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Sociedad e Interés General - 27-09-2019 / 20:09
EFEMÉRIDES POPULARES

Golpe de Estado frustrado contra el presidente Juan Perón

Golpe de Estado frustrado contra el presidente Juan Perón
El golpe de Estado del 28 de septiembre de 1951 ocurrió en la Argentina cuando militares anti-peronistas del Ejército, la Marina y la Aeronáutica, al mando del general retirado Benjamín Andrés Menéndez, intentaron derrocar al gobierno constitucional del presidente Juan Perón.
El golpe de Estado del 28 de septiembre de 1951 ocurrió en la Argentina cuando militares anti-peronistas del Ejército, la Marina y la Aeronáutica, al mando del general retirado Benjamín Andrés Menéndez, intentaron derrocar al gobierno constitucional del presidente Juan Perón.
 
Los militares gorilas querían desarmar por completo el Estado peronista y quitarles todas las conquistas sociales a los trabajadores, retrotrayéndolos al régimen de explotación de la clase obrera que regía antes de 1943, para que los empresarios pudieran llenarse de nuevo los bolsillos a costa del empobrecimiento del pueblo.
 
El complot estaba encabezado por Benjamín Menéndez, numen tutelar de una estirpe golpista. Lo acompañaban en la aventura oficiales que tendrán una destacada foja de servicios golpistas como Julio AlsogarayTomás Sánchez de Bustamante y Alejandro Agustín Lanusse.
 
En medio de los aprestos militares, Menéndez convocó a una reunión secreta a importantes referentes de la oposición. Asistieron Arturo Frondizi de la UCR, Américo Ghioldi por el Partido Socialista, Horacio Thedy en representación de los Demócratas Progresistas y Reynaldo Pastor por los Demócratas Nacionales, que era el curioso nombre que se daban los conservadores más recalcitrantes de la Argentina.
 
El movimiento estalló en las primeras horas del 28 de septiembre. Como corresponde a todo golpista que se precie, Menéndez redactó su proclama, que acusaba al gobierno de haber llevado la Nación a "una quiebra total de su crédito interno y externo, tanto en lo moral y espiritual como en lo material". 
 
El intento de golpe tuvo su tímido epicentro en Campo de Mayo, donde los "revolucionarios" sólo alcanzaron a poner en marcha dos o tres tanques. Los efectivos rebeldes encontraron la resistencia -tanto activa como encubierta- de los suboficiales peronistas a cargo de los tanques de la fuerza inicial y les faltó el apoyo de unidades con las que pensaban contar, por lo que al cabo de medio día se rindieron a las fuerzas leales.
 
El Presidente declaró el estado de guerra interno. La CGT dispuso una huelga general y el estado de alerta y llamó a una concentración en Plaza de Mayo para resistir el golpe.
 
Por Blas García



Fue en la Escuela Superior de Guerra donde surgió un grupo conspirativo para destituir al gobierno y buscaron como líder al único militar no oficialista con mando de tropas, esto es a Lonardi que estaba como comandante del Primer Cuerpo de Ejército, nunca había intervenido en política y gozaba de prestigio entre sus camaradas.
 
Los historiadores Alain Rouquié y Robert A. Potash hablan sobre dos conspiraciones paralelas en marcha para derrocar a Perón en tanto Félix Luna manifiesta su disidencia y afirma que "en realidad...había una sola conspiración en 1951. O mejor dicho, un estado de virtual alzamiento en algunos sectores del Ejército que sólo necesitaba un jefe para materializarse."
 
Menéndez y Lonardi tuvieron dos reuniones secretas en agosto de 1951 donde se explicitaron sus desacuerdos. Mientras el primero quería actuar ya, aprovechando que la situación económica había empeorado y que habían surgido conflictos gremiales importantes, Lonardi pensaba que el momento no había madurado lo suficiente.
 
Por otra parte, Lonardi estaba por un programa gubernativo que preservara las leyes sociales y Menéndez proponía una dictadura provisional y la abolición de la reforma de 1949, pero fundamentalmente lo que los separaba era -en palabras de Potash con las que coincide Luna- "la dignidad personal, el orgullo y la ambición".

Viendo un momento político favorable Menéndez dio la orden de desencadenar el golpe el 28 de septiembre aprovechando dos circunstancias: el regimiento de tanques con asiento en Magdalena - que se sabía leal al gobierno- estaría en maniobras lejos de su unidad, en tanto la fuerza aeronaval de Punta Indio que se rebelaría, también estaría en etapa de maniobras, esto es lista para desplegarse.
 
Lonardi -que harto de las directivas políticas de su ministro había pedido su retiro, que le fue aceptado de inmediato- decidió no adherir al golpe pero dejó en libertad a sus seguidores, parte de los cuales apoyaron el mismo.
 
El plan revolucionario era audaz: apoderarse de los tanques de Campo de Mayo, ir al Colegio Militar de la Nación que ya estaría sublevado y con las fuerzas sumadas unirse a los efectivos de La Tablada que previamente habrían ocupado la base aérea de Morón donde descenderían los aviones Gloster Meteor que vendrían desde Tandil para apoyarlos.
 
Estos aviones, más los ubicados en Punta Indio, si fuera necesario bombardearían los otros aeropuertos cercanos a Buenos Aires y la Casa de Gobierno mientras la columna terrestre avanzaba sobre la Capital Federal.
 
 
Ejecución del golpe
 
En la madrugada del día 28, el capitán Alejandro Agustín Lanusse con efectivos de la Escuela de Equitación de Campo de Mayo se apoderó de la puerta número 8 del mismo y por ella ingresaron Menéndez y su estado mayor.
 
Desde allí fueron a la Escuela de Caballería que había sido sublevada por el capitán Víctor Salas y luego al Regimiento C-8 en el cual, cuando eran ya las 7 de la mañana, encontró que no había combustible para movilizar los tanques.
 
A todo esto llegó el jefe del C-8 teniente coronel Julio Cáceres que recibió el apoyo de los suboficiales, produciéndose un tiroteo en el cual cayó muerto el cabo Miguel Farina pero finalmente los sublevados dominaron la situación.
 
De los treinta tanques, sólo pudieron movilizar a siete -probablemente por sabotaje de los suboficiales- pero antes de llegar a la salida otros cinco tuvieron desperfectos y debieron ser abandonados, por lo que en definitiva la columna golpista partió al mando del general Menéndez con dos tanques Sherman, tres unidades blindadas y 200 efectivos a caballo.
 
La columna se dirigió al Colegio Militar de la Nación ubicado en la localidad de El Palomar a una hora de camino pero si bien no fueron reprimidos por sus efectivos, tampoco recibieron el apoyo que esperaban de sus autoridades y Menéndez ordenó seguir viaje hacia el punto de encuentro acordado con el destacamento mecanizado de La Tablada que presumía todavía sublevado pero hacia las tres de la tarde se enteró que ante la movilización de tropas leales que había realizado el comandante en jefe del ejército general Ángel Solari, aquel se había rendido. Menéndez junto con algunos de sus oficiales volvió al Colegio Militar entregándose detenidos.
 
Mientras tanto la escuadra aeronaval y la base militar de Punta Indio, que se habían sublevado, impedían que despegaran aviones desde Buenos Aires.
 
El Presidente decretó el estado de guerra interno y la CGT dispuso un paro general por 24 horas al mismo tiempo que, a su convocatoria, una multitud concurrió a la Plaza de Mayo donde Perón les dirigió algunas palabras desde el balcón de la Casa Rosada.
 
Una escuadrilla de 20 aviones estaba próxima a despegar desde Punta Indio dispuesta bombardear la Casa de Gobierno, pero advertido de la presencia de los manifestantes, su comandante Baroja para evitar una masacre abortó la operación en momentos que ya se acercaban a la base unidades motorizadas desde La Plata.
 
Lo cierto es que de nada valía el dominio del aire por los rebeldes si carecían de fuerzas terrestres. Poco después Baroja escapaba en su avión a Montevideo asumiendo la total responsabilidad por los actos de quienes estuvieron a su mando.
 
 
Consecuencias de la rebelión
 
El día 29 renunciaron los ministros de Aeronáutica César Ojeda y de Marina, Enrique B. García, que fueron inmediatamente reemplazados. El cabo Farina fue sepultado con todos los honores y el jefe insurrecto y sus más inmediatos colaboradores detenidos fueron enjuiciados de inmediato y recibieron penas de prisión:
 
Benjamín Menéndez: 15 años de prisión.
Rodolfo Larcher, Agustín Pío de Elía y Armando Repetto: 6 años de prisión.
Julio Rodolfo Alsogaray: 5 años de prisión.
Luis Carlos Busetti, Anacleto Losa y Julio Costa Paz: 4 años de prisión.
Manuel Reimundes: 3 años de prisión.
 
Un total de 111 oficiales de las tres armas recibieron penas de cárcel y otros 66 a los que no se pudo detener para juzgar se les dio de baja. Otros recibieron sanciones administrativas, por lo que el total de oficiales a los que se les cortó la carrera militar fue alrededor de 200.​ Los condenados a prisión fueron trasladados a cárceles de presos comunes -no al penal militar- y tratados ni mejor ni peor que estos.
 
Algunos diarios y políticos oficialistas clamaban porque se aplicaran penas más severas -inclusive la pena de muerte- pero Perón no hizo nada al respecto. En cambio, aprovechó para depurar las fuerzas armadas desprendiéndose mediante su retiro de oficiales que nada tenían que ver con la rebelión, como fue el caso de los generales Arturo Rawson y Ángel Solari. Fueron pasados a retiro 3 generales de división, 9 generales de brigada y 8 almirantes.
 
Félix Luna sintetiza así las consecuencias políticas: "Menéndez había logrado lo que Perón no se había atrevido a hacer...el presidente podía descansar en un Ejército, una Marina y una Aeronáutica que se habían descargado de todos los factores que pudieran impedir los planes políticos que las involucraban. (...) El aplastamiento sin sangre de la intentona de Menéndez (...) desvaneció las ilusiones que muchos políticos habían acariciado sobre un rápido derrocamiento".
 
Fuente: Wikipedia

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Golpe de Estado frustrado contra el presidente Juan Perón
El complot del 28 de septiembre de 1951 estaba encabezado por el general retirado del servicio activo desde 1942, Benjamín Menéndez, numen tutelar de una estirpe golpista que nos legó a miembros tan "ilustres" como Luciano Benjamín Menéndez, jefe del Estado terrorista en Córdoba y la zona del III Cuerpo de Ejército entre 1976 y 1983, condenado a cadena perpetua, y el impune Mario Benjamín Menéndez, gobernador militar de Malvinas en 1982, aquel que había amenazado con suicidarse antes de entregar Puerto Argentino a los piratas ingleses de la Thatcher. Lamentablemente no cumplió.
15-10-2025 / 19:10
Juan Perón había surgido a la vida política dos años antes, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, y había dignificado al obrero otorgando derechos vulnerados desde siempre. Unidos en el odio a Perón y defendiendo sus intereses, el frente oligárquico logra aislarlo, despojarlo de todos su cargos forzando su renuncia y recluirlo en la isla de Martín García. Parecía que una vez más en nuestra historia, los que más tenían, los que hacían las  leyes, los que vivían del trabajo ajeno, imponían su voluntad omnipotente.
 
Pero los trabajadores argentinos reaccionan y en la mañana del lunes 16 de octubre de 1945, los dirigentes de la CGT se entrevistan con presidente Edelmiro J. Farrell, al cual le trasmite su preocupación por la situación del coronel Perón, así como que algunos gremios han empezado a salir a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres de la oligarquía y del conservadorismo.
 
Por su parte, la Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres".
 
A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión".
 
Los partidos de "izquierda" de la oligarquía, más que confundidos, no saben de donde sale esa "chusma" peroniana, como la denominan despectivamente, que nada tiene que ver con el modelo de obrero de sus libros y manuales, pulcro y atildado, con el que están acostumbrados a tratar.
 
A la tarde se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11, "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora".
 
Comienza así, el devenir histórico por el cual los trabajadores argentinos se introducen por primera vez y para siempre en la escena política nacional, para terminar con la semicolonia pastoril y construir una nación moderna e independiente, y lo hacen con un movimiento popular que tiene como eje al proletariado. En nuestro país nada volvería a ser igual.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista 
Escribe Blas García 

15-10-2025 / 09:10
Encabezando la reacción oligárquica, el general Eduardo Jorge Ávalos y el almirante Héctor Vernengo Lima, de Ejército y Marina respectivamente, pidieron al presidente Edelmiro J. Farrell que destituyese a Juan Perón por su política popular y obrerista. Este fue detenido y llevado a la isla prisión de Martín García.
 
El 15 de octubre de 1945, el capitán Miguel Ángel Mazza, médico y amigo personal de Perón, entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón"lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario". Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, general Ávalos.
 
El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida.
 
Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el almirante Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera excesiva buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.
 
Por su parte, la embajada yanqui celebra la detención del Coronel: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista".
 
Pero los imperialistas yanquis se equivocan. Disconformes con la medida, amplios sectores populares comienzan a movilizarse en todo el país para exigir y reclamar la libertad del que comenzaba a ser su Líder. Lo hicieron como clase obrera, utilizando el medio de lucha de los proletarios: la paralización de actividades.
 
El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios tucumanos. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse. Y la cúpula de la Central Obrera, ante los reclamos de los gremios del interior, convoca al Comité Central Confederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen declarar una huelga general en todo el país.
 
Va madurando el histórico 17 de octubre.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.     

13-10-2025 / 20:10
13-10-2025 / 20:10
13-10-2025 / 19:10
El domingo 14 de octubre de 1945, la situación del coronel Juan Perón es incierta. Se encuentra detenido en la prisión de la isla de Martín García, traicionado por sus camaradas de armas, los militares nacionalistas, y cuando aún no se ha producido la reacción obrera y popular en su defensa.
 
El diario "La Época" informa que el planteo de la dirigencia política "democrática" de entregar el gobierno a la Corte Suprema significaría la asunción, como presidente, de Roberto Repetto, gran amigo del oligarca Robustiano Patrón Costas y de otros fuertes empresarios azucareros del Norte.
 
Ese mismo día 14, el general Eduardo Jorge Ávalos visita al dirigente comunista Victorio Codovilla en el Departamento de Policía. Pocas horas antes de que el jerarca stalinista recuperase la libertad, Avalos mantuvo una larga plática con él, de la cual sólo trascendió esta información: El dirigente comunista habría dicho: "Hemos cometido un error en no haber apoyado antes a este gobierno. Temo que ya sea tarde".
 
El historiador Rodolfo Puiggros se refiere a esta entrevista y comenta que, por supuesto, "al decir este gobierno, Codovilla se refería al que representaba Avalos, es decir, que para el secretario general del Partido Comunista los militares dejaban de ser nazifascistas por el mero hecho de haber detenido a Perón". 
 
Mientras, en Martín García, Perón escribe dos cartas. La primera, al general Avalos, donde afirma que "soy todavía un oficial superior del Ejército en actividad y desconozco el delito de que se me acusa".  La segunda es una nueva carta a Eva, caracterizada por las expresiones cariñosas hacia su compañera, donde le habla de su proyecto de alejarse de la acción pública. Lo que constituiría, según algunos ensayistas peronistas, un nuevo intento de despistar a quienes revisasen la correspondencia.
 
Escribe Blas García

Las jornadas de Octubre: Hasta el 18 de octubre, relataremos, día por día, los acontecimientos y eventos más importantes acaecidos en octubre de 1945, y que culminarán en el histórico 17.    

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