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Sociedad e Interés General - 29-10-2020 / 20:10

Frondizi rompe el pacto con Perón que le había permitido ganarle las elecciones a Balbín

Frondizi rompe el pacto con Perón que le había permitido ganarle las elecciones a Balbín
Arturo Frondizi y Juan Perón.
 
El pacto Frondizi-Perón fue un acuerdo entre el futuro presidente de Argentina Arturo Frondizi junto al expresidente y ya exiliado Juan Perón. El pacto fue un éxito para el ex radical Frondizi, ya que hizo que ganara las elecciones al radical Ricardo Balbín, pero él mismo no terminó cumpliendo con el acuerdo.
 
El 30 de octubre de 1958, Frondizi rompe unilateralmente el pacto que le había permitido ganar las elecciones: suprime el control de cambio (y el peso se devalúa un 68,2 %), permite libremente la importación de productos extranjeros (de menor precio que los nacionales), suprime el control de precios y los subsidios al consumo.
 
En la Historia argentina nunca más se volverá a alcanzar el nivel de salario de la década de Perón (1943-1955).
 
Carlos Morales para La Opinión Popular



¿Firmó Frondizi el pacto?
 
Él dijo que no, pero la firma está. En su momento se sostuvo que era falsificada, y Nicolás Babini así lo demostró. Admitiendo incluso esa posibilidad, no se infiere de ello que el pacto no haya existido.
 
Son muchos los testigos y los operadores que participaron de aquella maniobra para suponer que todo fue producto de la mala fe o la imaginación desmedida de algunos periodistas y políticos.
 
Ocurre que por diferentes motivos a Frondizi no le resultaba grato admitir la existencia de ese acuerdo. En primer lugar, para alguien que para ese entonces se seguía considerando un radical yrigoyenista, no era cómodo hacerse cargo de un pacto, palabra que en el folclore radical siempre fue mal considerada.
 
Por otra parte, Frondizi para esos años no era un gorila al estilo del almirante Rojas, pero todos recordaban que en septiembre de 1955, la declaración oficial de la UCR apoyando el golpe de Estado y considerando a Perón un líder totalitario, estaba encabezada por su firma.
 
Por su parte, Frondizi estaba dispuesto en nombre del poder a hacer pactos con Perón y si era necesario con el diablo, pero a su inteligencia no se le escapaba que su base electoral seguía siendo antiperonista y a ningún dirigente le resulta cómodo contrariar las creencias y prejuicios de quienes están decididos a votarlo.
 
Desde otra perspectiva, para Arturo Jauretche -ferviente opositor al pacto-, un acuerdo de esas características daba argumentos a los militares gorilas para boicotear el proceso electoral o, en su defecto, condicionar al nuevo gobierno por haber acordado con el "tirano prófugo".
 
Para 1958 los militares más antiperonistas estaban decididos a suspender el proceso electoral al menor atisbo de presencia peronista.
 
Aramburu era entonces el dirigente de la Libertadora más interesado en que hubiera una salida política, pero su apuesta a favor de Balbín incluía que los votos peronistas se dispersaran entre los candidatos neoperonistas.
 
La maniobra de Aramburu apuntaba a debilitar a Frondizi y a fortalecer la candidatura de Balbín. Por lo tanto, un acuerdo de Perón con el dirigente de la UCRI violentaba su estrategia y daba argumentos a sus rivales internos en las Fuerzas Armadas para suspender las elecciones.
 
De los acontecimientos de referencia ha transcurrido más de medio siglo. Fobias y animosidades que entonces eran habituales, hoy nos parecen extrañas y hasta patéticas. Maniobras políticas hoy consideradas legítimas, en aquellos años eran condenadas.
 
Asimismo, y por diferentes motivos, los peronistas estaban dispuestos a apoyar a Frondizi como la alternativa menos mala para salir del cerrojo impuesto por la Revolución Libertadora. Es que la estrategia del voto en blanco había dado buenos resultados, pero también exhibía sus límites.
 
Perón, si quería seguir manteniendo su liderazgo, no podía exponerse a dar una orden -el voto en blanco- que no fuera acatada por una mayoría.
 
La otra posibilidad era el apoyo a Frondizi, apoyo que no era una invención impuesta por Perón, sino un modo de ponerse al frente de una tendencia que ya estaba instalada en la sociedad. Fue lo que hizo.
 
Menos claras son las razones de los frondizistas para firmar un acuerdo que para muchos era innecesario porque los votos peronistas ya estaban ganados. Al respecto hay que decir que con el diario del lunes es muy fácil arribar a conclusiones sabias.
 
Pero ocurre que en 1957 no estaba tan claro que los votos peronistas ya estuvieran en la bolsa. Por lo pronto, los operadores de la UCRI estaban seguros de que el liderazgo de Perón seguía siendo efectivo y, por lo tanto, una carta del general diciéndole a sus seguidores que había que votar a Frondizi, era decisiva en una elección que se avizoraba como reñida.
 
Por otra parte, para un intelectual riguroso como Frigerio no estaba mal arribar a un acuerdo que hiciera realidad aquello que sus especulaciones teóricas ya habían establecido con aceitados argumentos dialécticos: la unidad del campo nacional alrededor de un programa que hicieran posible el desafío del desarrollo.
 
Fuente: Visión Desarrollista

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