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Sociedad e Interés General - 26-09-2020 / 18:09
EL 27 DE SEPTIEMBRE DE 1930, CON LA UNIFICACIÓN DE DISTINTOS AGRUPAMIENTOS GREMIALES, SE FUNDA LA CENTRAL OBRERA ARGENTINA

Con una clara mayoría de sindicalistas revolucionarios, se funda la CGT de la República Argentina

Con una clara mayoría de sindicalistas revolucionarios, se funda la CGT de la República Argentina
 
La Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) es la central sindical histórica de Argentina. Fundada el 27 de septiembre de 1930 como consecuencia de un acuerdo entre socialistas, "sindicalistas revolucionarios" e independientes, al que luego se sumarían los comunistas, para generar una central sindical unitaria y plural.

La CGT se originó a partir de la fusión de dos centrales preexistentes: la Unión Sindical Argentina (USA), continuadora de la FORA del IX Congreso y la Confederación Obrera Argentina (COA) tuvo mayoría socialista hasta 1945 y peronista desde entonces.

Actualmente es la central mayoritaria. Internacionalmente está afiliada a la Confederación Sindical Internacional (mundial), a la Confederación Sindical de las Américas y a la CCSCS (Mercosur).

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Historia de la CGT

La Confederación General del Trabajo de la República Argentina o CGT es una central obrera fundada el 27 de septiembre de 1930 como resultado de un acuerdo inicial entre socialistas y sindicalistas revolucionarios, al que luego se sumarían los comunistas, y que se originó a partir de la fusión de dos centrales preexistentes: la Unión Sindical Argentina (USA), continuadora de la FORA del IX Congreso y la Confederación Obrera Argentina (COA).

En la década del 30 Argentina comenzó a desarrollar una considerable estructura industrial. En ese contexto la CGT se convirtió en una amplia organización de masas construida sobre la base de poderosos sindicatos de rama, y se presentó como central única frente a la cada vez más reducida presencia de la central anarquista, la FORA del V Congreso que terminó dilyuéndose en el curso de esa década. Por entonces la CGT estaba principalmente sostenida en los sindicatos ferroviarios, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad.

Entre los principales dirigentes del período se encontraban José Domenech (Unión Ferroviaria), Ángel Borlenghi (Confederación General de Empleados de Comercio) y Francisco Pérez Leirós (Unión de Obreros Municipales).

En 1935 los dos sectores principales socialista y sindicalista revolucionario se enfrentaron duramente causando la división de la central en dos: CGT-Independencia (socialistas y comunistas) y CGT-Catamarca (sindicalistas revolucionarios). Ésta última, en 1937 refundó la Unión Sindical Argentina.

En 1942 la CGT volvió a dividirse en dos:

-la CGT Nº1, dirigida por el socialista José Domenech, agrupaba la mayoría de los sindicatos socialistas, incluidos los estratégicos sindicatos ferroviarios.
-la CGT Nº2, dirigida por el también socialista Francisco Pérez Leirós, agrupaba a los sindicatos comunistas (construcción, carne, gráficos), y a algunos importantes sindicatos socialistas como la Confederación General de Empleados de Comercio (Borlenghi) y la Unión de Obreros Municipales (Pérez Leirós).

Tras el golpe de estado de 1943, la gran mayoría de los dirigentes socialistas agrupados en la CGT Nº1 y Nº2, los sindicalistas revolucionarios agrupados en la USA, y algunos comunistas (como los síndicatos de los gráficos y los petroleros) apoyaron las políticas pro-obreras del Ministro de Trabajo Juan Domingo Perón.[1] Cuando éste fue encarcelado, la CGT organizó el 17 de octubre de 1945 una importante manifestación popular en la Plaza de Mayo, que logró su liberación y el llamado a elecciones democráticas.

En esas condiciones la CGT volvió a establecerse como central sindical unitaria, debido a la incorporación de muchos sindicatos que se encontraban en la CGT Nº2 (disuelta por el gobierno militar) y de la USA.

De cara a las elecciones, los sindicatos organizaron el Partido Laborista, que resultó decisivo para el triunfo del peronismo, obteniendo el 85% de los votos que obtuvo la alianza que sostenía la candidatura de Perón.

Luego de las elecciones de 1946, Perón unificó los tres partidos que lo apoyaban (Partido Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y Partido Independiente) en el Partido Peronista.

La CGT se conviertió entonces en la «columna vertebral» del movimiento peronista, y uno de sus dirigentes, el socialista Ángel Borlenghi, fue nombrado en el estratégico Ministerio del Interior, el segundo cargo en importancia después de la presidencia, mientras que otro de ellos, Juan Atilio Bramuglia (abogado de la Unión Ferroviaria) fue designado Ministro de Relaciones Exteriores.


La CGT durante los funerales de Evita.En 1955 un sangriento golpe militar, la Revolución Libertadora, derroca a Perón y prohíbe la actividad del sindicalismo peronista, ampliamente mayoritario. La CGT inicia entonces una larga etapa de resistencia, para reorganizarse en la clandestinidad, y forzar la anulación de la proscripción del peronismo y el regreso de Perón al país. Durante la década del 60 algunos de sus dirigentes (Vandor) intentan desarrollar sin éxito un peronismo sin Perón.

En 1966 una parte importante de la CGT vio con agrado el golpe de estado contra Arturo Umberto Illia que dio origen a la Revolución Argentina, pero no logró concretar un acuerdo estable con el dictador Juan Carlos Onganía, quien se inclinó por consolidar la alianza con los sectores tradicionales del poder económico, contrarios a la existencia de empresas del estado y del sector industrial en Argentina, donde se encontraban las bases de los sindicatos de la CGT. En 1968 la CGT se dividió durante un par de años al formarse la CGT de los Argentinos dirigida por Raimundo Ongaro, con una posición más definidamente antiimperialista y contraria al régimen militar.

En el mismo período, la violencia política se acentuó y aparecieron varias organizaciones guerrilleras, entre ellas Montoneros de origen cristiano-nacionalista-peronista, uno de cuyos blancos sería "la burocracia sindical" de la CGT, asesinando a varios dirigentes sindicales, entre ellos 1969 a Augusto Timoteo Vandor (secretario general del poderoso sindicato metalúrgico) y a dos de sus secretarios generales: en 1970 a José Alonso y en 1973 a José Ignacio Rucci.

En 1975 la CGT se afilió a la socialdemócrata Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), que en 2006 se fusionaría con la CMT para crear la Confederación Sindical Internacional.

El 24 de marzo de 1976 se produjo el golpe militar que dio origen a la sangrienta dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). Aproximadamente 30.000 opositores resultaron "desaparecidos" y muchos más encarcelados y torturados en cientos de centros clandestinos de detención.

A partir del golpe militar de 1976 y el Terrorismo de Estado muchos de los dirigentes de la CGT y sus militantes de base fueron desaparecidos. Los grandes sindicatos son intervenidos y sus dirigentes encarcelados o desaparecidos. La CGT es primero intervenida y luego legalmente disuelta.

Pese a ello el sindicalismo se reorganizó en dos sectores: a) un sector "confrontacionista" con la dictadura, llamado primero "los 25" y luego CUTA y CGT-Brasil; y b) un sector "dialoguista" con la dictadura llamado primero CNT y luego CGT-Azopardo.

El 27 de abril de 1979 "Los 25" declaran la primera de una serie de huelgas generales contra la dictadura. En noviembre de 1980 "Los 25" reconsituyen la CGT pese a su ilegalización explícita, siendo conocida como CGT-Brasil. El 22 de julio de 1981 se realizó la segunda huelga general contra el gobierno militar declarada ahora por la CGT-Brasil.

El 7 de noviembre la CGT-Brasil convoca a la primera manifestación abierta contra la dictadura aprovechando la tradición anual de marchar hacia la iglesia de San Cayetano (Santo del Trabajo).

El 30 de marzo de 1982 decenas de miles de personas respondieron a la convocatoria de la CGT-Brasil para exigir democracia en la Plaza de Mayo y varias otras ciudades del país. La movilización generó una severa represión, con miles de detenidos y un grave deterioro del régimen militar. Acorralado, dos días después el régimen militar daba la orden de tomar las Islas Malvinas.

La derrota en la Guerra de las Malvinas produce el colapso del régimen militar y la convocatoria a elecciones democráticas, en las que triunfa Raúl Alfonsín, derrotando al peronismo mediante una campaña en la que lo acusa de promover un pacto militar-sindical. Al comenzar su gobierno Alfonsín decide enfrentar frontalmente a la CGT. Una de sus primeras medidas es enviar al Parlamento una nueva ley sindical que no había sido consultada ni consensuada con los sindicatos.

La CGT responde con una sucesión de huelgas generales (13 en total) que terminaron por debilitar al gobierno. Al no contar con mayoría en el Senado, Alfonsín debilitado, resuelve modificar su estrategia inicial y negociar con la CGT, resultando una ley sindical de consenso que fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras del Parlamento.

El gobierno de Alfonsín termina en 1989 en medio de una incontrolable hiperinflación. La CGT participa en la campaña electoral del candidato peronista triunfante Carlos Saúl Menem llevando un programa de tipo popular-nacionalista de veintiséis puntos que proponía entre otras cosas, la moratoria de la deuda externa.

Al llegar al poder (1989) Ménem produce un sorpresivo viraje político adhiriendo plenamente a las nuevas políticas neoliberales que promovía el "Consenso de Washington". Esto produce un enorme debate en el interior de la CGT, afectada en su tradicional papel de "columna vertebral" del peronismo.

La CGT entonces se divide en cuatro grandes grupos: a) Los que proponen apoyar a Ménem y sus políticas neoliberales (menemistas, como Barrionuevo). b) Los que proponen negociar sin enfrentarlo abiertamente (los gordos: Comercio, bancarios, etc.). c) Los que proponen enfrentarlo sin romper la CGT (el MTA-Moyano). d) Los que proponen enfrentarlo formando una nueva central sindical. Estos últimos de tendencia peronista-cristianos, se separan de la CGT y forman la CTA.

La CGT, aunque claramente mayoritaria, ha debido resignar en los últimos tiempos el monopolio de espacio sociolaboral, para comenzar a compartirlo, al menos parcialmente, con la nueva central sindical (la CTA) y las organizaciones de desempleados de izquierda y social-cristianos (piqueteros) que han protagonizado fuertes enfrentamientos callejeros y sociales en los últimos años.

De Wikipedia

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El 18 de octubre de 1950, un día después del aniversario del Día de la Lealtad, el presidente Juan Domingo Perón inauguró el edificio destinado a sede de la CGT. Fue donado por la Fundación Eva Perón, se encuentra en la calle Azopardo nº 820.
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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

07-07-2025 / 19:07
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