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“A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza. Yo defiendo a los jubilados ¿cómo no los voy a defender? Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados”. Diego Maradona
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Nacionales - 28-07-2019 / 09:07

Gobierno de Macri, medios hegemónicos y poder judicial, contra los derechos laborales

Gobierno de Macri, medios hegemónicos y poder judicial, contra los derechos laborales
El ataque a la libertad de expresión y al derecho de protesta de los pilotos propala una señal acerca de lo que persigue el presidente Macri, algo de lo que hará más rápido si gana las elecciones. No conformarse con lo realizado: empobrecer a los trabajadores, aumentar la masa de desempleados e informales, reducir el valor adquisitivo de sus sueldos. También restarles derechos.
Reclamo pacífico de los pilotos, sin interferencia en el servicio, en el lugar de trabajo... un clásico de la tradición gremial. Los viajeros siguen la rutina, ninguno se atribula, se encaminan a la manga del Aeroparque con los bagayos de mano a cuestas.
 
Uno de los tentáculos de la coalición gobernante, el Multimedios Clarín, magnifica el sucedido: le asigna el título de tapa. El gobierno de Mauricio Macri apela a la cooperación de otro tentáculo: una facción potente del Poder Judicial. Denuncia un delito.
 
Criminaliza el reclamo sindical sin tomarse siquiera la molestia administrativa de abrir un expediente en la minimizada Secretaría de Trabajo. Carlos Stornelli, el fiscal prófugo, quedó a cargo de la acusación. Un garante de la división de poderes.
 
La dirección de Aerolíneas habilita una línea para protestas de los pasajeros.
 
El periodista Sebastián Lacunza desnuda la falsía de la furia republicana PRO. Tuitea: "Se ve que los indignados con el comunicado de los pilotos no viajan en subte. Hace años que los monitores reproducen en loop propaganda de Larreta, Macri y cía. En el caso del subte E, más que público cautivo es privación ilegal de la libertad". Doble vara, cuándo no.
 
El oficialismo atiza el debate, pensando que funciona como distractivo en la campaña, una de las cortinas de humo que desvíen la atención respecto de la situación económico-social.
 
Parece equivocarse: la supuesta cortina de humo resalta un tema central porque describe el modelo de país soñado por el macrismo y sus objetivos futuros.
 
Aumentar la desigualdad entre clases. Potenciar la regresiva redistribución del ingreso, de la riqueza, de las expectativas padecida (o gozada según la posición previa de cada quién) desde diciembre de 2015.
 
El ataque a la libertad de expresión y al derecho de protesta de los pilotos propala una señal acerca de lo que persigue el presidente Macri, algo de lo que hará más rápido si gana las elecciones.
 
No conformarse con lo realizado: empobrecer a los trabajadores, aumentar la masa de desempleados e informales, reducir el valor adquisitivo de sus sueldos. También restarles derechos.
 
Ya no basta ensañarse con dirigentes, Secretarios Generales supuestamente corruptos. Llegó la hora de amenazar con la cárcel a laburantes rasos que planteen reivindicaciones democráticas.

 
El programa laboral del macrismo 
 
El avión está detenido, los pasajeros activan celulares, se van parando, recogen el equipaje, se agolpan en los pasillos. Se escucha la voz del piloto de Aerolíneas Argentinas quien se disculpa y lee el comunicado que todavía no es trending topic.
 
Este cronista, contento por haber llegado en hora, lo escucha y piensa que no parece que el hombre esté leyendo sino conversando. Cree en lo que dice, traduce uno que algo entiende de radio y discursos.
 
El piloto, cortés sin estridencias, se excusa de nuevo: remacha que todo se hace una vez terminado el vuelo. Arrancan aplausos, se suman otros, el cronista entre tantos. Al mismo tiempo procura mirar hacia atrás para medir el grado de adhesiones. Imposible medir porcentajes pero queda claro que son muchos.
 
No se escucha una voz disonante, una réplica, un bufido, un comentario como el que haría Luis Brandoni en una ocasión similar. La respuesta de los usuarios de ese vuelo es un síntoma que no vale como encuesta porque la muestra es chica y random.
 
 
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Descomer, descontratar, destratar
 
La flor y nata del gran empresariado increpa al gobierno de (su propia) clase. El deschave se incrusta en la campaña. Sin máscara, no hablan de ilusorias mesas de negociación, del Decálogo M (¿os acordáis, lectores?), de pactos sociales a la violeta, de vagarosas Moncloas.
 
Piden piedra libre para aumentar la explotación, acentuando la tendencia palpable. Se hace moda reclamar manos libres para "despedir sin causa".
 
El artículo 14 bis de la Constitución reconoce a los trabajadores "protección contra el despido arbitrario". Las leyes plasmaron que la protección consiste, en la mayoría de los casos, en el pago de una indemnización ("estabilidad impropia", en jerga jurídica).
 
La plena estabilidad solo rige para supuestos de excepción: durante el embarazo, padeciendo enfermedades, para quienes ejercen cargos sindicales constituyen algunos de los casos más conspicuos. Sin meternos en una casuística rica: en principio los patrones pueden despedir sin aducir causa, erogando una compensación.
 
Lo que exigen hoy en día es desamparar a sus empleados sin soltar una moneda. Algunos desvarían acerca de un improbable fondo de desempleo, acumulado por el propio empleado, similar al que "gozan" los trabajadores de la construcción.
 
Injusto en la percepción (un ahorro forzoso), irrisorios los montos que podrían percibirse cuando el empleado se queda en la calle, inaplicable para tutelar a personas que gozan de cierta antigüedad actual.
 
"Comer y descomer" había innovado el ex Secretario de Empleo Miguel Ponte, proveniente de Techint, naturalizando la destrucción de empresas y la desolación de los trabajadores. Pobre su lenguaje, carencia expandida en la crema de la clase dominante. Se ignora a quién atribuía la condición de excremento aunque es accesible imaginarlo.
 
"Contratar y descontratar" como si tal cosa re escribe Daniel Funes de Rioja, añejo capo de la Unión Industrial Argentina (UIA), con léxico menos ramplón sin resignar un ápice la prepotencia de los dueños del poder.
 
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El recurso a la mafia
 
Sergio Palazzo, Secretario General de la Bancaria, argumenta que Mercado Libre (ML), entre otras empresas Fintech, deben considerarse parte del sector financiero. Anuncia que propugnará que los empleados de la megaempresa se afilien a su gremio. Les conviene porque cobran mejores salarios y condiciones de trabajo.
 
No hay hechos de violencia: apenas un planteo de reafiliación, lícito hasta el caracú. El CEO de ML, Marcos Galperín, responde mediante un tuit despectivo, cuya arrogancia vale como autorretrato. Identifica a Palazzo con la CONMEBOL, símbolo de corrupción.
 
Concita adhesiones esperables: casi todas contienen la palabra "mafia". Un encefalograma de Cambiemos: el que discrepa no tiene rango de par, está en jaque su ciudadanía, queda a tiro de denuncia penal.
 
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"La Justicia" remolona
 
La Corte Suprema hiberna desde hace meses la sentencia de una demanda de Farmacity contra la provincia de Buenos Aires. Una ley prohíbe cadenas oligopólicas de farmacias-shopping para proteger a medianos y pequeños establecimientos arraigados en el territorio.
 
Mario Quintana, alfil del Gobierno, es o fue dueño de Farmacity. Los supremos le dan largas al reclamo que fue rechazado en las instancias previas, básicamente reconociendo la potestad provincial de dictar sus propias leyes.
 
Aplican cronoterapia, a la espera de los comicios. Si Macri es reelegido aumentan las perspectivas de una nueva forma de eutanasia para las Pymes, que sucumben en fila india.
 
El Máximo Tribunal falló corpo friendly en dos pleitos contra Santa Fe y Chaco: declaró inconstitucional el cobro de ingresos brutos. Hay casos similares en preembarque contra otras jurisdicciones. Hagan sus apuestas.
 
El empresariado que medra con el darwinismo neocon embiste en la previa, demarca el terreno. Jauja impositiva, desprotección laboral. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el gran demiurgo, presiona para la pronta salida de las reformas laboral y jubilatoria. Derribar la protección social existente no cava una grieta inventada: aspira a hundir más a los trabajadores.
 
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El encanto de andar en bici
 
Un anuncio publicitario añade otra postal de la época. Una de las nuevas empresas de delivery "embellece" la jornada de labor de pibas y pibes que laburan desprotegidos.
 
Los muestra andando en bicicleta, esquivando autos por un pelito, pasando entre dos rodados de milagro, cabalgando sobre dos ruedas para llegar rápido a destino. La alegría involuntariamente exhibe o hasta ostenta el funcionamiento salvaje de la nueva modalidad laboral mientras escamotea detalles significativos.
 
Los trabajadores cobran su mendrugo solo si llegan a tiempo, están sometidos a peligros para conseguirlo, padecen un índice de accidentalidad más alto que la media, de por sí preocupante.
 
Clarín los describe, tiernamente, como "trabajadores que andan en bici y no tienen ART". Escamotea algo esencial: las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo son obligatorias para las empresas. Su ausencia (como la de toda protección o el pago de las cargas sociales) es un incumplimiento patronal (eventualmente un delito) en vez de una nota de color o un flagelo de la naturaleza.
 
Según el Multimedio, el ministro de Trabajo y Producción Dante Sica carbura una "sorpresa" que es encasillarlos como trabajadores autónomos monotributistas. La sorpresa, sugiere el texto, es un avance.
 
No se ría quien lee esto: lo escriben en serio. No llore tampoco viendo el fraude laboral promovido por el Estado: es domingo, hay que pasarla bien, hoy se juega la Superliga.
 
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Lo que va de ayer a hoy
 
 Los bancarios y los pilotos la pasan mejor que la gran masa de sus compañeros de clase: están sindicalizados, son formales. Pensemos en los vendedores ambulantes ("manteros"), con frecuencia inmigrantes que disponen su modesta mercadería, soportan frío o calor y son reprimidos sistemáticamente por las fuerzas de seguridad.
 
Venden poco, la magnitud no compromete al comercio local, en verdad sojuzgado por la política económica del macrismo. De todas formas, caen sobre sus espaldas palos, insultos, "desalojos" vejatorios porque son discriminables por todos lados.
 
Extranjeros, negros a menudo, calzan en el estereotipo odiado por la ideología de derecha que copa el planeta, en Brasil, en la Unión Europea, en Estados Unidos, en estas pampas feraces. Un episodio ocurrido en La Plata, que no abordaremos aquí, los volvió a poner en la agenda pública. A menudo en tono despectivo, acusándolos de ser agresores y no víctimas, negándoles el derecho a laburar contra magra paga, a sobrevivir.
 
La ofensiva que sobrevolamos se dirime en las votaciones de agosto, octubre y, por ahí, noviembre. Entre tanto la recesión se agrava, el desempleo crece, el macrismo real existente sigue su tarea de demolición dejando afuera todo lo que sobra.
 
 Por Mario Wainfeld
 
Fuente: pagina12.com.ar  
 

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15-10-2025 / 11:10
Vergüenza ajena: el yanqui trató al presidente argentino como un perro faldero. Donald Trump necesita justificar el respaldo a Javier "el Roto" Milei, que necesita a su vez ese respaldo para llegar a las elecciones. Parte de la decadencia argentina se procesaba así en Washington y otra aquí, donde el enviado de la Casa Blanca, Barry Bennet, convenció a los gobernadores de Provincias Unidas y a la mayoría radical de sostener al gobierno.
 
Trump llegó agotado de su gira por Israel, donde pidió a la Justicia de ese país que se olvide de las causas por corrupción contra Benjamín Netanyahu y se arrogó el mérito por un triste acuerdo de paz tras haber respaldado el genocidio ejecutado a instancias de Netanyahu.
 
El presidente argentino, con su carpetita de apego bajo el brazo, no pudo ocultar su emoción cuando saludó a Trump en la puerta de la Casa Blanca. Lo miraba de reojo, nervioso, como si se sintiera bajo observación de una autoridad superior. Y se mostraba deseoso de agradar antes de levantar sus pulgares.
 
En Estados Unidos, Milei no es una figura respetada por todos. Su concierto en el Movistar Arena fue difundido por algunos medios locales y los más críticos lo trataron de "payaso" y otros de "poco serio". Las críticas le han llovido tanto desde los demócratas como también de algunos republicanos que responsabilizan a Milei por la crisis financiera para la que pide el rescate.
 
Por eso, Trump necesita justificar la ayuda a un país cuya economía está mal gobernada, según la opinión más extendida a nivel internacional. Mostrar a un presidente argentino obsequioso, agradecido y hasta servicial, fue parte de esa explicación y parte de la necesidad de Milei de mostrar el respaldo de Estados Unidos para aquietar los mercados hasta el 26 de octubre. Fue una forma de mostrar que ayudan a un aliado dispuesto a todo para seguir las políticas norteamericanas.
 
Del saludo en la puerta, se fueron de cabeza a una extensa conferencia de prensa en la que Milei agradeció por todo, desde la ayuda a Argentina hasta por el papel de Trump en la tragedia palestina y su respaldo a Netanyahu. Pero el discurso del argentino no fue traducido al inglés porque nadie mostró demasiado interés.
 
Después habló Trump largamente, mientras Milei lo escuchaba embelesado sentadito del otro lado de la mesa y de espaldas a los periodistas que hacían las preguntas. Junto a Trump estaba el gabinete de Estados Unidos, inclusive Pete Hegseth, el jefe del Pentágono quien debió explicar los múltiples obstáculos que puso a los periodistas que cubren temas militares en ese país. Junto a Milei, en el otro lado de la mesa, estaba parte del gabinete argentino, que funcionó como espectador de la larga conferencia que concedió el norteamericano.
 
Trump se refirió a cuestiones de política interna de la Argentina. Dijo que si perdía Milei iba a ganar "una persona de extrema izquierda" y agregó que el apoyo sería a favor de Milei si gana las elecciones, pero que, si las pierde, retirarían ese respaldo. Fue un discurso bizarro de campaña para la interna argentina formulado por el jefe de una potencia extranjera que ambiciona beneficios económicos extraordinarios como contrapartida de su respaldo ideológico a Milei.
 
Fue el mismo mensaje de Barry Bennet en Buenos Aires, a los radicales y otras fuerzas opoficialistas y en especial a los gobernadores que formaron Provincias Unidas, desde el cordobés Martín Llaryora, hasta el radical santafesino Maximiliano Pullaro. El guiño de Bennet coincidió con llamadas telefónicas del Ministerio del Interior, prometiendo respaldo financiero para después de las elecciones.
 

14-10-2025 / 16:10
En relación a la situación cambiaria y la tensión con el dólar que generó una fuerte venta de divisas por parte del Tesoro semanas antes del acuerdo con EE.UU., Javier "el Loco" Milei aseguró que habrá una "avalancha de dólares": "Nos van salir dólares por las orejas", ilustró, aunque no precisó cómo ocurriría eso, excepto cuando mencionó que sería por supuestas inversiones que llegarían gracias al interés por los recursos naturales que tiene el país. El estilo comunicacional de Milei reabre el debate sobre los límites entre la exposición constante y la prudencia necesaria para preservar la autoridad presidencial en tiempos de crisis.
 
Esta nueva mentira se suma a algunas de las frases y temas más controversiales que ha abordado como presidente, que incluyen desde: "No hay plata", utilizada frecuentemente para justificar el recorte del gasto público y el plan de ajuste fiscal. Hasta: "Si fuera cierta la frase de que no se llega a fin de mes, ustedes tendrían que caminar por la calle y estaría llena de cadáveres. ¿Alguien se puso a pensar en esa pelotudez?". Una falacia para negar la dificultad económica que enfrentan muchos argentinos. Y sin olvidar los insultos y descalificaciones directas a políticos, periodistas, sindicalistas y "empresaurios prebendarios", a quienes engloba bajo el término de "la casta".
 
En la política contemporánea, la comunicación presidencial de Milei se ha convertido en un arma de doble filo. Hablar de más puede generar consecuencias tan riesgosas como permanecer en silencio. En ciertos contextos, la sobreexposición del discurso puede restar credibilidad o amplificar conflictos menores que podrían haberse disipado con el tiempo.
 
Las insensatas declaraciones del presidente en defensa del narco José Luis Espert, tras su salida del Gobierno y sus denuncias públicas, reactivaron el debate sobre los límites del protagonismo comunicacional en la gestión. Al intervenir en una controversia de alcance limitado, el mandatario terminó trasladando la discusión al centro de la agenda política, con un impacto que excedió el caso en sí. En un escenario marcado por la tensión política y la sensibilidad social, cada palabra emitida desde el Poder Ejecutivo tiene repercusión inmediata. No solo por su contenido, sino también por el contexto y el momento en que se pronuncia. Una frase impulsiva o una defensa improvisada pueden derivar en interpretaciones adversas, que terminen debilitando la autoridad institucional.
 
En este tipo de situaciones, el silencio estratégico puede ser una herramienta más efectiva que la respuesta constante. Callar no siempre implica debilidad; en ocasiones, significa elegir los momentos adecuados para hablar, priorizando la estabilidad y la coherencia del mensaje presidencial. La figura del presidente gana solidez cuando interviene solo en temas de verdadero peso político o institucional.

El riesgo de hablar demasiado radica en convertir la palabra presidencial en un recurso cotidiano, banalizado. Cuando la máxima autoridad del país responde a cada controversia o disputa interna, el mensaje pierde jerarquía y se diluye el poder simbólico del cargo. La comunicación política requiere medir cada intervención como si fuese una jugada en un tablero complejo donde cada movimiento tiene efectos acumulativos.

El equilibrio entre comunicar y administrar el silencio es clave para sostener la legitimidad. Un liderazgo sólido se construye no solo con discursos, sino también con prudencia, mesura y capacidad para elegir cuándo es mejor no intervenir. Además, con el experimento anarco capitalista de Milei, que no se ha aplicado en ningún lugar del mundo, es imposible que en Argentina sobren los dólares y salgan por las orejas. Hasta ahora, lo único que ha hecho es aumentar la deuda externa e interna. Y la fuga de divisas.  

La Opinión Popular
 

14-10-2025 / 10:10
El doble femicidio de Luna Giardina (24) y Mariel Zamudio (56) es una tragedia que no puede leerse como un caso aislado. Su asesino, Pablo Laurta, no solo tenía denuncias previas por violencia de género: también era militante libertario, fundador de la agrupación Varones Unidos, y aliado ideológico de los exponentes de la "batalla cultural" del gobierno de Javier "el Loco" Milei, entre ellos Nicolás Márquez, biógrafo del presidente, y Agustín Laje, al frente de la Fundación Faro, think thank libertario. La vinculación no es solo por las fotos o saludos entre ellos, sino por sus esfuerzos por convocar a que los varones sientan supremacía sobre las mujeres. También se afirma que Laurta comparte las ideas de Milei.

En abril de 2018, Laurta organizó en Montevideo la presentación de El libro negro de la nueva izquierda, obra de Laje y Márquez. Laje, politólogo, es referente de la "batalla cultural". Márquez, abogado y biógrafo, comparte esa agenda. En aquel evento Laurta ofició de anfitrión, reforzando su perfil como activista libertario. Hoy, acusado de secuestrar a su hijo y de doble femicidio, su pasado político vuelve a quedar bajo la lupa. En 2018, tanto Marquez como Laje no se habían hecho de la fama que tienen ahora, sin embargo, ya disponían de un red internacional en connivencia con una parte del Estado que les permitía sentar las bases por la cruzada antifeminista que actualmente es parte del plan de gobierno en Argentina.

Laurta, con un marcado discurso de odio contra el feminismo, hizo de su violencia una bandera política. Negaba las denuncias en su contra, se victimizaba como "padre separado injustamente" y difundía el mito de las falsas denuncias, una narrativa misógina que hoy encuentra eco en el propio Congreso, impulsada por legisladoras libertarias y Carolina Losada. El femicida incluso organizó una charla junto a Laje y Márquez en el Parlamento uruguayo, donde se disertó contra el feminismo y la llamada "ideología de género". Las mismas ideas que él promovía fueron las que legitimaron su odio.

Mientras tanto, Luna había hecho todo lo posible por sobrevivir: denunció, se mudó, huyó del país, pero nadie la protegió. El sistema judicial la abandonó, y la política que debería defender a las mujeres eligió dar lugar a discursos que relativizan el machismo y ridiculizan el feminismo.

En ese contexto, resulta tan cruel como paradójico que el único proyecto presentado por una diputada de La Libertad Avanza en el Congreso sea el que agrava las penas por "falsas denuncias", un problema que, según estadísticas internacionales, representa menos del 0,1 por ciento de los casos.

El femicidio de Luna y Mariel no solo es un crimen, es una advertencia: cuando desde el poder se promueven teorías que niegan la violencia de género y se desfinancian las políticas de asistencia, los violentos se sienten impunes. Porque mientras Milei y su entorno celebran su "batalla cultural", las mujeres siguen siendo asesinadas cada 27 horas. Laje, el ideólogo libertario, salió a desligarse del detenido por el brutal crimen en Córdoba. Pero las fotos y los saludos con Laurta lo vinculan con él.


¿Hasta cuándo vamos a seguir contando mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres de parte de varones que las creen de su propiedad? Hace años venimos repitiendo que el machismo mata, que la violencia de género existe y que la impunidad y la negación libertaria de esta problemática estructural es la peor prevención.

La Opinión Popular



13-10-2025 / 08:10
Es difícil justificar, aunque pueda ser comprensible, que para animarse a una opinión haya alguna o mucha gente esperando "los detalles finos" de cómo el Tesoro estadounidense asumió la conducción económica argentina hasta límites jamás vistos.
 
Con mucho esfuerzo, podría entenderse que los especialistas del área aguarden la letra chica a fines de evaluar cuestiones técnicas en torno a una entrega de pies, manos y demases. Pero, de allí para abajo, todo es tan obvio -declaradamente obvio- que resulta una violación del sentido común ponerse a aguardar mayores precisiones.
 
¿Qué es lo que debe esperarse para saber en qué radica un comunicado en inglés de Scott Bessent, como reemplazo de toda información oficial del gobierno argentino? Acá en el Virreinato nadie dice nada. Arteche permanece en silencio. ¿Qué pretenden hurgar respecto de que el nuevo ministro de Economía haya hablado del compromiso de sacarse a China de encima?
 
¿Quién puede tomarse en serio que el Tesoro de los Estados Unidos compra pesos a sólo canje de solidaridad geopolítica? ¿Cuántos zombies persisten sin asimilar que el mercado te funde y el Estado (el de los Estados Unidos) te salva? ¿Quién queda, con honestidad intelectual, para llamarle "éxito" a un programa económico que requiere de intervención extranjera directa, luego de haberse comido un blanqueo, un préstamo del FMI, un refuerzo del mismo organismo y parte de toda una cosecha?
 
¿Cuánto dura hoy la memoria de los pueblos para registrar cómo termina lo que siempre terminó exactamente de la misma manera, desde el primer préstamo del FMI en 1958 y excepción hecha de cuando Néstor Kirchner los mandó con los condicionamientos a otra parte? ¿Cuánta más data se requiere desde que el nuevo embajador Lamelas habló derecho viejo, ante su comisión evaluadora, de ir a Argentina "provincia por provincia" para supervisar y controlar hacia dónde enfocarán el perfil productivo?
 
Si Bessent dice que "estamos comprando barato" porque la Argentina anda de regalo, ¿qué es lo que después venderán caro? ¿Lo que hasta Paul Krugman sindicó como el rescate para los socios del amigazo, ex administrador de fondos buitre y colaborador de los bonistas atrapados aquí, con papeles basura, a quienes ahora les construyeron una autopista para salirse urgente?
 
¿Con cuáles y cuántos dólares que Argentina no produce ni emite se afrontarán los que ya se fumó el bloque de Caputo Toto? ¿Con los que Bessent aclara que sólo estarán si a Jamoncito le va bien en las elecciones, porque el swap no es otra cosa que una efigie para tener en la vidriera por si las moscas? Por razones de pudor profesional, uno evita hasta donde puede el uso de lenguaje panfletario. Pero a veces, como ésta, ni puede, ni quiere, ni debe.
 
¿Qué más hace falta para que el entramado mediático que ampara al oficialismo no se anime, siquiera, a interrogar tímidamente sobre el entreguismo bizarro? ¿Son tan grandes los sobres? ¿La cobardía? ¿Las cabezas colonizadas? ¿Los intereses e influencia del grupo de medios y aledaños más grande de nuestro Estado Libre Asociado, que se endeudó en unos mil millones de dólares por la compra de Telefónica?
 
Guillermo Francos declaró este viernes que no cree que sea como dice Bessent. Que no le parece que hayan negociado expulsar a China a como dé lugar, más tarde o más temprano. ¿Que no cree, dice Francos? ¿El Jefe de Gabinete no sabe lo que transa su Gobierno y nadie le repregunta?
 

12-10-2025 / 10:10
La derecha libertaria del cipayo Javier Milei suele vender la fantasía de que existe la posibilidad de ser una colonia yanqui próspera. Es una visión que trae interrogantes: el modelo neocolonial, ¿fracasa por impericia del imperio o por la voracidad de las élites económicas? Para ello hay que dejar de lado cualquier sentimiento de orgullo nacional. Hay que cambiar la frase de San Martín "seamos libres que lo demás no importa nada" por "seamos esclavos prósperos que lo demás no importa nada".
 
El espejismo es el siguiente: si uno se vuelve obediente de la potencia dominante, los norteamericanos motorizan miles de millones de dólares en inversiones que generan empleo y prosperidad. Un buen punto de partida entonces es analizar la situación económica y social de países de la región que llevan muchos años de alineamiento total con Estados Unidos. Si poner bases militares estadounidenses trajera bienestar, Colombia debería ser el país más próspero del planeta. Tiene siete bases en su territorio. Ahora gobierna una expresión de la izquierda nacionalista colombiana, Gustavo Petro, pero después de más de dos décadas de gobiernos de derecha. 
 
¿Colombia es próspera? Un dato local: entre 2010 y el 2022 la cantidad de colombianos que viven en Argentina se multiplicó por siete. Pasó de 17 mil a 111.000. Se suele poner el foco en el crecimiento de los migrantes venezolanos para retratar la catástrofe social del gobierno de Nicolás Maduro -asediado por EE UU-, pero se oculta lo que pasa con la diáspora colombiana porque ha sido gobernada por la derecha. Los colombianos prefieren venir a la "infernal" Argentina porque pueden estudiar en la universidad pública y conseguir trabajo. Nada más y nada menos.
 
Otro país que estuvo absolutamente doblegado, y a lo mejor se justifica por su pequeño tamaño, es Honduras. En la década de 1980 fue la base de entrenamiento militar contra la revolución sandinista en Nicaragua. Los militares argentinos fueron para enseñar a torturar. En Honduras está la base de Soto Cano (Palmerola) desde 1982.
 
Estados Unidos la utiliza para que aterricen los aviones con los hondureños que Donald Trump deporta con su política de acusar a los migrantes por la falta de empleo y la delincuencia. Ahora gobierna Honduras Xiomara Castro, que conoce bien la injerencia gringa que motorizó el golpe de Estado contra su esposo Manuel Zelaya en 2009. ¿Honduras es próspero? El PBI per cápita es la cuarta parte del argentino.
 
Otro país con bases de EE UU es El Salvador. En este caso el modelo de intervención es más parecido al que se está proponiendo para Tierra del Fuego, una base de operación conjunta ubicada en Comalapa, cerca de la frontera con Honduras y Guatemala. La excusa ya no es la del siglo pasado, la batalla contra el comunismo, ahora es contra el narcotráfico.
 
Es muy difícil no afirmar que la lucha contra el narco es una excusa cuando se cruza información. En Colombia -se dijo- los americanos tienen siete bases. En mayo de este año la DEA presentó un informe en el que sostiene que el 80% de la cocaína que se consume en Estados Unidos se produce en Colombia. ¿Para qué sirven las bases entonces? ¿La famosa guerra fracasa o en realidad no hay ninguna guerra y se utiliza para intervenir? ¿Qué haría todo ese despliegue de fuerzas de seguridad y militares si no existiera el narcotráfico?
 
Los yanquis nunca apostaron a impulsar el desarrollo económico y social en la región. Los motivos son varios, entre otros porque el desarrollo puede colaborar con que se forme un bloque que genere un poco de contrapeso a la hegemonía de EE UU en el continente. Un buen ejemplo es México, que comparte 3000 kilómetros de frontera con EE UU. Ha mejorado su situación los últimos siete años bajo un gobierno que no practica el alineamiento automático con Washington, todo lo contrario de los espejitos de colores que la derecha vende.   
 
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