Nacionales - 05-01-2021 / 10:01
NI SE CUIDAN, NI CUIDAN AL OTRO
Alberto pidió responsabilidad social a los jóvenes para no volver para atrás
Las fiestas clandestinas que reúnen a centenares de concurrentes son los peores ejemplos de indiferencia social, de desinterés por el prójimo. La gran presencia de jóvenes confirma lo que ya se ha medido en el AMBA (Capital Federal y el Conurbano): la población entre 18 y 30 años integra el grupo que presenta el más alto nivel de contagio. De ahí que sea la que más propaga la enfermedad, y lo peor es que lo hace sobre otros segmentos de mucho mayor riesgo.
Mientras crecen los contagios de Covid-19 en nuestra provincia y en casi todo el país, un sector significativo de la población sigue actuando con una ausencia de cuidado y de solidaridad social alarmante. Los informes periodísticos y las imágenes fotográficas y televisivas permiten ver plazas, parques, playas, calles o barrios atestados de personas absolutamente indiferentes al estado de emergencia en que se encuentra la sociedad humana tanto aquí como en todo el mundo. "Los jóvenes que no advierten el riesgo que se vive y tienen que advertirlo, no solo por ellos, porque son vectores de trasmisión del contagio", indicó Alberto Fernández.
Las fiestas de fin de año fueron un muestrario de todo lo que no hay que hacer. La tradición operó como justificativo y fue notable el relajamiento que ganó por goleada ante la resignación de gobernantes y gobernados. Es cierto que es muy difícil generalizar, pero fue evidente que el desmadre superó a las autoridades y el cuidado quedó por cuenta de los propios individuos. Muchos se tomaron en serio las recomendaciones sanitarias y limitaron las invitaciones a la mesa familiar en una muestra de responsabilidad social encomiable.
Pero no fueron pocos los que obraron en sentido contrario. La gran cantidad de festejos con música a todo volumen excediendo los horarios permitidos en las viviendas particulares habla de que fue un fenómeno muy extendido, que desbordó las posibilidades de control del Estado. Pero lo más grave es que, pasadas las fiestas, el fin de semana siguiente los encuentros multitudinarios continuaron en la vía pública como si una franja de la población no registrara la gravedad de lo que estamos viviendo. Ni siquiera se piensa en la posibilidad real del aumento de los niveles de contagio por causa de las fiestas y el mayor riesgo que implica para todos.
Lo que cuesta hacer entender es que, en este estado de excepción, las conductas individuales exceden el marco de lo personal y se convierten en una cuestión de interés público, en una cuestión de Estado. Aquí en la provincia no solo subieron los niveles de contagio sino los de ocupación de camas y de módulos de terapia intensiva.
Por estas horas las autoridades han reconocido que hay preocupación por el recurso humano. Ya antes de la Navidad altos funcionarios de Salud había admitido que el personal de salud estaba cansado, y con miedo, lo cual es absolutamente comprensible cuando se observa el elevado nivel de irresponsabilidad social que se traduce, irremediablemente, en mayor número de enfermos y de internados, que a su vez implica mayor carga de trabajo para los que se desempeñan en los centros de atención sanitaria.
Las fiestas clandestinas que reúnen a centenares de concurrentes son los peores ejemplos de indiferencia social, de desinterés por el prójimo. La gran presencia de jóvenes confirma lo que ya se ha medido en el AMBA (Capital Federal y el Conurbano): la población entre 18 y 30 años integra el grupo que presenta el más alto nivel de contagio. De ahí que sea la que más propaga la enfermedad, y lo peor es que lo hace sobre otros segmentos de mucho mayor riesgo. Ese solo hecho, ¿no es lo suficientemente grave como para inducir, en los chicos y en sus padres, un cambio en esta conducta social autodestructiva?
La Opinión Popular
CORONAVIRUS EN ARGENTINA
Alberto pidió "responsabilidad social" a los jóvenes para "no volver para atrás"
El mandatario advirtió a la juventud por su irresponsabilidad de no cumplir con los protocolos sanitarios.
Tras la suba de contagios y la falta de cumplimiento de los protocolos, el presidente Alberto Fernández instó a la responsabilidad social para que no sigan subiendo los casos de coronavirus y advirtió que si no se "tendrá que volver para atrás", es decir, a una cuarentena estricta.
"La pandemia no se ha disipado. Tenemos un gran desafío, si no queremos volver para atrás y queremos dar este paso hacia delante para ponernos de pie. Lo que más necesitamos es que todos tengamos responsabilidad social, cuidarnos nosotros para de ese modo cuidar a quien tengo al laso. Si esto no pasa, el riesgo de que todo vuelva a paralizarse, existe", aseveró el mandatario desde la Quinta de Olivos en el acto de puesta en marcha de las primeras 30 obras públicas de 2021.
En ese sentido, apuntó: "Nadie quiere que en la Argentina que esto pase. Por eso, más allá de los protocolos que necesariamente tienen que tener los que trabajan en la obra, que los tienen y los cumple, llamo la atención a todos los argentinos"; y subrayó especialmente a la juventud.
"Todos los datos indican que es ahí donde tienen el mayor problema. Los jóvenes que no advierten el riesgo que se vive y tienen que advertirlo, no solo por ellos, porque son vectores de trasmisión del contagio", advirtió el Presidente.
"Tal vez, los jóvenes no sean seguramente los que más padecen la enfermedad a la hora de enfermarse, pero son lamentablemente extraordinarios vectores de contagio y pueden contagiar a adultos mayores que no la pasan muy bien, sino muy mal", reclamó.
Asimismo, Fernández instó "una vez más a esa responsabilidad social de todos y todas" y remarcó que hay que entender que "el problema persiste, se mantiene, nadie esta exento de contagiarse". "Tenemos que guardar las normas, cumplir los protocolos para que no se expanda del modo que se expande el virus", manifestó.
"Si nosotros hacemos y cada uno de nosotros hacemos el esfuerzo de cuidarse, de mantener el distanciamiento social y seguir protegiendo con alcohol las manos, si podemos tratar de aislarlos en la convivencia con nuestros seres queridos, creando esa burbuja, va a ayudar mucho para que la enfermedad no vuelva a expandirse", concluyó.
Fuente: El Destape y La Arena