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Internacionales - 11-02-2021 / 18:02
LOS CHICOS DE LA GUERRA

Día Internacional contra el Uso de Niños como Soldados

Día Internacional contra el Uso de Niños como Soldados
El 12 de febrero se celebra el Día Internacional contra el Uso de Niños Soldado relativo a la participación de niños en los conflictos armados, que obliga a los Estados a prevenir el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes y a brindar apoyo a aquellos que se ven afectados por esta práctica.
 
El 12 de febrero se celebra el Día Internacional contra el Uso de Niños Soldado o el Día de la Mano Roja, al conmemorar la entrada en vigencia del Protocolo Facultativo de la Convención de Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados, que obliga a los Estados a prevenir el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes y a brindar apoyo a aquellos que se ven afectados por esta práctica.
 
Los niños soldado son personas menores de dieciocho años que forman parte de cualquier fuerza armada regular o irregular, y representan actualmente una realidad en las zonas de conflicto de África, Asia y Latinoamérica, donde mueren, son heridos en combates armados, sufren reclutamiento forzado, violencia sexual, mutilaciones y son usados como escudos humanos.
 
En algunas guerras civiles como las de la República Democrática del Congo, Liberia y Sierra Leona, el porcentaje de niños soldado llego a ser del 70 por ciento del total de las milicias. 

 

La utilización de niños en conflictos armados es milenaria, y en los últimos años la utilización de drogas, en particular cocaína y anfetaminas, es una táctica aceptada por muchas milicias para lograr combatientes formidables, resueltos y eficaces.
 
Niños reclutados forzosamente que matan sin vacilar, si comprender el significado de la muerte y que se comportan como máquinas. Niños que no tendrán adultez ni desarrollo personal posible, incluso en el caso de que sobrevivan.
 
El escenario de acción habitualmente tiene que ver con disputas civiles en zonas de "Estado débil", zonas sin ley, donde la línea de batalla contra los enemigos es difusa y las víctimas civiles dan cuenta de la mayoría de las bajas.
 
Los "niños soldado" son un buen negocio: comen y beben menos, son más baratos de mantener, no necesitan alojamiento ni vestimenta especiales, cumplen órdenes con mayor docilidad, son más susceptibles de adoctrinamiento (a través de brutales ritos iniciáticos), no dependen de sofisticados sistemas lógicos para sus operaciones, se los puede enviar rápidamente a la primera línea de fuego sin más que un adiestramiento rudimentario y pueden desconcertar a las tropas o fuerzas adultas regulares de la contraparte.
 
Según Kamienski, en su texto "Las drogas en la guerra" (2017), los niños soldado no sólo no tienen nada que perder, sino que no han desarrollado una correcta comprensión del valor de la vida. Son candidatos ideales para ser convertidos en guerreros leales, que rompen con su vida pasada (muchas veces inexistente) y se incorporan a una estructura de patronazgo que viene a reemplazar todos los vínculos del pasado.
 
En Latinoamérica los grupos de "niños soldado" urbanos adquieren otra morfología pero con principios muy similares y se han convertido en el brazo armado de los carteles de la droga. Las cifras indican que seis mil niños son parte de la estructura del tráfico en las favelas de Rio de Janeiro y que existen cerca de treinta mil en México.
 
El perfil de los niños reclutados es siempre el mismo: pobreza extrema, ausencia sistemática de una salida posible y la promesa de una buena paga. En Colombia, según el informe "La guerra sin edad", del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) divulgado este mes, un total de 16.879 menores de 18 años fueron víctimas de reclutamiento entre 1960 y 2016 por parte de todos los actores que intervinieron en el conflicto armado (guerrilla, fuerzas paramilitares y bandas narco).
 
La gran mayoría de estos menores, el 76 por ciento de los chicos y el 63 por ciento de las chicas, fue reclutada entre los 12 y los 16 años.
 
En el gueto de pobreza de muchos sectores de la provincia de Buenos Aires, la relación más cercana y empática de muchos niños y adolescentes es el dealer, el transa. Donde el Estado está ausente en forma estructural, existen estructuras sociales que rellenan grotescamente ese agujero.
 
Desde la compra de zapatillas, los gastos de velorio de un ser querido hasta los honorarios médicos de una intervención quirúrgica, es muchas veces el transa del barrio el que oficia como facilitador de recursos. En la miseria y exclusión extrema,  el transa del barrio cumple el rol del Estado y se convierte en un ideal social. "Quiero ser transa", dicen los chicos. Ni policía ni médico ni abogado. Transa. Autos, plata en la mano, diversión, buena pilcha, respeto.
 
En plena ola de violencia narco policial en Rosario y en un contexto político nacional atravesado por la ratificación del paradigma de la guerra contra las drogas, el intervencionismo geopolítico de la DEA y de proyectos del Poder Ejecutivo para disminuir la edad de punibilidad, el reclutamiento de niños para el negocio narco está vigente y activo. Representan un eslabón clave y vital del negocio.
 
En la profunda investigación de los periodistas De los Santos y Lascano para su libro Los monos (2017), el rol de los chicos se describe como la parte más sustancial del negocio. Las bandas narcos reclutan niños desde los ocho años a través de conocidos en el barrio, los invitan a cortar la droga o despacharla y, de esta manera, los jóvenes sustentan lo que consumen y obtienen además un rédito económico muy superior a cualquier chico de su edad.
 
Los niños tienen como ideal de identificación a los triunfadores que surgen de las mismas calles, para viajar, comprar cosas o pasear en autos de lujo. La maquinaria narco ofrece una ilusión de salida y los pequeños custodian en guardias infrahumanas los precarios bunkers de cemento (celdas de encierro y tortura para ellos mismos), realizan los trabajos pesados, son perseguidos (por la policía y otras bandas rivales), son fusilados y, si corren con mejor suerte, pueden ser detenidos por las fuerzas federales en espectaculares procedimientos con helicópteros y cámaras GoPro.
 
En Rosario, según el informe periodístico citado, el 40 por ciento de los sepulcros de su mayor cementerio en los últimos cinco años está ocupado por jóvenes víctimas de la denominada guerra por las drogas entre bandas.
 
Ya sea formando parte de una milicia regular en un contexto de guerra civil o integrando bandas urbanas de narco criminalidad, los niños soldados representan un problema actual grave y en alza. Las Naciones Unidas sostiene que los niños asociados con grupos armados no deberían ser detenidos ni procesados, sino que deberían ser tratados principalmente como víctimas en virtud de su edad y la naturaleza forzosa de su asociación.
 
Los niños soldados son un dolor anestesiado. Un reflejo de la desigualdad extrema. Chicos de la guerra que encuentran su destino vital en la misma muerte.  Y todo antes de comenzar a vivir.
 
Por Rebeca Faur y Federico Pavlovsky
 
Fuente: Página12

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Día Internacional contra el Uso de Niños como Soldados
La utilización de niños en conflictos armados es milenaria, y en los últimos años la utilización de drogas, en particular cocaína y anfetaminas, es una táctica aceptada por muchas milicias para lograr combatientes formidables, resueltos y eficaces.
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01-11-2025 / 20:11
31-10-2025 / 19:10
31-10-2025 / 07:10
30-10-2025 / 10:10
"¡Si son terroristas, fusílenlos!". La orden de eliminar a decenas de hombres, mayoritariamente jóvenes, cuando ya habrían sido reducidos, en los morros de Rio de Janeiro, parece haber sido impartida desde lo alto del poder. A los 64 muertos el martes en un operativo policial se sumaron otros 68. Con los cuerpos recuperados ayer, el número de muertos por la masacre perpetrada por la policía racista del gobernador ultra derechista Cláudio Castro ha llegado a 132. Estas cifras ya son más altas que las de la Masacre de Carandiru, y todavía hay informes de personas desaparecidas. Fue la peor matanza policial de la historia en la guerra contra el narco.

Los cuerpos de esas más de 60 víctimas fatales fueron encontrados por vecinos durante la madrugada de este miércoles en un área de floresta llamada Mata da Vacaria, un laberinto verde por donde los presuntos miembros del cártel Comando Vermelho intentaban darse a la fuga. Uno de los encargados del traslado de los cadáveres hasta la zona urbanizada de las favelas del Complexo da Penha, fue Raul Santiago. "En 36 años de favela, pasando por varias matanzas, nunca ví nada parecido a lo que estoy viendo hoy. Brutal. Esto es algo nuevo".

Según moradores que hablaron sin dar sus nombres al diario O Globo, algunos cuerpos tenían perforaciones de bala en la nuca, varios estaban con las manos amarradas. Signos de que fueron eliminados sin presentar resistencia. Cubiertos con mantas o lonas improvisadas, los cadáveres fueron depositados uno al lado del otro, en la Plaza San Lucas, de la favela Complexo da Penha. Allí también había muertos del Complexo do Alemão, donde están las otras comunidades atacadas por la Policía Militar. Junto a los cuerpos decenas de vecinos iban del desconsuelo a la indignación.

Las imágenes de ese velorio colectivo realizado en la mañana de este miércoles, se instaló en los canales de noticias locales, y después en los globales, que un día antes habían dedicado amplio espacio al Megaoperativo Contención, llevado a cabo por 2500 mil policías. El número de muertos el martes fue sesenta y cuatro mientras que los fallecidos en una supuesta, aún no confirmada, ejecución sumaria, en las primeras horas del miércoles, ascendió a sesenta y ocho según la Auditoría Pública. Dando un total de ciento treinta y dos. Para el gobierno de Rio de Janeiro, gestionado por Claudio Castro, el número de muertos entre martes y miércoles llegó a ciento diecinueve.

Castro, marioneta al servicio de los intereses del ex presidente, Jair Bolsonaro, y su clan familiar, declaró que el operativo más sangriento de la historia en las comunidades del norte carioca fue "un éxito", y sólo lamentaba la muerte de "cuatro" víctimas: los policías fallecidos en los tiroteos con el Comando Vermelho. Las expresiones del gobernador bolsonarista fueron repudiadas por organismos de derechos humanos y la bancada de diputados del PT, que lo indicó como uno de los culpables de la "masacre".

Este caso de violencia extrema en los morros coincide con el discurso bolsonarista sobre el combate al narcoterrorismo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirmó estar horrorizada por los hechos. "Esta operación mortal refuerza la tendencia de consecuencias letales extremas de las operaciones policiales en las comunidades marginadas de Brasil", indicó en una publicación en redes sociales la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, encabezada por Volker Turk.

El presidente Lula llamó a "combatir el crimen organizado" con un trabajo coordinado "sin poner en riesgo a policías, niños y familias inocentes".

La Opinión Popular

28-10-2025 / 20:10
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