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Nacionales - 18-07-2019 / 10:07
APERTURA INDISCRIMINADA DE IMPORTACIONES

¿Condenados a la extinción?: el Gobierno intenta silenciar a "perdedores" del tratado con la Unión Europea

¿Condenados a la extinción?: el Gobierno intenta silenciar a
El acuerdo no es bueno para las pequeñas empresas. ¿Por qué? Porque la Argentina acumula un serio problema de competitividad sistémica. No pueden pelear con una de las cargas impositivas más altas del mundo o una de las mayores tasas de financiamiento. Salir a firmar acuerdos de este nivel y teniendo tantas falencias en lo macro es poner en riesgo la industria nacional y el empleo.
Mientras Mauricio Macri es uno de los protagonistas de la cumbre del Mercosur, que se realiza en Santa Fe, los representantes de los sectores industriales siguen desfilando por los despachos del Ministerio de Producción. Este jueves, por ejemplo, es el turno del rubro juguetero.
 
El objetivo de todos estos encuentros individuales entre funcionarios del área de Comercio Exterior, técnicos y algunos pocos integrantes de las cámaras sectoriales tienen un único fin: pasar en limpio los detalles de la letra chica del acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea para cada rubro en particular y, sobre todo, llevarles tranquilidad.
 
En general, los representantes de todas las ramas de actividad ya conocían de antemano los lineamientos del tratado de libre comercio entre ambos bloques. Sin embargo, aunque parezca llamativo, aspectos puntuales pero decisivos para cada industria -como los niveles y los plazos de desgravación arancelaria exactos para cada producto- no se hicieron públicos tan al detalle.
 
En cada mano a mano, los empresarios también aprovecharon para conocer más a fondo otra letra chica que los inquieta: las reglas de origen. Esto es, qué porcentaje de los componentes de un producto final fabricado en el bloque europeo pueden provenir de terceros mercados, sin perder el beneficio del arancel 0% para entrar al Mercosur.
 
Es que uno de los mayores temores de los industriales es que Europa termine reexportando artículos con un alto contenido de insumos chinos pero con el sello de la UE.
 
"Fue exactamente como consultar al médico. Uno va con alguna expectativa pero también con algo de miedo, esperando en cualquier momento una mala noticia", se sinceró el gerente de una cámara que tuvo la oportunidad de dialogar con los responsables de la Secretaría de Comercio Exterior hace unos días.
 
El acuerdo no es bueno para las pequeñas empresas. ¿Por qué? Porque la Argentina acumula un serio problema de competitividad sistémica. No pueden pelear con una de las cargas impositivas más altas del mundo o una de las mayores tasas de financiamiento. Salir a firmar acuerdos de este nivel y teniendo tantas falencias en lo macro es poner en riesgo la industria nacional y el empleo.

 
Competitividad, la cuestión de fondo
  
Seguramente, parte del temor responde a una palabra que viene pisándoles los talones a muchos rubros industriales conformados por Pymes y que se pronuncia cada vez que se habla del TLC entre el Mercosur y la UE: "Competitividad".
 
El presidente del grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel lo planteó de manera muy cruda, cuando dijo que había que "permitir que haya sectores que desaparezcan".
 
Si bien luego dijo que su error fue hablar "de sectores y no de empresas", su reflexión no hizo más que poner en el centro del debate lo que vienen alertando diversas industrias: que con las fuertes asimetrías entre uno y otro bloque, y las que muestra la Argentina en particular, se hará difícil competir.
 
Así lo plantea un informe de la Red de Observatorios de la Argentina, que alerta que "pese a que quintuplica en PBI al Mercosur, registra casi 10 veces más patentes al año, y más que duplicó sus exportaciones a la región en los últimos diez años, la UE ha obtenido un sinnúmero de concesiones en materia de desgravación de bienes, reglas de origen, compras públicas, servicios y establecimiento y propiedad intelectual, entre otras".
 
Frente a las voces críticas que comenzaron a alzarse por parte de algunos sectores industriales y sindicales, desde Cancillería aclararon que el pacto "no implica una apertura inmediata: el 60% de la oferta del Mercosur se desgravará en un plazo de 10 años o más, un porcentaje muy relevante si se considera que otros países con acuerdos con la UE lograron plazos más breves para la mayoría de los productos".
 
Además, agregaron que "el acuerdo consiguió plazos extensos para la entrada en vigor de las mejoras arancelarias, lo que permite continuar el programa de transformación productiva y mejora de la competitividad del Mercosur".
 
Desde el IERAL, el economista Jorge Vasconcelos afirmó que es cierto que "el acuerdo obliga a la Argentina a ser más competitiva". Pero acto seguido, disparó: "¿Qué tiene de malo?". Sin embargo, entre los empresarios Pyme reina la desconfianza cuando se les habla de "reconversión" o "transformación".
 
Básicamente porque ven que se prometió mucho desde las esferas oficiales pero todavía subsisten muchas cuentas pendientes. De hecho, todavía recuerdan las palabras de Alfonso Prat Gay, quien en 2016, cuando era ministro de Hacienda, aseguró que se les iba a dar tiempo y ayuda a los sectores poco competitivos para que pudieran mejorar su nivel de productividad.
 
"Les damos a los empresarios argentinos cuatro años para ir al gimnasio, entrenar, prepararse y en cuatro años salen a la cancha", graficó, seguramente sin saber que prácticamente estaba vaticinando la entrada en vigencia del acuerdo Mercosur-Unión Europea.
 
Sin embargo, ya pasaron tres de esos cuatro años desde que Prat Gay llamara a los industriales a calzarse las zapatillas y salir a entrenar, y los avances en esa materia lucen escasos. De hecho, en la actualidad la Argentina ocupa el puesto 92 entre un total de 137 países en el ranking global de competitividad, según el World Economic Forum.
 
Problemas en cuanto a la estabilidad macroeconómica, en el desarrollo del mercado financiero, falta de eficiencia en el mercado laboral y en terrenos como tecnología e infraestructura son algunas de las áreas donde aparecen muchas luces amarillas, de acuerdo con la publicación. Es decir, todavía hay numerosas cuentas pendientes que deberá atender éste y el próximo Gobierno, sea cual fuere el signo político.
 
 
Industrias, entre temores y quejas
 
El acuerdo dividió las aguas en varios sectores. Y dejó al descubierto, por ejemplo, una grieta en la Unión Industrial Argentina, con un vice afirmando que el TLC "no es una buena noticia" para las empresas nacionales y, posteriormente, su titular afirmando que nadie en la cámara "se opone a abrir el mercado".
 
Pero las quejas se potencian cuanto más sensibles son los sectores frente a cualquier aumento de la importación. En el rubro autopartista, por ejemplo, reina la preocupación: vienen de cerrar un 2018 en el que el déficit trepó hasta los u$s6.830 millones, equivalente a 1,7 veces el rojo que sufrió la Argentina en su conjunto. Además, la Unión Europea explicó el 25% de ese total.
 
"El acuerdo puede ser una oportunidad pero también una amenaza, en función de cuánto se trabaje sobre la competitividad estructural. Si seguimos como estamos, no hay dudas de que vamos a estar muy complicados en unos años", apuntaron desde AFAC, la principal cámara de esta rama de actividad.
 
"Es imprescindible avanzar con reformas en materia tributaria y laboral y mejorar la infraestructura, porque si nos guiamos por la foto que tenemos hoy, el sector va a estar muy expuesto", agregaron.
 
Además, se quejaron de que las reglas de origen son demasiado laxas y que el sector quedó preso de un acuerdo "leonino". Desde la cámara plantean que el TLC habilitará a que el 75% del total de componentes para fabricar un vehículo -medidas en valores- puedan ingresar "extra bloque" y que quedará apenas un 25% por repartirse entre los fabricantes de la UE y el Mercosur.
 
Entre las visiones más tremendistas están las del Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior (ODEP), que conduce Paula Español, que en un reciente informe alertó que, entre las Pymes autopartistas y las terminales, corrían riesgo de perderse 40.000 puestos de trabajo, más de la mitad de los 76.500 que ocupa esta rama en su conjunto.
 
Sin embargo, desde el IERAL plantearon el escenario opuesto: reconocieron que la integración con la UE "puede desplazar a algunas empresas y actividades manufactureras". Pero aseguraron que el sector industrial tenderá a crecer.
 
Y pusieron como ejemplo lo que sucedió con la marca Seat: "Producía vehículos de baja calidad en la España protegida pero, de a poco, tras la integración con Europea, se transformó en un competidor global".
 
En el caso de la Argentina, auguraron que habrá más exportaciones por la especialización en el segmento de las pick ups. "Esto no es 'gana el campo, pierde la industria'", remataron.
 
En el caso de la industria juguetera, no ven mayores beneficios al acuerdo. Fuentes del sector aseguraron que la baja de aranceles no representará una oportunidad para salir a exportar masivamente a la UE, cuando enfrente está China, el principal jugador a nivel mundial. "Sí podría haber alguna oportunidad en algunos nichos, como juguetes con diseño como factor de valor agregado", señalaron.
 
Visto desde la perspectiva del mercado interno, las preocupaciones están a la orden del día. "La libre competencia llegará en diez años y obviamente va a haber una exposición mayor a la competencia y nos preocupa. Para que esto deje de ser una amenaza va a ser decisivo que se mejore la competitividad estructural", insistieron, al igual que otros rubros.
 
Pero el mayor temor, como pasa en otras industrias, es que los juguetes chinos "se vistan" de europeos.
 
"Nos preocupa que se genere un proceso llamado de 'acumulación diagonal': es decir, que el nuevo socio tome como originarios insumos de países con los que también tiene libre comercio y, de esa manera, el grado de componentes importados sea mayor que el acordado en el TLC", planteó el industrial juguetero que ya debió sortear varias crisis.
 
Incluso, alertó que "no hay que descartar futuras relocalizaciones de fábricas asiáticas para aprovechar las nuevas preferencias arancelarias". Parte de estas dudas que hoy tiene el sector se irán despejando a partir del encuentro de este jueves.
 
En el sector textil, un industrial que forma parte de la mesa de ProTejer también alzó su voz de alerta por la situación que podría avecinarse para el sector textil.
 
"El acuerdo no es bueno para las pequeñas empresas textiles", disparó el empresario. ¿Por qué? "Porque la Argentina acumula un serio problema de competitividad sistémica. No podemos pelear con una de las cargas fiscales más altas del mundo o una de las mayores tasas de financiamiento. Salir a firmar acuerdos de este nivel y teniendo tantas falencias en lo macro es poner en riesgo a nuestro sector", recalcó.
 
En el rubro calzado, en tanto, evalúan el TLC menos dramáticamente. Es que los productos que ingresen por debajo de los 35 euros deberán estar fabricados con al menos un 70% de insumos europeos. En un principio, esto evitaría una entrada masiva de artículos chinos ensamblados en el Viejo Mundo.
 
"Tenemos buen cuero, tenemos mano de obra calificada y excelente diseño. Creemos que puede haber una oportunidad de exportar", agregó.
 
El tema son los antecedentes: según el industrial, "los acuerdos de libre comercio que firmaron Chile, Colombia y México con la UE fueron negativos para la industria del calzado, porque sus exportaciones se mantuvieron pero las importaciones desde ese origen se les dispararon más de un 100%".
 
En este contesto, la entidad que nuclea a las firmas solicitó una nueva reunión con Producción para ver qué posibilidades hay de introducir algunos cambios en el acuerdo.
 
Sin embargo, en el Gobierno defienden a rajatabla el pacto y pregonan sobre el efecto positivo de insertarse en el mundo.
 
Y son numerosos los economistas que acompañan esta visión. Como Vasconcelos, del IERAL, quien planteó que el "escudo" arancelario, que hoy asegura un mejor acceso al mercado brasileño, se convirtió más en un problema que en un beneficio, dado que hizo más dependiente a la industria local de la economía vecina -arrastrándola cada vez que cae- y nunca incentivó la salida a otros destinos.
 
Además, recordó que en México, cuando se discutía el acuerdo NAFTA, se hablaba del riesgo de "primarización" de la economía.
 
Sin embargo, "ese país se transformó en una potencia exportadora de manufacturas", que incluso pasó a competir con China para atraer inversiones.
 
Por Juan Diego Wasilevsky
 
Fuente: iProfesional
 

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23-10-2025 / 08:10
En el ocaso de una campaña sin épica, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el miedo más grande de su propio gobierno: quedar sin el tercio legislativo que sostiene su poder político seudo democrático. El que hace un año prometía "refundar la Argentina", llega a la elección del 26 de octubre devaluado, aislado y con un discurso cada vez más errático, mientras las encuestas anticipan una caída que podría dejar a La Libertad Avanza sin capacidad de defensa en el Congreso.
 
Consultado por Guillermo Andino sobre qué consideraría un "buen resultado", el presidente no habló de ganar ni de convencer, sino de sobrevivir: "Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa", admitió Milei, resignado a celebrar un empate como si fuera un triunfo. Esa "pared" es lo único que separa al Gobierno anarco capitalista del colapso institucional. Sin ese tercio, el oficialismo perdería poder de veto sobre leyes opositoras, vería caer sus DNU y hasta quedaría a tiro de un eventual juicio político, algo que hoy se comenta en voz baja en despachos peronistas y radicales.
 
Según un informe elaborado por el politólogo Gonzalo Taboada, el Gobierno solo mantendría control con un 39 por ciento de los votos, cifra que nadie se anima a pronosticar. En el escenario más optimista, Milei llegaría a 104 diputados sumando el PRO y algunos gobernadores aliados; pero con un resultado más realista, cercano al 32 por ciento, el oficialismo quedaría a merced de bloques provinciales y de una oposición fortalecida, con 109 bancas y capacidad de bloquear cualquier iniciativa presidencial.
 
En el peor escenario, con un 30 por ciento o menos, La Libertad Avanza ni siquiera lograría conformar el tercio propio ni sumando al PRO, lo que significaría una catástrofe política. "Una elección de 30 por ciento o menos es el número del abismo", señaló Taboada. "En ese escenario el Gobierno dependería de los árbitros, perdería autonomía y quedaría sin margen de maniobra".
 
La situación no sorprende a quienes observan el deterioro del poder libertario. El desquiciado Milei, que se soñó emperador, terminó mendigando apoyo a Donald Trump, mientras su ministro de Economía intenta contener una recesión que ya acumula dos años consecutivos, con inflación persistente y un dólar que sigue escalando.
 
A la crisis económica se suma una soledad política creciente. Karina "la Coimera" Milei se atrincheró en la Secretaría General, Santiago Caputo perdió influencia y el vínculo con los gobernadores aliados se tensó al extremo. El PRO ya no se comporta como socio, sino como tutor de un Gobierno que no logra ordenar su propia tropa.
 
La estrategia electoral del oficialismo se limitó a campañas de miedo, spots improvisados y discursos cargados de enojo, sin propuestas ni respuestas ante el descontento social. Milei dejó de hablar de "reformas estructurales" para conformarse con conservar la silla presidencial y evitar el aislamiento total.
 
"Pasar de un balotaje con 55 por ciento a una legislativa que arranque con un 20 y pico sería un golpe devastador", reconoció un operador libertario que, en privado, admite que el Gobierno festejará si logra un empate técnico. La foto final podría marcar un antes y un después. Si Milei no alcanza el tercio, su relato de liderazgo "anticasta" trucho quedará pulverizado y su futuro político dependerá de los mismos actores a los que prometió "dinamitar". La elección del domingo, más que una prueba electoral, será un plebiscito sobre su propia capacidad de gobernar.
 
La Opinión Popular
 

22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

21-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump hizo un demoledor diagnóstico sobre la desatrosa situación económica en la Argentina para justificar el "rescate" al gobierno anarco capitalista de Javier "el Cipayo" Milei, un tema que le está generando muchas críticas internas. "No tienen nada, están muriendo", afirmó el presidente. Con ese análisis, el swap no alcanzó, caen las acciones y el dólar quedó a 1% de la banda.
 
Cuestionado por una periodista por la posibilidad de que EEUU compre carne argentina, una medida que perjudicaría a los productores estadounidenses como ya pasó con la soja, Trump se ofuscó y respondió: "Señorita usted no sabe nada de esto, Argentina está luchando por su vida". "Están luchando por su vida. A Argentina no los beneficia en nada. ¿Entiendes lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro por sobrevivir, están muriendo", justificó Trump. Lo dijo a pesar de que no se vean cadáveres en las calles.
 
Trump dijo que intentará ayudar a la Argentina a "sobrevivir en un mundo libre" porque le "gusta" el presidente Milei. "Creo que está intentando hacerlo lo mejor que puede, pero no hagas que parezca que lo están pasando bien, están muriendo. Están muriendo", lanzó. Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el presidente de EEUU intenta ayudar al chupamedia Milei, pero lo termina hundiendo.
 
El martes pasado, durante la reunión en la Casa Blanca, le reiteró el apoyo, pero advirtió que está atado al resultado de las elecciones del 26 de octubre. "Si pierde, no seremos generosos con la Argentina", dijo Trump generando un desplome en los mercados. El gobierno de Milei tuvo que salir a aclarar por todos lados que se refería a las elecciones de 2027, pero Trump reiteró en sus redes que se refería a las de medio término. Días después, Milei se enojó con un periodista que le preguntó sobre esa frase y enojado respondió que fue malinterpretada por el Grupo Clarín.
 
Las palabras del mandatario yanqui obligaron a una rápida reacción oficial. El vocero presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, buscó relativizar el impacto y pidió "entender el contexto". Sin embargo, terminó admitiendo que "claramente no somos un país al que le vaya bien", al enumerar inflación mensual del 2%, riesgo país en torno a los 1.000 puntos y un clima electoral enrarecido.
 
El Banco Central (BCRA) firmó el acuerdo de swap con EE. UU. por U$S 20.000 millones. A pesar del anuncio, el riesgo país se ubicó por encima de los 1000 puntos, los ADRs de empresas argentinas cayeron hasta 5% y el dólar cerró en $1495. Otro anuncio de la Secretaría de Finanzas, de toma de deuda con el JP Morgan, hizo revertir algo la caída de bonos. No alcanzó con el Tesoro, se suman los "bancos internacionales amigos" al saqueo y la rapiña.
 
Mientras Trump describió a la Argentina como un país "sin dinero" y "peleando por sobrevivir", la respuesta libertaria se redujo a relativizar el golpe y aceptar, a medias, el diagnóstico externo. Como sea, el mercado parece ya no creer en las promesas de ayuda de Trump y espera hechos concretos. Ni siquiera las intervenciones de Scott Bessent comprando pesos han logrado frenar la volatilidad del dólar.
 
La Opinión Popular
 

20-10-2025 / 10:10
La relación entre José Luis Espert y Fred Machado, el acusado por narcotráfico que financió su campaña presidencial en 2019, sigue complicando a La Libertad Avanza, aunque el economista, al que todavía defiende Javier "Cipayo" Milei, ya no encabeza la lista libertaria oficialista. En el último reportaje que otorgó el día que se confirmó su extradición a los Estados Unidos, se reveló el mensaje que Machado le pasó al Gobierno. Soltó una bomba que hizo temblar a más de uno en La Rosada.
 
En una entrevista de ocho horas con la periodista Caro Fernández, de Splendid AM 990, lanzó una advertencia que suena a ultimátum: "Si hablo, se cae el país". Con la extradición a Estados Unidos autorizada por la Corte Suprema, Machado no se guardó nada y apuntó directo al corazón del poder libertario, salpicando a figuras como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Alberto Weretilneck con acusaciones que, de probarse, podrían destruir al Gobierno de Javier Milei.
 
El empresario, con un tono que mezcla bronca y desesperación, mandó un mensaje filoso a Santiago Caputo, estratega clave de Milei: "A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana". La respuesta fue: "Mensaje recibido". ¿Qué sabe Machado que pone tan nervioso al entorno presidencial?
 
Con Espert, su exaliado, no fue menos duro. Financió su campaña en 2019, pero ahora lo acusa de darle la espalda. "Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?", dijo, recordando una advertencia que le hizo en marzo de 2021 sobre los riesgos que corrían. "Le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó", disparó con amargura.
 
Las acusaciones también alcanzaron a Patricia Bullrich. Según Machado, habría una triangulación de fondos para su campaña presidencial de 2023, con más de 3 millones de pesos movidos a través de una empresa de la familia Bada Vázquez, de los cuales al menos 215.000 pesos habrían ido a parar a su campaña.
 
Sobre Weretilneck, señaló un supuesto entramado de negocios en Río Negro, con permisos de explotación de arenas silíceas otorgados a Claudio Cicarelli, presunto testaferro del gobernador.
 
En un intento por limpiar su nombre, Machado insistió: "Es una cuestión de plata, no de droga". Sin embargo, la noticia de su extradición lo desmoronó. Entre el ladrido de sus perros y la tensión del momento, suplicó a Fernández: "No me dejes solo". Horas después, un operativo policial lo trasladó para enfrentar su destino en Estados Unidos.
 
La Opinión Popular
 

19-10-2025 / 08:10
Entre el colapso económico, la pérdida de relato y el avance de sus propios aliados, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el tramo final de la campaña convertido en símbolo de su propio fracaso: un presidente sin respuestas, cercado por la realidad y por quienes financiaron su ascenso. El plan "llegar" se quedó sin nafta cuando todavía falta una semana para alcanzar la meta. La impotencia es la tónica en la recta final antes de unas elecciones que se convirtieron en un delicado plebiscito sobre el futuro del gobierno y del país.
 
El proyanqui Milei volvió de Washington DC con una hoja que dice "amigo" y el fibrón que usó Donald Trump para estampar esa dedicatoria. A su regreso dio dos entrevistas en las que se peleó con sus interlocutores (le dijo "marxista" a Eduardo Feinmann y a Esteban Trebucq que le hacía el "caldo gordo a los psicópatas kirchneristas") y confesó que no tiene una solución para los problemas de los argentinos.
 
- El ochenta por ciento apenas si puede llegar a fin de mes y el sesenta por ciento, setenta, llega al día veinte. Les falta dinero en el bolsillo.
- ¿Qué quiere? ¿Que lo emita?
- No, yo no...
- A ver, entonces, emitiendo no se arregla. ¿Cómo quiere que lo arregle? Vamos, dígame. ¿Cómo le pongo plata a la gente?
- El economista es usted.
- No, bueno, pero digo o sea, a ver, digamos.
 
Un día más tarde insistió:
 
- ¿Y la gente que no puede esperar, presidente?
- A ver. A ver, pero, de vuelta. Te hago una pregunta, no puede esperar, a ver, ¿cómo lo resolvemos?
- Es que yo no lo sé.
- No, bueno, entonces.
- Sólo le pregunto.
- No, bueno, pero si vas a hacer el punto, digamos, a ver, empecemos a discutir cómo se resuelve.
 
Para Milei la escasez y la mala calidad de vida de millones de personas es en todo caso un problema intelectual, teórico, en el que no tiene demasiado interés. Dos años después de asumir le sugiere a su interlocutor (no un funcionario, no un asesor, ni siquiera un consultor sino un periodista en el contexto de una entrevista televisiva en vivo) que empiece la discusión.
 
Decir que no le quita el sueño sería una exageración: ni siquiera lo considera un problema, algo que deba resolver. La economía se encargará de hacerlo, cuando deje de existir el riesgo kuka. Suena estúpido, pero es exactamente el argumento presidencial, palabra por palabra.
 
Para la mayoría de los argentinos se trata en cambio de una cuestión muy concreta, a veces de vida o muerte. Este miércoles, en Congreso, en la marcha semanal por el reclamo de una mejora en las jubilaciones, una pareja daba su testimonio a las cámaras de televisión.
 
Él está atravesando un tratamiento contra el cáncer, le sacaron la cobertura de los remedios para aliviar los dolores y los vómitos cuando le hacen quimioterapia. En el hospital sólo le entregan la mitad. Desde los estudios, la cronista sugiere que den un "alias" bancario para recibir transferencias de gente que pueda ayudarlos. No tienen teléfono: tuvieron que venderlo para comprar medicinas. Milei no tiene una respuesta para ellos ni va a tenerla. 
 

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