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Nacionales - 21-03-2020 / 08:03
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El coronavirus desnuda las diferencias entre Alberto y Macri

El coronavirus desnuda las diferencias entre Alberto y Macri
Con las arcas vacías y el sistema de salud desfinanciado que dejó Macri, Alberto Fernández tiene que arreglárselas para impedir que la epidemia se descontrole como en Italia. Trump, Johnson y Bolsonaro subestimaron el brote de coronavirus y lo desatienden. Macri hubiera hecho lo mismo, como hizo con el dengue.
El gobierno de Alberto Fernández debe afrontar la epidemia después de cuatro años en los que un gobierno neoliberal desfinanció y empobreció el sistema de salud pública. Y además debe hacerlo con una economía que el gobierno anterior sumió en una crisis aguda.
 
El neoliberalismo no dice que el Estado reniega de todo. Es más, asegura que el Estado debe hacerse cargo de la salud y la educación pública, la seguridad y la defensa. Pero ese pensamiento se asienta en el individualismo más egoísta y mete esas funciones en esa matriz.
 
El neoliberalismo concibe a la salud y la educación como instrumentos para fragmentar la sociedad. Para el neoliberalismo, la calidad de la educación y de la salud que recibe cada quien tiene que estar en consonancia con su capacidad económica.
 
La salud y educación pública son para los "intocables" en esa sociedad de castas, los "cabecitas negras", el pueblo. Aparte habrá educación y salud privada mediocre para la clase media, mejores para la clase media alta y la clase alta se va a estudiar al exterior.
 
El Estado macrista redujo el 23 por ciento el presupuesto de salud, casi el 40 por ciento menos para educación y el de ciencia y técnica bajó un 43 por ciento.
 
Pero no puede haber salud pública sin encuadres en políticas más generales. La excelencia en la salud pública forma parte de una idea de país, no es solamente una cuestión técnica. Tiene una cara técnica y otra cara política que son inseparables. Una concepción elitista, como la de muchos profesionales de la medicina, es la negación de lo público.
 
Y esos médicos se podrán quejar del populismo, pero sin la inmensa obra de Ramón Carrillo, este país sería diferente. En su momento también lo quisieron desmerecer, dijeron que era un despilfarro, que era corrupto, el "relato" del populismo.
 
No hay salud pública sin un pensamiento político que la integre como un todo. Por lo menos esa fue la experiencia argentina con el peronismo. En Gran Bretaña fue el laborismo, en Uruguay el batllismo y en Cuba, el castrismo.
 
Con las arcas vacías y el sistema de salud desfinanciado que dejó el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, Alberto tiene que arreglárselas para impedir que el brote de la epidemia se descontrole como en Italia, que está pagando las consecuencias de décadas de gobiernos neoliberales y abandono de la salud pública.
 
Donald Trump en Estados Unidos, Boris Johnson en Inglaterra y Jair Bolsonaro en Brasil, subestimaron el brote epidémico. Macri hubiera hecho lo mismo, como hicieron con el dengue. Alberto Fernández fue lo opuesto y tomó medidas rápidas, a un costo que implica un sacrificio grande para una economía en crisis. Es la diferencia con el neoliberalismo.

 
Panorama Político
 
El coronavirus desnuda las diferencias entre Alberto Fernández y Mauricio Macri
 
La dispersión del coronavirus en el mundo casi en simultáneo, sin diferencia de color de piel ni riqueza, sin respetar las fronteras de países ni continentes, hizo que por primera vez la humanidad tome conciencia palpable, indiscutible, de que forma parte de un solo destino.
 
El virus se convirtió en el síntoma de la globalización como fenómeno que cambió el significado de la vida de un planeta donde las distancias o los accidentes geográficos ya no separan a las personas.
 
Los argentinos en cuarentena, encerrados en sus casas, intercambian en tiempo real con personas del otro lado del Atlántico, también aislados en sus casas por el mismo motivo. Y asisten al desarrollo de la pandemia en China o en Rusia y comentan lo que pasa en sus barrios como si todos fueran barrios del mismo país o de la misma ciudad.
 
La globalización llegó para quedarse desde los años '90. Pero para la mayoría de los seres humanos no dejó de ser una abstracción sobre circulación de mercaderías y capitales o de la información. La maldición del virus es el síntoma de algo más grande.
 
En Estados Unidos temen el contagio que vendrá de Europa, aunque Trump reniegue de los chinos. Las fronteras se cierran como los compartimentos de un submarino y hacen más conscientes a los pasajeros de que todos viajan en el mismo submarino.
 
Eso más grande que se revela es que la globalización no solamente afecta la economía sino también la vida cotidiana de personas que nunca saldrán quizás de la ciudad que habitan.
 
Pero esta globalización, que trajo la peste que concientiza sobre la interdependencia entre personas y naciones, se instaló con los paradigmas del libre mercado que acentúan los términos desiguales del intercambio y profundizan la desigualdad entre las naciones y dentro de ellas. Va en contra de lo que se necesita para combatir las pestes y no solamente la del coronavirus.
 
El mundo se convirtió en un tremendo escenario de esa contradicción. Estados Unidos, la principal economía del planeta y sustento de la globalización, bloquea a la pequeña isla de Cuba que aparece como su opuesto.
 
Sin embargo, la gran potencia puede tener problemas con el virus porque tiene un sistema de salud carísimo que deja fuera a la mayoría. En cambio, la pequeña economía bloqueada desarrolló medicinas para atenuar el efecto de la pandemia y las ofrece de manera gratuita, al tiempo que envía brigadas voluntarias de médicos a países como Italia donde la epidemia se descontroló.
 
El escenario se repite en Argentina en otros términos. El gobierno de Alberto Fernández debe afrontar la epidemia después de cuatro años en los que un gobierno neoliberal desfinanció y empobreció el sistema de salud pública. Y además debe hacerlo con una economía que el gobierno anterior sumió en una crisis aguda.
 
El neoliberalismo no dice que el Estado reniega de todo. Es más, asegura que el Estado debe hacerse cargo de la salud y la educación pública, la seguridad y la defensa. Pero ese pensamiento se asienta en el individualismo más egoísta y mete esas funciones en esa matriz.
 
Por lo tanto, la defensa le interesa siempre que los ejércitos le sirvan para expandirse --en el caso de economías centrales--, o para la represión interna como fue durante la aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional en la dictadura.
 
Si no puede reprimir no le interesa y desfinancia la Defensa, como hizo el macrismo. La expresión más clara de esa política fue el hundimiento del ARA San Juan cuando navegaba en condiciones precarias.
 
La seguridad le interesa porque usa a las fuerzas policiales, de gendarmería y prefectura, para la represión de la protesta social a la que visualiza como un atentado al derecho a la propiedad, que es la base angular de esa estructura ideológica. La única inversión fuerte del macrismo en alguno de esos cuatro rubros, fue para modernizar equipos para la represión.
 
Y concibe a la salud y la educación como instrumentos para fragmentar la sociedad. Para el neoliberalismo, la calidad de la educación y de la salud que recibe cada quien tiene que estar en consonancia con su capacidad económica.
 
La salud y educación pública son para los "intocables" en esa sociedad de castas, los "cabecitas", el pueblo. Aparte habrá educación y salud privada mediocre para la clase media, mejores para la clase media alta y la clase alta se va a estudiar al exterior.
 
El Estado macrista redujo el 23 por ciento el presupuesto de salud, casi el 40 por ciento menos para educación y el de ciencia y técnica bajó un 43,46 por ciento.
 
La ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, no quisieron construir más hospitales. Y algunos políticos porteños se han quejado porque los hospitales de la ciudad son desbordados por pacientes que vienen del conurbano.
 
Durante los gobiernos de Cristina Kirchner se construyeron trece hospitales, ocho de ellos en el Conurbano, que hubieran aliviado la asistencia en la Capital. Solamente faltaba el equipamiento. La gobernadora Vidal se negó a ponerlos en funcionamiento.
 
En la provincia de Buenos Aires hubo un brote de sarampión, con 80 casos declarados y faltantes de vacunas y al mismo tiempo se encontraron 162 mil dosis de vacunas que se habían vencido durante el macrismo porque las habían guardado sin respetar la cadena de frío.
 
El último hallazgo fueron equipos de cibersalud abandonados en un depósito del Correo, que habían sido adquiridos como parte de un programa para interconectar cerca de 400 centros de salud. Faltaba hacerlo con cien pero el macrismo abandonó los equipos que son del año 2014.
 
Con muy poco o casi ningún esfuerzo, la provincia tendría ocho nuevos hospitales, se podría haber completado la vacunación contra el sarampión para frenar el brote, y ahora estarían interconectados todos los centros de salud para colaborar contra el coronavirus.
 
El jueves hubo un aplauso generalizado a los trabajadores de la salud en todas las ciudades del país. Resultó impresionante en algunos barrios. El aplauso representó la prioridad que le asigna ahora la sociedad a la salud pública, a la que no se vincula con otras prioridades. Algunos, entre ellos muchos médicos que tienen una concepción elitista de su profesión, incluso la separan.
 
Pero no puede haber salud pública sin encuadres en políticas más generales. Muchos de esos médicos que trabajan en la salud pública votan políticas que son enemigas de la salud pública. La excelencia en la salud pública forma parte de una idea de país, no es solamente una cuestión técnica. Tiene una cara técnica y otra cara política que son inseparables. Una concepción elitista, como la de muchos profesionales de la medicina, es la negación de lo público.
 
Y esos médicos se podrán quejar del populismo, pero sin la inmensa obra de Ramón Carrillo, este país sería diferente. En su momento también lo quisieron desmerecer, dijeron que era un despilfarro, que era corrupto, el "relato" del populismo. No hay salud pública sin un pensamiento político que la integre como un todo. Por lo menos esa fue la experiencia argentina con el peronismo. En Gran Bretaña fue el laborismo, en Uruguay el batllismo y en Cuba, el comunismo.
 
Con las arcas vacías y el sistema de salud desfinanciado que dejó el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, Alberto Fernández tiene que arreglárselas para impedir que el brote de la epidemia se descontrole como en Italia, que está pagando las consecuencias de décadas de gobiernos neoliberales y abandono de la salud pública.
 
Donald Trump en Estados Unidos, Boris Johnson en Inglaterra y Jair Bolsonaro en Brasil, subestimaron el brote epidémico. Macri hubiera hecho lo mismo, como hicieron con el dengue. Alberto Fernández fue lo opuesto y tomó medidas rápidas, a un costo que implica un sacrificio grande para una economía en crisis. Es la diferencia con el neoliberalismo.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página12
 

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15-09-2025 / 09:09
Un Gobierno anarco capitalista sin cuadros políticos y sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado, se enfrenta a la profundización de su propia distopía tras la paliza electoral. La hermanísima copó el Ejecutivo y con Jamoncito, hasta acá, se demostraron como una unidad indivisible. El Gobierno está completamente en manos político-administrativas de Karina "el Jefe" Milei y se resolvió que sólo sea Luis "Toto" Caputo quien conduzca el único plan existente: pisar el dólar hasta las elecciones de octubre. No hay más que eso. No hay más certezas que ésas.
 
Respecto de la primera, podrían apuntarse dos observaciones. Una es que La Hermanísima Karina siempre estuvo a cargo de la ejecutividad gubernamental, excepción hecha de lo económico. La otra consiste en que, como fuere, no habría mayores novedades porque desde un comienzo la gestión fue un quilombo. Basta con repasar los centenares de funcionarios echados o renunciados, que supieron llegaron al promedio de uno por día.
 
Y esto tampoco sería novedoso, porque se corresponde con las características de un Gobierno arribado como tal sin la más mínima preparación institucional. Sin cuadros políticos. Sin la más remota idea sobre el funcionamiento del Estado. En otros términos conocidos, Javier "el Loco" Milei fue un armado del establishment, desde el panelismo televisivo y las redes, para segmentar parte de los votos peronistas y antiperonistas.
 
Pero el Frankestein adquirió una fuerza propia inusitada, a tono con endilgarle ese carácter de accidente insólito en la historia argentina. Y después no hubo nada que hacer. Así, el país quedó al arbitrio de unos Hermanos & Cía. exclusivamente relacionables con un escenario distópico. ¿Cuál es la noticia, entonces? Es que, tras el resultado electoral, la distopía se profundizó. Ya no hay Presidente, al menos por ahora, en su acepción de figura con aptitudes básicas para tomar decisiones autónomas. Milei está paralizado, totalmente fuera de eje.
 
Es así desde la noche del domingo pasado, cuando, aunque siga sin poder creerse, hasta último momento imaginó que perdía por muy poca diferencia. Incluso, de acuerdo con las mesas testigo del indescriptible Sebastián Pareja, pensó que llegarían a ganar por unos 8 puntos. Eran 50 de esas mesas, según pudo constatarse, de calidad irrelevante. Al aterrizar con los números reales entró en colapso (político, aclaremos, porque los diagnósticos psiquiátricos incumben a especialistas y nunca a la bartola periodística). Continúa en ese estado.
 
Se verá si para la cadena nacional de este lunes a la noche puede recomponerse como para dar una imagen atildada, llamémosle. Hablamos del continente, desde ya. El contenido será la provocación de redoblar su rumbo. La hermana, en consecuencia, asumió enteramente el rol presidencial. Y, hasta ahora sin visos de modificaciones, se cargó con desprecio todo intento de cambios siquiera por maquillaje.
 
El hazmerreír de una mesa política con los mismos rostros de la derrota y el nombramiento de un ministro de Interior que ya lo era de facto, tras el pase de Guillermo Francos a la Jefatura de Gabinete, es todo de ella. Es de ella -en todo caso, junto con el edecán de Francos- llamar al diálogo con los gobernadores mientras se vetan los fondos de ATN a las provincias, para no hablar de la "profunda autocrítica" que en simultáneo rechaza el financiamiento a las Universidades y la emergencia pediátrica Garrahan incluido.
 
Es de ella haberse animado a un acto de lanzamiento de LLA en Tucumán, ante un estadio cuyas tribunas debieron cubrir con lonas negras para ocultar el vacío; en el que brilló por su ausencia cualquier cántico de aliento y donde, en poco más de dos minutos de balbuceos, volvió a incurrir en el espectáculo de su terrorismo sintáctico. Sin más vueltas, he aquí la Presidenta real en ejercicio directo de la función.
 

14-09-2025 / 09:09
El miserable Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei no solo canceló los fondos destinados a las personas discapacitadas, a los inundados o a la ciencia, también se apropió de los dólares de los créditos internacionales otorgados específicamente para esas actividades. Solo en Discapacidad figuran 560 millones en divisas que nadie sabe a dónde fueron, con la excepción de dos viajes de Spagnuolo a Israel. El Gobierno libertario no explica dónde está la plata que debería ir a ciencia o discapacidad. La hipótesis del Congreso de que los fondos están en el Tesoro para contener el esquema cambiario.
 
Pocas horas después de la paliza electoral en la Provincia de Buenos Aires, Milei recibió en Casa Rosada al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn. El lunes al mediodía, ambos posaron para la foto junto a Luis "Toto" Caputo, Guillermo Francos y la motosierra de bronce que corona el despacho presidencial. El titular del organismo también había sido muy requerido para entrevistarse con dirigentes de la oposición, pero alegó estar muy ocupado.
 
Desde la comisión bicameral Revisora de Cuentas del Congreso, que conducen el diputado Miguel Pichetto (Encuentro Federal) y el senador Mariano Recalde (Fuerza Patria), querían citarlo para indagar en la letra chica de los créditos que el organismo le otorgó al país en los últimos meses.
 
La preocupación, que se hizo explícita en la última sesión de la comisión, es que muchos de esos fondos --cientos de millones de dólares-- en principio destinados a financiar obra pública y programas de inclusión como la discapacidad o la investigación científica, registran niveles de ejecución nulos o muy por debajo de lo pactado a la firma. Lo cual habilita la hipótesis de que el Gobierno desvía esos recursos hacia las cuentas del Tesoro para contener el actual esquema cambiario y favorecer la bicicleta financiera.
 
En lo que va del año, el Gobierno reconoció haber gastado unos 277 mil millones de pesos (algo menos de 250 millones de dólares) de lo que ingresó vía los distintos créditos de inversión del BID y otros organismos. En total hay unos 140 programas de desarrollo vigentes, desde los pautados para financiar el Progresar hasta la extensión y fortalecimieinto de la red de agua potable, pero el país hasta ahora vió poco y nada de esos fondos.
 
A esta altura del año (en ocho meses), los dos gobiernos anteriores (Cambiemos y Frente de Todos) ya habían ejecutado en promedio más de 1.500 millones de dólares. Es decir, la ejecución de Caputo es prácticamente del 20 por ciento de lo esperable. En paralelo, el Tesoro utilizó 500 millones de dólares para pisar el dólar en las semanas previas de la elección bonaerense.
 
El BID aprobó en julio de este año la "Estrategia País 2025-2028" para la Argentina, un paquete de apoyo financiero por un total de 10.000 millones de dólares (7.000 para el sector público y 3.000 para la inversión privada).
 
Si bien el organismo trabaja con todos los gobiernos y cada uno tiene una orientación específica, en este caso respalda a una administración que solo se preocupa por mantener el esquema cambiario-electoral, mientras tiene un desprecio palpable hacia la obra pública y pasa la motosierra por sectores sensibles. Lo contrario a lo que, a priori, buscan los organismos de crédito cuando apoyan a los países. Pese a todo, Goldfajn sigue apostando por Milei.
 

13-09-2025 / 10:09
Desde el 10 de diciembre de 2023, los auto percibidos libertarios (que en realidad son los nietos de la dictadura, los hijos del menemismo y los hermanos menores del macrismo), sembraron odio, represión, industricidio, desprecio, hambre, pobreza, deuda, desocupación, negacionismo, homofobia, racismo y misoginia.
 
Se vienen tiempos de derrota sin revancha, porque parece que no fue un gran plan dejar sin remedios a los pacientes oncológicos, vaciar de alimentos los comedores populares, pegarle a los jubilados, estafar con una criptomoneda y afanarle a los discapacitados. ¿Podían esperar otro resultado, los que por primera vez pisaron el conurbano, para decirle al pueblo, en campaña y sin intermediarios, "negros de mierda"? ¿Podían esperar otra cosa los que dijeron que la justicia social era una estafa?
 
Creyeron que la realidad, no era la única verdad y cocinaron su suicidio político, gritando desde aquella infame ficción del 17.000% de inflación, hasta el relato perverso con el que aseguran haber sacado a 12 millones de la pobreza. No podía terminar de otra manera una locura que comenzó exigiendo que más de tres tenían que pedir permiso para juntarse en una esquina. No podía terminar de otra manera aquel grito libertario el día de la asunción que clamaba "Po-li-cía, Po-li-cía".
 
Perdieron en las urnas, la motosierra, el protocolo anti-piquetes, el DNU 70/23, la Ley Ómnibus, la Ley Bases, el Pacto de Mayo y la Patria financiera. Perdió el presidente que eligió como enemigo público número uno, a un pibe autista de 12 años. Perdieron las desregulaciones ridículas y las importaciones suicidas. Perdieron la mesa de dinero del Toto Caputo, la crueldad de Patricia Bullrich, el cinismo de Pettovello, la violencia discursiva de Adorni, el verso de Francos y el afano a cuatro manos de los Menem.
 
Perdió un gobierno diseñado exclusivamente para el gran capital y el mercado. Perdieron Kueider, el pastor que convirtió los pesos en dólares y los hermanitos de la Suizo-Argentina. Perdieron De Loredo, el comisario conspirador y candidato, Tronco, la Avenida del Medio, los premios internacionales de plástico, Roberto Piazza, Fátima y Yuyito.
 
Perdieron los que se reunieron con Astiz y los que soñaron con intervenir la provincia de Buenos Aires. Perdieron Libra y el 3% de la coimera Karina. Perdió el Indec de Lavagna. Perdieron el Pacto de Acasusso, Macri, Ritondo, Santilli y Valenzuela. Perdieron Lilia, Benegas Lynch y la tarotista que no pudo ver la derrota.
 
Perdieron la soberbia de Pareja, los "héroes" del veto a jubilados, los periodistas que van a escuchar ópera a Olivos y los que se saben de memoria los diálogos de "Homo Argentum". Perdieron las redes sociales, las patotas tuiteras, el "pedo buzo", "comprá campeón" y "cárcel o bala". Y perdieron todos los gobernadores que, como Frigerio, hasta hace un ratito, fueron cómplices del desastre presente, acompañando en el Parlamento la construcción de un país irrespirable.
 
Ganó la unidad del peronismo. Ganaron los discapacitados, los expulsados del sistema, los que laburan por sueldos de miseria y la gran pelea de los jubilados. Ganaron la obra pública y la industria nacional. Ganaron el Garrahan, el Bonaparte, el Conicet, el INTA y el INTI. Ganó la Universidad pública. Ganaron los que "cagan en latas y pisan el barro". Le ganó el pueblo a la "gente de bien".
 
La Opinión Popular
 

12-09-2025 / 10:09
Fernando "el Cantor" Cerimedo, dueño de La Derecha Diario y una figura clave en la campaña que hizo presidente a Javier "el Loco" Milei, declaró bajo juramento ante la Justicia que Diego Spagnuolo le había ido contando "en cuotas", durante conversaciones sostenidas a lo largo de 2024, el mismo esquema de sobornos con los medicamentos para discapacitados que, según los ya famosos audios, terminaba en Karina "la Recaudadora" Milei y la Casa Rosada.
 
Cerimedo, consultor de La Libertad Avanza, declaró ante el fiscal Franco Picardi en el marco de la investigación por una red de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Durante su testimonio, confirmó que el exdirector del organismo, Spagnuolo, le había «hablado de hechos de corrupción» y hecho mención «a coimas». Esta declaración es considerada un elemento central para la pesquisa que intenta determinar la existencia de un circuito de sobornos que involucraría a la ANDIS y a la droguería Suizo Argentina SA.
 
En su relato, Cerimedo ratificó el contenido de las denuncias, sosteniendo que Spagnuolo le había comentado sobre posibles irregularidades. Sin embargo, negó de manera rotunda haber sido el autor de las grabaciones que desataron el escándalo. Argumentó que nunca se reunió en el lugar que se escucha de fondo en los audios y cuestionó su presunta motivación para perjudicar al Gobierno libertario, destacando su apoyo público a la administración.
 
Respecto a su vínculo con el exfuncionario, Cerimedo no ocultó que mantuvo una buena relación, la cual fue facilitada por el presidente Milei. Precisó que Spagnuolo solía contarle «cosas de internas y de política» utilizando expresiones similares a las de las polémicas grabaciones. Cerimedo aclaró además que en la conversación filtrada no se hablaba del presidente, sino de la cercanía de Spagnuolo con Milei.
 
Mientras tanto, la defensa de la familia Kovalivker, propietaria de la droguería mencionada, ha solicitado la nulidad de la investigación. Alega que la causa se inició basándose en una grabación obtenida de manera ilícita, lo que constituiría una violación a la intimidad de Spagnuolo.
 
La investigación se encuentra próxima a un momento crucial, con el vencimiento en una semana del secreto de sumario. Esto permitirá a las partes acceder al expediente completo. En este escenario, se evalúa que Spagnuolo podría optar por convertirse en «imputado colaborador», una figura que le permitiría mejorar su situación legal a cambio de aportar datos veraces y relevantes para la causa.
 
La declaración de Cerimedo es una bomba político-judicial. Es el primer testimonio directo ante la justicia federal que confirma no sólo la autenticidad de los audios de Spagnuolo sino su contenido: la existencia de una matriz de corrupción en el corazón del gobierno libertario para cobrar coimas en la compra de medicamentos para los discapacitados.
 
La confirmación en sede judicial del esquema de coimas instrumentado en conjunto con la droguería Suizo Argentina de la familia Kovalivker amenaza así con erigirse en el gran escándalo de corrupción del gobierno anarco capitalista de Milei y sumar otro capítulo negro a la historia de la política ultra derechista argentina.
 
La Opinión Popular
 

11-09-2025 / 16:09
La referente de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, lanzó duras acusaciones contra el prescindente Javier "el Loco" Milei y su hermana la coimera Karina, luego del revés que sufrió el oficialismo en las elecciones legislativas bonaerenses. "La pareja presidencial es una pareja perversa, que disfruta de la crueldad y está movida por la codicia", disparó.
 
Carrió habló el martes en el canal A24, donde aseguró estar "contenta" con la derrota del Gobierno. Criticó al jefe de Estado por sus ataques contra las personas con discapacidad y por haber vetado los aumentos jubilatorios, al tiempo que insistió en denunciar presuntas coimas en las que estaría involucrada la secretaria General de la Presidencia.
 
"La perversidad de este Gobierno no es solo crueldad: es gozar de la crueldad", remarcó. Respecto al resultado electoral, destacó que el peronismo volvió a imponerse en la provincia, aunque relativizó la magnitud del triunfo: "El peronismo sacó los votos que saca siempre".
 
Según sostuvo, la derrota libertaria también respondió a la fragilidad de la alianza con el PRO: "El error fue creer que Juntos por el Cambio era Mauricio Macri. No. El Gobierno perdió porque no cuenta con la UCR ni con la Coalición Cívica".
 
También opinó sobre el panorama interno del peronismo: "Ganaron los intendentes, pero Cristina pierde. El cristinismo está en retroceso". Pese a sus diferencias ideológicas, reconoció a Axel Kicillof como dirigente político.
 
Carrió cargó también contra el estratega Santiago Caputo, a quien responsabilizó por la campaña fallida, y exculpó a Sebastián Pareja, referente bonaerense de La Libertad Avanza. "¿Quién levantó al kirchnerismo en esta campaña? ¿Quién jugó a la polarización?", se preguntó.
 
De cara al futuro inmediato, sostuvo que "no va a pasar nada" tras la victoria peronista en la provincia, pero advirtió: "Hay que equilibrar el poder autoritario. El Gobierno disolvió a sus posibles aliados y está poniendo en riesgo la república".
 
En otro tramo de la entrevista, vinculó a los Milei con un escándalo financiero: "Lo de Libra es una estafa fenomenal. Los Milei son ilegales. Es la Argentina de la ilegalidad".
 
Mirando hacia las elecciones de octubre, la exdiputada planteó que la única salida para preservar la institucionalidad es que la sociedad apoye a una tercera alternativa: "Ellos van a ganar representación, pero hay que votar una opción que modere el parlamento. Tienen que terminar su mandato, pero con límites".
 
Carrió también criticó al frente opositor Provincias Unidas, formado por varios gobernadores, por considerar que sus líderes "se pelean entre todos por sus ambiciones presidenciales".
 
Por último, cuestionó a los responsables de la política económica. Dijo no confiar en el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y calificó a Luis "Toto" Caputo como "un gran trader", aunque lo acusó de desconocer la realidad del país: "Nunca vieron una pyme en su vida y no les importan las pequeñas y medianas empresas".
 
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