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Nacionales - 13-07-2020 / 09:07
HAY QUE DEJAR ATRÁS EL CAPITALISMO NEOLIBERAL HEGEMONIZADO POR LAS FINANZAS GLOBALES

Resistencia del establishment a un proyecto económico de desarrollo nacional

Resistencia del establishment a un proyecto económico de desarrollo nacional
El presidente junto a los empresarios tras su discurso por el Día de la Independencia. Alberto Fernández aseguró a los empresarios del G-6 que está trabajando para dejar atrás las dos herencias que le dejó el gobierno de Mauricio Macri: el default y el cepo cambiario.
En el acto oficial de celebración del Día de la Independencia, el presidente Alberto Fernández estuvo acompañado en forma presencial, en la Quinta de Olivos, por los empresarios del G-6, que reúne a las titulares de las cámaras del establishment, y de un dirigente de la conducción de la CGT.
 
Fue una apuesta oficial fuerte dirigida al mundo empresario concentrado, que desde hace más de 40 años ha intensificado el combate contra el proyecto de desarrollo nacional que hoy aspira a desplegar el frente político que gobierna.
 
El mensaje de Fernández es sencillo de entender aunque no es probable que haya sido aceptado por los interlocutores elegidos. Es una renovada invitación a un sujeto social que resiste construir un sistema económico que permita alejar la reiteración de crisis dramáticas, las cuales lo tienen como protagonista estelar en cada una de ellas.
  
Más allá de gestos personales de cada uno sus miembros hacia el poder político de turno, el poder económico se ha transformando en estas últimas décadas. Ir a su búsqueda con la expectativa de encontrar lo que alguna vez fue para sumarlo a un proyecto de desarrollo nacional, como si nada hubiera pasado en este tiempo, sólo entregará otra decepción.
 
Casi todos los integrantes del bloque de poder concentrado están cada vez más alejados del destino del mercado interno, operan en áreas monopólicas o con posiciones dominantes y están subordinados a la valorización financiera de sus excedentes, los cuales en gran parte son dolarizados y fugados.
 

 
Una de las pocas excepciones en ese bloque de poder local al que todavía le resulta relevante el consumo interno y tiene su principal base productiva en el país es el grupo Arcor de la familia Pagani.
 
Cuando gran parte de los patrimonios de ese núcleo de empresarios poderosos está en el exterior, ya sea en propiedades, empresas, activos bursátiles o capitales líquidos, y su principal actividad se encuentra en servicios monopólicos o producción de materias primas exportables, su propio destino queda escindido del general.
 
Por eso son protagonistas principales de las grandes crisis pero no las padecen en toda su dimensión; más bien se benefician porque aumentan la concentración y centralización del capital.
 
Es un poder económico conservador, ideologizado al extremo y contaminado de los lugares comunes de la ortodoxia económica, además de ser conducido políticamente por los grupos Techint y Clarín.
 
 
Trasnacional
  
El grupo Techint emprendió un proceso de trasnacionalización en las últimas décadas. Está amenazado por la expansión de corporaciones de la nueva potencia mundial (China), y para tratar de preservar privilegios y cuotas de mercado de su producción de tubos con y sin costura exige protección para su actividad y, sin pudor, promueve apertura importadora para el resto. Opera en sectores con cuasirrentas monopólicas y millonarios subsidios fiscales. Se alinea de ese modo con la estrategia económica y global de la potencia declinante, Estados Unidos.
 
A lo largo de varias décadas, las fabulosas ganancias obtenidas en el mercado argentino, conseguidas por medidas públicas específicas para supuestamente inducirlo a un aumento de la inversión local y a entregar productos a precios competitivos al mercado doméstico, fueron utilizadas en gran parte para financiar la expansión internacional.
 
Techint logró la diversificación territorial de su conglomerado: su casa matriz está en Luxemburgo para pagar menos impuestos, tiene plantas también en Japón, Estados Unidos, México, Brasil e Italia, y es socio en empresas sauditas, rusas, colombianas y canadienses.
 
Desde los últimos años del siglo pasado, las inversiones en Argentina han sido marginales respecto a las destinadas al crecimiento de su negocio internacional.
 
El modelo desarrollista le fue favorable para la evolución inicial, pero ahora ya no le resulta útil. Por eso despide trabajadores desafiando al presidente Fernández. Para Techint el salario es un costo y no un factor dinámico del mercado interno. Por eso postula un modelo económico de tipo de cambio elevado, puesto que por esa vía reduce el costo salarial al tiempo que beneficia su salida exportadora.
 
 
Posesiones
  
El Grupo Clarín se ha consolidado como un conglomerado de telecomunicaciones luego de conseguir desembarcar en Telecom gracias a la flexibilidad regulatoria dispuesta por el gobierno de Macri.
 
Desde la última dictadura militar y con cada uno de los posteriores gobiernos democráticos, con la excepción de los dos mandatos de Cristina Fernández de Kirchner, Clarín consiguió capturar eslabones de su negocio para construir un gigante del sector de las telecomunicaciones.
 
Las manos vacías en esos ocho años es una de las posibles respuestas a los motivos de los persistentes embates contra CFK y su familia que diariamente lanza desde su extenso dispositivo de medios.
 
El grupo Clarín opera en un mercado de servicios de fuertes rasgos monopólicos y busca frenar el ingreso de la competencia, ya sea la que puede constituir el grupo mexicano liderado por el millonario mexicano Carlos Slim o la de compañías chinas (Huawei, empresa combatida por Estados Unidos).
 
Utiliza su amplia red de medios (diarios, radios y televisión) para expandir y defender cada una de sus posesiones, siendo Telecom la última que sumó al conglomerado y posterior fusión con Cablevisión. Resiste el congelamiento de tarifas de los servicios que prestan esas compañías, está en controversias con el Estado por pagos millonarios por la frecuencia de Nextel y pretende mantener un espectro radioeléctrico mayor al que le corresponde por regulaciones del sector.
 
 
Cuadrante
  
Ambos grupos ya no tienen como base de su propia expansión la necesidad de un modelo económico desarrollista.
 
El caso de Clarín es más evidente y el brusco giro de la línea editorial tuvo su bisagra en el conflicto con un sector del campo por las retenciones móviles en 2008.
 
El análisis económico de sus canales de difusión fue mudando del desarrollismo hacia un modelo aperturista, de privilegio a la producción de materias primas agropecuarias y de predominio de las finanzas.
 
Ese viraje conceptual explica su actual posicionamiento en el cuadrante de la derecha del espectro ideológico de medios de comunicación.
 
La campaña anticuarentena, el fomento de la grieta política, social y cultural utilizando a comunicadores y animadores de shows periodísticos, y el impulso de un modelo económico de exclusión es la política de superficie para fortalecer la estrategia estructural para la consolidación de los negocios del conglomerado de telecomunicaciones, pero también para los de los principales socios que están vinculados a la producción agropecuaria.
 
 
Derecha
  
Los grupos Techint y Clarín no son sólo la expresión de la derecha empresaria por ser antiperonista o por la obsesión patológica con CFK y la letra K. Son más que canales de esa manifestación política a través de cámaras empresarias o de una red de medios. Ambos se han convertido en la conducción política de ese espacio ideológico, fundamentalmente, porque les resulta funcional para la defensa y la aspiración de continuar expandiendo su base material.
 
Como se sabe desde hace bastante, los intereses materiales van moldeando la conciencia y la acción.
 
Podrían haber elegido otra opción ideológica conservadora, alejada del fanatismo y de la promoción de la hostilidad de clases medias y altas a quienes piensan diferente. Pero no hubieran estado en línea con el actual comportamiento de las fuerzas de derecha en el mundo, que en América latina son guiadas por el Departamento de Estado y el Comando Sur de Estados Unidos.
 
Los ejes de acción son la exacerbación de las tensiones políticas, el odio a las fuerzas políticas populares y la intolerancia al disenso. El trumpismo es la expresión de esas conductas.
 
La perversidad del discurso y la acción de la derecha política y mediática es que esas características, con elevada violencia simbólica, son atribuidas a las víctimas de ese comportamiento antisocial.
 
La pandemia, como en varios otros campos, exhibió sin maquillaje la brutalidad del capitalismo neoliberal dominado por las finanzas globales. En el escenario argentino, los grupos Techint y Clarín, con sus respectivos satélites (en el ámbito empresario los miembros del G-6, la AEA y el Foro de Convergencia, y en el mundo mediático, La Nación y el portal Infobae), actúan como ordenadores del bloque de poder económico para preservar los privilegios que tienen en la presente fase del capitalismo global.
 
Por miedo o por convencimiento, el resto del establishment se disciplina detrás de ellos, algunos para engancharse en ese tren con sus propios negocios, otros para no ser marginados de ese grupo social, y no pocos por temor a la persecución judicial y la amenaza de la cárcel, como les pasó a varios durante el macrismo.
 
La guerra interempresaria con grupos económicos indicados como kirchneristas (Lázaro Báez, Cristóbal López, Gerardo Ferreyra y otros encuadernados) no tiene que ver con el cuestionamiento a la evasión fiscal, fuga de capitales, lavado de dinero, operaciones offshore y relaciones privilegiadas con el Estado, porque cada uno de los miembros del establishment (Rocca, Pérez Companc, Magnetto y el resto de la lista de "grandes empresarios" aceptados socialmente) tuvieron y tienen ese mismo comportamiento reprochable, aunque sin la observación crítica de la legión de almas bellas que construyen sentido.
 
Con la expectativa de que no existan impedimentos en la comprensión lectora, en el sentido de que unos y otros tiene la misma forma de hacer negocios, antes y ahora, el acoso a empresarios con la marca en la frente con la letra K que alimenta la indignación colectiva selectiva es el paño de la superficie de una disputa de fondo, siendo ésta lo relevante para comprender esa cruzada.
 
El conflicto al interior del poder económico se originó, por un lado, en la puja por ver quién se queda o domina el manejo de ciertos negocios en sectores de elevada rentabilidad. Por otro, refleja el mecanismo habitual del poder económico para obturar el crecimiento de nuevos conglomerados que pueden poner en cuestionamiento el espacio que ocupan en el esquema de poder.
 
Esa misma tensión y disputa, en otro contexto histórico y métodos diferentes, se desplegó en los primeros años de la última dictadura militar sobre algunos grupos económicos vinculados al peronismo o promotores de un proyecto con cierta autonomía de desarrollo de la industria nacional.
 
 
Grieta
  
La crisis económica global provocada por la pandemia abre una pequeña fisura para cuestionar con evidencias imposibles de ocultar y, fundamentalmente, para replantear el funcionamiento de la actual fase del capitalismo neoliberal hegemonizado por las finanzas globales.
 
El presidente Alberto Fernández propone la reconstrucción de la economía a partir de un capitalismo con otras bases. Para esa tarea está convocando a un sujeto económico que hoy es otro; no es el que imagina para construir otro capitalismo dentro de un modelo de desarrollo nacional.
 
La debacle económica y social por la covid-19 brinda una oportunidad excepcional para fortalecer el rol central del Estado en relación al mundo empresario y para el ordenamiento del funcionamiento de la economía.
 
La pospademia en la economía y, en especial, la reconstrucción de una nueva normalidad económica, porque la anterior dominada por el bloque de poder tradicional probó ser un fiasco en términos de bienestar general, requerirá ampliar la base social de la alianza con el sector privado, incluyendo a pymes, cooperativas, emprendedores, firmas recuperadas, empresas de la economía popular.
 
Para que los costos devastadores de la actual crisis no sean en vano, la política económica de la recuperación no puede quedar depositado en ganar la confianza de los empresarios del G-6. Puede ser que esa  invitación sirva en términos políticos, pero está probado que sus integrantes no tienen la vocación de ser un sujeto social activo en el objetivo de fortalecer un proyecto de desarrollo nacional.
 
Por Alfredo Zaiat
 
Fuente: pagina12.com.ar
 

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26-10-2025 / 10:10
La elección de legisladores a nivel nacional tiene un doble peso: además de renovar el Congreso, será un plebiscito para Javier Milei. Las escuelas ya están abiertas. Las urnas esperan. Este domingo 26 de octubre, la Argentina decide mucho más que 24 senadores y 127 diputados nacionales. En esta jornada, el veredicto de 36 millones de electores funcionará como un plebiscito ineludible sobre la desastrosa gestión de Milei que, con la lengua afuera, está desesperado por mostrarle algo a Donald Trump.
 
El Gobierno, que hace poco pronosticaba un amplio triunfo en todo el país, llega a las elecciones con corrida cambiaria, escándalos de corrupción, una interna que lo paraliza y la difícil tarea de defender el 55% de 2023 y evitar que toda la atención se concentre en la provincia de Buenos Aires. Aun así, aspira a un resultado que le permita a Trump sostener su inédita intervención imperialista. En ese escenario, la oposición busca poner freno a la destrucción nacional que impulsa Milei.
 
En una jornada crucial, sin PASO y con el debut absoluto de la Boleta Única de Papel, los comicios legislativos reconfigurarán el centro de gravedad de la política nacional. El resultado no solo moldeará el Congreso que asumirá el 10 de diciembre, sino que definirá la gobernabilidad inmediata, la proyección de un Gobierno que viene de meses a la defensiva y los liderazgos de una oposición que ya mira hacia 2027.
 
El oficialismo, con La Libertad Avanza como única fuerza presente en los 24 distritos, llega a esta cita con una ventaja estructural: no pone bancas en juego en el Senado y solo renueva dos en Diputados. Su representación crecerá sí o sí. Sin embargo, el presidente y su ministro más poderoso, Luis Caputo, calificaron esta elección como más determinante que la presidencial de 2027.
 
La apuesta es alta. El crecimiento libertario se dará, en buena medida, a expensas de sus propios aliados. El PRO, socio electoral en distritos clave como Buenos Aires y CABA, pone en juego 21 de sus 35 bancas y ya cedió espacios y cabezas de lista a LLA. El Gobierno incluso puso en la cancha a dos ministros: Patricia Bullrich, como candidata a senadora por la Ciudad, y Luis Petri, como cabeza de lista en Mendoza.
 
Frente a ellos, el peronismo estrena a nivel nacional el frente Fuerza Patria, la marca que lo llevó a una victoria aplastante en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre. Pero este sello solo se repite en 13 provincias. De fondo, se disputa el liderazgo interno entre el gobernador Axel Kicillof, arquitecto del desdoblamiento electoral, y Cristina Kirchner, quien se opuso a esa estrategia. Cualquier resultado ajustado en el distrito que alberga al 40 por ciento del padrón puede reactivar una interna apenas contenida por la disciplina electoral.
 
Un tercer actor busca quebrar el duelo bipolar. Seis gobernadores -de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Santa Cruz, Corrientes y Jujuy- conformaron el frente Provincias Unidas con la ambición de erigirse como una opción de poder real. Su performance, especialmente la de Córdoba, un feudo clave para Milei en 2023, pesará en la interpretación final del resultado nacional.
 
Lo que está en juego trasciende las bancas. Para el Gobierno, se trata de asegurar al menos un tercio del Congreso para ahuyentar el fantasma de un juicio político y garantizar la viabilidad de sus decretos de necesidad y urgencia y sus vetos. Su ambición máxima es un Congreso más amigable para impulsar reformas laborales, tributarias y previsionales.
 
Pero el resultado de hoy hará más que definir números. Dentro de la Rosada, dirimirá la interna sorda entre el armado político de los "Menem" que reportan a Karina Milei vs Santiago Caputo. Y fuera del país, las miradas están puestas en Washington. Trump ya advirtió: si Milei no gana, Estados Unidos no será "tan generoso" con la Argentina.
 
La Opinión Popular
 

25-10-2025 / 10:10
En el contexto de una furiosa batalla mundial por el control de chips, de tecnología de baterías de litio y nuevas fuentes de energía, la designación de Pablo Quirno como canciller, un economista sin experiencia en la diplomacia, pero relacionado estrechamente con el fondo de inversiones JP Morgan, dio pistas sobre las garantías requeridas a cambio de la intervención financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
 
El diario The Wall Street Journal publicó que el apoyo de Estados Unidzos a Javier Milei se basa en el interés por conseguir nuevas fuentes de aprovisionamiento de uranio. El uranio argentino está en la mira. "Ha quedado dolorosamente claro que Estados Unidos se ha vuelto demasiado dependiente de fuentes poco fiables de minerales, productos y manufacturas críticas, todas ellas esenciales para nuestra seguridad nacional", explicó a mediados de octubre de este año Jamie Dimon, cabeza de este grupo que especula con bonos en Wall Street y en todo el mundo.
 
Dimon formuló estas declaraciones al presentar el informe Security and Resiliency Initiative, el ambicioso programa de inversiones del JP Morgan. En ese comunicado, Dimon se refirió concretamente a la estrecha ligazón de la institución financiera que dirige, con la seguridad nacional y los intereses económicos de los Estados Unidos. No es una empresa alejada de la política, sino que sus metas coinciden abiertamente con las de Estados Unidos como potencia hegemonista.
 
El concepto de "poco fiables", aludió básicamente a China, Rusia y otros países asiáticos. Cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció que aplicaría aranceles abusivos a los productos chinos, la respuesta de los agredidos fue suspender las compras de soja y la venta de tierras raras. China compraba el 50 por ciento de la soja norteamericana y los abastecía con la mayor parte de las tierras raras que insume la industria electrónica.
 
Con una política de defensa del interés nacional, Argentina tiene posibilidades de inserción en ese escenario tan complejo porque, además de la producción de alimentos, tiene riqueza en el litio que consumen las baterías de la industria electrónica y además tiene reservas de uranio y un desarrollo nuclear propio con capacidad de exportación de reactores con tecnología desarrollada en el país.
 
El concepto de "poco fiables" para la seguridad nacional de los Estados Unidos le agrega otra condición a cualquier negociación con el JP Morgan en las áreas que ellos han definido, como el litio y la energía nuclear. El concepto implica que los Estados Unidos tienen que tener control sobre "esos productos esenciales para nuestra seguridad nacional".
 
Argentina es un país independiente, no es otra estrella en la bandera de los Estados Unidos. Además, es un país democrático. Mañana puede cambiar el gobierno. La pregunta es cuáles serían entonces las medidas que exige el JP Morgan para que sean "fiables" las concesiones que haga la política entreguista de este gobierno.
 
Estados Unidos está perdiendo suministros estratégicos a manos de sus competidores y parece decidido a reemplazarlos por otras fuentes en América Latina. Y para eso necesita impedir el desarrollo local de industrias que incorporen valor agregado a sus riquezas naturales.
 
En esa visión del mundo, en la que América Latina funcionaría como una cantera de materias primas para salvar al hegemón de su decadencia, resulta inconcebible, y hasta lesivo para ellos, que Argentina desarrolle una industria nuclear de punta y competitiva. El país tiene grandes reservas de uranio sobre todo en la provincia de Chubut, y también en Mendoza, Río Negro, La Rioja y Salta.
 

24-10-2025 / 07:10
Donald Trump, JP Morgan y el FMI apuntalan un modelo anarco capitalista que se derrumba. Con el dólar contenido artificialmente y un salto en el endeudamiento, el gobierno de Javier "el Loco" Milei llega arrastrándose a las elecciones legislativas. El capital extranjero y el gran empresariado local preparan una nueva ofensiva contra los trabajadores. La confusión es mayúscula; la desconfianza, también. Solo el voto al peronismo puede enfrentar este proyecto de saqueo y entrega.
 
A solo días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, el nuevo informe de Trespuntozero marca una tendencia clara de recuperación del voto peronista, en contraste con el estancamiento del oficialismo libertario. Según los datos, Fuerza Patria (FP) alcanza el 46,2 por ciento de intención de voto nacional, frente a un 40 por ciento de La Libertad Avanza (LLA). Milei llega al 26 de octubre sostenido solo por los yanquis.
 
El sondeo, realizado en seis provincias clave (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Tucumán) más un muestreo nacional complementario, deja ver que la gestión de Javier Milei acumula un 54 por ciento de imagen negativa y apenas un 42 por ciento positiva, con caídas en casi todos los distritos principales
 
En la provincia de Buenos Aires, Jorge Taiana (FP) se consolida con el 47,1 por ciento, superando a Diego Santilli (LLA), que apenas llega al 38,7 por ciento. En Santa Fe, la candidata peronista Caren Tepp achicó la distancia con el libertario Agustín Pellegrini, situándose en un 32 por ciento frente al 34,6 por ciento, en un distrito históricamente adverso para el PJ
 
Para la Casa Rosada, Córdoba es otra vez la madre de todas las batallas. Si ganan la provincia mediterránea pueden evitar el papelón de presentarse como la fuerza que representa la iniciativa privada y perder en el corazón productivo del país real (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe).

El estudio también revela un dato clave: el 73,3 por ciento del electorado afirma tener "muchas ganas" de ir a votar, lo que podría favorecer a los espacios opositores tras un año de malestar social y ajuste económico. "El 50 por ciento de los argentinos llega a fin de mes usando ahorros o endeudándose", advirtió Raúl Timerman, quien señaló que la pérdida del poder adquisitivo es el principal motor del voto castigo.

La encuesta expone un creciente desencanto con el modelo económico libertario, que se refleja tanto en los indicadores de gestión como en la caída de intención de voto en Córdoba, Mendoza y Tucumán. En palabras de Timerman, "la adhesión al peronismo aumentó discretamente, la de LLA se estancó y lo que se redujo fue el universo de indecisos".

Los datos consolidan una tendencia que preocupa al desquiciado Milei en la recta final: la elección se nacionalizó alrededor del malestar económico, y los números muestran que su narrativa de recuperación pierde fuerza frente al voto opositor. Es horrible todo lo que está pasando y se huele el miedo en el oficialismo. El caos consume a un gobierno sin plan y sin cabeza. El Presidente no conduce. Nadie conduce. La anarquía, de novedad virtuosa pasó a virus letal. 

La Opinión Popular
 

23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
La Opinión Popular
 

22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

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