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Nacionales - 23-08-2019 / 09:08
PANORAMA EMPRESARIO SEMANAL

Señas de truco en la transición y peligros del cogobierno de facto

Señas de truco en la transición y peligros del cogobierno de facto
¿No es acaso un riesgo para Alberto consumir los cien días de gracia de todo presidente incluso antes de sentarse en el sillón de Rivadavia? ¿No es peligroso el desgaste del cogobierno de facto al que lo forzó una victoria tan apabullante como la del 11? ¿Alcanza con decir, como ayer, “yo soy solo un candidato”? ¿Acaso le queda otra que ejercer durante la transición ese cogobierno lo más secretamente posible?
El seminario "Democracia y Desarrollo" del grupo Clarín, donde ayer se cruzaron Mauricio Macri y Alberto Fernández con apenas minutos de diferencia, probó con la misma nitidez que el charter de los banqueros brasileños que visitó al candidato del peronismo, que el poder se escurre como el agua. Y que a veces lo salpica a uno antes de tiempo.
 
¿No es acaso un riesgo para Alberto consumir los cien días de gracia de todo presidente incluso antes de sentarse en el sillón de Rivadavia? ¿No es peligroso el desgaste del cogobierno de facto al que lo forzó una victoria tan apabullante como la del 11?
 
¿Alcanza con decir, como ayer, "yo soy solo un candidato"? ¿Acaso le queda otra que ejercer durante la transición ese cogobierno lo más secretamente posible?
 
La designación de Hernán Lacunza es en sí misma un hito de ese cogobierno tácito. A Macri le permitió avanzar con el populismo de emergencia que decidió desplegar apenas perdió las PASO y que Nicolás Dujovne resistió atrincherado en el déficit cero comprometido ante el FMI.
 
A Fernández le abrió un canal de interlocución privilegiada: Lacunza fue durante muchos años (en la Fundación Capital y en el Banco Central) la mano derecha de Martín Redrado, el mismo que ayer Fernández reconoció ante la plana mayor de Clarín como uno de sus más asiduos consultores.
 
A Fernández también le aparecen insólitos aliados circunstanciales, como las petroleras. Los barones del crudo pusieron el grito en el cielo por el congelamiento preelectoral de combustibles, una puñalada que jamás esperaron del Macri que les dejó elegir al ministro del área apenas asumió.
 
Sus pataleos judiciales contra el congelamiento irán al fondo del cajón y ellos lo saben. Apenas procuran cubrirse con las demandas de eventuales juicios de accionistas o reguladores.
 
Pero sí pueden prosperar las objeciones de las provincias, que entran directamente a la Corte Suprema por la Secretaría de Originarios, llamada así precisamente porque los pleitos originarios que debía resolver el máximo tribunal eran los inter jurisdiccionales. Todo un reordenamiento del mapa de alianzas del poder en la Argentina.

 
El candidato apenas pasó a saludar y conversar un rato, pero una reunión de las tantas que se suceden en las oficinas de la calle México exhibió con nitidez hasta qué punto la agenda de Alberto Fernández ya se convirtió en la de un presidente en ejercicio. Mal que le pese.
 
Fue el jueves pasado cerca del mediodía. Al comando de campaña llegaron directamente desde Aeroparque en varias camionetas blindadas unos 20 banqueros paulistas que habían fletado especialmente un avión charter desde Guarulhos, que los esperó y los devolvió a casa al término de la cita.
 
No perdieron tiempo en pasar a ver a Nicolás Dujovne, para ese entonces ya eyectado del cargo aunque aún no se lo hubiera anunciado. Tampoco pidieron audiencia con Mauricio Macri.
 
Había ejecutivos top del Safra Bank, del Bradesco y del Itaú, pero también de bancos de inversión globales como el JP Morgan y el Citi que tienen en San Pablo sus cuarteles generales para todo el Cono Sur.
 
Los recibieron los economistas Cecilia Todesca y Ariel Schale y el politólogo Santiago Cafiero, quien desde el día anterior hacía malabares para atender de a uno a la multitud de empresarios del grupo de whatsapp "Nuestra Voz" que le escribían al exjefe de Gabinete para "tomarse un cafecito". Sin avisar al grupo, claro.
 
Los banqueros fueron al grano. "¿Van a pagar los vencimientos de deuda con privados?", preguntó uno en portuñol. "Sí. Nunca dijimos lo contrario", respondió Todesca. "¿No los preocupan los 18.000 millones de dólares en vencimientos que hay hasta fin de año?", inquirió otro.
 
"Sí, Nicolás (por Dujovne) tiene un problema", replicó Cafiero. "No, el problema lo tienen ustedes", lo cortó en seco uno de los visitantes. El trío de albertistas asintió de nuevo. El problema, admitieron, es tanto de entrantes como de salientes.
 
Ahí vino el pedido explícito. "¿Y por qué no dejan a (Guido) Sandleris en el Banco Central y dan una señal de continuidad que ahuyente los fantasmas de un default?", preguntó sin sonrojarse otro de los recién aterrizados.
 
Schale tomó nota. El economista de la Fundación ProTejer, ex subsecretario de Comercio Internacional entre 2010 y 2011 y archienemigo de Guillermo Moreno, es a quien Fernández encargó coordinar la estrategia productiva del próximo gobierno junto a Fernando Peirano y José Ignacio de Mendiguren.
 
Esa estrategia tendrá como eje desarmar "la bola de Leliqs" y bajar el costo del financiamiento para las Pymes. Según las fuentes que pudo consultar BAE Negocios en la calle México, en ningún momento se barajó que Sandleris pilotee ese viraje de 180 grados.
 
 
Remes se busca
 
El dilema para el equipo económico albertista que empieza a despuntar en el búnker es que si Sandleris sigue sacrificando reservas al ritmo de agosto (hasta anteayer acumulaba US$ 9.000 millones de sangría), para el 10 de diciembre puede no quedar nada.
 
El desembolso de 5.500 millones del FMI no está asegurado y las reservas netas (las que pueden usarse para intervenir en el mercado) no superan los 15.000 millones. Pero si no interviene para cuidarlas, la cotización del dólar puede espiralizarse con la inflación y dispararse a $80 o $100 en un abrir y cerrar de ojos.
 
Es una cuestión de especulación, no de valores de equilibrio ni de competitividad comercial. Por eso sigue latente el riesgo de otro salto, incluso aunque en términos reales el "dólar Dylan" -el que le hizo caso a Alberto y se clavó justito abajo de $60- sea el dólar más caro desde 2007.
 
¿Le conviene al Frente de Todos iniciar su mandato con el dólar más alto posible? Las opiniones en la calle México están divididas. Hay quienes creen que sí y que la severa recesión que se desató en el último año atenuará mucho el traslado a precios de la devaluación, como pasó en 2002.
 
Con matices, coinciden en eso Matías Kulfas y Todesca. Los otros, entre ellos Axel Kicillof y el metafórico Emmanuel Alvarez Agis, advierten que la economía actual está mucho más dolarizada e indexada que aquella.
 
Y que otro aumento llevaría a un escenario parecido al que Hernán Lacunza definió como "por la ventana" (sic) en el machete que llevaba en su regazo cuando lo fotografiaron al entrar a la quinta de fin de semana del Presidente.
 
Un escenario caótico, con inflación del 100% y 50% de pobreza. Un país más parecido al que gobernó Eduardo Duhalde que al que recibió después Néstor Kirchner.
 
El propio Fernández lo habló por teléfono con Lacunza anteayer, un rato antes de que lo fueran a visitar Todesca y Guillermo Nielsen a su flamante despacho en el quinto piso del Palacio de Hacienda. Es un equilibrio muy delicado donde, aunque sean adversarios en las elecciones de octubre, unos se necesitan a otros.
 
En esa charla pactaron que durante los próximos días, Lacunza insistirá en que el Central está listo para intervenir y el jefe del Frente de Todos reclamará que no le dejen vacías las arcas de Reconquista 266. Entre ambos procuran presionar al tercer actor en pugna: el Fondo Monetario. El único que puede poner los dólares que faltan para cerrar la ecuación.
 
 
Vasos comunicantes
 
Solo ese barajar y dar de nuevo puede albergar un festival de reconciliaciones como el que se puso ayer en escena en el MALBA, donde el casi seguro próximo presidente admitió públicamente el dato exclusivo publicado en esta columna el viernes pasado: que antes de las PASO se había reunido en secreto con el CEO del grupo Clarín, Héctor Magnetto. O como lo llamó él, con confianza, "Héctor".
 
En la era de Alberto, Axel y Cristina, al parecer, Mauricio vuelve a ser Macri pero Magnetto vuelve a tutearse con el inquilino de la Rosada y a sonreír de oreja a oreja al verlo.
 
 
Deshielos
  
El burdo panquecazo de los jueces de Comodoro Py en las causas sobre Odebrecht y Correo Argentino son harina de otro costal. La revocación de los procesamientos de kirchneristas y de las faltas de mérito para macristas no deben entenderse como un rebalanceo del poder tribunalicio hacia el albertismo sino como el desmoronamiento del dispositivo jurídico que consiguió armar el macrismo contra la oposición apenas asumió.
 
"Lo que estás viendo es el deshielo. De vez en cuando se va a romper un bloque grande, pero el goteo es continuo", graficó poético un operador que gasta sus suelas en la calle Talcahuano.
 
Lo sabe también Marcelo Mindlin, prócer del lobbying criollo desde los años 90, quien anteayer pasó la mañana como un ajedrecista en dos mesas simultáneas del Dashi de Figueroa Alcorta. En una de ellas desayunaba el gerente institucional del Grupo América, Gabriel Hochbaum. En otra, contigua, el bodeguero Nicolás Catena. Toda gente que recalibró sus afinidades políticas antes del 11 de agosto. Igual que Magnetto.
 
Son reflejos veloces del capital, un talento que no reconoce fronteras. El mismo del que hizo gala en su edición de esta semana la revista inglesa The Economist, que publicó un réquiem despiadado para Mauricio Macri titulado "Los límites de la tecnocracia". A rey muerto, rey puesto.
 
Por Alejandro Bercovich
 
Fuente: BAE Negocios
 

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15-10-2025 / 11:10
Vergüenza ajena: el yanqui trató al presidente argentino como un perro faldero. Donald Trump necesita justificar el respaldo a Javier "el Roto" Milei, que necesita a su vez ese respaldo para llegar a las elecciones. Parte de la decadencia argentina se procesaba así en Washington y otra aquí, donde el enviado de la Casa Blanca, Barry Bennet, convenció a los gobernadores de Provincias Unidas y a la mayoría radical de sostener al gobierno.
 
Trump llegó agotado de su gira por Israel, donde pidió a la Justicia de ese país que se olvide de las causas por corrupción contra Benjamín Netanyahu y se arrogó el mérito por un triste acuerdo de paz tras haber respaldado el genocidio ejecutado a instancias de Netanyahu.
 
El presidente argentino, con su carpetita de apego bajo el brazo, no pudo ocultar su emoción cuando saludó a Trump en la puerta de la Casa Blanca. Lo miraba de reojo, nervioso, como si se sintiera bajo observación de una autoridad superior. Y se mostraba deseoso de agradar antes de levantar sus pulgares.
 
En Estados Unidos, Milei no es una figura respetada por todos. Su concierto en el Movistar Arena fue difundido por algunos medios locales y los más críticos lo trataron de "payaso" y otros de "poco serio". Las críticas le han llovido tanto desde los demócratas como también de algunos republicanos que responsabilizan a Milei por la crisis financiera para la que pide el rescate.
 
Por eso, Trump necesita justificar la ayuda a un país cuya economía está mal gobernada, según la opinión más extendida a nivel internacional. Mostrar a un presidente argentino obsequioso, agradecido y hasta servicial, fue parte de esa explicación y parte de la necesidad de Milei de mostrar el respaldo de Estados Unidos para aquietar los mercados hasta el 26 de octubre. Fue una forma de mostrar que ayudan a un aliado dispuesto a todo para seguir las políticas norteamericanas.
 
Del saludo en la puerta, se fueron de cabeza a una extensa conferencia de prensa en la que Milei agradeció por todo, desde la ayuda a Argentina hasta por el papel de Trump en la tragedia palestina y su respaldo a Netanyahu. Pero el discurso del argentino no fue traducido al inglés porque nadie mostró demasiado interés.
 
Después habló Trump largamente, mientras Milei lo escuchaba embelesado sentadito del otro lado de la mesa y de espaldas a los periodistas que hacían las preguntas. Junto a Trump estaba el gabinete de Estados Unidos, inclusive Pete Hegseth, el jefe del Pentágono quien debió explicar los múltiples obstáculos que puso a los periodistas que cubren temas militares en ese país. Junto a Milei, en el otro lado de la mesa, estaba parte del gabinete argentino, que funcionó como espectador de la larga conferencia que concedió el norteamericano.
 
Trump se refirió a cuestiones de política interna de la Argentina. Dijo que si perdía Milei iba a ganar "una persona de extrema izquierda" y agregó que el apoyo sería a favor de Milei si gana las elecciones, pero que, si las pierde, retirarían ese respaldo. Fue un discurso bizarro de campaña para la interna argentina formulado por el jefe de una potencia extranjera que ambiciona beneficios económicos extraordinarios como contrapartida de su respaldo ideológico a Milei.
 
Fue el mismo mensaje de Barry Bennet en Buenos Aires, a los radicales y otras fuerzas opoficialistas y en especial a los gobernadores que formaron Provincias Unidas, desde el cordobés Martín Llaryora, hasta el radical santafesino Maximiliano Pullaro. El guiño de Bennet coincidió con llamadas telefónicas del Ministerio del Interior, prometiendo respaldo financiero para después de las elecciones.
 

14-10-2025 / 16:10
En relación a la situación cambiaria y la tensión con el dólar que generó una fuerte venta de divisas por parte del Tesoro semanas antes del acuerdo con EE.UU., Javier "el Loco" Milei aseguró que habrá una "avalancha de dólares": "Nos van salir dólares por las orejas", ilustró, aunque no precisó cómo ocurriría eso, excepto cuando mencionó que sería por supuestas inversiones que llegarían gracias al interés por los recursos naturales que tiene el país. El estilo comunicacional de Milei reabre el debate sobre los límites entre la exposición constante y la prudencia necesaria para preservar la autoridad presidencial en tiempos de crisis.
 
Esta nueva mentira se suma a algunas de las frases y temas más controversiales que ha abordado como presidente, que incluyen desde: "No hay plata", utilizada frecuentemente para justificar el recorte del gasto público y el plan de ajuste fiscal. Hasta: "Si fuera cierta la frase de que no se llega a fin de mes, ustedes tendrían que caminar por la calle y estaría llena de cadáveres. ¿Alguien se puso a pensar en esa pelotudez?". Una falacia para negar la dificultad económica que enfrentan muchos argentinos. Y sin olvidar los insultos y descalificaciones directas a políticos, periodistas, sindicalistas y "empresaurios prebendarios", a quienes engloba bajo el término de "la casta".
 
En la política contemporánea, la comunicación presidencial de Milei se ha convertido en un arma de doble filo. Hablar de más puede generar consecuencias tan riesgosas como permanecer en silencio. En ciertos contextos, la sobreexposición del discurso puede restar credibilidad o amplificar conflictos menores que podrían haberse disipado con el tiempo.
 
Las insensatas declaraciones del presidente en defensa del narco José Luis Espert, tras su salida del Gobierno y sus denuncias públicas, reactivaron el debate sobre los límites del protagonismo comunicacional en la gestión. Al intervenir en una controversia de alcance limitado, el mandatario terminó trasladando la discusión al centro de la agenda política, con un impacto que excedió el caso en sí. En un escenario marcado por la tensión política y la sensibilidad social, cada palabra emitida desde el Poder Ejecutivo tiene repercusión inmediata. No solo por su contenido, sino también por el contexto y el momento en que se pronuncia. Una frase impulsiva o una defensa improvisada pueden derivar en interpretaciones adversas, que terminen debilitando la autoridad institucional.
 
En este tipo de situaciones, el silencio estratégico puede ser una herramienta más efectiva que la respuesta constante. Callar no siempre implica debilidad; en ocasiones, significa elegir los momentos adecuados para hablar, priorizando la estabilidad y la coherencia del mensaje presidencial. La figura del presidente gana solidez cuando interviene solo en temas de verdadero peso político o institucional.

El riesgo de hablar demasiado radica en convertir la palabra presidencial en un recurso cotidiano, banalizado. Cuando la máxima autoridad del país responde a cada controversia o disputa interna, el mensaje pierde jerarquía y se diluye el poder simbólico del cargo. La comunicación política requiere medir cada intervención como si fuese una jugada en un tablero complejo donde cada movimiento tiene efectos acumulativos.

El equilibrio entre comunicar y administrar el silencio es clave para sostener la legitimidad. Un liderazgo sólido se construye no solo con discursos, sino también con prudencia, mesura y capacidad para elegir cuándo es mejor no intervenir. Además, con el experimento anarco capitalista de Milei, que no se ha aplicado en ningún lugar del mundo, es imposible que en Argentina sobren los dólares y salgan por las orejas. Hasta ahora, lo único que ha hecho es aumentar la deuda externa e interna. Y la fuga de divisas.  

La Opinión Popular
 

14-10-2025 / 10:10
El doble femicidio de Luna Giardina (24) y Mariel Zamudio (56) es una tragedia que no puede leerse como un caso aislado. Su asesino, Pablo Laurta, no solo tenía denuncias previas por violencia de género: también era militante libertario, fundador de la agrupación Varones Unidos, y aliado ideológico de los exponentes de la "batalla cultural" del gobierno de Javier "el Loco" Milei, entre ellos Nicolás Márquez, biógrafo del presidente, y Agustín Laje, al frente de la Fundación Faro, think thank libertario. La vinculación no es solo por las fotos o saludos entre ellos, sino por sus esfuerzos por convocar a que los varones sientan supremacía sobre las mujeres. También se afirma que Laurta comparte las ideas de Milei.

En abril de 2018, Laurta organizó en Montevideo la presentación de El libro negro de la nueva izquierda, obra de Laje y Márquez. Laje, politólogo, es referente de la "batalla cultural". Márquez, abogado y biógrafo, comparte esa agenda. En aquel evento Laurta ofició de anfitrión, reforzando su perfil como activista libertario. Hoy, acusado de secuestrar a su hijo y de doble femicidio, su pasado político vuelve a quedar bajo la lupa. En 2018, tanto Marquez como Laje no se habían hecho de la fama que tienen ahora, sin embargo, ya disponían de un red internacional en connivencia con una parte del Estado que les permitía sentar las bases por la cruzada antifeminista que actualmente es parte del plan de gobierno en Argentina.

Laurta, con un marcado discurso de odio contra el feminismo, hizo de su violencia una bandera política. Negaba las denuncias en su contra, se victimizaba como "padre separado injustamente" y difundía el mito de las falsas denuncias, una narrativa misógina que hoy encuentra eco en el propio Congreso, impulsada por legisladoras libertarias y Carolina Losada. El femicida incluso organizó una charla junto a Laje y Márquez en el Parlamento uruguayo, donde se disertó contra el feminismo y la llamada "ideología de género". Las mismas ideas que él promovía fueron las que legitimaron su odio.

Mientras tanto, Luna había hecho todo lo posible por sobrevivir: denunció, se mudó, huyó del país, pero nadie la protegió. El sistema judicial la abandonó, y la política que debería defender a las mujeres eligió dar lugar a discursos que relativizan el machismo y ridiculizan el feminismo.

En ese contexto, resulta tan cruel como paradójico que el único proyecto presentado por una diputada de La Libertad Avanza en el Congreso sea el que agrava las penas por "falsas denuncias", un problema que, según estadísticas internacionales, representa menos del 0,1 por ciento de los casos.

El femicidio de Luna y Mariel no solo es un crimen, es una advertencia: cuando desde el poder se promueven teorías que niegan la violencia de género y se desfinancian las políticas de asistencia, los violentos se sienten impunes. Porque mientras Milei y su entorno celebran su "batalla cultural", las mujeres siguen siendo asesinadas cada 27 horas. Laje, el ideólogo libertario, salió a desligarse del detenido por el brutal crimen en Córdoba. Pero las fotos y los saludos con Laurta lo vinculan con él.


¿Hasta cuándo vamos a seguir contando mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres de parte de varones que las creen de su propiedad? Hace años venimos repitiendo que el machismo mata, que la violencia de género existe y que la impunidad y la negación libertaria de esta problemática estructural es la peor prevención.

La Opinión Popular



13-10-2025 / 08:10
Es difícil justificar, aunque pueda ser comprensible, que para animarse a una opinión haya alguna o mucha gente esperando "los detalles finos" de cómo el Tesoro estadounidense asumió la conducción económica argentina hasta límites jamás vistos.
 
Con mucho esfuerzo, podría entenderse que los especialistas del área aguarden la letra chica a fines de evaluar cuestiones técnicas en torno a una entrega de pies, manos y demases. Pero, de allí para abajo, todo es tan obvio -declaradamente obvio- que resulta una violación del sentido común ponerse a aguardar mayores precisiones.
 
¿Qué es lo que debe esperarse para saber en qué radica un comunicado en inglés de Scott Bessent, como reemplazo de toda información oficial del gobierno argentino? Acá en el Virreinato nadie dice nada. Arteche permanece en silencio. ¿Qué pretenden hurgar respecto de que el nuevo ministro de Economía haya hablado del compromiso de sacarse a China de encima?
 
¿Quién puede tomarse en serio que el Tesoro de los Estados Unidos compra pesos a sólo canje de solidaridad geopolítica? ¿Cuántos zombies persisten sin asimilar que el mercado te funde y el Estado (el de los Estados Unidos) te salva? ¿Quién queda, con honestidad intelectual, para llamarle "éxito" a un programa económico que requiere de intervención extranjera directa, luego de haberse comido un blanqueo, un préstamo del FMI, un refuerzo del mismo organismo y parte de toda una cosecha?
 
¿Cuánto dura hoy la memoria de los pueblos para registrar cómo termina lo que siempre terminó exactamente de la misma manera, desde el primer préstamo del FMI en 1958 y excepción hecha de cuando Néstor Kirchner los mandó con los condicionamientos a otra parte? ¿Cuánta más data se requiere desde que el nuevo embajador Lamelas habló derecho viejo, ante su comisión evaluadora, de ir a Argentina "provincia por provincia" para supervisar y controlar hacia dónde enfocarán el perfil productivo?
 
Si Bessent dice que "estamos comprando barato" porque la Argentina anda de regalo, ¿qué es lo que después venderán caro? ¿Lo que hasta Paul Krugman sindicó como el rescate para los socios del amigazo, ex administrador de fondos buitre y colaborador de los bonistas atrapados aquí, con papeles basura, a quienes ahora les construyeron una autopista para salirse urgente?
 
¿Con cuáles y cuántos dólares que Argentina no produce ni emite se afrontarán los que ya se fumó el bloque de Caputo Toto? ¿Con los que Bessent aclara que sólo estarán si a Jamoncito le va bien en las elecciones, porque el swap no es otra cosa que una efigie para tener en la vidriera por si las moscas? Por razones de pudor profesional, uno evita hasta donde puede el uso de lenguaje panfletario. Pero a veces, como ésta, ni puede, ni quiere, ni debe.
 
¿Qué más hace falta para que el entramado mediático que ampara al oficialismo no se anime, siquiera, a interrogar tímidamente sobre el entreguismo bizarro? ¿Son tan grandes los sobres? ¿La cobardía? ¿Las cabezas colonizadas? ¿Los intereses e influencia del grupo de medios y aledaños más grande de nuestro Estado Libre Asociado, que se endeudó en unos mil millones de dólares por la compra de Telefónica?
 
Guillermo Francos declaró este viernes que no cree que sea como dice Bessent. Que no le parece que hayan negociado expulsar a China a como dé lugar, más tarde o más temprano. ¿Que no cree, dice Francos? ¿El Jefe de Gabinete no sabe lo que transa su Gobierno y nadie le repregunta?
 

12-10-2025 / 10:10
La derecha libertaria del cipayo Javier Milei suele vender la fantasía de que existe la posibilidad de ser una colonia yanqui próspera. Es una visión que trae interrogantes: el modelo neocolonial, ¿fracasa por impericia del imperio o por la voracidad de las élites económicas? Para ello hay que dejar de lado cualquier sentimiento de orgullo nacional. Hay que cambiar la frase de San Martín "seamos libres que lo demás no importa nada" por "seamos esclavos prósperos que lo demás no importa nada".
 
El espejismo es el siguiente: si uno se vuelve obediente de la potencia dominante, los norteamericanos motorizan miles de millones de dólares en inversiones que generan empleo y prosperidad. Un buen punto de partida entonces es analizar la situación económica y social de países de la región que llevan muchos años de alineamiento total con Estados Unidos. Si poner bases militares estadounidenses trajera bienestar, Colombia debería ser el país más próspero del planeta. Tiene siete bases en su territorio. Ahora gobierna una expresión de la izquierda nacionalista colombiana, Gustavo Petro, pero después de más de dos décadas de gobiernos de derecha. 
 
¿Colombia es próspera? Un dato local: entre 2010 y el 2022 la cantidad de colombianos que viven en Argentina se multiplicó por siete. Pasó de 17 mil a 111.000. Se suele poner el foco en el crecimiento de los migrantes venezolanos para retratar la catástrofe social del gobierno de Nicolás Maduro -asediado por EE UU-, pero se oculta lo que pasa con la diáspora colombiana porque ha sido gobernada por la derecha. Los colombianos prefieren venir a la "infernal" Argentina porque pueden estudiar en la universidad pública y conseguir trabajo. Nada más y nada menos.
 
Otro país que estuvo absolutamente doblegado, y a lo mejor se justifica por su pequeño tamaño, es Honduras. En la década de 1980 fue la base de entrenamiento militar contra la revolución sandinista en Nicaragua. Los militares argentinos fueron para enseñar a torturar. En Honduras está la base de Soto Cano (Palmerola) desde 1982.
 
Estados Unidos la utiliza para que aterricen los aviones con los hondureños que Donald Trump deporta con su política de acusar a los migrantes por la falta de empleo y la delincuencia. Ahora gobierna Honduras Xiomara Castro, que conoce bien la injerencia gringa que motorizó el golpe de Estado contra su esposo Manuel Zelaya en 2009. ¿Honduras es próspero? El PBI per cápita es la cuarta parte del argentino.
 
Otro país con bases de EE UU es El Salvador. En este caso el modelo de intervención es más parecido al que se está proponiendo para Tierra del Fuego, una base de operación conjunta ubicada en Comalapa, cerca de la frontera con Honduras y Guatemala. La excusa ya no es la del siglo pasado, la batalla contra el comunismo, ahora es contra el narcotráfico.
 
Es muy difícil no afirmar que la lucha contra el narco es una excusa cuando se cruza información. En Colombia -se dijo- los americanos tienen siete bases. En mayo de este año la DEA presentó un informe en el que sostiene que el 80% de la cocaína que se consume en Estados Unidos se produce en Colombia. ¿Para qué sirven las bases entonces? ¿La famosa guerra fracasa o en realidad no hay ninguna guerra y se utiliza para intervenir? ¿Qué haría todo ese despliegue de fuerzas de seguridad y militares si no existiera el narcotráfico?
 
Los yanquis nunca apostaron a impulsar el desarrollo económico y social en la región. Los motivos son varios, entre otros porque el desarrollo puede colaborar con que se forme un bloque que genere un poco de contrapeso a la hegemonía de EE UU en el continente. Un buen ejemplo es México, que comparte 3000 kilómetros de frontera con EE UU. Ha mejorado su situación los últimos siete años bajo un gobierno que no practica el alineamiento automático con Washington, todo lo contrario de los espejitos de colores que la derecha vende.   
 
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