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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 28-09-2019 / 09:09
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El fracaso de la negociación de alto nivel con el FMI fue una forma de despedir a Macri

El fracaso de la negociación de alto nivel con el FMI fue una forma de despedir a Macri
Mauricio Macri ya no puede hacer promesas que nunca cumplió, como cuando era oposición, y tampoco puede mostrar aspectos positivos de su gestión. Solamente pueden convocar con el odio, inducir el miedo a fantasmas imaginarios. Un discurso por la negativa. Aún así, el 30 por ciento sirve para movilizar, pero está muy lejos de lo que necesita para ganar. Y si pierde, gran parte de ese 30 por ciento se diluye.
"Tendrá que esperar más tiempo", fue la frase del Dos del FMI, David Lipton. Hablaba de la relación financiera con la Argentina de Mauricio Macri. Le aportaron para que llegue hasta las elecciones y ya lo dan por perdido. Ahora les parece plata echada a la basura.
 
Fracasó el plan A. El plan B sería condicionar al ganador de las presidenciales. La misión del Ministro de Hacienda Hernán Lacunza, del titular del Banco Central, Guido Sandleris y hasta del presidente en persona fue un fracaso.
 
Las declaraciones públicas de Lipton rompieron la estricta confidencialidad de estas negociaciones. Si el señor Dos se expresó de esa forma en público es que dan por descontado el fracaso del plan A y asumen que Macri ya no está en condiciones de garantizar nada y no le tienen consideración.
 
 "Vamos a trabajar para una eventual reanudación de la relación financiera con Argentina", insistió Lipton en declaraciones a Blumberg Radio. Un portazo patético para los representantes del gobierno macrista. Así como la expresión que el macrismo se visualiza a nivel internacional como el fracaso más estrepitoso en la gestión de fondos públicos.
 
Se trata de un gobierno que llegó a tener en su seno a más de 27 ex gerentes de bancos internacionales y agentes de Wall Street. Esa participación de representantes del mundo financiero permitió que la deuda argentina creciera a una velocidad insólita y que el mismo FMI decidiera concederle el préstamo más grande de su historia.
 
Y esa misma composición más la aplicación consecuente de todos los lugares comunes del neoliberalismo fueron la causa del tremendo fracaso. Hicieron fracasar a la economía del país pero los bancos y los fondos que ellos representaron hicieron negocios jugosos con la deuda y la timba del dólar y las altas tasas.
 
En menos de tres años y pico, el macrismo (radicales, pro y Coalición Cívica) tomó deuda por 180 mil millones de dólares, al tiempo que se producía una fuga de capitales por 130 mil millones y fundían al país. Alguno tendrá que pagar.
 
La lista de perdedores en estos cuatro años de macrismo es larguísima y conocida: los más humildes, castigados por el hambre y la indigencia, trabajadores que han perdido sus trabajos o aquellos que lo mantienen pero cuyos salarios perdieron el 30 por ciento, igual que los jubilados; la clase media cuya calidad de vida cayó en picada, la pequeña y mediana empresa acosada por las importaciones, la falta de crédito accesible, los costos altísimos y la caída de la demanda.
 
Los sectores que más se beneficiaron son los grandes productores y exportadores sojeros y las mineras, las empresas de los amigos del gobierno más los bancos y las empresas del sector energético. La rentabilidad de los dos últimos sectores se multiplicó por cien o más en algunos casos, mientras el país se fundía.

 
El candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, dio varias pistas del curso que tomará la negociación si gana las elecciones. El concepto se reduce a una frase: "no se pagará a costa del sufrimiento de los argentinos".
 
La candidata a vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, completó esa idea: "Yo quiero que los sectores que más se beneficiaron le presten un poco de atención a los que apenas pueden sobrevivir. Esto es la etapa que viene", indicó durante la presentación de su libro "Sinceramente" en La Matanza.
 
A la hora de pagar habrá que repartir el sacrificio de acuerdo con ese parámetro. El que más perdió tendrá que recibir un salvataje de los que más ganaron. Y el Estado será la herramienta para esa transferencia de recursos en sentido inverso al que tuvo en estos últimos cuatro años.
 
Pero las condiciones que ha planteado el Fondo en cualquier negociación siempre han sido en sentido contrario: achicar el Estado, disminuir jubilaciones, reforma previsional, y reforma laboral desregulando el mercado de trabajo. Son todas condiciones para empobrecer a los más pobres y favorecer a los más ricos.
 
Aunque no se plantee default ni quitas, las exigencias del FMI apuntarán en ese sentido a cambio de bajar cuotas y ampliar plazos. El gobierno inminente tendrá poco margen para actuar si no reasigna prioridades.
 
La experiencia demostró la forma cómo actúa el FMI y cómo actúan los sectores privilegiados cuando se afectan sus privilegios aunque sea en lo más mínimo.
 
Al principio son condescendientes y después comienza un bombardeo despiadado con discursos violentos y difamatorios a través de los medios en los que representan la mayor parte de la torta publicitaria.
 
Los últimos años de democracia han confirmado la extrema volubilidad de algunos periodistas que en la fácil se declamaban progresistas o peronistas. No es una novedad. Son escenas que se repiten.
 
Aún cuando haga concesiones, trate de evitar formas confrontativas y de no romper instancias de mediación, si el futuro gobierno se mantiene firme en esa decisión de no pagar a costa del sufrimiento de los argentinos, más pronto que tarde soportará una fuerte campaña en su contra.
 
Y a mediano plazo, el sistema de medios hegemónico tratará de incitar una fuerte tendencia a regresar a las políticas económicas que históricamente han arruinado al país, como han sido la de las dictaduras, la del menemismo y las de la Alianza y Cambiemos.
 
En la campaña electoral todavía resuenan esos discursos violentos. Las convocatorias a la marcha del sábado se centran en que "se van a perder libertades" (si gana el Frente de Todos), marchan "contra la corrupción" y en defensa de la "dignidad". Es el discurso del odio, donde los que no coinciden son corruptos o no tienen dignidad.
 
Como ha sido siempre, Macri se cuida de usar ese tono que queda reservado para las figuras más provocativas entre dirigentes como Elisa Carrió o Miguel Ángel Pichetto, y algunos artistas y periodistas del oficialismo. Advierten contra "el fascismo" y contra el uso de la fuerza para coartar libertades.
 
Estas consignas buscan movilizar a las personas haciéndoles creer que están a punto de perder libertades, que corren algún peligro o que los van a despojar, como dijo el candidato a vice Miguel Angel Pichetto: "el que tenga un departamento de más, lo tendrá que dar a la revolución". No es casual que el discurso recrudezca, --supuestas amenazas incluidas-- cuando necesitan movilizar.
 
El discurso odiador busca movilizar, pero provoca enojo en las personas que se sienten insultadas. Ese tono genera mucho malestar en la mayoría de la sociedad que ya quiere terminar con este gobierno y es consciente de la manipulación que intentan con inventos y exageraciones.
 
Es un discurso que ya no se recuesta en el clima político que preponderaba en la sociedad hasta hace uno o dos años, creado por los medios y comunicadores del macrismo.
 
Si Macri todavía representa al 30 por ciento del electorado, es probable que las marchas del "sísepuede", como han bautizado estos actos de su campaña por la reelección, tengan bastante participación. Muchas de esas personas se movilizarán por el odio que genera el miedo fantasma con que se las convoca, aunque Alberto ni Cristina Fernández hayan hablado nunca de "revolución" ni de los departamentos de nadie.
 
Resulta que a la inversa, ha sido este gobierno el que ha perseguido a periodistas críticos con listas negras, ha cerrado medios opositores, encarcelado a los propietarios de otros de esos medios y amenazado a los demás. Este gobierno tendrá que responder por los presos políticos, las muertes de decenas de víctimas de la represión y el gatillo fácil y por la manipulación desembozada de la Justicia.
 
Sin embargo, ninguna de las fuerzas de oposición que compiten en la campaña apeló a este discurso. Más bien lo ha evitado. Y no es porque ignoren esas circunstancias sino porque pueden ofrecer propuestas, eligen un discurso por la positiva, propositivo.
 
El oficialismo ya no puede hacer promesas que nunca cumplió, como cuando era oposición, y tampoco puede mostrar aspectos positivos de su gestión. Solamente pueden convocar con el odio, inducir el miedo a fantasmas imaginarios. Un discurso por la negativa. Aún así, el 30 por ciento sirve para movilizar, pero está muy lejos de lo que necesita para ganar. Y si pierde, gran parte de ese 30 por ciento se diluye.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página12
 

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15-11-2025 / 10:11
Desde mayo la tendencia inflacionaria es al alza pero el IPC del Indec está lejos del sufrimiento de los bolsillos argentinos. Fuertes subas sub representadas que marcan un pulso en la calle muy distinto al que registra la estadística oficial. Es la mentira de las canastas de pobreza e indigencia. En ese marco, el Gobierno de Javier "el Loco" Milei atraviesa un momento de creciente desgaste político y social, marcado por una serie de errores estratégicos, decisiones económicas controvertidas y promesas de campaña que se han diluido con el paso del tiempo.
 
Aunque el presidente continúa sosteniendo su discurso de reformas estructurales y combate contra la "casta", distintos sectores señalan falencias de gestión, inconsistencias doctrinarias y retrocesos que han afectado tanto su imagen como el rumbo de la administración. Uno de los principales focos de crítica apunta a la política económica. Pese a haber prometido libertad absoluta de mercados, el oficialismo implementó un esquema de devaluaciones administradas que contradice su discurso inicial.
 
Mientras se aplicó un crawling peg que deterioró salarios, jubilaciones y capacidad de consumo, también se produjo un reacomodamiento financiero que impactó sobre pymes y sectores productivos. El desarme de instrumentos financieros, como las letras estatales, generó un clima de incertidumbre que especialistas atribuyen a errores propios de gestión más que a herencias recibidas.
 
La gobernabilidad es otro frente de debilidad. Sin una base legislativa sólida y con tensiones internas, el oficialismo se apoyó recurrentemente en decretos, lo que debilitó la capacidad de negociación y profundizó la distancia con fuerzas aliadas y opositoras. A ello se sumó un episodio político costoso: la fallida estrategia de forzar un plebiscito anticipado, que derivó en una derrota y dejó al Presidente expuesto en su momento de mayor fragilidad.
 
La estructura de poder extremadamente concentrada, especialmente en el círculo íntimo más reducido, manejado autoritariamente por su hermana Karina, también es señalada como un factor que limita la capacidad de reacción ante crisis. Otro golpe duro llegó con el escándalo de la criptomoneda LIBRA, impulsada desde sectores cercanos al oficialismo y que terminó desplomándose abruptamente.
 
La polémica, bautizada como "Cryptogate", dañó la credibilidad presidencial, instaló dudas sobre el rol corrupto de funcionarios vinculados al proyecto y abrió interrogantes sobre eventuales responsabilidades políticas. A esto se suman los efectos sociales del ajuste. Los recortes profundos en salud pública redujeron programas, afectaron personal y dejaron en situación crítica a áreas sensibles, lo que despertó fuertes cuestionamientos desde organizaciones médicas y sociales. La contradicción entre el discurso de eficiencia estatal y la caída de prestaciones esenciales alimenta críticas sobre la orientación del ajuste.
 
En paralelo, varias promesas centrales de campaña quedaron inconclusas. La privatización de Vaca Muerta y de empresas estatales no avanzó; la ruptura de vínculos comerciales con países catalogados como "comunistas" quedó en declaraciones simbólicas más que en acciones concretas; y el supuesto desmantelamiento del sistema de planes sociales no llegó acompañado de mejoras sostenibles en la asistencia. Incluso afirmaciones erróneas sobre vacunas, como en el caso de la prevención del dengue, generaron malestar por la falta de precisión en cuestiones de salud pública. Con este panorama, Milei enfrenta un desgaste que combina problemas económicos, errores políticos y promesas que no lograron materializarse.
 
La Opinión Popular
 

15-11-2025 / 09:11
En una sincronía que se ha repetido en la historia, al tiempo que en Naciones Unidas el representante del gobierno argentino acusaba de corruptas a las víctimas de la dictadura y a sus familiares, en Washington se anunciaba un acuerdo con el gobierno de Javier "el Loco" Milei de subordinación y entrega. En Argentina, la violación de los derechos humanos, o su negación como en este caso, siempre tuvo su correlato con una relación de sumisión abyecta con Estados Unidos. La injerencia yanqui sobre su colonia argentina se profundiza. 

El miserable discurso pronunciado en la Comisión contra la Tortura de la ONU generó rechazo entre los demás presentes. En general, revictimizar a personas que han sufrido las peores aberraciones en torturas, violaciones, secuestros y desapariciones, genera repugnancia.

El funcionario al que le tocó jugar ese papel denigrante fue el subsecretario de Derechos Humanos, el siniestro Alberto Baños. Acusó a los organismos de derechos humanos, a las víctimas de la represión y a sus familiares de inventar la cifra de los 30 mil desaparecidos "para hacer negocio".
 
Este personaje tenía que responder preguntas sobre la represión del gobierno de Javier Milei a la protesta social y por el cercenamiento de políticas de derechos humanos. Pero eligió el papel más repulsivo para desacreditar a los organismos de derechos humanos que han sido quizás el aporte más democratizador que tuvo el proceso de transición democrática en la Argentina.
 
Baños es un exponente típico de un amplio sector del Poder Judicial. Se incorporó al fuero civil de la ciudad de Buenos Aires durante la dictadura y fue designado juez en el gobierno de Carlos Menem. Tuvo a su cargo algunos casos de resonancia, como la desaparición del policía de la Ciudad Arshak Karshanyan, en la que estaban sospechados miembros de esa institución. Baños hizo que la misma policía sospechada participara en la investigación y después de un tiempo dejó el caso sin resolver.
 
En otro caso, declaró prescripta la corrupción por el vaciamiento de Aerolíneas, lo que después tuvo que ser reconsiderado por otro tribunal. Y cuando se reabrió la investigación por la desaparición de las manos de Perón, la carpeta donde estaban los resultados de la investigación fue misteriosamente sustraída de su despacho.
 
No sería el sujeto más indicado para hablar de corrupción o para ser la cara de los derechos humanos de un gobierno que los respete. Más bien, su función ha sido hasta ahora liquidar las políticas de derechos humanos que la sociedad construyó laboriosamente desde la retirada de la dictadura.
 
Y en su presentación en Ginebra ante la Comisión contra la Tortura intentó ocultar la violencia institucional del gobierno del estafador Milei que todos los miércoles es pública y notoria cuando reprime con violencia a los jubilados.
 
La presentación tan sucia de Baños coincidió con el anuncio del gobierno de Estados Unidos del acuerdo con Milei que levanta aranceles aduaneros a los productos de ese país, elimina controles de calidad, así como controles sanitarios y se compromete a obstaculizar el ingreso de productos de otros países.
 
La contrapartida es cero. Estados Unidos no se compromete a nada que favorezca a los productos argentinos. Lo que se conoce del acuerdo afectará gravemente a la industria local como advirtió el gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde se asienta gran parte de esa actividad. Hay una regla invariable en la historia moderna del país: la violación sistemática de los derechos humanos ha estado siempre relacionada con gobiernos que al mismo tiempo entregaron soberanía. 
 

14-11-2025 / 09:11
La Casa Blanca de Estados Unidos dio a conocer unilateralmente los primeros lineamientos del acuerdo comercial entre Argentina y EE.UU., a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Anunciaron un acuerdo comercial y de inversiones que materializa el momento histórico de mayor subordinación colonialista de Argentina a Estados Unidos. Más apertura hacia la entrada de productos yanquis incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. Sin detalles, que todavía deben ser negociados, el texto muestra un completo alineamiento con todas las regulaciones norteamericanas, más allá del interés argentino, y la apertura total a sus mercaderías. El comunicado local no expresa claramente cuáles serían los "beneficios" para Argentina.
 
Los argentinos nos enteramos del acuerdo por el que Trump viene a cobrar su apoyo electoral a Milei, y que pagaremos todos los argentinos. Allí, se anuncia la firma de un convenio Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos con Argentina. Ambos países se comprometen en abrir sus mercados en "áreas clave", aunque en la letra del texto difundido es mucho más la Argentina abriendo sus fronteras a los productos norteamericanos que los "compromisos" asumidos por este último. Es una reversión de Pacto Roca-Runcimann de 1933, el Estatuto Legal del Coloniaje, que subordinó la economía argentina a los intereses británicos.
 
El acuerdo favorece mucho más a los Estados Unidos. Entre los puntos principales destaca que Argentina brindará "acceso preferencial a productos estadounidenses como medicamentos, maquinaria, tecnologías de la información y productos agrícolas". A su vez, Estados Unidos eliminará aranceles para "ciertos recursos naturales argentinos y bienes farmacéuticos no patentados" y considerará el impacto del acuerdo al aplicar medidas comerciales relacionadas con la seguridad nacional.
 
En el ámbito agrícola, ambas partes se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso al mercado de carne vacuna y aviar, así como a facilitar el comercio de productos como menudencias, carne de cerdo y productos lácteos. También se acordó no restringir el uso de ciertos términos cárnicos y lácteos.
 
El documento subraya que Argentina eliminará barreras no arancelarias como licencias de importación y formalidades consulares, y se comprometió a desmantelar gradualmente el impuesto estadístico para productos estadounidenses. Asimismo, se alineará con estándares internacionales en múltiples sectores y reconocerá certificaciones de organismos estadounidenses como la FDA. Este último punto implica un mazazo para la industria farmacéutica nacional.
 
Es un acuerdo con costos. El Marco de Comercio Recíproco e Inversión se presenta como un paso histórico para el vínculo bilateral. Sin embargo, la letra fina sugiere que Milei es un títere de los yanquis y los principales beneficios inmediatos recaerán sobre la economía de la potencia del norte: mayor acceso a sectores industriales y tecnológicos argentinos, influencia regulatoria ampliada, apertura en agroalimentos y una posición reforzada en cadenas de valor estratégicas. Para Argentina, los potenciales beneficios -posible llegada de inversiones- dependerán de cómo se implementen las reformas y de si el país puede evitar que la apertura derive en una nueva dependencia comercial asimétrica.
 
Milei celebró la difusión del acuerdo por parte del gobierno de Estados Unidos (que en Argentina no se oficializó formalmente). Para los norteamericanos, los "recates" al gobierno anarco capitalista tras haber fracasado no una, sino dos veces en menos de seis meses (salvataje del FMI en abril y de EEUU en octubre), están rindiendo con el sometimiento de Argentina en forma de entrega de soberanía.
 
La Opinión Popular

13-11-2025 / 09:11
Se perdieron más de 220.000 puestos de trabajo durante el gobierno cipayo, vende patria y pro oligarca de Javier "el Loco" Milei. Es la caída de empleo registrado privado, público y trabajadoras de casas particulares en agosto en relación a noviembre de 2023. En el mismo período creció el monotributo (+121.740). La precarización laboral avanza. En ese marco, Milei puso nuevamente en agenda la reforma laboral con el falso argumento de crear empleo. En la historia del país ya se demostró que eso no ocurrió, solo avanzó la precarización laboral, con salarios por el piso, que aumentó las ganancias de los empresarios.
 
El impensable y contundente resultado electoral de hace unos domingos atrás agrandó al gobierno anarco capitalista, que pasó a la ofensiva. La punta de lanza de esta ofensiva es la promocionada reforma laboral. ¿Se trata de una modernización equitativa y democrática de las relaciones capital trabajo, o se trata de una regresión a formas de dominio absoluto del capital sobre el trabajo?
 
Aprovechando el envión dado por las urnas, Milei está decidido a cumplir con las imposiciones del FMI. Que el Congreso apruebe el presupuesto 2026 en las sesiones extraordinarias de diciembre y sancione las leyes que impongan las reformas laboral esclavista y la tributaria, también exigidas por el Círculo Rojo, en enero. La previsional quedaría para más adelante.
 
Así como desde el inicio de su gestión creó una suerte de sentido común acerca de las bondades del equilibrio fiscal, que ya nadie en la oposición sistémica discute. Así ha buscado imponer un ambiente favorable a las reformas, particularmente la que tiene que ver en contra de los derechos del trabajo.
 
Los argumentos son por demás conocidos. Modernizar la legislación y sus normativas que estarían obsoletas frente a los nuevos procesos de producción y comercialización, que no se adaptarían a las nuevas tecnologías en continuo cambio, que su rigidez impediría la creación de empleo y por lo tanto obstaculizaría la reducción de la informalidad. Cuando el desempleo en Argentina llegó al 7,9% en el primer trimestre de 2025, según el INDEC. Casi 1,8 millones de personas estuvieron sin trabajo en ese período.
 
No se trata de ninguna modernización, es una regresión a las condiciones laborales del pre peronismo, si se quiere de fines del siglo XIX y principios del XX, que maximizan las ganancias de las empresas sobre la base de rebajar aún más el ingreso de los trabajadores. La experiencia demuestra que este tipo de reformas solo traen más precarización y pérdida de derechos. (Recordar "Ley de Empleo", 1991 y "Ley de Empleo, productividad y equidad", 2000 (Ley Banelco). La creación de empleos formales, que baja la informalidad, no depende de este tipo de normativas sino del crecimiento de la inversión productiva y la expansión de la actividad económica.
 
¿Qué tipo de reforma es necesaria? Una que compense la asimetría entre capital y trabajo, que no incline la cancha más de lo que está. Que por ejemplo reduzca la jornada para crear empleo. Que reconozca la calidad de trabajadores y por lo tanto sus derechos a quiénes se desempeñan en los servicios de plataformas. Que otorgue derechos a quienes trabajan en la Economía Popular. Que reconozca las licencias por paternidad y regule las tareas de cuidados...
 
Las condiciones de vida de los trabajadores no mejorarán con la reforma laboral de Milei, hay que rechazar el proyecto y conquistar trabajo con derecho para todos. No hay nada que negociar. Por el contrario, hay que resistir y luchar contra esta reforma antiobrera y antisindical que beneficia a los ricos y perjudica a los pobres. 
 
La Opinión Popular
 

12-11-2025 / 11:11
Gobierno libertario solo para la casta de los más ricos. Los "héroes" del Presidente. Marcos Galperín, ferviente defensor de que el Estado no intervenga en la economía, recibe millonarias exenciones impositivas. En un contexto de ajuste fiscal y debates por la reforma tributaria, el Formulario 10-Q presentado por Mercado Libre ante la SEC de Estados Unidos expone una vez más los jugosos beneficios fiscales que el gobierno de Javier Milei le otorga al "unicornio" fundado por Galperín, el hombre más rico de la nación con un patrimonio de 8.300 millones de dólares, según Forbes.
 
La empresa, valorada en más de 106 mil millones de "verdes", reportó ingresos netos de 7.400 millones en el tercer trimestre, un 39 por ciento más que el año anterior, y ganancias de 421 millones de dólares. Sin embargo, detrás de estos números relucientes se esconde un "secreto a voces": exenciones impositivas que superan los 350 millones de dólares en los últimos cinco años.
 
Bajo el régimen de promoción de la Economía del Conocimiento, Mercado Libre accedió en los primeros nueve meses de 2025 a beneficios por 50 millones en Ganancias y 17 millones de dólares en aportes previsionales, un 52 por ciento más que en 2024. "Es un subsidio injusto a una multinacional que no lo necesita", critica el Observatorio del Trabajo Informático (OTI), vinculado a la Asociación Gremial de Computación.
 
A Galperín le perdonaron en 2021: US$ 59 millones, en 2022: US$ 81 millones, en 2023: US$ 109 millones, en 2024: US$ 57 millones, en 2025: US$ 67 millones. Total: US$ 373 millones de impuestos le perdonaron a Galperin en cinco años. Pero los sectores populares tienen que pagar el IVA de los fideos sin chistar.
 
Sectores gremiales y la industria financiera coinciden: con su tamaño colosal, Javier Milei abusa del esquema al encuadrar áreas menores bajo un solo CUIT, mientras evade contribuciones que podrían destinarse a pymes o servicios públicos en crisis. Galperín, exiliado fiscal en Uruguay, predica la libre competencia, pero no duda en alzar la voz contra rivales como Temu y Shein, las plataformas chinas que inundan el mercado con productos baratos.
 
En el Foro Abeceb, Juan Martín de la Serna, presidente de la filial argentina de Mercado Libre, exigió "reglas claras" para importaciones, advirtiendo que amenazan el 90 por ciento de ventas de pymes en la plataforma y el empleo local. "Abrir indiscriminadamente da trabajo a chinos, no a argentinos", sentenció.
 
Ironía pura: el defensor del no intervenciónismo estatal ahora pide regulaciones que protejan su imperio. El cruce en X con Miguel Ángel Pichetto lo desnuda todo. El diputado peronista instó a gravar a estas "economías de plataformas" para cuidar la industria nacional.

Galperín replicó con arrogancia: "No estoy preocupado, competimos exitosamente". Pichetto no se quedó atrás: "Mejor empezá a preocuparte, porque te van a pasar por arriba y ya impactan en empleos de distribución".

Mientras, el Gobierno de Milei discute bajar cargas patronales, pero calla sobre estos privilegios elitistas de los más ricos empresarios. Esta disparidad fiscal alimenta el descontento: ¿por qué el gobierno de Milei regala millones a un magnate mientras mientras los salarios deprimidos de jubilados y trabajadores pagan la crisis?

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