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                  20:47  |  Jueves 10 de Julio de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Entre Ríos - 03-09-2019 / 13:09
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Se viene tiempos más difíciles

Se viene tiempos más difíciles
Quienes conocen al gobernador Gustavo Bordet aseguran que procesa los desastres subyacentes y eso es lo que se observa desde la Casa Gris: una situación nacional de aniquilamiento productivo, de crisis social profunda y de inestabilidad económica extrema. Esto genera dudas crecientes sobre la consistencia de la estructura institucional que sostiene en el poder al gobierno de Mauricio Macri. Si hace tres semanas la pregunta que evidenciaba ese estado de crisis era: ¿cómo llegar al 10 de diciembre?, hoy el interrogante es: ¿cómo llegar al 27 de octubre?
La Argentina padece una brutal crisis manejada por un deplorable gobierno que atraviesa su peor momento. La inestabilidad económica ya tuvo un efecto político: el resultado de las PASO. Las dificultades fueron engendradas por el gobierno de Mauricio Macri desde el comienzo de su gestión. Sus decisiones económicas configuraron un modelo neoliberal insostenible basado en: la especulación financiera, el endeudamiento externo y la fuga de capitales.
 
Cuando Macri asumió, desreguló rápidamente el mercado cambiario y la entrada y salida de capitales especulativos, liberó a los exportadores de la obligación de liquidar las divisas en el mercado local y abrió unilateralmente las importaciones que liquidaron la industria nacional. Mientras, las exportaciones permanecieron estancadas durante toda su gestión.
 
Quienes conocen al gobernador Gustavo Bordet aseguran que procesa los desastres subyacentes y eso es lo que se observa desde la Casa Gris: una situación nacional de aniquilamiento productivo, de crisis social profunda y de inestabilidad económica extrema.
 
Esto genera dudas crecientes sobre la consistencia de la estructura institucional que sostiene en el poder al gobierno de Mauricio Macri. Si hace tres semanas la pregunta que evidenciaba ese estado de crisis era: ¿cómo llegar al 10 de diciembre?, hoy el interrogante es: ¿cómo llegar al 27 de octubre?
 
La transición política se está produciendo del peor modo: definida por los "mercados", destruyendo al sector productivo, arrastrando a la pobreza a trabajadores y jubilados; y metiendo a todas las administraciones provinciales en la misma hecatombe, intentando licuar las distintas responsabilidades en un mismo desastre.
 
Los números provinciales del primer semestre muestran un deterioro continuado de los ingresos. Y, pese a la paralización de la obra pública, se registra una situación de déficit financiero, mientras que el superávit corriente se sigue achicando.
 
Es evidente que Macri y su gobierno están acabados, no existe chance alguna de reelección. Solo correspondería esperar que el actual presidente gobierne hasta el 10 de diciembre evitando infligir mayores daños sociales y económicos que agraven el desastre que ya produjeron.
 
Las gestiones que llegan al final de sus mandatos de manera traumática transfieren un par de años difíciles a las administraciones que los suceden. Alberto Fernández va a demandar de un amplio frente de apoyo para pilotear esas turbulencias.
 
El Peronismo reunificado se propone llegar al 55% de los votos en las elecciones presidenciales de octubre. El objetivo no pasa por derrotar a Macri, al que ya consideran vencido por el resultado contundente de las PASO, sino por consolidar en las urnas un poder político que se referencie en Alberto. Lo que está en juego es la construcción de un nuevo liderazgo de mayorías.
 
El próximo presidente no tendrá margen para administrar sólo con los propios e incondicionales, como sucedió con Cristina y La Cámpora o Macri y la mesa chica del PRO. Se deberá gobernar con amplias mayorías para sentarse a la negociación con el FMI en una situación de fortaleza política como jamás tuvo Cambiemos.
 
La Opinión Popular

La campaña de Macri es bancada por las provincias  

Reperfilamiento que huele a default
 
El cachetazo electoral que sufrió Macri hace 20 días no hizo más que precipitar el desmoronamiento del programa económico neoliberal que siempre fue insostenible. En tanto, Argentina asiste a un festival de endeudamiento y fuga en el que algunos miles de banqueros y empresarios millonarios se vuelven todavía más millonarios y más de 44 millones son cada día más pobres.
 
Macri sufre en toda su crudeza aquello que los yanquis llaman el "síndrome del pato rengo". Los especuladores que marcan el pulso de las finanzas en Argentina y el mundo lo tienen con el "boleto picado", y están más atentos a su virtual sucesor, Alberto Fernández y al rol que le tocaría en su gobierno a Cristina, cuyo nombre suena a cepo en los ambientes de la "patria especulativa".
 
No funcionó amenazar con Venezuela, ni con "la vuelta de Cristina". Venezuela está fracasando y no es ningún modelo para nadie; y Cristina colocó un candidato presidencial que había manifestado serias discrepancias con su último gobierno.
 
Pero Mauricio sigue apostando al miedo como argumento de campaña, como lo dejó en claro en la conferencia de prensa del lunes negro. Le sirve el caos para demostrar "todo lo malo que llegaría con un triunfo del kirchnerismo".
 
Insólitamente, Macri exigió al Frente de Todos que pusiera a Cristina al frente de la campaña porque, según el candidato de Juntos por el Cambio, sería ella quien manejaría el poder real si ganara Fernández.
 
Además mandó a sus principales espadas verbales, la iluminada Elisa Carrió y el camaleónico Miguel Pichetto, a convencer a todos que un resultado electoral adverso para el Gobierno nacional implicaría el establecimiento de régimen narco-marxista que llevaría al país por el camino de Venezuela.
 
Alberto aprovechó el poder que le otorgó el resultado favorable de las PASO para menear a Mauricio. Tras reunirse con funcionarios del FMI, difundió un comunicado en el cual aseguró que desde el Fondo hablaron de un "vacío de poder" y de un presidente que tiene "serias dificultades" para manejar la situación.
 
La misión del FMI encabezada por el director del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, tuvo así una experiencia de "peronismo explícito". El PJ los acusó de ser los ideólogos del desastre económico, anticipó un rechazo futuro al programa de ajuste y como si no fuera suficiente, los expuso como golpistas que pedían una salida anticipada de Macri.
 
Fue una maniobra bien articulada que envió un mensaje claro: Se terminó el té con masitas que el FMI tomaban con Macri y Dujovne para resolver cómo seguía el ajuste.
 
El despertar incluyó la decisión de Alberto de introducir en la reunión con el Fondo un dato: Les advirtió que si no flexibilizaban el ajuste, Argentina podría desconocer el acuerdo y cerrar financiamiento de manera directa con China. Fue un correo al FMI, pero también a Donald Trump, el líder de la potencia colonialista que pretende dominarnos con el endeudamiento.
 

Se viene tiempos más difíciles
 
Fracaso sin atenuantes
 
El fracaso sin atenuantes de la gestión macrista sembró serias dudas respecto de la capacidad para afrontar las deudas que tomó. El mercado de crédito ya se dio cuenta y le cerró la ventanilla a la Argentina hace más de un año, lo que obligó al "mejor equipo de los últimos 50 años" a recurrir al FMI, que vulneró sus propios estatutos para favorecer a la gestión de Macri con un Stand By record de 57 mil millones de dólares.
 
Los billetes del Fondo solo sirvieron para alimentar una fuga de capitales, posible únicamente gracias a la complicidad de un Gobierno que sistemáticamente se negó a establecer algún mecanismo de control de capitales, aún contradiciendo recomendaciones del FMI.
 
Un problema central que arrastra Argentina desde siempre es que no genera por vías genuinas, exportaciones o inversiones, los ingresos de dólares suficientes para atender la demanda: Estados nacional y provinciales para pagar deuda externa; industriales para traer importaciones; multinacionales para girar utilidades a sus casas matrices; ahorristas para dolarizar excedentes; y grupos sociales para realizar turismo en el exterior.
 
Como Argentina no emite dólares, los consigue con exportaciones o colocando deuda en moneda extranjera. El Gobierno de Cristina lidió con este problema limitando la oferta a través de férreos controles, entre ellos el cepo, un parche relativamente efectivo para contener la fuga, pero con un efecto negativo sobre las inversiones.
 
Con optimismo babieca, el equipo económico del recién asumido Macri dio por descontado que liberando el cepo y todos los controles sobre el flujo de capitales llegaría una "lluvia de inversiones" que alcanzaría con creces para cubrir la demanda de dólares. A la hora de la verdad las inversiones que esperaba el Gobierno no llegaron nunca y el faltante de dólares comenzó a cubrirse con deuda.
 
Favorecido por la política de desendeudamiento que llevó adelante Cristina, el Gobierno de Macri inició un irresponsable raid de colocación de deuda al tiempo que observaba impávido como los dólares conseguidos se fugaban sin ningún control a través de mecanismos que permite girar, sin restricción alguna, pesos de una cuenta en un banco argentino a cuentas en dólares en el exterior.
 
Como resultado, Macri recibió una deuda equivalente al 53% del PBI y la elevó a más de 127% del PBI según datos del Institute of International Finance (IIF), la asociación de los principales bancos comerciales y de inversión a nivel global. La fuga de capitales acumula en términos netos desde la asunción de Macri a julio de este año, unos 75 mil millones de dólares, bastante más que el préstamo de 57 mil millones acordado con el FMI.
 
Solamente en la primera mitad del año se fugaron más de 17 mil millones de dólares, cifra que supera las reservas netas del Central estimadas en alrededor de 13 mil millones, lo que significa que, de mantenerse esta dinámica en la segunda mitad del año, esa dolarización no podría cubrirse aún vendiendo la totalidad de las reservas disponibles.
 
Dispuesto a morir con las botas puestas, autorizó a su flamante ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, a poner en marcha un nuevo paquete de emergencia que consiste en patear para adelante los vencimientos de distintos instrumentos de corto plazo -Letes y Lecap- y anunciar el "reperfilamiento" de la deuda con el FMI.
 

Se viene tiempos más difíciles
 
El desierto de la realidad
  
Pero, la aceleración de la crisis financiera, económica, social y política, "obligaron" a Macri a tomar decisiones que nunca había imaginado ni en la peor de sus pesadillas. Y las que faltan...
 
Los mercados vieron en los anuncios un reconocimiento expreso de incapacidad por parte de Argentina de cumplir con sus obligaciones en tiempo y forma y lo entienden como un "default selectivo". Las principales calificadoras de riesgo redujeron la calificación de la deuda argentina: para Standard & Poor's, Finch y Moody's Argentina volvió a entrar en default.
 
El clima de incertidumbre se tradujo en una corrida bancaria de depósitos en moneda extranjera que elevó a 909 millones de dólares la pérdida de reservas solo el viernes. Además, la tasa de interés en pesos batió el récord histórico posterior al 2002 y cerró en 78,21%, pese a la cual hubo desarme de Leliq por más de 107 mil millones de pesos que pasaron a expansión monetaria.
 
Este fin de semana, cercado por la corrida que provocó, el Gobierno recurrió al control de cambios. A menos de cuatro años de haber desmantelado todas las regulaciones al movimiento de capitales, Macri reconoció el fracaso de sus políticas e impuso por DNU el control de cambios, restringió la compra de dólares y obliga a los exportadores a liquidar divisas, para tratar de evitar un estallido financiero y el descalabro general de la economía.
 
Le deja al próximo gobierno un "paquete bomba" para desatar el 11 de diciembre: Naftas, créditos UVA, embargos a pymes, deudas vencidas, reservas escasas, acuerdo con el FMI...
 

El gobierno de Macri pretende desfinanciar las provincias
 
Conflictos con las provincias
 
Desde 1983, el peronismo ya pasó por la oposición tres veces. Ha estado en el poder y en el llano. Ha ganado y perdido elecciones de todo tipo. Es un partido de poder, cuando gana, y también ha sabido estar en la calle, para hacer oposición cuando pierde.
 
Gobernadores e intendentes del PJ negocian siempre que pueden negociar. El aporte del peronismo (y del conjunto de la oposición) para mantener el conflicto social dentro de los límites del debate político, parlamentario y de la protesta callejera no sólo son los normales de cualquier democracia, sino que incluso sirvieron como catalizadores del malestar hasta la realización de los comicios.
 
Pero, cuando le quieren cambiar las reglas del juego, el PJ se planta. Es que Macri y su círculo más cercano son vistos por buena parte de la política como gente que no cumple los acuerdos o mejor dicho, que los incumple cuando dejan de resultarles convenientes. Por eso la fuerte ofensiva opositora de los últimos días.
 
Dos decisiones del gobierno de Macri han pegado fuerte. La primera es conocida y tiene que ver con la reducción del IVA a los alimentos y los cambios en el Impuesto a las Ganancias. Como esos ingresos son coparticipables, las provincias recibirán mucho menos de lo que tenía previsto.
 
La segunda cuestión tiene que ver con el "reperfilamiento" de la deuda también anunciado por la Casa Rosada. El decreto que retrasó el pago de Letes y Lecaps a las personas jurídicas alcanzó a provincias que tenían invertido parte de sus fondos en esos instrumentos como forma de protegerse frente a la inflación. En general, esos recursos se utilizan para el pago de deudas o para atender gastos corrientes. El dilema es que no se conoce qué ocurrirá con esos dineros ni cuándo podrían liberarse.
 

Se viene tiempos más difíciles
 
La hoguera nacional llega a las provincias
 
La hoguera nacional en la que se consume el futuro inmediato de Cambiemos llega a las provincias con una nube de humo político que empaña la visibilidad y sólo permite otear el corto plazo. En un país que vive al día (sin certeza del valor de su moneda de una mañana para otra), aventurar escenarios que deben darse en meses es trivial.
 
Julio Solanas, Diputado nacional por el Frente Para la Victoria, afirmó que: "La incertidumbre que ha generado este gobierno, y especialmente el presidente Macri; que no estuvo a la altura de los acontecimientos del once de Agosto cuando el pueblo se expresó en las urnas y le manifestó claramente lo que pensaba de este gobierno".
 
Por su parte, el senador provincial Ángel Giano se refirió a las medidas tomadas por el gobierno nacional que afectan los recursos coparticipables y denunció los recortes que viene llevando adelante la Nación: el subsidio al transporte, al Fondo Federal Solidario, la tarifa eléctrica social y el programa Remediar. "El fracaso de las políticas económicas del gobierno de Macri debe ser afrontado por la Nación", agregó.
 
Por lo pronto, Entre Ríos está en el lote de provincias que reclaman ante la Corte Suprema que se declare inconstitucional la rebaja del IVA y la modificación de ganancias dispuestas por decreto del presidente Macri, en tanto reduce la recaudación coparticipable.
 
En total son 15 las jurisdicciones que sustentan el reclamo ante el máximo tribunal y en el plano político exigen una compensación económica por los fondos que dejarán de percibir. Esa dualidad intrínseca de Macri es hoy disfuncional, por la sencilla razón que se viene de sufrir una inapelable derrota electoral.
 
Después de no dar señales de apertura al diálogo durante más de una semana, el Gobierno de Macri a través de su vocero natural con las provincias, el ministro del Interior Rogelio Frigerio, prometió revisar el impacto puntual que tendrían en cada provincia las medidas dispuestas por el Gobierno nacional, aunque aclaró que no habrá marcha atrás.
 
Desde el Gobierno provincial afirmaron que la decisión de reclamar ante la Corte responde al interés por defender los recursos de la provincia y no debe interpretarse como un gesto político. Destacan que el recorte de IVA y Ganancias implica un pérdida de alrededor de 1.600 millones de pesos para Entre Ríos en la coparticipación del último cuatrimestre.
 
Entre Ríos se mantiene activa y auxiliando al Gobierno para que termine bien la gestión, porque si la crisis nacional se agudiza se desparrama a todas las provincias y la terminan pagando los gobernadores, por ello es conveniente apaciguar al máximo la tensión. También colabora con los que ganaron las PASO diseñando ideas técnicas y proponiendo nombres para un posible futuro gobierno, asegura una fuente cercana a la Casa Gris.
 
La posición de relativa tranquilidad con la que Entre Ríos puede enfrentar la nueva turbulencia financiera nacional se debe en buena medida a la política de desendeudamiento que viene llevando adelante la provincia en los últimos años y particularmente la ausencia de deuda importante nominada en dólares.
 
Esto permite asistir a los habitantes locales golpeados por la crisis nacional y además hacer frente a los compromisos salariales y de servicios sin mayores inconvenientes. Entre Ríos transita la crisis con calma por haber tenido una gestión previsible, austera y ordenada, hecho que hoy se valora y se destaca en todo el país. Otra de las respuestas del Gobierno provincial ante la crisis tiene que ver con el refuerzo de la acciones de salud, educación y acción social.
 
La ministra de Desarrollo Social y vicegobernadora electa, Laura Stratta, dijo que para la provincia no es una novedad la actual crisis social ya que la denunciaban desde hace más de una año. Destacó el aumento de la pobreza y la profundización de la crisis social producto de la situación de la economía nacional.
 

¿Por qué ganó Gustavo Bordet?
 
Silencio (des)comunal en Paraná
 
Fueron semanas de silencio político en la Municipalidad de Paraná, pese a que pocas veces se habían esperado más respuestas que en estos días.
 
Sostiene el columnista Carlos Matteoda que se percibe la ausencia de gestión, siendo el más notorio las dos semanas de paro del transporte urbano, con la aparición solamente de algún que otro funcionario balbuceando explicaciones, pero sin conocer la opinión concreta del secretario de Transporte respecto del conflicto, pese a lo cual el municipio platea, para resolverlo, tomar un crédito de 100 millones de pesos cuando las tasas de interés son abismales y el país está en default técnico.
 
El jueves se reunieron en la Secretaría de Trabajo provincial los cuatro gremios que tienen representación entre los trabajadores de la Municipalidad de Paraná con funcionarios del intendente Sergio Varisco. La propuesta de los funcionarios fue postergar un mes la discusión salarial porque aseguran que los aumentos otorgados aún no fueron superados por la inflación acumulada en el año.
 
Y luego, en acuerdo con el gremio Suoyem, plantearon que las autoridades electas participen de esa discusión. La intención parece clara: diluir la responsabilidad de las autoridades actuales en función de apurar compromisos de las autoridades entrantes. Y si esa no hubiera sido la intención real, lo que es difícil de aceptar, resultaría entonces increíble tamaña ingenuidad de la conducción sindical.
 
De parte de los actuales funcionarios del Ejecutivo municipal tal vez pueda entenderse la postura como la única salida para dilatar las definiciones, ya que a la complicada situación del funcionamiento municipal se le suma la virtual desaparición del intendente Varisco.
 
La obra pública parada o ralentizada a más no poder, los servicios deficientes y la presencia del municipio reducida a las reparaciones indispensables y el dispositivo recaudador a través de multas de Tránsito, son la imagen que hoy muestra el gobierno de la capital provincial.
 
Para colmo de males, la agenda judicial del Intendente aparece también como un obstáculo para pensar en una recuperación de la gestión. El 19 deberá afrontar una acusación por delitos relacionados al narcotráfico en el Poder Judicial Federal.
 
Todo indica que la administración Varisco es una de las que confían en disimular el desastre propio en el incendio general del país, pero llegar al 10 de diciembre también será complicado en la ciudad de Paraná.
 
Al contrario que Macri con Alberto, Varisco no podrá culpar a su sucesor por incidir negativamente durante la transición: Adán Bahl no cogobierna y desde hace dos meses casi no habla de la gestión de Varisco y aseguran que seguirá en silencio tres meses más. Sucede que las autoridades electas señalan que no existe disposición del varisquismo en facilitar la información necesaria para tener una idea real de cómo están las cosas.
 
Los datos que manejan los colaboradores de Bahl dan cuenta de un descalabro importante, con deudas por doquier y presupuestos agotados, a lo que se suma la evidente falta de conducción política. También se estima que son más de 1.000 los contratos de obras, de servicios y pases a planta permanente que exceden las previsiones presupuestarias.
 
Igualmente se sabe de una deuda de 75 millones de pesos con la Caja de Jubilaciones de provincia por deudas de aportes patronales, lo que pone a la gestión a tiro de una denuncia penal por incumplimiento de deberes de funcionario.
 
En el microclima político, ven a Varisco como un político en retirada, casi en fuga. Afirman que no va a la Municipalidad de trabajar, su presencia en los medios es casi nula y se ha hecho abandono total de cualquier idea de conducir la gestión. Los paranaenses están en las manos de Dios hasta el 11 de diciembre cuando asuma Bahl. La pregunta es: ¿Cuánto más daño puede ocasionar Varisco en la gestión y la vida cotidiana de los paranaenses?
 

La campaÃÆ'±a de Macri es bancada por las provincias
 
Bordet pone a punto la campaña
 
El Gobernador, mientras tanto, pone a punto la campaña tras las reuniones con candidatos, legisladores y funcionarios. En el medio, el jefe del Poder Ejecutivo arma su equipo para los próximos cuatro años de gestión. Puede haber algunos retoques pero, en esencia, pretende mantener el equipo actual, a excepción de los cambios obligados por las salidas políticas de candidatos electos.
 
Sea quien sea el presidente de la Nación a partir del 10 de diciembre próximo, la situación financiera de las provincias estará a merced de la evolución de la economía nacional. Fernández puede asegurarle ayuda a Bordet si es elegido jefe de Estado. Alberto ha dicho que gobernará "junto con los 24" jefes de Estados provinciales, no solo por un anhelo federal como por una necesidad política.
 
Si se diera el milagro de la reelección, Macri lo mantendría en el freezzer, en el mismo lugar en que el gobernador está desde el momento que decidió hacerle frente y atacar sus nefastas medidas económicas neoliberales. No habrá términos medios. La política no sólo es el arte de lo posible; también puede servir para cosechar lo sembrado.
 
La Opinión Popular
 

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Se viene tiempos más difíciles
Edgardo Kueider: "Luego de las PASO se acabó el discurso y el marketing". El secretario general de la Gobernación y candidato a senador nacional por el Frente de todos afirmó que las medidas que tomó el Presidente, Mauricio Macri, luego de las PASO fueron una admisión de que gobernaba para otro sector de la sociedad y no para las mayorías.
Se viene tiempos más difíciles
El intendente Sergio Varisco y la concejal Claudia Acevedo presentaron una apelación a la decisión del juez José Eduardo Ruhl, que rechazó habilitar la vía de mediación penal para evitar el juicio por la causa de hurto de energía. La investigación penal fue abierta a raíz de una denuncia de la distribuidora Energía Entre Ríos Sociedad Anónima (Enersa) por una conexión clandestina en la vivienda que habitan Varisco y Acevedo en la capital entrerriana.
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