 
Massa sostiene que su rol resultará decisivo en una elección que va a definirse en el centro. Cree que la economía crecerá este año un poco más que lo esperado pero que eso no será suficiente. Considera que el apoyo del electorado kirchnerista está garantizado y que él es la persona adecuada para disputarle a Juntos por el Cambio esos "votos que valen doble" porque se restan directamente de la pila del adversario. "Para ganar hay que tener oferta, propuestas, estilos y formas que sean capaces de representar ese centro", definen en su equipo. Como decía un viejo meme que lo tenía como protagonista: "La gente".
 
Mientras tanto, sigue construyendo su proyecto presidencial, que lo desvela desde siempre y que nunca dejó de lado, aunque ahora lo asume con menos ansiedad. Sabe que en 2023 la prioridad la tiene la reelección de Fernández pero está listo para dar una interna en caso de que se abra la sucesión, como sugirieron recientemente dos notas de periodistas con acceso directo al primer piso de la Casa Rosada. Tampoco se cierra a la posibilidad de encabezar una fórmula de consenso con una ecuación similar a la del '19. Sin embargo, advierte, es pronto para discutir esas minucias y está dispuesto a esperar cuatro años más.
 
A través de AySA, conducida por su mujer, Malena Galmarini, está desarrollando más presencia territorial en el conurbano que ninguna otra repartición del Ejecutivo. Además, en un rol poco habitual para un legislador, ha participado en los últimos meses de varias actividades de gestión, apoyando a los funcionarios de su espacio como el ministro de Transporte, Mario Meoni. Más compleja es la situación en el Enacom, que encabeza otro Renovador, Claudio Ambrosini, y que se encuentra en el candelero por el conflicto con las telcos. "Es un tema muy delicado", advierten en el massismo, con cierta incomodidad.
 
También aprovecha su trabajo parlamentario para arrimarse a los gobernadores no alineados, como Omar Gutiérrez, de Neuquén, un hombre que supo ser muy cercano a Mauricio Macri al que recibió la semana pasada. Otros líderes provinciales, como Gustavo Sáenz (Salta), Alberto Weretilnek (Río Negro) y Carlos Rovira (Misiones) también suelen visitar el quincho de los Massa cuando están en Buenos Aires. Ellos, como la clase media, son territorio en disputa con la oposición, particularmente con su amigo y rival Horacio Rodríguez Larreta, que también trabaja en su propio armado nacional para inaugurar el postmacrismo.
 
La disputa por el PJ le pasa por un costado: hasta el día de hoy ratifica su decisión de sostener al Frente Renovador como un espacio autónomo, al revés de lo que hace La Cámpora, que viene trabajando para fundirse con la estructura partidaria del peronismo y eventualmente conducirla. "Más frentismo", es su consigna. Sabe que para disputar la primacía en el futuro, deberá agrandar la coalición, porque con el reparto de roles actual corre en desventaja. Uno de sus anhelos es sumar al espacio que conduce su predecesor en el cargo, Emilio Monzó. Esta es una historia en desarrollo.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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18-09-2025 / 09:09
Con una gigantesca multitud desbordando la Plaza del Congreso, la Cámara de Diputados le dio un golpe demoledor al oficialismo. Por una mayoría que superó con creces los dos tercios, rechazó los vetos de Javier "el Loco" Milei a la Emergencia en Pediatría (Ley Garrahan) y al Financiamiento Universitario. Con una mayoría arrasadora, la oposición consiguió lo que antes parecía imposible: voltear dos vetos presidenciales de un solo golpe. Fracasaron todos los manotazos de ahogado del Gobierno de los Hermanos Milei, que espera sin esperanzas el voto del Senado.
 
Milei solo logró sumar unos 60 votos para blindar el veto. Atrás quedaron los 87 "héroes" a los que el presidente había agasajado con una cena el año pasado, luego de que lo hubieran ayudado a blindar el primer veto al financiamiento universitario. La red de alianzas se había roto, y Milei perdía aliados a mansalva. En medio de la campaña electoral, con los armados libertarios que Karina "la Coimera" Milei y Lule Menem constituyó en las provincias para competirle a los gobernadores, los primeros en soltarle la mano fueron los jefes provinciales.
 
Sobre todo, el amplio repudio y la resistencia social pudieron más que la prepotencia y los aprietes del violento Gobierno libertario. Una enorme movilización de miles de trabajadores, estudiantes, jubilados y jubiladas se concentró fuera del Congreso. Son parte de quienes sostuvieron todos estos meses la persistente lucha que impuso esta derrota a La Libertad Avanza. La movilización se replicó en numerosos puntos del país. Hay que seguir ese camino.
 
La Ciudad de Buenos Aires fue escenario este miércoles de una multitudinaria movilización en defensa de la educación pública y la salud. Desde distintos puntos de la capital, columnas de estudiantes, gremios docentes y agrupaciones políticas confluyeron en el Congreso de la Nación para rechazar el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario y a la declaración de Emergencia en Pediatría.
 
Las acciones comenzaron en la noche del martes con un "apagón educativo" organizado por universidades de todo el país, que apagaron sus edificios en señal de protesta. Este miércoles, desde las 17, la Marcha Federal Universitaria tomó las calles porteñas con miles de manifestantes que avanzaron hacia el Parlamento, donde la Cámara de Diputados debatía los vetos de Milei.
 
La protesta también tuvo un fuerte componente sanitario: trabajadores del Hospital Garrahan realizaron un paro y se sumaron a la movilización, en defensa de los recursos destinados a la atención pediátrica. Fue la persistencia de la lucha de las trabajadoras y los trabajadores del Garrahan, que vienen peleando hace meses contra el desfinanciamiento, enfrentando campañas de desprestigio y las mentiras del ministro del área, el empresario Mario Lugones.
 
Entre los dirigentes presentes se destacó el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien encabezó la columna del espacio Movimiento Derecho al Futuro. También el senador nacional Martín Lousteau marchó junto a la Unión Cívica Radical, en respaldo al financiamiento universitario y a los fondos para la salud infantil, marcando el pulso de una jornada en la que la defensa de la educación pública volvió a convertirse en bandera de miles.
 
En medio de la terrible paliza, los diputados "héroes" de La Libertad Avanza, el PRO y la UCR con peluca se levantaron y huyeron del recinto. Minutos después, Martín Menem dio por concluida la sesión. Lo que se viene es la modificación de la ley que regula los DNU. Ahí se termina esto de gobernar como un monarca, por DNU y vetando leyes.
 
La Opinión Popular
 

17-09-2025 / 09:09
Javier "el Loco" Milei es un mentiroso consuetudinario. Se dedica a "mandar fruta", hablar sin saber realmente del tema, exagerando, inventando o diciendo cosas sin sentido, con la intención de engañar. Todas las organizaciones especializadas en Educación, Jubilaciones y Discapacidad destruyeron los anuncios presidenciales sobre mejoras para esas áreas. Se basan solo en dibujos numéricos y ajustes encubiertos. Los gremios revelaron que el porcentaje del PBI dedicado a la enseñanza, que fue de 1,48 en 2023 y de 0,88 en 2025, baja al 0,75 en 2026. Los rectores aseguran que se congela el gasto universitario en sus peores niveles.
 
El discurso de Milei por el cual presentó el Presupuesto 2026 está plagado de números mentirosos y mensajes al "mercado", a los grandes empresarios y financistas. A los ricos. El presupuesto reduce fuertemente la partida destinada a cancelar deudas previsionales; mientras que la partida para pagar la deuda pública a los especuladores financieros crece un 20%. Hay deudas y deudas para el Gobierno.
 
Milei aseguró al presentar el Presupuesto 2026 que habrá un aumento del 17% de suba en términos reales (por encima de la inflación) en materia de salud, 8% en materia de educación, y 5% en jubilaciones y en pensiones por discapacidad. Además, anunció que se le asignará $4,8 billones a las universidades nacionales, lo que representa una suba nominal del 13% frente a una inflación proyectada del 10%.
 
Sin embargo, anteriormente, el Presidente reveló que el proyecto presenta "una regla de estabilidad fiscal": "si los ingresos caen o los gastos superan a lo previsto se deberán ajustar partidas para mantener el equilibrio fiscal". Es decir, cualquier variable proyectada en el Presupuesto que se modifique, como una inflación anual de 10% o un dólar debajo de $1.350, "obligará" a Milei a no cumplir con estos aumentos. Además, también lanzó que su proyecto estipula el "menor nivel de gasto sobre PBI de los últimos 30 años". Contradicciones que desnudan que sus promesas son incumplibles.
 
En las últimas semanas, el Gobierno libertario redujo en $40.267 millones las transferencias a las universidades nacionales. De esta manera, Milei terminará 2025 con una reducción del 9,4% real del presupuesto universitario con respecto a 2024 y del 32% frente a 2023. Para equiparar los gastos realizados el año pasado, el Gobierno debería invertir $4,6 billones en lo que resta de 2025 y $6,2 billones para igualar el nivel de 2023. Es decir, la promesa de $4,8 billones para el 2026 no absorbe la pérdida registrada.
 
Si bien Milei prometió que las jubilaciones aumentarán 5% por arriba de la inflación en 2026, no alcanza para equiparar lo perdido durante su gestión. En 2024, el recorte en dicha partida fue del 14%, y sin contar el bono para el haber mínimo cuyo monto está congelado hace 18 meses frente a una inflación superior al 100%.

Además, más allá de su promesa, si la inflación anual es más del 10% como se proyecta, ¿mantendrá el aumento de las jubilaciones 5% por encima de la inflación? "Si los gastos superan lo previsto se deberán ajustar partidas", afirmó en su discurso.

En otros rubros, las partidas presupuestarias en Educación acumulan un ajuste del 41% entre 2023 y 2025, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). El 8% anunciado por Milei queda chico. En cuanto a discapacidad, la ANDIS sufrió un recorte del 14%. Sobre este punto, Milei supone una suba del 5% real sobre las pensiones. El proyecto ensaya un recitado de mentiras expresadas en números que no cierran ni aseguran la continuidad de las áreas con normalidad. Lo peor todavía no pasó.

La Opinión Popular


16-09-2025 / 11:09
La bala entró. La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires sacudió al Gobierno de Javier "el Loco" Milei de tal manera que se vio obligado a cambiar el tono discursivo. La administración libertaria se niega a modificar su brutal política económica de ajuste y motosierra, pero ayer el presidente brindó un discurso atípico: fue moderador, evitó los insultos, las provocaciones, anunció mejoras en el Presupuesto 2026 para los sectores más vulnerables y llamó a trabajar "codo a codo" con los Gobernadores.
 
Además, el jefe de Estado envió un mensaje a la población y aseguró que "lo peor ya pasó, no aflojemos". De esta manera, Milei acusó recibo del fuerte descontento social. Sin embargo, no fue la primera vez que el mandatario prometió que los momentos más difíciles quedaron atrás y que lo mejor estaba por venir.
 
El 10 de diciembre de 2024, el libertario afirmaba que ya habíamos "superado la prueba de fuego". "Estamos saliendo del desierto. La recesión terminó y el país finalmente ha comenzado a crecer. Gracias por confiar en este gobierno. Esto no quiere decir que hayamos llegado a puerto, pero sí quiere decir que podemos terminar el año con alivio y de que hemos dejado atrás lo peor", decía entonces en otra cadena nacional.
 
Un mes antes, el 11 de noviembre de 2024, decía exactamente lo mismo. "Hoy ya podemos decir que la recesión se terminó y de ahora en adelante todo lo que queda es crecimiento. De acá para adelante son todas buenas noticias", exclamaba. Pero lo frase no le pertenece exclusivamente a Milei. Años antes, en 2018, el entonces presidente Mauricio Macri también prometía frente al Congreso nacional que "lo peor" ya había pasado y vaticinaba años de crecimiento qué nunca llegaron.

Un Milei "sosegado" confirmó que profundizará el rumbo de ajuste fiscal exigido por el FMI. Y, tras una paliza electoral, La Libertad Avanza reflota la vieja promesa de que lo más difícil queda atrás. Sin embargo, y a pesar de algunas mejoras anunciadas, el Presupuesto 2026 es una ley de ajuste que no modifica los planes del Gobierno y del Fondo Monetario Internacional. Son mentiras, falsas promesas de aumentos para ganar las elecciones y más ajuste en jubilaciones, salud y educación.

En las calles, se manifestó el hartazgo total, hubo una ola de cacerolazos en el AMBA contra la cadena nacional de Milei. Desde Palermo y Recoleta hasta La Plata, cientos de personas en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires manifestaron su rechazo al Presidente mientras lanzaba el Presupuesto 2026. La sociedad no compró las mentiras de la cadena nacional y repentinamente salió a las ventanas y los balcones a manifestarse en contra de las medidas de ajuste del Gobierno anarco capitalista. La noche quedó marcada por una ola de cacerolazos en todo el AMBA.

El ruido metálico se convirtió en un grito unánime contra las políticas que solo traen más hambre, despidos y desesperación. "No se puede más, nos están matando de a poco", gritaban en Plaza de Mayo, donde las cacerolas parecían tambores de guerra. El fantasma de la crisis del 2001 sobrevoló la noche, con la misma bronca, la misma impotencia y las mismas calles llenas de familias cansadas.
 
El Gobierno de Milei, mientras tanto, respondió con silencio y un operativo de seguridad notorio en los puntos calientes. Sin embargo, la bronca ya no se calla con policías ni patrulleros. La pregunta que queda flotando es si este rugido metálico será apenas un desahogo pasajero o el comienzo de un estallido más grande que termine por arrinconar a la hermana coimera, al libertario desquiciado y a su nefasto plan neoliberal.
 
La Opinión Popular
 

15-09-2025 / 09:09
Un Gobierno anarco capitalista sin cuadros políticos y sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado, se enfrenta a la profundización de su propia distopía tras la paliza electoral. La hermanísima copó el Ejecutivo y con Jamoncito, hasta acá, se demostraron como una unidad indivisible. El Gobierno está completamente en manos político-administrativas de Karina "el Jefe" Milei y se resolvió que sólo sea Luis "Toto" Caputo quien conduzca el único plan existente: pisar el dólar hasta las elecciones de octubre. No hay más que eso. No hay más certezas que ésas.
 
Respecto de la primera, podrían apuntarse dos observaciones. Una es que La Hermanísima Karina siempre estuvo a cargo de la ejecutividad gubernamental, excepción hecha de lo económico. La otra consiste en que, como fuere, no habría mayores novedades porque desde un comienzo la gestión fue un quilombo. Basta con repasar los centenares de funcionarios echados o renunciados, que supieron llegaron al promedio de uno por día.
 
Y esto tampoco sería novedoso, porque se corresponde con las características de un Gobierno arribado como tal sin la más mínima preparación institucional. Sin cuadros políticos. Sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado. En otros términos conocidos, Javier "el Loco" Milei fue un armado del establishment, desde el panelismo televisivo y las redes, para segmentar parte de los votos peronistas y antiperonistas.
 
Pero el Frankestein adquirió una fuerza propia inusitada, a tono con endilgarle ese carácter de accidente insólito en la historia argentina. Y después no hubo nada que hacer. Así, el país quedó al arbitrio de unos Hermanos & Cía. exclusivamente relacionables con un escenario distópico. ¿Cuál es la noticia, entonces? Es que, tras el resultado electoral, la distopía se profundizó. Ya no hay Presidente, al menos por ahora, en su acepción de figura con aptitudes básicas para tomar decisiones autónomas. Milei está paralizado, totalmente fuera de eje.
 
Es así desde la noche del domingo pasado, cuando, aunque siga sin poder creerse, hasta último momento imaginó que perdía por muy poca diferencia. Incluso, de acuerdo con las mesas testigo del indescriptible Sebastián Pareja, pensó que llegarían a ganar por unos 8 puntos. Eran 50 de esas mesas, según pudo constatarse, de calidad irrelevante. Al aterrizar con los números reales entró en colapso (político, aclaremos, porque los diagnósticos psiquiátricos incumben a especialistas y nunca a la bartola periodística). Continúa en ese estado.
 
Se verá si para la cadena nacional de este lunes a la noche puede recomponerse como para dar una imagen atildada, llamémosle. Hablamos del continente, desde ya. El contenido será la provocación de redoblar su rumbo. La hermana, en consecuencia, asumió enteramente el rol presidencial. Y, hasta ahora sin visos de modificaciones, se cargó con desprecio todo intento de cambios siquiera por maquillaje.
 
El hazmerreír de una mesa política con los mismos rostros de la derrota y el nombramiento de un ministro de Interior que ya lo era de facto, tras el pase de Guillermo Francos a la Jefatura de Gabinete, es todo de ella. Es de ella -en todo caso, junto con el edecán de Francos- llamar al diálogo con los gobernadores mientras se vetan los fondos de ATN a las provincias, para no hablar de la "profunda autocrítica" que en simultáneo rechaza el financiamiento a las Universidades y la emergencia pediátrica Garrahan incluido.
 
Es de ella haberse animado a un acto de lanzamiento de LLA en Tucumán, ante un estadio cuyas tribunas debieron cubrir con lonas negras para ocultar el vacío; en el que brilló por su ausencia cualquier cántico de aliento y donde, en poco más de dos minutos de balbuceos, volvió a incurrir en el espectáculo de su terrorismo sintáctico. Sin más vueltas, he aquí la Presidenta real en ejercicio directo de la función.
 

14-09-2025 / 09:09
El miserable Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei no solo canceló los fondos destinados a las personas discapacitadas, a los inundados o a la ciencia, también se apropió de los dólares de los créditos internacionales otorgados específicamente para esas actividades. Solo en Discapacidad figuran 560 millones en divisas que nadie sabe a dónde fueron, con la excepción de dos viajes de Spagnuolo a Israel. El Gobierno libertario no explica dónde está la plata que debería ir a ciencia o discapacidad. La hipótesis del Congreso de que los fondos están en el Tesoro para contener el esquema cambiario.
 
Pocas horas después de la paliza electoral en la Provincia de Buenos Aires, Milei recibió en Casa Rosada al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn. El lunes al mediodía, ambos posaron para la foto junto a Luis "Toto" Caputo, Guillermo Francos y la motosierra de bronce que corona el despacho presidencial. El titular del organismo también había sido muy requerido para entrevistarse con dirigentes de la oposición, pero alegó estar muy ocupado.
 
Desde la comisión bicameral Revisora de Cuentas del Congreso, que conducen el diputado Miguel Pichetto (Encuentro Federal) y el senador Mariano Recalde (Fuerza Patria), querían citarlo para indagar en la letra chica de los créditos que el organismo le otorgó al país en los últimos meses.
 
La preocupación, que se hizo explícita en la última sesión de la comisión, es que muchos de esos fondos --cientos de millones de dólares-- en principio destinados a financiar obra pública y programas de inclusión como la discapacidad o la investigación científica, registran niveles de ejecución nulos o muy por debajo de lo pactado a la firma. Lo cual habilita la hipótesis de que el Gobierno desvía esos recursos hacia las cuentas del Tesoro para contener el actual esquema cambiario y favorecer la bicicleta financiera.
 
En lo que va del año, el Gobierno reconoció haber gastado unos 277 mil millones de pesos (algo menos de 250 millones de dólares) de lo que ingresó vía los distintos créditos de inversión del BID y otros organismos. En total hay unos 140 programas de desarrollo vigentes, desde los pautados para financiar el Progresar hasta la extensión y fortalecimieinto de la red de agua potable, pero el país hasta ahora vió poco y nada de esos fondos.
 
A esta altura del año (en ocho meses), los dos gobiernos anteriores (Cambiemos y Frente de Todos) ya habían ejecutado en promedio más de 1.500 millones de dólares. Es decir, la ejecución de Caputo es prácticamente del 20 por ciento de lo esperable. En paralelo, el Tesoro utilizó 500 millones de dólares para pisar el dólar en las semanas previas de la elección bonaerense.
 
El BID aprobó en julio de este año la "Estrategia País 2025-2028" para la Argentina, un paquete de apoyo financiero por un total de 10.000 millones de dólares (7.000 para el sector público y 3.000 para la inversión privada).
 
Si bien el organismo trabaja con todos los gobiernos y cada uno tiene una orientación específica, en este caso respalda a una administración que solo se preocupa por mantener el esquema cambiario-electoral, mientras tiene un desprecio palpable hacia la obra pública y pasa la motosierra por sectores sensibles. Lo contrario a lo que, a priori, buscan los organismos de crédito cuando apoyan a los países. Pese a todo, Goldfajn sigue apostando por Milei.
 

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