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Nacionales - 14-05-2019 / 09:05
CRISIS DEL MACRISMO TRAS EL RESULTADO ELECTORAL

La dura derrota sufrida en Córdoba desató una ola de discusiones en el interior de Cambiemos

La dura derrota sufrida en Córdoba desató una ola de discusiones en el interior de Cambiemos
La dura derrota sufrida en Córdoba desató una ola de discusiones en el interior de Cambiemos. Elisa Carrió le reprochó a Frigerio la falta de apoyo a su candidato. Patricia Bullrich quiso disimular el fracaso y afirmó que “Cambiemos no se presentó”, mientras los más cercanos al presidente Macri prefirieron echarles la culpa a los radicales.
Tras la aplastante derrota en Córdoba del candidato de Mauricio Macri, que acumula ocho comicios provinciales sin que el oficialismo pueda mostrar un triunfo, llovieron los pases de factura en Cambiemos.
 
La primera en la fila fue Elisa Carrió, quien le apuntó a Rogelio Frigerio: "Hubiera preferido que algún ministro del Interior acompañara más a los referentes de Cambiemos", le reprochó.
 
Desde la Rosada intentaron bajar el tono y advirtieron que un involucramiento mayor del Gobierno hubiera llevado a una derrota peor.
 
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, le recordó a Carrió sus traspiés en la campaña cordobesa: "La lucha contra el narcotráfico no es un tema que utilicemos en la campaña", retrucó.
 
En tanto, el radicalismo que busca rediseñar Cambiemos también salió golpeado por el escrutinio. Lo reconoció Federico Storani, quien indicó que el resultado es "una tragedia política".
 
El Gobierno de Macri esperaba una derrota en Córdoba. Ya se habían desvanecido los sueños de arrebatarle la provincia al peronismo, que tuvieron hasta 2018. Desde hacía tiempo que el objetivo era salir segundos.
 
Ese objetivo (poco ambicioso) lo consiguieron: el candidato de la Rosada, el radical Mario Negri, superó a su correligionario Ramón Mestre por seis puntos. Pero la diferencia de 36 puntos con Juan Schiaretti no les dio ningún margen para festejar a los macristas.
 
La única que se animó a comentar que había derrotado al tercero fue Carrió. Sostuvo que, dentro de Cambiemos, prevaleció Negri sobre Mestre. "Yo he sacado menos votos que Mario y aprendí de eso. Dios poda el árbol para que dé más frutos", lanzó una de sus metáforas bíblicas.
 
"Córdoba jugó a la historia de Cambiemos. No jugó al resultado electoral de la gobernación. Córdoba jugó a que Cambiemos esté representada por personas decentes", aseguró Carrió, e hizo un análisis llamativo: "Estamos débiles, pero somos fuertes".
 

 
A esa altura de la noche del domingo, Negri parecía dispuesto a pedirle que dejara de ayudarlo, como hizo Lilita en la campaña cuando celebró la muerte de José Manuel de la Sota o le deseó a un periodista que no le pasara nada a su familia. Carrió reconoció que fueron "metidas de pata".
 
Pero no se amilanó. Y le apuntó a Frigerio por la falta de apoyo del Gobierno a los candidatos locales (que se tradujo, incluso, en pocos recursos): "Hubiera preferido que algún ministro del Interior acompañara más a los referentes de Cambiemos, y lo digo como fundadora de Cambiemos", dijo.
 
En verdad, quien no fue a hacer campaña a Córdoba fue Mauricio Macri. El ataque a Frigerio sonó como una advertencia al Presidente.
 
En la Rosada intentaron no confrontar con Carrió. Sí detallaron que "si el Gobierno se hubiese involucrado más en la campaña de Negri, la derrota hubiera sido el doble de negativa para nosotros", indicaron. No obstante, en una reunión de la mesa chica de Cambiemos acordaron involucrarse más en las siguientes elecciones provinciales y apuntalar a los candidatos.
 
El tema fue además retomado en la reunión de Gabinete de ayer, en la que estuvieron presentes Marcos Peña, Frigerio, el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
 
El diagnóstico que primó es que la división de Cambiemos lo único que hizo fue potenciar la elección del peronismo. Para ganar en octubre, interpretaron, deben contar con los votos de Negri y de Mestre. La estrategia será intentar volver a sumar a ambos sectores. Eligieron, con una mirada benévola y optimista, tomar el resultado combinado de ambos como "el piso de Cambiemos".
 
En rigor, los números expresan una merma de votos. Mestre y Negri sumados obtuvieron un 28,72 por ciento, por debajo del 33,8 por ciento de Oscar Aguad en las anteriores elecciones a gobernador en 2015, y del 48,48 por ciento de Héctor "La Coneja" Baldassi en las legislativas de 2017. Es decir que perdieron entre 5 y 20 puntos porcentuales, según qué elección se elija para comparar.
 
 
Control de daños
 
El secretario general de la Presidenta, Fernando de Andreis, y la ministra Bullrich salieron a fijar la posición oficial tras la reunión de Gabinete.
 
La funcionaria le apuntó a Carrió por su performance en la elección, en la que intentó vincular al difundo De la Sota con el narcotráfico: "La lucha contra el narcotráfico no es un tema que utilicemos en la campaña, ni siquiera cuando hay preso un dirigente de carácter político o un funcionario, ni siquiera hablamos del partido político, porque no es un problema de partidos, sino de personas que traicionan su gestión y se dedican al narcotráfico. Esa es la política del Gobierno", le dedicó Bullrich a la líder de la Coalición Cívica.
 
"No podemos decir que el gobierno de Schiaretti forma parte del narcotráfico", la desmintió, un día después de que el gobernador revalidara su mandato con el 54 por ciento de los votos.
 
Sobre la derrota, Bullrich transmitió un mensaje del Presidente a todos los dirigentes de Cambiemos con alguna idea de plantear internas: "Tiene que ser un aprendizaje para Córdoba y para todo el país: divididos no sumamos y no le hace bien al proyecto de Cambiemos".
 
Y hubo tirón de orejas para los radicales: "Lamentablemente no se pudieron poner de acuerdo, lamentablemente fueron divididos, lamentablemente no hubo capacidad de gestar una sola fórmula, algo que es importante para una coalición como la de Cambiemos", sostuvo.
 
De Andreis pidió "recomponer la coalición en la provincia", tras los mandobles que se dedicaron Negri y Mestre. El funcionario pidió acercar posiciones. "Desde Cambiemos hacemos una autocrítica: el haber ido divididos perjudicó el resultado", insistió.
 
Ambos aseguraron que Cambiemos no tuvo candidato, que el resultado no tiene implicancia nacional y otras respuestas que son desmentidas por las acciones del Gobierno. De Andreis también ratificó que la derrota "de ningún modo altera nuestra estrategia nacional". Traducción: no hay Plan V, de Vidal presidenta.
 
 
Radicales en llamas
  
La derrota de Mestre abre un signo de interrogación sobre qué hará el sector del radicalismo que busca irse de Cambiemos en la Convención Nacional del 27 de mayo. Si Mestre hubiera prevalecido sobre Negri, esa corriente hubiera salido fortalecida. Pero su tercer lugar, sumado a la pérdida de Córdoba capital, es un duro golpe para los radicales díscolos.
 
Uno de los dirigentes de esa corriente, Federico Storani, no ahorró palabras para describir lo que ocurrió: "Es una tragedia política para el radicalismo". "El proceso previo a la elección fue desgraciado, lleno de desinteligencias que pudieron haberse evitado. Era difícil ganar la elección unidos y mucho más difícil divididos", afirmó Storani, quien sostuvo que la derrota "es un voto castigo por todo el proceso".
 
"Es un golpe muy duro para el radicalismo, en una provincia con una historia poderosa", insistió Storani, que volvió a llamar a "reformular las reglas de juego dentro de Cambiemos, porque, si no, no tiene sentido la continuidad". "Me parece que hubo mucha soberbia en el PRO. La exigencia es que haya primarias abiertas con garantías para competir", insistió.
 
En el entorno de Macri dudan de cuánto afectará este resultado al Presidente. "Es la derrota más prevista jamás sufrida... por los radicales", indicaba uno de sus adláteres. No todos en Cambiemos concuerdan con ese diagnóstico.
 
Por Werner Pertot
 
Fuente: Página12
 

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22-10-2025 / 11:10
A cinco días de las elecciones legislativas de medio término, la economía argentina volvió a quedar atrapada en un torbellino de tensiones cambiarias y el Banco Central debió volver a intervenir para que el dólar mayorista no superara el techo de la banda de flotación.
 
Ni las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, ni la firma del swap con Washington, ni el anuncio de una recompra de bonos alcanzaron para calmar la incertidumbre del mercado, que se mueve bajo una sola lógica: cubrirse como sea ante el riesgo electoral, aun pagando precios récord por el dólar y desarmando posiciones en acciones y bonos soberanos.
 
El sueño de Javier "el Cipayo" Milei de conseguir un megacrédito internacional empieza a tambalearse. Los gigantes financieros de Wall Street pusieron el freno y exigen garantías concretas antes de liberar los 20 mil millones de dólares prometidos. En la Casa Rosada, el discurso libertario suena fuerte, pero los bancos no compran humo: quieren saber quién paga si el país vuelve a tropezar con su historia de impagos.
 
El plan oficial buscaba armar una línea de financiamiento para reforzar reservas y dar aire al Gobierno, pero el entusiasmo se pinchó rápido. Desde el JP Morgan hasta el Citi, todos coincidieron en algo: Argentina necesita mostrar activos reales o un respaldo estatal sólido, algo que Milei se resiste a ofrecer en su cruzada contra el "Estado elefante".
 
La tensión se siente en los despachos. Mientras el ministro Luis "Toto" Caputo negocia contrarreloj, los operadores financieros miran los indicadores y ven lo mismo que los argentinos: un déficit que sigue sin cerrarse y un dólar que sube como fiebre sin Paracetamol. Cada día sin definición profundiza la desconfianza y pone más presión sobre el presidente, que esperaba anunciar el acuerdo como una victoria política.
 
Para los banqueros, el problema no es ideológico sino contable. Quieren garantías, y las quieren por escrito. Sin eso, los 20 mil millones seguirán siendo una promesa tan etérea como las teorías de "mercado libre" que Milei repite frente a los micrófonos. En el país ya se habla de "default técnico disfrazado de negociación", y los rumores empujan los bonos argentinos a la baja.
 
Desde su entorno intentan minimizar la situación, pero las fuentes financieras son tajantes: el préstamo no está cerrado y no lo estará hasta que el Gobierno muestre números concretos. Entre tanto, en los pasillos del poder ya suena un murmullo incómodo: "Si ni los bancos le creen, ¿Quién va a prestarle a la Argentina?"
 
El Banco Central tuvo que vender divisas de las reservas, ya casi exhaustas, para que la demanda mayorista no hiciera volar el techo de la banda cambiaria. Los anuncios oficiales pasan desapercibidos.
 
La Opinión Popular
 

21-10-2025 / 11:10
El yanqui Donald Trump hizo un demoledor diagnóstico sobre la desatrosa situación económica en la Argentina para justificar el "rescate" al gobierno anarco capitalista de Javier "el Cipayo" Milei, un tema que le está generando muchas críticas internas. "No tienen nada, están muriendo", afirmó el presidente. Con ese análisis, el swap no alcanzó, caen las acciones y el dólar quedó a 1% de la banda.
 
Cuestionado por una periodista por la posibilidad de que EEUU compre carne argentina, una medida que perjudicaría a los productores estadounidenses como ya pasó con la soja, Trump se ofuscó y respondió: "Señorita usted no sabe nada de esto, Argentina está luchando por su vida". "Están luchando por su vida. A Argentina no los beneficia en nada. ¿Entiendes lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada. Están luchando muy duro por sobrevivir, están muriendo", justificó Trump. Lo dijo a pesar de que no se vean cadáveres en las calles.
 
Trump dijo que intentará ayudar a la Argentina a "sobrevivir en un mundo libre" porque le "gusta" el presidente Milei. "Creo que está intentando hacerlo lo mejor que puede, pero no hagas que parezca que lo están pasando bien, están muriendo. Están muriendo", lanzó. Se trata de la segunda vez en menos de una semana que el presidente de EEUU intenta ayudar al chupamedia Milei, pero lo termina hundiendo.
 
El martes pasado, durante la reunión en la Casa Blanca, le reiteró el apoyo, pero advirtió que está atado al resultado de las elecciones del 26 de octubre. "Si pierde, no seremos generosos con la Argentina", dijo Trump generando un desplome en los mercados. El gobierno de Milei tuvo que salir a aclarar por todos lados que se refería a las elecciones de 2027, pero Trump reiteró en sus redes que se refería a las de medio término. Días después, Milei se enojó con un periodista que le preguntó sobre esa frase y enojado respondió que fue malinterpretada por el Grupo Clarín.
 
Las palabras del mandatario yanqui obligaron a una rápida reacción oficial. El vocero presidencial, Manuel "Cara de Piedra" Adorni, buscó relativizar el impacto y pidió "entender el contexto". Sin embargo, terminó admitiendo que "claramente no somos un país al que le vaya bien", al enumerar inflación mensual del 2%, riesgo país en torno a los 1.000 puntos y un clima electoral enrarecido.
 
El Banco Central (BCRA) firmó el acuerdo de swap con EE. UU. por U$S 20.000 millones. A pesar del anuncio, el riesgo país se ubicó por encima de los 1000 puntos, los ADRs de empresas argentinas cayeron hasta 5% y el dólar cerró en $1495. Otro anuncio de la Secretaría de Finanzas, de toma de deuda con el JP Morgan, hizo revertir algo la caída de bonos. No alcanzó con el Tesoro, se suman los "bancos internacionales amigos" al saqueo y la rapiña.
 
Mientras Trump describió a la Argentina como un país "sin dinero" y "peleando por sobrevivir", la respuesta libertaria se redujo a relativizar el golpe y aceptar, a medias, el diagnóstico externo. Como sea, el mercado parece ya no creer en las promesas de ayuda de Trump y espera hechos concretos. Ni siquiera las intervenciones de Scott Bessent comprando pesos han logrado frenar la volatilidad del dólar.
 
La Opinión Popular
 

20-10-2025 / 10:10
La relación entre José Luis Espert y Fred Machado, el acusado por narcotráfico que financió su campaña presidencial en 2019, sigue complicando a La Libertad Avanza, aunque el economista, al que todavía defiende Javier "Cipayo" Milei, ya no encabeza la lista libertaria oficialista. En el último reportaje que otorgó el día que se confirmó su extradición a los Estados Unidos, se reveló el mensaje que Machado le pasó al Gobierno. Soltó una bomba que hizo temblar a más de uno en La Rosada.
 
En una entrevista de ocho horas con la periodista Caro Fernández, de Splendid AM 990, lanzó una advertencia que suena a ultimátum: "Si hablo, se cae el país". Con la extradición a Estados Unidos autorizada por la Corte Suprema, Machado no se guardó nada y apuntó directo al corazón del poder libertario, salpicando a figuras como José Luis Espert, Patricia Bullrich y Alberto Weretilneck con acusaciones que, de probarse, podrían destruir al Gobierno de Javier Milei.
 
El empresario, con un tono que mezcla bronca y desesperación, mandó un mensaje filoso a Santiago Caputo, estratega clave de Milei: "A Santiago Caputo le hago llegar un mensaje: Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana". La respuesta fue: "Mensaje recibido". ¿Qué sabe Machado que pone tan nervioso al entorno presidencial?
 
Con Espert, su exaliado, no fue menos duro. Financió su campaña en 2019, pero ahora lo acusa de darle la espalda. "Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?", dijo, recordando una advertencia que le hizo en marzo de 2021 sobre los riesgos que corrían. "Le expliqué que irían por él. Pero no me escuchó", disparó con amargura.
 
Las acusaciones también alcanzaron a Patricia Bullrich. Según Machado, habría una triangulación de fondos para su campaña presidencial de 2023, con más de 3 millones de pesos movidos a través de una empresa de la familia Bada Vázquez, de los cuales al menos 215.000 pesos habrían ido a parar a su campaña.
 
Sobre Weretilneck, señaló un supuesto entramado de negocios en Río Negro, con permisos de explotación de arenas silíceas otorgados a Claudio Cicarelli, presunto testaferro del gobernador.
 
En un intento por limpiar su nombre, Machado insistió: "Es una cuestión de plata, no de droga". Sin embargo, la noticia de su extradición lo desmoronó. Entre el ladrido de sus perros y la tensión del momento, suplicó a Fernández: "No me dejes solo". Horas después, un operativo policial lo trasladó para enfrentar su destino en Estados Unidos.
 
La Opinión Popular
 

19-10-2025 / 08:10
Entre el colapso económico, la pérdida de relato y el avance de sus propios aliados, Javier "el Cipayo" Milei enfrenta el tramo final de la campaña convertido en símbolo de su propio fracaso: un presidente sin respuestas, cercado por la realidad y por quienes financiaron su ascenso. El plan "llegar" se quedó sin nafta cuando todavía falta una semana para alcanzar la meta. La impotencia es la tónica en la recta final antes de unas elecciones que se convirtieron en un delicado plebiscito sobre el futuro del gobierno y del país.
 
El proyanqui Milei volvió de Washington DC con una hoja que dice "amigo" y el fibrón que usó Donald Trump para estampar esa dedicatoria. A su regreso dio dos entrevistas en las que se peleó con sus interlocutores (le dijo "marxista" a Eduardo Feinmann y a Esteban Trebucq que le hacía el "caldo gordo a los psicópatas kirchneristas") y confesó que no tiene una solución para los problemas de los argentinos.
 
- El ochenta por ciento apenas si puede llegar a fin de mes y el sesenta por ciento, setenta, llega al día veinte. Les falta dinero en el bolsillo.
- ¿Qué quiere? ¿Que lo emita?
- No, yo no...
- A ver, entonces, emitiendo no se arregla. ¿Cómo quiere que lo arregle? Vamos, dígame. ¿Cómo le pongo plata a la gente?
- El economista es usted.
- No, bueno, pero digo o sea, a ver, digamos.
 
Un día más tarde insistió:
 
- ¿Y la gente que no puede esperar, presidente?
- A ver. A ver, pero, de vuelta. Te hago una pregunta, no puede esperar, a ver, ¿cómo lo resolvemos?
- Es que yo no lo sé.
- No, bueno, entonces.
- Sólo le pregunto.
- No, bueno, pero si vas a hacer el punto, digamos, a ver, empecemos a discutir cómo se resuelve.
 
Para Milei la escasez y la mala calidad de vida de millones de personas es en todo caso un problema intelectual, teórico, en el que no tiene demasiado interés. Dos años después de asumir le sugiere a su interlocutor (no un funcionario, no un asesor, ni siquiera un consultor sino un periodista en el contexto de una entrevista televisiva en vivo) que empiece la discusión.
 
Decir que no le quita el sueño sería una exageración: ni siquiera lo considera un problema, algo que deba resolver. La economía se encargará de hacerlo, cuando deje de existir el riesgo kuka. Suena estúpido, pero es exactamente el argumento presidencial, palabra por palabra.
 
Para la mayoría de los argentinos se trata en cambio de una cuestión muy concreta, a veces de vida o muerte. Este miércoles, en Congreso, en la marcha semanal por el reclamo de una mejora en las jubilaciones, una pareja daba su testimonio a las cámaras de televisión.
 
Él está atravesando un tratamiento contra el cáncer, le sacaron la cobertura de los remedios para aliviar los dolores y los vómitos cuando le hacen quimioterapia. En el hospital sólo le entregan la mitad. Desde los estudios, la cronista sugiere que den un "alias" bancario para recibir transferencias de gente que pueda ayudarlos. No tienen teléfono: tuvieron que venderlo para comprar medicinas. Milei no tiene una respuesta para ellos ni va a tenerla. 
 

18-10-2025 / 09:10
Un 17 de octubre en la recta final de una campaña electoral, donde dos de sus figuras principales son el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent por el oficialismo y por la oposición la expresidenta Cristina Kirchner con prisión domiciliaria. Que dos de las figuras que más pesan en una puja electoral sean el ministro de Economía de una potencia extranjera y la principal dirigente de la oposición proscripta, constituye un síntoma de descomposición del sistema político.
 
Con las ventas de dólares del Tesoro de los Estados Unidos y con una catarata de mensajes con promesas de campaña, Bessent se puso al hombro la campaña del oficialismo. Prometió como si fuera candidato, pidió el voto para las listas de los falsos libertarios y aseguró que, si ganaban los seguidores de Javier "el Cipayo" Milei, Argentina sería bendecida por Estados Unidos. El gobierno casi no mostró sus candidatos. El yanqui Bessent ha sido hasta ahora su carta principal.
 
La intervención del alto funcionario norteamericano no fue oculta, sino que ha sido pública, ciertamente impúdica, y en situaciones normales se juzgaría como intervencionismo de una potencia en la política interna de otro país. Lo paradójico ha sido que no fue una intervención impuesta o forzada, sino solicitada por el mismo presidente Milei.
 
Si el oficialismo no tiene candidatos más fuertes que el ministro de Economía de una potencia extranjera y, si al mismo tiempo, la principal dirigente de la oposición fue encarcelada, son datos muy fuertes que al cruzarlos inducen a pensar que la expresidenta fue proscripta porque sus adversarios son incapaces de generar un liderazgo similar y tienen que recurrir a una potencia extranjera que cobrará caro por su intervención.
 
La intervención de Bessent puso en evidencia la falta de propuestas del oficialismo que, de esta manera, lo único que se le ocurrió fue ofrecer una dependencia ruinosa en lo material e indigna en lo moral. La dependencia colonial del gobierno con Washington es evidente porque es el único recurso que tiene en política y en la economía.
 
Los últimos diez días mostraron a un gobierno desesperado en esa dependencia. Todo el equipo económico -la mayoría de ellos tienen residencia en Estados Unidos- en procesión entre Washington y Nueva York para rogar por ayuda. Como si fueran creyentes que le piden a la virgen de Luján. Con la diferencia que Estados Unidos no es la virgen y cobrará caro cada gesto.
 
La falta de cuadros políticos, de dirigentes y candidatos en el oficialismo agrandó aún más el liderazgo que mostró Cristina Kirchner en la convocatoria al acto de ayer. La expresidenta planteó que así como en 1945, la consigna fue "Braden o Perón", en las próximas elecciones se trata de "Milei o Argentina".
 
Mientras la multitud se congregaba en Constitución, frente al edificio donde Cristina Kirchner permanece prisionera, el oficialismo tenía dificultades para reunir un puñado de simpatizantes en Caseros, en el conurbano. Al mismo tiempo se juntaba a protestar un grupo espontáneo de vecinos y se repitió la escena que frustró la mayoría de los actos de campaña de Milei.
 
El presidente se movilizó en helicóptero y alcanzó a explicar con un megáfono que no había que abandonar en mitad del río. Su discurso se resumió en que hace falta más esfuerzo. Pero el presidente estuvo pocos minutos y no hizo la caminata que estaba prevista. Reaccionó a la defensiva tras un discurso a la defensiva: "Hay que aguantar".
 

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