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“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Entre Ríos - 13-08-2019 / 16:08
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales

Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales
Cuando Alberto Fernández pidió el respaldo de los gobernadores, uno de los primeros armarle el escudo provincial fue el mandatario entrerriano. Y Bordet fue el verdadero candidato del Frente de Todos en la provincia en estas PASO. Detrás de él siempre estuvieron los postulantes a legisladores nacionales. Por eso el domingo, en el festejo provincial, se llevó los aplausos. Había prometido hacer una buena elección y cumplió con creces. Y ya piensa en las generales de octubre.
Las palabras del candidato presidencial, Alberto Fernández, anticiparon que, de ganar, va a respaldarse en los gobernadores del interior. Para el peronismo local, eso tiene un significado más que claro: que en una eventual disputa de poder, el "número uno" apelará al aval institucional de los mandatarios justicialistas.
 
Esto no es menor en una gestión que se vislumbra difícil, por la pesada herencia que deja Mauricio Macri, lo que requerirá de muchas negociaciones y operadores en el Congreso, donde están, precisamente, los representantes de las provincias. No por nada, el gobernador Gustavo Bordet apostó fuertemente por la candidatura de Alberto Fernández. El domingo recibió la recompensa por haber tomado esa decisión.
 
Cuando Cristina tuiteó que el candidato a presidente sería Alberto, uno de los primeros en mandar un tuit de felicitaciones fue el gobernador de Entre Ríos. Cuando Fernández salió a recorrer el interior, uno de los primeros compañeros que se sumó fue Bordet.
 
Cuando Alberto Fernández pidió el respaldo de los gobernadores, uno de los primeros en armarle el escudo provincial fue el mandatario entrerriano. Y Bordet fue el verdadero candidato del Frente de Todos en la provincia en estas PASO. Detrás de él siempre estuvieron los postulantes a legisladores nacionales.
 
Además, tiene para mostrar un gran ordenamiento de las cuentas provinciales y de los servicios a cargo del Estado, además de obras encaradas o proyectadas a pesar de la dura realidad que han marcado los números en el país en estos años. Igualmente, desde la provincia se hizo cargo de las políticas sociales y de la educación ante el repliegue del Estado nacional por el ajuste macrista.
 
Por eso el domingo, en el festejo provincial, se llevó los aplausos. Había prometido hacer una buena elección y cumplió con creces. Y ya piensa en las generales de octubre. En la otra vereda todo fue fracaso. No pudieron revertir la caída de Cambiemos. De sur a norte, de este a oeste de la provincia, un grito profundo de "no a Macri" se masificó imparable.
 
Ni Alfredo De Ángeli; ni Lisandro Gamarra; ni Luis Meiners; ni  Luis Rojas, podían festejar. La paliza los desmoralizó. El macrismo, al igual que la izquierda, sufrieron el tsunami peronista. El partido de Lavagna se fue a dormir tranquilo con su tercer lugar. Los que padecieron el insomnio se quedaron haciendo cuentas para confirmar si los resultados son irreversibles.
 
Pero las urnas ya han hablado, y los resultados del 11 de agosto renuevan el optimismo en la militancia de Bordet, que comienza a pensar seriamente en la posibilidad de dar un batacazo aun mayor en las generales de octubre; buscando referenciarse aún más en Alberto Fernández, aferrándose al envión triunfalista que le dé chances reales a esa aspiración.
 
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Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales  

El tsunami peronista
 
Sin que se hubiera difundido ni un sólo número, Mauricio Macri, con cara de compungido, salió y reconoció "una mala elección" sin explicar por qué, no le habló a los argentinos, sino al grupito de fanáticos que estaba en su búnker.
 
Después los mandó a dormir y se retiró sin tener la mínima dignidad de felicitar a los ganadores. Porque estaba en el aire el estruendo de una derrota espectacular. Tendría que haber sido una elección que no definía casi nada, pero el Pueblo la convirtió en una prueba de fuego para el Gobierno de los Ricos.
 
Alberto Fernández consiguió un contundente triunfo sobre Macri en las PASO con un porcentaje del 47,3 por ciento contra el 32,2, sacando nada menos que 15 puntos de diferencia. La amplitud del resultado, que no pronosticó ninguna encuesta, coloca al candidato presidencial del Frente de Todos como un casi seguro vencedor en la primera vuelta del 27 de octubre de no mediar alguna catástrofe o un brutal fraude.
 
La feroz paliza, extendida prácticamente por todo el país, también alcanzó a la provincia de Buenos Aires, donde Axel Kicillof incluso superó por mayor porcentaje a la gobernadora María Eugenia Vidal, el supuesto gran activo de Juntos por el Cambio: 49,2 a 32,7 por ciento.
 
El desenlace comenzó a perfilarse cuando se conocieron los apoyos. Alberto Fernández congregó a gobernadores en ejercicio, a algunos elegidos recientemente. A intendentes, a buena parte del movimiento obrero, a organizaciones sociales, a partidos de centroizquierda, al sector peronista que conduce Sergio Massa. En las PASO se corroboró que el apoyo de los gobernadores del PJ al Alberto no fue un simulacro.
 

Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales

 Macrisis


Macri sumó tan solo a Miguel Pichetto, un peronista tránsfuga, perdedor serial de elecciones, que no traccionó apoyos ni en su provincia, Río Negro. Esa incorporación se saludó como una jugada maestra, pero solo les trajo versos, y peronistas audaces de la tercera edad.
 
Macri también exhibió el apoyo del "mundo", llamando así a Donad Trump, Jair Bolsonaro, al Fondo Monetario Internacional y a los "mercados", el gran sistema financiero especulador. Poca gente, muchas fortunas, poquísimos sufragios. El boleto estaba picado. Se les venía la noche y no se daban cuenta. Aguardaban la infalibilidad de Marcos Peña y de Jaime Durán Barba.
 
Los "mercados" y la cadena de medios privados oficialistas armaron una jugada berreta el viernes para simular estabilidad del dólar. Le habrá costado fortunas a los bancos públicos que adhirieron. El monto será ocultado con la tradicional "transparencia" del macrismo.
 
Muchos dirán que la elección demostró que el efecto bolsillo y estómago fue y es determinante. Seguramente. Y otros dirán que ha sido fruto de la estrategia de unidad y amplia convocatoria del peronismo en la oposición. También están en lo cierto.
 
La elección de autoridades se realiza el 27 de octubre y ésa será la instancia definitoria, pero el plebiscito de ayer reconfigura el escenario, es irreversible. Un tsunami pasó por el cuarto oscuro. El macrismo cosechó su siembra tras empobrecer a la mayoría de los argentinos, hacer bajar el valor adquisitivo de sueldos y jubilaciones, aumentar el desempleo y la pobreza, acrecentar a nivel delirante la deuda externa...
 
Consideraban que "le hicieron creer a un trabajador que con su salario podía irse de vacaciones o comprar un celular", que los derechos laborales eran una mentira, condenaban a los trabajadores y jubilados a una vida indigna. Esas ideas se escucharon y escribieron en los medios oficialistas como si fueran de una lógica incontrastable, como si fueran axioma o ley bíblica o regla de la naturaleza.
 
La llegada del proyecto macrista había sido mostrada como modelo ejemplar contra los populismos. Pero le palmeraron la espalda y nunca invirtieron un solo peso en la producción. Los amigos de Macri vinieron a especular y endeudar, aconsejaron al Fondo Monetario que endeudara al país hasta las pestañas para controlar cualquier acto futuro de rebeldía contra las políticas neoliberales de saqueo y dependencia.
 
Y el FMI transgredió todas sus normas para darle el 62 por ciento de toda su capacidad de préstamo a un solo país, que además no tenía la aprobación parlamentaria. Una deuda ilegal cuyo objetivo fue sostener la campaña para la reelección de Macri o, en su defecto, condicionar al gobierno que lo sucediera.
 
No se puede gobernar contra el pueblo. Un macrismo retrógrado, gorila, conservador, muy a la derecha, no puede administrar como si el pueblo no existiera. No se puede, a pesar del respaldo de las grandes corporaciones de medios, el gran capital y la "justicia amiga". La voluntad popular pudo sobreponerse a ese poder inmenso que convirtió a la Argentina en una sociedad polarizada de odios y egoísmos.
 
Con una derrota tan contundente Macri pierde gobernabilidad. Si Fernando De la Rúa se tuvo que ir en helicóptero antes de terminar su mandato, Macri será uno de los pocos presidentes en ejercicio que no habrá podido reelegir a pesar de desearlo.
 
Y entreverada en la derrota de Macri está la enorme responsabilidad de la derechista cúpula radical que sostuvo a De la Rúa y después abrazó esta experiencia retrógrada que dejará al país en una situación más grave aún de la que dejó De la Rúa.
 
La pregunta del millón es si Macri tendrá la cordura y la templanza de entregar el mando en legal tiempo y forma, algo jamás concretado por gobiernos argentinos de su ideología. Uno anhela que sea así, tanto como que se modere la judicialización de la política y se evite cualquier conducta similar a la venganza o a la represalia.
 
Macri está groggy, no sabe qué hacer ni decir. Quienes lo rodean, tampoco lo saben. El Frente de Todos debería prepararse para una crisis de magnitud porque el país podría afrontar un vacío de poder. En síntesis, a no dormirse en los laureles bien ganados que merecen tanto festejo como prevención.
 
"Una vez más vamos a arreglar los problemas que nos dejaron", avisó Alberto. El peronismo viene a reparar, a generar años de paz interna, redistribución del ingreso, límites a la represión estatal y respeto a los derechos humanos. Todo lo que el macrismo no hacía.
 

Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales
 
Triunfo a lo largo y lo ancho
 
El triunfo del Frente de Todos se extendió por casi todo el país, a excepción de Córdoba y Ciudad de Buenos Aires, aunque en ambos casos cumpliendo con el objetivo impuesto por el equipo de Alberto Fernández de alcanzar al menos el 30 por ciento de los votos.
 
En cambio, lograba una sorprendente victoria en Mendoza, lo mismo que en Jujuy y Corrientes. En los tres casos se trata de provincias gobernadas por el radicalismo, en los que un resultado favorable se ponía en duda.
 
También obtenía importantes victorias en Santa Fe y en Entre Ríos, dos provincias en las que se había impuesto Cambiemos en las presidenciales de 2015. Un resultado llamativo fue el de Rosario, donde Fernández le sacó 20 puntos a Macri.
 
Otro número impactante fue el de Río Negro, la provincia de Pichetto, donde el Frente de Todos le ganó por más de 30 puntos a Juntos por el Cambio. Además, Pichetto había sumado como incorporación al senador puntano Adolfo Rodríguez Saá, pero en San Luis también cayeron por el 10 por ciento.
 
En verdad, el triunfo se extendió por todo el norte y el sur del país. En Santa Cruz, por casi 30 puntos. Además, en un lento recuento debido a las complicaciones habituales que ocasiona el sistema de la ley de Lemas, la gobernadora Alicia Kirchner obtenía su reelección.
 
Pero, más allá de esos resultados más o menos impactantes, sin dudas la gran sorpresa se daba en la provincia de Buenos Aires, con el muy cómodo triunfo de Kicillof sobre la gobernadora Vidal, que a priori se presentaba como la principal figura del oficialismo.
 
El Frente de Todos consiguió porcentajes fuera de lo común en municipios populosos como La Matanza -61 a 21 por ciento- o Lomas de Zamora -55 a 26-. Pero también se imponía en municipios en los que gobierna el macrismo como Lanús, Morón, Quilmes, Pilar, Tres de Febrero y La Plata. En Mar del Plata quedaron casi empatados.
 

Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales
 
Los entrerrianos eligieron los candidatos para las generales
 
Como en Entre Ríos hubo elecciones provinciales desdobladas, en las PASO 2019 nacionales, los entrerrianos eligieron, los candidatos que participarán en las elecciones generales de octubre. De esta forma, en el cuarto oscuro eligieron las categorías presidente y vicepresidente, senadores y diputados nacionales, ya que se renovarán siete representantes del Congreso nacional, es decir, tres bancas en el Senado y cuatro en Diputados.
 
Los datos oficiales confirmaron que el porcentaje de participación fue del 76,20% en todo el territorio provincial. La indisimulable deserción de las huestes de Sergio Varisco en la elección de Paraná, que no participó de las tareas de fiscalización, fue uno de los datos salientes de la jornada electoral en la capital provincial. Como nunca desde la vuelta de la democracia, un espacio político donde estaba la UCR no tenía fiscales de mesa en muchas mesas de cada escuela.
 
Sostiene el analista Pablo Bizai en su artículo "El regreso de la lógica" que las PASO presidenciales confirmaron lo que ya habían dicho las elecciones provinciales: un gobierno con todos los índices económicos en contra no podía ser competitivo. El presidente de ese gobierno no podía ser reelecto. No tenía lógica.
 
De algún modo, el resultado de este domingo puso al país dentro de la normalidad, dentro de la lógica, donde no reelige un gobierno al que le va mal en la economía. Pero eso ya se venía anticipando en las elecciones provinciales.
 
Aquí, en Entre Ríos, Bordet fue reelecto en junio con el 57% luego de haber sellado un acuerdo de unidad del peronismo con los Fernández. El resultado de este domingo obliga a barajar y dar de nuevo. Ahora está claro que el ciclo de Macri terminó. Y, con ello, todas las especulaciones que se hacían sobre el próximo período.
 
Según los datos oficiales, el peronismo se impone por más 9 puntos en Entre Ríos. Según los resultados provisorios los números señalan que el Frente de Todos sacó 368.124 votos (45,12%), mientras que Juntos por el Cambio 293.477 votos (35,97%).
 
Los números del domingo marcaban que, si se consideran los departamentos más poblados, la mayor diferencia se logró en Concordia (53,5% a 31,3%), mientras que en Gualeguaychú el resultado fue casi un empate (40,85% a 39,64%). En el Departamento Paraná la diferencia fue de 40,39% a 36,53%.
 
El primer impactado por esta nueva realidad en la provincia es sin dudas Cambiemos. Hasta se hablaba de una posible renuncia de Rogelio Frigerio, el mandamás de la Alianza en la provincia ¿Cómo se mirarán, tras esta paliza electoral, las tensiones que se venían conteniendo al interior de Cambiemos entre radicales y macristas?
 
La interna en el macrismo se resolvió como esperaba el oficialismo porteño y dio ganador a la única boleta que pudo pegar con Macri, la que llevaba a Alfredo de Ángeli como senador y a Gabriela Lena como diputada, espacio que se quedó con el 90 por ciento de los votos antiperonistas.
 
Futuro Entrerriano fue acompañado por 22.606 votos, el 7,79 por ciento del electorado y, por último quedó Defensores del cambio con 5677 votos, el 1,95 por ciento. Eso permitió ordenar las preferencias de los votantes y las internas partidarias, dado que mucho se "tiran a la pileta", sin ver si tiene agua para nadar.
 
A esta altura, la negativa al pegado de boletas colectoras en la interna suena a un delirio. Casi tanto como el clientelismo de Augusto Alasino pidiendo el voto por Cambiemos tras la cooptación de Pichetto, en un intento fallido por manipular sectores relegados del peronismo. Finalmente, la debacle macrista del domingo puede actuar como correntada si no toma precauciones Cambiemos local.
 
Porque también es cierto que en algunos casos, el envión negativo que producen ciertos resultados dentro del calendario nacional, ahora absolutamente favorable al peronismo, suelen incidir en el voto cuando el impacto es fuerte, como sucede con los números conocidos tras las primarias nacionales del 11 de agosto.

 
Tras la elección del domingo, dirigentes de Cambiemos consultados por Página Política coinciden en algunas cuestiones 1) prefieren el anonimato para hacer balances en esta ocasión; 2) entienden que salvaron la ropa en Entre Ríos al pasar de una desventaja de 22 puntos en la elección provincial y municipal de junio a una de 9 puntos en esta elección presidencial; 3) el resultado no es posible de remontar en octubre; 4) reprochan a propios y extraños por la "falta de movilización" que hubo el domingo.

 

Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales
 
Bordet, una vez más, salió bien parado
 
Cuando los análisis nacionales situaban a Entre Ríos como una provincia en dudas, el peronismo se impuso por amplio margen. Perdió apenas diez puntos respecto del record electoral que marcó en junio, con el 57%, que fue el porcentaje más alto con el que fue reelecto un gobernador en Entre Ríos desde 1983.
 
Bordet cumplió con Alberto. Le prometió una victoria en una de las provincias de la muy adversa Región Centro y le dio un triunfo categórico. De cumplirse la profecía auto cumplida que engendró la paliza del domingo en las generales de octubre, la provincia la llevará al nuevo gobierno cuatro nuevos legisladores nacionales leales al proyecto nac&pop. El gobernador jugó muy fuerte por Alberto y el candidato presidencial lo sabe y destaca.
 
A las 21 en punto y cuando no había datos oficiales en el país, Bordet salió a decir que: "Estamos muy felices y contentos de este triunfo que ratifica lo que desarrollamos anteriormente en Entre Ríos; tenemos una continuidad de lo que obtuvimos en la provincia tanto en las Primarias como en las generales provinciales, lo que nos pone a la vanguardia del resto del país en estas Paso".
 
En ese marco, agradeció "a todos los entrerrianos por haber confiado en nuestra propuesta; por haber confiado en un modelo de país que, a partir de hoy, se comienza a perfilar con Alberto y Cristina. Un modelo de país que generará inclusión, desarrollo, crecimiento y empleo, que dejará de lado a lo especulativo".
 
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TRAS LAS PASO “Sumamente irresponsable, caprichoso e incapaz de autocrítica”, la sentencia de Busti sobre Macri El exgobernador en tres oportunidades, Jorge Busti, criticó en duros términos al Presidente, Mauricio Macri, por culpar al Frente de todos por el aumento del dólar y no hacerse cargo de la crisis económica.
Gustavo Bordet ganó en las elecciones provinciales y en las PASO nacionales
ALGO PARA FESTEJAR. Para un dirigente radical, “si se miran los resultados en todo el país”, con una derrota de 15 puntos, no estuvo mal la elección de Juntos por el Cambio en Entre Ríos. Comparan, ante todo, con junio cuando el peronismo, en búsqueda de un nuevo mandato de Gustavo Bordet, se alzó con una victoria de 22 puntos ante Atilio Benedetti. Consideran que el resultado no es posible de remontar en octubre.
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