La Opinión Popular
                  05:35  |  Viernes 26 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 18-06-2019 / 16:06
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Solo faltan los candidatos

Solo faltan los candidatos
Bordet necesita imperiosamente conservar esas bancas con dirigentes propios y tejer nuevas alianzas en el Congreso Nacional en defensa de su futura gestión, que al igual que el próximo gobierno nacional, se verá en la necesidad de refinanciar deudas y enfrentará un escenario económico más que adverso. En la imagen: Omar Perotti y Gustavo Bordet, acompañados por las vicegobernadoras electas, durante un encuentro con equipos técnicos del centro y norte de la provincia de Santa Fe.
Ya se anunciaron las alianzas nacionales. El Frente de Todos, Juntos por el Cambio y Consenso 2030 son los principales conglomerados que disputarán el poder en los comicios nacionales. Y se sabe que Massa y Cristina irán juntos, que Pichetto se sumó a la Alianza antiperonista nacional, tanto como que Urtubey será candidato a vice de Lavagna. Estos datos, dejan pendientes en Entre Ríos un cúmulo particular de dudas, todas vinculadas a con que candidatos se ordenarán en el distrito estos espacios de coalición.
 
La normalización de la coparticipación federal, que realizó la gestión Macri, significó nivelar las transferencias de fondos públicos; y los créditos que tomó la Provincia tuvieron mucho que ver con esa circunstancia. La buena relación entre Bordet y el Presidente aportó, pero el bloque propio de diputados nacionales hizo el resto.
 
En un Congreso sin mayoría macrista, el interbloque de Argentina Federal, que constituyeron los peronistas entrerrianos con los de otras provincias no-K, fue determinante para que el Gobierno de Entre Ríos obtuviera de la Nación casi todo lo que le correspondía. Lo que ofrecía eran sólo esos votos de los legisladores nacionales que contribuían a la gobernabilidad de Macri, para determinados proyectos de leyes.
 
Bordet necesita imperiosamente conservar esas bancas con dirigentes propios y tejer nuevas alianzas en el Congreso Nacional en defensa de su futura gestión, que al igual que el próximo gobierno nacional, se verá en la necesidad de refinanciar deudas y enfrentará un escenario económico más que adverso.
 
Es que esa experiencia de tres años y medio, en que logró gobernar con recursos, fue determinante para el gobernador. Y, en cierto modo, la futura gestión provincial comenzó anticipadamente: apenas pasaron semanas desde que Bordet fue reelegido y las futuras restricciones van quedando en evidencia.
 
Se reduce al extremo el ritmo de las obras públicas y casi todos los servicios que dependen de la Provincia tuvieron aumentos sustanciales de tarifas de agua, transporte interurbano, peajes y electricidad. Y puertas adentro de la Casa Gris sigue el análisis de medidas de restricción del gasto público que apuntan a la tarifa social y al esquema de boletos del transporte público.
 
Los ánimos son distintos en la alianza Cambiemos, que viene del bochorno de una derrota más que contundente en las elecciones provinciales y de perder Paraná. Pero ya renovó expectativas, y días pasados mostró la intención que la UCR tenga prioridad en la lista de legisladores nacionales. Varisco procurará un espacio para él y De Angeli, que participó poco y nada de la campaña proselitista, exige su porción. Todos saben que la lista vendrá de la Casa Rosada.
 
Igual de intensos son los movimientos en el urrikirchnerismo. Urribarri es, hasta ahora, la principal apuesta de esa franja del peronismo, pero hay una compulsa muy potente por los espacios en las listas y las agrupaciones y dirigentes K, que también desarrollan expectativas e influencias.
 
Quedan días febriles para todo esto: los resultados de las PASO se presumen, pero los nombres de los candidatos nacionales todavía dependen de la "rosca" y de decisiones "a dedo" que, en algunos casos, se toman en Buenos Aires.
 
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Solo faltan los candidatos  

Lo peor aún está por venir
 
Para cualquiera de las fórmulas que gane las elecciones presidenciales de este año, hay un denominador común: las enormes dificultades que tendrá el próximo mandatario para conducir una crisis económica bajo los órdenes de ajuste del FMI, sin perder la gobernabilidad por la profundización de la crisis social.
 
Más allá de los discursos de campaña, todos tienen claro que lo peor aún está por venir. Por el lado del macrismo, a las dudas sobre sus posibilidades de ganar tras un largo período de crisis económica y caída libre de la imagen de Macri, se venían sumando in crescendo temores sobre la posibilidad de una rápida "delarruización" en un hipotético segundo mandato, que lo eyectara del poder.
 
Es por eso que los "mercados" celebraron con entusiasmo la incorporación de Miguel Ángel Pichetto a la fórmula, interpretándolo como un aumento del volumen político de la propuesta electoral, que podría llevar a mayor fortaleza no tanto para ganar las elecciones, pero sí para gobernar. La baja pronunciada del riesgo país, la suba de los bonos y el dólar planchado por unos días fueron tres claros indicadores de los "mercados" al respecto.
 
La euforia de los "mercados" tras la designación de Pichetto como escudero en la batalla para derrotar al "populismo antidemocrático" del cual el propio senador había sido parte fundamental, se explica en la memoria que esos sectores tienen del menemismo de la década del ´90. El actual candidato a vicepresidente es un hombre del riñón del régimen político desde esa época, con amplia experiencia de negociación y conocedor de todos los factores de poder.  
 
Para los "mercados", Pichetto sería un peronista que puede contener al PJ -como lo hizo el riojano al final del siglo pasado- y llevarlo a posturas neoliberales que el peronismo históricamente combatió. Para los operadores de Wall Street y de los fondos de inversión, esa es una garantía superior a la que puede ofrecer un presidente como Macri.
 
Desde el capital financiero y las grandes patronales del campo lo ven como un dirigente indicado para tender puentes también con otros sectores del empresariado nacional y con los gobernadores peronistas, algunos de los cuales pactaron durante estos años con Macri, pero ahora se están acomodando con la fórmula del PJ.
 
Por esto, el efecto político y económico que consigue Macri con el nombramiento de Pichetto es mejor que el que hubiera logrado siguiendo la lógica marketinera del asesor Durán Barba -una mujer dócil del PRO que humanice al Presidente- o la presión interna de Cambiemos, que ejercieron los radicales para encaramarse en la fórmula. Pero que no hubiera sido festejada por los "mercados".
 
El pragmatismo con el que decidió Macri la designación de Pichetto se llevó puesto el discurso del Gobierno, que trasuntó antiperonismo al remarcar que la Argentina entró en fase de decadencia hace 70 años. La incorporación de Pichetto al macrismo -ahora Juntos por el Cambio- también supone un reconocimiento que la economía, en la era Macri, es un desastre.
 
El Presidente ya había empezado a digerir esa realidad cuando aceptó la implementación de medidas favorables al consumo, empujada por sectores aperturistas como los radicales y la dupla del PRO: María Eugenia Vidal -Horacio Larreta. Esa hendija que se abrió, en el plan ortodoxo fijado por el FMI y ejecutado por Nicolás Dujovne, se profundizará en los próximos meses con líneas de crédito, cuotas y promociones.
 
Más allá de las urgencias electorales del Gobierno, en el fondo hay un rumbo en el que Macri y Pichetto concuerdan 100%: la apertura neoliberal de la economía al mundo y el alineamiento total con los Estados Unidos de Donald Trump. Por eso es que el Presidente se puso en el centro de la escena y dejó de lado a los gorilas ultras del PRO. Lo previsible es que intente el acercamiento a otros dirigentes peronistas sueltos y sin votos.
 
Por su parte, el peronismo reaccionó con incomodidad frente a la traición de Pichetto, a quien no suponían capaz de irse del PJ porque siempre fue un dirigente orgánico y obediente a las órdenes del jefe de turno. Pero ya con 68 años, Pichetto no dudó un segundo cuando Macri lo llamó para proponerle ser su compañero de fórmula.
 

Solo faltan los candidatos
 
El Frente de Todos
 
La estrategia el Presidente incluyó, no solo a Pichetto, sino a Urtubey y Juan Schiaretti, el gobernador de Córdoba, pero nunca contempló a Sergio Massa, porque la relación personal entre ambos se deterioró en forma ostensible en los últimos dos años. El líder del Frente Renovador fue adoptando una postura cada vez más opositora.
 
El acercamiento de Massa al kirchnerismo obedeció entonces a una conjunción de elementos políticos: la idea de que la "avenida del medio" se convirtió en un callejón sin salida; el diagnóstico común de que el nefasto rumbo económico neoliberal perjudica a la mayoría de los argentinos; y la necesidad de la tropa massista de sobrevivir en términos políticos, lo que no estaba garantizado sin el acuerdo.
 
Desde que Cristina puso a Alberto Fernández al frente de la fórmula, Massa entrevió que estaban dadas las condiciones para volver. Pero no como un dirigente aislado, sino como el jefe de una fuerza que iba a aliarse en el PJ con los K. Por eso las negociaciones fueron arduas.
 
En ese clima recargado alumbró el Frente de Todos, que podría anunciar sus candidatos el jueves 20 de junio, el Día de la Bandera, si es que Alberto, Cristina y Massa se ponen de acuerdo en una lista de unidad o en competir en las PASO, como pretende el tigrense. Tras esa definición, la pelea con el macrismo será frontal.
 

Solo faltan los candidatos
 
Pichetto resucita el discurso de la Triple A
 
El nuevo candidato del macrismo, el senador todo terreno Pichetto ha estrenado en campaña un discurso que fue utilizado en los 70 para masacrar a la juventud. Las bandas de la Triple A, la Alianza Anticomunista Argentina, se basaron en ese discurso para comenzar una masacre que se continuaría en un baño de sangre durante la dictadura cívico-militar.
 
La Triple A consideraba que la sola acusación de comunista contra un militante peronista, bastaba para que fuera secuestrado y acribillado a tiros. A veces los cuerpos eran destrozados con explosivos en barrios populares, como sucedió en Lomas de Zamora con varios vecinos.
 
Pichetto, que se acaba de alejar del peronismo, se da el lujo desde el macrismo de denunciar que fue todo el peronismo, y no él, quien ha descarriado. Y su primer aporte, para la campaña de la gobernadora Vidal, ha sido acusar, como antes lo hacía la Triple A, de comunista al candidato del peronismo, Axel Kicillof.
 
Cuando el oficialista serial Pichetto afirma que el peronismo lleva a un comunista de candidato a gobernador bonaerense, en referencia a Kicillof, no hace más que reflotar la vieja pelea entre la derecha y la izquierda del peronismo, que pudo gobernar con Menem a la derecha y con Cristina a la izquierda. Aunque tuvo también experiencias movimientistas (las mejores), con Eduardo Duhalde y el primer Néstor Kirchner, formados en la lógica amplia del peronismo fundacional.
 
Por la experiencia histórica de los argentinos, las acusaciones de Pichetto lo asimilan a la banda de criminales que se anticipó a la dictadura de Jorge Rafael Videla. Muchos de los integrantes de la Triple A, después pasaron a formar parte de los grupos de tareas que desataron el terrorismo de Estado en la Argentina en consonancia con los dictados de Washington en aquella época.
 
Acusar de comunista a un adversario político es una figura que recuerda también a los viejos macartistas de los Estados Unidos, a los fascistas italianos y españoles y a los nazis. Está incrustado en la historia reciente de la humanidad como uno de los rincones más oscuros y siniestros de la política.
 
Si fue un mal paso o algo pensado, porque se supone que eso tendría efecto en algún sector del peronismo, es secundario. Pichetto irrumpe en la campaña con el uniforme de los intolerantes y los extremistas, el discurso de barricada de las bandas violentas, algo que los argentinos han tratado de superar.
 
Son declaraciones que lo aproximan al estereotipo del peronista fascista con que algunos radicales y algunos socialistas caricaturizan al peronismo. El exabrupto contra Kicillof reafirma esa imagen que deberán votar esos mismos radicales y socialistas. El anticomunismo es un discurso del pasado, ha sido excusa para ensangrentar el país. Esas palabras traen el fantasma terrible de la Triple A.
 
 
¿A qué juega Pichetto?
 
Si el peronismo no entiende a qué juega Pichetto, si no consigue decodificarlo con rapidez, se va a pasar toda la campaña repudiando sus declaraciones derechosas y extremistas, pero a la vez siendo funcional a esa mirada que, por corrección política, el PRO macrista no podría expresar pese a que, en el fondo, coincide profundamente con el pensamiento de su electorado.
 
La incorporación de Pichetto confirma que Macri dejó atrás la estrategia de ir de menor a mayor -en escalada entre las PASO, las generales de octubre y el ballotage- para competir de frente desde el primer turno electoral. De no hacerlo así, afrontaba dos riesgos enormes: perder en primera vuelta; y que la economía se dolarice ante la inminencia del regreso del peronismo.
 

Solo faltan los candidatos
 
Súper domingo de fracasos para Cambiemos y de triunfos para el Peronismo
 
Las alegrías que trajo el 'efecto Pichetto' duraron muy poco para el macrismo, y es que este fue un domingo negro para Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio). Primero, con un megaapagón, el corte de energía más grande de la historia nacional, y posteriormente, el triunfo del Peronismo en San Luis, Formosa y Tierra del Fuego y en la provincia de Santa Fe, que es un distrito electoral clave.
 
Con estos resultados en la mano, le resta al Gobierno de Macri en primer lugar, seguir engañando a los mercados para mantener el clima de entusiasmo y optimismo económico tras el anuncio de la fórmula Macri-Pichetto, y por otro lado, y al parecer el más difícil, convencer al electorado sobre el planteo de la reelección, que con un nuevo triunfo peronista superior a lo previsto, se suma una derrota más al macrismo a nivel nacional, alejando a Macri de la Casa Rosada y acercando un poco más al frente peronista opositor TODOS.
 

Serenidad polÃÆ'Æ'­tica entrerriana
 
Entrerrianos triunfadores y vencidos
 
Ningún pronóstico fue más acertado que el lógico que aseguraba que el oficialismo provincial ganaría. Sin embargo, nadie se atrevió a pronosticar que sería por tremenda paliza. Entre Ríos hoy es peronista, aunque chillen Cambiemos, el PRO, la izquierda, el centro o quien sea.
 
No hay con qué darle o al menos ningún dirigente opositor encontró cómo. Los resultados así lo demuestran. No existe cristinismo ni urribarrismo ni bustismo ni bordetismo; aquí solo hay peronismo. El que se va del peronismo pierde y ya quedó demostrado.
 
Claro que hay minorías definitivamente antiperonistas, pero la sociedad confirma una elección tras otra que no le es hostil al justicialismo. No sólo ello: distingue distintos grados de peronismo, cosa que los maniqueos no pueden hacer: para el gorila, todos los peronistas son diabólicos. Los entrerrianos, el 9 de junio, han dicho que no.
 
Luego del contundente triunfo de Bordet en la provincia, los cañones ahora apuntan en la elección de los precandidatos a legisladores nacionales por el peronismo para las PASO, donde aún no se conocen o se rumorean nombres que pudieran integrar la misma, manteniendo en vilo la elección y definiendo todo puertas adentro.
 
El ex gobernador Sergio Urribarri apuesta a ser candidato a senador nacional por la fórmula Fernández-Fernández, tal como se lo habría prometido la ex presidenta antes de la conformación de la dupla opositora. Hay pocos ejemplos de candidatos que han ganado elecciones sin aparecer ni pronunciar una sola palabra.
 
Urribarri fue el gran ausente de la campaña y de las elecciones del 9 de junio. Con un alto porcentual de imagen negativa en la provincia -que ronda el 70%-, debido a seria acusaciones de corrupción, nunca pudo participar de acto alguno en la cruzada electoral de Bordet. Y la relación que supieron tener está congelada.
 
Urribarri se equivocó en varias cosas. Se mostró como dispuesto a ejercer "poder de daño" antes que a buscar poder político, subestimó el aparato peronista, pero su mayor pecado fue el de la soberbia. Todos los votos K pertenecían al Pato, era el análisis soberbio que signó el período 2007-2015. Da la impresión de que no era exactamente así...
 
El actual diputado creyó que seguía siendo aquel que mandoneaba a todo el mundo, que hacía lo que quería, al que nadie discutía, el temido líder al que todos le decían que sí. Por eso no entendió el efecto de su ausencia en campaña. Pero ninguno de los errores de diagnóstico de Urribarri fue tan letal como haber confundido la obsecuencia con la lealtad. Hay que ser peronista para conocer la diferencia.
 
Algunos de los dirigentes que hoy tienen protagonismo político habían estado en el ostracismo en tiempos del urribarrismo en el poder. Ahora le pasan factura al diputado. Urribarri está lejos de abandonar la política. Seguramente volverá a reciclarse; pero le llevará tiempo.
 
En el entorno de Bordet señalan que el mandatario se cansó que le intentaran marcar la cancha y que lo consideraran como un gobernante delegado, que debía devolver el Poder Ejecutivo cuatro años más tarde a aquel que no podía ser reelegido. Pero entrar en conflicto con la Casa de Gobierno no es una buena estrategia.
 
Habrá que ver si el Bordet, después de su terminante triunfo en la provincia, hace lugar a la exigencia de Urribarri -lo que provocaría una posible derrota de Alberto y Cristina en la provincia o bien un infrecuente corte de boleta- o se establece la estrategia correcta y necesaria: que ya no volverá el urribarrismo. ¿Bordet lo hará? ¿Busti lo hará? ¿Lo harán por separado, pero también juntos?
 

CampaÃÆ'±a a la entrerriana
 
Cambiemos Entre Ríos
 
Atilio Benedetti, pese a ser un candidato de buena imagen, que ganó las elecciones legislativas en la provincia en 2017, quedó a más de 20 puntos de diferencia de Bordet. Quizás haya sido su última oportunidad como candidato a gobernador, después de dos derrotas consecutivas en la provincia.
 
Benedetti sufrió con el salvavidas de plomo de Macri. Todo Cambiemos lo padeció. Era imposible salir a la superficie con ese flotador nacional de miseria y economía de pobreza. Los datos electorales lo reflejaron.
 
Pero no fue el único incidente en el camino electoral de Benedetti. También hubo fallas de estrategia, divisiones y hasta traiciones. Deshojaron la margarita respecto a la formula. La definieron poco antes de los comicios, cuando el peronismo ya lo la tenía desde hace tiempo. Y hasta escondieron el nombre de Cambiemos. La coherencia es un requisito indispensable para cualquier campaña.
 
El corte de boleta en Cambiemos fue notorio, en especial en la Capital. ¿Benedetti fue mal candidato? ¿Algunos intendentes mandaron su voto con tijera? ¿Primó el efecto Macri? Habrá que analizar cada caso y buscar respuestas.
 

Solo faltan los candidatos
 
En Paraná quedó claro: los milagros no existen
 
Adán Bahl doblegó a Sergio Varisco, que sufrió el yunque macrista que le quitó puntos. Y Bahl fue el referente de la Casa de Gobierno que a los sectores medios urbanos asalariados en el Estado les da, año tras año, una cláusula gatillo salarial. Eso, al equiparar los salarios con la inflación, cubrió en parte la suba de la luz, del gas, de la nafta, del supermercado...
 
Se puede, legítimamente, no profesar ninguna simpatía por el peronismo, pero no entender las razones del voto independiente al peronismo equivale a no estar preparado para enfrentarlo.
 
El número de paranaenses que votó al peronismo no sólo es mayúsculo, sino que se encuentra distribuido en todos los circuitos de la capital: macro centro, barriadas y periferia. Y por ende, en todas las clases sociales.
 
La Capital desnuda, como ninguna otra sección electoral, que la fisura peronismo vs. antiperonismo pasó a segundo plano. Lo contrario es el prejuicio, arraigado aún en sectores de la UCR, según el cual hay circuitos de Paraná que son "radicales". Pero hay un segundo prejuicio solapado: la creencia de que al peronismo no pueden votarlo los sectores de ingresos medios y altos.
 
Aunque Varisco fue uno de los principales artífices de la derrota de Cambiemos en Paraná y en el departamento. Su actitud de querer presentarse sí o sí como candidato a intendente provocó el rechazo de numerosos electores de la capital, porque sus vinculaciones con el narcotráfico generaron malestar entre votantes independientes.
 
El periodista Daniel Enz sostiene que lo que dijo la diputada nacional Elisa Carrió, hace un par de semanas en Gualeguaychú: "Sergio Varisco no debería estar en política", fue la frase más breve y contundente que recibió en pleno rostro y además delante del candidato a gobernador de Cambiemos, Benedetti.
 
Nadie de Cambiemos salió a responderle. Carrió no dijo otra cosa que la verdad, en base a lo que sabía de Varisco, sobre sus vinculaciones con el narcotráfico paranaense, sostiene Enz.
 
 
Algunos históricos dijeron adiós
 
En cuanto a la Legislatura, algunos históricos dijeron adiós y muchos nuevos se despertaron del sueño: parece fácil, pero no lo es. Llegar a una banca es una tarea complicada. Se vio a varios dirigentes derramar algunas lágrimas, en especial por el enorme esfuerzo monetario que hicieron con la ilusión de sentarse en una de las poltronas.
 
No fueron suficientes los spots ni los trolls en las redes ni un par de meses de aparecer por algunos barrios ni los pesos gastados en carteles callejeros ni unos que otros nombramientos en áreas estratégicas. Se impusieron los de la vieja escuela, los que invierten en sus territorios durante los cuatro años y los que mantienen a su gente. Llegaron, en su gran mayoría, los de la vieja política.



Solo faltan los candidatos  

Volviendo a la dupla gobernante, Bordet es el líder de la política comarcana, que va por el bronce. Laura Stratta es su complemento perfecto. ¿Dónde estará el gobernador en 2023? Eso aún no está claro, pero sí que serán tiempos de definiciones para el peronismo entrerriano, cuyo líder ya no podrá pugnar por la Gobernación en la próxima. Al menos por ahora...
 
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