01:12 | Viernes 26 de Abril de 2013 | Entre Ríos
Las claves del modelo ideológico neoliberal del gobierno de Macri
Por Carlos Andujar
Por Carlos Andujar
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 01-06-2020 / 13:06
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
Bordet cruzó a la oposición provincial gurka
"Se plantean estas posiciones para buscar generar diferencias políticas. No es lo que debería ocurrir en este momento que hay una situación de salud pública que está en juego. Hay una población que está expectante de que se resuelvan los problemas y no de que se discuta", advirtió Gustavo Bordet,
A pesar de las incuestionables razones sanitarias, después de más de dos meses de vigencia, la cuarentena se va haciendo pesada, no solo para la economía sino también para el humor de la gente. La liberación progresiva de actividades y las distintas medidas de apoyo del Estado ayudan a sobrellevar el sacrificio que representa sostener el aislamiento social, pero no todos están contentos con eso.
El intendente de Chajarí, el radical macrista Pedro Galimberti, exigió al gobierno más celeridad en las habilitaciones de gimnasios, academias, bares, restaurantes y analizaba la posibilidad de habilitarlos en forma autónoma, sin respetar la autoridad provincial. Y un diputado provincial, Uriel Brupbacher (UCR), provocó a Gustavo Bordet pidiéndole que "se despierte y empiece a gobernar de verdad".
Estas insólitas agresiones, que rebajan el debate político, tratan de instalar la idea que hay un malestar generalizado contra el gobierno de Alberto Fernández, porque el presidente tomó la decisión de implementar el aislamiento social obligatorio antes que en otros países y evitó así que haya muertes masivas por coronavirus.
Por su parte, Bordet dio varias definiciones sobre la oposición local más gurka. "Los que tenemos responsabilidades institucional hemos trabajado con un mismo criterio. Tanto gobernadores de la oposición como del oficialismo. Lo mismo me pasa en la provincia", aseveró.
La gran mayoría de los intendentes, independientemente del partido que sea, tratan de resguardar la salud de la población. Las diferencias surgen con algunos sectores políticos opositores que están en banda, al margen de las responsabilidades de gestión y ven la posibilidad de generar acciones políticas que hoy no encuentran aceptación social.
"Se plantean estas posiciones para buscar generar diferencias políticas. No es lo que debería ocurrir en este momento que hay una situación de salud pública que está en juego. Hay una población que está expectante de que se resuelvan los problemas y no de que se discuta", advirtió el mandatario entrevistado por Infobae.
Una cosa son las rispideces que se dan en el marco de la política y otra son las diferencias que se plantean con otra finalidad, que es la de generar división en la sociedad. "Eso no está bueno y es lo que me preocupa. Hay dirigentes que han tenido una participación activa en el gobierno anterior y dicen lo que se debería hacer", alegó Bordet. ¿Con qué autoridad hablan los que gestionaron tan mal? ¿No miran las consecuencias de lo que están proponiéndole a la gente?
Sectores minoritarios de la oposición hacen un uso perverso de la inestabilidad emocional de las personas en cuarentena y las impulsan a delirantes reclamos. "Marcan, de manera sistemática, que hay que salir de cualquier forma de la cuarentena. Es muy irresponsable", concluyó el gobernador. Lamentablemente, desde la oposición kamikaze, en lugar de entender lo delicado de la situación, aprovechan la oportunidad para cascotear el rancho al gobierno.
La Opinión Popular
El intendente de Chajarí, el radical macrista Pedro Galimberti, exigió al gobierno más celeridad en las habilitaciones de gimnasios, academias, bares, restaurantes y analizaba la posibilidad de habilitarlos en forma autónoma, sin respetar la autoridad provincial. Y un diputado provincial, Uriel Brupbacher (UCR), provocó a Gustavo Bordet pidiéndole que "se despierte y empiece a gobernar de verdad".
Estas insólitas agresiones, que rebajan el debate político, tratan de instalar la idea que hay un malestar generalizado contra el gobierno de Alberto Fernández, porque el presidente tomó la decisión de implementar el aislamiento social obligatorio antes que en otros países y evitó así que haya muertes masivas por coronavirus.
Por su parte, Bordet dio varias definiciones sobre la oposición local más gurka. "Los que tenemos responsabilidades institucional hemos trabajado con un mismo criterio. Tanto gobernadores de la oposición como del oficialismo. Lo mismo me pasa en la provincia", aseveró.
La gran mayoría de los intendentes, independientemente del partido que sea, tratan de resguardar la salud de la población. Las diferencias surgen con algunos sectores políticos opositores que están en banda, al margen de las responsabilidades de gestión y ven la posibilidad de generar acciones políticas que hoy no encuentran aceptación social.
"Se plantean estas posiciones para buscar generar diferencias políticas. No es lo que debería ocurrir en este momento que hay una situación de salud pública que está en juego. Hay una población que está expectante de que se resuelvan los problemas y no de que se discuta", advirtió el mandatario entrevistado por Infobae.
Una cosa son las rispideces que se dan en el marco de la política y otra son las diferencias que se plantean con otra finalidad, que es la de generar división en la sociedad. "Eso no está bueno y es lo que me preocupa. Hay dirigentes que han tenido una participación activa en el gobierno anterior y dicen lo que se debería hacer", alegó Bordet. ¿Con qué autoridad hablan los que gestionaron tan mal? ¿No miran las consecuencias de lo que están proponiéndole a la gente?
Sectores minoritarios de la oposición hacen un uso perverso de la inestabilidad emocional de las personas en cuarentena y las impulsan a delirantes reclamos. "Marcan, de manera sistemática, que hay que salir de cualquier forma de la cuarentena. Es muy irresponsable", concluyó el gobernador. Lamentablemente, desde la oposición kamikaze, en lugar de entender lo delicado de la situación, aprovechan la oportunidad para cascotear el rancho al gobierno.
La Opinión Popular
El virus y los delirantes
Sectores macristas gurkas no pudieron resistir la tentación de aprovechar el descontento por la prolongada cuarentena para ejercitar el carancheo político, para el cual prestaron colaboración "famosos" de reconocidas simpatías con el macrismo que recorrieron todos los estudios de televisión de Buenos Aires para denunciar que no los dejaban salir de sus casas y que las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno estaban relacionadas de alguna manera al comunismo.
Quien encabeza el fogoneo desde la oposición es Patricia Bullrich, presidenta del PRO. Y a la vez que alertan sobre acechanzas imaginarias como el peligro comunista o el proyecto Venezuela, un clásico que nunca pasa de moda, los periodistas macristas soslayan peligros tangibles como el aumento de contagios en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
Maximiliano Guerra, Susana Giménez (siempre boca suelta) y Juan José Sebreli, entre otros, prestaron sus voces a una campaña mediática que derivó luego en una declaración firmada por unas 300 "personalidades", la inmensa mayoría de las cuales participó o respaldó el gobierno de Mauricio Macri. El documento dejó como "aporte" a la lengua castellana el neologismo "infectadura" que fue usado para intentar describir la situación actual del país.
En respuesta, más de 11 mil científicos, intelectuales y académicos impugnó la carta macrista de la "infectadura" y dio a conocer su apoyo a las medidas de aislamiento. Señalan en ella que convivir con covid-19 en Argentina será un proceso largo que requerirá de esfuerzos permanentes por parte de todas y todos, y de la aplicación de estrategias inteligentes y cambiantes.
Esto es opuesto al mensaje equivocadamente pregonado de 'sentarse a esperar que pase el pico', como si fuese un fenómeno climático ante el cual nada puede hacerse, un discurso simplista que no se hace cargo del problema y que sólo puede tener consecuencias graves e irreparables.
Corso de contramano anticuarentena
Al corso de contramano anticuarentena se sumaron libertarios, nazis, negacionistas de la ciencia, antivacunas y conspiranóicos de la más diversa laya para dar forma a ridículas manifestaciones en las que se mezclaban militantes macristas interesados en desastabilizar al gobierno y simples estúpidos que salieron a denunciar que el coronavirus era una mentira, una conspiración sionista para dominar al mundo o un ardid publicitario de los laboratorios.
La oposición macrista más fanatizada, a través de sus terminales mediáticas, realiza una ofensiva inédita, con videos falsos en prime time, para dar aire a llamamientos trastornados de desobediencia civil y denuncias de autoritarismo sin sustento, que le caben por igual al gobierno nacional como a gobernadores e intendentes de todas las fuerzas políticas, incluso a los de Cambiemos. Juegan ruleta rusa de prestado con la vida de millones de argentinos.
Lo único razonable es el reclamo de autónomos, microempresarios, monotributistas y trabajadores desesperados por la necesidad de volver a sus actividades, sectores comerciales que vienen padeciendo una larga agonía que no arrancó con la pandemia, sino que lleva al menos dos años, en sintonía con la fuerte caída de la actividad por la tremenda recesión que provocó Macri.
En tanto, los gobiernos: nacional, porteño y bonaerense, siguen enfocando el esfuerzo sanitario en el Área Metropolitana, principalmente en las villas de la Capital Federal y en los asentamientos del conurbano, donde está el epicentro de la pandemia y los casos crecen exponencialmente día tras día.
El diagnóstico es que el coronavirus existe y dejará a unos 160 países en recesión en todo el planeta y que muchos de ellos tendrán problemas para cumplir los pagos de sus deudas, como editorializó la revista británica The Economist.
El otro problema
Mientras surgen cuestionamientos a la rigidez de la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), a raíz de los problemas económicos que provoca el aislamiento de la población por más de 70 días, Alberto Fernández dio una señal favorable al acuerdo con los bonistas, en una negociación que está camino a prorrogarse por otros diez días.
Siguen avanzando las negociaciones para llegar a un acuerdo que permita reestructurar la deuda argentina de más de 66.000 millones de dólares en manos de bonistas extranjeros. En el plano político hubo gestiones por parte de altos funcionarios del FMI y del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para interceder ante los grupos de bonistas más desencantados con la negociación.
Les dejaron en claro que quien lideraba las negociaciones era Alberto Fernández y no Martín Guzmán (a quien ven muy inflexible en sus posturas) y que el país estaba dispuesto a hacer concesiones para llegar a un entendimiento.
Algo de eso se vio en la nueva oferta presentada por el país que fue difundida el viernes, que ofreció a los acreedores una serie de títulos cuyo valor presente promedio fue estimado entre 45 y 50 dólares, bastante más que los 39 que se estimaban para los bonos de la primera oferta.
Aprovechando esta instancia, los bonistas dieron a conocer luego la contraoferta que habían acercado al Gobierno. Dos grandes grupos que estaban bajo las cláusulas de confidencialidad señalaron que presentaron una propuesta conjunta para obtener un alivio de flujo de fondos de 36.000 millones de dólares durante nueve años.
Si bien las posturas se acercaron, el acuerdo todavía no llegó y el Gobierno ya trabaja para extender las negociaciones más allá de los últimos plazos establecidos.
Impuesto a las grandes fortunas
El peronismo mantiene en las gateras el proyecto de impuesto a las grandes fortunas que -insisten sus voceros- será implementado "por única vez", -aunque la experiencia indica que lo de única vez en la Argentina tiene diversas interpretaciones- a personas cuyos patrimonios superen los tres millones de dólares.
En el Congreso, donde anida la iniciativa, la búsqueda de apoyos ya comenzó: la intención del jefe de los diputados oficialistas; Máximo Kirchner, es que el proyecto sea votado por aquellos legisladores que responden políticamente a los gobernadores provinciales. Para conseguirlo, el atractivo es que la recaudación sea distribuida a través de la coparticipación federal.
El gobernador Bordet comparte esa idea. "Los impuestos progresivos siempre son los más equitativos y los más justos. Y en el marco de una crisis que se provoca por un fenómeno global como el que estamos viviendo, y donde hay que buscar recursos, los impuestos que se apliquen tienen que tener esta progresividad".
"Estoy de acuerdo en que se lleve adelante de manera progresiva el cobro de impuestos a quienes más tienen. Esto me parece que es lo más equitativo en una sociedad donde muchas personas han perdido su trabajo o la mitad de su salario. El esfuerzo deben hacerlo los que más tienen", afirmó.
Oposición en problemas
La Argentina tenía problemas previos a la pandemia. Y esa realidad potencia el debate entre el peronismo y la oposición macrista. En el Congreso se abrió una investigación sobre la fuga de capitales. El peronismo puso la lupa sobre la salida de dólares al exterior luego de que el gobierno de Macri acordara con el FMI y recibiera los fuertes desembolsos del organismo, entre 2018 y 2019. En el Frente de Todos denuncian que hay una correlación directa entre uno y otro hecho.
Las investigaciones sobre el interregno macrista en el poder abarcan también a la controvertida área de Inteligencia. La interventora de la AFI, Graciela Caamaño, encontró un disco duro en el que se guardaba información sobre espionaje ilegal a decenas de funcionarios y dirigentes tanto del oficialismo como de la oposición al gobierno anterior. En JxC hay resquemores políticos porque algunos de los espiados son dirigentes del radicalismo y compañeros de ruta política.
Es la existencia de un régimen de control y persecución política basado sobre el uso ilegal de posiciones de Estado. Se trata del conocimiento profundo y sistemático de las personas que actúan políticamente para utilizar cualquier aspecto de su vida con vistas a su uso a través de la extorsión. Una práctica sistemática que apunta a sacar de la cancha a enemigos, a apretar aliados y a conseguir que unos y otros se encuadren en sus estrategias políticas.
¿Cómo se explica la presencia en la lista de espiados de conspicuos dirigentes de la propia alianza de gobierno? Está muy claro que Macri no se sentía tanto el líder de una coalición gubernamental (coalición que, de hecho, nunca funcionó) como un garante estratégico de los grupos más poderosos de la sociedad. El establishment: personas, instituciones y empresas influyentes, que procuraban controlar el orden neoliberal.
La manipulación macrista de las instituciones es un hecho que ni el propio Macri ni varios de sus colaboradores se preocuparon en ocultar. Y la insólita existencia a una "mesa judicial", con el repugnante espectáculo de expulsión de jueces, violación de derechos individuales y sociales.
Abundante en los comentarios políticos de la época, el conocimiento de la "mesa" nació del propio gobierno y de los más cercanos al presidente. Mientras, documentos de "intelectuales" proclamaban a los cuatro vientos la "recuperación de las instituciones" alcanzada durante los años de Macri.
Atender la economía provincial inmediata, sin soltarle la mano a la salud
En un extenso reportaje en Infobae, el gobernador Gustavo Bordet sostuvo que: "Ha habido algunos que piensan que hay que priorizar la economía. Es una falsa dicotomía lo de economía o salud. Las dos cosas van ligadas. La cuarentena fue acertada. Y hay que empezar a salir progresivamente en la medida en que se vaya manteniendo un nivel bajo de contagios".
Entre las voces más frecuentes por el reclamo de volver a trabajar, se encontraban las actividades del comercio y la industria en general. Nadie cuestiona el aislamiento dispuesto por el gobierno de Alberto Fernández, con el que el provincial tuvo un alineamiento total, pero las consecuencias del "parate" son un límite para muchos.
Entre Ríos no escapa a la preocupación por la economía nacional. Hay empresarios que entienden que la provincia tiene pocas chances de una recuperación en el segundo semestre de este año. A mayor extensión de la cuarentena en AMBA, las soluciones que llegan desde el Estado nacional podrían tener un efecto decreciente.
La demanda de empleo es baja aun con la reapertura de las actividades casi en su totalidad. El fantasma de la informalidad laboral reaparece con más fuerza; dato inquietante para una provincia que hace tiempo que no crece el empleo formal privado. Y un porcentaje de empresarios locales no quieren endeudarse a pesar de los dos meses largos, hasta ahora, sin trabajar.
Bordet ha buscado ganarse confianza de los empresarios, pero ellos comienzan a inquietarse por las soluciones que puedan darse a la asolada economía. En el gabinete provincial están pendientes de la situación y los sectores corporativos reconocen que hay diálogo en la elaboración de protocolos para los tramos productivos y los distintos rubros del comercio.
"La relación es muy buena ya que hay canales de comunicación abiertos. Estamos dialogando permanentemente. Hay rubros en los que estamos preparando protocolos para cuando llegue la posibilidad de habilitarlos. Hay angustia en muchos dueños de negocios, sobre todo en turismo, que es el más golpeado", afirmó Bordet.
Pero el desplome financiero puede tener contagio desde lo estatal a lo privado. En la Casa Gris se oficializó, en los hechos, lo que todos saben, con respecto a la caída que tuvo la recaudación en la Provincia. Y ese panorama continuará varios meses más sin que se sepa, realmente, cuándo se podría retornar a lo que son valores más o menos normales para el Estado.
Todo obedece a la baja, en algunos casos a cero, de la actividad económica y su traslado a la escasa capacidad de pago de los contribuyentes en general y de las empresas. También, la merma en la recaudación de impuestos nacionales, lo que resiente la masa coparticipable a las provincias y, a su vez, a los municipios.
Entre los empresariado están los que consideran que, en esta ocasión, tienen que obtener la solución del gobierno de Bordet porque la emergencia sanitaria no está resuelta y sus consecuencias económicas pueden ser muy duraderas. Y entienden que el Gobernador debe gestionar la ayuda nacional necesaria.
Bordet fue, en este tiempo de peste, sanitariamente correcto al anticipar la necesidad de adoptar medidas preventivas; casi al unísono con el nacional. Y también fue políticamente correcto al alinearse con el Presidente ante la emergencia. Ahora, su preocupación es la economía provincial inmediata, sin soltarle la mano a la salud.
Entre los mejores gobernadores
Después de bastante tiempo de silencio de encuestas, la consultora CB realizó un sondeo de opinión de más de 18 mil casos a partir del cual elaboró un ranking de aceptación de los gobernadores.
Con una imagen positiva de 62,3%, Gustavo Bordet aparece en el selecto grupo de los primeros de la lista, por encima de la que tienen en la provincia Alberto Fernández (60,3%), Cristina (38,5%) y Mauricio Macri (37,2%).
Desde el Gobierno provincial interpretan esos números como una muestra del respaldo de la gente a la correcta estrategia adoptada para enfrentar al coronavirus, pero también a la decisión de poner en áreas clave a gente nueva, con sólidos perfiles técnicos y científicos.
El Presidente Alberto Fernández posee una imagen positiva superior a la negativa en todas las provincias del país, logrando su imagen positiva más alta en La Pampa (75,7%) y su imagen positiva más baja en Córdoba (53,7%).
El Ex Presidente Mauricio Macri posee una imagen negativa superior a la positiva en todas las provincias del país, excepto Córdoba. Sus mediciones positivas más altas son en Córdoba (52,9%), Ciudad de Buenos Aires (46,6%) y Mendoza (41,6%). Su imagen positiva más baja está la Provincia de Santiago del Estero (13,5%)
Ese marco de aceptación popular se dio por la armonización de la Bordet con Fernández en el alineamiento de la gestión de la crisis sanitaria y el respaldo explícito a la renegociación de la deuda externa que lleva adelante la Nación, que anticipan un reposicionamiento político profundo. Y todo indica que será un frente ganador en las elecciones legislativas del año próximo.
En el peronismo entrerriano, los relacionamientos políticos están mucho más determinados por las necesidades de gestión que en otras provincias. Ocurrió durante el macrismo y se reitera ahora, cuando lograr la refinanciación de la deuda que tiene la Provincia es tan prioritario como obtener asistencia para cumplir con el cronograma de sueldos y de jubilaciones. Ni hablar del medio aguinaldo.
Que la Nación logre acordar con sus acreedores para iniciar de inmediato la discusión por los vencimientos que la Provincia debe atender en los próximos años es uno de los frentes que Bordet observa con optimismo.
También se ilusionan en la Casa Gris con un desembolso importante de la Nación para cubrir gastos corrientes en las próximas semanas, y esperarían con impaciencia el aval para emitir títulos para los contratistas que harán las obras que se promocionaron en la última campaña electoral.
Todo eso depende de la Nación. Entre Ríos espera que la solución para el paro del transporte de pasajeros también llegue desde la Casa Rosada. Los interurbanos están por redondear 50 días paralizados y los urbanos más de 12 días sin funcionar.
La Opinión Popular
En el marco de la apertura graduada de la cuarentena por la pandemia de coronavirus, el gobernador Gustavo Bordet decidió autorizar las reuniones familiares de hasta 10 personas, así como algunas disciplinas deportivas personales y la habilitación de centros comerciales y galerías.
La consultora CB realizó un sondeo de opinión de más de 18 mil casos a partir del cual elaboró un ranking de aceptación de los gobernadores. Con una imagen positiva de 62,3%, Gustavo Bordet aparece en el selecto grupo de los primeros gobernadores de la lista, por encima de la que tienen en la provincia Alberto Fernández (60,3%), Cristina Kirchner (38,5%) y Mauricio Macri (37,2%).
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