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El clima en Paraná

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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 15-09-2019 / 10:09
SOBRE PACTOS Y CLASES

Macrismo clasista y combativo

Macrismo clasista y combativo
La narrativa macrista niega la existencia de la lucha de clases; sin embargo su praxis la radicalizó. El macrismo desechó el gradualismo en sus primeros cien días. Cimentó en ellos la redistribución regresiva de los ingresos, el poder y las oportunidades.
La narrativa macrista niega la existencia de la lucha de clases; sin embargo su praxis la radicalizó. El macrismo desechó el gradualismo en sus primeros cien días. Cimentó en ellos la redistribución regresiva de los ingresos, el poder y las oportunidades.
 
Sentó las bases para que prosperaran la Banca, los especuladores, el capital financiero, los exportadores agropecuarios, los fondos buitres, las concesionarias de servicios públicos. Favoreció a los medios concentrados. Definió a los ganadores (por goleada) y a los perdedores del modelo. Implantó la persecución judicial a opositores, mediante la doctrina Gerardo Morales- Irurzun.
 
El gobierno de clase se propuso bajar los salarios y presionar a los trabajadores con el cruel dilema: aceptar sueldos de hambre o quedar en la calle. Dicho objetivo se concretó en buena medida, limitado en parte por la movilización social, por la cultura resistente de los argentinos y por la red de protección social creada o consolidada por el peronismo.
 
Otra ambición animaba al macrismo: instalar una hegemonía político-cultural que le garantizara poner fin al populismo y perpetuarse en el poder. Fracasó ese designio, tan ajeno a la historia nacional.
 
Si, como todo lo indica, se ratifica su derrota en el todavía lejano 27 de octubre dejará un país asolado, endeudado hasta el tuétano.
 
La herencia del macrismo moviliza a los cuerpos de sus candidatos y líderes territoriales. Todos se alejan de Mauricio Macri, reniegan de su existencia y de su legado que incluye legislación regresiva, doctrina Chocobar y otras lindezas.
 
Todas maquilladas bajo el seudónimo "republicano", adoptado por la derecha nativa que ni siquiera tiene la franqueza de reconocer su propia identidad.
 

 
Los flujos de dinero, información, Netflix, pornografía, circulan en tiempo real o a la velocidad de la luz sin enterarse de la existencia de fronteras. Los seres humanos topan con escollos severos, la inversión para repeler migraciones se incrementa exponencialmente.
 
El desmoronamiento berlinés, a tres décadas vista, diseminó un legado imprevisto: los muros proliferan, la xenofobia mezclada con sadismo hacia el diferente signa la época.
 
Sin embargo, los contactos cara siguen siendo indispensables, en la vida común y en la política. Los cuerpos cuentan, las muchedumbres resisten al nuevo caos internacional, los grandes jugadores toman decisiones tras verse los rostros.
 
Los presidentes y funcionarios viajan, se (des)encuentran. Las fotos publicitan las reuniones, mienten más que mil palabras: esconden adrede las asimetrías de poder.
 
Los enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI) remolonean la venida a la Argentina, el tránsito funciona como prerrequisito del desembolso de 5400 millones de dólares. El tiempo fluye a su modo. Se duda sobre si el Fondo remesará ese tramo: el plazo prefijado vence mañana... se pateó para adelante.
 
Es casi un dato que quedará para después de las elecciones. Seis semanas no son tanto para soltar una fortuna pero pesan como décadas en la coyuntura nacional.
 
El apretón de manos no arriba, la burocracia del organismo internacional frena que alguien dé "enter" a la transferencia que llegaría en segundos si no mediaran obstáculos.
 
El ministro de Hacienda Hernán Lacunza viajará hacia Washington a fin de mes recorriendo el camino de Damasco fatigado por varios antecesores en el cargo.
 
En la Casa Rosada se marchitan las ilusiones. El Gobierno del presidente Mauricio Macri echa mano a la matemática creativa, una de sus especialidades. Alega que las metas pactadas con el FMI se cumplieron, a diferencia de las promesas destinadas al pueblo cuatro años atrás o dos o uno.
 
¿Creerán en sus embustes como en las encuestas que amañaron? No se me apure a contestar: el enfrascamiento de Palacio sabe ser imbatible.
 
 
De Europa a Tucumán
 
Alberto Fernández regresa del periplo europeo, hace escala en Buenos Aires, rebota hacia San Miguel de Tucumán. La minigira norteña abarca una reunión con el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, en un momento desolador para la actividad.
 
Las cifras "finitas" quedan para los expertos: cuanti y cualitativamente la capacidad ociosa replica o agrava la padecida en 2001. Crecen y se multiplican las quiebras, los concursos, los despidos, las suspensiones, los cierres.
 
Se concuerda en la necesidad de un viraje en la economía política tanto como en la de un acuerdo intersectorial de precios y salarios para los primeros meses del gobierno peronista, si es que se ratifica el plebiscito de las PASO.
 
Enunciar la necesidad constituye un prólogo ineludible. Tal vez sea hora de pensar mecanismos estables, normados, de Diálogo Social. Inviable en la coyuntura la perspectiva de una reforma de la Constitución, cualquier novedad institucional se fortificaría si naciera en el Congreso convalidada por un amplio arco político.
 
El Pacto Social de la tercera presidencia de Juan Domingo Perón vale como referencia remota, difusa. Demasiada agua pasó bajo el puente desde esa encomiable experiencia, tramada cuando epilogaban los treinta años gloriosos del Estado benefactor, agonía que pasaba desapercibida para la mayoría de los actores.
 
No se recuerda mucho pero durante los gobiernos kirchneristas se cabildeó más de una vez sobre un Consejo económico social tripartito, con ese nombre u otros.
 
En campaña presidencial durante 2007 y en el discurso de apertura de sesiones del Congresos en marzo de 2008 la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner enunció la necesidad y la puesta en marcha de un Acuerdo del Bicentenario.
 
Discurrió sobre la iniciativa en reuniones con la cúpula de la Iglesia, la Confederación General del Trabajo (CGT) y la CTA. Quedó en agua de borrajas, en gran medida arrollada por las secuelas del conflicto con "el campo".
 
Otro precedente se remonta al 2001, magnificado por intérpretes interesados. La apodada "Mesa de Diálogo", promovida por la cúpula de la Iglesia Católica y conducida por un funcionario internacional, el español Carmelo Angulo.
 
Más declamatoria que efectiva, constreñida por la carencia, congregaba al gobierno de Fernando de la Rúa, al peronismo duhaldista y a representaciones sectoriales. Angulo la apodaba "nuestra Moncloa" pecando de voluntarismo y carencia de perspectiva histórica.
 
Se le atribuye a la Mesa haber sido la mentora del ingreso ciudadano universal (onda la Asignación Universal por Hijo) o el Plan Jefas y Jefes de Hogar puesto en práctica durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Al endiosarla tanto se subestima el influjo del Frente Nacional contra la Pobreza (FRENAPO) que produjo una movilización formidable en pos de un programa social reparador.
 
Un célebre cónclave de la Mesa de Diálogo terminó con estrépito en diciembre de 2001 cuando la fronda ciudadana abucheó y puso en fuga a importantísimos dirigentes nacionales.
 
La experiencia comparada pinta un abanico de estructuras posibles. El ex presidente brasileño Lula da Silva al comienzo de su primer mandato creó un órgano asesor, llamado Consejo de Desarrollo Económico y Social (CDES). Lo concibió para debatir rumbos futuros de la acción estatal: políticas sociales, la reforma fiscal, proyecciones de largo plazo.
 
El CDES estaba compuesto por representantes de empresarios, sindicalistas, organizaciones sociales y hasta religiosas. Sus 82 integrantes eran elegidos por el Ejecutivo cuyo titular asistía a sus sesiones. Lula y luego Dilma Rousseff escuchaban sus discursos (limitados en el tiempo de exposición pero no en sus contenidos), respondían, tomaba nota.
 
Los antecedentes locales, pues, escasean... la existencia de algún formato de Acuerdo Social es deseable y necesario. Peliagudo concretarlo con una economía devastada y con una estructura social muy distinta a la que moldeó el primer peronismo y se sostuvo, bien que mal, hasta los años '90.
 
 
La clase trabajadora
 
La CGT suscribió el Pacto Social de 1973, cuando bastaba para representar a una mayoría consistente de los trabajadores. El desempleo era bajísimo, altri tempi.
 
La oratoria del General herbívoro basculaba cuando hablaba de la "columna vertebral" del peronismo: en ocasiones aludía al Movimiento Obrero Organizado (MOO), en otras a la clase trabajadora. La segunda acepción pasa a ser la única adecuada para el siglo XXI.
 
Un interesante libro del periodista Agustín Álvarez Rey, "La nueva columna vertebral" recorre la irrupción y crecimiento de los movimientos sociales.
 
Álvarez Rey pinta bien el nuevo mapa de la clase: la condición de trabajador no se limita a quienes tienen empleo formal. Ni siquiera a quienes trabajan, "la única clase de hombres", conforme rezaba un apotegma del peronismo original.
 
Son trabajadores los desempleados, los informales, los integrantes de cooperativas sociales, quienes la reman en empresas recuperadas, los productores de la economía social y un sinfín de etcéteras. Componen un conjunto que se hizo visible ya en la Marcha Federal de la CTA hace un cuarto de siglo.
 
La representación de un sector tan vasto y variopinto desafía a un posible gobierno nacional-popular que no puede ignorarlos ni dejarlos en la angustiante situación que atraviesan hoy en día. La explotación capitalista se agudiza; no se expresa solamente en la relación entre patrones y empleados.
 
La fragmentación de la clase se propaga a las agrupaciones que la representan sin expresar tampoco a la totalidad. La resistencia a la ofensiva macrista tuvo la "virtud" de aglutinarlos en la unidad de acción. Hasta despabiló a los más esclarecidos dirigentes cegetistas que captaron que la clase excedía los límites de la más poderosa Central del MOO.
 
Supera las competencias del cronista proponer cómo incluir a las nuevas expresiones de la clase trabajadora, como darles un espacio en nuevo diseño de Estado, para imaginar políticas públicas que promuevan una mejor subsistencia y articulación. Solo le cabe subrayar que una sociedad inclusiva exige herramientas bien distintas a las funcionales cuarenta o veinte años atrás.
 
Por Mario Wainfeld
 
Fuente: pagina12.com.ar
 

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04-12-2025 / 08:12
Martillar el último clavo en el ataúd que encierra el cadáver del peronismo es una causa nacional que pronto cumplirá 80 años. Ahí, en 1946, radica la "cifra redonda", el año fundacional, tanto del peronismo como movimiento de masas como del antiperonismo como irrenunciable leit motiv de buena parte de la sociedad argentina. Y así venimos desde hace décadas, matando al peronismo, dándolo por finiquitado, y asistiendo a sus múltiples y polifacéticas resurrecciones.
 
Como un destino nacional inexorable; "el hecho maldito del país burgués" que definió John William Cooke. En ese itinerario pueden indentificarse 11 muertes del peronismo, 11 episodios que el antiperonismo festejó como un Mundial para, poco después, volver a empezar.
 
Pero, ¿qué sería del antiperonismo, buceando ya en profundidades ontológicas, si el peronismo realmente muriera? Si combatir al peronismo en todas sus formas -rechazarlo, denostarlo y condenarlo- es la razón de ser de tantos argentinos, ¿qué vendría después? ¿Qué verían al asomarse a ese abismo nietzscheano que nos habita y nos acecha cuando el monstruo de afuera ya no esté?
 
La flamante victoria de La Libertad Avanza generó todo tipo de conjeturas sobre el futuro de un peronismo enredado en la miseria de sus internas y carente de una propuesta alternativa, capaz de seducir a una ciudadanía desencantada. Lo llamativo es que este contexto crítico se replicó en varias ocasiones desde los años 50 a la fecha y generó los mismos efectos.
 
"Ahora sí, este es el fin del peronismo", es un título redactado en numerosas ocasiones, siempre listo y nunca definitivo. Será porque los intentos por "matar" al peronismo han adoptado distintas formas: la proscripción, la represión, la fragmentación interna, la debacle económica, la derrota electoral. Cada uno de esos embates reforzó, de una manera u otra, su condición de fenómeno político persistente.
 
Los siguientes 11 episodios -las 11 muertes- lo ejemplifican.
 
1) 26 de julio 1952. La que fallece es Eva Duarte, "Jefa Espiritual de la Nación" y estandarte del "primer peronismo", cuando el país -al decir de Félix Luna- era una fiesta. Después de Evita, ¿qué?, era la pregunta. Las pintadas celebratorias repartidas por Buenos Aires ("viva el cáncer") expresaban el anhelo de que esa muerte de carne y hueso fuera el simbólico inicio de otra muerte, la de Perón, la de su gobierno y la de todo lo que el peronismo representaba. Muchos lo creyeron así.
 
2) 16 de septiembre de 1955. Golpe de Estado. Revolución Libertadora (para los peronistas, la "fusiladora"). Es el comienzo de una gigantesca operación cultural: la desperonización de la Argentina. La proscripción del peronismo y el exilio de 18 años de su líder son la punta del iceberg. Se demuelen estatuas, se destruyen bustos, se queman cuadros, se borra todo vestigio de peronismo al punto de prohibir, por ley, que se lo nombre en público. Pero en lugar de matarlo, lo que lograron fue fortalecer la identidad, al punto de que el sólo hecho de ser peronista se convirtió en un acto de resistencia.
 

03-12-2025 / 10:12
No fue solo un giro diplomático: por primera vez desde el retorno de la democracia, Argentina votó en esta materia junto con EEUU e Israel, dos países cuestionados por graves violaciones a los derechos humanos y hasta genocidio, posicionándose, así como los tres únicos Estados en el mundo que se niegan a condenar el uso de la tortura.
 
El posicionamiento argentino desnuda la verdadera esencia del gobierno de Javier "el Loco" Milei, al cual la calificación de fascista no resulta exagerada, pues hubo incluso gobiernos de extrema derecha, que por vergüenza o compromiso, votaron afirmativamente condenando la tortura.
 
La resolución rechazada por Argentina fue promovida por el Comité contra la Tortura (CAT), órgano que días antes había publicado un informe crítico sobre la situación del país. Ese informe expresó su "profunda preocupación" por la persistencia de detenciones prolongadas en comisarías, prácticas policiales violentas, falta de controles judiciales efectivos y condiciones inhumanas en lugares de encierro.
 
El Comité recordó que los jueces y juezas penales son garantes últimos de la legalidad y dignidad de toda detención, y que el Estado argentino viola sus obligaciones cuando tolera celdas sin ventilación, superpobladas, sin colchones, sin agua potable, o cuando naturaliza golpizas, hostigamientos y traslados arbitrarios.
 
Nada de esto es nuevo: hace décadas que organismos de DDHH como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) o la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, entre otros, advierten y condenan las prácticas sistemáticas que se dan en los contextos de encierro, que encuadran dentro de los "Tratos crueles, inhumanos o degradantes" tal como se define en el derecho internacional en materia de DDHH.
 
Sin embargo, lejos de reconocer la legitimidad de estas observaciones, el gobierno argentino reaccionó con un ataque político. El mismo día que se conoció el informe del CAT, se publicó en el sitio "Argentina.gob" la respuesta oficial, calificando al informe como "sesgado", bajo la acusación de haber omitido "graves abusos ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández".
 
Para el gobierno de Milei, el documento emitido por el CAT está "abiertamente influido por grupos militantes y organizaciones con marcada orientación kirchnerista" y "exhibe un sesgo ideológico incompatible con la imparcialidad que exige el sistema internacional de derechos humanos".
 
Resultaría gracioso, si no fuera tan trágico, que se etiquete de esa forma a un organismo técnico en el ámbito de las Naciones Unidas. Pero esa es la lógica del gobierno de La Libertad Avanza: quien denuncia abusos policiales o defiende garantías constitucionales es automáticamente sospechado de "zurdo" o "kuka".
 

03-12-2025 / 10:12
Karina "la Coimera" Milei sueña con que su hermano la elija como sucesora como hizo Néstor Kirchner con Cristina en 2007 en una maniobra que le permitió al kirchnerismo quedarse en el poder durante 12 años. "Hay que ir por la reelección de Javier Milei", aclaró en Mar del Plata, en el congreso libertario que encabezó frente a 300 personas, pese a que esperaban más de 700. Pero lo que no dijo es que ella se plantea como sucesora de su hermano, en el 2027 o en el siguiente turno electoral.
 
"Ella quiere que Milei la elija como sucesora, como hizo Néstor con Cristina", explicó un dirigente libertario al tanto de los planes de la hermana presidencial. En el mismo acto se difundió la creación de un "comité de disciplina" de La Libertad Avanza, que tendrá tolerancia cero a las individualidades. Entre los libertarios dijeron que el comité servirá como una suerte de Mazorca de Karina para tener a raya a todo el partido, en especial a los influencers como el Gordo Dan, el cabecilla de Las Fuerzas del Cielo que agrupa a los seguidores de Santiago Caputo.
 
Justamente el Gordo Dan ofició durante los primeros dos años de mandato de Milei como un guardián de la pureza libertaria y fue quien hizo echar a varios funcionarios que se corrieron de la línea. Karina quiere ser la única en detentar ese poder. Además, no quiere que los ministros, diputados y senadores vayan a la televisión sin su supervisión previa.
 
La visión policial de la política que despliega Karina ya es motivo de preocupación entre importantes dirigentes libertarios y llegó a impactar en el Congreso. "Patricia Bullrich le tiene terror a Karina", afirmó un importante dirigente libertario.
 
La hermana de Milei ahora tiene en mira el ministerio de Justicia como el próximo lugar para colonizar. Karina le pidió a Mariano Cúneo Libarona que se quedara en el ministerio luego de las elecciones pese a que ya había presentado una carta con su renuncia. El objetivo era darse un tiempo para definir su sucesor.
 
Ahora, Karina quiere que el puesto de Cúneo lo ocupe Santiago Viola. Viola es el apoderado de La Libertad Avanza y era su candidato para la secretaría Legal y Técnica antes de que Santiago Caputo acercara a María Ibarzábal Murphy, quien se ganó la confianza de Milei y es una pieza clave del gabinete. Pero los tiempos cambiaron y la obsesión de Karina por la Justicia creció desde el caso Libra y las coimas de la Andis, que la tienen en el centro de las investigaciones de la justicia federal.
 
Estos movimientos forman parte, según los libertarios, de un objetivo mayor para Karina, que es el de entrar a la fórmula presidencial en el futuro. Milei repite que su jefe es su hermana y por eso en el gobierno no descartan que Karina pida dar el salto en 2027.
 
La semana pasada, Karina se apersonó en el Senado para dar una demostración de poder en la Cámara en la que acaba de entrar Patricia Bullrich, otra de las figuras del gobierno con aspiraciones a entrar en la fórmula presidencial, pero que teme a la hermana de Milei.
 
Karina es la persona de este gobierno que tiene peor imagen, se la asocia a la corrupción. Su figura, cada vez más central dentro de la estructura de poder, es parte del debate sobre quién toma las decisiones en la gestión nacional. De hecho, las encuestas ya están evaluando la percepción sobre quién gobierna realmente: Javier Milei o su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
 
La Opinión Popular
 

01-12-2025 / 09:12
En Diputados, con una impunidad ante la que vale detenerse, la legisladora macrista Marilú Quiroz organizó una jornada de seis horas contra "la obligatoriedad y compulsividad" de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Vimos a un tipo que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores. Los objetos metálicos "se le pegan al cuerpo", ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos.
 
Lo más parecido a esto que se vio el jueves debe ser el conjunto de infradotados, vestidos de búfalo, que tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. El acto, el de acá, fue autorizado por la presidencia de la Cámara de Diputados.
 
Al margen del espanto y las denuncias de toda autoridad científica, ya con siete niños muertos de sarampión y tos convulsa por no estar vacunados, se desconocen presentaciones judiciales o procederes de oficio. Hubo un delito. Un atentado contra la salud pública.
 
¿Hecho menor, por haberse tratado de un grupo de delirantes bien que ocupando parte del edificio parlamentario? ¿O símbolo gigantesco?
 
Basta recorrer por encima los temas dominantes de la agenda publicada para advertir el momento prácticamente bizarro de nuestra política. Es el accionar gubernamental, es la plancha desconcertante en que está sumida la oposición y son las consecuencias de ese estadio. ¿Será la calma o desviación temática que preceden a alguna tormenta o, acaso, un clima destinado a permanecer durante largo rato?
 
La guerra entre la AFA, el Gobierno y los medios oficialistas, operada desde el efectismo de un campeonato de escritorio y una formación de pasillo dando la espalda a los campeones, se lleva por varios cuerpos el conversatorio periodístico, digital y vaya a saberse si, también, masivo. Es de esos disparadores que invitan a la básica y poderosa pregunta de si no pasa nada más importante en el país.
 
Los títulos de casi toda la prensa ametrallan sin parar, incluso a través de "noticias" y variantes fragmentadas -sobre el mismo tópico- que se suceden una tras otra. Pocas veces se vio algo semejante, tan desembozado.
 
Hasta un imberbe percibiría que no destrozan a la AFA por sus desaguisados ni por arbitrajes escandalosos, que desde ya sobran. El centro indesmentible es privatizar la actividad futbolística hasta el extremo que sea posible, pero eso ni siquiera es mencionado de refilón por la militancia independiente de los bufones oficiales.
 
Desde el Presidente de la Nación hasta su ministra de Seguridad instalaron el asunto con rango de gravedad nacional. Se supone que una cosa es la pasión desenfrenada que el fútbol desata en Argentina. Y que otra, completamente distinta, es llevar el caso a una cuestión de Estado ligada a negociados formidables. Sólo se supone.
 

30-11-2025 / 12:11
La concentración de fachos en Plaza de Mayo para pedir por la libertad de los represores fue un fracaso. No fue nutrida ni contó con la asistencia de las caras más conocidas del reclamo pro-dictadura. Sus organizadores debieron levantar sus petates a las apuradas cuando un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA) se acercó para avisarles que estaba llegando la manifestación por Palestina, que los sextuplicaba en participantes.
 
El que recibió el mensaje fue Guillermo Sottovia, uno de los organizadores de la movida fallida, que dice ser piloto civil e hijo de un oficial de la Aeronáutica. A Sottovia no le quedó más remedio que agarrar el megáfono maltrecho que tenían e iniciar la retirada. -Nos tenemos que ir, no por cobardes, sino para demostrar que ellos son los violentos -dijo.
 
Hasta segundos antes, Sottovia había estado a los abrazos con Carlos Pampillón, el dirigente neonazi marplatense procesado por atacar un monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Pampillón palmeaba a algunos hombres con uniformes y los llamaba "héroes" mientras se abría paso por la Plaza de Mayo.
 
Asunción Benedit estaba contenta porque casi había más fotógrafos que concurrentes. Ella se había puesto un pañuelo negro en la cabeza como forma de identificarse: no solo en oposición a las Madres de Plaza de Mayo sino porque también dice estar de "luto" por los represores presos.
 
Según las estadísticas de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH), hay 22 criminales de lesa humanidad presos en cárceles comunes y 63 en la Unidad 34 de Campo de Mayo, considerada una prisión VIP por sus comodidades.
 
Tanto Asunción como su hermano, el diputado nacional entrerriano Beltrán Benedit, suelen visitar a los condenados y procesados por secuestrar, torturar y desaparecer personas. Ella sostiene que no solo hay que pedirle al gobierno de Javier "el Loco" Milei por su libertad, sino también reivindicar su accionar represivo.
 
"La esperanza es lo último que se pierde", dijo la mujer que pululó por distintas organizaciones pro-dictadura. "De hecho podemos estar haciendo este reclamo. Si fuera con otro gobierno, ya estaríamos presos", concedió, aunque no esconde su desazón porque la administración de La Libertad Avanza (LLA) no hizo más para tener al genocida Alfredo Astiz y compañía fuera de las cárceles.
 
Conformaron un grupúsculo que se dio en llamar Unidos por la Sangre Derramada, pero, en realidad, lo que derramaron fueron peleas internas. Hasta hace diez días, Orlando González se presentaba como el coordinador general de la iniciativa. El tema se complicó cuando se contó quién era el personaje: un represor de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) condenado a prisión perpetua y que se encuentra en arresto domiciliario. Aficionado a la fotografía, el "Hormiga" González solía retratar a sus víctimas.
 
En Plaza San Martín se hicieron grandes actos para oponerse a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y para reclamar una amnistía general. Las concentraciones eran mucho más nutridas que las de este sábado en Plaza de Mayo. Pese a eso, con megáfono en mano, Sottovia afirmaba: "Tenemos poder ahora de cambiar la historia. Nunca se hizo un acto como éste". Patético.
 
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