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Sociedad e Interés General - 14-10-2019 / 20:10
EFEMÉRIDES POPULARES: MADURA EL 17 DE OCTUBRE DE 1945 (Nota VII)

Juan Perón prepara su retorno y comienza a crecer la agitación en la clase trabajadora

Juan Perón prepara su retorno y comienza a crecer la agitación en la clase trabajadora
Encabezando la reacción oligárquica, el general Eduardo Jorge Ávalos y el almirante Héctor Vernengo Lima pidieron al presidente Edelmiro J. Farrell que destituyese a Juan Perón por su política popular y obrerista. El 14 de octubre de 1945, Perón está detenido en la isla prisión de Martín García. El pueblo empieza a reclamar su libertad.
Encabezando la reacción oligárquica, el general Eduardo Jorge Ávalos y el almirante Héctor Vernengo Lima, de Ejército y Marina respectivamente, pidieron al presidente Edelmiro J. Farrell que destituyese a Juan Perón por su política popular y obrerista. Este fue detenido y llevado a la isla prisión de Martín García.
 
El 15 de octubre de 1945, el capitán Miguel Ángel Mazza, médico y amigo personal de Perón, entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón"lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario". Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, general Ávalos.
 
El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida.
 
Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el almirante Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera excesiva buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.
 
Por su parte, la embajada yanqui celebra la detención de Perón: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista".
 
Pero los imperialistas yanquis se equivocan. Disconformes con la medida, amplios sectores populares comienzan a movilizarse en todo el país para exigir y reclamar la libertad del que comenzaba a ser su Líder. Lo hicieron como clase obrera, utilizando el medio de lucha de los proletarios: la paralización de actividades.
 
El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios tucumanos. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse. Y la cúpula de la Central Obrera, ante los reclamos de los gremios del interior, convoca al Comité Central Confederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen declarar una huelga general en todo el país.
 
Va madurando el histórico 17 de octubre.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.




El Día de los Trabajadores y una tradición de conquistas sociales logradas por la lucha popular
Blas Garcia
 
Sostiene Juan José Hernández Arregui que el proceso de industrialización que venía de la Primera Guerra Mundial y acrecentado rápidamente en el transcurso de la Segunda, había dado origen a un proletariado industrial destinado a una decisiva experiencia histórica en medio del pánico de los partidos directa o indirectamente complicados con el pasado de sumisión y dependencia.
 
Esas masas populares, decepcionadas del socialismo, ajeno a un radicalismo en plena descomposición histórica después de la muerte de su gran caudillo Hipólito Yrigoyen, y del comunismo, cuyas consignas nunca entroncaron con demandas populares del país, carecían de compromisos con la vieja política.
 

El 16 de octubre crece la agitación popular

El martes 16 de octubre de 1947, los obreros de la carne de Berisso se movilizan masivamente contra la reacción liberal, oligárquica y antipopular, y entran en Ensenada. Lo mismo ocurría en Valentín Alsina, Lanús, Avellaneda y otras localidades del sur del Gran Buenos Aires. También al mediodía del 16 los obreros ferroviarios de Tafi Viejo, en Tucumán habían abandonado los talleres.
 
La FOTIA declara la huelga en Tucumán en protesta por el apresamiento de Perón; invita a una "marcha por la paz" sobre la ciudad. Hay manifestaciones obreras en los barrios excéntricos de Rosario y Córdoba.
 
Ese miércoles era día de pago de la quincena. El historiador radical Felix Luna cuenta: Al ir a cobrar la quincena, los obreros se encontraron con que el salario del feriado 12 de octubre no se pagaba, a pesar del decreto firmado días antes por Perón. Panaderos y textiles fueron los más afectados por la reacción patronal. -¡Vayan a reclamarle a Perón!- era la sarcástica respuesta.

En la mañana, los dirigentes de la CGT visitan al presidente Farrell, al cual participan de su preocupación por la salud del coronel Perón, así como que algunos gremios, en forma parcial, han salido a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres del conservadorismo.
 
El Gral. Avalos intenta tranquilizarlos manifestándole que Perón se halla "protegido" por el Gobierno y al mismo tiempo, emite un comunicado en el que "hacer saber a la población que el coronel Perón no se encuentra detenido".
 
Perón, desde su cautiverio, le envía un mensaje a Avalos: "Comunico al señor Ministro que mientras la radio anuncia que no estoy detenido, hace cuatro días que me encuentro detenido e incomunicado y con dos centinelas de vista en la prisión de esta isla".
 
 
Inquietud en el Ejército

Un hombre de FORJA, Darío Alessandro, testimonia acerca de su encuentro, en esos días, con oficiales de Campo de Mayo que se encuentran replanteando su posición.
 
La oficialidad del Ejército, de posición nacionalista, ante los rumores de que regresarían al poder los viejos políticos conservadores, manifiestan su disconformidad y sostienen que ellos "al provocar la caída de Perón, no pensaban en replantear la vuelta a la vieja Argentina y menos aún de esa gente de la oligarquía". Estos oficiales habrían influido sobre el resto de Campo de Mayo para debilitar el apoyo al Gral. Avalos.

El diario yrigoyenista "La Época" expresa el cambio de situación que se está produciendo: "Desde la Quiaca hasta Tierra del Fuego y desde el Atlántico a los Andes, se pide, se clama y se exige la libertad del coronel Perón". "Los trabajadores de todo el país se han puesto de pie para reclamar la libertad del coronel Perón".
 
 
Posición de los Partidos de "izquierda"
 
Aproximadamente a la misma hora, inicia sus deliberaciones el Comité Central Confederal de la CGT en la sede de la Unión Tranviarios.
 
Por su parte, La Unión Obrera Local -expresión sindical del Partido Comunista- sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
En el mismo sentido se expresa la Federación Obrera de la Carne, en manos del stalinismo: "...bandas armadas, extrañas a los obreros de los frigoríficos, encabezadas por Cipriano Reyes, tratan de impedir el ingreso al trabajo. Los trabajadores no deben abandonar sus tareas y deben movilizarse para terminar de una vez con estas maniobras del nazifascismo que atentan contra la libertad, la democracia y el progreso del país".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".

Un sector importante de la CGT, enrolado en los partidos Comunista y Socialista identificaba a Perón con el nazismo y lo atacaban, coincidiendo y siendo funcionales a la embajada norteamericana.
 
Era un "nazifascismo"  tan raro que había levantado la intervención de las universidades, dado legalidad al Partido Comunista después de 15 años de proscripción, permitía la libertad de prensa más desenfrenada, y celebró las elecciones más limpias de toda nuestra historia, como lo reconocieron los partidos opositores.
 
Pero ahora el Partido Comunista no está de acuerdo con la entrega a la Corte. Reclama, con el ejemplo de los países liberados de nazis, que se forme un Gobierno de "concentración nacional" con la participación de ellos, desde luego.
 
 
Perón consigue su traslado
 
Al mediodía, el presidente Farrell decide - a propuesta de Vernengo Lima- que los doctores Nicolás Romano- de antigua militancia radical- y José Tobías, acompañados del capitán de corbeta Andrés Tropea y el comisario Rodríguez, viajen a Martín García para establecer el verdadero estado de salud de Perón y decidir acerca de si corresponde o no su traslado a un hospital de Buenos Aires. A media tarde, esas personas parten a cumplir su misión arribando a la isla al anochecer.

Al llegar la comitiva a Martín García, durante la noche, Perón se niega a ser revisado pues él tiene su médico y ésta ya ha informado al respecto. El capitán Tropea vacila, pero finalmente se comunica con sus superiores. Se produce una situación confusa.

Perón afirma que "por orden expresa del presidente, en contra de la decisión del ministro de Marina" se decidió el traslado. Hacia la medianoche, se realizan los preparativos para conducir al coronel al Hospital Militar, en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, adonde llegaría en la madrugada del 17 de octubre.
 
La Central Obrera declara un Paro General
 
A esa hora ya se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".

Si bien la CGT no lanzó la movilización que tendría lugar al día siguiente, la declaración de huelga sirvió como impulsor para que muchos sindicatos y los trabajadores en general, que estaban en estado de alerta desde días antes, se sintieran avalados para las acciones a emprender.
 
 
Llegan los primeros "descamisados"
 
Al anochecer del 16 de octubre había manifestaciones en Ave­llaneda que trataban de cruzar el puente. La policía, por orden del coronel Ramírez, trata de impedirlo. Pero apenas. Muchos se filtran. No son más de trescientos que vivan a Perón por la ave­nida Montes de Oca, desembocan en la avenida de Mayo y aplauden a el diarioLa Época. 
 
El jefe de Policía da inútiles órdenes de disolverlos, que la guardia de Infantería cumple a desgano. Serán los primeros "descamisados": por la noche llegaron más tandas de Villa Urquiza, Flores, el canal San Fernando, los talleres de ferrocarriles del Oeste para demostrar que muchos quieren la li­bertad de Perón. "Sin galera y sin bastón / los muchachos de Perón". No piden su reposición, sino su libertad. A la mañana serán oleadas las que llegan de Ensenada, Berisso, La Plata, Quilmes, Gerli...
 
 
Empezó a levantarse la ola
 
En Avellaneda, en Quilmes, en Berisso, en los barrios industriales de Buenos Aires y Rosario, en Tucumán, en Mendoza, en Córdoba. En todo el país la gente se reúne para hacer lo que pueda por quien es su ídolo. No solamente los hombres, también sus mujeres y sus hijos.
 
Ese coro­nel Perón había escuchado sus quejas y resuelto en la medida de lo posible sus aspiraciones. Pero no era solamente eso; lo material fue lo menos importante. Los había tratado de igual a igual como seres dignos.
 
Los mensú de Misiones, los cañeros de Tucumán, los obra­jeros del Chaco, los faenadores de Berisso, los obreros de las fábri­cas de Avellaneda y Quilmes, los artesanos de los barrios de Bue­nos Aires, los ferroviarios, los tranviarios, los operarios de las usi­nas eléctricas, los colectiveros, los canillitas, el pueblo entero de la República se sienten heridos por la prisión del coronel Perón.
 
Madura el 17 de octubre.
 
 
Escribe: Blas García 
 
Fuentes:
-José Maria Rosa. Historia Argentina, La Soberanía (1943-1946) Tomo 13.Editorial Oriente.
-Norberto Galasso. Perón - Formación, ascenso, caída (1893 - 1955) editorial Colihue.
-Rodolfo Puiggros. Historia Crítica de los Partidos Políticos Argentinos.Editorial: Argumentos.
- Jorge Abelardo Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina (Volumen II) Editorial Distal

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