Nacionales - 21-09-2020 / 10:09
NUEVO CEPO DEL DÓLAR
Defender el desarrollo y la justicia social exige regular el mercado de cambios
La salida de dólares para atesoramiento de enero a julio fue de 1.800 millones de dólares, la demanda para el pago de deuda privada durante el mismo lapso fue de 6.000 millones de dólares y el monto de exportaciones no liquidadas es de 3.200 millones de dólares.
El Gobierno de Alberto Fernández intenta construir una dinámica cambiaria sostenible, basada en un esquema de ingreso de dólares por la única vía legítima: la balanza comercial. Para ello, es central el monitoreo permanente del egreso de divisas.
Con las reservas líquidas bajando a niveles preocupantes, el Gobierno adoptó una serie de medidas para achicar la sangría. Aplicó un nuevo impuesto, de 35%, a la compra de divisas, restringió las operaciones de dólar bolsa (MEP) y contado con liquidación (CCL) y limitó a las empresas las posibilidades de comprar dólar oficial para pagar deudas.
Mauricio Macri dejó a la Argentina con una deuda impagable, con el FMI como principal acreedor y con un cepo instalado a finales de su administración, apuntando a reducir la demanda de dólares por vía de la prohibición.
El impuesto de 35%, que se tomará a cuenta de Ganancias, apunta a reducir la brecha que motoriza la bicicleta del dólar puré -operación que consiste en comprar dólares en un banco y revenderlos en el mercado paralelo- y solo será efectivo si el dólar blue no aumentara en igual o mayor medida que el oficial con los impuestos agregados.
Paralelamente, se alargó la lista de personas que directamente no podrán comprar dólares en los bancos, que ahora está integrada también por beneficiarios de planes sociales, deudores hipotecarios o prendarios UVA que hayan tenido sus cuotas congeladas y titulares de tarjetas de crédito que accedieron a una refinanciación automática.
A las empresas también les tocará pagar el impuesto de 35%, algo que tendrá un impacto negativo especialmente en las Pymes de rubros como tecnología y comunicación que usualmente contratan servicios en dólares. Para las compañías más grandes, la principal limitación pasa por la restricción de la compra de dólares para el pago de deudas nominadas en esa moneda. Ahora solo podrán acceder al 40% del monto necesario para cubrir sus vencimientos. El objetivo de lo que algunos en el Gobierno llaman "operativo desencanutar" es que las empresas utilicen sus dólares propios para pagar sus deudas.
El riesgo principal de reducir la demanda a través de prohibiciones de compra a personas y empresas es que esa demanda se traslade directamente a las cuevas, lo que elevaría el precio del dólar informal, volvería a abrir la brecha y con ella también volvería el incentivo para comprar en el banco y vender en la calle.
El economista de la CTA, Claudio Lozano, apunta que la salida de dólares para atesoramiento de enero a julio fue de 1.800 millones de dólares, la demanda para el pago de deuda privada durante el mismo lapso fue de 6.000 millones de dólares y el monto de exportaciones no liquidadas es de 3.200 millones de dólares.
"El tema no ha sido el dólar ahorro. Ha sido el consumo de dólares por deuda pública y privada (u$s 9065 millones) y lo que no liquidaron los exportadores (u$s 3267 millones). Por estos conceptos se fueron u$s 12.332 millones. Por la 'fuga del dólar ahorro', apenas salieron 1826 millones", concluyen.
Continuar con el desendeudamiento y cuidar el superávit comercial, resultan políticas centrales para retomar un sendero de desarrollo, con efectiva justicia social.
La Opinión Popular
El Gobierno busca anclar las expectativas para contener la volatilidad cambiaria
Luego del recrudecimiento de la tensión cambiaria y financiera como respuesta inicial al endurecimiento del cepo, el Gobierno enfrentará esta semana una prueba importante. Intentará confirmar lo que el Banco Central aseguró el martes durante el anuncio: que la expansión de la brecha y la sangría de reservas se detendrán a medida que el mercado asimile las nuevas restricciones al dólar ahorro, al pago de deuda de las empresas y a la operatoria del contado con liqui (CCL).
En los primeros tres días de vigencia de las medidas, el saldo fue negativo. A pesar de que ya no lo pueden operar los fondos extranjeros, que representaban la mitad de la demanda diaria, el CCL subió $9 y la distancia con el tipo de cambio mayorista se amplió al 82%. Además, las reservas cayeron otros USD62 millones.
El vicepresidente del BCRA, Sergio Woyecheszen, reconoció que a la entidad le quedan USD8.000 millones netos para "atender las necesidades de la producción y de la estabilidad financiera", en radio La Red. La intención oficial es frenar ambas tendencias en los próximos días para contener las expectativas de devaluación.
En ese marco, Martín Guzmán expondrá el martes el proyecto de Presupuesto 2021 en la Cámara Baja. A las 16 hablará por videoconferencia ante los legisladores de la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside el diputado Carlos Heller. El ministro de Economía buscará darle un mayor volumen dentro de la agenda a una iniciativa que considera clave para anclar las expectativas y dar señales al mercado de un sendero hacia el equilibrio fiscal, pero que quedó opacada la semana pasada por la batería de medidas cambiarias.
El incesante drenaje de reservas -se fueron USD340 millones en la primera quincena de septiembre a pesar del canje de deuda- terminó por imponer en Casa Rosada el criterio de Miguel Pesce de endurecer el cepo contra la apuesta de Guzmán de que el combo reestructuración más presupuesto ayudaran a aplacar la incertidumbre. Más allá de que la modalidad final fue consensuada, en Economía molestó que el anuncio se hiciera el mismo día en el que se conocieron los lineamientos y las proyecciones macroeconómicas del Gobierno incluidas en el ejercicio 2021. En Argentina el dólar tapa todo.
Además de la duplicación de la inversión en obra pública respecto del presupuesto de 2019 y la ampliación de otras partidas para impulsar la reactivación, el ministro hará hincapié en que el proyecto traza "un sendero al ordenamiento macroeconómico", dijeron fuentes oficiales a BAE Negocios.
Guzmán planteó ayer en su cuenta de Twitter que el texto tiene como base dos principios: que no hay estabilización posible sin recuperación de la actividad económica y que la sostenibilidad fiscal es una condición necesaria para una economía estable. "Paso a paso debemos construir una economía ordenada, donde la sostenibilidad de la deuda esté garantizada y el fisco deje de depender estructuralmente del financiamiento del Banco Central", señaló.
Una de las claves que marcará es la reducción del agujero fiscal primario desde los cerca de 8 puntos del PBI que se espera para este año hasta el 4,5% proyectado para el año próximo, producto de un fuerte crecimiento de la recaudación vía rebote de la actividad y del recorte total del gasto Covid ( IFE, ATP) bajo un supuesto optimista sobre la evolución de la pandemia. Un déficit que prevé ser financiado en un 60% con emisión y en un 40% con colocaciones netas de deuda en pesos por algo menos de $75.000 millones mensuales.
"Las proyecciones de las que partimos como guía para la política económica son prudentes. El contexto nos exige extremar la sensatez", agregó Guzmán.
El proyecto prevé un rebote del PBI del 5,5% para 2021 tras una caída del 12,1% este año. Respecto de la inflación, plantea una desaceleración desde el 32% interanual en diciembre de 2020 al 29% un año después, con un tipo de cambio real estable y tarifas de serivios públicos que se descongelan y avanzan apenas por debajo del IPC. El superávit comercial estimado es de USD15.000 millones.
Por Juan Strasnoy Peyre
Fuente: BAE Negocios