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Sociedad e Interés General - 19-09-2019 / 20:09
EFEMÉRIDES HISTÓRICAS

La ciudad de Buenos Aires es declarada capital de la República, separándosela de la provincia

La ciudad de Buenos Aires es declarada capital de la República, separándosela de la provincia
Durante la gestión presidencial de Nicolás Avellaneda se resolvió la federalización de Buenos Aires sancionada el 20 de septiembre de 1880 por el Congreso Nacional luego de los terribles enfrentamientos armados, que costaron la vida de más de 3000 personas, en Barracas, Puente Alsina y Los Corrales entre las tropas nacionales y porteñas. En la imagen: Combate de Barracas (20 de junio de 1880): Defensa de la puente de Barracas por la Guardia Nacional de Buenos Aires.
Desde 1810 y hasta la federalización definitiva de Buenos Aires, la "cuestión capital" atravesó por diversas circunstancias. La primera iniciativa en este sentido fue del presidente Bernardino Rivadavia en 1826, momento en que se sancionaría una Ley de Capitalización por la cual Buenos Aires era declarada Capital del Estado y, con límites muy amplios, quedaba bajo la exclusiva e inmediata dirección del Presidente y el Congreso.
 
Los porteños, reacios a nacionalizar su ciudad y, sobre todo, las rentas aduaneras; y el interior provincial que se oponía a la coronación del centralismo, se enfrentaron al intento rivadaviano y en suma, al año siguiente el entonces presidente debió renunciar a la primera magistratura.
 
Luego de la caída de Rosas, en 1852, y la posterior entronación política de Justo José de Urquiza se sancionó la Constitución de 1853 que consagraba a la ciudad de Buenos Aires como sede de las autoridades nacionales y capital de la República lo que originó la separación de la provincia de Buenos Aires de la Confederación.
 
Una vez reunida Buenos Aires con el resto del país, luego de la Batalla de Cepeda, se eligió a Bartolomé Mitre como presidente de la República en 1862, se llegó a una solución llamada "Ley de compromiso entre Buenos Aires y la Nación" por la cual la ciudad sería de modo provisorio la sede de las autoridades nacionales y hasta 1880, se barajaron distintas posibilidades para la ubicación definitiva de la ciudad capital, desde la Isla Martín garcía, Villa María o Rosario.
 
Durante la gestión presidencial de Nicolás Avellaneda se resolvió la federalización de Buenos Aires sancionada el 20 de septiembre de 1880 por el Congreso Nacional luego de los terribles enfrentamientos armados, que costaron la vida de más de 3000 personas, en Barracas, Puente Alsina y Los Corrales entre las tropas nacionales y porteñas, a partir de la oposición del gobernador Carlos Tejedor a que se declare sede definitiva de las autoridades nacionales y territorio federal a la ciudad capital de la provincia de Buenos Aires. A los pocos días, el 12 de octubre de 1880, Julio Argentino Roca asumiría la presidencia de la Nación ya definitivamente establecido en Buenos Aires.
 
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Como cada 9 de Julio reivindicamos la lucha de las masas populares contra la permanente agresión política, económica y cultural neocolonial e imperialista, que busca disolver la identidad nacional y condenar a nuestra Patria a la condición de colonia dependiente como factoría de las metrópolis imperiales, mera proveedora de materias primas y alimentos baratos. 

El 09 de julio de 1816, el histórico Congreso, reunido en Tucumán, declara la independencia de las Provincias Unidas del Sur, que así rompe los lazos de dependencia con España y proclama la existencia de una nueva nación, libre e independiente. Lo hacía cuando la Santa Alianza, de Austria, Rusia y Prusia, promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos.

Es el momento culminante de la gesta revolucionaria iniciada en 1810 y se realizó en Tucumán por el creciente malestar de los pueblos del interior contra Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Carlos María de Alvear, la elite porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo el sentimiento federal de la mayoría del interior. La independencia, que se proclama en la sesión presidida por el sanjuanino Francisco Narciso de Laprida, es el fundamento a partir del cual José de San Martín impulsará la campaña para liberar Chile y luego Perú, consolidando la independencia argentina.

Las masas populares, con sus lanzas y su fuerte sentimiento de libertad, construyeron la Patria independiente con San Martín, las montoneras bravías del interior que nos legaron el federalismo, los ciudadanos revolucionarios de don Hipólito Irigoyen que cimentaron la democracia del Pueblo y las multitudes obreras movilizadas por Juan Perón que combatieron por la Justicia Social.
 
Invariablemente, la alternativa histórica fue siempre: independencia económica o subdesarrollo y miseria, e implica optar entre aceptar resignadamente la dependencia del país al FMI o luchar por la Liberación, por una Nación Justa, Libre y Soberana.
 
Tomamos el valiente ejemplo de San Martín que, para la Declaración de la Independencia, se impuso militarmente a los españoles y políticamente a aquellos sectores vinculados a la elite porteña que ya estaban negociando, tanto con el Imperio español como con el Reino Unido de Gran Bretaña, una nueva dependencia.
 
La nuestra es una historia de caudillos y masas populares. Los líderes pesaron profundo en los procesos. En 1816, San Martín, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Artigas, Juana Azurduy... Y la participación de las masas populares es una herencia del período independentista revolucionario, por la importancia que tempranamente tuvo la movilización popular, política y militar, en nuestra historia, desde la formación de las milicias urbanas para derrotar a los invasores británicos, y la voluntad del Pueblo que jugó un papel sin precedentes en la destitución de un virrey y el nombramiento de su sucesor.
 
Como decía don Arturo Jauretche"La historia es la política del pasado y la política es la historia del presente". Hoy, como siempre, peleamos por nuestra única, verdadera e irrenunciable independencia, evidenciando el aparato de colonización mental montada por los países centrales y sus operadores internos, como el macrismo y el mileismo, para perpetuar la dependencia.
 
Gustavo Rearte, fundador y líder de la JP, héroe de la Resistencia Peronista
Escribe: Blas García 

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