Nacionales - 06-12-2018 / 08:12
DE PARO Y EN MARCHA CONTRA LA JUSTICIA MACHISTA
Todas somos Lucía Pérez: miles de mujeres marcharon en repudio al fallo de la impunidad
A las cuatro de la tarde, unas horas antes del arranque de la marcha, la plazoleta frente a los tribunales comenzó a llenarse de mujeres. Solas o en pequeños grupos fueron acercándose, reconociéndose en sus agrupaciones y desplegando banderas y pancartas. La foto de Lucía y el pañuelo verde asomaban por todas partes. A esa hora, el repudio contra la justicia era replicado en varias provincias: Mar del Plata, Paraná, Chubut, Salta, Santa Fe, Corrientes…
La bronca por el fallo aberrante de tres jueces de Mar del Plata, Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Aldo Carnevale, volvió a sentirse ayer miércoles. Aunque Lucía Pérez fue drogada, violada y asesinada en octubre de 2016, por ser mujer y ser joven, los jueces sostuvieron que no había "pruebas" para demostrarlo.
Si bien la magnitud de las cifras suelen dar cuenta del horror, se sabe y se repite que muchas muertes son una estadística y una sola muerte, encarnada y con rostro, es una tragedia. Por eso, ayer, la imagen de mujeres recostadas a metros del Obelisco con la foto de Lucía Pérez, que unió esos extremos, fue difícil de digerir y anudó más de una garganta.
Pero eso llegó después; antes, el arranque elegido para marchar en el marco de un paro nacional de mujeres -el Palacio de Tribunales-, y la consigna pintada en la bandera de arrastre de la marcha -"Todas somos Lucía"- fueron una síntesis del reclamo con el que el colectivo feminista volvió a tomar las calles. "Nos matan y además nos culpabilizan", decía una chica con algunos años menos que la víctima, mientras comentaba con sus amigas la segunda muerte de Lucía, la judicial.
A las cuatro de la tarde, unas horas antes del arranque de la marcha, la plazoleta frente a los tribunales comenzó a llenarse de mujeres. Solas o en pequeños grupos fueron acercándose, reconociéndose en sus agrupaciones y desplegando banderas y pancartas. La foto de Lucía y el pañuelo verde asomaban por todas partes. Mientras, con la horizontalidad que caracteriza al colectivo de mujeres, se sorteaban los lugares que ocuparían las organizaciones en la marcha.
Manuscritos en cartulinas o en grandes pancartas, en remeras, en alguna espalda descubierta o en la cara, las consignas fueron replicándose de un lado a otro de la plaza: "Hoy no están todas nuestras voces juntas porque desde la tumba no se puede gritar"; "Fue femicidio", impreso junto a la foto de Lucía.
También: "Destitución a los jueces y funcionarios que amparan la violencia hacia la mujer"; "Si la justicia no cree en las mujeres, las mujeres no creemos en la justicia", y "Basta de justicia patriarcal", el hashtags con el que se convocó a rechazar la sentencia de los magistrados Gómez Urso, Viñas y Carnevale, quienes hacen prácticamente responsable a la joven de su propia muerte.
Porque consumía drogas, se acostaba con quien quería, no era sumisa y tenía una personalidad fuerte, sin tener en cuenta que hoy ninguna mujer sale ilesa de su género en la calle, el trabajo o el hogar, sobre todo el hogar -más del 60% de los victimarios son parejas o ex parejas-.
Para los jueces se trató una asfixia por ingesta de estupefacientes. Ni menor vulnerada por adultos en una relación desigual ni femicidio. Marta Montero remarcó que "a Lucía la violaron hasta matarla", y el jueves con el fallo, "volvieron a violarla".
La Opinión Popular
Mujer, víctima y menor de edad
Lucía era una adolescente de 16 años que fue a la casa de un adulto y terminó sin vida.
Lucía era mujer, víctima y menor de edad. Estas tres dimensiones fueron desatendidas en el proceso judicial. Ninguna norma de protección especial de derechos de infancia fue analizada ni aplicada al caso, ni la Convención sobre los Derechos del Niño, ni la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
Los jueces desconocieron el deber de diligencia que se debe tener en el juzgamiento de un hecho de violencia de género contra una mujer, contemplados especialmente en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, entre otras normas.
Los magistrados del Tribunal en lo Criminal Oral N°1 de Mar del Plata absolvieron a los imputados por el delito de abuso sexual agravado por el consumo de estupefacientes seguido de muerte, con valoraciones plagadas de estereotipos de género.
La muerte de Lucía nunca fue investigada con la debida diligencia que el caso ameritaba: fiscales, peritos, médicos intervinientes y demás auxiliares de la justicia mostraron falta de capacitación, ausencia de perspectiva de género y poca sensibilidad para tramitar y juzgar delitos contra la integridad sexual.
La sentencia indaga indebidamente sobre los antecedentes de la víctima, exponiendo y analizando su vida privada a luz de los prejuicios más cuestionables en términos de género. Ninguna importancia tiene su carácter, su vida sexual, sus antecedentes escolares. Lo único relevante a los fines de determinar la violación es que ella se haya negado a tener relaciones sexuales con el agresor, con absoluta irrelevancia de su conducta previa.
Con frases como "¿era Lucía una adolescente que podía ser fácilmente sometida a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento?", "...todo fue en un marco de normalidad y naturalidad, todo fue perfectamente querido y consentido por Lucía..." y "Lucía no estaría con nadie sin su consentimiento", los jueces desconocen por completo el sometimiento sexual y la tipificación del delito de abuso sexual con acceso carnal. Claro que Lucía no estaría con nadie sin su consentimiento, ni Lucía ni ninguna otra mujer, pues en eso consiste la violación.
Mientras existan fiscales, peritos, médicos y jueces atravesados por estereotipos y ausencia de perspectiva de género, seguiremos lamentando la muerte de niñas, adolescentes y mujeres.
Por Yael Bendel. Asesora General Tutelar.
Fuente: Página12