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“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Entre Ríos - 10-09-2019 / 12:09
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Bordet y Macri: fin de una relación complicada

Bordet y Macri: fin de una relación complicada
De los dos, Gustavo Bordet y Mauricio Macri, uno sabe que seguirá cuatro años más, mientras que el otro intuye que su reelección es un sueño imposible y que va a retirarse con el estigma de fracasado. Después del 27 de octubre no se necesitarán más, ni para relacionarse institucionalmente ni para pelearse políticamente. Expone así que el fin de ambos mandatos no son similares, que uno hizo bien las cosas. El objetivo de la diferenciación es electoral: que las urnas digan lo mismo que en las PASO, y obtener así un contundente respaldo a los Fernández.
De los dos, Gustavo Bordet y Mauricio Macri, uno sabe que seguirá cuatro años más, mientras que el otro intuye que su reelección es un sueño imposible y que va a retirarse con el estigma de fracasado. Después del 27 de octubre no se necesitarán más, ni para relacionarse institucionalmente ni para pelearse políticamente.
 
En cada momento, Bordet se preocupa por dejar en claro que no es lo mismo que el macrismo y que han actuado de distinta manera frente a la demanda social. Como afirma el diputado provincial, Gustavo Zavallo: "Mientras el Gobierno Nacional se preocupa por la mercados, en Entre Ríos tenemos un gobernador ocupado por las personas de carne y hueso". La Provincia muestra que no finaliza la gestión dañada por las complicaciones económicas de la Nación y se hace cargo de las políticas sociales y de sus obligaciones con los empleados y jubilados provinciales en tiempo y forma.
 
También les sirve para exponer que el Gobierno entrerriano no carga con las dificultades de aquellas provincias que han apostado al endeudamiento en dólares, en sintonía con el poder central. Una diferencia que al Gobernador le interesa destacar nacionalmente a la hora de las comparaciones y de las evaluaciones de las gestiones. Puntualmente, en el cotejo de las administraciones peronistas.
 
El Poder Ejecutivo local, aún sintiendo los cimbronazos de la devaluación y de la inflación, es previsible en cuanto al manejo de los recursos, como para demostrar -por ejemplo- que la cláusula gatillo de los estatales y docentes no lo asfixiará ni lo pondrá en una situación límite justo cuando hay una votación en puerta.
 
Bordet apuntará a evitar que deslices propios, o salpicaduras por los errores ajenos, afecten el tranquilizador resultado que obtuvo en los comicios de agosto. Expone así que el fin de ambos mandatos no son similares, que uno hizo bien las cosas. El objetivo de la diferenciación es electoral: que las urnas digan lo mismo que en las PASO, y obtener así un contundente respaldo a los Fernández.
 
Bordet fue uno de los primeros dirigentes del PJ que se jugó y respaldó públicamente la fórmula Alberto-Cristina cuando se la conoció, allá por mayo. No dudó. Se movió abiertamente en favor de Alberto F., gestionando y obteniendo exitosamente el respaldo de otros gobernadores peronistas hacia la candidatura.
 
Se convirtió en un operador del peronismo albertista, una línea con sesgo federal ajeno al cristinismo duro. Recuérdese que Fernández dijo que gestionará con los gobernadores si resulta electo. Por todo lo que hizo para construir el albertismo como una expresión del peronismo nacional, a Bordet hasta se lo menciona como un posible integrante del futuro gabinete nacional.
 
Gustavo anhela repetir y mejorar el resultado de las PASO en Entre Ríos para consolidar su instalación en la mesa chica de las decisiones del peronismo a nivel nacional. La elección de Alberto coronaría sus aspiraciones políticas como un referente regional del PJ. Todo cierra.
 
Nada de olas que embarren la situación política y que puedan alterar mínimamente la votación, nada de distracciones ajenas a los comicios: sólo concentración en la gestión. Todo ello, básicamente, para no poner en riesgo la victoria del peronismo. Pronto pedirá a los compañeros un último esfuerzo para el triunfo del Frente de Todos.
 
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Bordet y Macri: fin de una relación complicada  

La única verdad es la realidad
 
La bondad de los sistemas de gobierno se manifiesta en la situación concreta de los pueblos, y no en las teorías justificadoras de los grupos de poder económico y sus medios masivos de propaganda. La única verdad es la realidad y lo que podía salir mal, finalmente salió mal. La cuenta terminó siendo: políticas neoliberales + dificultades económicas + errores de diagnóstico + peronismo unido = resultado a la vista.
 
El de Mauricio Macri es el peor gobierno desde el retorno de la democracia y en eso no tienen competencia. Ocupados de ayudar a los ricos, como si la Patria fuera un mercado persa, un espacio para los negocios de los banqueros especuladores y los importadores, con la promesa de un supuesto derrame cuando ellos sacien su codicia.
 
Saquearon la Patria con la deuda externa, con la fuga de capitales, con los altísimos intereses de los bancos y los tarifazos de los servicios privatizados, con la promesa de "inversiones" que nunca llegaron; mientras no paraban de acumular y exportar ganancias que nunca generaron.
 
El peronismo, que se identifica con sus banderas históricas, representa todo lo contrario. Entre sus contenidos se destacan: el rol de la producción y el trabajo para el desarrollo sostenible; una concepción de los procesos políticos para satisfacer las demandas sociales, utilizado los recursos necesarios para atenderlas; y una idea del Estado activo que redistribuye con equidad los ingresos.
 
La mayor frecuencia de triunfos electorales peronistas, a veces con más del 50% de los votos, no se deriva de lo hecho por ellos en mandatos anteriores, sino de la vigencia de estos contenidos que los mantiene como la promesa más confiable para atender las demandas socioeconómicas de las grandes mayorías populares.
 

Bordet y Macri: fin de una relación complicada
 
El cepo contuvo el dólar pero no frenó la sangría de reservas
 
Desde las PASO, que demostró que la polarización con Cristina resultó un pésimo negocio para el Gobierno y gatilló la explosión de una bomba que ya había asomado el año pasado, se profundizan las malas noticias económicas para todos los argentinos. Y el programa con el FMI, diseñado para llegar al menos hasta las elecciones de octubre, terminó naufragando a pocos metros de la orilla.
 
A más de un año del inicio de la corrida cambiaria que dejó en evidencia la fragilidad del sistema financiero argentino, el presidente Macri finalmente reconoció el fracaso de su política neoliberal de liberación del flujo de capitales y contra sus más profundas convicciones aceptó que el Estado aplique regulaciones para defender el valor del peso. Lo que se había prometido que jamás se haría, se hizo.
 
Aplicando recetas de la más pura heterodoxia económica, utilizó medidas que actúan al mismo tiempo sobre la oferta y la demanda de dólares. Obligó a los exportadores y a los bancos a volcar divisa al mercado y restringió a las empresas las posibilidades de acceder a los dólares para atesoramiento.
 
De repente, el noveno default de la historia argentina, restringido a unos bonos, sin aplausos ni pagadiós, pero default al fin. Cuatro días después, cepo cambiario light. Y vuelta a hablar de dólar blue, cuevas, contado con liqui, arbolitos, colchón, Colonia del Sacramento y ahora también criptomonedas, todas vías de escape de los controles cambiarios.
 
Pese a los rápidos resultados conseguidos gracias a la vuelta de las regulaciones, el propio Macri lamentó haber tenido que alejarse de la senda del neoliberalismo económico, buscó justificativos en la "incertidumbre política" y aclaró culposo que, de resultar reelecto, retomaría el camino fracasado de la liberación financiera y cambiaria que permitieron la fuga de capitales.
 
Ante los resultados observados durante la última semana gracias a las regulaciones y la comparación con lo ocurrido durante el último año y medio, la pregunta que queda picando es ¿por qué se utilizó recién ahora?
 

Bordet y Macri: fin de una relación complicada
 
Sangría de reservas y depósitos
 
El cepo aplicado por el Gobierno de Macri sirvió para desinflar al dólar pero todavía no demostró efectividad para contener la dramática pérdida de reservas. Sólo el viernes se fueron 424 millones de dólares y durante toda la semana 3.151 millones. Desde el principio de agosto la cifra se eleva a 16.950 millones, más de una cuarta parte del total del préstamo acordado con el FMI.
 
Por la misma vía caminan los depósitos en dólares de los bancos, que continuaron esta semana en baja. La última información disponible es del martes último, ese día los depósitos se ubicaron en 29.499 millones de dólares y registraron una contracción de 752 millones. Desde las elecciones se perdieron 7.556 millones.
 

Bordet y Macri: fin de una relación complicada
 
El largo camino a diciembre
 
En la continuidad de una campaña electoral, los candidatos a presidente con mayores chances se empeñan en sostener el delicado equilibrio necesario para convencer "al pueblo" y a los "mercados" al mismo tiempo, que tienen intereses bastante contrapuestos.
 
Macri se esfuerza por demostrar "sensibilidad social" a punta de intervencionismo estatal al tiempo que se ocupa de convencer a los "mercados" que el perfil K que viene tomando su gestión forma parte de una estrategia electoral temporaria que quedará sepultada rápidamente de resultar reelecto. Y en un insólito intento de negación de la realidad repite que las elecciones todavía no sucedieron.
 
Macri, un liberal de la derecha capitalista implacable, insensible socialmente, soñaba con una elección pareja y ahora dice que la derrota "no existió". Pero un país en crisis no necesita ilusiones optimistas, sino gobiernos eficaces. Scalabrini Ortiz lo hubiera elegido como metáfora del hombre que está solo y espera.
 
En tanto, muchos anuncian más recesión por las medidas aplicadas y alertan sobre los problemas de liquidez de las empresas que habían puesto su capital de trabajo, para salarios y otros gastos cotidianos, en letras de corto plazo cuyo pago se pospuso o en fondos comunes que invertían en ellas.
 
Ahora deben reventar estos bonos en el mercado con tal de hacerse con pesos para cumplir con esos compromisos. Otras venden dólares. Cada semana las dificultades son mayores ante la falta de demanda y precios.
 

Bordet y Macri: fin de una relación complicada
 
Aun queda por hacer
 
En el equipo de económico de Fernández pronostican que la economía seguirá cayéndose en los próximos meses. "El problema es el modelo neoliberal", profesan en coincidencia con su candidato a presidente. En lo que disienten entre ellos es sobre si les ha convenido o no que el default y el cepo le hayan estallado a Macri.
 
"Es bueno, porque así tendrás un arranque menos esmerilado", opinan unos. Otro disiente: "Nos van a dejar sin reservas en el Banco Central, hay que ver cómo sigue la inflación, qué pasa con los depósitos, aunque están calmándose porque la gente ve que le dan los dólares y el sistema financiero está más sólido que en 2001. También preocupa cómo se destruye el valor de las empresas".
 
Un tercero agrega: "Con el salto del dólar de 45 pesos a 60 vas a tener más parate, más desempleo, pobreza de más del 40%. Y hay que ver si le estalla otro quilombo a Macri. Sería gravísimo si se rompe el sistema financiero, cosa que está cerca, pero es evitable. Eso de 'cuanto peor, mejor' condicionará nuestro gobierno. Vamos a recibir una crisis como la que heredó (Carlos) Menem en 1989, que recién se recuperó en 1991, y que fue peor que lo heredado por Néstor (Kirchner)".
 
Los tres meses que faltan para el traspaso del mando preocupan. Y mucho. En el medio están las elecciones nacionales, y nadie descarta que antes o después de la fecha límite del 27 de octubre una chispa pueda volver a encender el fuego de una economía atada con alambres.
 

Bordet y Macri: fin de una relación complicada
 
Macri necesita encontrar respuestas
 
Casi un mes le tomó al Gobierno capear el vendaval económico que ayudó a disparar tras las PASO. Y ahora Macri necesita encontrar respuestas en el plano político: ¿Tiene alguna chance de remontar la cuesta o debe asumir que su presidencia está perdida? El mandatario está decepcionado con los estrategas electorales: "Hemos sido engañados", se quejó ante variados interlocutores.
 
Si bien le imputa a parte de su equipo negligencia por haberlo depositado en el cadalso, por haberle mentido con las encuestas, la tecnología electoral y una parafernalia de gastos con el big data, los focus group y costosos expertos, no cambia a nadie: insistirá con las mismas consultoras y especialistas hasta el 27 de octubre.
 
Los apuntados son, como siempre, Marcos Peña y Jaime Durán Barba. Hasta el momento, de las usinas macristas sólo surgió la idea de resaltar las diferencias internas que existen en el Frente de Todos. Pero eso funciona como un acto reflejo, porque está visto que en las PASO no obtuvo resultados.
 
Detrás de la discusión pública, lo que se observa es la necesidad del oficialismo de recuperar apoyo electoral en sectores rurales que suponía aliados pero que, por efecto de la crisis en las ciudades cabecera del interior nacional y bonaerense, manifestaron su descontento con el Gobierno de Macri.
 

Se viene tiempos más difíciles
 
Alberto debe acumular poder
 
A la inversa, el desafío central de la oposición pasa por transformar el voto de protesta contra Macri, en otro con sentido positivo para apuntalar una nueva etapa política. Varios dirigentes peronistas coinciden en que la crisis que heredará Fernández será peor que la que recibió Eduardo Duhalde en 2002.
 
Alberto Fernández necesita acumular una masa crítica lo suficientemente potente como para encarar lo que será una transición muy dificultosa y un posterior gobierno condicionado por el nefasto acuerdo que firmó Macri con el FMI en 2018. Algunas pistas de lo que haría una vez en el poder dejó en su paso de esta semana por España y Portugal.
 
Es que, el virtual candidato electo viajó a España con intenciones de tranquilizar a los banqueros, de jurarles que de resultar electo no acometerá con una aventura anticapitalista como las que sueñan algunos de sus partidarios. En una declaración que sonó contradictoria, el candidato del Frente de Todos prometió que en su gestión cumpliría con todos los compromisos asumidos por el país, pero advirtió que no lo haría a costa del sufrimiento de los argentinos.
 
Esa última aclaración no hizo más que profundizar las sospechas entre los financistas que creen que Argentina no tiene forma de cumplir con el exigente calendario de pagos que acordaron el Gobierno de Macri y su principal financista de campaña, el FMI, si no es a costa del hambre y el sufrimiento de los argentinos.
 
El aroma antiyanqui en la gira, europeísta el tono, hasta con amagos hacia China, perfil que ciertos vínculos le atribuyen hoy a Fernández, indica que va por otro camino.
 

Se viene tiempos mÃÆ'¡s difÃÆ'­ciles
 
¿Lacunza enviará el proyecto de canje de deuda al Congreso?
 
En el Frente de Todos se preguntan cuándo el ministro Hernán Lacunza terminará de enviar el proyecto de ley de canje de deuda de largo plazo al Congreso. Los legisladores peronistas se muestran poco dispuestos a aceptar un trueque a la uruguaya en 2002, sin quita de deuda, y prefieren esperar al cambio de gobierno.
 
Se habla más de un canje a la ucraniana en 2015, con "hair cut" (corte de pelo, como lo llaman en el mercado) pero con bendición del FMI, a diferencia de la reestructuración argentina de 2005. "Si Lacunza quiere un megacanje como en 2001, ofreciendo aumentar los intereses sin quita, que saque un DNU", desafían.
 
"Hoy en día es una pelotudez auto limitarte a un canje sin quita, a costa de un gran esfuerzo de la sociedad. Tenés que limpiar el programa financiero de los próximos cuatro años", agregan, a sabiendas de que la reestructuración en sí ocurrirá en el próximo mandato presidencial.
 
Por su parte, los grandes empresarios de AEA advierten que a partir del 10 de diciembre, con un gobierno de los Fernández, se intensificará los controles: 1) endurecerá el cepo para frenar la fuga de capitales, 2) extenderá los controles de precios, que por ahora rigen en combustibles y gas, a acuerdos en alimentos y otros bienes básicos, 3) regulará las importaciones, ya que se trae de todo del exterior; y 4) doble indemnización para desalentar despidos, como en 2002.
 

Bordet y Macri: fin de una relación complicada
 
Perspectiva de la gestión provincial
 
La cuenta regresiva hacia las elecciones generales muestran el panorama de una gestión provincial reelecta que precisa fondos (federales o de créditos privados), con un claro enfrentamiento electoral con la Casa Rosada que, con las últimas medidas económicas para aliviar la carga fiscal a los asalariados, ha minado los ingresos coparticipables hasta el 31 de diciembre próximo.
 
El gobernador Gustavo Bordet le ha dado instrucciones a su ministro de Economía, Hugo Ballay, para que consiga los recursos necesarios para afrontar el pago de los sueldos a los empleados públicos. Y no sólo el dinero que se requiere para el mes en curso, sino hasta el final del ejercicio anual.
 
La situación tiene una lectura: el Poder Ejecutivo busca previsibilidad ante la incertidumbre que reina en la economía argentina. No es el momento de salir a buscar financiamiento en el exterior, ya que es caro y el nivel de desconfianza hacia la Argentina es creciente. Con un riesgo país en más de 2.000 puntos básicos, las provincias han sentido sus efectos.
 
Moody's Latin America, agente de Calificación de Riesgo, bajó las calificaciones de emisor y de deuda en las escalas global/nacional tanto en moneda local como extranjera de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Chubut, Formosa, Misiones, Río Negro, Tucumán y las municipalidades de Córdoba y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
 
En la Casa de Gobierno provincial hay quienes hablan del riesgo sub nacional, que se veía venir desde el momento en que la Nación decidió declarar el default selectivo y "reperfilar" los vencimientos de la deuda externa.
 
En realidad, no hay peligro de insolvencia en la Provincia, ya que los fondos que suelen ser usados como garantía de cualquier endeudamiento, la coparticipación, tiene un nivel elevado de desafectación. Además, la deuda pública entrerriana representa un porcentaje bajo del presupuesto anual, un índice que torna manejables las finanzas. Entonces, ¿qué hará Bordet para conseguir los fondos que requiere para cerrar el año con los sueldos al día? El camino más directo es tocarle la puerta al Ministerio de Hacienda de la Nación y al Banco Central. 
 
A corto plazo, un factor de negociación con la administración de Macri se puede estar dado con el reclamo que una quincena de distritos provinciales ha formulado, no hace muchos días, contra el Estado nacional por el impacto de las medidas que tienden a aliviar la carga del impuesto a las Ganancias y de los alimentos de primera necesidad de la canasta básica que hoy gozan de alícuota cero.
 
De no prosperar las gestiones, Bordet y el resto de los mandatarios provinciales tendrán que esperar hasta el 10 de diciembre y, particularmente los peronistas, trabajar para que Alberto Fernández gane y se constituya en el nuevo presidente de los argentinos.
 
En el medio, el Poder Ejecutivo local tendrá que cruzar los dedos para que la inflación no siga espiralizándose. Sucede que, de acuerdo con los convenios firmados con los gremios que representan a los empleados públicos, la Provincia tendrá que abonar una cláusula gatillo que puede llegar a los dos dígitos de aumentos (11,5%) en función de la evolución de los precios de los últimos meses.
 
En este contexto crítico del macrismo, ya hay provincias que evalúan la emisión de bonos federales y procuran que el "reperfilamiento" de deuda que intentará la Nación incluya un capítulo de reprogramación de pasivos provinciales, el frente más complicado en los próximos años.
 

La campaña de Macri es bancada por las provincias
 
El resultado de las elecciones "está cantado"
 
En Cambiemos Entre Ríos todavía no salen del estupor del nocaut de las PASO. El aliento de los adherentes, el empuje de los militantes y el repaso de las estrategias no hacen mella en la cabeza de los candidatos que siguen atontados por los golpes recibidos.
 
La victoria fortifica y activa sinergia. La derrota divide, azuza cuestionamientos, centrifuga. La disciplina macrista en campaña estalló el 11 de agosto. Los principales dirigentes hablan de unidad de la boca para afuera pero aún no aparecido una foto de todos juntos preocupados por lo que viene en octubre. Así, el resultado de las elecciones de octubre "está cantado".
 
Por el lado de la alianza antiperonista, se buscará en las últimas semanas de campaña que se ponga más el foco en los problemas provinciales, dando por descontado que la referencia en la fórmula de Alberto y Cristina aporta y mucho y que la crisis económica orienta al votante independiente hacia la opción del regreso del peronismo.
 
Es llamativa la pérdida de electores que sufrió Cambiemos en los comicios provinciales y municipales. Los dirigentes de PRO, con Rogelio Frigerio a la cabeza, van camino de perder el liderazgo de la Alianza, pero eso no sería nada si no fuera porque no hay referentes radicales de peso a la vista que tomen la posta.
 
Con Atilio Benedetti -que fracasó cuando quiso llegar a gobernar Entre Ríos en 2011, 2015 y 2019- en pleno proceso de inmolación al fuego lento del macrismo, no aparece nadie en condiciones, capaz o con voluntad de recoger los pedazos del radicalismo desparramado por toda la provincia. Ni Paraná ni Concordia tienen dirigentes que vayan a salir con la cabeza fuera del agua en el proceso electoral que cierra en octubre. Y aún hay que ver la votación en la capital de la provincia.

 
Ni que hablar de Sergio Varisco, la "esperanza blanca" del radicalismo más militante, que parece en el ocaso de su carrera política. Un dirigente que, tras la derrota electoral de junio, hizo un virtual "abandono" del poder, jaqueado por una causa federal que lo vincula a una banda de narcotraficantes -con dos de sus estrechos colaboradores en prisión hace más de un año- y por un par de causas provinciales que podrían inhabilitarlo para el ejercicio de la función pública, como sostiene el columnista Pablo Bizai.
 
No aparecen nuevos liderazgos para conducir la reconstrucción del antiperonismo, frente a un PJ que suma más poder y quiere coronarlo con el triunfo de Alberto Fernández. El PJ terminará el año con un poderío político impensado hace unos meses: el gobierno provincial hasta el 2023, más legisladores y concejales; y las intendencias de las principales ciudades de la provincia.
 
Bordet tiene la esperanza que haya un Presidente con el que comparta una visión idéntica en cuanto al rol del Estado en cuestiones centrales como el apuntalamiento de la economía y una gestión activa y presente en salud, educación, desarrollo social y la asistencia a los sectores más vulnerables.
 
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