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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 21-03-2020 / 08:03
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El coronavirus desnuda las diferencias entre Alberto y Macri

El coronavirus desnuda las diferencias entre Alberto y Macri
Con las arcas vacías y el sistema de salud desfinanciado que dejó Macri, Alberto Fernández tiene que arreglárselas para impedir que la epidemia se descontrole como en Italia. Trump, Johnson y Bolsonaro subestimaron el brote de coronavirus y lo desatienden. Macri hubiera hecho lo mismo, como hizo con el dengue.
El gobierno de Alberto Fernández debe afrontar la epidemia después de cuatro años en los que un gobierno neoliberal desfinanció y empobreció el sistema de salud pública. Y además debe hacerlo con una economía que el gobierno anterior sumió en una crisis aguda.
 
El neoliberalismo no dice que el Estado reniega de todo. Es más, asegura que el Estado debe hacerse cargo de la salud y la educación pública, la seguridad y la defensa. Pero ese pensamiento se asienta en el individualismo más egoísta y mete esas funciones en esa matriz.
 
El neoliberalismo concibe a la salud y la educación como instrumentos para fragmentar la sociedad. Para el neoliberalismo, la calidad de la educación y de la salud que recibe cada quien tiene que estar en consonancia con su capacidad económica.
 
La salud y educación pública son para los "intocables" en esa sociedad de castas, los "cabecitas negras", el pueblo. Aparte habrá educación y salud privada mediocre para la clase media, mejores para la clase media alta y la clase alta se va a estudiar al exterior.
 
El Estado macrista redujo el 23 por ciento el presupuesto de salud, casi el 40 por ciento menos para educación y el de ciencia y técnica bajó un 43 por ciento.
 
Pero no puede haber salud pública sin encuadres en políticas más generales. La excelencia en la salud pública forma parte de una idea de país, no es solamente una cuestión técnica. Tiene una cara técnica y otra cara política que son inseparables. Una concepción elitista, como la de muchos profesionales de la medicina, es la negación de lo público.
 
Y esos médicos se podrán quejar del populismo, pero sin la inmensa obra de Ramón Carrillo, este país sería diferente. En su momento también lo quisieron desmerecer, dijeron que era un despilfarro, que era corrupto, el "relato" del populismo.
 
No hay salud pública sin un pensamiento político que la integre como un todo. Por lo menos esa fue la experiencia argentina con el peronismo. En Gran Bretaña fue el laborismo, en Uruguay el batllismo y en Cuba, el castrismo.
 
Con las arcas vacías y el sistema de salud desfinanciado que dejó el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, Alberto tiene que arreglárselas para impedir que el brote de la epidemia se descontrole como en Italia, que está pagando las consecuencias de décadas de gobiernos neoliberales y abandono de la salud pública.
 
Donald Trump en Estados Unidos, Boris Johnson en Inglaterra y Jair Bolsonaro en Brasil, subestimaron el brote epidémico. Macri hubiera hecho lo mismo, como hicieron con el dengue. Alberto Fernández fue lo opuesto y tomó medidas rápidas, a un costo que implica un sacrificio grande para una economía en crisis. Es la diferencia con el neoliberalismo.

 
Panorama Político
 
El coronavirus desnuda las diferencias entre Alberto Fernández y Mauricio Macri
 
La dispersión del coronavirus en el mundo casi en simultáneo, sin diferencia de color de piel ni riqueza, sin respetar las fronteras de países ni continentes, hizo que por primera vez la humanidad tome conciencia palpable, indiscutible, de que forma parte de un solo destino.
 
El virus se convirtió en el síntoma de la globalización como fenómeno que cambió el significado de la vida de un planeta donde las distancias o los accidentes geográficos ya no separan a las personas.
 
Los argentinos en cuarentena, encerrados en sus casas, intercambian en tiempo real con personas del otro lado del Atlántico, también aislados en sus casas por el mismo motivo. Y asisten al desarrollo de la pandemia en China o en Rusia y comentan lo que pasa en sus barrios como si todos fueran barrios del mismo país o de la misma ciudad.
 
La globalización llegó para quedarse desde los años '90. Pero para la mayoría de los seres humanos no dejó de ser una abstracción sobre circulación de mercaderías y capitales o de la información. La maldición del virus es el síntoma de algo más grande.
 
En Estados Unidos temen el contagio que vendrá de Europa, aunque Trump reniegue de los chinos. Las fronteras se cierran como los compartimentos de un submarino y hacen más conscientes a los pasajeros de que todos viajan en el mismo submarino.
 
Eso más grande que se revela es que la globalización no solamente afecta la economía sino también la vida cotidiana de personas que nunca saldrán quizás de la ciudad que habitan.
 
Pero esta globalización, que trajo la peste que concientiza sobre la interdependencia entre personas y naciones, se instaló con los paradigmas del libre mercado que acentúan los términos desiguales del intercambio y profundizan la desigualdad entre las naciones y dentro de ellas. Va en contra de lo que se necesita para combatir las pestes y no solamente la del coronavirus.
 
El mundo se convirtió en un tremendo escenario de esa contradicción. Estados Unidos, la principal economía del planeta y sustento de la globalización, bloquea a la pequeña isla de Cuba que aparece como su opuesto.
 
Sin embargo, la gran potencia puede tener problemas con el virus porque tiene un sistema de salud carísimo que deja fuera a la mayoría. En cambio, la pequeña economía bloqueada desarrolló medicinas para atenuar el efecto de la pandemia y las ofrece de manera gratuita, al tiempo que envía brigadas voluntarias de médicos a países como Italia donde la epidemia se descontroló.
 
El escenario se repite en Argentina en otros términos. El gobierno de Alberto Fernández debe afrontar la epidemia después de cuatro años en los que un gobierno neoliberal desfinanció y empobreció el sistema de salud pública. Y además debe hacerlo con una economía que el gobierno anterior sumió en una crisis aguda.
 
El neoliberalismo no dice que el Estado reniega de todo. Es más, asegura que el Estado debe hacerse cargo de la salud y la educación pública, la seguridad y la defensa. Pero ese pensamiento se asienta en el individualismo más egoísta y mete esas funciones en esa matriz.
 
Por lo tanto, la defensa le interesa siempre que los ejércitos le sirvan para expandirse --en el caso de economías centrales--, o para la represión interna como fue durante la aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional en la dictadura.
 
Si no puede reprimir no le interesa y desfinancia la Defensa, como hizo el macrismo. La expresión más clara de esa política fue el hundimiento del ARA San Juan cuando navegaba en condiciones precarias.
 
La seguridad le interesa porque usa a las fuerzas policiales, de gendarmería y prefectura, para la represión de la protesta social a la que visualiza como un atentado al derecho a la propiedad, que es la base angular de esa estructura ideológica. La única inversión fuerte del macrismo en alguno de esos cuatro rubros, fue para modernizar equipos para la represión.
 
Y concibe a la salud y la educación como instrumentos para fragmentar la sociedad. Para el neoliberalismo, la calidad de la educación y de la salud que recibe cada quien tiene que estar en consonancia con su capacidad económica.
 
La salud y educación pública son para los "intocables" en esa sociedad de castas, los "cabecitas", el pueblo. Aparte habrá educación y salud privada mediocre para la clase media, mejores para la clase media alta y la clase alta se va a estudiar al exterior.
 
El Estado macrista redujo el 23 por ciento el presupuesto de salud, casi el 40 por ciento menos para educación y el de ciencia y técnica bajó un 43,46 por ciento.
 
La ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, no quisieron construir más hospitales. Y algunos políticos porteños se han quejado porque los hospitales de la ciudad son desbordados por pacientes que vienen del conurbano.
 
Durante los gobiernos de Cristina Kirchner se construyeron trece hospitales, ocho de ellos en el Conurbano, que hubieran aliviado la asistencia en la Capital. Solamente faltaba el equipamiento. La gobernadora Vidal se negó a ponerlos en funcionamiento.
 
En la provincia de Buenos Aires hubo un brote de sarampión, con 80 casos declarados y faltantes de vacunas y al mismo tiempo se encontraron 162 mil dosis de vacunas que se habían vencido durante el macrismo porque las habían guardado sin respetar la cadena de frío.
 
El último hallazgo fueron equipos de cibersalud abandonados en un depósito del Correo, que habían sido adquiridos como parte de un programa para interconectar cerca de 400 centros de salud. Faltaba hacerlo con cien pero el macrismo abandonó los equipos que son del año 2014.
 
Con muy poco o casi ningún esfuerzo, la provincia tendría ocho nuevos hospitales, se podría haber completado la vacunación contra el sarampión para frenar el brote, y ahora estarían interconectados todos los centros de salud para colaborar contra el coronavirus.
 
El jueves hubo un aplauso generalizado a los trabajadores de la salud en todas las ciudades del país. Resultó impresionante en algunos barrios. El aplauso representó la prioridad que le asigna ahora la sociedad a la salud pública, a la que no se vincula con otras prioridades. Algunos, entre ellos muchos médicos que tienen una concepción elitista de su profesión, incluso la separan.
 
Pero no puede haber salud pública sin encuadres en políticas más generales. Muchos de esos médicos que trabajan en la salud pública votan políticas que son enemigas de la salud pública. La excelencia en la salud pública forma parte de una idea de país, no es solamente una cuestión técnica. Tiene una cara técnica y otra cara política que son inseparables. Una concepción elitista, como la de muchos profesionales de la medicina, es la negación de lo público.
 
Y esos médicos se podrán quejar del populismo, pero sin la inmensa obra de Ramón Carrillo, este país sería diferente. En su momento también lo quisieron desmerecer, dijeron que era un despilfarro, que era corrupto, el "relato" del populismo. No hay salud pública sin un pensamiento político que la integre como un todo. Por lo menos esa fue la experiencia argentina con el peronismo. En Gran Bretaña fue el laborismo, en Uruguay el batllismo y en Cuba, el comunismo.
 
Con las arcas vacías y el sistema de salud desfinanciado que dejó el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, Alberto Fernández tiene que arreglárselas para impedir que el brote de la epidemia se descontrole como en Italia, que está pagando las consecuencias de décadas de gobiernos neoliberales y abandono de la salud pública.
 
Donald Trump en Estados Unidos, Boris Johnson en Inglaterra y Jair Bolsonaro en Brasil, subestimaron el brote epidémico. Macri hubiera hecho lo mismo, como hicieron con el dengue. Alberto Fernández fue lo opuesto y tomó medidas rápidas, a un costo que implica un sacrificio grande para una economía en crisis. Es la diferencia con el neoliberalismo.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página12
 

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01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
La Opinión Popular
 

29-11-2025 / 10:11
Con un señor en cueros haciendo equilibrio para que no se le caiga un pedazo de fierro que sostenía en sus grandes pectorales flácidos empezó en el Congreso la reunión antivacunas que convocó la diputada oficialista Marilú Quiroz.
 
El hombre quedó "imantado" por las vacunas, según denunciaron, mientras el Senado retrasaba, hasta que ingresen los nuevos senadores, la discusión sobre la incorporación de la rionegrina oficialista Lorena Villaverde, ya rechazada por la comisión de Asuntos Constitucionales por sus antecedentes vinculados con el narcotráfico.
 
El INDEC retocó los índices de crecimiento para ocultar que el país está en recesión desde principios de año. Pero cuando se habla con los industriales, parecen vacas que van al matadero al balbucear que igual respaldan a este gobierno "porque es el único que se preocupó por la macro".
 
La pobreza de pensamiento de la clase empresarial produce hasta molestia física. Cuestionan aspectos como los antivacunas o la corrupción del famoso tres por ciento, pero no pueden ver que se intenta cambiar la matriz productiva y que el primer paso es el industricidio.
 
Aplauden como focas un proyecto de reforma laboral que atrasa 200 años las relaciones de trabajo, mientras tienen que cerrar sus propias empresas. Esta semana Whirlpool cerró la fábrica de Pilar, que había inaugurado hace tres años con una inversión de 50 millones de dólares.
 
Desde noviembre de 2023, cerraron más de quince mil empresas. Las patronales del campo pensaban que tenían la vaca atada pero ahora, con un dólar barato, tienen que afrontar insumos inflacionados, rutas abandonadas e inundaciones y sequias sin asistencia.
 
"Unos 220 obreros quedaron en la calle por el cierre de Whirlpool" adujo el periodista. El economista oficialista Miguel Boggiano, hijo de un ex juez de la Corte menemista, explicó: "Pero ahora tenés a 850 mil que van a comprar más barato el lavarropa". Aplazado el economista Boggiano, porque los desocupados y los que tienen bajos salarios dejaran de comprar lavarropas, heladeras, televisores, bicicletas, motos, etc., etc. Sin comprar nada de eso, la mayoría de los argentinos no llega a fin de mes con lo que gana.
 
Con este proyecto de país, industriales y comerciantes se van al bombo o se ajustan y los patrones rurales se achican. En contrapartida, las tecnológicas, extremistas del discurso anti Estado, reciben subsidios. El capital concentrado trata de volcarse a la energía, la minería y la timba financiera, que son los únicos que crecieron realmente. Y el INDEC funciona como vaselina con dibujos de los índices de crecimiento, de inflación o de consumo, para que el infierno parezca paraíso.
 
El Gobierno que salió airoso de las elecciones de medio término, ahora se dirige a cobrar el premio. Un Consejo de Mayo inútil, que no resuelve nada, pensado para una foto mentirosa que quiera dar la imagen de "diálogo", anunció que antes de fin de año el gobierno enviará al Congreso un proyecto de Reforma Laboral, que no tuvo consenso ni fue aprobado por ese Consejo por el nivel esclavista que propone para los trabajadores.
 

28-11-2025 / 10:11
El presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Ricardo Diab, alertó por el cierre de empresas en Argentina, y entre las principales causas detalla la baja en el consumo y la apertura de importaciones que impulsa el gobierno de Javier "el Loco" Milei. Diab mencionó el reciente cierre de Whirlpool, que dejó a 220 personas sin trabajo, y el de la láctea La Suipachense señalando que estas no son "grandes empresas" pero si son significativas.
 
Vale recordar que la CAME tomó partido por Milei antes del balotaje con Sergio Massa, apoyó públicamente el mega DNU del presidente en diciembre de 2023 sobre la desregulación total de la economía y respaldó junto a otras cámaras de grandes empresas el endeudamiento de Luis Caputo ante el FMI.
 
En primer lugar, el presidente de CAME sostuvo que la baja en el consumo "hace que el comercio en sí mismo no demande a la industria producto por este mismo motivo. Nosotros solicitamos otras alternativas de incentivo al consumo, en lo que tenía que ver con los planes de cuota a largo plazo que dio en un momento facilidades en la forma de estirar el salario".
 
Sin embargo, indicó que no tuvo éxito porque el Estado no interviene en las cuestiones de los privados: "Si los bancos no acceden, no aceptan o las plataformas de tarjeta, es muy difícil llevarlo a cabo". A esto se le suma la apertura de importaciones: "Muchas empresas ven que no son competitivas con respecto a productos que vienen fundamentalmente de China". El empresario señaló que incluso en rubros como el alimenticio se observa un aumento de productos importados que compiten con los nacionales.
 
Aunque el comercio internacional es "imprescindible", para Diab en el crecimiento económico en tecnología y materias primas, ciertos sectores nacionales no logran ser competitivos, lo que "lleva al cierre". Observó, además, que la tendencia es "creciente", al punto que empresarios que no tenían entre sus proyectos ser importadores, ahora lo están analizando.
 
El dirigente también destacó el impacto de la carga tributaria en la competitividad de las empresas argentinas. "Si sabemos que automáticamente cualquiera de nuestros productos tiene un 50% de impuesto, ya partimos de una situación impositiva muy difícil de resolver", afirmó, y comparó la situación con otros países que tienen menores cargas o distintos estilos de producción.
 
En cuanto al mercado laboral, Diab fue contundente al señalar que "en línea genérica, no hay actividad que esté demandando empleo". Explicó que, aunque una adecuación de la legislación laboral es necesaria, no será suficiente "si no hay demanda productiva". El presidente de CAME reconoció que, si bien la gente no consume porque "no tiene salarios buenos", las propias empresas, en especial las PyMEs, están imposibilitadas de mejorar esos salarios sustancialmente debido a la falta de rentabilidad y la fragilidad del contexto económico.
 
La industria nacional, a contramano de los datos que promociona el Gobierno de Milei, sigue en un pozo del que no puede salir. "Estamos inmersos casi en un círculo negativo donde los mismos que declamamos no lo podemos llevar a cabo fácilmente", afirmó. Además, el dirigente mencionó que, si bien han dialogado con el Gobierno, "el Estado hoy no interviene absolutamente en nada que tenga que ver los privados".
 
La Opinión Popular
 

27-11-2025 / 10:11
El industricidio avanza gracias a las políticas neoliberales de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo. Ya pasó un mes de aquellas elecciones legislativas donde Milei logró un triunfo que hizo crecer la soberbia de su gobierno, lo cual impulsa la reforma laboral que propone. No obstante, se enfrenta a un panorama complicado que lo desafía por completo.

A un mes de la "Argentina" violeta, se acumulan los despidos en fábricas ante la apertura de importaciones. Whirlpool cerró la planta de Pilar inaugurada en 2022 y despidió a sus 220 trabajadores. Asimismo, el consumo continúa en caída libre mientras que diciembre se avecina con nuevos aumentos que sigue golpeando más de un bolsillo. Por su parte, el salario continúa congelado y no hay sueldo que aguante.

Sin embargo, el Gobierno anarco capitalista hace vista ciega y avanza a fondo por la reforma laboral. Tal es así que el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, reunió este miércoles (26/11) en Casa Rosada a los miembros del Consejo de Mayo y, pese a la falta de consensos, anunció que la administración libertaria enviará el proyecto al Congreso el próximo 9 de diciembre.

Si los tiempos avanzan como pretende Milei, la reforma laboral se debatirá al filo o durante la Navidad y Año Nuevo anticipando semanas difíciles para aquellos trabajadores que perdieron su empleo, lo que se intensificó en los últimos días luego de la victoria electoral de La Libertad Avanza, donde nada cambió para la economía real pese al rescate del INDEC.

Las pálidas continúan y están a la vista de todos los argentinos. Sin ir más lejos, los datos del último informe de CEPA, que abarca hasta agosto, sostienen que desde que Milei inició su gestión, por día cierran 30 empresas y, en total, se destruyeron 276.000 puestos de trabajo registrados. "Creer o reventar", dice la frase.

Por su parte, el INDEC que conduce Marco Lavagna quedó en el centro de una nueva polémica por una sugestiva corrección de los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) para evitar que la economía entre en recesión técnica. El organismo que en septiembre la actividad económica tuvo un incremento de 0,5% en comparación con agosto, un dato mucho mejor que el estimado por las consultoras privadas que preveían una caída de entre 0,1% y 0,3%. Dibujando los números, el gobierno logró evitar ese título negativo pese que el tercer trimestre fue el más afectado por la inestabilidad económica consecuencia de las elecciones.

En tanto, los principales bancos y consultoras nacionales e internacionales recortaron sus previsiones de crecimiento para la economía argentina en 2026. Según el relevamiento de FocusEconomics, el Producto Bruto Interno se expandirá menos de la estimación previa. El ajuste refleja un escenario menos optimista y expone el desgaste del discurso libertario, que hasta ahora muestra más promesas que resultados.

El relato libertario remacha que la economía empieza a mostrar signos de recuperación, pero la realidad en las góndolas y en los bolsillos cuenta otra historia. El consumo masivo sigue estancado, sin el menor atisbo de mejora en la segunda mitad del año. Los datos publicados por el Indec este miércoles son contundentes: las ventas en supermercados cayeron a nivel intermensual y ya suman seis meses consecutivos de baja hasta septiembre. El golpe al consumo es tan fuerte que, en la comparación interanual, las ventas también retrocedieron. El ingreso de productos importados que compiten con los de fabricación nacional, el dólar barato y el encarecimiento de los costos productivos alientan la desindustrialización y el desempleo.

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