Alberto Fernández maniobrar en la nueva normalidad geopolítica post-COVID para sacar al país de la postración en la que él mismo admitió que está sumido.
 
En ese mismo salón, en el que Federico Sturzenegger y Lucas Llach quedaron retratados para la posteridad junto a su vulnerada meta de inflación del 10% (+/-2%) para 2018, volvieron a debatirse entre empanadas un par de bifurcaciones estratégicas.
 
Fue al día siguiente de la presentación de Fernández por videoconferencia ante el Consejo de las Américas, un lobby del establishment neoyorquino que alberga a críticos furibundos de Donald Trump pero que comparte la preocupación del magnate por el desafío financiero, político y ahora también tecnológico de los chinos a la supremacía global norteamericana.
 
Es algo estructural y a la vez urgente. Desde la campaña electoral, Gustavo Béliz y Jorge Argüello trabajan para que la gestión de Fernández haga equilibrio entre las dos potencias en una oscilación que no le deje dudas a Washington de su permanencia en el "Hemisferio Occidental", como denominan allá a los que consideran sus dominios inexpugnables. 
 
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                  20:56  |  Domingo 26 de Octubre de 2013  |  Entre Ríos
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Nacionales - 24-07-2020 / 10:07
PANORAMA EMPRESARIO SEMANAL

La relación de Argentina con China para salir de la postración económica

La relación de Argentina con China para salir de la postración económica
La pregunta es en quién planea apoyarse el Presidente para salir de la postración. La renovación de los dos ‘swaps’ con el Banco Popular de China, representan unos U$S 18.500 millones de los 43.350 millones de reservas brutas que hoy mantiene el Central después de los pagos de deuda que hizo Guzmán. Es decir, agua en el desierto. Y llegaron antes que la refinanciación de la deuda de USD44.000 millones que dejaron Mauricio Macri y el FMI como herencia envenenada.
En el salón Bosch, donde empezó a sesionar el mes pasado para mantener la distancia social entre sus miembros, el directorio del Banco Central aprobó la renovación de los dos intercambios de monedas con el Banco Popular de China que sostienen las reservas argentinas por encima de la inquietante barrera de los 40 mil millones de dólares.
 
El salvavidas chino llegó justo a tiempo, porque el 'swap' vencía originalmente el viernes pasado y no a fin de mes como creían en la Cancillería. Pero al margen del detalle, lo que la urgencia puso de manifiesto es lo difícil que le va a resultar a Alberto Fernández maniobrar en la nueva normalidad geopolítica post-COVID para sacar al país de la postración en la que él mismo admitió que está sumido.
 
En ese mismo salón, en el que Federico Sturzenegger y Lucas Llach quedaron retratados para la posteridad junto a su vulnerada meta de inflación del 10% (+/-2%) para 2018, volvieron a debatirse entre empanadas un par de bifurcaciones estratégicas.
 
Fue al día siguiente de la presentación de Fernández por videoconferencia ante el Consejo de las Américas, un lobby del establishment neoyorquino que alberga a críticos furibundos de Donald Trump pero que comparte la preocupación del magnate por el desafío financiero, político y ahora también tecnológico de los chinos a la supremacía global norteamericana.
 
Es algo estructural y a la vez urgente. Desde la campaña electoral, Gustavo Béliz y Jorge Argüello trabajan para que la gestión de Fernández haga equilibrio entre las dos potencias en una oscilación que no le deje dudas a Washington de su permanencia en el "Hemisferio Occidental", como denominan allá a los que consideran sus dominios inexpugnables. 
 

 
Pero la pandemia alteró esos planes incluso más que otros. Si bien el coronavirus debutó en Wuhan, también migró rápido. Y castigó mucho más a Occidente.
 
Bastan dos datos de la universidad John Hopkins para dimensionarlo: Argentina (44 millones de habitantes) superó quince días atrás a China (1.393 millones de habitantes) en casos confirmados. Hoy está cerca de duplicarla (tiene 141.900 infectados vs 86.096). La mortalidad argentina cada 100 mil habitantes, en tanto, ya es 18 veces la del gigante asiático. La estadounidense, 136 veces.
 
La correlación con la economía es directa: el FMI pronostica que la economía estadounidense se contraerá 8% este año y recuperará apenas la mitad de eso en 2021, mientras que la china se mantendrá en el terreno positivo en 2020 (+1%) y crecerá 8,2% en 2021.
 
En un equipo económico con muchos graduados de posgrado en Estados Unidos, como el propio Martín Guzmán, el que más insiste con la tesis de que el COVID va a catapultar a China a una paridad de poder con el Tío Sam mucho antes de lo previsto es Sergio Chodos.
 
Abogado y apasionado por la diplomacia, el ahora representante argentino ante el FMI se quedó varado en Washington durante casi tres meses por el cierre de fronteras y recién dos semanas atrás volvió a reunirse con su familia en Buenos Aires, previa cuarentena.
 
"Con esto ya está: el siglo XXI es de Asia", le dijo a Guzmán al llegar. El publicitado pero relativamente modesto plan de reconstrucción que aprobó la Unión Europea esta semana tampoco augura que el Viejo Continente vaya a terciar en esa pelea por la punta.
 
 
Dragones de fuego
  
La pregunta, en ese contexto, es en quién planea apoyarse el Presidente para salir de la postración. La renovación de los dos 'swaps' con el Banco Popular de China, que datan de las gestiones de Martín Redrado y de Sturzenegger, representan unos U$S 18.500 millones de los 43.350 millones de reservas brutas que hoy mantiene el Central después de los pagos de deuda que hizo Guzmán.
 
Es decir, agua en el desierto. Y llegaron antes que la refinanciación de la deuda de USD44.000 millones que dejaron Mauricio Macri y el FMI como herencia envenenada.
 
¿Qué hubo que entregar a cambio de esos 130 mil millones de yuanes? En el Central aseguran que no mucho. Y que el principal interés de los chinos es abrir canales de comercio sin pasar por el dólar, algo que con Argentina no lograron instrumentar hasta ahora pese a la magnitud del intercambio bilateral.
 
Ese proyecto de desdolarizar era para el largo plazo pero la pandemia lo adelantó al mediano. En abril, cuando el virus recién empezaba a golpear a Sudamérica, China ya desplazó a Brasil y se convirtió en el principal socio comercial de nuestro país.
 
¿Pidió acaso Beijing para renovar el swap que Huawei provea los equipos para instalar el servicio 5G en el país? El Gobierno asegura que no, y que el principal interesado en comprarle esa tecnología al gigante que acaba de echar Boris Johnson del Reino Unido a pedido de Washington es Telecom, del grupo Clarín.
 
¿Reclamó acaso Xi Jinping que se mantenga el acuerdo con el FMI para renovar? No solo no lo hizo sino que aceptó inmediatamente remover esa cláusula, que se había introducido a pedido de Sturzenegger. ¿Pidió algo en relación a las represas de Santa Cruz, la mayor obra de ingeniería china en toda la región? Reactivarlas y apurarlas, como pide siempre. No más.
 
Esa aparente generosidad del país de los dragones no borra las desconfianzas de un gobierno que hace gala de su pragmatismo pero que por formación y trayectoria tiene más lazos con el imperio menguante que con el creciente.
 
Argüello, por caso, suele subrayar puertas adentro el "desastre" que a su juicio hizo China en África, donde le ganó de mano a los capitales norteamericanos en todos los proyectos extractivos y de infraestructura de los últimos 20 años. "Es comparable solamente con lo que hicieron los europeos en el siglo XIX", dice.
 
Cuando era embajador en Portugal y atendía desde ahí a Cabo Verde, un archipiélago especialmente pobre donde solo hay 12 embajadas extranjeras y que por su ubicación sirvió en el siglo XIX como central de entrenamiento y acopio de esclavos tras su captura en el continente, Argüello tuvo la ocasión de ver cómo se despliega el capital chino allí donde hace y deshace a gusto.
 
El presidente caboverdiano de entonces, que le pedía siempre de regalo libros de Jorge Luis Borges y de Raúl Zaffaroni, lo llevó una vez de visita a una represa que construía una empresa china. No solo flameaban banderas chinas. Todos los trabajadores, hasta el último, también eran de esa nacionalidad.
 
 
De Susan a Vicentin
  
Las condiciones de Estados Unidos y el FMI son más conocidas. El tema Huawei, al menos por ahora, no está sobre la mesa, quizá porque en Washington tomaron nota de que Argentina fue uno de los últimos países es desplegar la tecnología 4G. Pero sigue siendo una incógnita lo que pedirá el Fondo para patear sus vencimientos hacia adelante.
 
Con el establishment de Wall Street, la discusión es sobre los negocios ya instalados. Y por eso Fernández volvió a apoyarse en Susan Segal, aun cuando el Consejo de las Américas llegó a condecorar a Macri con su Insignia de Oro en octubre de 2018, cuando su plan económico ya había colapsado.
 
"Susan es de Susan y es del gobierno que esté a cargo. Dirige una fundación que armó David Rockeffeller y negocia con todos los gobiernos. Pero su preferido es Argentina y no hay otra que te dé 135 mil viewers en simultaneo para una presentación como la de Alberto", explicó a BAE Negocios uno de los que organizó la reunión de esta semana.
 
El común denominador de la reunión previa a la presentación fue ése: eran todos potenciales inversores para la pospandemia en la economía real. Algo que el Presidente está dispuesto a salir a buscar aun a riesgo de entregar más de lo que preveía al inicio.
 
¿Y el capital local? Nadie espera demasiado de él en términos económicos, pese a las declamaciones y a puestas en escena como la del 9 de Julio. "Con que no se sigan yendo alcanza", resumió la misma fuente del gabinete. No solo pensaba en Marcos Galperin, el CEO de Mercado Libre que se volvió a vivir a Uruguay apenas asumió Fernández.
 
También en Nicky Caputo, autoexiliado en Miami y en una grave crisis familiar por el desarraigo y por el temor a las represalias que lo invade más seguido de lo que quisiera. ¿Le quieren sacar Edesur, donde mantiene cerca de un tercio junto a sus socios? Las fuentes oficiales juran y perjuran que pese al "clamor" de los intendentes jamás se barajó.
 
Con lo que sí promete (otra vez) volver a la carga el Gobierno es con Vicentin. "Quedate tranquilo que a los accionistas que llevaron adelante el vaciamiento los vamos a correr", le dijo el Presidente a Claudio Lozano el martes por la noche, después de que el verdadero cerebro de la expropiación se quejara en público por lo que consideró el "retroceso" del Plan Perotti. La hoja de ruta, según le anticipó, es la de un cram down con la forma de un fideicomiso financiero. Habrá que ver.
 
Por Alejandro Bercovich
 
Fuente: BAE Negocios
 

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26-10-2025 / 10:10
La elección de legisladores a nivel nacional tiene un doble peso: además de renovar el Congreso, será un plebiscito para Javier Milei. Las escuelas ya están abiertas. Las urnas esperan. Este domingo 26 de octubre, la Argentina decide mucho más que 24 senadores y 127 diputados nacionales. En esta jornada, el veredicto de 36 millones de electores funcionará como un plebiscito ineludible sobre la desastrosa gestión de Milei que, con la lengua afuera, está desesperado por mostrarle algo a Donald Trump.
 
El Gobierno, que hace poco pronosticaba un amplio triunfo en todo el país, llega a las elecciones con corrida cambiaria, escándalos de corrupción, una interna que lo paraliza y la difícil tarea de defender el 55% de 2023 y evitar que toda la atención se concentre en la provincia de Buenos Aires. Aun así, aspira a un resultado que le permita a Trump sostener su inédita intervención imperialista. En ese escenario, la oposición busca poner freno a la destrucción nacional que impulsa Milei.
 
En una jornada crucial, sin PASO y con el debut absoluto de la Boleta Única de Papel, los comicios legislativos reconfigurarán el centro de gravedad de la política nacional. El resultado no solo moldeará el Congreso que asumirá el 10 de diciembre, sino que definirá la gobernabilidad inmediata, la proyección de un Gobierno que viene de meses a la defensiva y los liderazgos de una oposición que ya mira hacia 2027.
 
El oficialismo, con La Libertad Avanza como única fuerza presente en los 24 distritos, llega a esta cita con una ventaja estructural: no pone bancas en juego en el Senado y solo renueva dos en Diputados. Su representación crecerá sí o sí. Sin embargo, el presidente y su ministro más poderoso, Luis Caputo, calificaron esta elección como más determinante que la presidencial de 2027.
 
La apuesta es alta. El crecimiento libertario se dará, en buena medida, a expensas de sus propios aliados. El PRO, socio electoral en distritos clave como Buenos Aires y CABA, pone en juego 21 de sus 35 bancas y ya cedió espacios y cabezas de lista a LLA. El Gobierno incluso puso en la cancha a dos ministros: Patricia Bullrich, como candidata a senadora por la Ciudad, y Luis Petri, como cabeza de lista en Mendoza.
 
Frente a ellos, el peronismo estrena a nivel nacional el frente Fuerza Patria, la marca que lo llevó a una victoria aplastante en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre. Pero este sello solo se repite en 13 provincias. De fondo, se disputa el liderazgo interno entre el gobernador Axel Kicillof, arquitecto del desdoblamiento electoral, y Cristina Kirchner, quien se opuso a esa estrategia. Cualquier resultado ajustado en el distrito que alberga al 40 por ciento del padrón puede reactivar una interna apenas contenida por la disciplina electoral.
 
Un tercer actor busca quebrar el duelo bipolar. Seis gobernadores -de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Santa Cruz, Corrientes y Jujuy- conformaron el frente Provincias Unidas con la ambición de erigirse como una opción de poder real. Su performance, especialmente la de Córdoba, un feudo clave para Milei en 2023, pesará en la interpretación final del resultado nacional.
 
Lo que está en juego trasciende las bancas. Para el Gobierno, se trata de asegurar al menos un tercio del Congreso para ahuyentar el fantasma de un juicio político y garantizar la viabilidad de sus decretos de necesidad y urgencia y sus vetos. Su ambición máxima es un Congreso más amigable para impulsar reformas laborales, tributarias y previsionales.
 
Pero el resultado de hoy hará más que definir números. Dentro de la Rosada, dirimirá la interna sorda entre el armado político de los "Menem" que reportan a Karina Milei vs Santiago Caputo. Y fuera del país, las miradas están puestas en Washington. Trump ya advirtió: si Milei no gana, Estados Unidos no será "tan generoso" con la Argentina.
 
La Opinión Popular
 

25-10-2025 / 10:10
En el contexto de una furiosa batalla mundial por el control de chips, de tecnología de baterías de litio y nuevas fuentes de energía, la designación de Pablo Quirno como canciller, un economista sin experiencia en la diplomacia, pero relacionado estrechamente con el fondo de inversiones JP Morgan, dio pistas sobre las garantías requeridas a cambio de la intervención financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
 
El diario The Wall Street Journal publicó que el apoyo de Estados Unidzos a Javier Milei se basa en el interés por conseguir nuevas fuentes de aprovisionamiento de uranio. El uranio argentino está en la mira. "Ha quedado dolorosamente claro que Estados Unidos se ha vuelto demasiado dependiente de fuentes poco fiables de minerales, productos y manufacturas críticas, todas ellas esenciales para nuestra seguridad nacional", explicó a mediados de octubre de este año Jamie Dimon, cabeza de este grupo que especula con bonos en Wall Street y en todo el mundo.
 
Dimon formuló estas declaraciones al presentar el informe Security and Resiliency Initiative, el ambicioso programa de inversiones del JP Morgan. En ese comunicado, Dimon se refirió concretamente a la estrecha ligazón de la institución financiera que dirige, con la seguridad nacional y los intereses económicos de los Estados Unidos. No es una empresa alejada de la política, sino que sus metas coinciden abiertamente con las de Estados Unidos como potencia hegemonista.
 
El concepto de "poco fiables", aludió básicamente a China, Rusia y otros países asiáticos. Cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció que aplicaría aranceles abusivos a los productos chinos, la respuesta de los agredidos fue suspender las compras de soja y la venta de tierras raras. China compraba el 50 por ciento de la soja norteamericana y los abastecía con la mayor parte de las tierras raras que insume la industria electrónica.
 
Con una política de defensa del interés nacional, Argentina tiene posibilidades de inserción en ese escenario tan complejo porque, además de la producción de alimentos, tiene riqueza en el litio que consumen las baterías de la industria electrónica y además tiene reservas de uranio y un desarrollo nuclear propio con capacidad de exportación de reactores con tecnología desarrollada en el país.
 
El concepto de "poco fiables" para la seguridad nacional de los Estados Unidos le agrega otra condición a cualquier negociación con el JP Morgan en las áreas que ellos han definido, como el litio y la energía nuclear. El concepto implica que los Estados Unidos tienen que tener control sobre "esos productos esenciales para nuestra seguridad nacional".
 
Argentina es un país independiente, no es otra estrella en la bandera de los Estados Unidos. Además, es un país democrático. Mañana puede cambiar el gobierno. La pregunta es cuáles serían entonces las medidas que exige el JP Morgan para que sean "fiables" las concesiones que haga la política entreguista de este gobierno.
 
Estados Unidos está perdiendo suministros estratégicos a manos de sus competidores y parece decidido a reemplazarlos por otras fuentes en América Latina. Y para eso necesita impedir el desarrollo local de industrias que incorporen valor agregado a sus riquezas naturales.
 
En esa visión del mundo, en la que América Latina funcionaría como una cantera de materias primas para salvar al hegemón de su decadencia, resulta inconcebible, y hasta lesivo para ellos, que Argentina desarrolle una industria nuclear de punta y competitiva. El país tiene grandes reservas de uranio sobre todo en la provincia de Chubut, y también en Mendoza, Río Negro, La Rioja y Salta.
 

24-10-2025 / 07:10
Donald Trump, JP Morgan y el FMI apuntalan un modelo anarco capitalista que se derrumba. Con el dólar contenido artificialmente y un salto en el endeudamiento, el gobierno de Javier "el Loco" Milei llega arrastrándose a las elecciones legislativas. El capital extranjero y el gran empresariado local preparan una nueva ofensiva contra los trabajadores. La confusión es mayúscula; la desconfianza, también. Solo el voto al peronismo puede enfrentar este proyecto de saqueo y entrega.
 
A solo días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, el nuevo informe de Trespuntozero marca una tendencia clara de recuperación del voto peronista, en contraste con el estancamiento del oficialismo libertario. Según los datos, Fuerza Patria (FP) alcanza el 46,2 por ciento de intención de voto nacional, frente a un 40 por ciento de La Libertad Avanza (LLA). Milei llega al 26 de octubre sostenido solo por los yanquis.
 
El sondeo, realizado en seis provincias clave (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Tucumán) más un muestreo nacional complementario, deja ver que la gestión de Javier Milei acumula un 54 por ciento de imagen negativa y apenas un 42 por ciento positiva, con caídas en casi todos los distritos principales
 
En la provincia de Buenos Aires, Jorge Taiana (FP) se consolida con el 47,1 por ciento, superando a Diego Santilli (LLA), que apenas llega al 38,7 por ciento. En Santa Fe, la candidata peronista Caren Tepp achicó la distancia con el libertario Agustín Pellegrini, situándose en un 32 por ciento frente al 34,6 por ciento, en un distrito históricamente adverso para el PJ
 
Para la Casa Rosada, Córdoba es otra vez la madre de todas las batallas. Si ganan la provincia mediterránea pueden evitar el papelón de presentarse como la fuerza que representa la iniciativa privada y perder en el corazón productivo del país real (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe).

El estudio también revela un dato clave: el 73,3 por ciento del electorado afirma tener "muchas ganas" de ir a votar, lo que podría favorecer a los espacios opositores tras un año de malestar social y ajuste económico. "El 50 por ciento de los argentinos llega a fin de mes usando ahorros o endeudándose", advirtió Raúl Timerman, quien señaló que la pérdida del poder adquisitivo es el principal motor del voto castigo.

La encuesta expone un creciente desencanto con el modelo económico libertario, que se refleja tanto en los indicadores de gestión como en la caída de intención de voto en Córdoba, Mendoza y Tucumán. En palabras de Timerman, "la adhesión al peronismo aumentó discretamente, la de LLA se estancó y lo que se redujo fue el universo de indecisos".

Los datos consolidan una tendencia que preocupa al desquiciado Milei en la recta final: la elección se nacionalizó alrededor del malestar económico, y los números muestran que su narrativa de recuperación pierde fuerza frente al voto opositor. Es horrible todo lo que está pasando y se huele el miedo en el oficialismo. El caos consume a un gobierno sin plan y sin cabeza. El Presidente no conduce. Nadie conduce. La anarquía, de novedad virtuosa pasó a virus letal. 

La Opinión Popular
 

23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
La Opinión Popular
 

22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

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