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Sociedad e Interés General - 17-03-2020 / 21:03
EFEMÉRIDES POPULARES. EL 18 DE MARZO DE 1962 EL JUSTICIALISMO GANA CATEGÓRICAMENTE LAS ELECCIONES PROVINCIALES

Andrés Framini, un obrero peronista, es electo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires

Andrés Framini, un obrero peronista, es electo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires
El 18 de marzo de 1962, el compañero Andrés Framini gana las elecciones en la Provincia de Buenos Aires con la consigna: ¡Framini-Anglada: Perón a la Rosada!. En la imagen: Framini (de anteojos negros) fue un legendario dirigente obrero peronista. Secretario general de la Asociación Obrera Textil entre 1951-1955 y 1959-1968, en dos oportunidades integró la conducción ejecutiva de la Confederación General del Trabajo.
Un 18 de marzo como hoy, pero del año 1962, el compañero Andrés Framini gana las elecciones en la Provincia de Buenos Aires con la consigna: ¡Framini-Anglada: Perón a la Rosada! y el peronismo se impuso en forma rotunda en todo el país, venciendo en diez de las catorce provincias entonces existentes.

El triunfo de "el Negro" Framini fue la más notoria demostración de que el peronismo seguía siendo mayoría a pesar de que estaba perseguido y proscripto; que su voluntad era inquebrantable y que no estaba dispuesto a presentarse "maquillado" para ser aceptado. Por el contrario, Juan Perón había elegido a un dirigente obrero, un peronista histórico y combativo, para encabezar aquella fórmula.

El día 21, el gobierno de Arturo Frondizi anula la elección. El día 27, Frondizi declara: "no me suicidaré, no renunciaré y no dejaré el país". Dos días después, frente al primer movimiento de tropas renuncia, es arrestado y trasladado a Martín García. El día 30 de marzo asume José María Guido, un títere tras el cual gobiernan los militares gorilas antiperonistas.

 
El decreto 4161 y el origen de la violencia política
Escribe: Blas García



El gobierno de Frondizi, asumido en 1958 con votos peronistas, se caracterizó por la inestabilidad institucional. Sus promesas incumplidas con los sectores populares, su ambivalencia política y su debilidad democrática producto de la ilegal prescripción al peronismo con la cual pudo acceder al poder lo sometieron a sucesivas crisis y a planteos militares.
 
Las constantes huelgas gremiales y de la CGT con que la clase trabajadora respondía al paulatino cercenamiento de sus derechos dieron como resultado la respuesta gubernamental: creciente represión al movimiento peronista.

La movilización militar de los trabajadores en paro y la aplicación del Plan CONINTES (Plan de "Conmoción Interna del Estado") ponía a los manifestantes políticos y sindicales bajo jurisdicción de los tribunales militares.

Llegado el año 1962, que sería el último de su mandato, su ministro del Interior Alfredo Vítolo firmó un documento con los jefes militares garantizando que no se permitiría a Perón volver al país.

Frente al inminente proceso electoral previsto para el 18 de marzo de ese año, había trascendido que la fórmula que el peronismo presentaría en la provincia de Buenos Aires iba a estar integrada por Andrés Framini como gobernador y Juan Perón como vicegobernador.

A fin del mes de enero de 1962, Vítolo anunciaba que el gobierno rechazaría la candidatura de Juan Perón. Paralelamente el Juez Electoral Leopoldo Isaurralde, de abierta filiación frondicista, declaraba que Juan Perón no podía ser candidato por no tener residencia, no estar en el padrón y ser un fugitivo de la justicia.

Para que nada quedara librado al azar, la Iglesia, a través del cardenal Antonio Caggiano, recordaba que la excomunión estaba en vigencia. El 10 de marzo Frondizi pronosticó en conferencia de prensa que "los ciudadanos iban a dar las espaldas a Perón" en las elecciones y acusó al peronismo de impedir la pacificación.


"Framini-Anglada, Perón en la Rosada"

La elección de 1962, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, representaba no sólo la posibilidad de las masas populares peronistas de poder votar por sus propios candidatos en una elección general, a pesar de no poder presentarse con la sigla oficial, sino también el enfrentamiento con el gobierno en el terreno en donde el peronismo se sentía con más fuerza.

Durante las elecciones de 1962 se evidencia que la línea oficial del peronismo escapa a la oferta de captación frondizista y se ubica en una lógica claramente confrontativa, al anuniar Perón la candidatura de un "duro" como Framini.

Durante la campaña se utilizó un provocativo eslogan que anticipaba el retorno del propio Perón al poder: "Framini-Anglada, Perón en la Rosada", y la fórmula Framini-Anglada fue apoyada también por el Partido Socialista Argentino, dirigido en ese momento por Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo, que retiró a tal efecto su propia fórmula a gobernador.

Contra la alquimia y la aritmética gubernamental, el peronismo sorprendió ganando en diez de las catorce provincias entonces existentes, entre ellas las de la Provincia de Buenos Aires en la que Framini fue elegido gobernador, acompañado por Marcos Anglada como vicegobernador. Concurrieron bajo las siglas de la Unión Popular.

El pueblo no había dado la espalda a Perón y, por el contrario, hería de muerte al gobierno de Frondizi. Fue este el hecho político más importante producido por el peronismo desde 1955. El peronismo seguía siendo el problema a resolver para la politica argentina. Al decir de J.W. Cooke: "El hecho maldito del país burgués".

El triunfo de Framini fue la más palmaria demostración de que el peronismo seguía siendo mayoría, que su voluntad era inquebrantable y que no estaba dispuesto a presentarse "maquillado" para ser aceptado. Por el contrario, Perón había elegido a un dirigente obrero, un peronista histórico y duro, para encabezar aquella fórmula.

La evaluación que realizaría J.J. Hernández Arregui sobre las jornadas es: "... la victoria del peronismo resonará en toda América Latina que es el objetivo final de nuestra lucha nacional y antiimperialista...
... el destino de los dos radicalismos (UCRI y UCRP) está sellado. Las masas argentinas jamás volverán a los partidos tradicionales. Tampoco es el momento de la creación de un partido obrero. Extremismos infantiles de este tipo son instigados ocultamente por el propio imperialismo que, en los países oprimidos, les teme mucho más que al comunismo, a los movimientos nacionales de liberación... 

... la Argentina vuelve a integrarse por gravitación de la conciencia nacional de sus diversas clases sociales no ligadas al imperialismo, en un gran movimiento nacional, emancipador y latinoamericano."


La reacción gorila

La decisión de Frondizi de anular las elecciones en las provincias en donde la Unión Popular (la sigla que llevó el peronismo) había vencido dio comienzo a la cuenta regresiva de su mandato. El golpe de Estado se desarrolló en un proceso de diez días. De esta forma quedaba claramente evidenciada la intención de impedir el retorno del peronismo, y de Perón, al poder.

El 23 de marzo, las "62 organizaciones" gremiales peronistas ordenan un paro general, en defensa de la voluntad popular desconocida con la anulación de los comicios.

Las fuerzas armadas reclaman la proscripción del peronismo, un nuevo gabinete y la expulsión del país de Rogelio Frigerio, el político e intelectual más destacado del Desarrollismo, la fuerza política que impulsó originariamente a Frondizi a la presidencia. Aramburu, por su parte, "aconsejaba" la renuncia de Frondizi y el Comandante del Ejército general Raúl Poggi le pedía efectivamente la renuncia.

El día 27, el entonces Presidente declara: "no me suicidaré, no renunciaré y no dejaré el país". Dos días después, frente al movimiento de tropas renuncia, es arrestado en Olivos y trasladado a Martín García.

El día 30 de marzo asume José María Guido, un oscuro legislador de Río Negro, como presidente de la Nación, hasta entonces, presidente del Senado. El gobierno títere de Guido, no es más que una fachada tras la cual gobiernan los militares.

El 24 de abril, el nuevo presidente anula las elecciones ganadas por el peronismo. Framini había anunciado que el 1º de mayo asumiría la gobernación y pese a la anulación concurre acompañado por altos dirigentes a la Casa de Gobierno Provincial, labrando un acta.

El 24 de julio, por un decreto del Poder Ejecutivo, queda prohibido el proselitismo peronista, la exhibición publicitaria de fotografías y marchas. Nuevamente, bajo otro rótulo, reaparece el decreto 4161 con el que la Revolución fusiladora del 55 pretendió desterrar el peronismo de la historia.

Tres décadas después, durante la gobernación de Eduardo Duhalde (1991-1999), una ley provincial estableció la validez del triunfo electoral de Andrés Framini, reconociéndole la condición de ex gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Escribe: Blas García

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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

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