Nacionales - 17-05-2020 / 11:05
¿ADÓNDE CONDUJO EL “CAMINO ESPECIAL” DE SUECIA SIN CUARENTENA?
Macristas, los vikingos criollos
Los macristas más fanáticos, opositores a la política sanitaria del gobierno argentino han encontrado un ejemplo. Ahora quieren que nos parezcamos a Suecia. Si supieran de lo que están hablando -o al menos lo hicieran de buena fe- se darían cuenta de que esa comparación en nada favorece sus intereses.
Los macristas más fanáticos, opositores gurkas a la política sanitaria del gobierno argentino han encontrado un ejemplo. Ahora quieren que nos parezcamos a Suecia. Si supieran de lo que están hablando -o al menos lo hicieran de buena fe- se darían cuenta de que esa comparación en nada favorece sus intereses.
El motivo de esta invocación al lejano país europeo, es la política que allá se adoptó ante la pandemia. En lugar de imponer una cuarentena estricta a sus habitantes, el gobierno sueco dispuso un sistema mucho más flexible, sin limitar la circulación de personas ni disponer el cierre de escuelas o restaurantes. Se trata, desde luego, de un sistema basado en la responsabilidad social, que apuesta al nivel cultural y cívico del pueblo.
Al momento de escribirse estas líneas, Suecia llevaba casi 30.000 personas contagiadas por el virus, y un total de 3.646 muertos, que representan un promedio de 361 por cada millón de habitantes. Al mismo momento, Argentina llevaba 7.134 contagios y 353 muertes, que representan un promedio de 8 por cada millón de habitantes.
Estos son los resultados. En Suecia murieron diez veces la cantidad de personas que en Argentina. Y si hacemos la cuenta como se debe, esto es, relacionando la cantidad de decesos con la población total en cada país, la conclusión es que, en promedio, hasta ahora murieron 45 suecos por cada argentino fallecido. Será poco diplomático decirlo, pero hasta ahora, los números son esos.
Desde luego, lo que anima a los nuevos vikingos macristas criollos, no es una preocupación por la cantidad de muertos, sino un mero interés económico de poner sus empleados a producir para que no se les achiquen las ganancias. Eso, y una visión infantil de la libertad, en la cual cualquier insinuación de la existencia de deberes sociales o de responsabilidad social hacia el prójimo es percibida como una forma de tiranía peronista.
La Opinión Popular
Este modelo sanitario provocó una ola de críticas en la prensa sueca. "Suecia sacrifica a sus viejos. Entre los países nórdicos nosotros nos arreglamos peor que todos. Salvamos la economía con un método mortalmente riesgoso", afirmó el tabloid local Aftonbladet.
Los migrantes lo sufren con mucha fuerza. En el país hay una gran diáspora del Medio oriente y de África. Muchos no dominan el sueco, no siguen las recomendaciones de los médicos y epidemiólogos. Como resultado de ellos, 1 de cada 5 muertos por el coronavirus es migrante.
Al principio, Gran Bretaña quiso seguir el ejemplo de Suecia. Boris Johnson fue atraído por la idea de la inmunidad colectiva pero los epidemiólogos del Colegio Imperial en Londres y, posiblemente, su propia enfermedad, le quitaron ese convencimiento.
Los especialistas británicos insistieron en que nadie sabe a ciencia cierta qué parte de la población debe superar la enfermedad para que el país elabore la inmunidad colectiva.
En la misma Suecia no todos respaldan el curso de las autoridades. Muchos consideran que la economía de todas formas chocará con la crisis. Las pequeñas y medianas empresas están alarmadas. Los cafés y restaurantes están abiertos pero se redujo abruptamente el ingreso. La industria del turismo afronta pérdidas colosales, los empresarios anuncian la quiebra. Las autoridades prometen créditos sin interés, pero es dudoso que esto ayude con fuerza.
Lo que la elite macrista argentina no advierte -no se sabe si por ignorancia o simple deshonestidad- es que el modelo sueco no puede estar más lejos del capitalismo salvaje que siempre han procurado imponer entre nosotros.
Suecia es, desde luego, un paraíso del individualismo, donde la independencia personal es un valor altamente aceptado. Los suecos no necesitan que les enseñen lo que es el distanciamiento social, lo practican a diario. Para ellos el problema sería un virus que los obligue a abrazarse y besarse como hacen los argentinos.
Pero su sistema económico se parece mucho más al socialismo que a una selva neoliberal. Un estado omnipresente, que garantiza salud pública, educación, vivienda y bienestar para todos. Hay altos impuestos a los ricos, y un sistema legal que castiga severamente a los evasores.
Ni en sueños se podría en Suecia fugar los 86.000 millones de dólares que se fumaron aquí los muchachos durante los cuatro años macristas. Y mucho menos podrían practicar el racismo con la impunidad que lo hacen aquí.
Fuentes: Urgente 24 y La Arena