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Nacionales - 11-05-2020 / 11:05
PELEA POR EL LIDERAZGO DE LA OPOSICIÓN

Rodríguez Larreta gana protagonismo mientras se apaga la estrella de Macri

Rodríguez Larreta gana protagonismo mientras se apaga la estrella de Macri
Por su cercanía con Alberto Fernández en el anuncio de las medidas, desde el ala dura del PRO a Horacio Rodríguez Larreta lo llegaron a acusar de "colaboracionista". "Horacio, cuando hubo que diferenciarse por la salida de los presos salió a hablar. No va a diferenciarse por diferenciarse, cuando estamos coordinando todos los operativos", lo defienden en su entorno.
Mauricio Macri se va a tener que buscar un hobbie. Hace un mes que no hay reuniones de la mesa chica del PRO, luego de que la última  terminara sin ningún acuerdo. Se cansaron de esos encuentros Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. En definitiva, solo le servían al ex presidente.
 
Tampoco pudo cerrar (como estaba previsto) el ciclo de conversaciones virtuales con el bloque de Diputados del PRO del que participaron Larreta, Vidal y hasta Emilio Monzó. La participación de Macri se suspendió sin nueva fecha. Sin mucho que hacer, la presencia del ex presidente se apaga, mientras el jefe de Gobierno porteño gana protagonismo en reuniones con Alberto Fernandez y anunciando las nuevas medidas de la cuarentena.
 
La última reunión de la mesa chica del PRO fue el 12 de abril y, si bien habían logrado bajar el tono áspero de los encuentros anteriores, se reiteró el desacuerdo instalado en el espacio, que se divide entre quienes tienen responsabilidades de gestión y quienes están planeando un esquema de oposición gurka dura en plena pandemia. Después de eso, resolvieron suspender las reuniones, dado que solo servían para que se hablara en los medios de las internas del espacio.
 

 
La decisión de "espaciar los encuentros" llevó en realidad a su suspensión por tiempo indeterminado (ya va un mes). Macri pretendía mantener la dinámica que tuvo siempre que lideró el espacio de reunir a su mesa chica una vez por semana. El agotamiento de ese esquema muestra que su liderazgo está siendo cuestionado. Y, de hecho, lo deja con poco más que hacer que seguir con el aislamiento en la reposera de la quinta familiar de Los Abrojos.
 
Cristian Ritondo, que está en la misma línea que Larreta y Vidal lo expresó públicamente: "También en lo político, el PRO tiene que hacer una autocrítica y luego abrir el partido.  Estamos en deuda con una autocrítica sana de lo que nos pasó para saber cómo seguir para el futuro. No hay una voz única. Y pretender que alguien de Juntos por el Cambio monopolice la voz opositora es desconocer cómo funciona el espacio", dijo Ritondo en un tiro por elevación a Macri, pero también a la polémica Patricia Bullrich, que intentó sin éxito alinear a la bancada.
 
En tanto, Macri sigue teniendo conversaciones uno a uno con los dirigentes de su espacio y mantendrá un bajo perfil. Tuvo, eso sí, un traspié cuando volvió a la escena pública con la firma de un documento de Mario Vargas Llosa. Según comentan en su entorno, firmó ese documento porque "pensó que pasaría desapercibido". Ahora volvió al silencio.
 
Según Bullrich, es "para no darle al Gobierno la posibilidad de encontrar al enemigo perfecto". Aunque se comenta en el Gobierno porteño, es porque no le queda otra. "No tiene nada para figurar. La pandemia dejó en claro que es un ex presidente y nada más".
 
La Opinión Popular
 
 
Larreta quiere superar la grieta para ser candidato en 2023
 
La anécdota ayuda a delinear la figura. Promediaba la primera década del siglo cuando un joven Horacio Rodríguez Larreta, que por entonces había dejado la militancia en el menemismo tardío para sumarse al armado de Mauricio Macri, entrevistó a un puñado de postulantes para contratar un jefe de prensa.
 
El economista fue desde el primer momento una pieza clave del espacio comandado por Macri, a quien ya en 2003 acompañó en la fórmula, la primera vez que intentaron la jefatura de gobierno porteña, pero Propuesta Republicana, como se llamaba el PRO en esos años, no dejaba de ser uno de los muchos pequeños y medianos partidos políticos que proliferaron en la Argentina postcrisis. Gobernar la ciudad parecía lejos; gobernar el país, una utopía. La historia tiene curvas caprichosas.
 
A cada uno de los jóvenes que entraban en su despacho para tratar de conseguir el trabajo, Rodríguez Larreta los recibía con la misma pregunta: "Yo quiero ser presidente, contame qué podés hacer vos para ayudarme".
 
Pasaron más de quince años. Macri fue dos veces gobernador de la ciudad de Buenos Aires y después ganó un ballotage para llegar a la Casa Rosada, pero tras una mala gestión las urnas le negaron un segundo mandato.
 
Rodríguez Larreta fue su jefe de gabinete ocho años y luego lo sucedió, tras una rebelión que terminó en una interna victoriosa contra Gabriela Michetti, la favorita del jefe.
 
El año pasado, quedó indemne de la debacle de su partido: los recursos volcados a la capital durante la administración macrista permitieron disimular, en el distrito más rico del país, las penurias económicas que se hacían carne debajo de una capa de pintura amarilla, y con eso (y una oposición anémica) le alcanzó para lograr la reelección.
 
El triunfo le permitió, además, recuperar la pole position en la carrera presidencial dentro de ese espacio. María Eugenia Vidal, favorita del establishment durante el período 2015/2019, cedió ese lugar después de una dolorosa derrota contra Axel Kicillof. El hombre que quería ser presidente cree que llegó el momento.
 
Aunque durante muchos años fue artífice y beneficiario de la llamada grieta, Rodríguez Larreta entiende que es una etapa superada, por ahora. Los coletazos de la crisis económica que estalló durante el gobierno de Cambiemos, sumado a la pandemia, lo puso ante un escenario en el que la colaboración con Alberto Fernández y con Kicillof ofrece muchas más ventajas que problemas. Con el gobernador bonaerense, aseguran en ambos equipos, existe un entendimiento rápido en asuntos de gestión.
 
El vínculo con el Presidente es más natural. No existía una relación estrecha, pero ambos vienen del mismo caldo de cultivo político: el peronismo porteño de los 90s, un ecosistema en común que compartieron con figuras que hoy ocupan buena parte de la primera plana.
 
Nombres como Víctor Santa María, Diego Santilli, Cristian Ritondo o Juan Manuel Olmos son recurrentes en ambas biografías. La apuesta por la cooperación puede estar forzada por las circunstancias pero encuentra en sus protagonistas la predisposición necesaria para el éxito. No es poco.
 
El principal obstáculo en el camino de Rodríguez Larreta es el propio Macri. Desde su aislamiento, el expresidente conduce el ala dura de Juntos por el Cambio, que desde hace varios meses tiene su propia deriva, lejos de la de los opositores con responsabilidad de gobierno.
 
La relación tuvo un punto de no retorno antes de la pandemia: corría el mes de febrero cuando los chispazos comenzaron, a través de los mensajes que llevaba y traía, entre Parque Patricios y Vicente López, el exsecretario de la presidencia, Fernando De Andreis. Hubo, luego, un almuerzo a solas, para recortar las asperezas. Fue en el Hotel Faena y terminó mal.
 
El expresidente ratificó su voluntad de mantener la conducción opositora e incluso dio a entender que no descartaba ser candidato en 2023. El alcalde le informó que ya estaba trabajando para ser él la alternativa al peronismo en las próximas elecciones, con o sin su apoyo. A juzgar por lo que pasó entre ambos a partir de ese encuentro, deberá hacerlo sin.
 
La pelea entre dos ex socios y amigos tiene un fuerte componente simbólico, porque ambos disputan la conducción del espacio que construyeron a la par durante una década y media. Y también una prenda más tangible, sacando la todavía difusa sucesión presidencial: la continuidad del gobierno en la propia ciudad de Buenos Aires, el núcleo del poder PRO y el último refugio de esa generación de dirigentes para reconstruir un proyecto político nacional.
 
Sin un número puesto, porque ni Rodríguez Larreta ni Santilli, su vice, pueden estar nuevamente en la boleta en 2023, Macri apuesta por recuperar ese espacio para un dirigente de su riñón y piensa en Patricia Bullrich (otra anotada para ir por la presidencia) o Guillermo Dietrich.
 
En el gobierno porteño se había anotado el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, pero no tiene éxito en instalarse como "el Larreta de Larreta". Por estos días, el alcalde sigue atento el desempeño público de su ministro de Salud, Fernán Quirós. Las consultoras que trabajan con el GCBA ya comenzaron a medirlo.
 
El conflicto entre halcones y palomas amenaza con escalar en el escenario de las renovadas sesiones del Congreso, que se reanudarán esta semana, de manera virtual. La convivencia al interior del bloque del PRO en la cámara de diputados es tan tensa que la semana pasada se suspendió una videoconferencia que iba a tener Macri con todos los legisladores de esa bancada. Aunque el diálogo entre Macri y Rodríguez Larreta está interrumpido desde aquel almuerzo, el alcalde recibió hace unos días en su despacho a Bullrich, que funge como delegada del expresidente.
 
En lo único que acordaron fue en bajarle el tono a la confrontación pública; sobre las cuestiones de fondo aún no hay concordia. Las dificultades de Sergio Massa para poner en marcha el sistema de votación remota y la demora en la presentación del proyecto de impuesto extraordinario a las principales fortunas que impulsa bloque oficialista les brinda un tiempo de descuento para saldar diferencias antes de que las asperezas internas deban quedar expuestas en público en una votación del parlamento.
 
El jefe de gobierno porteño tiene problemas más concretos. La ciudad de Buenos Aires es el distrito donde el coronavirus más se ensañó. Con una salvedad: el epicentro se desplazó de los barrios ricos del norte, que recibían casos importados al comienzo de la pandemia, a las villas miseria, donde prolifera el contagio por conglomerado de familias sin condiciones para contener el avance de la enfermedad. El caso del barrio Padre Mugica es paradigmático: muchos habitantes estuvieron sin agua durante casi dos semanas y sin luz en los últimos días.
 
Esta semana, el ministerio de Salud de la Nación tuvo que desembarcar con un operativo para realizar rastreo y aislamiento. De 119 sospechosos que detectaron, 64 dieron positivos. La situación, al parecer, no es mejor en la 1-11-14, donde comenzará a desplegarse el mismo programa a partir de mañana.
 
Según un informe del investigador del Conicet Rodrigo Quiroga, a pesar de contar con los recursos, CABA es uno de los distritos del país que menos rastrea contactos de los enfermos. Sin dar ese paso, es imposible ganarle la batalla al coronavirus.
 
Por Nicolás Lantos
 
Fuente: El Destape
 

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17-09-2025 / 09:09
Javier "el Loco" Milei es un mentiroso consuetudinario. Se dedica a "mandar fruta", hablar sin saber realmente del tema, exagerando, inventando o diciendo cosas sin sentido, con la intención de engañar. Todas las organizaciones especializadas en Educación, Jubilaciones y Discapacidad destruyeron los anuncios presidenciales sobre mejoras para esas áreas. Se basan solo en dibujos numéricos y ajustes encubiertos. Los gremios revelaron que el porcentaje del PBI dedicado a la enseñanza, que fue de 1,48 en 2023 y de 0,88 en 2025, baja al 0,75 en 2026. Los rectores aseguran que se congela el gasto universitario en sus peores niveles.
 
El discurso de Milei por el cual presentó el Presupuesto 2026 está plagado de números mentirosos y mensajes al "mercado", a los grandes empresarios y financistas. A los ricos. El presupuesto reduce fuertemente la partida destinada a cancelar deudas previsionales; mientras que la partida para pagar la deuda pública a los especuladores financieros crece un 20%. Hay deudas y deudas para el Gobierno.
 
Milei aseguró al presentar el Presupuesto 2026 que habrá un aumento del 17% de suba en términos reales (por encima de la inflación) en materia de salud, 8% en materia de educación, y 5% en jubilaciones y en pensiones por discapacidad. Además, anunció que se le asignará $4,8 billones a las universidades nacionales, lo que representa una suba nominal del 13% frente a una inflación proyectada del 10%.
 
Sin embargo, anteriormente, el Presidente reveló que el proyecto presenta "una regla de estabilidad fiscal": "si los ingresos caen o los gastos superan a lo previsto se deberán ajustar partidas para mantener el equilibrio fiscal". Es decir, cualquier variable proyectada en el Presupuesto que se modifique, como una inflación anual de 10% o un dólar debajo de $1.350, "obligará" a Milei a no cumplir con estos aumentos. Además, también lanzó que su proyecto estipula el "menor nivel de gasto sobre PBI de los últimos 30 años". Contradicciones que desnudan que sus promesas son incumplibles.
 
En las últimas semanas, el Gobierno libertario redujo en $40.267 millones las transferencias a las universidades nacionales. De esta manera, Milei terminará 2025 con una reducción del 9,4% real del presupuesto universitario con respecto a 2024 y del 32% frente a 2023. Para equiparar los gastos realizados el año pasado, el Gobierno debería invertir $4,6 billones en lo que resta de 2025 y $6,2 billones para igualar el nivel de 2023. Es decir, la promesa de $4,8 billones para el 2026 no absorbe la pérdida registrada.
 
Si bien Milei prometió que las jubilaciones aumentarán 5% por arriba de la inflación en 2026, no alcanza para equiparar lo perdido durante su gestión. En 2024, el recorte en dicha partida fue del 14%, y sin contar el bono para el haber mínimo cuyo monto está congelado hace 18 meses frente a una inflación superior al 100%.

Además, más allá de su promesa, si la inflación anual es más del 10% como se proyecta, ¿mantendrá el aumento de las jubilaciones 5% por encima de la inflación? "Si los gastos superan lo previsto se deberán ajustar partidas", afirmó en su discurso.

En otros rubros, las partidas presupuestarias en Educación acumulan un ajuste del 41% entre 2023 y 2025, según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). El 8% anunciado por Milei queda chico. En cuanto a discapacidad, la ANDIS sufrió un recorte del 14%. Sobre este punto, Milei supone una suba del 5% real sobre las pensiones. El proyecto ensaya un recitado de mentiras expresadas en números que no cierran ni aseguran la continuidad de las áreas con normalidad. Lo peor todavía no pasó.

La Opinión Popular


16-09-2025 / 11:09
La bala entró. La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires sacudió al Gobierno de Javier "el Loco" Milei de tal manera que se vio obligado a cambiar el tono discursivo. La administración libertaria se niega a modificar su brutal política económica de ajuste y motosierra, pero ayer el presidente brindó un discurso atípico: fue moderador, evitó los insultos, las provocaciones, anunció mejoras en el Presupuesto 2026 para los sectores más vulnerables y llamó a trabajar "codo a codo" con los Gobernadores.
 
Además, el jefe de Estado envió un mensaje a la población y aseguró que "lo peor ya pasó, no aflojemos". De esta manera, Milei acusó recibo del fuerte descontento social. Sin embargo, no fue la primera vez que el mandatario prometió que los momentos más difíciles quedaron atrás y que lo mejor estaba por venir.
 
El 10 de diciembre de 2024, el libertario afirmaba que ya habíamos "superado la prueba de fuego". "Estamos saliendo del desierto. La recesión terminó y el país finalmente ha comenzado a crecer. Gracias por confiar en este gobierno. Esto no quiere decir que hayamos llegado a puerto, pero sí quiere decir que podemos terminar el año con alivio y de que hemos dejado atrás lo peor", decía entonces en otra cadena nacional.
 
Un mes antes, el 11 de noviembre de 2024, decía exactamente lo mismo. "Hoy ya podemos decir que la recesión se terminó y de ahora en adelante todo lo que queda es crecimiento. De acá para adelante son todas buenas noticias", exclamaba. Pero lo frase no le pertenece exclusivamente a Milei. Años antes, en 2018, el entonces presidente Mauricio Macri también prometía frente al Congreso nacional que "lo peor" ya había pasado y vaticinaba años de crecimiento qué nunca llegaron.

Un Milei "sosegado" confirmó que profundizará el rumbo de ajuste fiscal exigido por el FMI. Y, tras una paliza electoral, La Libertad Avanza reflota la vieja promesa de que lo más difícil queda atrás. Sin embargo, y a pesar de algunas mejoras anunciadas, el Presupuesto 2026 es una ley de ajuste que no modifica los planes del Gobierno y del Fondo Monetario Internacional. Son mentiras, falsas promesas de aumentos para ganar las elecciones y más ajuste en jubilaciones, salud y educación.

En las calles, se manifestó el hartazgo total, hubo una ola de cacerolazos en el AMBA contra la cadena nacional de Milei. Desde Palermo y Recoleta hasta La Plata, cientos de personas en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires manifestaron su rechazo al Presidente mientras lanzaba el Presupuesto 2026. La sociedad no compró las mentiras de la cadena nacional y repentinamente salió a las ventanas y los balcones a manifestarse en contra de las medidas de ajuste del Gobierno anarco capitalista. La noche quedó marcada por una ola de cacerolazos en todo el AMBA.

El ruido metálico se convirtió en un grito unánime contra las políticas que solo traen más hambre, despidos y desesperación. "No se puede más, nos están matando de a poco", gritaban en Plaza de Mayo, donde las cacerolas parecían tambores de guerra. El fantasma de la crisis del 2001 sobrevoló la noche, con la misma bronca, la misma impotencia y las mismas calles llenas de familias cansadas.
 
El Gobierno de Milei, mientras tanto, respondió con silencio y un operativo de seguridad notorio en los puntos calientes. Sin embargo, la bronca ya no se calla con policías ni patrulleros. La pregunta que queda flotando es si este rugido metálico será apenas un desahogo pasajero o el comienzo de un estallido más grande que termine por arrinconar a la hermana coimera, al libertario desquiciado y a su nefasto plan neoliberal.
 
La Opinión Popular
 

15-09-2025 / 09:09
Un Gobierno anarco capitalista sin cuadros políticos y sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado, se enfrenta a la profundización de su propia distopía tras la paliza electoral. La hermanísima copó el Ejecutivo y con Jamoncito, hasta acá, se demostraron como una unidad indivisible. El Gobierno está completamente en manos político-administrativas de Karina "el Jefe" Milei y se resolvió que sólo sea Luis "Toto" Caputo quien conduzca el único plan existente: pisar el dólar hasta las elecciones de octubre. No hay más que eso. No hay más certezas que ésas.
 
Respecto de la primera, podrían apuntarse dos observaciones. Una es que La Hermanísima Karina siempre estuvo a cargo de la ejecutividad gubernamental, excepción hecha de lo económico. La otra consiste en que, como fuere, no habría mayores novedades porque desde un comienzo la gestión fue un quilombo. Basta con repasar los centenares de funcionarios echados o renunciados, que supieron llegaron al promedio de uno por día.
 
Y esto tampoco sería novedoso, porque se corresponde con las características de un Gobierno arribado como tal sin la más mínima preparación institucional. Sin cuadros políticos. Sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado. En otros términos conocidos, Javier "el Loco" Milei fue un armado del establishment, desde el panelismo televisivo y las redes, para segmentar parte de los votos peronistas y antiperonistas.
 
Pero el Frankestein adquirió una fuerza propia inusitada, a tono con endilgarle ese carácter de accidente insólito en la historia argentina. Y después no hubo nada que hacer. Así, el país quedó al arbitrio de unos Hermanos & Cía. exclusivamente relacionables con un escenario distópico. ¿Cuál es la noticia, entonces? Es que, tras el resultado electoral, la distopía se profundizó. Ya no hay Presidente, al menos por ahora, en su acepción de figura con aptitudes básicas para tomar decisiones autónomas. Milei está paralizado, totalmente fuera de eje.
 
Es así desde la noche del domingo pasado, cuando, aunque siga sin poder creerse, hasta último momento imaginó que perdía por muy poca diferencia. Incluso, de acuerdo con las mesas testigo del indescriptible Sebastián Pareja, pensó que llegarían a ganar por unos 8 puntos. Eran 50 de esas mesas, según pudo constatarse, de calidad irrelevante. Al aterrizar con los números reales entró en colapso (político, aclaremos, porque los diagnósticos psiquiátricos incumben a especialistas y nunca a la bartola periodística). Continúa en ese estado.
 
Se verá si para la cadena nacional de este lunes a la noche puede recomponerse como para dar una imagen atildada, llamémosle. Hablamos del continente, desde ya. El contenido será la provocación de redoblar su rumbo. La hermana, en consecuencia, asumió enteramente el rol presidencial. Y, hasta ahora sin visos de modificaciones, se cargó con desprecio todo intento de cambios siquiera por maquillaje.
 
El hazmerreír de una mesa política con los mismos rostros de la derrota y el nombramiento de un ministro de Interior que ya lo era de facto, tras el pase de Guillermo Francos a la Jefatura de Gabinete, es todo de ella. Es de ella -en todo caso, junto con el edecán de Francos- llamar al diálogo con los gobernadores mientras se vetan los fondos de ATN a las provincias, para no hablar de la "profunda autocrítica" que en simultáneo rechaza el financiamiento a las Universidades y la emergencia pediátrica Garrahan incluido.
 
Es de ella haberse animado a un acto de lanzamiento de LLA en Tucumán, ante un estadio cuyas tribunas debieron cubrir con lonas negras para ocultar el vacío; en el que brilló por su ausencia cualquier cántico de aliento y donde, en poco más de dos minutos de balbuceos, volvió a incurrir en el espectáculo de su terrorismo sintáctico. Sin más vueltas, he aquí la Presidenta real en ejercicio directo de la función.
 

14-09-2025 / 09:09
El miserable Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei no solo canceló los fondos destinados a las personas discapacitadas, a los inundados o a la ciencia, también se apropió de los dólares de los créditos internacionales otorgados específicamente para esas actividades. Solo en Discapacidad figuran 560 millones en divisas que nadie sabe a dónde fueron, con la excepción de dos viajes de Spagnuolo a Israel. El Gobierno libertario no explica dónde está la plata que debería ir a ciencia o discapacidad. La hipótesis del Congreso de que los fondos están en el Tesoro para contener el esquema cambiario.
 
Pocas horas después de la paliza electoral en la Provincia de Buenos Aires, Milei recibió en Casa Rosada al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn. El lunes al mediodía, ambos posaron para la foto junto a Luis "Toto" Caputo, Guillermo Francos y la motosierra de bronce que corona el despacho presidencial. El titular del organismo también había sido muy requerido para entrevistarse con dirigentes de la oposición, pero alegó estar muy ocupado.
 
Desde la comisión bicameral Revisora de Cuentas del Congreso, que conducen el diputado Miguel Pichetto (Encuentro Federal) y el senador Mariano Recalde (Fuerza Patria), querían citarlo para indagar en la letra chica de los créditos que el organismo le otorgó al país en los últimos meses.
 
La preocupación, que se hizo explícita en la última sesión de la comisión, es que muchos de esos fondos --cientos de millones de dólares-- en principio destinados a financiar obra pública y programas de inclusión como la discapacidad o la investigación científica, registran niveles de ejecución nulos o muy por debajo de lo pactado a la firma. Lo cual habilita la hipótesis de que el Gobierno desvía esos recursos hacia las cuentas del Tesoro para contener el actual esquema cambiario y favorecer la bicicleta financiera.
 
En lo que va del año, el Gobierno reconoció haber gastado unos 277 mil millones de pesos (algo menos de 250 millones de dólares) de lo que ingresó vía los distintos créditos de inversión del BID y otros organismos. En total hay unos 140 programas de desarrollo vigentes, desde los pautados para financiar el Progresar hasta la extensión y fortalecimieinto de la red de agua potable, pero el país hasta ahora vió poco y nada de esos fondos.
 
A esta altura del año (en ocho meses), los dos gobiernos anteriores (Cambiemos y Frente de Todos) ya habían ejecutado en promedio más de 1.500 millones de dólares. Es decir, la ejecución de Caputo es prácticamente del 20 por ciento de lo esperable. En paralelo, el Tesoro utilizó 500 millones de dólares para pisar el dólar en las semanas previas de la elección bonaerense.
 
El BID aprobó en julio de este año la "Estrategia País 2025-2028" para la Argentina, un paquete de apoyo financiero por un total de 10.000 millones de dólares (7.000 para el sector público y 3.000 para la inversión privada).
 
Si bien el organismo trabaja con todos los gobiernos y cada uno tiene una orientación específica, en este caso respalda a una administración que solo se preocupa por mantener el esquema cambiario-electoral, mientras tiene un desprecio palpable hacia la obra pública y pasa la motosierra por sectores sensibles. Lo contrario a lo que, a priori, buscan los organismos de crédito cuando apoyan a los países. Pese a todo, Goldfajn sigue apostando por Milei.
 

13-09-2025 / 10:09
Desde el 10 de diciembre de 2023, los auto percibidos libertarios (que en realidad son los nietos de la dictadura, los hijos del menemismo y los hermanos menores del macrismo), sembraron odio, represión, industricidio, desprecio, hambre, pobreza, deuda, desocupación, negacionismo, homofobia, racismo y misoginia.
 
Se vienen tiempos de derrota sin revancha, porque parece que no fue un gran plan dejar sin remedios a los pacientes oncológicos, vaciar de alimentos los comedores populares, pegarle a los jubilados, estafar con una criptomoneda y afanarle a los discapacitados. ¿Podían esperar otro resultado, los que por primera vez pisaron el conurbano, para decirle al pueblo, en campaña y sin intermediarios, "negros de mierda"? ¿Podían esperar otra cosa los que dijeron que la justicia social era una estafa?
 
Creyeron que la realidad, no era la única verdad y cocinaron su suicidio político, gritando desde aquella infame ficción del 17.000% de inflación, hasta el relato perverso con el que aseguran haber sacado a 12 millones de la pobreza. No podía terminar de otra manera una locura que comenzó exigiendo que más de tres tenían que pedir permiso para juntarse en una esquina. No podía terminar de otra manera aquel grito libertario el día de la asunción que clamaba "Po-li-cía, Po-li-cía".
 
Perdieron en las urnas, la motosierra, el protocolo anti-piquetes, el DNU 70/23, la Ley Ómnibus, la Ley Bases, el Pacto de Mayo y la Patria financiera. Perdió el presidente que eligió como enemigo público número uno, a un pibe autista de 12 años. Perdieron las desregulaciones ridículas y las importaciones suicidas. Perdieron la mesa de dinero del Toto Caputo, la crueldad de Patricia Bullrich, el cinismo de Pettovello, la violencia discursiva de Adorni, el verso de Francos y el afano a cuatro manos de los Menem.
 
Perdió un gobierno diseñado exclusivamente para el gran capital y el mercado. Perdieron Kueider, el pastor que convirtió los pesos en dólares y los hermanitos de la Suizo-Argentina. Perdieron De Loredo, el comisario conspirador y candidato, Tronco, la Avenida del Medio, los premios internacionales de plástico, Roberto Piazza, Fátima y Yuyito.
 
Perdieron los que se reunieron con Astiz y los que soñaron con intervenir la provincia de Buenos Aires. Perdieron Libra y el 3% de la coimera Karina. Perdió el Indec de Lavagna. Perdieron el Pacto de Acasusso, Macri, Ritondo, Santilli y Valenzuela. Perdieron Lilia, Benegas Lynch y la tarotista que no pudo ver la derrota.
 
Perdieron la soberbia de Pareja, los "héroes" del veto a jubilados, los periodistas que van a escuchar ópera a Olivos y los que se saben de memoria los diálogos de "Homo Argentum". Perdieron las redes sociales, las patotas tuiteras, el "pedo buzo", "comprá campeón" y "cárcel o bala". Y perdieron todos los gobernadores que, como Frigerio, hasta hace un ratito, fueron cómplices del desastre presente, acompañando en el Parlamento la construcción de un país irrespirable.
 
Ganó la unidad del peronismo. Ganaron los discapacitados, los expulsados del sistema, los que laburan por sueldos de miseria y la gran pelea de los jubilados. Ganaron la obra pública y la industria nacional. Ganaron el Garrahan, el Bonaparte, el Conicet, el INTA y el INTI. Ganó la Universidad pública. Ganaron los que "cagan en latas y pisan el barro". Le ganó el pueblo a la "gente de bien".
 
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