Nacionales - 27-03-2020 / 09:03
EL CORONAVIRUS FUE PROPAGADO POR QUIENES PUEDEN VIAJAR AL EXTERIOR EN AVIÓN
Argentina en cuarentena... y blindada: cerró todas sus fronteras hasta el 31 de marzo
El ministro de Defensa, Agustín Rossi, informó que se cierran las fronteras argentinas.
La actual pandemia la propagaron quienes pueden viajar al exterior, primero de China hacia los países más prósperos, Europa y EEUU, luego de allí al resto del mundo. Ahora, como una especie de perversa "teoría del derrame", la amenaza del Covid-19 se cierne sobre los pobres, sobre los que no tienen cómo hacer aislamiento preventivo en contextos habitacionales de hacinamiento, ni dinero para comprar comida porque la cuarentena también suspendió las changas, o agua potable para lavarse las manos. Todo lo que sí tienen los "chetos".
El gobierno argentino resolvió ampliar el cierre de fronteras que regía desde el 16 de marzo último "a las personas residentes en el país y a los argentinos y las argentinas con residencia en el exterior" a través de la totalidad de los pasos internacionales, puertos, aeropuertos y centros de frontera, en un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que se publicó en el Boletín Oficial de este viernes.
Si bien el DNU establece como plazo de vigencia el 31 de marzo, inclusive, aclara que el plazo previsto "podrá ser ampliado o abreviado" por el ministerio del Interior, previa intervención de la autoridad sanitaria nacional conforme a la evolución de la situación epidemiológica.
La actual pandemia se propagó en avión, y la propagaron quienes pueden viajar al exterior, primero de China hacia los países más prósperos, Europa y EEUU, luego de allí al resto del mundo. Las noticias de los primeros "brotes" fuera de China localizaban al virus en un crucero de placer frente a las costas japonesas o en un exclusivo resort de los Alpes.
Los primeros argentinos contagiados viajaron al exterior, volvieron y se internaron en sanatorios privados, el Agote, el Otamendi, y eso no los hace ni buenos ni malos. El desubicado tuit del ministro de Seguridad santafesino, Marcelo Saín, hablando de los "chetos" que el Estado va a buscar en aviones y sosteniendo que "tenemos pocos kits (de testeo) y los dedicamos a la clase alta", motivó fuertes críticas.
El diario Clarín tituló que el funcionario "ultrakirchnerista" "reavivó la grieta en plena cuarentena". Hasta aquí, lo que sabíamos de la famosa "grieta" era que dividía a kirchneristas de antikirchneristas. Clarín nos revela ahora su lado oscuro: en realidad, nos dice, divide a pobres de ricos.
La grosería de Saín no impide comprender que ésta empezó siendo una enfermedad de gente acomodada, pero dejará de serlo en breve en la Argentina, o quizás ya dejó de serlo y las cifras anónimas aún no lo reflejan.
Como una especie de perversa "teoría del derrame", la amenaza del Covid-19 se cierne sobre los pobres, sobre los que no tienen cómo hacer aislamiento preventivo en contextos habitacionales de hacinamiento, ni dinero para comprar comida porque la cuarentena también suspendió las changas, o agua potable para lavarse las manos. Todo lo que sí tienen los "chetos".
La Opinión Popular
Fuentes: Tiempo Argentino y Página12