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El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 13-07-2020 / 18:07
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos

Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos
Todas son necesidades para Bordet: las más imperiosas hoy es que la Nación ayude a pagar sueldos y aguinaldos. La que le sigue es que Anses no retacee la asistencia a la Caja de Jubilaciones. En eso se centra por estos días la estrategia de una gestión complicada como la que enfrenta Bordet, dedicada a contener los focos de coronavirus. Fuente: Prensa UIER
Alberto Fernández asumió en medio de la fuerte recesión macrista y a las puertas de una crisis social que sólo la expectativa de un cambio político lograba contener, con el primer gran desafío de renegociar urgentemente la brutal deuda heredada. En eso estaba, discutiendo con los acreedores y asistiendo a los sectores más pobres, cuando irrumpió el coronavirus que obligó a la cuarentena.
 
En ese complicado marco, Alberto sostiene ante los gobernadores los postulados del federalismo, mientras los recursos se concentran en Buenos Aires. La lógica porteña de la política argentina considera que el destino del país radica básicamente en lo que ocurra en el AMBA.
 
Entre enero y mayo, la Nación giró a la administración bonaerense casi 80 mil millones de pesos por encima de la coparticipación: más del 900 por ciento de crecimiento tuvieron esas partidas discrecionales respecto de 2019. A Entre Ríos, en el mismo período, llegó un 40 por ciento más que el año pasado. Cuando se descuenta la inflación, el resultado es que llegaron los mismos recursos.
 
La extensión por un mes más del IFE -la ayuda de 10 mil pesos que recibirán también en agosto unos 250 mil entrerrianos- fue agradecida por las redes sociales casi en simultáneo por el gobernador Gustavo Bordet y la mayoría de sus pares. A cambio de esa prórroga, el Gobierno nacional pidió a los gobernadores los votos para que pasen por el Congreso las leyes de moratoria impositiva, ampliación presupuestaria y reestructuración de la deuda local por 45 mil millones de dólares.
 
Si el Frente de Todos tuviera quórum propio en la Cámara Baja, tal vez las alternativas de negociación política serían más relativas. Entre los votos que se requieren están los de los legisladores entrerrianos: más allá de las coincidencias políticas, esa es una vía de negociación que tiene hoy el Gobierno provincial para reclamar a la Nación.
 
Todas son necesidades para Bordet: las más imperiosas hoy es que la Nación ayude a pagar sueldos y aguinaldos. La que le sigue es que Anses no retacee la asistencia a la Caja de Jubilaciones. En eso se centra por estos días la estrategia de una gestión complicada como la que enfrenta Bordet, dedicada a contener los focos de coronavirus.
 
En esa tarea, que posiblemente sea a futuro la vara de medida de las gestiones públicas en estos meses aciagos, los resultados son mucho más aceptables que en el propósito de asistir a los sectores comerciales y productivos arruinados por la peste. Los reclamos se multiplican al ritmo de los cierres y la pérdida de puestos de trabajo. Un camino es abrir la agenda de la pospandemia, en el marco de la nueva normalidad. Este mes, la Provincia originaría un paquete de asistencia crediticia y ayudas económicas y fiscales para favorecer la reactivación.
 
En este difícil contexto, el gobierno provincial tiene la oportunidad de requerir políticas nacionales junto a los distritos que han liberado su actividad económica. La buena relación del presidente con los gobernadores es fundamental para una perspectiva de federalismo como posibilidad de construir un desarrollo más equilibrado.
 
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Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos

Pandemia y renegociación de la deuda
 
Alberto Fernández consumió los primeros siete meses de su administración entre dos asuntos que le demandan casi toda su atención: el desarrollo de la pandemia -con la complejidad de la cuarentena incluida- y la renegociación con los acreedores de la deuda externa, que viene siendo farragosa.
 
El país está entre paréntesis desde marzo: la decisión que la población se someta a una estricta cuarentena benefició al sistema de salud, pero paralizó a la economía. En este marco, el agobio se apodera del estado de ánimo colectivo y no deja al oficialismo y la oposición mucho margen para enfrascarse en disputas políticas.
 
La pandemia, por un lado aumentó el prestigio de Alberto en la sociedad y amplió, de hecho la base social de sus apoyos. Pero también la experiencia inédita y dolorosa del encierro agravó la ya dura realidad económica y social que dejó la desastrosa experiencia del macrismo en el gobierno.
 
La cuarentena, el distanciamiento social y las medidas sanitarias siguen siendo necesarias, más allá de lo duras y angustiantes que resultan para la población que las respeta, que no es toda.
 

Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos
 
El 9 de julio fue un día paradojal
 
En vez de celebrarse el Día de la Independencia hubo miles que se expresaron de viva voz identificando al gobierno nacional con el virus. Alberto Fernández sería el coronavirus, el cáncer, la muerte, el demonio y lo peor.
 
Una mezcla curiosa de prepotencia y pánico impulsa, a minorías extremistas de la población, a las calles, en tiempos en que la más elemental prudencia sanitaria lo desaconseja. Al frente de ese ejército de fantasmas se coloca Mauricio Macri, con Patricia Bullrich como escudera heroica. Es una oposición netamente golpista, al estilo venezolano.
 
Los impulsa Macri para protegerse ante los avances de las múltiples investigaciones de espionaje durante su gobierno, quien denuncia "una serie de atropellos institucionales" por parte del oficialismo. Salió un documento con varias correcciones, sin el nombre de Macri y la recolección de firmas resultó trabajosa, pero salió.
 
En esos grupos caceroleros siempre hay gente muy inculta, a los que habría que venderles una medicina de tolerancia. También se veían estudiantes, profesionales, comerciantes y algunos otros que parecían ilustrados. Error. Podían tener algún título, oficio o profesión, pero eran mucho peor que los analfabetos políticos de los que habló Bertolt Brecht.
 
Lo sepan o no, son la derecha reaccionaria o masa crítica con la que los dirigentes de ese sector político, como el reaparecido Mauricio Macri, arman sus partidos y gobiernos para negocios exclusivos. Los caceroleros que militan en la causa de la grieta extrema, son una minoría, pero saben hacer ruido, y hasta ganar la calle. Pero, siempre quedan afuera de los beneficios exclusivos para monopolios, banqueros y demás estafadores.
 
Los patoteros que atacaron al móvil de C5N son continuadores de los que pintaban "Viva el cáncer" contra Eva Perón. Son coherentes porque votan y apoyan al cáncer que endeudó al país, cerró miles de industrias y degradó al Ministerio de Salud, justo antes de la pandemia. Un país con esa clase de gente no estará en buenas condiciones para enfrentar bien al Covid-19.
 
En esos días la actividad de los trolls creció 68% respecto de la semana anterior: 6.000 publicaciones por hora, la mayoría bajo el  hashtag #BanderazoPorLaRepública. Pero no son esos grupúsculos los protagonistas principales de la guerra; son los medios de comunicación monopólicos: Clarín, La Nación, América TV e Infobae, que la potenciaron.
 
"¡Libres!", celebró Macri, que no tiene problema en adoptar bajo su ala a cualquier orco mientras fuga hacia adelante, acorralado entre la interna y sus problemas judiciales. Como un cachorro de Nerón, los anima desde Los Abrojos a exponerse a la pandemia para satisfacer su proyecto personal, que es zafar de la cárcel.
 

Actos violentos de los odiadores seriales
 
Batalla de ideas
 
Los actos violentos promovidos por la derecha en el Obelisco fueron graves para los periodistas, víctimas directas. También para la democracia y la convivencia, para la libertad de expresión y otros valores. ¿Cómo encarar este problema, que puede repetirse y aún agravarse, al compás de la cuarentena y rigores de la crisis económica?
 
Una medida elemental es que la justicia identifique y presente cargos contra los más agresivos de la patota. Sería un acto de justicia y hasta podría ser beneficioso para esos violentos. Una estadía en la cárcel, por breve que fuera, los ayudaría a descubrirse como barrabravas macristas.
 
Ahí no puede quedar la cosa. Hay que desenmascarar a los dirigentes que fomentan ese odio con sus declaraciones públicas, comunicados de Juntos por el Cambio, videos de Macri, redes sociales y trolls. Si desde esas cúpulas se dicen mentiras hay que responder y desactivarlas, demostrando la verdad, con explicaciones lo más fundamentadas y comprensibles.
 
Esa campaña política por la verdad servirá para que reflexionen algo respecto a sus posiciones. También para que los propios tengan argumentos para convencer a sus vecinos, compañeros de trabajo y familiares.
 
Esta no debe ser una polémica limitada a algunos opinadores sino una tarea política esclarecedora para centenares de miles de argentinos, independientemente de su pertenencia a algún partido. Hay que explicar porqué miente Clarín y TN, y reivindicar lo bueno que diga C5N.
 

Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos
 
Keynesianismo y New Deal
 
"Cuando todo se cae, lo único que queda es el Estado que puede poner en marcha la rueda de la economía". Combinando keynesianismo explicito y épica de la reconstrucción, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, resumió en una frase el espíritu del plan que Alberto Fernández y su equipo preparan para favorecer la reactivación en la nueva normalidad.
 
Algunos hablan de Plan Marshall, otros de New Deal a la criolla y aunque desde el Gobierno prefieren evitar comparaciones históricas, la figura de Lord Keynes puede adivinarse fácilmente -para indignación de los neoliberales de la economía- detrás de cada una de las medidas que analizan el presidente y su ministro de Economía, Martín Guzmán, alumno ejemplar de Joseph Stiglitz, abanderado de la escuela neo keynesiana.
 
Obra pública, financiamiento a la inversión y al consumo, moratoria ampliada y la continuidad de medidas de contención social como el IFE, serán componentes esenciales del programa Post Pandemia que se propondrá reactivar la producción y el consumo, mejorar la infraestructura e incrementar las exportaciones. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas reconoció que un nuevo blanqueo no está fuera del radar del Gobierno.
 
La primera viga central del plan -el impulso a la obra pública- ya comenzó a tomar forma a través de programas como el Argentina Hace, con una inversión prevista de más de 12.000 millones de pesos, y un programa especialmente diseñado para mejorar la infraestructura turística en todo el país: el Plan 50 destinos que repartirá 1.200 millones de pesos.
 
A Entre Ríos les tocarían 100 millones, dinero que adelantaron que se utilizarán aplicando un amplio criterio federal. La idea es financiar proyectos que requieran inversiones de entre 5 y 6 millones de pesos y estén orientados a mejorar la calidad de la oferta, especialmente en turismo.
 
Otra de las medidas concretas que ya salieron a la luz es la ampliación de la moratoria impositiva que ya fue enviada al Congreso. El proyecto atiende dos reclamos que se venían planteando desde las cámaras empresariales: amplía el universo de las grandes compañías y también de las personas físicas sin certificado Pyme y permite incluir deudas vencidas hasta el 30 de junio del año en curso.
 
A través de Kulfas, el Gobierno reconoció que también considera "factible" abrir una nueva ventana para el blanqueo de capitales, propuesta atractiva si se toman en cuenta las acuciantes necesidades económicas del Gobierno, pero que genera ruido en buena parte del oficialismo porque terminaría beneficiando a evasores y fugadores.
 

Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos
 
Enfoque regional
 
La buena noticia para Entre Ríos es que el programa que se anunciará ni bien el Gobierno pueda flexibilizar la cuarentena en el AMBA, estaría basado en un enfoque que contempla las particularidades de cada provincia, eso al menos es lo que asegura el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a gobernadores y representantes del sector privado cada vez que tiene la posibilidad de hacerlo.
 
Atendiendo las asimetrías internas que marcan realidades muy diferentes dentro de los límites del país, Alberto Fernández sueña con otorgar créditos productivos, reinstaurar algún mecanismo de reducción de cargas patronales y facilitarles la vida a los exportadores de las economías regionales con algún tipo de beneficio fiscal.
 
Aunque el presidente y su equipo se propongan darle al país un perfil más exportador, la realidad indica que la producción nacional está orientada principalmente al mercado interno. De allí que ningún programa de créditos para la producción tendrá resultados inmediatos si no tiene correlato en medidas orientadas en la recuperación del consumo, que a escala nacional hasta ahora no acompañó a la reactivación parcial del comercio.
 
De mínima, el Gobierno espera poder resucitar el programa Ahora 18 que estaría orientado principalmente a la compra de electrodomésticos y de máxima, apunta a un programa que otorgue beneficios adicionales a la financiación sin intereses, que en este caso podrían llegar a través de un descuento del IVA.
 

Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos
 
Hacia una nueva normalidad
 
Entre Ríos atraviesa la pandemia sin graves sobresaltos. Las medidas de distanciamiento social y la acción rápida del sistema salud ante la detección de cada uno de los casos declarados hasta la fecha ubican a la provincia entre las de menor circulación del virus en el país.

 
La "nueva normalidad" de Gustavo Bordet no es volver a la normalidad anterior, sino que son los hábitos que deberán mantenerse hasta que sea controlado totalmente el covid-19 con la llegada de una vacuna efectiva. 
 
Dato que no resulta menor si se toma en cuenta que debe lidiar con el riesgo que implica estar en la ruta del extenso trafico que proviene de Brasil, donde solo en el estado brasilero de Paraná registra más de 40.000 contagios.
 
Con la reapertura del comercio, bajo protocolos estrictos, algunos rubros encontraron en la pandemia niveles de actividad equivalentes a los que tenían el año pasado. La construcción atraviesa un período de auge impulsada por la demanda de obras pequeñas del sector privado.
 
Más allá de algunos problemas de logística que generó la cuarentena en su versión más estricta de fines de marzo y abril, actividades del agro no sintieron demasiado los efectos del coronavirus. La citricultura sintió la caída de la demanda del mercado interno, pero se prepara para aprovechar las oportunidades que se abrirán de la mano de la reactivación post pandemia y los planes de obra.
 
Incluso el turismo, el sector más afectado en todo el mundo por el coronavirus y el que ve más lejana la posibilidad de reactivación, recibió esta semana buenas noticias. La reforma a la ley del emprendedor entrerriano beneficiará a empresas del sector turístico.
 
Durante la sexta sesión ordinaria del 141º Período Legislativo la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley que propone modificaciones a ley provincial que establecía el régimen de promoción del emprendedor entrerriano.
 
Acerca del impacto de la medida legislativa, el ministro Juan José Bahillo aseguró que "fue muy bien recibida entre representantes de todos los sectores que hemos hablado, fundamentalmente con el sector turístico, ya que con esto la provincia habilita una herramienta y una posibilidad de financiamiento a emprendimientos productivos de emprendedores y de MyPiMes entrerrianas, en este caso del sector turístico, para la reactivación productiva, teniendo en cuenta que es uno de los sectores más críticos y que más ha sufrido en la provincia".
 
Pese a la caída en el ingreso de recursos que trajo aparejada al coronavirus, el Estado provincial logró sostener la inversión en obra pública y es una de las pocas del país que sigue construyendo viviendas. Con fondos provinciales se construyen 1.320 viviendas en 49 localidades entrerrianas, financiadas en su totalidad por el gobierno provincial. Así se lo informó el martes el titular del IAPV, Marcelo Bisogni.
 
 
Problemas en el transporte
 
Con recursos nacionales -y pese a la híper concentración de casos de coronavirus- el Área Metropolitana de Buenos Aires mantiene en marcha subtes, trenes y colectivos, mientras que en el interior los ómnibus oscilan entre el quebranto de las empresas y los paros de los choferes por falta de pago.
 
Los pasajeros que necesitan viajar más allá del conurbano parecen haber desaparecido del radar de las preocupaciones políticas. Entre Ríos, como tantas veces y en tantos frentes, es símbolo de esa disparidad: el servicio interurbano lleva meses parado y el urbano cumplirá dos semanas de inactividad.
 
La Nación reitera que no aportará más recursos para el interior. La Provincia abandonó todo intento por destrabar el conflicto. El municipio prepararía una ordenanza de emergencia que le permita reducir al mínimo imprescindible la prestación.
 

Hacia una nueva normalidad en Entre Ríos
 
Entramados electorales
 
Como la pandemia ha subordinado los tiempos de la política a su evolución, esto significaría que cuando menos se lo piense se entrará en el proceso electoral para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
 
Ello implica que la campaña se desarrollaría en un complejo escenario condicionado por la economía de guerra que sobrevendrá al fin de la covid-19. Una caída vertical en los índices de actividad económica, de empleo, de inversiones y de calidad de vida en general, en forma proporcional con el aumento de la pobreza y de la marginalidad social.
 
Precavidos, los políticos entrerrianos se preparan para esa eventualidad y comienzan a tejer las hipótesis de alianzas y de entramados políticos.
 
En el Peronismo parecen postergan sus reyertas para después de los comicios de 2021. Si esto se verifica, el oficialismo provincial pisará la pelota en el centro de la cancha, para mirar con serenidad el armado del juego. Sólo le preocupa saber qué movimientos hará Cambiemos, quien ha dado muestras de ser un jugador que no siempre se adapta a cualquier campo de juego.
 
Sabedor de la importancia que le cabe en la disputa futura electoral, Bordet, en los pocos tiempos libres que le depara la pandemia, repasa las cartas que tiene en la mano. Como avezado jugador, conoce que no goza de mucho margen de error el año próximo si aspira a mantener en 2023 el protagonismo que tuvo en la política provincial durante los últimos años.
 
En Cambiemos, después de tanto tiempo, ya aprendieron que prácticamente nada se decide en Entre Ríos. Buenos Aires es para las provincias un sustituto de aquella dominación española de la que el país se independizó. Por eso, los actores de la política entrerriana no pueden salir a escena sin esperar las órdenes del que conduce desde la metrópoli.
 
No es la única incógnita abierta. En la oposición se preguntan si en 2021 podrán estar todavía todos juntos para ganarle al peronismo en el poder. Hasta ahora la unidad ha sido imprescindible entre radicales, macristas y otras fuerzas.
 
Ante esa perspectiva, Bordet tiene sus propias cartas para jugar, sólo tiene que mantenerse expectante, esperar y preocuparse centralmente por la gestión, porque es la que definirá qué chances políticas tiene para más adelante. Con este gabinete o con uno nuevo.
 
¿Tolerancia con el macrismo, intolerancia con los dirigente radicales?, quienes no tienen un discurso precisamente moderado respecto del peronismo. Lo real es que Bordet no necesita de la oposición, moderada o tolerante, para asegurar la gobernabilidad: sólo a los propios. Con o sin pandemia.
 
En esa línea, ¿Bordet piensa encarar la post pandemia con el mismo equipo de colaboradores o hará cambios pensando, además, en los comicios intermedios? Por ahora, apostó fuerte a tratar de reactivar la economía a través de la obra pública que le facilite la Nación, y por ese lado atenuar el impacto social de la crisis.
 
No por nada en la Casa Gris respiraron aliviados cuando el poder central confirmó que se pagará la tercera cuota del IFE, porque implica que, aunque poco, habrá algo de dinero en el bolsillo de los ciudadanos más necesitados. Son $ 2.500 millones que ingresan a la provincia.
 
Un alivio en el estado de abatimiento al que sumió la pandemia a gran parte de la sociedad. Hay dirigentes que temen por lo que pueda sobrevenir a causa del mayor empobrecimiento y de la poca capacidad de respuesta de las autoridades a las urgencias.
 
Por eso, en que se siga pagando esa ayuda de $ 10.000 un mes más y en la apuesta a la obra pública se cifran las esperanzas del Ejecutivo para paliar la crisis. Se entienden en ese marco, las constantes conexiones del gobernador con la Capital Federal, donde va a sacarle jugo a su amistad con Alberto; quien hasta ahora lo vienen atendiendo bien, como un socio privilegiado del poder nacional.
 
Además, de cómo sortee y salga de la post pandemia dependerá el resultado de las elecciones intermedias de 2021. Porque si bien es una votación que le inquieta al Gobierno nacional, para Bordet implicará un plebiscito de gestión que le dirá dónde y con qué fortaleza política sale parado.
 
Los números le dirán si le alcanza para aspirar a un cargo nacional en el 2023: ¿vicepresidente? Cualquier especulación dependerá exclusivamente, y no sólo sobre su futuro sino sobre el resto de la dirigencia política, de cómo se gestione la crisis que se viene, cuando se vaya el virus.
 
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