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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 15-03-2020 / 11:03
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Impacto del coronavirus: Toda pandemia es política

Impacto del coronavirus: Toda pandemia es política
La movilización del 24 M y el turismo receptivo pueden discontinuarse. No así el manejo de la economía, los servicios públicos esenciales, las tratativas por la deuda externa. Los bonos tendrán que pagarse o aplazarse o defaultearse cuando venzan sin que el coronavirus intervenga para dilatar vencimientos o enternecer a los acreedores.
La movilización del 24 M y el turismo receptivo pueden discontinuarse. No así el manejo de la economía, los servicios públicos esenciales, las tratativas por la deuda externa. Los bonos tendrán que pagarse o aplazarse o defaultearse cuando venzan sin que el coronavirus intervenga para dilatar vencimientos o enternecer a los acreedores.
 
Los gobernantes de todo el planeta disponen medidas que dan cuenta de la gravedad de la situación. Se cancelan la crema del transporte aéreo internacional, espectáculos artísticos o deportivos, reuniones masivas de cualquier especie. Se cercan ciudades o regiones. Las movidas alteran la cotidianeidad, los consumos culturales o el ocio de la gente común. Se atranca la economía, cae a pique el turismo, el deporte de alta competición tropieza en la volteada. El contorno agobia por recesivo y deprimente.
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es, casi, el único organismo internacional aceptado como referencia y autoridad. El desprestigiado sistema político supranacional confirma su fama previa. Sus referentes callan, nadie los requiere... no existen.
 
Se cierran fronteras, a contrapelo de la tendencia epocal. Los Estados nacionales y sus gobernantes recobran protagonismo, tal vez compelidos, sorprendidos o a disgusto. Dicho con licencia poética, son las unidades de ejecución posibles. Los sistemas sanitarios todavía se vertebran en cada país.
 
Sus mandatarios integran una de las peores camadas de los últimos dos siglos: mayormente derechosos, primitivos, tacticistas, manipuladores, violentos. Muchos de legitimidad volátil en los años recientes. Pero son lo que hay. Resuelven contrarreloj quién sabe si anticipando un agravamiento exponencial o sobreactuando para complacer al pánico ciudadano.
 
En Estados Unidos se ocultó información sensible hasta que el presidente Donald Trump la escupió a su manera: brutal y agresiva. Decisionista también; los popes de la Unión Europea despotrican porque la Casa Blanca desconectó el tráfico aéreo de un saque, sin consultar. Se les podría   no hay acciones coordinadas entre los propios países integrantes de la UE.
 
Después del "lunes negro" se dio por hecho que el precio del petróleo no subiría más, que las acciones bursátiles rodarían cuesta abajo largo tiempo. La malaria se sostuvo pero los indicadores fluctuaron. Nadie suministra predicciones verosímiles ni siquiera a corto plazo.
 
Se ignora si los gobernantes de Rusia y Arabia Saudita recapacitarán, llegarán a un acuerdo o terminarán a las piñas en una esquina. La magnitud de la recesión mundial, las clausuras de fronteras, la perduración de las trabas al transporte aéreo... todas incógnitas. Se desconoce si en mayo Wall Street seguirá siendo el centro de las Bolsas mundiales o un potrero lleno de ovejas pastoreadas por homeless. Exageramos un poco, de momento.
 
Reclamarle a la Argentina un plan de crecimiento era discutible hace dos meses porque primero había que definir el volumen y los vencimientos de la deuda externa... etcétera. Ahora es un delirio, ningún país tiene una estrategia creíble. Pura táctica, con horizontes semanales en el mejor de los supuestos.

 
Lo que sigue rodando: En nuestras pampas se suspenden partidos de fútbol o se juegan sin público local. Se interrumpe la comunicación aérea con buena parte del centro del mundo. La Feria del Libro quedará para mejor oportunidad. La Marcha del 24 de marzo se suspende. Las restricciones, más allá de detalles opinables, se inscriben dentro de la lógica preventiva. Evitar aglomeraciones, focos potenciales de contagio aunque tratando de mantener un piso de normalidad en el día a día.
 
Toda aseveración es precaria. Mutaciones de escenario o del virus pueden desbaratarla en horas. Al cierre de este artículo, impresiona pensar las consecuencias de hipotéticas suspensiones de las clases. No solo por poder resultar contraproducente respecto del contagio, como explicó el ministro de Salud Ginés González García.
 
También porque el sistema educativo articula con la organización de las familias, con la dinámica de trabajo de jefas y jefes de hogar, con la alimentación de millones de criaturas. Sin escuela, cesando abruptamente esas rutinas y contenciones, los efectos se propagarían desde la vida doméstica hasta la producción, pasando por la nutrición de los pibes, solo para empezar.
 
El ejemplo ilustra: quien conduce el Estado debe hacerse cargo de la complejidad de las resoluciones todo el tiempo.
 
Diplomáticos argentinos quedan anclaos en Europa o Estados Unidos. Algún cachafaz macrista que se atornilló a su sillón en cualquier embajada seguirá medrando. Otros, como Sergio Chodos, director para el Cono Sur del Fondo Monetario Internacional (FMI), proyectaba retornar para intercambiar información con colegas de Economía y otros ministerios. Deberá activar el Skype.
 
El presidente Alberto Fernández pudo hacer la gira europea semanas atrás... ahora le sería imposible. El road show del ministro de Economía Martín Guzmán es impracticable. Conversaciones a distancia, presentación de la oferta, asambleas con los bonistas-acreedores en formatos fríos cuyo exclusivo encanto es ser factible.
 
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Mensajes y gritos: Mirando puertas adentro: es peliaguda la articulación de políticas en un sistema federal, minoritario en la experiencia comparada. Agregan complejidad la coexistencia de sistema de salud público, con las Obras Sociales, las prepagas y el PAMI que gravita lo suyo.
 
En esa maraña dificultosa, reconfortó el desempeño de funcionarios nacionales, porteños y especialistas en infectología. Trabajaron sincronizados, unificaron discurso, se prodigaron respeto mutuo, se esmeraron para lograr inteligibilidad e irradiar calma sin subestimar la inteligencia de la gente.
 
El discurso del presidente armonizó con dicha melodía coral; conciso, concreto, sin espamentos ni personalismo. Fernández acertó al escoger un formato sobrio, centrado en un tema y no el reportaje universalista, onda salpicón. Género adictivo para él y su equipo que los lleva a incurrir en variadas gaffes.
 
La furia y los gritos provinieron del periodismo in the pendiente. Comunicadores sacados, sin información en qué basarse, empecinados en meter miedo o cizaña. Maltrataron a científicos prestigiosos a quienes en otros trances ensalzan o endiosan. Como ocurrió con Juan Carr cuando se sumó a la campaña oficial contra el hambre, salvando distancias (no tremendas).
 
Sería prematuro aventurar resultados pero en gestualidad, las administraciones de distintos signos partidarios y los profesionales de mejor reputación dieron ejemplo. Uno hasta llegó a pensar en las famosas "políticas de Estado" que se alaban en teoría y se descalifican cuando se las tiene delante de las narices.
 
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Urgencia y necesidad: La vida continúa, la sociedad civil y el gobierno precisan que la inflación aminore y se revierta la caída de la economía. El índice de precios al consumidor de febrero y la persistencia del alza de los alimentos preocupan al oficialismo. La pertinente comparación con la catástrofe macrista no alcanza. Cada vez es más preciso que el Estado incida, persuada o imponga reglas a los formadores de precios.
 
En cuanto a la actividad, se insinúa una discusión en voz baja dentro de las filas oficiales. Aparecen, en buena hora, quienes creen que debe gastarse más y mejor, en particular en actividades mano de obra intensivas, dinamizadoras. Arquetípicamente la obra pública.
 
Una cultura exótica para el peronismo cunde en las filas oficiales: "no se puede gastar". En varias carteras, anche en Economía, se corrige: hay que gastar más, en pesos desde ya porque los dólares escasean y son para amarrocar. El plan Argentina Hace presentado por el ministro Gabriel Katopodis emitió una señal positiva, acaso de porte menor al necesario.
 
"Trabajamos con el Presupuesto 2019, por motivos válidos. Pero nace desvalorizado por el 54 por ciento de inflación. En verdad, ejecutarlo es, por definición, sub ejecutar respecto de las necesidades y aún de lo disponible" explica un joven Guzmán-boy, valga la redundancia.
 
La crisis empuja a mayor recesión pero también a un reverdecimiento del protagonismo estatal. Jamás llegará un revival del mercado internismo de los 60 o los 70 pero sí se vivirá más fronteras adentro, quiérase o no.
 
El equilibrio inicial imaginado por Guzmán entre medidas heterodoxas y prudencia fiscal entra en estado de asamblea. El mundo cambió, ya nada será igual.
 
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Lo urgente es importante: La distinción entre lo urgente y lo importante siempre pecó de pavota, al menos en un aspecto: lo urgente es siempre importante. Tanto que a veces se hace imposible apartarse (ni un cachito así). En estas horas, conseguir que un puñado de personas internalice que debe lavarse las manos varias veces al día urge más que especular sobre las crisis del capitalismo financiero en el siglo XXI. Tales disquisiciones quedan fuera del radar de la opinión pública aunque podrían ser el huevo de la serpiente. Hubo tres crisis financieras globales tremebundas desde el año 2000, dos desvinculadas de cualquier enfermedad o virus... queda para barajarlo en otro momento si uno no quiere quedarse hablando solo. Como mucho se le pueden dedicar cuatro líneas de esta nota y volver al núcleo. Ya se hizo.
 
De cualquier manera el Gobierno, así cometiera el error de quererlo, no puede transformar la agenda prioritaria en única. Señalemos lo obvio y luego vayamos por más. El viernes que viene, tercero del mes, deben depositarse los haberes de la tarjeta alimentaria. Una semana después, las jubilaciones y sueldos de estatales. Aunque se intime a muchas personas para que se recluyan hay otras que necesitan laburar más o volver a hacerlo. La gente común se agita o asusta por el coronavirus sin privarse de ir al supermercado y comer todos los días.
 
Para la sociedad tanto como para el Gobierno siempre es tiempo de todo, aunque la peste ocupe el centro de la escena. Con la democracia se debe curar, desde ya. El corona virus, el sarampión, el dengue, emergencias. Tanto como comer, educar, mantener viva la economía. En su medida y armoniosamente, captando las restricciones aunque sin permitirse respiro ni licencias. La deuda externa sigue su devenir, la deuda interna tiene que ser honrada a diario.
 
Por Mario Wainfeld
 
Fuente: pagina12.com.ar
 

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24-10-2025 / 07:10
Donald Trump, JP Morgan y el FMI apuntalan un modelo anarco capitalista que se derrumba. Con el dólar contenido artificialmente y un salto en el endeudamiento, el gobierno de Javier "el Loco" Milei llega arrastrándose a las elecciones legislativas. El capital extranjero y el gran empresariado local preparan una nueva ofensiva contra los trabajadores. La confusión es mayúscula; la desconfianza, también. Solo el voto al peronismo puede enfrentar este proyecto de saqueo y entrega.
 
A solo días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, el nuevo informe de Trespuntozero marca una tendencia clara de recuperación del voto peronista, en contraste con el estancamiento del oficialismo libertario. Según los datos, Fuerza Patria (FP) alcanza el 46,2 por ciento de intención de voto nacional, frente a un 40 por ciento de La Libertad Avanza (LLA). Milei llega al 26 de octubre sostenido solo por los yanquis.
 
El sondeo, realizado en seis provincias clave (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Tucumán) más un muestreo nacional complementario, deja ver que la gestión de Javier Milei acumula un 54 por ciento de imagen negativa y apenas un 42 por ciento positiva, con caídas en casi todos los distritos principales
 
En la provincia de Buenos Aires, Jorge Taiana (FP) se consolida con el 47,1 por ciento, superando a Diego Santilli (LLA), que apenas llega al 38,7 por ciento. En Santa Fe, la candidata peronista Caren Tepp achicó la distancia con el libertario Agustín Pellegrini, situándose en un 32 por ciento frente al 34,6 por ciento, en un distrito históricamente adverso para el PJ
 
Para la Casa Rosada, Córdoba es otra vez la madre de todas las batallas. Si ganan la provincia mediterránea pueden evitar el papelón de presentarse como la fuerza que representa la iniciativa privada y perder en el corazón productivo del país real (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe).

El estudio también revela un dato clave: el 73,3 por ciento del electorado afirma tener "muchas ganas" de ir a votar, lo que podría favorecer a los espacios opositores tras un año de malestar social y ajuste económico. "El 50 por ciento de los argentinos llega a fin de mes usando ahorros o endeudándose", advirtió Raúl Timerman, quien señaló que la pérdida del poder adquisitivo es el principal motor del voto castigo.

La encuesta expone un creciente desencanto con el modelo económico libertario, que se refleja tanto en los indicadores de gestión como en la caída de intención de voto en Córdoba, Mendoza y Tucumán. En palabras de Timerman, "la adhesión al peronismo aumentó discretamente, la de LLA se estancó y lo que se redujo fue el universo de indecisos".

Los datos consolidan una tendencia que preocupa al desquiciado Milei en la recta final: la elección se nacionalizó alrededor del malestar económico, y los números muestran que su narrativa de recuperación pierde fuerza frente al voto opositor. Es horrible todo lo que está pasando y se huele el miedo en el oficialismo. El caos consume a un gobierno sin plan y sin cabeza. El Presidente no conduce. Nadie conduce. La anarquía, de novedad virtuosa pasó a virus letal. 

La Opinión Popular
 

23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
La Opinión Popular
 

22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

21-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump hizo un demoledor diagnóstico sobre la desatrosa situación económica en la Argentina para justificar el "rescate" al gobierno anarco capitalista de Javier "el Cipayo" Milei, un tema que le está generando muchas críticas internas. "No tienen nada, están muriendo", afirmó el presidente. Con ese análisis, el swap no alcanzó, caen las acciones y el dólar quedó a 1% de la banda.
 
Cuestionado por una periodista por la posibilidad de que EEUU compre carne argentina, una medida que perjudicaría a los productores estadounidenses como ya pasó con la soja, Trump se ofuscó y respondió: "Señorita usted no sabe nada de esto, Argentina está luchando por su vida". "Están luchando por su vida. A Argentina no los beneficia en nada. ¿Entiendes lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro por sobrevivir, están muriendo", justificó Trump. Lo dijo a pesar de que no se vean cadáveres en las calles.
 
Trump dijo que intentará ayudar a la Argentina a "sobrevivir en un mundo libre" porque le "gusta" el presidente Milei. "Creo que está intentando hacerlo lo mejor que puede, pero no hagas que parezca que lo están pasando bien, están muriendo. Están muriendo", lanzó. Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el presidente de EEUU intenta ayudar al chupamedia Milei, pero lo termina hundiendo.
 
El martes pasado, durante la reunión en la Casa Blanca, le reiteró el apoyo, pero advirtió que está atado al resultado de las elecciones del 26 de octubre. "Si pierde, no seremos generosos con la Argentina", dijo Trump generando un desplome en los mercados. El gobierno de Milei tuvo que salir a aclarar por todos lados que se refería a las elecciones de 2027, pero Trump reiteró en sus redes que se refería a las de medio término. Días después, Milei se enojó con un periodista que le preguntó sobre esa frase y enojado respondió que fue malinterpretada por el Grupo Clarín.
 
Las palabras del mandatario yanqui obligaron a una rápida reacción oficial. El vocero presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, buscó relativizar el impacto y pidió "entender el contexto". Sin embargo, terminó admitiendo que "claramente no somos un país al que le vaya bien", al enumerar inflación mensual del 2%, riesgo país en torno a los 1.000 puntos y un clima electoral enrarecido.
 
El Banco Central (BCRA) firmó el acuerdo de swap con EE. UU. por U$S 20.000 millones. A pesar del anuncio, el riesgo país se ubicó por encima de los 1000 puntos, los ADRs de empresas argentinas cayeron hasta 5% y el dólar cerró en $1495. Otro anuncio de la Secretaría de Finanzas, de toma de deuda con el JP Morgan, hizo revertir algo la caída de bonos. No alcanzó con el Tesoro, se suman los "bancos internacionales amigos" al saqueo y la rapiña.
 
Mientras Trump describió a la Argentina como un país "sin dinero" y "peleando por sobrevivir", la respuesta libertaria se redujo a relativizar el golpe y aceptar, a medias, el diagnóstico externo. Como sea, el mercado parece ya no creer en las promesas de ayuda de Trump y espera hechos concretos. Ni siquiera las intervenciones de Scott Bessent comprando pesos han logrado frenar la volatilidad del dólar.
 
La Opinión Popular
 

20-10-2025 / 10:10
La relación entre José Luis Espert y Fred Machado, el acusado por narcotráfico que financió su campaña presidencial en 2019, sigue complicando a La Libertad Avanza, aunque el economista, al que todavía defiende Javier "Cipayo" Milei, ya no encabeza la lista libertaria oficialista. En el último reportaje que otorgó el día que se confirmó su extradición a los Estados Unidos, se reveló el mensaje que Machado le pasó al Gobierno. Soltó una bomba que hizo temblar a más de uno en La Rosada.
 
En una entrevista de ocho horas con la periodista Caro Fernández, de Splendid AM 990, lanzó una advertencia que suena a ultimátum: "Si hablo, se cae el país". Con la extradición a Estados Unidos autorizada por la Corte Suprema, Machado no se guardó nada y apuntó directo al corazón del poder libertario, salpicando a figuras como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Alberto Weretilneck con acusaciones que, de probarse, podrían destruir al Gobierno de Javier Milei.
 
El empresario, con un tono que mezcla bronca y desesperación, mandó un mensaje filoso a Santiago Caputo, estratega clave de Milei: "A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana". La respuesta fue: "Mensaje recibido". ¿Qué sabe Machado que pone tan nervioso al entorno presidencial?
 
Con Espert, su exaliado, no fue menos duro. Financió su campaña en 2019, pero ahora lo acusa de darle la espalda. "Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?", dijo, recordando una advertencia que le hizo en marzo de 2021 sobre los riesgos que corrían. "Le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó", disparó con amargura.
 
Las acusaciones también alcanzaron a Patricia Bullrich. Según Machado, habría una triangulación de fondos para su campaña presidencial de 2023, con más de 3 millones de pesos movidos a través de una empresa de la familia Bada Vázquez, de los cuales al menos 215.000 pesos habrían ido a parar a su campaña.
 
Sobre Weretilneck, señaló un supuesto entramado de negocios en Río Negro, con permisos de explotación de arenas silíceas otorgados a Claudio Cicarelli, presunto testaferro del gobernador.
 
En un intento por limpiar su nombre, Machado insistió: "Es una cuestión de plata, no de droga". Sin embargo, la noticia de su extradición lo desmoronó. Entre el ladrido de sus perros y la tensión del momento, suplicó a Fernández: "No me dejes solo". Horas después, un operativo policial lo trasladó para enfrentar su destino en Estados Unidos.
 
La Opinión Popular
 

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