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Sociedad e Interés General - 24-09-2019 / 19:09
EFEMÉRIDES POPULARES. EL 25 DE SEPTIEMBRE DE 1973 ES ULTIMADO EL DIRIGENTE GREMIAL

Asesinato del líder de la CGT José Ignacio Rucci

Asesinato del líder de la CGT José Ignacio Rucci
El 25 de septiembre de 1973 es asesinado José Ignacio Rucci cuando salía de la casa de calle Avellaneda 2953 en el barrio de Flores. Cuando se enteró, Juan Perón lloró por primera vez en público y dijo: "Me cortaron las patas..."
El 25 de septiembre de 1973 es asesinado José Ignacio Rucci cuando salía de la casa de calle Avellaneda 2953 en el barrio de Flores. Cuando se enteró, Juan Perón lloró por primera vez en público y dijo: "Me cortaron las patas..." Dos días antes, Perón -para quien Rucci era uno de sus colaboradores políticos más confiables- había ganado las elecciones presidenciales con el 62 por ciento de los votos.
 
Un grupo de la organización Montoneros pudo haber consumado el hecho (y decimos supuestamente porque esta acción aberrante nunca fue asumida por nadie ni investigada en su momento) Se conjetura que el crimen de Rucci se debe a una venganza de Montoneros porque el dirigente sindical había participado abiertamente de las presiones para forzar la renuncia de Héctor Cámpora, a quien se le atribuían contactos con la organización armada.
 
De la redacción de La Opinión Popular



José Ignacio Rucci, dirigente sindical y político peronista, nacido en Alcorta, provincia de Santa Fe, el 15 de marzo de 1924, fue asesinado en Buenos Aires, el 25 de septiembre de 1973.
 
Rucci fue dirigente gremial en la importante fábrica siderúrgica SOMISA, de San Nicolás de los Arroyos-Ramallo, en 1960 asumió la Secretaría de Prensa de la UOM (Unión Obrero Metalúrgica), acompañando a Vandor, Paulino Niembro, Avelino Fernández y Lorenzo Miguel,  y en 1964 fue designado interventor en la seccional San Nicolás donde luego fue secretario general.
 
En 1970 logró el cargo de secretario general de la CGT y desde allí fue uno de los impulsores de la lucha por el regreso de Juan Domingo Perón al país.
 
 
El asesinato
 
A las 12.11 del el 25 de septiembre de 1973, un grupo de la organización Montoneros pudo haber consumado (y decimos supuestamente porque esta acción aberrante nunca fue asumida por nadie ni investigada en su momento) el asesinato de Rucci cuando éste salía de la casa de calle Avellaneda 2953 en el barrio de Flores.
 
Cuando se enteró, Juan Perón lloró por primera vez en público y dijo: "Me cortaron las patas..." Dos días antes, Perón -para quien Rucci era uno de sus colaboradores políticos más confiables- había ganado las elecciones presidenciales con el 62 por ciento de los votos.
 
Se conjetura que el crimen de Rucci se debe a una venganza de Montoneros porque había participado abiertamente de las presiones para forzar la renuncia de Cámpora, a quien se le reprochaban fluidos contactos con Montoneros. También se acusó a Rucci de haber compartido con otros dirigentes políticos y sindicales el diseño de la masacre del 20 de junio desde el palco montado sobre el puente 12 del camino a Ezeiza.
 
 
Las consecuencias 
 
Más allá de lo repudiable del violento crimen en sí, lo de Rucci fue una decisión política lamentable, consecuencia del error de no haber dejado de lado las armas cuando volvió la democracia y el peronismo triunfó en las elecciones del 11 de marzo de 1973. Montoneros, como organización, nunca asumió ni negó públicamente su participación en este asesinato; siempre mantuvo el silencio (que algunos interpretaron como aprobación).
 
Este homicidio deplorable establece un punto de no retorno en las relaciones de Perón con los Montoneros, porque la metodología de "apretar" a Perón no sólo generó el efecto político contrario al esperado sino que franquea una frontera ética sustentada hasta ese momento por las organizaciones revolucionarias, ya que esta muerte al no ser asumida políticamente adquiere más características de asesinato mafioso que de ajusticiamiento revolucionario.
 
La noticia de la muerte de Rucci cayó como un balde de agua fria en toda la militancia peronista. Objetivamente dañó a la organización Montoneros, a Perón, al vínculo entre ellos y, sobre todo, a los "frentes de masas" como la JP, JUP, JTP y MVP, que sufrieron directamente las consecuencias políticas de este crimen que desencadenó más violencia de derecha. A partir de ahí se ensanchó una nueva división interna, el desmembramiento del grupo Lealtad.
 
Independientemente de su responsabilidad, fue un asesinato que determinó el futuro político de Montoneros porque el costo del enfrentamiento con Perón fue altísimo. Esta decisión de la conducción montonera, un error de apreciación que implicaba desconocer formas básicas del funcionamiento del movimiento popular, debilita la tarea de los frentes de masas de manera irreversible. El vínculo efectivo con los sectores populares es dilapidado para fortalecer una opción militarista. Montoneros sentencia así su propia derrota política.
 
De la redacción de La Opinión Popular

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26-10-2025 / 19:10
26-10-2025 / 19:10
El 27 de octubre de 2010, en El Calafate, muere Néstor Carlos Kirchner. Una figura política decisiva en la Argentina de los últimos tiempos. Su muerte llegó en forma sorpresiva y además de generar intensos efectos emotivos, también provocó un fuerte impacto político.
 
Su Gobierno, el mejor desde el retorno de la democracia, generó un estilo que rescató la política del descrédito en que había caído, privilegió una decidida militancia social y juvenil, jerarquizó la figura presidencial y su autoridad, amplió el poder del Estado, reconstruyó la autonomía nacional. Significó un cambio total respecto al nefasto modelo neoliberal que se implantó con el golpe militar de 1976, se profundizó en la década de los 90 con el menemismo, explotó con la crisis de 2001 y terminó con el nefasto gobierno radical de la Alianza.
 
Hoy todos debemos reconocer de Néstor los logros concretos de su gestión, como: el crecimiento económico; el desarrollo de la industria nacional y la importante contracción de la tasa del desempleo; las mejoras salariales en la mayoría de las actividades, que superaron las proyecciones inflacionarias; el auge del consumo y el crédito; la ampliación de los beneficios jubilatorios para personas que no habían hecho aportes; la función activa del Estado desplazando al "mercado". Estableció un tipo de cambio alto para favorecer las exportaciones, dispuso tasas de interés bajas para promover la industria y aumentos reales de salarios para impulsar el mercado interno.
 
Además, el discurso reivindicativo, nacional y popular, frente a las grandes corporaciones empresariales y a organismos internacionales como el FMI; la renovación de la Corte Suprema; el concreto desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional; la política de Derechos Humanos y la nulidad de las leyes de obediencia debida: la integración regional... Por todo esto, ya tiene un lugar en la historia, con toda justicia.
 
A pesar que en este proceso se colaron nichos de corrupción política, como consecuencia de una dilatada permanencia en el poder, el descuido en el reclutamiento de colaboradores y el escaso control de su irregular cuadro de funcionarios, que contravino objetivos y rumbo, la derecha gorila argentina utiliza esto para evitar la discusión política de fondo y negar la historia.
 
Jamás, hechos de corrupción de funcionarios puede ser la referencia esencial para juzgar gobiernos o etapas políticas. Siempre es más importante lo que hicieron y porque hicieron. La Privatización de YPF por Menem, la Reforma Laboral de De la rúa o el brutal endeudamiento de Macri son más dañinos que las coimas a algunos funcionarios. Los escándalos personales impactan en la gente común pero las grandes decisiones económicas y políticas gravitan mucho más.
 
El móvil actual de la operación cultural, política y mediática anti-kirchnerista es tapiar la discusión sobre las políticas públicas de Kirchner. Los medios lo ponen en manifiesto en todo momento para cubrir o conceder espacios secundarios a los terribles daños que causaron las medidas neoliberales de los gobiernos de Macri y Milei. Se concentran en aspecto del pasado para no hablar del presente. Pretenden ocultar los derechos populares alcanzados y la presente anulación de esos derechos.
 
Hoy, cuando se pretende minimizar o anular las realizaciones de Néstor Kirchner, lo cierto es que ha marcado un antes y un después. Es parte fundamental en la realidad argentina, vive en el corazón de su pueblo, porque puso nuevamente en marcha un proyecto político peronista transformador que forjó nuevos derechos, en la pelea por la igualdad y la equidad social, en la lucha permanente de la causa nacional y popular por: la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Justicia Social, contra el neoliberalismo antipopular.

Propaganda macrista: De Goebbels a Durán Barba 
Por Blas García   

26-10-2025 / 19:10
25-10-2025 / 18:10
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