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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 14-02-2020 / 09:02
PANORAMA EMPRESARIO SEMANAL

El establishment, entre la certeza del desastre y la tentación del rebote

El establishment, entre la certeza del desastre y la tentación del rebote
Con 60 de los 100 días de gracia de todo mandatario ya trascurridos, el grueso del empresariado aguarda confirmar sus prejuicios pesimistas. En muchos casos vienen teñidos por un repudio ideológico que no coincide necesariamente con sus intereses sectoriales, pero no es la primera vez que pasa.
El ciclo de endeudamiento macrista fue tan vertiginoso que en Economía ni siquiera terminaron de identificar a los grupos de acreedores que se proponen tentar con algo muy difícil de explicar para cualquier administrador de portafolios: una quita sensible sin que haya mediado una cesación de pagos.
 
En la intimidad del hogar, Sergio Massa se enteró de un episodio que ilustra el grado de irresponsabilidad del proceso neoliberal: AySA, que ahora preside su esposa Malena Galmarini, debe afrontar en enero de 2023 el vencimiento de obligaciones negociables por USD500 millones. El monto equivale a la facturación de todo un año de la empresa pública de potabilización y saneamiento.
 
¿Qué pensaba en 2018 el entonces jefe de AySA, José Luis Inglese? ¿Que la tarifa del agua iba a subir tanto que permitiría el pago de esos 500 millones de dólares en cinco años, y además el 6,625% anual de intereses? ¿Que el peso se iba a revaluar tanto por la lluvia de inversiones que para 2023 esos 500 millones serían una ganga?
 
¿Qué proyectaban el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, y el subsecretario de Recursos Hídricos. Pablo Bereciartúa, que viajaron a Europa para esa colocación de deuda? ¿Y el Citigroup, el Deutsche, el HSBC y Crédit Agricole, que tramitaron la operación?
 
La única lógica que explicaría ese "no future" financiero -un hiper capitalismo punk sin mañana- es que dieran por hecho que no deberían afrontar ellos esas obligaciones.
 
En Aerolíneas Argentinas lo repite ante quien quiera oírlo su nuevo presidente, Pablo Ceriani: la administración de los últimos años solo se asemeja a las de las compañías aéreas que están a punto de cerrar.
 
La deuda se disparó, la flota dejó de crecer y por primera vez el pasivo en millas "pendientes de canje" superó el de boletos ya emitidos y no usados. Hay un banco de capital nacional que accedió a una inusitada cantidad de esas millas a precios muy promocionales. ¿Será legal?
 

 
De a poco, mientras se despereza de unas vacaciones que la mayoría eligió estirar lo más posible este año, el establishment empieza a preguntarse si hay alguna chance al menos remota de que el plan de Alberto Fernández funcione.
 
Los jefes de las cámaras patronales evitan la confrontación, sonríen para las fotos y hasta en ciertos casos abrigan esperanzas genuinas, pero saben que sus representados no solo votaron masivamente por Mauricio Macri en octubre sino que además, en general, piensan lo mismo que él: que la severa crisis que azota al país no es su responsabilidad y que empeorará antes que mejorar.
 
Lo mostraron nítidamente las primeras mediciones de confianza en el gobierno y de imagen del Presidente, como las que hacen las universidades Di Tella y San Andrés. Todas repuntaron sensiblemente frente al momento del desbande macrista, pero permanecen muy -hasta 20 puntos- por debajo del arranque de aquella gestión, cuatro años atrás. Y a medida que se sube en la pirámide social, esa percepción empeora sensiblemente.
 
Con 60 de los 100 días de gracia de todo mandatario ya trascurridos, el grueso del empresariado aguarda confirmar sus prejuicios pesimistas. En muchos casos vienen teñidos por un repudio ideológico que no coincide necesariamente con sus intereses sectoriales, pero no es la primera vez que pasa.
 
Lo expresó de modo franco el CEO de Fiat, Cristiano Rattazzi, acaso porque su condición de fiscal de mesa de Juntos por el Cambio le impide -como a Marcos Galperín- disimular. Al salir de la presentación de Martín Guzmán en el Congreso, dijo que no había escuchado nada que le indicara la existencia de un plan económico.
 
En el camino de regreso al Palacio de Hacienda, varios funcionarios se preguntaron por qué lo habría invitado Sergio Massa. "Invitamos a la UIA y la UIA mandó a los directivos que quiso", se excusaron cerca suyo.
 
 
Seducidos y abandonados
  
Un industrial miembro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), entusiasta en aquellos albores macristas de 2016 pero tempranamente desencantado, le mandó un mensaje por whatsapp a Federico Sturzenegger.
 
Fue el 8 de diciembre, cuando Carlos Raymundo Roberts publicó en el diario La Nación una deliciosa crónica del despoder donde casi todos los ministros salientes se permitieron ventilar sus recelos y rencores mutuos. La nota se titulaba El gabinete de Macri, surcado por errores, estrés, angustias y una solidaridad que no alcanzó y daba cuenta de la depresión de muchos exfuncionarios como el primer jefe del Central que tuvo Cambiemos.
 
"De haber escuchado lo que te dije hace cuatro años, podrías caminar erguido por la calle y los cientos de empleados que tuve que echar todavía tendrían sus trabajos", le espetó el empresario a Sturzenegger. El ex banquero central se defendió, aunque sin reivindicar a su antiguo jefe. Citó variables que a su juicio estaban bien hasta fines de 2017, se diferenció del rumbo económico de los últimos dos años y terminó por excusarse. "Después del 28-D perdí margen de acción", tipeó.
 
El autor del reproche cree que la renegociación de la deuda terminará bien y que Martín Guzmán exagera las penurias que atraviesa el país para obtener de los acreedores una quita mayor.
 
Sus clientes le transmiten que la demanda empezó a reactivarse, al punto tal que encargó máquinas nuevas que demoran en llegar de China por el brote de coronavirus. Es parecido a lo que les ocurre a las fábricas que producen electrodomésticos en Tierra del Fuego. Una de ellas incrementó el ritmo de sus cadenas de ensamblado por los pedidos de las cadenas comerciales que quieren tener más artefactos exhibidos cuando se recupere algo el poder adquistivo de los salarios.
 
Por ahora, en los contados casos donde la economía real reacciona se apoya solamente en esas tímidas expectativas de repunte. Como las de una multinacional alimentaria que el año pasado debió pedirle a su casa matriz europea que le inyecte más de 100 millones de euros para cubrir sus pérdidas, el equivalente a las ganancias que había girado en los tres años previos.
 
¿La razón? Otra vez, el desplome de la demanda. El consumo de yogur, uno de sus productos, bajó de 13 a 7 kilos por año por habitante promedio durante la gestión de Macri. En 2020, la matriz se conforma con dejar de perder dinero.
 
 
Las negras también juegan
  
En la Rosada parecen conformarse con el escenario que siempre le quedó más cómodo al peronismo: que la disputa se desarrolle al interior del Gobierno. La estatización del conflicto, incluso aunque parte de ese conflicto transcurra en palacio y otra parte en las calles, no le resulta problemática a Fernández. Ni siquiera si su vice sale al cruce del vocero del Fondo Monetario por Twitter mientras él procura un acercamiento y con una misión del FMI recién llegada a Buenos Aires.
 
Una a favor del Frente de Todos es que la oposición no parece encolumnada detrás una única candidatura o proyecto alternativo. El lujoso autoexilio part-time que Macri se agenció en Suiza gracias a sus vínculos con Gianni Infantino despejó el terreno para que en el PRO empiecen a disputarse sordamente su herencia dos campamentos: el de Patricia Bullrich y el de Horacio Rodríguez Larreta.
 
Los larretistas perciben su propia proyección nacional atada a la suerte de Fernández. Si el Gobierno encamina la situación, especulan, 2023 exigirá un liderazgo opositor moderado, razonable, crítico pero no incendiario. Si la economía se desmadra, en cambio, entrevén más aire para una "bolsonarización" de la derecha criolla. Es a lo que apuesta el propio Macri, creen cerca de María Eugenia Vidal, quien jamás se llevó bien con Bullrich y quien no descarta volver a la política después de un 2020 entre el descanso y el planeta ONG.
 
Lo que impacienta al kirchnerismo, en ese contexto, es lo mismo que le habían empezado a reprochar al Presidente algunos de sus incondicionales antes de la decisión de Guzmán reperfilar el AF20. Si el pesimismo de los empresarios es un problema para la recuperación de la economía real, el exagerado optimismo de los acreedores era un obstáculo para la quita que aspira a lograr el Ejecutivo.
 
Ahora, sablazo y caída de las cotizaciones mediante y después de los escarceos entre Cristina y el Fondo, el clima se tensó. ¿Alcanzará?
 
Al pesimismo, en todo caso, puede combatírselo con hechos o con expectativas. Si lo primero resulta todavía esquivo, bien vale apelar a lo segundo. Tal vez por eso Fernández se tomó el tiempo de responderle personalmente a una tuitera que ayer le reclamó un saludo por su cumpleaños. Se presentaba como "ministra de Optimismo". "Seguí administrando optimismo qué hay muchos que riegan al pesimismo", la arengó el mandatario.
 
Por Alejandro Bercovich
 
Fuente: BAE Negocios
 

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23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
La Opinión Popular
 

22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

21-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump hizo un demoledor diagnóstico sobre la desatrosa situación económica en la Argentina para justificar el "rescate" al gobierno anarco capitalista de Javier "el Cipayo" Milei, un tema que le está generando muchas críticas internas. "No tienen nada, están muriendo", afirmó el presidente. Con ese análisis, el swap no alcanzó, caen las acciones y el dólar quedó a 1% de la banda.
 
Cuestionado por una periodista por la posibilidad de que EEUU compre carne argentina, una medida que perjudicaría a los productores estadounidenses como ya pasó con la soja, Trump se ofuscó y respondió: "Señorita usted no sabe nada de esto, Argentina está luchando por su vida". "Están luchando por su vida. A Argentina no los beneficia en nada. ¿Entiendes lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro por sobrevivir, están muriendo", justificó Trump. Lo dijo a pesar de que no se vean cadáveres en las calles.
 
Trump dijo que intentará ayudar a la Argentina a "sobrevivir en un mundo libre" porque le "gusta" el presidente Milei. "Creo que está intentando hacerlo lo mejor que puede, pero no hagas que parezca que lo están pasando bien, están muriendo. Están muriendo", lanzó. Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el presidente de EEUU intenta ayudar al chupamedia Milei, pero lo termina hundiendo.
 
El martes pasado, durante la reunión en la Casa Blanca, le reiteró el apoyo, pero advirtió que está atado al resultado de las elecciones del 26 de octubre. "Si pierde, no seremos generosos con la Argentina", dijo Trump generando un desplome en los mercados. El gobierno de Milei tuvo que salir a aclarar por todos lados que se refería a las elecciones de 2027, pero Trump reiteró en sus redes que se refería a las de medio término. Días después, Milei se enojó con un periodista que le preguntó sobre esa frase y enojado respondió que fue malinterpretada por el Grupo Clarín.
 
Las palabras del mandatario yanqui obligaron a una rápida reacción oficial. El vocero presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, buscó relativizar el impacto y pidió "entender el contexto". Sin embargo, terminó admitiendo que "claramente no somos un país al que le vaya bien", al enumerar inflación mensual del 2%, riesgo país en torno a los 1.000 puntos y un clima electoral enrarecido.
 
El Banco Central (BCRA) firmó el acuerdo de swap con EE. UU. por U$S 20.000 millones. A pesar del anuncio, el riesgo país se ubicó por encima de los 1000 puntos, los ADRs de empresas argentinas cayeron hasta 5% y el dólar cerró en $1495. Otro anuncio de la Secretaría de Finanzas, de toma de deuda con el JP Morgan, hizo revertir algo la caída de bonos. No alcanzó con el Tesoro, se suman los "bancos internacionales amigos" al saqueo y la rapiña.
 
Mientras Trump describió a la Argentina como un país "sin dinero" y "peleando por sobrevivir", la respuesta libertaria se redujo a relativizar el golpe y aceptar, a medias, el diagnóstico externo. Como sea, el mercado parece ya no creer en las promesas de ayuda de Trump y espera hechos concretos. Ni siquiera las intervenciones de Scott Bessent comprando pesos han logrado frenar la volatilidad del dólar.
 
La Opinión Popular
 

20-10-2025 / 10:10
La relación entre José Luis Espert y Fred Machado, el acusado por narcotráfico que financió su campaña presidencial en 2019, sigue complicando a La Libertad Avanza, aunque el economista, al que todavía defiende Javier "Cipayo" Milei, ya no encabeza la lista libertaria oficialista. En el último reportaje que otorgó el día que se confirmó su extradición a los Estados Unidos, se reveló el mensaje que Machado le pasó al Gobierno. Soltó una bomba que hizo temblar a más de uno en La Rosada.
 
En una entrevista de ocho horas con la periodista Caro Fernández, de Splendid AM 990, lanzó una advertencia que suena a ultimátum: "Si hablo, se cae el país". Con la extradición a Estados Unidos autorizada por la Corte Suprema, Machado no se guardó nada y apuntó directo al corazón del poder libertario, salpicando a figuras como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Alberto Weretilneck con acusaciones que, de probarse, podrían destruir al Gobierno de Javier Milei.
 
El empresario, con un tono que mezcla bronca y desesperación, mandó un mensaje filoso a Santiago Caputo, estratega clave de Milei: "A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana". La respuesta fue: "Mensaje recibido". ¿Qué sabe Machado que pone tan nervioso al entorno presidencial?
 
Con Espert, su exaliado, no fue menos duro. Financió su campaña en 2019, pero ahora lo acusa de darle la espalda. "Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?", dijo, recordando una advertencia que le hizo en marzo de 2021 sobre los riesgos que corrían. "Le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó", disparó con amargura.
 
Las acusaciones también alcanzaron a Patricia Bullrich. Según Machado, habría una triangulación de fondos para su campaña presidencial de 2023, con más de 3 millones de pesos movidos a través de una empresa de la familia Bada Vázquez, de los cuales al menos 215.000 pesos habrían ido a parar a su campaña.
 
Sobre Weretilneck, señaló un supuesto entramado de negocios en Río Negro, con permisos de explotación de arenas silíceas otorgados a Claudio Cicarelli, presunto testaferro del gobernador.
 
En un intento por limpiar su nombre, Machado insistió: "Es una cuestión de plata, no de droga". Sin embargo, la noticia de su extradición lo desmoronó. Entre el ladrido de sus perros y la tensión del momento, suplicó a Fernández: "No me dejes solo". Horas después, un operativo policial lo trasladó para enfrentar su destino en Estados Unidos.
 
La Opinión Popular
 

19-10-2025 / 08:10
Entre el colapso económico, la pérdida de relato y el avance de sus propios aliados, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el tramo final de la campaña convertido en símbolo de su propio fracaso: un presidente sin respuestas, cercado por la realidad y por quienes financiaron su ascenso. El plan "llegar" se quedó sin nafta cuando todavía falta una semana para alcanzar la meta. La impotencia es la tónica en la recta final antes de unas elecciones que se convirtieron en un delicado plebiscito sobre el futuro del gobierno y del país.
 
El proyanqui Milei volvió de Washington DC con una hoja que dice "amigo" y el fibrón que usó Donald Trump para estampar esa dedicatoria. A su regreso dio dos entrevistas en las que se peleó con sus interlocutores (le dijo "marxista" a Eduardo Feinmann y a Esteban Trebucq que le hacía el "caldo gordo a los psicópatas kirchneristas") y confesó que no tiene una solución para los problemas de los argentinos.
 
- El ochenta por ciento apenas si puede llegar a fin de mes y el sesenta por ciento, setenta, llega al día veinte. Les falta dinero en el bolsillo.
- ¿Qué quiere? ¿Que lo emita?
- No, yo no...
- A ver, entonces, emitiendo no se arregla. ¿Cómo quiere que lo arregle? Vamos, dígame. ¿Cómo le pongo plata a la gente?
- El economista es usted.
- No, bueno, pero digo o sea, a ver, digamos.
 
Un día más tarde insistió:
 
- ¿Y la gente que no puede esperar, presidente?
- A ver. A ver, pero, de vuelta. Te hago una pregunta, no puede esperar, a ver, ¿cómo lo resolvemos?
- Es que yo no lo sé.
- No, bueno, entonces.
- Sólo le pregunto.
- No, bueno, pero si vas a hacer el punto, digamos, a ver, empecemos a discutir cómo se resuelve.
 
Para Milei la escasez y la mala calidad de vida de millones de personas es en todo caso un problema intelectual, teórico, en el que no tiene demasiado interés. Dos años después de asumir le sugiere a su interlocutor (no un funcionario, no un asesor, ni siquiera un consultor sino un periodista en el contexto de una entrevista televisiva en vivo) que empiece la discusión.
 
Decir que no le quita el sueño sería una exageración: ni siquiera lo considera un problema, algo que deba resolver. La economía se encargará de hacerlo, cuando deje de existir el riesgo kuka. Suena estúpido, pero es exactamente el argumento presidencial, palabra por palabra.
 
Para la mayoría de los argentinos se trata en cambio de una cuestión muy concreta, a veces de vida o muerte. Este miércoles, en Congreso, en la marcha semanal por el reclamo de una mejora en las jubilaciones, una pareja daba su testimonio a las cámaras de televisión.
 
Él está atravesando un tratamiento contra el cáncer, le sacaron la cobertura de los remedios para aliviar los dolores y los vómitos cuando le hacen quimioterapia. En el hospital sólo le entregan la mitad. Desde los estudios, la cronista sugiere que den un "alias" bancario para recibir transferencias de gente que pueda ayudarlos. No tienen teléfono: tuvieron que venderlo para comprar medicinas. Milei no tiene una respuesta para ellos ni va a tenerla. 
 

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