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Internacionales - 03-08-2020 / 10:08

"Verano Rojo" en EE.UU.: Ataques raciales en Chicago de 1919

 
El 03 de agosto de 1919, en la ciudad de Chicago (Estados Unidos) terminan los disturbios raciales de Chicago, que habían comenzado el una semana antes. Esto se dio en el marco del apartheid que durará hasta 1965 en ese país, donde la preterición brutal de los afroestadounidenses llevaba a que fueran maltratados y asesinados por los racistas disfrazados de Ku-Klux-Klan.
 
Eran arrojados a las barriadas más insalubres, a las casas colectivas menos confortables, hechas para ellos, empujados a los oficios más innobles, a los trabajos más duros y a las profesiones menos lucrativas, que no supongan contacto con las universidades, las altas academias o escuelas particulares. Ni siquiera podían subir en los mismos vehículos que sus compatriotas blancos ni asistir a las mismas escuelas, ni siquiera morir en los mismos hospitales.

 

Los disturbios dejaron un saldo de 38 afro estadounidenses asesinados por ciudadanos de piel blanca. Se considera el peor de los cerca de 25 disturbios ocurridos durante el llamado verano rojo de 1919 en Estados Unidos, llamado así a causa de la violencia y las numerosas muertes por todo el país.​ La combinación de incendios provocados, saqueos y asesinatos que se prolongó durante varios días, los convirtieron en la peor revuelta por motivos raciales en la historia del estado de Illinois.
 
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Disturbios raciales de Chicago de 1919
 
Entre el 27 de julio y el 3 de agosto de 1919, en la ciudad de Chicago (Illinois, Estados Unidos), cientos de personas resultaron heridas y varias decenas muertas en lo que se conoció como "el verano rojo": una serie de asesinatos, saqueos e incendios que se terminaron convirtiendo en la peor revuelta racial de la historia del estado.
 
El nudo del conflicto fueron las tensiones preexistentes entre la recién llegada población afroamericana (la Gran Migración Negra de principios del siglo veinte) a barrios donde vivían inmigrantes europeos, relacionados con la industria cárnica de la región. Entre estos, los irlandeses fueron los más reacios a la llegada de los nuevos pobladores.
 
La tensión fue creciendo hasta que, con el fin de la Primera Guerra Mundial, el retorno a casa de los veteranos afroestadounidenses a sus hogares generó competencia en las demandas de beneficios sociales, como vivienda y pensiones sociales. El conflicto final se desató cuando un joven fue asesinado a piedrazos.
 
En tanto, el gobernador Frank Lowden puso sus fuerzas armadas a disposición del entonces alcalde William Hale Thompson, quien se negó a intervenir en los conflictos. Hasta el mismo presidente Woodrow Wilson y el Congreso trataron de pacificar la región con legislaciones y decretos, ante la pasividad de Thompson.
 
Los comerciantes cerraron sus puertas para evitar vandalización y daños en sus propiedades. Finalmente, con la ciudad paralizada, Thompson permitió que Lowden tomara las riendas de la pacificación mediante la fuerza pública.
 
Hasta la fecha, los historiadores reclaman al estado una revisión histórica y una reivindicación para las víctimas, ya que ninguna muerte llegó a la justicia.
 
Fuente: El Litoral

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Segregacionistas blancos posan en el linchamiento de un afro estadounidense en 1919.
Dos blancos rematan a un afroestadounidense durante los disturbios de Chicago.
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 09:11
Una realidad imposible de pensar apenas dos meses atrás acaba de imponerse en forma irrefutable al neoliberalismo del presidente yanqui Donald Trump, golpeando y diluyendo un poco más su promocionada intención de "hagamos nuevamente grande a los Estados Unidos". Por cierto, que las ideas base de hacer nuevamente grande -es decir: dominador- a su país atrasan un poco y se desubican otro tanto.
 
Si algo se puede estimar que le ha ido de acuerdo con sus planes es la relación con la Argentina de Javier Milei, un país que va quedando reducido a la condición de neocolonia, de un imperio decadente. Esa relación, que incluye el apartar la presencia china, también ha conseguido despertar las iras de los agricultores estadounidenses ya que, al disminuir a nuestro país como proveedor sojero, los chinos se han volcado a otros países latinoamericanos, Brasil fundamentalmente, desplazando a los yanquis.

También los manejos financieros en pro de la decadente moneda argentina han indignado a algunos sectores norteamericanos, que ven en esos millones de dólares facilitados a nuestro país una pérdida de posibles apoyos. Simultáneamente, la desubicación de Trump había anunciado la construcción en la Casa Blanca de un salón de baile, con un costo de más de 200 millones de la moneda norteamericana. La consiguiente reacción de la opinión pública lo obligó a desistir de la idea.

Como contrapartida, la semana que pasó los noticieros de todo el mundo informaron y visualizaron una noticia insólita, asombrosa: las largas colas en varias ciudades de los EE.UU. en procura de los bonos que les permitan adquirir algunos alimentos básicos. Esta vigencia del hambre, que lo es, numéricamente está estimada en unos 42 millones de personas (una cifra casi equivalente a la población argentina).

Sin embargo, al gobierno yanqui la más formidable bofetada política de los últimos tiempos se la dio el resultado de la reciente elección del alcalde de Nueva York, la ciudad más populosa del país y uno de los centros financieros y comerciales más importantes del mundo. Ocurre que, pese a la desvergonzada y falaz propaganda del Partido Republicano en el poder federal, los neoyorquinos eligieron como autoridad comunal a Zohran Mamdani, un miembro del Partido Demócrata que además es inmigrante que llegó a los EEUU siendo muy pequeño, de cultura y religión árabe y con ideas claramente inclinadas al socialismo, o al menos lo que los miembros del Partido Republicano entienden por socialismo.

Mamdani es un líder progresista y basó su campaña en un compromiso con la solución de los problemas de vivienda, educación y justicia social. Ha acumulado experiencia política y sabido conectarse con diversos grupos comunitarios de la ciudad, promoviendo una promesa de mejor calidad de vida, con aumento de los impuestos a las grandes fortunas de la ciudad. Esas condiciones principalmente le permitieron imponerse por una sorprendente mayoría de votos.


A los resultados de Nueva York se suman los batacazos demócratas de Nueva Jersey, donde ganó la demócrata Mikie Sherrill como gobernadora; de Virginia, donde ganó otra mujer (por primera vez en ese estado), Aigail Spanberger; en Detroit, donde se impuso otra mujer como alcalde (Mary Sheffield); y en Cincinnati, donde Aftab Pureval logró la reelección como alcalde, como hicieron también Corey OConnor en Pittsburgh y Andre Dickens en Atlanta.

La reacción del gobierno de Trump, dentro de todo, ha sido la que se podía esperar: calificar abiertamente a Mamdani de comunista y predecir una avalancha de fortunas neoyorquinas con destino a Miami, a imitación de los cubanos emigrados por el castrismo. 
Incluso Milei criticó a Mamdani e invitó a invertir en la Argentina.Por cierto, que esa ligereza en los juicios recuerda a actitudes muy parecidas que se dan por estas latitudes. Es el desafío en escala internacional que las derechas ultras y extremas, de Trump y Milei, les plantean a los progresismos y al peronismo en Argentina.


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06-11-2025 / 19:11
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