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El clima en Paraná

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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 19-01-2020 / 11:01
HAY QUE SALIR DEL INFIERNO QUE DEJÓ EL MACRISMO

De Trump al FMI: Un mundo hostil a la Argentina de Alberto Fernández

De Trump al FMI: Un mundo hostil a la Argentina de Alberto Fernández
La Argentina pide tiempo para cumplir con el FMI, oferta un calendario sensato para evitar una nueva catástrofe. Unos años de oxígeno pueden operar un nuevo modelo de relación entre el Fondo y los estados deudores. En un lugar del horizonte podría insinuarse una salida interesante, en la que el sacrificio de los argentinos seguirá siendo clave.
En el siglo XX se firmaron, como jamás antes, tratados internacionales que limitan la violencia entre Estados, regulan el trato a prisioneros de guerra, refugiados y migrantes, prohíben la tortura y cien etcéteras. Rigen hoy en día, se amplían regularmente. Centenares de naciones adhieren, se celebran reuniones para ratificar principios universales.
 
Sin embargo el presidente de la mayor potencia del planeta --promotora y signataria de muchas de esas normas, sede física de organismos internacionales-- manda asesinar a un general de otro país. Sin que medie guerra declarada, sin cumplir las (de por sí laxas) leyes de su país. Los propios funcionarios de Donald Trump no alcanzan a justificar, ni siquiera a explicar, la movida. Los opositores la critican con ineficaz dureza.
 
El magnicidio es presenciado impávidamente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU): el poder expuesto en carne viva. Suena cándido o sarcástico preguntarse qué habría pasado si el mandatario homicida fuera iraní, argentino o hasta belga.
 
El orden global siempre fue asimétrico, tendencia que se agrava en la era de la globalización financiera y la primacía de líderes de derecha, racistas, violentos, xenófobos, machistas. Hiper tácticos, predispuestos a adoptar decisiones tremendas mientras tuitean. A toda velocidad, a pura ligereza.
 
Cuando asumieron Trump y su colega brasileño Jair Bolsonaro algunos expertos predijeron que poderes establecidos de sus patrias les demarcarían límites. Las Agencias de Estados Unidos, su élite económica, el Departamento de Estado, allá en el Norte que manda.
 
Acá cerca, Itamaraty, la célebre y profesional Cancillería de Brasil que, se supone, ensilló a la dictadura militar o limó diferencias entre presidentes tan disímiles como José Sarney, Fernando Henrique Cardoso y Lula da Silva.
 
Esos frenos y balances fracasaron, no actuaron, entraron en el pasado. Las mesas chicas de los presidentes del siglo XXI resultan ser minúsculas, a veces se superponen con la reunión familiar. Bolsonaro y sus críos, sin ir más lejos.
 
En ese contexto espantoso, volátil, filo indescifrable, el presidente Alberto Fernández intenta instalar un esquema de negociación de la deuda externa bastante novedoso (nada lo es del todo). Trata de conciliar ciertos principios básicos de soberanía y de llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
 
Pagar pero supeditándose a la normalización de la economía, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la deuda interna. La oferta parece sensata, en particular porque la formula un país pacífico, sin violencia racial ni ansias bélicas, una suerte de remanso en el vecindario soliviantado.

 
El Fondo reside en Washington y tiene terminal en la Casa Blanca. Donald Trump, "el magnate" a quien nadie llama dictador o criminal, busca su reelección. El devenir económico y los antecedentes históricos lo favorecen: el hombre está en pole position.
 
La política internacional, explican analistas reconocidos, es un eje de campaña. Ejecutar a Qasem Soleimani es una jugada, entre tantas. Se orejea la opinión pública, se leen las encuestas, si no funciona se lanza otro globo de ensayo.
 
La exhibición posterior del crimen duplica la impudicia del imperio. Trump repite el show montado por su antecesor, el premio Nobel de la Paz Barack Obama, cuando mandó asesinar a Osama Bin Laden.
 
 
El florido eje del mal:
 
Gurúes criollos predican que la Argentina debe alinearse automáticamente en cada momento. Una sucesión de reflejos que los dirigentes estadounidenses complican. Obama reestableció relaciones con Cuba tras décadas de bloqueo: "el mundo" festejó dicho rapto de lucidez. Trump lo derrumba de un puñetazo, ahora dicen que hay que celebrar de nuevo. Gorilas al fin, las derechas globales promueven alineamientos simiescos.
 
Las miradas expertas coinciden; el mitológico Eje del mal Cuba-Venezuela-Bolivia constituye un guiño al lobby cubano, que talla fuerte en el estado de Florida. Hace poquito, George W, Bush debió matufiar el resultado en esa comarca para acceder su primer mandato. La Corte Suprema validó el fraude, con velocidad de rayo... en cualquier otra latitud habría sobrevenido un escándalo. Allá solo sirvió de insumo para el argumento de la serie Scandal.
 
Verticalismo Gurúes criollos predican que la Argentina debe alinearse automáticamente en cada momento. Una sucesión de reflejos que los dirigentes estadounidenses complican.
 
Rebobinemos, sinceremos: la real politik impera en las Relaciones Exteriores. Un país relativamente débil como la Argentina, inmerso en tratativas difíciles, debe conceder, tolerar-practicar un grado de cinismo como condición de supervivencia. Pero un Estado y sus autoridades obedecen también a valores innegociables.
 
Una de las mejores, pioneras, acciones del presidente Fernández fue garantizar el viaje del presidente Evo Morales hacía México. Peligraba su vida, nadie puede asegurar lo contrario. Bolivia es gobernada por una cohorte de impresentables sin frenos inhibitorios. El apenas posterior magnicidio en Irak demuestra qué poco vale la vida ajena en el mercado internacional.
 
Las autoridades argentinas saben que haber reconocido status de refugiado a Evo puede irrogar un costo en las tratativas por la deuda y asumió hacerse cargo. Decisión que la enaltece y que las contrapartes le facturan al contado.
 
Morales acordó con el presidente argentino no trasladarse hacia la zona fronteriza, lo que fue informado hace semanas en esta columna aunque otros medios aseveraron falsamente lo contrario. Un gesto de convivencia, una mano al gobierno que lo cobijó. En la semana que termina hoy, el líder indígena convocó a formar milicias populares, con la consiguiente repercusión.
 
Funcionarios locales le explicaron a Evo que se había excedido, le pidieron templanza. En prudente off the record, aseguran que "Evo entendió" y por eso se retractó. Con sobresaltos, Argentina prolonga sus mejores tradiciones y carga con las consecuencias de sus actos de dignidad.
 
 
Cuanto más rústico, mejor:
 
La retórica de los ejes del mal peca por binaria, esquemática, pueril, quizá... pero no por ingenua. El diseño panfletario hace juego con la ideología imperial.
 
La muerte violenta y dudosa del fiscal Alberto Nisman funciona parecido. El cóctel entre iraníes, populistas autóctonos, protagonistas como Luis D'Elía (peronista, negro, conurbano, estridente), una (im)pericia de Gendarmería que podría haber imaginado Roberto Fontanarrosa, surten efecto.
 
Raúl Kollmann desmenuza pruebas, estudia los expedientes. La fiscal Viviana Fein (heroína civil de la serie de Nextflix) enseña que un expediente se construye con pruebas y no con expectativas. Se trata de personas concienzudas que honran sus respectivas profesiones.
 
En la trinchera de enfrente, el periodismo, los Tribunales y las dirigencias políticas de guerra pintan en blanco y negro, fabulan. Mienten y mienten que algo queda.
 
 
La ley del más fuerte:
 
La Argentina, sospechosa de ser el Jaimito de la región, queda sometida a un chantaje permanente, insaciable. "Niño Alberto Fernández repita conmigo: Venezuela es una dictadura, Evo Morales renunció tras un trámite impoluto. Calle respecto de los crímenes cotidianos perpetrados por los Gobiernos de Colombia y Chile".
 
Nada saciará las demandas del Norte, nada garantiza que la obediencia debida servirá para una reestructuración exitosa de la deuda con el FMI.
 
Como buen peronista, Fernández adapta su programa a las circunstancias. Ahorra estrépito, "centrea", dialoga, participa en un sinfín de reportajes. El ministro de Economía Martín Guzmán funge, comentan colegas del Gabinete, como su alter ego: mezcla rara de heterodoxia y ortodoxia. A diferencia del presidente cultiva el enigma, se comunica con los acreedores por canales tan permanentes cuan sigilosos.
 
Un riesgo acecha a los negociadores oficiales: los inversores institucionales están liberados de mostrarse ante la sociedad civil. Traman, tramoyan, ocultan datos, manipulan si es menester. Los representantes del pueblo tienen obligación de comunicar en el Agora, en el Congreso, en los medios. Otra disparidad en la pulseada, otro poder invisible que pugna contra el político.
 
El tiempo fluye, la primera meta oficial era llegar a un acuerdo con los bonistas privados a fines de marzo, como prólogo del acuerdo con el FMI cuando empiece el invierno, día más, semana menos. Transcurrido algo más de un mes desde la asunción la cuenta regresiva presiona. El oficialismo no ha terminado de completar los elencos de funcionarios, hay ministerios con vacantes cruciales sin cubrir.
 
Guzmán, cuentan quienes comparten largos cónclaves con él, no se auto percibe como el ministro-negociador de deuda con plazo fijo de vencimiento sino como el propulsor de un reordenamiento virtuoso de la economía. Para eso se preparó, alega conocer la Argentina. Su capacidad política es un interrogante, que se develará haciendo camino.
 
Fernández lo rodea de un equipo profesional. El embajador argentino ante Estados Unidos, Jorge Argüello, comanda y coordina a funcionarios que actúan en organismos internacionales políticos (ONU, Organización de Estados Americanos) y financieros (FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo). Un organigrama novedoso, dotado de expertise, se entusiasman en la Casa Rosada y en el Palacio San Martín. Un sostén técnico y político con millaje recorrido para el ministro inesperado del presidente inesperado.
 
 
Suma algebraica y horizontes:
 
La política exterior tramita apelando a la suma algebraica, traduciendo online los criterios de las contrapartes. Para esa contabilidad auto excluirse del nefasto Grupo de Lima resta, la crítica a un atropello del presidente venezolano Nicolás Maduro suma. También el viaje pionero de Alberto Fernández hacia Israel. Son acciones correctas, coherentes con las ideas fuerza del Gobierno.
 
La renegociación exitosa con el FMI es prerrequisito del programa de desarrollo. Voluntaristas o potenciando "lo que hay" los funcionarios sobrevaloran un encuentro entre Kristalina Georgieva (la titular del FMI) y Guzmán en la Santa Sede. Los allegados del Papa Francisco, peronista al fin, cotizan alto sus intervenciones, quizá venden fantasías.
 
Las proyecciones del FMI para la nueva década dan fatal. Sugerimos un consuelo y una crítica. El consuelo: sus predicciones, de ordinario, fallan. La crítica: en la prospectiva no ponderan la generosa contribución de los organismos financieros a la crisis generalizada.
 
La Argentina pide tiempo para cumplir, oferta un calendario sensato para evitar una nueva catástrofe. Unos años de oxígeno pueden operar un nuevo modelo de relación entre el Fondo y los estados deudores. En un lugar del horizonte podría insinuarse una salida interesante, en la que el sacrificio de los argentinos seguirá siendo clave.
 
En el borde, aunque nadie lo mencione en voz alta ni lo anhele, late la perspectiva de presiones insoportables, exigencias tradicionales de los acreedores. Atávicas, podría decirse. Un trance en que pactar equivaldría a desamparar al pueblo argentino, quebrando la línea de la propia dignidad. De eso no se habla aunque es uno de los desenlaces posibles si los dueños del planeta, fieles a su idiosincrasia, extreman las exigencias o patean la mesa.
 
 
Síntomas de verano:
 
¿Hay unos manguitos más, tal como entrevió el gobernador Axel Kicillof? La buena temporada en centros masivos de veraneo estimula un sensato optimismo en la Casa Rosada y zonas de influencia. El refuerzo en los bolsillos de los argentinos con menores recursos incita su comprobada tendencia a consumir. Plata a los que gastan pronto, en artículos de primera necesidad, dinamización de la actividad, comercio en pesos. Un incipiente keynesianismo de vecindad, improvisa el cronista.
 
El oficialismo espera, en sintonía con la gente común, que ir al super no depare sorpresas, que Precios Cuidados cumpla su cometido, que las regulaciones impacten en la vida cotidiana. Labor que movilizará a la Infantería estatal: funcionarios conscientes, capacitados, dispuestos a recorrer negocios de todo porte, a laburar duro... una cultura anti reposera, pongalé.
 
La jerga oficialista incorporó la palabra "solidaridad" que azuza la polémicas en charlas de café, asaditos incipientes y quinchos. La sociedad y las autoridades esperan que estos meses consoliden la vigencia de otro vocablo; el "alivio", la sensación colectiva causada por la candidatura de Alberto Fernández. Ansia que en otras coyunturas hubiera parecido modesta, tan cercana a la consigna del fallecido presidente Néstor Kirchner: hay que llegar al Purgatorio, salir pasito a paso del infierno que dejó el macrismo.
 
Por Mario Wainfeld
 
Fuente: pagina12.com.ar
 

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19-12-2025 / 10:12
La central obrera, acompañada de otras centrales sindicales, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, gritaron el rechazo a la reforma laboral y avisaron que comenzó un plan de lucha. Una masiva movilización desbordó la Plaza de Mayo, y muchas otras plazas de todo el país, en el primer paso del plan de lucha de la CGT y otras centrales sindicales contra la "reforma laboral" esclavista. Desde el escenario, los dirigentes de la CGT marcaron que irán escalando hasta un paro nacional.  El Gobierno tomó nota de la creciente resistencia y, cagado en las patas, pateó su tratamiento hasta febrero.
 
"Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se defienden", advirtió, en el acto, primero Octavio Argüello. Luego llegó el turno de Cristian Jerónimo: "El proyecto está escrito y redactado maliciosamente a favor de las grandes corporaciones y de las grandes empresas de la Argentina", afirmó. El último en hablar fue Jorge Sola: "Este es el primer paso, sigan sin escucharnos, terminaremos en un paro nacional en todo el país", aseguró.
 
Las frases retumbaban en Plaza de Mayo. Los triunviros de la CGT hablaban en el escenario -que le daba la espalda a la Casa Rosada- acompañados por todo el universo sindical y referentes del peronismo, la izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. No eran pocos, como especulaba y afirmaba el oficialismo, era una multitud.
 
Los bombos, platillos y bronces marcaban el ritmo de los discursos sin saber, al menos en ese instante, que el gobierno reculaba y desactivaba el tratamiento exprés de la dañina reforma laboral. Todo quedaba para febrero porque habían confirmado que el proyecto sumaba más detractores que aplaudidores. Y se asustaron con la movilización masiva.
 
Al menos por ahora, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, quedaron a salvo. No es poco para estos tiempos de crueldad que corren. Una señal clara de debilidad. La decisión es el resultado de las limitaciones de una administración acostumbrada a gobernar por DNU y que choca contra la realidad parlamentaria cuando intenta avanzar sobre derechos laborales consolidados.
 
El apuro por aprobar modificaciones estructurales sin diálogo ni consenso encontró un freno en un Congreso que todavía funciona. El mensaje de la oposición fue contundente: no habrá cheque en blanco para desmantelar conquistas sociales mientras se niegan recursos a discapacitados y universidades. La ratificación de estas leyes pese al veto presidencial marca un límite que la Casa Rosada no puede ignorar.
 
Patricia Bullrich reculó en chancletas y ya anunció que habrá nuevas extraordinarias del 2 al 27 de febrero para insistir con las reformas que exigen el FMI y los empresarios. Sin embargo, las fechas elegidas confirman lo que todos intuyen: el Gobierno deberá prometer el Presupuesto como condición para obtener votos opositores.
 
La estrategia de avanzar sin negociar nada tiene precio. Lo que pretendía ser un trámite exprés se convirtió en un recordatorio de que gobernar requiere construir mayorías, no imposiciones. Mientras Milei insiste con su agenda autoritaria de ajuste brutal, lo que ocurrió en las calles y el Congreso demuestra que aún queda capacidad de resistencia popular dispuestas a defender derechos básicos. La reforma laboral esperará, pero las dudas sobre la capacidad del Loco Mlei para aprobar sus iniciativas anarco capitalista, y gobernar a favor de los ricos, crecen. El gobierno de la oligarquía no se puede llevar todo por delante.
 
La Opinión Popular
 

18-12-2025 / 08:12
Tras conseguir la media sanción de un presupuesto 2026 que multiplica el ajuste, solo favorece a los más ricos y carga los costos sobre los desprotegidos, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei sufrió un duro golpe con el rechazo al capítulo que derogaba el Financiamiento Universitario y la Emergencia en Discapacidad. También quedaron fuera la restricción de la ley de zona fría y la desindexación de la AUH.
 
El Gobierno consiguió la aprobación en general el Presupuesto 2026, pero sufrió una derrota clave: la oposición logró voltear completo el capítulo 11, donde se concentraba la derogación del financiamiento universitario y de la emergencia en discapacidad, dos leyes que el oficialismo insiste con incumplir. Tras una sesión que comenzó a las dos de la tarde y se extendió hasta la madrugada, Lule Menem y Diego Santilli ofrecieron concesiones de todo tipo a gobernadores y bloques aliados para blindar el capítulo entero.
 
Sin embargo, al momento de la votación sólo reunieron 117 votos afirmativos, mientras que la oposición alcanzó 123 rechazos y sumó además dos abstenciones. Es la tercera vez en un semestre que el Gobierno pierde frente al financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad, si se cuentan la sanción original de las leyes, la insistencia parlamentaria tras el veto presidencial y ahora el intento de derogación vía presupuesto. También se rechazaron la eliminación de las actualizaciones automáticas de la Asignación Universal por Hijo y demás asignaciones familiares.
 
Envalentonado por el triunfo electoral de octubre, el oficialismo buscó acelerar la motosierra y eliminar dos normas que el Congreso sancionó, el Ejecutivo vetó y ambas Cámaras ratificaron con mayoría agravada, más de los dos tercios de los presentes. A pesar de las arduas negociaciones, el reparto de ATN y las promesas de la Casa Rosada a los gobernadores aliados, la catamarqueña Fernanda Avila, se les dio vuelta y voto en contra el capítulo 11, al igual que los tres tucumanos del bloque Independencia y los tres salteños de Innovación Federal.
 
Para destrabar el trámite, el oficialismo había intentado a último momento una maniobra más: incorporó la adecuación de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires y un refuerzo de 21.000 millones de pesos para el Poder Judicial, bajo la administración del Consejo de la Magistratura. El objetivo fue evitar el naufragio del capítulo completo. "Le ponen un condicionamiento al Poder Judicial para que ni se le ocurra judicializar el capítulo XI porque se les cae el financiamiento. Son unos chantas y eso es lo que están haciendo ahora", denunció el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.
 
A la hora de votar, resultaron decisivas las abstenciones de los radicales Cipolini y Schneider. Desde sus redes, la diputada Cecilia Moreu celebró la victoria de la oposición. "Quisieron jugar sucio y les salió mal. Pese a las múltiples maniobras extorsivas con las que el oficialismo y los sectores cómplices intentaron blindar la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, logramos sostenerlas. Basta de dilaciones, son leyes votadas y ratificadas por el Congreso Nacional. Vamos a seguir dando la pelea para que entren en vigencia y se apliquen como corresponde", escribió en X.
 
Durante el debate varios diputados habían advertido que judicializarían la norma, de aprobarse. Los diputados Maximiliano Ferraro y Eduardo Valdés, fueron los encargados de advertir que el intento del oficialismo vulneraba el artículo 20 de la Ley 24.156 de Administración Financiera que en relación al presupuesto establece que "no podrá contener disposiciones de carácter permanente, ni reformar o derogar leyes vigentes".
 
La Opinión Popular
 

17-12-2025 / 09:12
A días de cumplir su segundo año de gestión, el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei busca aprobar su primer presupuesto sin frenar en las curvas. Tras conseguir dictamen de mayoría con ayuda de gobernadores aliados, este miércoles se trata la "Ley de Leyes" en Diputados. Envalentonada, Patricia Bullrich buscará incluirlo también en la sesión del viernes 26, en la que se debatirá la reforma laboral en el Senado. Para sorpresa de la oposición, el dictamen deroga el Financiamiento Universitario y la Emergencia en discapacidad. Ambas iniciativas fueron sancionadas por el Congreso, vetadas por el Gobierno e insistidas en ambas cámaras. El nuevo proyecto deroga el ajuste automático de las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo y le da discrecionalidad al gobierno.
 
En un súper miércoles, la Casa Rosada intentará disciplinar al Congreso con la ley de "Disciplina Fiscal", que penaliza a quienes atenten contra el excel libertario y buscará avanzar con la aprobación de un blanqueo blue rebautizado "inocencia fiscal". La CGT llamó a movilizar contra el desfinanciamiento de la educación, la ciencia y la tecnología.
 
Al Gobierno le quedan menos de diez días hábiles para cumplir los deberes que le fijaron Donald Trump y el FMI: tener un presupuesto y sancionar una reforma laboral. Ayer, la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside Bertie Benegas Lynch dejó listo el dictamen que el oficialismo buscará aprobar este miércoles. Los apoyos para reunir las 28 firmas -sobre un total de 46- llegaron de la mano de sus aliados del PRO, la UCR y el MID, y de los gobernadores de Catamarca, Tucumán, San Juan, Mendoza y Misiones.
 
De esas 28 firmas, seis fueron en disidencia, lo que obliga al Gobierno a continuar las negociaciones si no quiere correr una suerte similar a la que atravesó durante el tratamiento de la Ley Bases, que perdió buena parte de su articulado en el camino.
 
Para asegurarse los respaldos, la administración de Milei abrió la billetera. En los últimos días, los gobernadores colaboracionistas recibieron Aportes del Tesoro Nacional. El misionero Hugo Passalacqua recibió 12 mil millones de pesos; el chaqueño Leandro Zdero, 11 mil millones; y el tucumano Osvaldo Jaldo, 20 mil millones. Esta última fue la cifra más generosa que el Gobierno envió a una provincia en todo 2025.
 
Además, el lunes por la noche la Casa Rosada envió al Congreso la reforma de la Ley de Glaciares. La iniciativa habilita a las provincias a avanzar con proyectos mineros sobre reservas estratégicas de agua. De aprobarse, Catamarca, Mendoza y San Juan quedarían entre las principales beneficiadas para hacer negocios con las multinacionales yanquis que miran de reojo.
 
Si bien existe consenso entre la mayoría de los bloques en que el Gobierno no puede seguir administrando el Estado sin un presupuesto, el proyecto no contempla partidas para recomponer los ingresos de los jubilados, no prevé mecanismos para reactivar la obra pública ni incluye un solo artículo orientado a impulsar la actividad económica.
 
Todo el andamiaje se reduce a blindar el equilibrio fiscal, que Milei alcanzó a fuerza de recortar en todas las áreas sensibles del Estado, a excepción del pago de los intereses de la deuda. Además, las metas que fija parecen a simple vista difíciles de cumplir. El proyecto prevé un crecimiento de la economía del 5 por ciento del PBI, una inflación anual del 10,1 por ciento y proyecta un dólar a 1423 pesos para diciembre de 2026. Esto último está por debajo del precio actual.
 

16-12-2025 / 10:12
Las reformas que impulsa el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei, en especial la laboral, buscan sin disimulo convertir a nuestro país en una economía colonial de enclave, productor de materias primas, sin industria y en donde sobre más de la mitad de los argentinos. En el país cierra una empresa por hora y 400 trabajadores por día se quedan sin empleo. El cálculo surge de tomar en cuenta que "el Peluca" y su motosierra destruyeron 19.114 firmas dejando en la calle a algo más que 264 mil asalariados registrados en sus dos primeros años de gobierno.
 
Para Argentina es un cambio dramático, pues es uno de los países en donde la legislación laboral del siglo XX más avanzó en el sentido de proteger a los trabajadores. Por esa razón, por ese "mal ejemplo" para la región latinoamericana, el objetivo del FMI de retroceder más de un siglo en las condiciones bajo las cuales se desenvuelve el mundo laboral, haya sido tomado con tanta energía por los últimos gobiernos de derecha y mucho más ahora bajo el modelo reaccionario extremo que impulsan los desquiciados Milei, Sturzenegger, Caputo y cía.
 
Todos y cada uno de los puntos del extenso proyecto que acaba de aterrizar en el Congreso es un muestrario de la ideología conservadora y retrógrada que alienta a este gobierno como fiel representante de la elite económico-financiera también conocida como "círculo rojo". A tal extremo esto es así que el gobierno ni se molestó en desmentir lo que hace un tiempo se conoció: los autores materiales de este engendro son los estudios de abogados que prestan sus servicios a las corporaciones más poderosas, los llamados "dueños de la Argentina". Es el gobierno para los ricos.
 
El sueño húmedo de esta minoría enferma de codicia es voltear, una por una, todas las protecciones legales que tienen los trabajadores argentinos, aunque también debe decirse que buena parte de ellas ya fueron demolidas de hecho por el propio accionar de un mercado laboral que, con independencia de los gobiernos que se sucedieron desde el estallido social y la gran crisis económica de 2001, dejaron a casi la mitad de los asalariados desempeñándose "en negro", al margen de la formalidad.
 
Lo que veremos en las próximas horas en el Congreso les dejará en claro a los argentinos quiénes son los senadores y diputados dignos de ser llamados oposición y quiénes se someterán ante las ofertas de dinero que ya está circulando por oscuras vías. Gobernadores dialoguistas también estarán en el "toma y daca" que este gobierno puso en marcha sin que la gran prensa porteña, convertida en vocera oficial de la Casa Rosada, hable como lo hacía habitualmente de "látigo y billetera" con otros gobiernos que nunca llegaron a extremos de manipulación de los recursos fiscales como el actual.
 
El triunfo electoral de octubre de Milei es el combustible que aceleró la decisión de avanzar con este proyecto y con otros que también buscan reconfigurar en profundidad el diseño social, económico e institucional de la Argentina. La llamada ley de tierras, de glaciares, la reforma educativa, la tributaria, etc. conforman una ofensiva de los sectores concentrados de la economía contra el conjunto social. Convertir a este país en una economía colonial, sin industria, sin ciencia, sin educación de calidad, sin protección social ni laboral para las mayorías populares es una meta que está en las mentes de los libertarios. La política de tierra arrasada que se proponen les resulta indiferente, pues la ambición de poder -político y económico- está por encima de todo.
 
La CGT convocó a una movilización a la Plaza de Mayo para el jueves a la que adhirieron las dos CTA, ATE y otros gremios, el peronismo, organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.  Para aterrorizar, la especialidad del mileísmo, aplicarán el protocolo antipiquetes. Si la movilización es masiva, cuesta creer que la amenaza de represión violenta se cumpla. Crispar el clima social en vísperas de fin de año, en nuestro país, nunca tuvo buenos resultados para los gobiernos.
 
La Opinión Popular
 

14-12-2025 / 09:12
Bajo el mote de reforma laboral se esconde la decisión de Javier "el Loco" Milei que pretende consagrar institucionalmente, en 2026, los objetivos que en 1976 se planteara la dictadura militar genocida. Los cambios en el proceso de acumulación en el marco del genocidio, el endeudamiento, la valorización financiera y la fuga de capitales, la desindustrialización, el modo de incorporación del cambio tecnológico y la llegada del capitalismo de plataformas, produjo una sustancial alteración de la relación capital-trabajo, obviamente en desmedro del conjunto de los trabajadores.
 
En ese marco de brutal regresividad en las condiciones materiales de vida de quienes trabajan, se sucedieron en las distintas administraciones conservadoras cambios normativos, todos con la misma dirección. 1. Abaratar el precio del trabajo. 2. Facilitar el despido. 3. Debilitar los convenios colectivos. 4. Limitar y destruir la organización sindical.
 
Estas orientaciones fueron parte de los cambios normativos que impulsó la dictadura militar, de las leyes que llevaron adelante Cavallo, Menem y De la Rúa, del frustrado intento de Macri y también del proyecto de Milei. Proyecto este cuya profundidad en términos de alteración de la Ley de Contrato de Trabajo solo es equiparable a lo planteado hace 50 años por la dictadura militar.
 
Además, se lleva a cabo la directa eliminación de los costos del despido a partir de la creación de un Fondo de Asistencia Laboral que se financiará con tres puntos de las actuales contribuciones patronales. A la vez, se les reduce en un punto adicional los aportes a los empresarios en relación a las obras sociales que dejarían de percibir un punto de los que están recibiendo en la actualidad.
 
En síntesis, cuatro puntos de los aportes patronales dejan de financiar las jubilaciones y la salud de los trabajadores, con el objeto de eliminar los costos del despido y reducir los costos laborales. Situación ésta que implica una redistribución de ingresos desde los trabajadores al capital, cercana a los 3000 millones de dólares.
 
Las experiencias internacionales y la propia experiencia nacional indican que estas propuestas solo profundizan la desocupación, la informalidad y la pobreza. Es más, aspectos laborales de esta naturaleza son los que contenía la Ley Bases y que ya tuvieron dos años de aplicación en el curso del gobierno de Milei. Años que lejos de promover el empleo registrado, coexisten con la destrucción de 222 mil puestos de trabajo formales registrados de los cuales 139 mil son del propio sector privado, al tiempo que el monotributo y los asalariados no registrados constituyen las formas de inserción laboral de mayor importancia en los últimos dos años.
 
Por si esto fuera poco, los modelos que pregonan los funcionarios libertarios como objetivos a alcanzar por la Argentina, no hacen más que negar con la evidencia lo que el propio gobierno pregona para justificar lo que propone. Poner como ejemplo a seguir países como Paraguay o Perú, que prácticamente carecen de legislación laboral, resulta inentendible. Estos dos países exhiben, aún sin legislación laboral, niveles de informalidad superiores a los que hoy exhibe la Argentina.
 
Para frenar esta ofensiva hay que convocar a la sociedad a discutir la necesidad de relaciones laborales diferentes para un país distinto al que construye Milei. Para eso necesitamos relaciones laborales que se edifiquen en base a la redistribución del ingreso, la revalorización del trabajo y la necesidad de expandir derechos para todos aquellos que trabajan independientemente del tipo de inserción laboral que tengan.
 
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