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Nacionales - 20-09-2019 / 10:09
PANORAMA EMPRESARIO SEMANAL

Wall Street mide a Alberto mientras vuelan viejas facturas

Wall Street mide a Alberto mientras vuelan viejas facturas
El martes, un pequeño grupo de directivos de JP Morgan fue recibido con máxima discreción en las oficinas de Alberto Fernández, en la calle México. Los financistas llegaron directamente desde Nueva York y pidieron ver al candidato del Frente de Todos, quien apareció al final de un largo encuentro que capitaneó Guillermo Nielsen.
El martes, un pequeño grupo de directivos de JP Morgan fue recibido con máxima discreción en las oficinas de Alberto Fernández, en la calle México. Los financistas llegaron directamente desde Nueva York y pidieron ver al candidato del Frente de Todos, quien apareció al final de un largo encuentro que capitaneó Guillermo Nielsen.
 
La expresión que más se utilizó no fue reperfilamiento, reestructuración ni haircut (quita). Se habló de un "step up". Lo mismo que varios le mencionaron al ex viceministro Emmanuel Agis en la Gran Manzana, donde se instaló durante toda esta semana para atender nuevos clientes de su consultora PxQ.
 
¿Qué sería un "step up"? Un pacto con los acreedores para estirar los vencimientos de capital (de 2020 a 2025, por ejemplo) y reducir a la vez la carga de intereses durante los primeros años a cambio de aumentarlos en los siguientes. Un "patear para adelante".
 
Es el modelo que se aplicó en casi toda Latinoamérica a inicios de los 90, con el impulso del entonces secretario del Tesoro, Nicholas Brady. En Argentina no terminó bien, pero su fracaso no puede aislarse del colapso de la convertibilidad en 2001/2002.
 
La estrategia del "step up" podría aplicarse incluso sin canjear los actuales bonos de deuda por otros nuevos. En las charlas informales con el equipo de Fernández, según revelaron fuentes que participan en ellas, lo mencionan los propios enviados de los bancos.
 
Intuyen que, de concretarse un arreglo de ese tipo, los bonos subirían de precio en vez de bajar. Es porque sus cotizaciones actuales reflejan la expectativa de un default inminente.
 
En todos los modelos macroeconómicos que bosquejan para el próximo mandato dan por hecho que el control de cambios que terminó por imponer Macri se mantendrá por varios años.
 
Es una pista que podría resultarles útil a los traders que empiezan a ilusionarse con un Alberto más macrista que Macri, otra vez engañados por las trampas del wishful thinking y por consultores que llegan a cobrarles 3 mil dólares por una conferencia de una hora.

 
El colombiano Luis Alberto Moreno fue directo al grano.
 
-Yo la conozco muy bien a Kristalina. Va a ser abierta en la negociación y nosotros podemos perfectamente ayudar a acercar posiciones.
 
Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo ( BID) desde los albores del kirchnerismo, Moreno ya conoce tan bien a la Argentina que no se sorprende por los bruscos vaivenes de la economía ni por las traiciones que cruzan la transición política más larga de la que se tenga memoria.
 
Él mismo fue uno de los más entusiastas auspiciantes en Washington del volantazo pro-mercado de Mauricio Macri y hasta llegó a apadrinar en Puerto Varas en 2016 su intento de sumarse a la Alianza del Pacífico. Anteayer al mediodía, en el búnker de la calle México, se ofreció ante Alberto Fernández como mediador ante la próxima jefa del Fondo Monetario.
 
La búlgara Kristalina Georgieva tiene en sus manos el destino de la gestión Fernández-Fernández. Lo sabe ella, lo sabe la línea técnica del Fondo, lo saben en el Tesoro estadounidense y lo saben en la calle México.
 
Los términos de refinanciación de la monstruosa deuda que deja Mauricio Macri con el organismo serán los que definan si el país vuelve a crecer o no durante el próximo mandato. Pero esa negociación con la sucesora de Christine Lagarde ni siquiera comenzó.
 
Como dijo ayer a BAE Negocios uno de los referentes económicos del Frente de Todos, "estamos como los boxeadores en los primeros rounds, midiéndonos y buscando que el otro se canse".
 
La que sí empezó es otra discusión: la de la deuda con los acreedores privados. Hay conversaciones donde interviene Jorge Horacio Brito y otras donde el puente con Wall Street lo hace Gabriel Martino, el jefe local del HSBC que, veloces, ya varios en el búnker albertista tienen agendado en sus celulares.
 
Nadie cree que vaya a debatirse en serio en el Congreso, por más que anoche Hacienda haya sorprendido con el proyecto de Ley que había anunciado para dos semanas atrás. Las tratativas son directamente con quien Wall Street considera el próximo presidente.
 
 
Uruguay For Export
 
En la danza de propuestas puertas adentro ya casi nadie menciona como ejemplo el aplazamiento amigable de vencimientos que hizo Uruguay en 2003 con el apoyo del FMI, sin default y sin quita de intereses ni de capital. Según las cuentas que sacaron Matías Kulfas y Cecilia Todesca, no alcanzaría.
 
"La carga de intereses es demasiado alta. Lo que necesitamos es despejar el panorama por unos años, que el peso de los intereses baje mucho aunque después suba de vuelta", comentó uno de los dirigentes que accedió al informe interno que redactaron ambos.
 
En Tucumán, al margen de los aprontes pactistas del candidato a presidente, el propio Kulfas destacó ante empresarios que el peso de intereses para el fisco ya triplica el de 2015.
 
Otros dos economistas que mantienen perfil bajo pero trabajan cerca de Fernández, Arnaldo Bocco y Miguel Ángel Pesce, estuvieron la semana pasada en el Banco Central para conversar con funcionarios de línea y con el único miembro del directorio que jamás perdió contacto con la oposición.
 
Un globo que pinchó Agis ante sus interlocutores neoyorquinos en privado y también en el seminario abierto del banco BTG Pactual donde participó: "Acuérdense que Alberto Fernández está a la izquierda de Cambiemos", aclaró.
 
-¿Puede sorprender con un superávit primario del 3% del PBI en 2020? -le insistió uno de los asistentes al seminario.
 
-No lo creo. Para eso tendría que hacer un ajuste el triple de brutal que el de (Nicolás) Dujovne -respondió.
 
-¿Y una reforma laboral a lo Bolsonaro? -inquirió otro.
 
-Insisto. El que va a empezar es un gobierno peronista -replicó Agis.
 
 
Yo no fui
 
Mientras tanto, el desbande de Cambiemos expone antiguas facturas y tensa vínculos que se sostenían durante su auge político. Carlos Melconian aprovechó el lanzamiento de su libro, titulado con escasa humildad "Cantar la justa", para cargar contra Alfonso Prat-Gay y por elevación contra el propio Macri por no haber hecho antes el ajuste que terminó por instrumentar Dujovne de la mano del FMI.
 
Algo que llamó la atención en el gremio bancario, donde recuerdan al entonces presidente del Banco Nación como un fiscalista ortodoxo en lo verbal pero un pródigo pagador de paritarias adelantadas a la hora de gestionar.
 
Uno de los reproches postreros de Melconian apuntó contra quienes, como Prat-Gay, decían que la salida del control de cambios kirchnerista no implicaría un golpe inflacionario.
 
Pero en diciembre de 2015, mientras se concretaba esa reunificación cambiaria, él mismo le respondió al periodista Claudio Zlotnik que aunque el dólar oficial subiera de $9 a $15 no pasaría "nada". Varios de sus enemigos internos compartieron esta semana el video de aquella entrevista en Canal 26.
 
Otro a quien acusan de sacarle el culo a la jeringa, como diría el mejor alumno de Miguel Ángel Broda, es a Federico Sturzenegger. Al revuelo que generó "Macris Macro", su paper auto exculpatorio para la Brookings Institution, le siguió una durísima respuesta de Rafael Di Tella, un economista argentino -hijo de Guido, el excanciller de Carlos Menem- que enseña en Harvard.
 
"Las restricciones políticas en el mundo de Sturzenegger son como el gato de Alicia en el País de las Maravillas: ahora las ves, ahora no las ves más", escribió Di Tella, un estudioso de lo que en la academia estadounidense definen como populismos. No habría segundas intenciones en la elección del animal para la metáfora; Di Tella nunca ocultó su simpatía por el Presidente.
 
Macri administra ese desbande como puede. No impidió que Luis "Toto" Caputo volara la semana pasada por tres días a Manhattan en clase business con su esposa, Ximena Ruiz Hanglin, para un raíd de compras y un par de reuniones en Wall Street.
 
Ni siquiera lo frenó el riesgo de que lo acusaran de conspirar contra el futuro gobierno, justo cuando los jueces empiezan a hurgar en los miles de expedientes que firmó para emitir deuda.
 
Tampoco se opuso a la megafiesta que organizó para este fin de semana su hermano de la vida Nicky, el otro Caputo, para celebrar la boda de uno de sus hijos en un lujoso haras de Exaltación de la Cruz. Podrían haberla aplazado un par de semanas para no coincidir con la emergencia alimentaria, el estallido social en Chubut y el tramo final de la campaña. No lo creyeron necesario. ¿Irá el Presidente?
 
Por Alejandro Bercovich
 
Fuente: BAE Negocios
 

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15-10-2025 / 11:10
Vergüenza ajena: el yanqui trató al presidente argentino como un perro faldero. Donald Trump necesita justificar el respaldo a Javier "el Roto" Milei, que necesita a su vez ese respaldo para llegar a las elecciones. Parte de la decadencia argentina se procesaba así en Washington y otra aquí, donde el enviado de la Casa Blanca, Barry Bennet, convenció a los gobernadores de Provincias Unidas y a la mayoría radical de sostener al gobierno.
 
Trump llegó agotado de su gira por Israel, donde pidió a la Justicia de ese país que se olvide de las causas por corrupción contra Benjamín Netanyahu y se arrogó el mérito por un triste acuerdo de paz tras haber respaldado el genocidio ejecutado a instancias de Netanyahu.
 
El presidente argentino, con su carpetita de apego bajo el brazo, no pudo ocultar su emoción cuando saludó a Trump en la puerta de la Casa Blanca. Lo miraba de reojo, nervioso, como si se sintiera bajo observación de una autoridad superior. Y se mostraba deseoso de agradar antes de levantar sus pulgares.
 
En Estados Unidos, Milei no es una figura respetada por todos. Su concierto en el Movistar Arena fue difundido por algunos medios locales y los más críticos lo trataron de "payaso" y otros de "poco serio". Las críticas le han llovido tanto desde los demócratas como también de algunos republicanos que responsabilizan a Milei por la crisis financiera para la que pide el rescate.
 
Por eso, Trump necesita justificar la ayuda a un país cuya economía está mal gobernada, según la opinión más extendida a nivel internacional. Mostrar a un presidente argentino obsequioso, agradecido y hasta servicial, fue parte de esa explicación y parte de la necesidad de Milei de mostrar el respaldo de Estados Unidos para aquietar los mercados hasta el 26 de octubre. Fue una forma de mostrar que ayudan a un aliado dispuesto a todo para seguir las políticas norteamericanas.
 
Del saludo en la puerta, se fueron de cabeza a una extensa conferencia de prensa en la que Milei agradeció por todo, desde la ayuda a Argentina hasta por el papel de Trump en la tragedia palestina y su respaldo a Netanyahu. Pero el discurso del argentino no fue traducido al inglés porque nadie mostró demasiado interés.
 
Después habló Trump largamente, mientras Milei lo escuchaba embelesado sentadito del otro lado de la mesa y de espaldas a los periodistas que hacían las preguntas. Junto a Trump estaba el gabinete de Estados Unidos, inclusive Pete Hegseth, el jefe del Pentágono quien debió explicar los múltiples obstáculos que puso a los periodistas que cubren temas militares en ese país. Junto a Milei, en el otro lado de la mesa, estaba parte del gabinete argentino, que funcionó como espectador de la larga conferencia que concedió el norteamericano.
 
Trump se refirió a cuestiones de política interna de la Argentina. Dijo que si perdía Milei iba a ganar "una persona de extrema izquierda" y agregó que el apoyo sería a favor de Milei si gana las elecciones, pero que, si las pierde, retirarían ese respaldo. Fue un discurso bizarro de campaña para la interna argentina formulado por el jefe de una potencia extranjera que ambiciona beneficios económicos extraordinarios como contrapartida de su respaldo ideológico a Milei.
 
Fue el mismo mensaje de Barry Bennet en Buenos Aires, a los radicales y otras fuerzas opoficialistas y en especial a los gobernadores que formaron Provincias Unidas, desde el cordobés Martín Llaryora, hasta el radical santafesino Maximiliano Pullaro. El guiño de Bennet coincidió con llamadas telefónicas del Ministerio del Interior, prometiendo respaldo financiero para después de las elecciones.
 

14-10-2025 / 16:10
En relación a la situación cambiaria y la tensión con el dólar que generó una fuerte venta de divisas por parte del Tesoro semanas antes del acuerdo con EE.UU., Javier "el Loco" Milei aseguró que habrá una "avalancha de dólares": "Nos van salir dólares por las orejas", ilustró, aunque no precisó cómo ocurriría eso, excepto cuando mencionó que sería por supuestas inversiones que llegarían gracias al interés por los recursos naturales que tiene el país. El estilo comunicacional de Milei reabre el debate sobre los límites entre la exposición constante y la prudencia necesaria para preservar la autoridad presidencial en tiempos de crisis.
 
Esta nueva mentira se suma a algunas de las frases y temas más controversiales que ha abordado como presidente, que incluyen desde: "No hay plata", utilizada frecuentemente para justificar el recorte del gasto público y el plan de ajuste fiscal. Hasta: "Si fuera cierta la frase de que no se llega a fin de mes, ustedes tendrían que caminar por la calle y estaría llena de cadáveres. ¿Alguien se puso a pensar en esa pelotudez?". Una falacia para negar la dificultad económica que enfrentan muchos argentinos. Y sin olvidar los insultos y descalificaciones directas a políticos, periodistas, sindicalistas y "empresaurios prebendarios", a quienes engloba bajo el término de "la casta".
 
En la política contemporánea, la comunicación presidencial de Milei se ha convertido en un arma de doble filo. Hablar de más puede generar consecuencias tan riesgosas como permanecer en silencio. En ciertos contextos, la sobreexposición del discurso puede restar credibilidad o amplificar conflictos menores que podrían haberse disipado con el tiempo.
 
Las insensatas declaraciones del presidente en defensa del narco José Luis Espert, tras su salida del Gobierno y sus denuncias públicas, reactivaron el debate sobre los límites del protagonismo comunicacional en la gestión. Al intervenir en una controversia de alcance limitado, el mandatario terminó trasladando la discusión al centro de la agenda política, con un impacto que excedió el caso en sí. En un escenario marcado por la tensión política y la sensibilidad social, cada palabra emitida desde el Poder Ejecutivo tiene repercusión inmediata. No solo por su contenido, sino también por el contexto y el momento en que se pronuncia. Una frase impulsiva o una defensa improvisada pueden derivar en interpretaciones adversas, que terminen debilitando la autoridad institucional.
 
En este tipo de situaciones, el silencio estratégico puede ser una herramienta más efectiva que la respuesta constante. Callar no siempre implica debilidad; en ocasiones, significa elegir los momentos adecuados para hablar, priorizando la estabilidad y la coherencia del mensaje presidencial. La figura del presidente gana solidez cuando interviene solo en temas de verdadero peso político o institucional.

El riesgo de hablar demasiado radica en convertir la palabra presidencial en un recurso cotidiano, banalizado. Cuando la máxima autoridad del país responde a cada controversia o disputa interna, el mensaje pierde jerarquía y se diluye el poder simbólico del cargo. La comunicación política requiere medir cada intervención como si fuese una jugada en un tablero complejo donde cada movimiento tiene efectos acumulativos.

El equilibrio entre comunicar y administrar el silencio es clave para sostener la legitimidad. Un liderazgo sólido se construye no solo con discursos, sino también con prudencia, mesura y capacidad para elegir cuándo es mejor no intervenir. Además, con el experimento anarco capitalista de Milei, que no se ha aplicado en ningún lugar del mundo, es imposible que en Argentina sobren los dólares y salgan por las orejas. Hasta ahora, lo único que ha hecho es aumentar la deuda externa e interna. Y la fuga de divisas.  

La Opinión Popular
 

14-10-2025 / 10:10
El doble femicidio de Luna Giardina (24) y Mariel Zamudio (56) es una tragedia que no puede leerse como un caso aislado. Su asesino, Pablo Laurta, no solo tenía denuncias previas por violencia de género: también era militante libertario, fundador de la agrupación Varones Unidos, y aliado ideológico de los exponentes de la "batalla cultural" del gobierno de Javier "el Loco" Milei, entre ellos Nicolás Márquez, biógrafo del presidente, y Agustín Laje, al frente de la Fundación Faro, think thank libertario. La vinculación no es solo por las fotos o saludos entre ellos, sino por sus esfuerzos por convocar a que los varones sientan supremacía sobre las mujeres. También se afirma que Laurta comparte las ideas de Milei.

En abril de 2018, Laurta organizó en Montevideo la presentación de El libro negro de la nueva izquierda, obra de Laje y Márquez. Laje, politólogo, es referente de la "batalla cultural". Márquez, abogado y biógrafo, comparte esa agenda. En aquel evento Laurta ofició de anfitrión, reforzando su perfil como activista libertario. Hoy, acusado de secuestrar a su hijo y de doble femicidio, su pasado político vuelve a quedar bajo la lupa. En 2018, tanto Marquez como Laje no se habían hecho de la fama que tienen ahora, sin embargo, ya disponían de un red internacional en connivencia con una parte del Estado que les permitía sentar las bases por la cruzada antifeminista que actualmente es parte del plan de gobierno en Argentina.

Laurta, con un marcado discurso de odio contra el feminismo, hizo de su violencia una bandera política. Negaba las denuncias en su contra, se victimizaba como "padre separado injustamente" y difundía el mito de las falsas denuncias, una narrativa misógina que hoy encuentra eco en el propio Congreso, impulsada por legisladoras libertarias y Carolina Losada. El femicida incluso organizó una charla junto a Laje y Márquez en el Parlamento uruguayo, donde se disertó contra el feminismo y la llamada "ideología de género". Las mismas ideas que él promovía fueron las que legitimaron su odio.

Mientras tanto, Luna había hecho todo lo posible por sobrevivir: denunció, se mudó, huyó del país, pero nadie la protegió. El sistema judicial la abandonó, y la política que debería defender a las mujeres eligió dar lugar a discursos que relativizan el machismo y ridiculizan el feminismo.

En ese contexto, resulta tan cruel como paradójico que el único proyecto presentado por una diputada de La Libertad Avanza en el Congreso sea el que agrava las penas por "falsas denuncias", un problema que, según estadísticas internacionales, representa menos del 0,1 por ciento de los casos.

El femicidio de Luna y Mariel no solo es un crimen, es una advertencia: cuando desde el poder se promueven teorías que niegan la violencia de género y se desfinancian las políticas de asistencia, los violentos se sienten impunes. Porque mientras Milei y su entorno celebran su "batalla cultural", las mujeres siguen siendo asesinadas cada 27 horas. Laje, el ideólogo libertario, salió a desligarse del detenido por el brutal crimen en Córdoba. Pero las fotos y los saludos con Laurta lo vinculan con él.


¿Hasta cuándo vamos a seguir contando mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres de parte de varones que las creen de su propiedad? Hace años venimos repitiendo que el machismo mata, que la violencia de género existe y que la impunidad y la negación libertaria de esta problemática estructural es la peor prevención.

La Opinión Popular



13-10-2025 / 08:10
Es difícil justificar, aunque pueda ser comprensible, que para animarse a una opinión haya alguna o mucha gente esperando "los detalles finos" de cómo el Tesoro estadounidense asumió la conducción económica argentina hasta límites jamás vistos.
 
Con mucho esfuerzo, podría entenderse que los especialistas del área aguarden la letra chica a fines de evaluar cuestiones técnicas en torno a una entrega de pies, manos y demases. Pero, de allí para abajo, todo es tan obvio -declaradamente obvio- que resulta una violación del sentido común ponerse a aguardar mayores precisiones.
 
¿Qué es lo que debe esperarse para saber en qué radica un comunicado en inglés de Scott Bessent, como reemplazo de toda información oficial del gobierno argentino? Acá en el Virreinato nadie dice nada. Arteche permanece en silencio. ¿Qué pretenden hurgar respecto de que el nuevo ministro de Economía haya hablado del compromiso de sacarse a China de encima?
 
¿Quién puede tomarse en serio que el Tesoro de los Estados Unidos compra pesos a sólo canje de solidaridad geopolítica? ¿Cuántos zombies persisten sin asimilar que el mercado te funde y el Estado (el de los Estados Unidos) te salva? ¿Quién queda, con honestidad intelectual, para llamarle "éxito" a un programa económico que requiere de intervención extranjera directa, luego de haberse comido un blanqueo, un préstamo del FMI, un refuerzo del mismo organismo y parte de toda una cosecha?
 
¿Cuánto dura hoy la memoria de los pueblos para registrar cómo termina lo que siempre terminó exactamente de la misma manera, desde el primer préstamo del FMI en 1958 y excepción hecha de cuando Néstor Kirchner los mandó con los condicionamientos a otra parte? ¿Cuánta más data se requiere desde que el nuevo embajador Lamelas habló derecho viejo, ante su comisión evaluadora, de ir a Argentina "provincia por provincia" para supervisar y controlar hacia dónde enfocarán el perfil productivo?
 
Si Bessent dice que "estamos comprando barato" porque la Argentina anda de regalo, ¿qué es lo que después venderán caro? ¿Lo que hasta Paul Krugman sindicó como el rescate para los socios del amigazo, ex administrador de fondos buitre y colaborador de los bonistas atrapados aquí, con papeles basura, a quienes ahora les construyeron una autopista para salirse urgente?
 
¿Con cuáles y cuántos dólares que Argentina no produce ni emite se afrontarán los que ya se fumó el bloque de Caputo Toto? ¿Con los que Bessent aclara que sólo estarán si a Jamoncito le va bien en las elecciones, porque el swap no es otra cosa que una efigie para tener en la vidriera por si las moscas? Por razones de pudor profesional, uno evita hasta donde puede el uso de lenguaje panfletario. Pero a veces, como ésta, ni puede, ni quiere, ni debe.
 
¿Qué más hace falta para que el entramado mediático que ampara al oficialismo no se anime, siquiera, a interrogar tímidamente sobre el entreguismo bizarro? ¿Son tan grandes los sobres? ¿La cobardía? ¿Las cabezas colonizadas? ¿Los intereses e influencia del grupo de medios y aledaños más grande de nuestro Estado Libre Asociado, que se endeudó en unos mil millones de dólares por la compra de Telefónica?
 
Guillermo Francos declaró este viernes que no cree que sea como dice Bessent. Que no le parece que hayan negociado expulsar a China a como dé lugar, más tarde o más temprano. ¿Que no cree, dice Francos? ¿El Jefe de Gabinete no sabe lo que transa su Gobierno y nadie le repregunta?
 

12-10-2025 / 10:10
La derecha libertaria del cipayo Javier Milei suele vender la fantasía de que existe la posibilidad de ser una colonia yanqui próspera. Es una visión que trae interrogantes: el modelo neocolonial, ¿fracasa por impericia del imperio o por la voracidad de las élites económicas? Para ello hay que dejar de lado cualquier sentimiento de orgullo nacional. Hay que cambiar la frase de San Martín "seamos libres que lo demás no importa nada" por "seamos esclavos prósperos que lo demás no importa nada".
 
El espejismo es el siguiente: si uno se vuelve obediente de la potencia dominante, los norteamericanos motorizan miles de millones de dólares en inversiones que generan empleo y prosperidad. Un buen punto de partida entonces es analizar la situación económica y social de países de la región que llevan muchos años de alineamiento total con Estados Unidos. Si poner bases militares estadounidenses trajera bienestar, Colombia debería ser el país más próspero del planeta. Tiene siete bases en su territorio. Ahora gobierna una expresión de la izquierda nacionalista colombiana, Gustavo Petro, pero después de más de dos décadas de gobiernos de derecha. 
 
¿Colombia es próspera? Un dato local: entre 2010 y el 2022 la cantidad de colombianos que viven en Argentina se multiplicó por siete. Pasó de 17 mil a 111.000. Se suele poner el foco en el crecimiento de los migrantes venezolanos para retratar la catástrofe social del gobierno de Nicolás Maduro -asediado por EE UU-, pero se oculta lo que pasa con la diáspora colombiana porque ha sido gobernada por la derecha. Los colombianos prefieren venir a la "infernal" Argentina porque pueden estudiar en la universidad pública y conseguir trabajo. Nada más y nada menos.
 
Otro país que estuvo absolutamente doblegado, y a lo mejor se justifica por su pequeño tamaño, es Honduras. En la década de 1980 fue la base de entrenamiento militar contra la revolución sandinista en Nicaragua. Los militares argentinos fueron para enseñar a torturar. En Honduras está la base de Soto Cano (Palmerola) desde 1982.
 
Estados Unidos la utiliza para que aterricen los aviones con los hondureños que Donald Trump deporta con su política de acusar a los migrantes por la falta de empleo y la delincuencia. Ahora gobierna Honduras Xiomara Castro, que conoce bien la injerencia gringa que motorizó el golpe de Estado contra su esposo Manuel Zelaya en 2009. ¿Honduras es próspero? El PBI per cápita es la cuarta parte del argentino.
 
Otro país con bases de EE UU es El Salvador. En este caso el modelo de intervención es más parecido al que se está proponiendo para Tierra del Fuego, una base de operación conjunta ubicada en Comalapa, cerca de la frontera con Honduras y Guatemala. La excusa ya no es la del siglo pasado, la batalla contra el comunismo, ahora es contra el narcotráfico.
 
Es muy difícil no afirmar que la lucha contra el narco es una excusa cuando se cruza información. En Colombia -se dijo- los americanos tienen siete bases. En mayo de este año la DEA presentó un informe en el que sostiene que el 80% de la cocaína que se consume en Estados Unidos se produce en Colombia. ¿Para qué sirven las bases entonces? ¿La famosa guerra fracasa o en realidad no hay ninguna guerra y se utiliza para intervenir? ¿Qué haría todo ese despliegue de fuerzas de seguridad y militares si no existiera el narcotráfico?
 
Los yanquis nunca apostaron a impulsar el desarrollo económico y social en la región. Los motivos son varios, entre otros porque el desarrollo puede colaborar con que se forme un bloque que genere un poco de contrapeso a la hegemonía de EE UU en el continente. Un buen ejemplo es México, que comparte 3000 kilómetros de frontera con EE UU. Ha mejorado su situación los últimos siete años bajo un gobierno que no practica el alineamiento automático con Washington, todo lo contrario de los espejitos de colores que la derecha vende.   
 
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