“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
Está en marcha un ajuste fenomenal que implica llevar a millones de argentinos a las fronteras del consumo, del empleo y de la supervivencia; colocar a miles de empresas al borde del quebranto y ciento de miles de trabajadores al filo del desempleo. Al lado de eso, cuánto o cómo duerme Michetti parece una preocupación tilinga.
La vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, volvió a hacer gala de falta de empatía y de encuadre en el desempeño de su cargo. Ya no se trata de aquella vez cuando, ante las inundaciones que se habían producido en el litoral argentino, pidió públicamente que se movilizara la solidaridad popular y acercaran donaciones a su fundación privada, Suma, cuando ya era la número dos en el poder nacional. Casi tres años más tarde y en medio de una crisis de magnitud como la que atraviesa Argentina, puso el énfasis en que ella no puede dormir bien y se despierta "varias veces a la noche" por la "preocupación" que tiene. Esa "preocupación" se traduce en un ajuste fenomenal que implica llevar a millones de argentinos a las fronteras del consumo, del empleo y de la supervivencia; colocar a miles de empresas al borde del quebranto y ciento de miles de trabajadores al filo del desempleo. Al lado de eso, cuánto o cómo duerme Michetti parece una preocupación tilinga, superficial y tonta. La Opinión Popular