La Opinión Popular
                  16:12  |  Viernes 26 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Nacionales - 24-05-2020 / 09:05

Los argumentos falaces e irresponsables de los “anticuarentena”

Los argumentos falaces e irresponsables de los “anticuarentena”
El dato que ayuda a entender el marco en el que se da este debate es el nombre de los países con mayor cantidad de muertos en los últimos días: Estados Unidos, Brasil, Reino Unido y México, por una abrumadora diferencia con el resto.
"Destruyen la economía". "Va a morir más gente por culpa de la cuarentena que por culpa del coronavirus". "La gente está harta de la cuarentena". "Suecia no cerró la economía y sin embargo no le va tan mal". "Chile actuó de manera inteligente. No es un estado bobo como el nuestro". "Esta es la cuarentena más larga del mundo". "¿Por qué no miramos lo que hizo Uruguay?". "Quieren instalar una dictadura con la excusa del coronavirus". "Hay un clima Malvinero".
 
En las últimas semanas, se ha escuchado o leído, repetidas veces, las afirmaciones con las que arranca esta nota. El debate público argentino, que es siempre muy vital y apasionado, reprodujo de esta manera un debate muy duro que, desde hace 90 días, agita, con variantes, a casi todas las democracias del planeta.
 
Esa discusión básicamente gira alrededor de cómo debe enfrentarse el coronavirus, si debe realizarse la cuarentena, cuánto debe durar, y cuáles deben ser los límites de su implementación. En algún sentido, es lógico que cada vez que se extiende la cuarentena las personas enojadas suenen más fuerte.
 
¿Tienen razón? ¿Es responsable lo que hacen? ¿Esas afirmaciones se apoyan en hechos reales? ¿Son argumentos o apenas slogans? ¿Aportan al necesario debate público o lo enrarecen? Tal vez sea conveniente darles un contexto para fundamentar las respuestas a estas preguntas.
 
El dato que ayuda a entender el marco en el que se da este debate es el nombre de los países con mayor cantidad de muertos en los últimos días: Estados Unidos, Brasil, Reino Unido y México, por una abrumadora diferencia con el resto. De esos cuatro casos, los dos primeros tienen líderes que hasta el día de hoy recomiendan seguir la vida como si tal cosa: Donald Trump y Jair Bolsonaro.
 
Los otros dos demoraron el encierro. Cuando los italianos y los españoles le gritaban al mundo que se aislaran, que esa era la única manera de evitar lo que les estaba pasando a ellos, Boris Johnson y Andrés Manuel López Obrador promovían que la gente siguiera en las calles, en las manifestaciones, en las escuelas, en los teatros. Esas semanas de contrasentido permitieron al virus difundirse en sus países.
 
Los Estados Unidos lamentarán en los próximos días sus primeros cien mil muertos, el Reino Unido 35 mil, Brasil 20 mil, México 7 mil. Son cifras trágicas que, como se ve en el resto de la región donde se ubican esos países, podrían haberse evitado con una política razonable. A su manera, funcionan como una advertencia: cualquier gobernante que siga el camino de ellos, correrá el riesgo de obtener esos resultados.

 
La evidencia es tan abundante -y aterradora- que quienes niegan el aislamiento social como método para evitar la muerte ya podrían ser equiparados con el movimiento antivacuna, o los terraplanistas. Siempre se puede sostener que es el Sol el que se mueve y no la Tierra o que la teoría darwinista debe ser reemplazada por la creacionista. Así es la democracia y todo el mundo tiene el derecho a opinar. Pero eso habla mucho de quien defiende esas posiciones.
 
Así como el consenso científico del mundo entero es abrumador respecto de la importancia del aislamiento social y de las restricciones, no hay evidencias de que su extensión aumente el sufrimiento económico en comparación con las alternativas reales.
 
¿Qué pasaría si los anuncios de ayer hubieran liberado todo? ¿Cuántos muertos habría en dos semanas? ¿Y en cuatro? ¿Qué pasaría en los hospitales y en los cementerios? ¿En cuánto tiempo habría que volver a encerrarse con el dolor de estar conviviendo con tantos fallecidos?
 
Son las preguntas que se hacen gobernantes y científicos en todo el mundo democrático. ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿Cuándo? No hay respuestas terminantes a esas preguntas. Cada país encuentra sus respuestas. Pero ninguno de ellos abre, sin más.
 
"Es la cuarentena más larga del mundo", sostuvieron esta semana varios títulos y muchos colegas. Es otro argumento que necesita un poco más de desarrollo para ser convincente. La reapertura es un proceso que avanza a tientas ("Tip toe steps", pasos en puntas de pie, ha dicho The New York Times), con marchas y contramarchas, enorme incertidumbre y grandes diferencias entre países y dentro de cada país. Algunos, como España, abren un poco. Otros, como Chile, se cierran.
 
En la inmensa mayoría de Europa y América hay límites estrictos aun hoy a la libertad de reunión, de movimiento y de trabajo. No hay manifestaciones, ni bares, ni restaurantes, ni reuniones familiares sin límites estrechos de participantes, ni multitudes en estadios, cines, o teatros, y se limita en extremo la concentración de personas en el transporte público.
 
Es difícil establecer una tabla de posiciones sobre qué cuarentena es más o menos estricta, más o menos extensa. La expresión "toda Europa abre y la Argentina, no" no solo es falsa: es disparatada. Pero, además, si fuera la más larga, ¿estaría necesariamente mal eso?
 
Un economista difundía esta semana en las redes sociales un gráfico donde mostraba que tras solo un mes de cuarentena, Francia logró bajar del pico de contagios y muertes hasta controlarlas y por eso empezó a relajar (muy suavemente, hay que decirlo) la forma de encierro.
 
El argumento omite algunos asuntos centrales. Francia entró en cuarentena ya con decenas de muertos: cuando la curva escalaba. Eso le produjo un costo que orilla los 30 mil fallecidos. Es lógico que si otro país -como Argentina- se cierra antes para evitar ser sorprendido por un aluvión de enfermos, el encierro dure más porque se tarda mucho más en alcanzar el pico. Pero además, el "control de la pandemia" en Francia sigue produciendo alrededor de 50 muertes diarias. El dato sin el contexto puede llevar a una conclusión equivocada.
 
"Va a morir más gente por culpa de la cuarentena que del coronavirus", es otra frase repetida. Un colega sostuvo eso apoyado en un informe del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, según el cual en este semestre podrían morir hasta nueve mil personas más que el año pasado por no haber consultado a tiempo sobre dolencias cardíacas.
 
Lo que omitía el planteo es que la cuarentena no impide hacer esas consultas. Al contrario, en las conferencias diarias del Ministerio de Salud, se insistió varias veces en que las personas pueden y deben consultar por problemas de salud no relacionados con el Covid-19. Si la gente no consulta, es por el miedo al contagio y no por la cuarentena. Además, 9.000 es un número extremo: si la gente consulta, aun con cuarentena, no morirá. Es una advertencia. No un hecho. ¿Cuál es el sentido de jugar con esa cifra?
 
El ejemplo de Suecia, con el que se martillaba hace un mes, ya quedó muy antiguo. La propia embajada de ese país aclaró que su economía sufrirá mucho este año. Pero, además, es muy impactante el contraste entre su cantidad de muertos por millón de habitantes (396) si se la compara con Noruega (43) y Finlandia (55), los otros dos países escandinavos que tomaron medidas más restrictivas, aunque también más moderadas que Italia, España o Argentina. Por fuera de eso, ¿es posible comparar, así, sin más, a la Argentina con países que tienen los mejores sistemas de salud e indicadores sociales del mundo?
 
El ejemplo de Chile también es muy cuestionable, tanto que el propio Sebastián Piñera decidió hace dos semanas imponer una cuarentena estricta en la región de Santiago por la explosión de casos y el crecimiento de la cantidad de muertos. La "estrategia inteligente" fue reemplazada por un encierro masivo y sin excepciones, en medio de un colapso sanitario que, en parte, se debe a la inexistencia de salud pública.
 
La utilización del caso uruguayo es otro ejemplo de descontextualización de datos. Uruguay es uno de los países que manejó la cuarentena de manera admirable y ahora sus chicos, progresivamente, van volviendo a clases.
 
La diferencia con la Argentina es que Uruguay no tiene una megalópolis como la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, que es donde aquí se produce el 85 por ciento de los casos.
 
Uruguay se parece, por su dimensión, y por la cantidad de habitantes de su capital, a Santa Fe. Rosario tiene casi los mismos habitantes que Montevideo, la provincia tiene casi los mismos habitantes que Uruguay. Nada es comparable completamente con nada. Pero, si sirve como referencia, Santa Fe tiene menos fallecidos que Uruguay.
 
Seguramente es cierto que la sociedad está harta de la cuarentena: hay angustia por el encierro, por la distancia con los seres queridos, por la falta de trabajo. Pero, ¿habrá alguna forma de medir si prefiere convivir con esas angustias o con el riesgo de contagiarse o contagiar a otros? Con todas las dudas que generan, por sus últimos errores graves, los estudios de opinión reflejan que el apoyo a la cuarentena -que es alto- no depende de su extensión sino de la evolución del número de casos: es algo bien natural.
 
Las referencias al supuesto "clima malvinero" también son un tanto exóticas. En un caso, una dictadura declaró una guerra a la cual envió a miles de soldados sin preparación ni armamento adecuado, todo en un clima de censura extrema. El argumento pertenece a una saga en la cual Mauricio Macri es Videla, Cristina Kirchner es Maduro y, ahora, Alberto Fernández es Galtieri. Como mínimo, es una exageración.
 
Solo un detalle: el primer impulsor del encierro, cuando en el gobierno nacional se subestimaba al coronavirus, fue Fernán Quirós, el ministro de Salud de Horacio Rodríguez Larreta, un líder opositor.
 
Nada de esto quiere decir que la Argentina sea un país ejemplar. Cada país hace lo que puede en un marco de incertidumbre tremendo. Todo es tan doloroso, que cualquier tabla de posiciones parece de una frivolidad ofensiva.
 
El consenso científico sostiene que hay que mantener la cuarentena mientras no se supere el pico de contagios y muertes. En ese proceso, finalmente, entra la Argentina en los próximos días. Habrá seguramente mucho dolor. Y nadie sabe cuál será la altura de los números, dadas las evidentes fragilidades sociales del país. El tiempo ofrecerá una perspectiva para medir si lo que se hizo estuvo bien.
 
En ese contexto, el debate sobre lo que ocurre es imprescindible. Pero, ¿no sería una mejor manera de honrar ese debate ser preciso en los argumentos, un poco menos enfáticos y previsibles, algo más serenos? Si, en realidad, nadie es el dueño de verdad, ¿para qué aturdir a la sociedad con las nuestras, que en realidad son tan frágiles y, a veces, sesgadas por las pasiones políticas?
 
En la vida, hay personas que calman a las demás y otras que las exasperan, algunos intentan sanar los naturales enojos y otros estimularlos.
 
En momentos tan trágicos, para quienes participamos del debate público, tal vez ese sea un dilema central.
 
Por Ernesto Tenembaum
 
Fuente: Infobae
 

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26-04-2024 / 09:04
En un hecho inédito en la historia nacional, Javier "el Loco" Milei será el primer presidente en funciones que "no es bienvenido" en el mega evento cultural que se realiza hace 48 años en Buenos Aires. Así lo indicó Alejandro Vaccaro, titular de la Fundación El libro, en sus palabras inaugurales. Dijo que "no hay plata" para pagar el evento en el cual Milei pretende presentar su libro. Además indicó que "concurrir a la feria este año representa un acto de rebeldía y de resistencia" contra "las políticas devastadoras que propone este gobierno" anarco capitalista.
 
Vaccaro procedió a explicar las razones por las cuales, más que echar él al presidente, el presidente se echó solo de la Feria del Libro. "No registra la memoria de nuestra feria que el gobierno nacional haya estado ausente sin un stand en este evento. La excusa de que la participación del Estado nacional en la feria implicaba una erogación de 300 millones de pesos no es otra cosa que una flagrante mentira. Después de una larga negociación, en la cual accedimos a todos sus requerimientos, aún así el Banco Nación decidió retirar, después de muchos años, su esponsoreo de la Feria, dejando trascender que la orden vino de arriba".
 
"Pero esto no es todo, luego de despreciar nuestra Feria, el presidente no se sonroja y pide participar en este espacio, cuya presencia está prevista para el próximo domingo 12 de mayo en la pista central de La Rural. Su participación en la feria, vidriera extraordinaria, implica una serie de erogaciones también extraordinarias que la Fundación El libro no puede afrontar".
 
Hasta una ironía (y mucho más graciosa que las del presidente en la Fundación Libertad) se permitió este hombre por lo demás muy solemne: "Señor presidente, se lo digo con una mano en el corazón: no hay plata. Por lo tanto, todo lo ateniente a su seguridad y de la gente que concurra a su evento correrá por su exclusiva cuenta, o lo que es peor, será un gasto extra para el tesoro nacional"
 
Así también declaró que "concurrir a la Feria este año representa un acto de rebeldía y de resistencia. Como nunca este espacio cultural activo será el eje central alrededor del cual girará el repudio de todas las fuerzas culturales a las políticas devastadoras que propone este gobierno". Vaccaro denunció "la abrupta pérdida del poder adquisitivo de amplias franjas de la población, el excesivo aumento de los alimentos y de todos aquellos productos de primera necesidad" que "tornan el consumo en cualquiera de sus formas en un lujo que muy pocos se pueden dar".
 
Destacó a su vez el impacto devastador de esta situación en la industria del libro "que se venía recuperando con mucha dificultad después de la oscura noche de los últimos años de la década pasada y de la pandemia" y dio datos para solventar sus expresiones: "en 2015 el país produjo 129 millones de libros para caer en 2018 a 26 millones. En 2023 y luego de la pandemia, las cifras llegaron a 48 millones de ejemplares. Este año la cifra final no se describe con números sino con palabras: será paupérrima."
 
Además, Vaccaro listó una serie de reclamos: "No al cierre del Fondo Nacional de las Artes. No al cierre del Instituto Nacional del Teatro. No al desguace del Instituto Nacional de Cine. No a la derogación de la ley 25.542 de defensa de la actividad librera. No a la negativa a comprar algo más de 14 millones de manuales escolares por parte del Ministerio de Capital Humano, que iban a ser entregados a las escuelas públicas". "Sí a la Universidad pública, gratuita e inclusiva."
 
La Opinión Popular
 

25-04-2024 / 09:04
El guarango presidente de la Nación, Javier "el Loco"  Milei, brindó un verdadero stand up en la cena anual de la ultra liberal Fundación Libertad, en la que por momentos provocó vergüenza ajena, inclusive entre los comensales que no podían creer lo que estaban escuchando. Milei se reencontró con Mauricio Macri, celebró su ajuste neoliberal feroz, hizo chistes groseros y bizarros (todos malos) y se burló de economistas y sectores opositores.

"¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a crecer como pedo de buzo", afirmó insólitamente Milei y se llevó los aplausos de los trolls rentados libertarios que estaban en la sala. Luego Milei apuntó contra Carlos Melconian
, de quien se burló con una imitación de su voz porque es crítico de su gestión: "se equivocó feo". "Qué quieren que les diga si había uno que decía no podés dolarizar si no hay fideos, no hay tuco... Es más fácil tirar volquetes de estiércol antes que reconocer el error", aseveró Milei. Claro, la frase y el tono de Milei cayó mal en la gente y eso le molestó al Presidente: "Si los que están murmurando se comieron el verso, lo siento. Im So Sorry, la vida es así", completó.


El stand up de Milei fue insoportable. No cabe otra definición. Ya seguirlo por YouTube resultaba tortuoso. Imposible imaginar tener que verlo en vivo. Fue por eso que los medios afines al Gobierno anarco capitalista rápidamente lo sacaron del aire. Cuando no habían pasado ni 20 minutos del inicio, tanto TN como LN+ continuaron con su programación habitual. Las arengas libertarias de "el Loco" parece que van perdiendo rating.

Milei habló de su propio ajuste. Lo celebró repitiendo las mismas falacias e invenciones que viene diciendo desde el 10 de diciembre e incluso desde antes. En ese auto-elogio delirante, comparó a Luis Caputo y Patricia Bullrich con Lionel Messi, haciendo rechinar los oídos de más de uno. Milei ya camina sobre terreno resbaladizo. La prepotencia y los chistes malos tienen su lado "delarrúesco".
 
El discurso de este miércoles pareció hecho dentro de una burbuja de gas. Un discurso de casta, ajeno a la dura realidad que sufren las mayorías populares con el áspero golpe que ya representan los nuevos tarifazos. A una pobreza que se extiende de la mano de la recesión, por más que el presidente celebre el relativo enlentecimiento de la inflación.
 
En la cena de la Fundación Libertad, Milei eligió hablar de miles de cosas para no hablar de lo evidente: el enorme golpe político a su Gobierno que significó la masiva marcha universitaria. El presidente apenas musitó la frase "causa noble" para aludir elípticamente al reclamo que este martes llevó a un millón de personas a las calles de todo el país. Un golpe político que cambió de discurso, pasando de la prepotencia al lamento.
 
Este miércoles Milei habló como si viviera en una nube de gas. Esa arrogancia se vio muchas veces en la política argentina. Gobiernos civiles y regímenes militares completamente disociados de los intereses y deseos de las mayorías populares. El resultado, fue, muchísimas veces, la rebelión popular. La lucha en las calles. La emergencia de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre como actores combativos de un cambio profundo de la sociedad. La arrogancia de Milei pavimenta el camino en esa dirección.
 
La Opinión Popular

24-04-2024 / 10:04
La Marcha Federal Universitaria reunió a un millón de personas en todo el país. Fue en defensa de la universidad pública y desbordó las calles y avenidas porteñas transformándose en un hito de rechazo al irracional ajuste anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. Encabezados por docentes y estudiantes, cerca de un millón de personas en todo el país hizo naufragar el operativo represivo con el que amenazó la macrista Patricia Bullrich, que se quedó con las ganas de reprimir.
 
La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno libertariano de Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor.
 
El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como "héroes" que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.
 
El gobierno despreció esta marcha porque -dijeron- la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. "Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios", dijeron por la televisión. Y Bullrich la calificó de "rara". Defender la universidad gratuita que el gobierno quiere cerrar es "raro". Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.
 
Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.
 
La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza, Paraná y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.
 
Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. El Loco Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.
 
La Opinión Popular
 

23-04-2024 / 10:04
Finalmente, habrá que tomárselo en serio. El presidente Javier Milei es un loco. Por lo general, estas personas tienen una relación de literalidad con las palabras. No es broma cuando dice que quiere destruir el Estado. Ese es su objetivo y, a menos que el pueblo se lo impida, lo concretará con el ahogo económico más una campaña de desprestigio. El inaudito ataque a la educación y la universidad públicas intentan tapar el desastre económico. Hoy 23 de abril, Milei conocerá el juicio que las medidas de su gobierno están concitando en amplias franjas sociales, políticas, intelectuales y culturales. La mejor encuesta.
 
Milei, como es sabido, tuvo una carrera académica mediocre, incompleta y de irregular desempeño en entidades privadas, cuyos "logros" son hasta el momento desconocidos. Con su religión privatista y ultra individualista, odia a la universidad pública. Su saña contra las universidades públicas comenzó apenas asumió la presidencia, cuando repitió el presupuesto de 2023 para las casas de estudios. La Universidad pública está siendo amenazada por un grupo fanático, dotado de un liberalismo ultramontano, que ocupa circunstancialmente la Casa Rosada, ese reino actual de la improvisación, la insensatez y los intereses espurios vinculados a las clases más ricas de la sociedad.
 
Con una inflación anual cercana al 300%, el congelamiento del presupuesto significa una reducción del 72%, como lo afirma el último informe del Centro de investigación de la Economía Nacional (CIEN), instituto que monitorea los presupuestos universitarios. En lo que va del año, los docentes ya perdieron un 50% de sus ingresos, a lo que se agrega el desmantelamiento del Conicet y la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
 
A esa política de ahogo económico, se le suma la campaña de desprestigio. Con la letanía del "adoctrinamiento", Milei pretende deslegitimar una de las instituciones de mayor prestigio de la Argentina, con tres universidades (las de Buenos Aires, Córdoba y La Plata) en el podio de las 100 mejores universidades del mundo. Con esa insolencia típica de la ignorancia, impugna el supuesto "adoctrinamiento" socialista que aquejaría a estas últimas. Desde la nefasta dictadura cívico-militar genocida no se escuchaban semejantes idioteces y necedades.

Siendo un faro científico-cultural en toda la región, las universidades nacionales tienen su propio sistema de gobierno basado en la autonomía, la autarquía y el cogobierno, base del trípode de enseñanza, investigación y extensión que les legara la Reforma Universitaria de 1918. Por supuesto, un sistema que está muy lejos de imponer las verdades reveladas que inspiran al Presidente, una megalomanía que rinde culto a los próceres de la "neorreacción global" como Murray Rothbard y Von Mises, cuyo único objetivo es destruir el Estado.

Desde hace años, quienes defendemos las universidades públicas las defendemos en las aulas, en los laboratorios, en los claustros... Hoy nos toca defenderlas en la calle. Marchemos este martes 23 de abril todos por las universidades públicas. Habrá movilizaciones en todo el país protagonizadas por amplios sectores de la sociedad que defienden la educación pública. Y también contra la nueva Ley Ómnibus, la reforma laboral y el plan hambreador de saqueo y ajuste de la ultra derechista La Libertad Avanza
, que nos quieren pobres e ignorantes para manipularnos mejor.


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22-04-2024 / 10:04
Hace diez días se conoció el ranking universitario mundial QS 2024: entre las mejores 150 carreras del planeta, hay 28 de universidades argentinas. El jueves apareció otra lista, de la consultora británica Quacquarelli: la UBA quedó entre las 100 mejores universidades del mundo. Esa misma institución reconocida a nivel internacional, con más de 320 mil alumnos, hoy batalla junto a las 69 universidades e institutos universitarios del país por sobrevivir.
 
En esa lucha in crescendo contra la asfixia presupuestaria del gobierno de Javier "el Loco" Milei, el martes será un punto de inflexión. La Marcha Federal del 23 se convertirá en la primera movilización transversal contra el ajuste de la administración neoliberal libertaria que alcanza a todo: jubilados, pacientes oncológicos, comedores, científicos. Y universitarios. La movilización, de tintes históricos, será en todo el país, pero el epicentro estará en CABA. Bajo el lema "En defensa de la educación pública".
 
La asistencia está lejos de ser puramente universitaria: además de estudiantes, docentes y graduados, prometieron estar las centrales obreras (desde la CGT a las CTA), organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y partidos políticos. Dirigentes como Sergio Massa y Axel Kicillof confirmaron que marcharán. No solo el presente está en juego: si algo representa la educación, es el futuro y el desarrollo de un país.
 
La Marcha Federal convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a los rectores del país, "será inédita por esta unidad impensada 15 años atrás", declaró el titular del CIN, Victor Moriñigo. Y acotó: "Mientras eligen a universidades argentinas en el mundo, acá no financian la educación. Es muy raro. Todo el mundo nos pregunta por esto".

La posición del Ejecutivo fue de intransigencia. Un delirante Milei hablando de dar la "batalla cultural" contra el "adoctrinamiento" de las universidades públicas, y el ejército troll atacando al sector. El designado subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, lejos de buscar conciliación apoya la teoría ideológica del "adoctrinamiento". Álvarez dedicó las últimas horas a llamar personalmente a cada uno de los rectores de las universidades nacionales para que se bajen de la marcha. "Promete cualquier cosa con tal que nos bajemos
, está desesperado", relató uno de ellos.


Mientras Álvarez busca conciliar posiciones con representantes de las universidades, el presidente fue muy agresivo en redes sociales. Milei replicó decenas de posteos que insultan a la universidad pública. Milei pretende un país mucho más dependiente del capital extranjero, de EEUU y sus aliados: Gran Bretaña e Israel, donde aumente la precarización laboral, la pobreza y la ignorancia. Para eso necesita un modelo de educación pública donde cada vez sean menos los que puedan acceder y donde la educación universitaria se piense al servicio de los negocios de los grandes empresarios.

El ajuste universitario puede ser un punto de inflexión para el gobierno: una encuesta de esta semana de la consultora Zuban Córdoba señala que un 89,4% aseguró está "de acuerdo" o "muy de acuerdo" en que la educación pública "es un derecho que debe ser defendido". Y un 58,5% se mostró en contra de congelar el presupuesto de las universidades. Una Argentina que gira entre la crueldad libertaria y una crisis social al borde de estallar.

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