Entre Ríos - 26-11-2019 / 13:11
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
Bordet define su estrategia en busca de más recursos
La fuerte baja de impuestos provinciales que exigió Macri tenía como contrapartida un crecimiento económico anunciado que jamás llegó. Como esa compensación fue inexistente, la provincia debería recuperar sus recursos en Ingresos Brutos (IIBB) e impuestos de Sellos. En la Casa Gris consideran que, en el futuro impulso al consumo, con el gobierno de Alberto Fernández, las administraciones provinciales tendrán un rol muy importante en materia de salarios y obras públicas, por lo que urge fortalecer los ingresos con los que se abonarán esas erogaciones, ya que las jurisdicciones provinciales no pueden financiarse por emisión monetaria y no cabe endeudarse más.
A contramano de la táctica de confrontación y profundización de la grieta que llevó adelante el gobierno de Mauricio Macri orientando la discusión política para que tape el fracaso de su gestión económica, Entre Ríos atraviesa el período de transición de gobierno en un clima de paz a pesar que la provincia no es ajena a la severa crisis social cuyos aspectos más desgarradores quedaron evidenciados en los números del INDEC sobre pobreza y hambre.
Ningún mar en calma hizo experto a un marinero y eso lo sabe ampliamente Gustavo Bordet a quien le tocó lidiar con una economía en recesión combinada con la mayor inflación desde la última híper y con un gobierno nacional neoliberal en franca retirada en cuanto a inversión en contención y desarrollo social.
Llega, para el Gobernador, el tiempo de adaptar su estilo de hacer política a las nuevas exigencias nacionales. Sus indudables dotes de constructor de proyectos de poder, como el que fue gestando desde su paso por la intendencia de Concordia, deberán complementarse con una capacidad de negociación, que también tiene, para obtener nuevos recursos, como ya lo hizo en estos últimos cuatro años.
Lejos del paradigma de la grieta, Bordet supo mantener abierto un diálogo constructivo con un Gobierno nacional de muy diferente signo partidario, pero fundamente con una disímil concepción del rol del Estado y de la política. El resultado fue un contexto de paz social que fue bien valorado por los entrerrianos, lo que posibilitó al PJ obtener en junio un triunfo por más del 58% de los votos en toda la provincia.
Y el saliente vice gobernador, Adán "Beto" Bahl, un funcionario de reconocida solvencia en la gestión técnica pero sin experiencia electoral, logró ganar por amplio margen la intendencia de Paraná, que se presuponía una plaza difícil para el oficialismo provincial.
Pero hay algunas nubes en el horizonte. La fuerte baja de impuestos provinciales que exigió Macri tenía como contrapartida un crecimiento económico anunciado que jamás llegó. Como esa compensación fue inexistente, la provincia debería recuperar sus recursos en Ingresos Brutos (IIBB) e impuestos de Sellos.
En la Casa Gris consideran que, en el futuro impulso al consumo, con el gobierno de Alberto Fernández, las administraciones provinciales tendrán un rol muy importante en materia de salarios y obras públicas, por lo que urge fortalecer los ingresos con los que se abonarán esas erogaciones, ya que las jurisdicciones provinciales no pueden financiarse por emisión monetaria y no cabe endeudarse más.
Y hay temas que la Nación y la Provincia deben resolver, que se conversaron en la última reunión en el Consejo Federal de Inversiones: cómo continuarán las transferencias para subsidios del transporte, qué pasará con los giros a las 13 cajas de jubilaciones que siguen bajo la órbita de los gobernadores y qué quedará del Pacto Fiscal firmado en 2017 y que la mayoría da por caído.
La Opinión Popular
La rápida agonía del neoliberalismo
El triunfo de la Argentina popular sobre la Argentina cheta, hizo que Mauricio Macri fuera el primer presidente en perder una reelección, y encima en primera vuelta. La herencia envenenada que deja el macrismo es literalmente terrible: recesión, destrucción de salarios, alta inflación y mega deuda. El Estado está paralizado. Hay funcionarios que no pisaron su despacho desde el lunes 28 de octubre.
Uno de los logros del reciente cambio político fue haber contenido la crisis. Si no hubo estallido social fue porque la población más perjudicada depositó sus expectativas en el cambio de gobierno. Si se compara la dinámica regional fue un logro impresionante de la democracia argentina haber logrado una salida institucional para el colapso neoliberal.
La unificación, rápida y poco traumática, de los bloques peronistas, contrasta con la descomposición acelerada de Juntos por el Cambio. En un mes desde los comicios, dos debates, sobre el golpe de Estado en Bolivia y sobre la Interrupción Legal del Embarazo, dejó al borde del estallido a la bancada todavía oficialista.
En los últimos días de su mandato, Macri afrontó una nueva crisis interna que resolvió como todas las anteriores: ignorando a sus socios radicales. Sergio Rubinstein, quien fuera ministro de Salud y luego secretario cuando se degradó esa área, actualizó el protocolo vigente para la interrupción voluntaria del embarazo (ILE), según sus propias palabras para "adaptarlo al Código Civil y Comercial de 2015, actualizando también las recomendaciones internacionales acerca de los medicamentos y procedimientos".
Vale aclarar que el nuevo protocolo no pretendía avanzar en la legalización, ni siquiera en la despenalización del aborto sino que aportaba a los médicos y equipos de salud una guía para realizar procedimientos de interrupción de embarazos en situaciones que ya estaban contempladas por la ley.
El otrora "feminista menos pensado" devenido luego en celeste "defensor de las dos vidas", estaba descansando en su reposera y se enteró de la novedad cuando fue publicada en el Boletín Oficial. Tardó menos de 24 horas en derogarla por decreto. Una muestra cabal del nivel de anarquía que se vive en los últimos días del peor gobierno democrático de la historia reciente.
Rubinstein, que a inicios de 2018 se perfilaba como un protagonista importante en el giro hacia el progresismo que daba el Gobierno de Macri cuando por entonces abría el debate en torno a la legalización del aborto, quedó descolocado con el último barquinazo de la alianza gobernante que se ubica cada vez más a la derecha.
No pudo ser. Lo desautorizaron y terminó renunciando. Con lo que quedó claro que en el PRO hay un proceso de bolsonarización, político e ideológico. Sus aliados hasta hoy, como los radicales y lilitos, van a tener que ceder más posiciones a favor de quien se considera el dueño del circo. Si les gusta, bien; y si no, se van.
El presidente anticipó que no nombrará un sucesor. Fiel reflejo de una administración que retaceó vacunas, sub ejecutó presupuestos, recortó fondos a casi todos los programas de asistencia médica y distribución de medicamentos y durante la cual reaparecieron enfermedades como el sarampión, Macri primero se quedó sin ministro de Salud cuando rebajó esa área de gobierno al status de secretaría y finalmente hasta se quedó sin secretario.
El presidente justificó la derogación del nuevo protocolo ILE porque "no fue consultada en equipo", pero lo que es seguro es que Rubinstein -un cuadro radical- sí consultó con su propio partido que salió a respaldarlo en bloque. La opinión de los radicales volvió a pesar poco y el respaldo de su partido le sirvió de nada a Rubinstein que dejará su cargo.
Apelando a un tema delicado como el aborto, el radicalismo buscó marcarle la cancha al presidente en tiempos en los que se define el futuro de Juntos por el Cambio como alianza opositora. El centenario partido buscó correrse del conservadurismo con ribetes evangélicos que cultiva Macri desde el cachetazo de las PASO y construir poder a partir de esa diferencia.
Puertas adentro del radicalismo no hay consenso en reconocer a Macri como líder de la oposición, algunos entienden que después del fracaso electoral de octubre y ante la evidencia de que su gestión al frente del Ejecutivo no cubrió las expectativas que pretendió generar en un principio, habría que salir a disputar el liderazgo dentro de la alianza antiperonista. Las aspiraciones del centenario partido chocan contra la ausencia de un dirigente que pueda llegar a la categoría de presidenciable antes de 2023.
Por si quedaban dudas de cuál será el perfil ideológico del macrismo en su faceta opositora, el presidente reunió en Olivos a los 24 representantes provinciales del PRO para que eligieran como nueva presidente del partido a la ministra de Seguridad, la gurka Patricia Bullrich, referente de cabecera de la mano dura extremista.
Danza de nombres
El presidente electo Alberto Fernández asegura que ya tiene definido su Gabinete, pero se guarda nombres en puestos importantes, lo que sugiere que en realidad todavía no estaría todo tan definido.
Desde hace algunos días los medios porteños venían dando por sentado que el titular del área de Economía o Hacienda -tampoco está claro cómo se estructurarían los ministerios- sería Guillermo Nielsen, un economista más bien liberal. Su antecedente más relevante teniendo en cuenta el contexto actual es haber participado como secretario de Finanzas del equipo de Roberto Lavagna que negoció el canje de la deuda argentina durante el gobierno de Néstor Kirchner.
Se trata de un técnico de pensamiento ortodoxo, por eso es bien visto por los representantes de esa abstracción que se denomina "mercado", pero no tan apreciado por sectores del kirchnerismo antiimperialista.
Sin embargo en las últimas horas crecieron los rumores -ante la falta de definiciones el trascendido hace pata ancha- de un supuesto alejamiento de Nielsen por incomprobables diferencias de criterio con el mandatario electo y se comenzó a barajar la posibilidad de que asuma un "tapado" al que nadie le pone nombre.
Medidas que prepara Alberto
Entre las medidas que prepara Alberto para llevar a la práctica su promesa de reactivar la economía poniéndole "plata en el bolsillo" a la gente se cuentan un incremento general en los salarios, planes sociales y jubilaciones. El beneficio alcanzaría a los trabajadores de los sectores público y privado y el monto dependerá del estado de las finanzas públicas que encuentre el nuevo mandatario.
Para las empresas habrá una baja de impuestos que compensarían en parte la erogación que deberán asumir para aumentar los sueldos. A ese beneficio se sumarían a hipotéticos mayores ingresos que llegarían de la mano de un incremento en el consumo.
Además se instrumentarían nuevas líneas de financiamiento para el sector productivo a tasas significativamente menores a las de mercado.
Para contener la aceleración de la inflación que podría generar el incremento en la circulación de dinero, el equipo de Alberto apuesta a un acuerdo con los supermercadistas para congelar durante seis meses los precios de una canasta compuesta por entre 300 y 500 productos.
Del éxito que tenga el próximo Gobierno en esa tarea de contener el alza de los precios en un contexto de una alta inflación heredada y de recalentamiento del consumo dependerá en gran medida el éxito de este primer esbozo de plan económico.
Gabinete de Alberto
En el hipotético Gabinete de Alberto hay nombres que están confirmados como el de Santiago Cafiero en la Jefatura de Gabinete, Daniel Arroyo en Desarrollo Social, Felipe Solá en Cancillería, Claudio Moroni en Trabajo, Miguel Pesce al frente del BCRA, Mercedes Marcó del Pont en AFIP o Eduardo "Wado" De Pedro en Interior.
Otros nombres que suenan fuerte son los del misionero Sergio Lanziani en el área de Energía, Gabriel Katopodis en Infraestructura, Eugenia Bielsa en Vivienda y Medio Ambiente, Matías Kulfas en Producción, el tucumano Pablo Yedlin en Salud, Nicolás Trotta en Educación, Tristán Bauer en Cultura, Fernando Peirano en Ciencia y Tecnología, Gabriel Delgado en Agricultura, Agustín Rossi en Defensa, Diego Gorgal en Seguridad y Matías Lammens en Deportes.
Pasaron los festejos y los gobernadores preparan lista de reclamos
Gustavo Bordet y los demás gobernadores peronistas están terminando de desarrollar uno de los primeros pedidos para cuando asuma el nuevo gobierno nacional: frenar la baja de impuestos provinciales: ingresos brutos y sellos; en 17 sectores de la economía.
Se reunieron los ministros de Economía de Entre Ríos, Chaco, Córdoba, Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Misiones, Río Negro, San Luis, San Juan, Salta, Santiago del Estero, Tierra del Fuego, Tucumán, Catamarca, Neuquén.
El encuentro fue en las oficinas del Consejo Federal de Impuestos (CFI) y se comenzó a trabajar en el documento que los gobernadores le presentarán a Fernández. Buenos Aires no participó del encuentro pero Axel Kicillof se comprometió a llevarle el pedido personalmente a Alberto.
Los mandatarios provinciales, que vinieron cumpliendo el acuerdo federal, señalan que en este contexto de caída de la recaudación -que acumula 15 meses de caída real solamente interrumpida en agosto, cuando arrojó un crecimiento de 1% interanual- les parece "oportuno revisarlo".
La fuerte desaceleración que está planteada en el Consenso -por ejemplo prevé que para 2020 quedan exentas de Ingresos Brutos actividades como el agro y la minería- tenía como contrapartida un crecimiento económico que estaba anunciado por Macri y que nunca llegó. Como esa compensación que iba a proveer terminó siendo inexistente, las provincias quieren recuperar sus recursos.
Los ministros acordaron plantear a la próxima administración la intranquilidad por la caída de los ingresos reales (los ingresos tributarios crecen por debajo de la inflación), mientras que los gastos crecen al ritmo de la inflación, provocando la erosión de las cuentas fiscales provinciales.
La queja había aparecido a fines del año pasado, al momento de elaborar los presupuestos. Una preocupación que sigue latente en las gobernaciones y que ha llevado a que las provincias busquen elevar el planteo al ministro de Economía de la Nación, Hernán Lacunza.
Sin embargo, algunos ya llevaron la inquietud a Alberto Fernández, con quien compartirán gestión los próximos cuatro años, cuando buena parte de las actividades productivas deberán ir reduciendo alícuotas de Ingresos Brutos (IIBB) hasta quedar exentas, según el Pacto original.
Lo mismo ocurre con Sellos. Dos de los tributos centrales en las arcas de los distritos, y que con la menor recaudación nacional prevista (y la menor coparticipación) no se verán finalmente compensados, como prometía el Consenso Fiscal firmado con bombos y platillos en 2017 entre Macri y todos los mandatarios.
"Cuando suscribimos el Pacto se previa crecimiento, inflación en baja y un dólar a otros niveles. Eso no sólo no sucedió, sino que nos recortaron el Fondo de la Soja, subsidios a tarifas, al transporte, y para colmo después de las PASO llegaron las rebajas electoralistas a impuestos coparticipables, como IVA o Ganancias", suscribió un funcionario provincial entrerriano.
Si el grueso de los mandatarios provinciales del peronismo va a plantearle a Alberto Fernández que tienen apremiadas necesidades de financiamiento, eso alterará las relaciones de poder en el orden federal.
Ya se ha esbozado que, para garantizarse gobernabilidad en el Congreso, Fernández tendrá que recostarse sobre el cristinismo (Cristina Fernández presidirá el Senado y su hijo Máximo Kirchner liderará el bloque en Diputados) o sobre la Liga de Gobernadores, a quienes responden un número mayúsculo de diputados y de senadores.
Políticamente, la opción por la Liga es menos cruenta, pero si es más costosa en términos económicos (si lo sabrá Macri), y el cristinismo será una opción a considerar. Los gobernadores, por su cuenta, a lo sumo podrían insistir con una bancada aparte dentro de una estructura de interbloque, pero sería menos numerosa que la que conduce CFK, por lo que no lograrían poner a uno de los suyos a conducir.
Gobernaciones buscan alternativas
Sin embargo, también en las gobernaciones buscan alternativas por si fracasan estas negociaciones. En Entre Ríos, ya aceleran una estrategia de mayor control en la recaudación para sumar nuevos contribuyentes de Rentas que hoy no están aportando. Por ejemplo: ATER detectó e incorporó más de 7000 embarcaciones deportivas que estaban sin declarar. Así fue como, en el marco de las políticas de ampliación de base tributaria y control fiscal que lleva adelante la Administradora Tributaria (ATER) se conoció el resultado del trabajo conjunto con la autoridad marítima nacional, que arrojó unas 7200 embarcaciones deportivas radicadas en la provincia cuyos titulares omitían la declaración y pago del impuesto a los automotores.
Domina la incertidumbre
En la de Entre Ríos como en otras gobernaciones domina la incertidumbre, en un contexto en el que todas las provincias ven una caída de recursos propios y coparticipables por la recesión. Austeridad es el denominador común en los presupuestos 2020 y el ajuste se concentra en la obra pública.
La mayoría de las provincias llegaron a 2018 con superávit primario, pero esa ventaja empezó a licuarse y este año cerrarán en rojo casi todas. Hay distritos a los que la cláusula gatillo en la pauta salarial complica cerrar diciembre. Además, los gobernadores esperan que Fernández defina la renegociación de la deuda para tener un paraguas para sus propias finanzas.
Otro aspecto crucial es la posibilidad que haya una suba de retenciones: implicaría menos recursos para coparticipar, un impacto en Ganancias que sí se reparte y menos chances que sean las provincias las que suban o impongan cargas sobre los sectores productivos.
Lo que viene será mejor, ¿pero cuánto mejor?
Los proyectos de presupuesto 2020 que analizan las legislaturas peronistas y los ya aprobados priorizan las áreas de salud, educación y desarrollo social, y recortan las partidas destinadas a obra pública. En cambio, no se prevén recortes de empleo.
En Entre Ríos, "lo que es deuda pública -uno de los planteos de la oposición-, se viene bajando año tras año. En el presupuesto de 2017 era casi un 62% de los recursos y estamos proyectando para 2020 un 49%, o sea que se viene reduciendo esa deuda en la provincia, más allá de las políticas adversas, vuelvo a reiterar, del gobierno nacional", aseveró el diputado provincial Marcelo Bisogni.
Por su parte, Bordet aumentó más los gastos sociales que otros sectores a pesar de la desaparición del fondo sojero que se usaba para financiar obra pública.
En el gobierno provincial especulan con distintas medidas de austeridad ante un 2020 cuyo comienzo parece cuesta arriba. Algunos plantean la necesidad de recortar en gasto político, es decir no ampliar e incluso reducir el plantel de funcionarios. La misma política de austeridad parece que va aterrizar en el poder legislativo, en donde se piensa en achicar el gasto también.
Existen desafíos importantes para Bordet en su nueva gestión, uno de ellos es optimizar el funcionamiento de las empresas del Estado y los organismos descentralizadas, que generen utilidades para la provincia y presten un mejor servicio, que en tiempos de crisis su aporte es más esperado. Se aguarda una lupa encima de estos organismos y un monitoreo mucho más exhaustivo de gastos e ingresos. No se descartan cambios en ellos.
Para el segundo mandato de Bordet, el secretario general del PJ de Entre Ríos y diputado provincial electo, José Cáceres, confía en que un elemento distintivo sea "la generación de empleo, el apoyo a los sectores productivos, a las pymes. El tema de la vivienda es clave; conseguir tierras y tener proyectos para presentar a la Nación. Me imagino que Alberto Fernández va a hacer lo que hizo Néstor Kirchner en 2003: una inversión fenomenal en vivienda con todo el efecto multiplicador para la economía de la construcción".
Esta idea de Cáceres implica una reingeniería pública en la provincia, que acelere la posibilidad de obtención de tierras y una más rápida ejecución de obras.
A dos semanas del 10 de diciembre, la incertidumbre marca registros récord a nivel nacional, y en Entre Ríos esa medición se reproduce. En la Casa Gris, donde se supone que no habría grandes variaciones, a excepción de Bordet, nadie parece estar seguro de su futuro inmediato.
La centralización absoluta de las decisiones y el hermetismo como norma de funcionamiento son dos de las características que se profundizan en el inicio del último mandato de Bordet. Los resultados han sido positivos para el gobernador, pero en tiempos de cambios, los dirigentes se desesperan y sólo el entorno más inmediato del gobernador parece ver los beneficios políticos de ese método que inquieta a parte del peronismo local.
Son varios los funcionarios que intuyen cambios que los involucran, pero aún esperan señales. Para la resolución de esa sucesión, habrá que esperar más para saber los nombres del nuevo gabinete, que por ahora siguen dentro de la mente de Bordet.
La crisis económica del macrismo y la reelección de Bordet lo ponen ante el desafío de reinventarse e implementar cambios en su gobierno. Cuidar los números al extremo mejorando la gestión. Un necesario salto de calidad que implicará cambios de nombres y de lógicas de administración en la provincia.
La Opinión Popular