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El clima en Paraná

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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 28-09-2019 / 09:09
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El fracaso de la negociación de alto nivel con el FMI fue una forma de despedir a Macri

El fracaso de la negociación de alto nivel con el FMI fue una forma de despedir a Macri
Mauricio Macri ya no puede hacer promesas que nunca cumplió, como cuando era oposición, y tampoco puede mostrar aspectos positivos de su gestión. Solamente pueden convocar con el odio, inducir el miedo a fantasmas imaginarios. Un discurso por la negativa. Aún así, el 30 por ciento sirve para movilizar, pero está muy lejos de lo que necesita para ganar. Y si pierde, gran parte de ese 30 por ciento se diluye.
"Tendrá que esperar más tiempo", fue la frase del Dos del FMI, David Lipton. Hablaba de la relación financiera con la Argentina de Mauricio Macri. Le aportaron para que llegue hasta las elecciones y ya lo dan por perdido. Ahora les parece plata echada a la basura.
 
Fracasó el plan A. El plan B sería condicionar al ganador de las presidenciales. La misión del Ministro de Hacienda Hernán Lacunza, del titular del Banco Central, Guido Sandleris y hasta del presidente en persona fue un fracaso.
 
Las declaraciones públicas de Lipton rompieron la estricta confidencialidad de estas negociaciones. Si el señor Dos se expresó de esa forma en público es que dan por descontado el fracaso del plan A y asumen que Macri ya no está en condiciones de garantizar nada y no le tienen consideración.
 
 "Vamos a trabajar para una eventual reanudación de la relación financiera con Argentina", insistió Lipton en declaraciones a Blumberg Radio. Un portazo patético para los representantes del gobierno macrista. Así como la expresión que el macrismo se visualiza a nivel internacional como el fracaso más estrepitoso en la gestión de fondos públicos.
 
Se trata de un gobierno que llegó a tener en su seno a más de 27 ex gerentes de bancos internacionales y agentes de Wall Street. Esa participación de representantes del mundo financiero permitió que la deuda argentina creciera a una velocidad insólita y que el mismo FMI decidiera concederle el préstamo más grande de su historia.
 
Y esa misma composición más la aplicación consecuente de todos los lugares comunes del neoliberalismo fueron la causa del tremendo fracaso. Hicieron fracasar a la economía del país pero los bancos y los fondos que ellos representaron hicieron negocios jugosos con la deuda y la timba del dólar y las altas tasas.
 
En menos de tres años y pico, el macrismo (radicales, pro y Coalición Cívica) tomó deuda por 180 mil millones de dólares, al tiempo que se producía una fuga de capitales por 130 mil millones y fundían al país. Alguno tendrá que pagar.
 
La lista de perdedores en estos cuatro años de macrismo es larguísima y conocida: los más humildes, castigados por el hambre y la indigencia, trabajadores que han perdido sus trabajos o aquellos que lo mantienen pero cuyos salarios perdieron el 30 por ciento, igual que los jubilados; la clase media cuya calidad de vida cayó en picada, la pequeña y mediana empresa acosada por las importaciones, la falta de crédito accesible, los costos altísimos y la caída de la demanda.
 
Los sectores que más se beneficiaron son los grandes productores y exportadores sojeros y las mineras, las empresas de los amigos del gobierno más los bancos y las empresas del sector energético. La rentabilidad de los dos últimos sectores se multiplicó por cien o más en algunos casos, mientras el país se fundía.

 
El candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, dio varias pistas del curso que tomará la negociación si gana las elecciones. El concepto se reduce a una frase: "no se pagará a costa del sufrimiento de los argentinos".
 
La candidata a vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, completó esa idea: "Yo quiero que los sectores que más se beneficiaron le presten un poco de atención a los que apenas pueden sobrevivir. Esto es la etapa que viene", indicó durante la presentación de su libro "Sinceramente" en La Matanza.
 
A la hora de pagar habrá que repartir el sacrificio de acuerdo con ese parámetro. El que más perdió tendrá que recibir un salvataje de los que más ganaron. Y el Estado será la herramienta para esa transferencia de recursos en sentido inverso al que tuvo en estos últimos cuatro años.
 
Pero las condiciones que ha planteado el Fondo en cualquier negociación siempre han sido en sentido contrario: achicar el Estado, disminuir jubilaciones, reforma previsional, y reforma laboral desregulando el mercado de trabajo. Son todas condiciones para empobrecer a los más pobres y favorecer a los más ricos.
 
Aunque no se plantee default ni quitas, las exigencias del FMI apuntarán en ese sentido a cambio de bajar cuotas y ampliar plazos. El gobierno inminente tendrá poco margen para actuar si no reasigna prioridades.
 
La experiencia demostró la forma cómo actúa el FMI y cómo actúan los sectores privilegiados cuando se afectan sus privilegios aunque sea en lo más mínimo.
 
Al principio son condescendientes y después comienza un bombardeo despiadado con discursos violentos y difamatorios a través de los medios en los que representan la mayor parte de la torta publicitaria.
 
Los últimos años de democracia han confirmado la extrema volubilidad de algunos periodistas que en la fácil se declamaban progresistas o peronistas. No es una novedad. Son escenas que se repiten.
 
Aún cuando haga concesiones, trate de evitar formas confrontativas y de no romper instancias de mediación, si el futuro gobierno se mantiene firme en esa decisión de no pagar a costa del sufrimiento de los argentinos, más pronto que tarde soportará una fuerte campaña en su contra.
 
Y a mediano plazo, el sistema de medios hegemónico tratará de incitar una fuerte tendencia a regresar a las políticas económicas que históricamente han arruinado al país, como han sido la de las dictaduras, la del menemismo y las de la Alianza y Cambiemos.
 
En la campaña electoral todavía resuenan esos discursos violentos. Las convocatorias a la marcha del sábado se centran en que "se van a perder libertades" (si gana el Frente de Todos), marchan "contra la corrupción" y en defensa de la "dignidad". Es el discurso del odio, donde los que no coinciden son corruptos o no tienen dignidad.
 
Como ha sido siempre, Macri se cuida de usar ese tono que queda reservado para las figuras más provocativas entre dirigentes como Elisa Carrió o Miguel Ángel Pichetto, y algunos artistas y periodistas del oficialismo. Advierten contra "el fascismo" y contra el uso de la fuerza para coartar libertades.
 
Estas consignas buscan movilizar a las personas haciéndoles creer que están a punto de perder libertades, que corren algún peligro o que los van a despojar, como dijo el candidato a vice Miguel Angel Pichetto: "el que tenga un departamento de más, lo tendrá que dar a la revolución". No es casual que el discurso recrudezca, --supuestas amenazas incluidas-- cuando necesitan movilizar.
 
El discurso odiador busca movilizar, pero provoca enojo en las personas que se sienten insultadas. Ese tono genera mucho malestar en la mayoría de la sociedad que ya quiere terminar con este gobierno y es consciente de la manipulación que intentan con inventos y exageraciones.
 
Es un discurso que ya no se recuesta en el clima político que preponderaba en la sociedad hasta hace uno o dos años, creado por los medios y comunicadores del macrismo.
 
Si Macri todavía representa al 30 por ciento del electorado, es probable que las marchas del "sísepuede", como han bautizado estos actos de su campaña por la reelección, tengan bastante participación. Muchas de esas personas se movilizarán por el odio que genera el miedo fantasma con que se las convoca, aunque Alberto ni Cristina Fernández hayan hablado nunca de "revolución" ni de los departamentos de nadie.
 
Resulta que a la inversa, ha sido este gobierno el que ha perseguido a periodistas críticos con listas negras, ha cerrado medios opositores, encarcelado a los propietarios de otros de esos medios y amenazado a los demás. Este gobierno tendrá que responder por los presos políticos, las muertes de decenas de víctimas de la represión y el gatillo fácil y por la manipulación desembozada de la Justicia.
 
Sin embargo, ninguna de las fuerzas de oposición que compiten en la campaña apeló a este discurso. Más bien lo ha evitado. Y no es porque ignoren esas circunstancias sino porque pueden ofrecer propuestas, eligen un discurso por la positiva, propositivo.
 
El oficialismo ya no puede hacer promesas que nunca cumplió, como cuando era oposición, y tampoco puede mostrar aspectos positivos de su gestión. Solamente pueden convocar con el odio, inducir el miedo a fantasmas imaginarios. Un discurso por la negativa. Aún así, el 30 por ciento sirve para movilizar, pero está muy lejos de lo que necesita para ganar. Y si pierde, gran parte de ese 30 por ciento se diluye.
 
Por Luis Bruschtein
 
Fuente: Página12
 

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04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

03-12-2025 / 10:12
No fue solo un giro diplomático: por primera vez desde el retorno de la democracia, Argentina votó en esta materia junto con EEUU e Israel, dos países cuestionados por graves violaciones a los derechos humanos y hasta genocidio, posicionándose, así como los tres únicos Estados en el mundo que se niegan a condenar el uso de la tortura.
 
El posicionamiento argentino desnuda la verdadera esencia del gobierno de Javier "el Loco" Milei, al cual la calificación de fascista no resulta exagerada, pues hubo incluso gobiernos de extrema derecha, que por vergüenza o compromiso, votaron afirmativamente condenando la tortura.
 
La resolución rechazada por Argentina fue promovida por el Comité contra la Tortura (CAT), órgano que días antes había publicado un informe crítico sobre la situación del país. Ese informe expresó su "profunda preocupación" por la persistencia de detenciones prolongadas en comisarías, prácticas policiales violentas, falta de controles judiciales efectivos y condiciones inhumanas en lugares de encierro.
 
El Comité recordó que los jueces y juezas penales son garantes últimos de la legalidad y dignidad de toda detención, y que el Estado argentino viola sus obligaciones cuando tolera celdas sin ventilación, superpobladas, sin colchones, sin agua potable, o cuando naturaliza golpizas, hostigamientos y traslados arbitrarios.
 
Nada de esto es nuevo: hace décadas que organismos de DDHH como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) o la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre otros, advierten y condenan las prácticas sistemáticas que se dan en los contextos de encierro, que encuadran dentro de los "Tratos crueles, inhumanos o degradantes" tal como se define en el derecho internacional en materia de DDHH.
 
Sin embargo, lejos de reconocer la legitimidad de estas observaciones, el gobierno argentino reaccionó con un ataque político. El mismo día que se conoció el informe del CAT, se publicó en el sitio "Argentina.gob" la respuesta oficial, calificando al informe como "sesgado", bajo la acusación de haber omitido "graves abusos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández".
 
Para el gobierno de Milei, el documento emitido por el CAT está "abiertamente influido por grupos militantes y organizaciones con marcada orientación kirchnerista" y "exhibe un sesgo ideológico incompatible con la imparcialidad que exige el sistema internacional de derechos humanos".
 
Resultaría gracioso, si no fuera tan trágico, que se etiquete de esa forma a un organismo técnico en el ámbito de las Naciones Unidas. Pero esa es la lógica del gobierno de La Libertad Avanza: quien denuncia abusos policiales o defiende garantías constitucionales es automáticamente sospechado de "zurdo" o "kuka".
 

03-12-2025 / 10:12
Karina "la Coimera" Milei sueña con que su hermano la elija como sucesora como hizo Néstor Kirchner con Cristina en 2007 en una maniobra que le permitió al kirchnerismo quedarse en el poder durante 12 años. "Hay que ir por la reelección de Javier Milei", aclaró en Mar del Plata, en el congreso libertario que encabezó frente a 300 personas, pese a que esperaban más de 700. Pero lo que no dijo es que ella se plantea como sucesora de su hermano, en el 2027 o en el siguiente turno electoral.
 
"Ella quiere que Milei la elija como sucesora, como hizo Néstor con Cristina", explicó un dirigente libertario al tanto de los planes de la hermana presidencial. En el mismo acto se difundió la creación de un "comité de disciplina" de La Libertad Avanza, que tendrá tolerancia cero a las individualidades. Entre los libertarios dijeron que el comité servirá como una suerte de Mazorca de Karina para tener a raya a todo el partido, en especial a los influencers como el Gordo Dan, el cabecilla de Las Fuerzas del Cielo que agrupa a los seguidores de Santiago Caputo.
 
Justamente el Gordo Dan ofició durante los primeros dos años de mandato de Milei como un guardián de la pureza libertaria y fue quien hizo echar a varios funcionarios que se corrieron de la línea. Karina quiere ser la única en detentar ese poder. Además, no quiere que los ministros, diputados y senadores vayan a la televisión sin su supervisión previa.
 
La visión policial de la política que despliega Karina ya es motivo de preocupación entre importantes dirigentes libertarios y llegó a impactar en el Congreso. "Patricia Bullrich le tiene terror a Karina", afirmó un importante dirigente libertario.
 
La hermana de Milei ahora tiene en mira el ministerio de Justicia como el próximo lugar para colonizar. Karina le pidió a Mariano Cúneo Libarona que se quedara en el ministerio luego de las elecciones pese a que ya había presentado una carta con su renuncia. El objetivo era darse un tiempo para definir su sucesor.
 
Ahora, Karina quiere que el puesto de Cúneo lo ocupe Santiago Viola. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza y era su candidato para la secretaría Legal y Técnica antes de que Santiago Caputo acercara a María Ibarzábal Murphy, quien se ganó la confianza de Milei y es una pieza clave del gabinete. Pero los tiempos cambiaron y la obsesión de Karina por la Justicia creció desde el caso Libra y las coimas de la Andis, que la tienen en el centro de las investigaciones de la justicia federal.
 
Estos movimientos forman parte, según los libertarios, de un objetivo mayor para Karina, que es el de entrar a la fórmula presidencial en el futuro. Milei repite que su jefe es su hermana y por eso en el gobierno no descartan que Karina pida dar el salto en 2027.
 
La semana pasada, Karina se apersonó en el Senado para dar una demostración de poder en la Cámara en la que acaba de entrar Patricia Bullrich, otra de las figuras del gobierno con aspiraciones a entrar en la fórmula presidencial, pero que teme a la hermana de Milei.
 
Karina es la persona de este gobierno que tiene peor imagen, se la asocia a la corrupción. Su figura, cada vez más central dentro de la estructura de poder, es parte del debate sobre quién toma las decisiones en la gestión nacional. De hecho, las encuestas ya están evaluando la percepción sobre quién gobierna realmente: Javier Milei o su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
 
La Opinión Popular
 

01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
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