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Sociedad e Interés General - 22-09-2019 / 10:09
EFEMÉRIDES HISTÓRICAS

El desastre militar del inepto Bartolomé Mitre en Curupaytí

El desastre militar del inepto Bartolomé Mitre en Curupaytí
Esta pintura de la batalla de Curupaytí muestra el desorden y el caos. El terreno inundado, pantanoso, en rampa ascendente, lleno de pozos con púas afiliadas, fusilados por la primera trinchera paraguaya y bombardeados por las baterías paraguayas que desde atrás de la trinchera y en una cota más baja se hacía invisible a los aliados. Morían de a cientos en forma inhumana, sin siquiera poder dispararle al enemigo, reculando y sólo recibiendo órdenes de avanzar, volviendo la cara al enemigo para ser fusilados a quemarropa. Entre tanto Bartolomé Mitre, sentado en el campamento, seguía mandando soldados al matadero.
El 22 de septiembre de 1866, en Paraguay -en el marco de la invasión de este país por parte de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay)- se libra la batalla de Curupaytí donde, en una verdadera masacre,  mueren alrededor de 9.000 argentinos y menos de 100 paraguayos.
 
La batalla tuvo inicio con el bombardeo de la flota brasileña a las fortificaciones paraguayas, seguido del avance terrestre del ejército aliado. Pero las pésimas condiciones del terreno dificultaron el ataque aliado, lo que resultó más fácil a los paraguayos defender sus posiciones. El desenlace de este enfrentamiento fue favorable al ejército paraguayo, y fue su mayor victoria en esa guerra.
 
Cuando los soldados aliados estuvieron a tiro, se ordenó disparar a la artillería paraguaya que estaba casi intacta y que causó enormes bajas a las tropas enemigas que avanzaban en formaciones muy densas y con mucho esfuerzo y lentitud debido a la zona lodosa.
 
Estas fuerzas, al superar la zona batida por la artillería debían pasar por zanjas cubiertas con espinas y estacas para llegar al campo de tiro de la infantería paraguaya atrincherada en sus posiciones. Los soldados aliados no pudieron acercarse a las trincheras enemigas, y los pocos que lograron hacerlo fueron literalmente fusilados.
 
El desastre de Curupaytí, que constituye un cabal ejemplo del fracaso de un ataque frontal sin reconocimiento previo contra una posición prácticamente inexpugnable, paralizó las operaciones de los aliados durante diez meses, terminó de hundir el ya mermado prestigio del entonces presidente argentino Bartolomé Mitre como generalísimo y reavivó especialmente en Argentina el rechazo popular a la guerra, lo cual devino en una serie de levantamientos en las provincias que hicieron forzoso retirar tropas del frente.
 
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La guerra de la "Triple Infamia" y el exterminio del Paraguay
 
La Guerra del Paraguay ocurrida entre 1865 y 1870 ha sido el más funesto y doloroso hecho de la historia de la América Latina. Llamada de la "Triple Alianza", fue un enfrentamiento bélico sin precedentes donde la República Argentina, el Imperio esclavista del Brasil y la República Oriental del Uruguay, se aliaron en una guerra fratricida contra el heroico pueblo guaraní del Mariscal Francisco Solano López.
 
La guerra terminó el 1 de marzo de 1870 con la muerte de Solano López y una derrota total del Paraguay, que conllevó también un desastre demográfico: según las distintas fuentes, el país perdió entre el 50% y el 85% de su población y quizá más del 90% de su población masculina adulta. Fue un verdadero genocidio, de magnitudes inconmensurables que hoy siquiera cuesta imaginar. Asesinaron a más de 1.000.000 de paraguayos.
 
Paraguay perdió gran parte de su territorio - 169 174 km² - y fue obligado a pagar una abultada indemnización de guerra: el préstamo de £ 200.000 recibido del Reino Unido debió saldarse con sucesivas refinanciaciones, llevando la suma a £ 3.220.000.
 
En 1954, el historiador José María Rosa publica "La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas", obra canónica del pensamiento nacional y de lectura ineludible para comprender la naturaleza y los alcances de la conflagración.
 
Este trabajo monumental abrió camino para que otros historiadores revisionistas profundizaran el tema. De allí en adelante, la "historia oficial" se derrumba y la verdad histórica se abre paso para grabar en la memoria colectiva de la Patria Grande un genocidio sin paralelo en la vida de América Latina.
 
"La guerra devastó al Paraguay en una medida desconocida en la historia americana. De 1.300.000 habitantes sobrevivieron 300.000, la mayoría mujeres y niños". Efraín Cardozo. "Breve historia del Paraguay".
 
"En la guerra del Paraguay han triunfado no sólo la Republica Argentina sino también los grandes principios del libre cambio. Cuando nuestros guerreros vuelvan de su campaña, podrá el comercio ver inscripto es sus banderas victoriosas los grandes principios que los apóstoles del libre cambio han proclamado". Bartolomé Mitre. "Arengas".
 
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Fuente: Wikippedia

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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

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