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Sociedad e Interés General - 23-03-2020 / 18:03
EFEMÉRIDES POPULARES. 24 DE MARZO DE 1976, UN DÍA PARA NO OLVIDAR JAMÁS

Recordando las Primeras Víctimas del primer día del Golpe Militar

Recordando las Primeras Víctimas del primer día del Golpe Militar
El 24 de marzo de 1976, la dictadura militar impuso el terrorismo de Estado como método sistemático, un régimen de represión ilegal, violencia indiscriminada, persecuciones, tortura sistematizada y desaparición forzada de personas, en el que se violaron masivamente los derechos humanos y se produjeron, en un verdadero genocidio, decenas de miles de desaparecidos. Hay muertes, que por ser las primeras, son todo un símbolo. Los militares asesinos los eligieron primero porque eran peronistas. Y no se lo perdonaron. Compañeros Víctor Lorenzo, Luis Carnevale y Bernardo Alberte, Presentes. Hasta la victoria, siempre.
Mientras la mayor parte de los argentinos dormían, en la madrugada del miércoles 24 de marzo de 1976, me desperté sobresaltado por los golpes en la puerta de mi casa. El "Chueco", un viejo compañero de militancia, me vino a decir que las Fuerzas Armadas habían derrocado al gobierno constitucional del peronismo.
 
Me vestí apresuradamente, me cambié el peinado, me afeite los bigotes y salí inmediatamente a alertar a otros compañeros. La primera casa a la que llegué, la de Rodolfo "Rody" Vittar, no existía más. Horas antes un comando paramilitar había llegado para detenerlo, y como no lo encontró, instaló explosivos y voló la vivienda hasta los cimientos.
 
La represión en Córdoba fue muy dura, igual que en muchos otros lugares del país. Este proceso desembocó en una sangrienta y larga noche de males, que dejó como saldo miles desaparecidos, una guerra perdida a manos de Gran Bretaña y un país económicamente quebrado, entre otras cosas.
 
Por eso, en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia, en este nuevo aniversario del golpe militar genocida, quiero recordar y rendir un recóndito homenaje a tres queridos compañeros y amigos, asesinados ese siniestro 24 de marzo.

Ellos son: Víctor Lorenzo, Concejal en Córdoba Capital por la Juventud Revolucionaria Peronista, quien fuera ejecutado, el día del golpe, de un tiro en la cabeza en la cárcel local; don Luis Carnevale, Senador Nacional por la misma provincia, secuestrado y desaparecido ese mismo día; y el mayor Bernardo Alberte, ex Delegado Personal de Juan Perón, quien fuera arrojado a través de la ventana de su departamento, en un sexto piso, por una patrulla militar, la madrugada del siniestro Golpe de Estado.

Hay muertes, que por ser las primeras, son todo un símbolo. Los militares asesinos los eligieron primero porque eran peronistas. Y no se lo perdonaron. Pero, a pesar de las cárceles y los fusilamientos, de los compañeros muertos y los desaparecidos, nunca fuimos vencidos. Continuamos invariablemente las luchas que emprendieron Eva y Juan Perón.

Compañeros Víctor Lorenzo, Luis Carnevale y Bernardo Alberte, Presentes. Hasta la victoria, siempre.

Por Blas García para La Opinión Popular



Recordando a las Primeras Víctimas del Golpe Militar
 
El golpe de Estado de 1976 puso fin al Proyecto Nacional y Popular de Juan Perón, un modelo de dignificación del trabajo, producción y pleno empleo, para instaurar un programa neoliberal de especulación financiera, injusta distribución de la riqueza, hambre y miseria. Para imponer ese modelo antipopular, la dictadura cívico militar ejecutó un plan sistemático de exterminio a los opositores gremiales, políticos y sociales.


La represión en Córdoba

La represión en Córdoba fue dura, igual que en muchos otros lugares. Entre los detenidos ilegalmente se encontraban obreros, estudiantes, profesionales, conscriptos y trabajadores independientes, de todas las edades y distintas condiciones sociales.

Algunas víctimas fueron los dirigentes gremiales René Salamanca y Tomás Di Toffino del SMATA y Luz y Fuerza respectivamente. También los estudiantes del colegio Manuel Belgrano cuyos familiares denunciaron a las autoridades del establecimiento por delatar en marzo de 1976 a alumnos que posteriormente fueron secuestrados y no se supo más nada de ellos.

En las cárceles, en particular la Unidad Penitenciaria de Barrio San Martín, se produjeron fusilamientos además de simulacros de ejecuciones de presos políticos durante la dictadura, por lo que fue condenado el represor Videla. En aquel lugar fueron asesinados los amigos y compañeros: José "el Negro" Brizuela y Miguel Ángel "el Chicato" Mozzé, entre otros.

Si bien no hay datos precisos se calcula que, en Córdoba, fueron detenidos más de 4.000 peronistas, sobre todo jóvenes y trabajadores, entre 1976 y 1979. Y muchos debimos pasar a la clandestinidad.

Funcionarios y legisladores justicialistas fueron víctimas como el caso del concejal de la JP Víctor Lorenzo muerto mientras estaba detenido o el de Don Luis Carnevale, Senador Nacional, desaparecido tras ser llevado detenido, ambos episodios ocurridos el día del golpe.


Don Luis, un militante hecho y derecho

Don Luis Carnevale era un viejo militante peronista, hecho y derecho. Habría revistado, cuando joven, en las filas del Partido Comunista de la Argentina del que fue expulsado por repudiar a la Unión Democrática y al embajador yanqui Spruille Braden. Se sumó al justicialismo, colaboró con Evita y desde 1955 participó activamente en la Resistencia peronista.

A mediados del '60 fue nombrado Delegado Personal de Perón en la Provincia de Córdoba y después del golpe militar de 1966, con la disolución del Partido Justicialista, estableció una relación muy estrecha con la nueva Juventud Peronista que nosotros encarnábamos.

Con el surgimiento de la CGT de los Argentinos en 1968, que representó un sindicalismo más combativo, cuyo secretario general era Raimundo Ongaro, Juan Perón nos ordena a los integrantes de la JP, a través de su Delegado Personal el mayor Alberte, que desde Córdoba apoyemos junto a Luis Carnevale, a la misma. Yo me encontraba en Tucumán y me ordenan volver a Córdoba y viajar a la Capital Federal para reunirme con Ongaro y Alberte.

En Córdoba, Don Luis nos dio participación y protagonismo y nos trasmitió la experiencia de los hombres de la resistencia, la lucha de los viejos peronistas que, desde 1955 en adelante, no bajaron los brazos, no se rindieron y lograron poner en pie la gesta popular del retorno del General Perón a la Patria y al Poder.

El 11 de marzo de 1973 es electo senador nacional por la provincia de Córdoba. A pesar de ello, su vida corría permanente peligro por las reiteradas amenazas de la Triple A de López Rega. Me tocó a mí compartir, con Don Luis, "sentencias de muerte" de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) junto a Ricardo Obregón Cano, Atilio López y los dirigentes sindicales Agustín Tosco y René Salamanca, entre otros.

El 24 de marzo de 1976, fue el último día que supimos de don Luis Carnevale. Fue secuestrado y desaparecido por la dictadura militar. 


El "Gordo" Lorenzo, salteño trabajador

El "Gordo" Víctor Lorenzo, amigo y compañero, salteño, trabajador y estudiante, era un integrante de nuestra generación, que al principio de los '70 se incorpora al combate político en la J.P., formando parte de la Juventud Revolucionaria Peronista (J.R.P.)

Sus características físicas y su serenidad personal, muy provinciana, contribuyeron al mote de "El Buro" o "Burócrata" con que lo llamábamos, pero era un activista formidable en la universidad y en los suburbios de la zona norte de Córdoba, alrededor de ese bastión peronista que era Barrio Patricios.

Siempre contento, era un compañero que irradiaba capacidad natural de mando, seguridad ideológica y convicción peronista. Sostenía una intransigencia y pureza de principios que, con entusiasmo, fuerza y convicciones profundas, trasmitía y contagiaba a todos.

En marzo de 1973 es electo Concejal por la ciudad de Córdoba, donde desarrolló una intensa actividad, con claridad política, sin ambigüedad ni especulaciones en sus planteos. Con él trabajaron, de secretarios del Consejo Deliberante, José Manuel de la Sota y Jorge Busti.

El 24 de marzo de 1976, producido el golpe militar, Víctor Lorenzo es detenido y ejecutado, de un tiro en la cabeza, en la cárcel de Córdoba.

Recordando a las Primeras Víctimas del Golpe Militar 

El mayor Bernardo Alberte, un militar patriota

El "Yorma" Bernardo Alberte había conocido a Perón en el año 1945. En octubre de ese año cuando era teniente intentó sublevar la Escuela de Infantería de Campo de Mayo para ponerla a favor de Juan Perón. No tuvo éxito: tenía 27 años y lo degradaron. Con el triunfo del 17 de octubre recuperó el grado y la libertad. Allí se encolumnó con el Líder.

En 1954, Perón lo nombró su edecán personal, creciendo la relación entre ambos. En el golpe del '55 fue la primera defensa en la Casa Rosada y se quedó a su lado hasta que el General se exilió.

Fue encarcelado, estuvo en la penitenciaría de Las Heras, en el penal de Magdalena y luego lo confinaron a Ushuaia, una cárcel que había sido cerrada por infrahumana. Años después, en 1967, Perón recompensó la lealtad de Alberte: lo nombró Delegado Personal a nivel nacional y Secretario del Movimiento Justicialista.

En aquel momento tuve la oportunidad de conocerlo y tratarlo, siendo yo referente del peronismo universitario de Córdoba. Distribuíamos el periódico "Con Todo", órgano del peronismo revolucionario, del cual el mayor Alberte era editor. Allí se defendió públicamente a los compañeros de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) apresados en Taco Ralo, Tucumán, en septiembre de 1968.

Colaboramos con él cuando surgió la CGT de los Argentinos, en marzo de 1968, la cual obró como un gran instrumento de lucha, y brotó porque Alberte les dio el paraguas político peronista; permitiendo la articulación de una nueva dirección sindical combativa y revolucionaria, la que impulsará el Cordobazo y ayudará a concretar la vuelta de Perón a la Patria y del peronismo al gobierno en el año 1973.

El mayor continuó las ideas de John William Cooke y fue uno de los fundadores de la tendencia del peronismo revolucionario. Lo secundamos, yo como presidente del Integralismo cordobés, en la organización y el desarrollo del histórico Primer Plenario clandestino del Peronismo Revolucionario, realizado en una quinta en las inmediaciones del aeropuerto de Pajas Blancas, Córdoba, en enero de 1969. Allí participaron, entre otros, los legendarios Gustavo Rearte y José Sabino Navarro.

En 1973, Alberte recuperó su grado y fue ascendido teniente coronel cuando asumió Cámpora. Y Néstor Kirchner, hace pocos años, le rindió un justo homenaje: le otorgó un ascenso post mortem a coronel.

En vísperas del golpe, Alberte había denunciado que la Triple A, del "Brujo" López Rega, había intentado secuestrarlo. Además, le escribe una carta abierta a Jorge Rafael Videla, horas antes de ser asesinado por un grupo de tareas del "proceso". En esa memorable carta, Alberte denunciaba la represión ilegal, advirtiendo la tragedia que se cernía sobre el país y la vergüenza que tarde o temprano se abatiría sobre las Fuerzas Armadas.

En las primeras horas del 24 de marzo de 1976, un grupo de militares y policías uniformados violentó el departamento de Alberte, en el sexto piso de Avenida del Libertador 1160, en Capital Federal. "Alberte, venimos a matarte", gritaron antes de arrojarlo por una ventana. Antes, él se habia calzado un revolver e intentó una defensa. No pudo hacer mucho. En los forcejeos lo agarraron entre varios y, sin más, lo tiraron por una ventana del comedor. Cayó al pulmón del edificio y murió en el acto.

Así, la dictadura hacía su aparición en escena. Estrenaba la metodología que pondría en acción durante los siguientes siete años: el asesinato y la desaparición. Y lo hizo, en primera instancia, con compañeros del peronismo combativo: Víctor Lorenzo, Luis Carnevale y Bernardo Alberte.

Por Blas García*

Reivindicando a Néstor Kirchner 

*Blas García, integrante de la "gloriosa J.P." de los '70 no fue observador, sino actor en una generación que tuvo capacidad para plantear un proyecto de poder.

Formado en el nacionalismo popular y el revisionismo histórico, comenzó a militar en las movilizaciones peronistas por el "Operativo Retorno" de Perón a la Argentina (1964). Dirigente estudiantil integralista y del Movimiento Universitario Peronista (1966), participa en la gran huelga universitaria de seis meses (1966) contra la dictadura, en el Cordobazo (1969), el estallido popular contra la dictadura y en los duros enfrentamientos, conocidos como el Vivorazo (1971)

Fundó, junto a Jorge Busti y Hernán Orduna, la Juventud Revolucionaria Peronista (J.R.P.) de Córdoba, a fines de los '60 y condujo, junto al Rodolfo Vitar y a Roberto Vidaña, la Juventud Peronista de la Provincia mediterránea.

En junio de 1972 participa en el Acto de la Unidad de la Juventud Peronista en la Federación de Box, en Capital Federal, integrando la primera Conducción Nacional de la "gloriosa J.P."

A los 23 años, forma parte de la Junta Provincial del refundado Partido Justicialista y a los 25 años es Diputado por la Provincia de Córdoba, donde lo encuentra el golpe militar.

(NdelaR)

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Recordando las Primeras Víctimas del primer día del Golpe Militar
La represión en Córdoba fue dura, igual que en muchos otros lugares. Entre los detenidos ilegalmente se encontraban obreros, estudiantes, profesionales, conscriptos y trabajadores independientes, de todas las edades y distintas condiciones sociales.
17-10-2025 / 09:10
El coronel Juan Perón estaba preso. Nada se oponía a la restauración oligárquica y al retorno a la fraudulenta y corrupta Década Infame, interrumpida por la irrupción de la Revolución de Junio de 1943. Pero en ese momento la clase obrera se movilizó y desde ese instante se convertiría en un actor determinante del proceso político nacional.
 
Nadie la conocía aun. Carecía de antecedentes. Venía de abajo, del subsuelo de la Patria, y su marcha fue irresistible. Si había demorado en aparecer, lo cierto es que nadie pudo, desde entonces, olvidarlo jamás.
 
En la madrugada del 17 de octubre de 1945 comenzó una movilización de la clase trabajadora en los barrios populares del oeste de Capital Federal así como de las zonas industriales de sus alrededores.
 
Los obreros no ingresaban a trabajar en las fábricas y talleres e iban recorriendo los establecimientos vecinos, incitando a abandonarlos a quienes se encontraban en ellos, para luego marchar coreando consignas en favor de Juan Perón, por las calles principales hacia el centro de la Capital Federal.
 
Aquel 17 de octubre los trabajadores dejaron sus herramientas, apagaron las máquinas de sus talleres y fabricas, se subieron al tranvía o al ómnibus y se fueron a la Plaza de Mayo. Estaban dispuestos a dar la vida por Perón. Un nuevo ciclo histórico se iniciaba en la Argentina.
 
El 17 de octubre de 1945 marcó un antes y un después en la historia de nuestro país: más de un millón de trabajadores, coparon la Plaza de Mayo para exigir la liberación del que ya entonces consideraban su líder: el coronel Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, había instrumentado numerosas medidas que favorecieron a los obreros, sentando las bases de la movilidad social ascendente y permitiéndoles integrarse a un país que, hasta entonces, no los reconocía.
 
Setenta y ocho años después, recordamos aquella expresión de lealtad mutua: de los trabajadores hacia su líder, pero también de Perón hacia ellos, al visibilizarlos y, una vez en el poder, haber seguido defendiendo sus derechos. Sin arriar nunca las banderas del trabajo, la dignidad y la justicia social.

 
Escribe Blas García  

17-10-2025 / 09:10
El 17 de Octubre de 1945, Juan Perón fue rescatado de la cárcel por la masiva movilización de la clase trabajadora, exponiendo así la falencia del anciano régimen oligárquico antinacional -rapaz y parasitario- y la caducidad de los viejos partidos políticos seudo democráticos, sobrepasados por el proletariado, que de ahora en más, podía obtener reivindicaciones que ya no se pedían, se reclamaban, porque ya no se confiaba en la buena voluntad de los sectores dominantes sino en la propia fuerza de los trabajadores.

Ese día resurge la Argentina profunda, el subsuelo de la Patria sublevado, y reaparece para continuar escribiendo la historia de las masas populares, una secuencia que va desde las lanzas primero -con las montoneras federales del interior-, el voto después -con el radicalismo yrigoyenista- y por último los sindicatos obreros -con el peronismo-. Tres momentos en los que el Pueblo lucha para realizarse con el federalismo, la soberanía política y la democracia social.

Como consecuencia de la actuación revolucionaria de las masas populares el 17 de octubre de 1945, el justicialismo llega al poder y produce transformaciones en todos los ámbitos de la realidad del país. La Revolución Nacional, de Eva y Juan Perón, rompió con el modelo semicolonial dependiente, logrando la independencia económica, la justicia social y permitiendo importantes conquistas a los sectores populares. Una Nueva Argentina con el Pueblo de protagonista.

La terrible reacción gorila de la vieja Argentina oligárquica y autoritaria, en el golpe de septiembre de 1955, dan la medida de la trascendencia revolucionaria del peronismo. Cómo los movimientos nacionales antecesores: el federalismo de Rosas y el radicalismo de Yrigoyen; solo se alcanzaron conquistas transitorias y fueron derrotados por la estructura de la injusticia y la dependencia. Revolución y contrarrevolución.

A partir de 1955, la exclusión política del peronismo produjo un proceso de Resistencia que ampliaría su perfil. Aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado. En esta lucha, el peronismo constituyó el agrupamiento de las fuerzas populares y proletarias, mientras que el régimen militar se identificaba con los intereses de la oligarquía, la burguesía entreguista y los partidos liberales.

Todos estos esfuerzos son partes de un mismo combate, en la que todavía no se han alcanzado triunfos definitivos. Corsi e ricorsi, la Patria aparece como un proyecto inacabado que debemos realizarlo plenamente hoy cuando el capitalismo globalizado pretende desembarazarse de las limitaciones que, a lo largo del siglo XX, le impusieran los Estados Nacionales y los movimientos sociales encabezados por la clase trabajadora, para aplicar sus políticas neoliberales de injusticia social.

Las medidas económicas impulsadas por Javier Milei y Luis Caputo están inspiradas en el más crudo neoliberalismo, que fue iniciado durante la Revolución Fusiladora, continuadas por la dictadura de Jorge Rafael Videla y por los votos en los gobiernos de Carlos MenemFernando de la Rua, Mauricio Macri y Javier Milei. Este tipo de recetas conservadoras y reaccionarias, que aumentan la injusticia quitando derechos sociales y agrandan la dependencia con el fuerte endeudamiento, siempre fracasaron, provocando resistencias populares y revueltas sociales. 


Por eso, como integrantes del Movimiento Nacional y Popular que cambió la historia política argentina, volvemos a levantar, como en 1945, el cuestionamiento del sistema neoliberal económico y social injusto y la necesidad de dar la pelea para cambiarlo. Con el peronismo, seremos una Nación independiente, y si nos sacamos la dependencia del capital financiero y del FMI volveremos al desarrollo económico. Caso contrario, podría retornar el neoliberalismo apátrida y seguiremos hundiéndonos aun más en la pobreza y la dependencia. 
La cuestión sigue siendo la misma, patria o colonia. El legado de la lucha continúa, hoy contra una de las formas mas crueles, brutales y salvajes de capitalismo, la de Javier Milei.


 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
 Escribe: Blas García 

 

15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

15-10-2025 / 09:10
Encabezando la reacción oligárquica, el general Eduardo Jorge Ávalos y el almirante Héctor Vernengo Lima, de Ejército y Marina respectivamente, pidieron al presidente Edelmiro J. Farrell que destituyese a Juan Perón por su política popular y obrerista. Este fue detenido y llevado a la isla prisión de Martín García.
 
El 15 de octubre de 1945, el capitán Miguel Ángel Mazza, médico y amigo personal de Perón, entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón"lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario". Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, general Ávalos.
 
El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida.
 
Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el almirante Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera excesiva buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.
 
Por su parte, la embajada yanqui celebra la detención del Coronel: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista".
 
Pero los imperialistas yanquis se equivocan. Disconformes con la medida, amplios sectores populares comienzan a movilizarse en todo el país para exigir y reclamar la libertad del que comenzaba a ser su Líder. Lo hicieron como clase obrera, utilizando el medio de lucha de los proletarios: la paralización de actividades.
 
El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios tucumanos. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse. Y la cúpula de la Central Obrera, ante los reclamos de los gremios del interior, convoca al Comité Central Confederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen declarar una huelga general en todo el país.
 
Va madurando el histórico 17 de octubre.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.     

13-10-2025 / 20:10
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