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                  12:32  |  Viernes 26 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 22-05-2018 / 16:05
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias

Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias
Macri tiene un tema principal en mente: cuánto está dispuesto a acompañar el peronismo el fuerte ajuste que vendrá de la mano del acuerdo con el Fondo. La respuesta del peronismo “racional” no tardó en llegar: el déficit fiscal no es un problema de las provincias. La propuesta del PJ apunta a que Macri resuelva el tema con María Eugenia Vidal y con Horacio Rodríguez Larreta. Sostienen que casi 115 mil millones de pesos de la Nación –cerca de un punto del producto bruto– van en exclusiva a cubrir costos que deberían afrontar los presupuestos de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires.
Hace sólo un mes atrás, con el acompañamiento empalagoso de los grandes medios de comunicación y el seguidismo vocacional de innumerables periodistas, al macrismo sólo le interesaba dónde iban a comprar los globos amarillos para festejar la reelección de 2019. Con el aporte de los trolls y el fanatismo de los intolerantes M, reprodujeron, entre todos, el mito del Macri invencible. Había macrismo asegurado hasta 2023.
 
Por una combinación de mala praxis y de mala suerte, después del supermartes, al Presidente no le quedó más remedio que darse un baño de realidad: se puso el país de sombrero. Un gabinete plagado de CEOs vanidosos creía fervientemente que su sola llegada al poder iba a derivar en una "lluvia de inversiones" extranjeras. Eso no pasó, ni pasará. Y la toma de deuda es la única solución que tienen para contener la impericia económica (pateando el problema para más adelante).
 
En la hora de gloria del PRO no era fácil decir en voz alta que el camino era equivocado, que estaba mal casi todo lo que hacían, que les faltaba tanto idoneidad como picardía. Ahora, los macristas no van a tener otra salida que llevar adelante medidas antipáticas, y este Gran Acuerdo Nacional al que llaman es para co-responsabilizar al peronismo de esas medidas antipáticas. Y si no se recompone, Macri no sería el candidato indicado para ir con Cambiemos en el 2019.
 
El problema es que del país se van al año por lo menos 30 mil millones de dólares más que lo ingresados, a causa del déficit de la balanza comercial, ganancias de empresas foráneas, fuga de capitales, intereses de la deuda y un gasto que creció por el dólar barato: el turismo al exterior y las compras que efectúan los viajeros.
 
La crisis cambiaria, que provocó una fuerte devaluación del peso respecto del dólar, y la decisión del Gobierno de acudir al tan criticado Fondo Monetario Internacional, forman parte de un panorama económico que ubica al Gobierno en su peor momento. Y al presidente Macri en un derrumbe de imagen en todas las encuestas.
 
Argentina, con la tasa de interés real más elevada del mundo, es el paraíso de los fondos especulativos golondrina que huyen apenas advierten un problema. Y así Macri tuvo que pedir la escupidera con el FMI. El resultado es la pérdida de la soberanía política y la independencia económica.
 
Si la crítica a este Gobierno es que no tiene un plan económico, eso se terminó. El plan será el del organismo que conduce Christine Lagarde. El Fondo les hizo el ajuste a la carta que querían hacer, pero no se atrevían.
 
Esto obligó a Macri a reexaminar la relación con el PJ. Planteó un Gran Acuerdo Nacional, con ecos de la dictadura militar lanussiana. Y decidió convocar a los gobernadores "racionales" del peronismo, tras dos semanas de girar en falso. En este escenario, el peronismo apuesta a ganar peso político tanto entre los gobernadores del PJ como en el Congreso, más aun cuando Macri se embarcó en el plan de ajuste del FMI que quiere trasladar a las Provincias.
 
La Opinión Popular

Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias
 
Hoy, casi todas las provincias exhiben superávit primario. Es el resultado que la recaudación ha mejorado y la devolución de la coparticipación. Presionar a los gobernadores ahora es más difícil. Por eso, la disputa política central estará entre Cambiemos, que procura estabilizarse después del traspiés económico más reciente, y el peronismo que ya se puso en marcha rumbo a 2019.
 
 
En los funerales del gradualismo
 
Por la crisis, Macri en un arrebato de demócrata, convocó a un Gran Acuerdo Nacional del que descree y envió señales de unidad política interna. Pero todavía no se sabe si la nueva mesa chica del macrismo funcionará como instancia más orgánica que gestual de la coalición gobernante. O si sólo se ha abierto un nuevo grupo de Whatsapp.
 
El peronismo, convocado al Acuerdo Nacional también reajustó sus expectativas . Empujó la crisis de confianza en los mercados y facturó en las encuestas el descenso de Macri y -en especial- de María Eugenia Vidal. Y esbozó luego que, aunque carece de candidaturas presidenciales expectables, ya se anota con chances para el balotaje.
 
Para el PJ, las nuevas e inevitables condiciones para reducir el déficit fiscal en las provincias pueden amenazar aquello que creían asegurado antes de la corrida cambiaria: la preservación de sus territorios. Por eso, los gobernadores justicialistas eludieron la elaboración de una posición política frente al Acuerdo propuesto por Macri.
 
Pactaron sólo la variante discursiva que utilizarán ahora: la cuestión de la equidad federal del ajuste. No atacarán a Macri, sino que irán contra los recursos fiscales de sus alfiles, Vidal y Rodríguez Larreta. Sin debilitar esos distritos, no hay alternativa peronista en 2019.
 
 Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias

Se viene el ajuste en las provincias
 
La decisión que tomó Macri de ir al FMI es motivo de debates en todas las provincias. Naturalmente, la Casa Gris ingresó en un virtual proceso de valoración de daños. Obvio, el debate giró en torno del tema más relevante. El análisis de la compleja coyuntura económica y la estrategia que deberá desplegar el Gobernador de acá en adelante.
 
Lo que parece inevitable es el achique que apunta a reducir el déficit fiscal. En principio, según explican extraoficialmente la "tijera" intentará provocar un millonario recorte económico. Desde el entorno gubernamental se asegura que Bordet le arrancó a Macri el compromiso de que no serán detenidas las obras públicas que ya se iniciaron. Sí, serán demoradas las que no arrancaron.
 
En la Casa Gris tienen una certeza. La orden nacional es imponer una reducción de déficit fiscal a las provincias y a las intendencias. Desde el oficialismo provincial entienden que Bordet ya comenzó a pagar "costos políticos" con su propia imagen positiva, como consecuencia directa del tarifazo dispuesto por la Casa Rosada.
 
A eso habrá que sumarle ahora un escenario institucional con otros "recortes" que demandará de una antipática señal de austeridad. Pero, la caída de imagen no es algo irremontable. Falta un año y medio para la elección 2019.
 
Los gobernadores no ven del todo claro el panorama nacional y priorizan la toma de recaudos en sus provincias. Es que, si la inestabilidad del vuelo piloteado por Macri no termina pronto, las dudas sobre las consecuencias, desde el punto de vista electoral, se incrementarán y, por lo tanto, toda posibilidad de desdoblamiento en la convocatoria a las urnas el año próximo estará bajo la lupa.
 
 Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias

¿Cómo se plantearán los ajustes ?
 
El interrogante que surge es la forma en que se diseñarán los ajustes. Por lo pronto, el Presidente avisó que la responsabilidad de bajar los gastos les corresponde a todos los poderes, con lo cual, de entrada, ya les trasladó la inquietud a gobernadores, legisladores y jueces.
 
Por otra parte, propuso un Gran Acuerdo entre todos los sectores que debería verse plasmado en el proyecto de presupuesto del 2019, donde habría que acelerar la baja del gasto público. Y ya les anticipó a los gobernadores la necesidad de avanzar en este sentido. De todos modos, no hay muchos misterios y tampoco muchos caminos. De cada cuatro pesos que ingresan, tres van para gasto social, que incluyen jubilaciones, AUH y otros subsidios. Ahí apuntarán.
 
También se pone acento en otros gastos provinciales y municipales, cuyas plantas de personal crecieron mucho más que la de la Nación y la masa salarial de estas creció, en promedio, un 80% por encima de la inflación acumulada en los últimos 15 años.
 
 Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias

 
Bordet apoyará el ajuste, siempre que lo haga Macri
 
Macri tiene un tema principal en mente: cuánto está dispuesto a acompañar el peronismo el fuerte ajuste que vendrá de la mano del acuerdo con el Fondo. La respuesta del peronismo "racional" no tardó en llegar: el déficit fiscal no es un problema de las provincias.
 
La propuesta del PJ apunta a que Macri resuelva el tema con María Eugenia Vidal y con Horacio Rodríguez Larreta. Sostienen que casi 115 mil millones de pesos de la Nación -cerca de un punto del producto bruto- van en exclusiva a cubrir costos que deberían afrontar los presupuestos de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires.
 
En clave política, eso significa que el ajuste es un problema exclusivo de la alianza Cambiemos y que debe concretarse en el terreno donde se resolverá la elección nacional de 2019: el conurbano bonaerense.
 
Aportar a la gobernabilidad sigue siendo la clave para los gobernadores del PJ, pero hace tres meses esa frase parecía significar un guiño a la segura reelección del Presidente y hoy significa dar respaldo a un ajuste que sólo suponga costos para el Gobierno nacional.
 
 
Marcando diferencias
 
Así, Bordet comienza a filtrar en su discurso claras diferencias con la retórica y el relato macrista, disonancias que anuncian un distanciamiento del gobierno nacional que bien pueden preanunciar una estrategia política y electoral. Hace unos días, en el medio del bombardeo pro ajuste de los medios nacionales oficialistas, el gobernador entrerriano dijo: "Nuestra gestión no despidió a ningún trabajador de la Administración Pública, ni lo hará".
 
Y añadió, suscribiendo a la contención del gasto pero despegándose del macrismo: "Entendemos que hay ajustes que no pueden hacerse más, ni tarifarios ni sobre los salarios de los trabajadores y jubilados, pero sí hay que achicar el gasto político. En Entre Ríos ya lo hicimos, teníamos 11 ministerios y hoy tenemos 5, eliminamos 60 dependencias entre secretarías, subsecretarías y direcciones. Esto es necesario para tener menos gasto público y lograr tener equilibrio fiscal".
 
 
Crece el protagonismo de los gobernadores del PJ
 
La crisis de las últimas semanas ha agrietado profundamente al macrismo. Desde las provincias puede observarse que las consecuencias han forzado un fenómeno de inversión en los flujos de poder. Ahora es el Presidente el que necesita tomarse fotos con los gobernadores del PJ, cuando hasta abril eran los mandatarios provinciales los que valoraban un retrato con Macri como si cada pixel cotizara en oro.
 
El fortalecimiento de la figura de los gobernadores en la escena federal es un fenómeno de doble vía. Por un lado están las razones políticas. La crisis que mandó hasta el fondo al macrismo (Fondo Monetario incluido) tiene factores heredados y factores autogestados, pero en todo caso los gobernadores no aparecen en la primera línea de responsabilidades.
 
A su vez, la reedición de la "Liga de Gobernadores" es una fantasía postmenemista, especialmente en el peronismo: la "Liga" sacó al PJ de la diáspora tras la derrota presidencial de 1999. Por otro lado, están las razones financieras: el macrismo se encargó de que a las gobernaciones las cuentas les cerraran mejor que al Estado nacional.
 
La fortaleza coyuntural de los gobernadores frente al Ejecutivo Nacional se vio plenamente confirmada. Bordet ya había dicho, al día siguiente de la reunión en la Casa Rosada, que él no era ni iba a ser "el gobernador del ajuste". Sus pares del PJ dieron el mismo mensaje. El cordobés Juan Schiaretti advirtió que deficitaria es la Nación y no las provincias. El salteño Juan Manuel Urtubey afirmó que no comparte la decisión de Cambiemos de haber acudido al FMI.
 
En Cambiemos dicen que los gobernadores justicialistas están ofreciendo gobernabilidad hipotecada: a cambio de respaldos en el Congreso, sacan ventajas estructurales y electorales sobre los socios del macrismo. La ecuación a la que hoy se ve sometida la Casa Rosada es pan para hoy, peronismo en las provincias para mañana.
 
 Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias

 
¿Cómo hacer campaña opositora en la provincia?
 
Macri necesita el acompañamiento de Bordet y esto destruye la estrategia opositora de Cambiemos en la provincia. ¿Cómo hacer campaña en contra del mandatario provincial cuando es uno de los dadores de gobernabilidad de Macri? ¿Se puede cuestionarlo duramente cuando Macri lo invita todas las semanas a la Casa Rosada? Parece difícil.
 
En Cambiemos Entre Ríos comienzan a dividirse las aguas en este tema. Por un lado está un sector de la UCR, especialmente los más relegado de los acuerdos con Macri y por otro el sector con más estrecha relación con el PRO.
 
Los primeros quieren enfrentar a Bordet, en la lógica que la imagen del mandatario provincial es un escollo para cualquier proyecto de Cambiemos en la provincia. Los más duros tienen una distancia sideral de cualquier perspectiva de poder real en la provincia, su discurso confrontativo es solo una muestra de que están vivos. El oficialismo de Cambiemos, mientras tanto, no sabe qué hacer. La necesidad de Macri los deja sin discurso en la provincia.
 
 Se viene el ajuste de Macri y del FMI en las provincias

 
¿A qué juega Bordet?
 
Tanto en el plano local como en el nacional, Bordet navega políticamente entre roles de reparto y papeles principales a la vez. A algunos los confunde esa ambigüedad que hasta parece deliberada y en la que se muestra muy cómodo. Pero todos saben que en algún momento va a tener que recalar en alguna orilla. Por ahora nadie le saca una definición.
 
El esquema dialoguista y no confrontativo, reticente a definiciones, consolida un perfil del gobernador que hoy, objetivamente, lo beneficia electoralmente. En una reunión política con el funcionariado, el secretario General de la Gobernación, Edgardo Kueider, dijo: "Bordet tiene una imagen superior al 60% en toda la provincia. En algunos lugares, como Paraná, está en el orden del 70%".
 
Imagen no son votos retrucó por lo bajo un urribarrista en la reunión, pero lo real es que no resulta igual un armado con un candidato que tiene una imagen positiva del orden del 60% como Bordet que impulsar un esquema con alguien que detenta el 60% de imagen negativa como Sergio Urribarri.
 
Además, Bordet se muestra en una Liga de Gobernadores, a la que ahora el macrismo le presta un poco más de atención porque necesita del peronismo disidente, dialoguista, institucional o no "K"; o como sea que lo llamen, para tenerlo de cómplice del polémico acuerdo con el FMI.
 
El rol de Bordet se acrecienta y relega cualquier pretensión de trascendencia del resto de los dirigentes del PJ local. Deslucidas quedan las pretensiones de Urribarri de ser un referente nacional o los dirigentes K que traen una visita célebre del orden nacional para amplificar su realidad local. Si la política nacional pasa por los gobernadores, Bordet se queda en el centro de la escena.
 
En la provincia, el Gobernador se presenta como la figura componedora, como la que es capaz de mantener unido y en el mismo barco al trípode: Bordet, Busti, Urribarri, que hegemoniza el poder en el oficialismo provincial. Con el distanciamiento relativo que marca el momento y cada uno enfrascado en su propia estrategia.
 
Urribarri junta a todo el cristinismo, simplificádamente esquematizando. Busti es la expresión de un peronismo no cristinista. Bordet se pone en el medio y suma de los dos lados. Ese es el esquema, mantener el equilibrio es lo complicado.
 
 
Jugarreta urribarrista
 
Esta estrategia de Bordet pudo verse complicada por una jugarreta de los urribarristas. Estos le habrían ofrecido a Adan Bahl que sea candidato a gobernador en 2019. Lo que no le dijeron es cómo, ni quiénes son sus candidatos a diputados provinciales, con la fundada sospecha que el urribarrismo quiere colar todos los primeros candidatos, en lo que puede ser un gran salvavidas de plomo para cualquier candidatura.
 
Pero si de armados electorales se trata, los más veteranos de las lides políticas reducen el protagonismo final cuando en el medio de la discusión introducen el manejo de las "cajas" de la política. Son los que entienden que nadie hace política con "el bolsillo propio", y que sólo se pueden manejar con los recursos del Estado. Lo decía un ex presidente patagónico. Una campaña insume varios millones de pesos y hay que estar dispuesto a gastarlos.
 
Pero el vice gobernador tiene otras alternativas: puede acompañar a Bordet, repitiendo la fórmula de 2015, o puede encabezar la pelea para recuperar la intendencia de Paraná, hoy en manos del debilitado y complicado Sergio Varisco.
 
Beto Bahl, joven y con mucho futuro por razones biológicas, puede comprender que es el momento para ganar Paraná, y desde ahí pensar en una gobernación sucediendo naturalmente a Bordet si este gana en el 2019. El derrumbe de la imagen de Varisco hace accesible una elección en Paraná. El actual vice gobernador tiene justo el perfil opuesto a Varisco, algo que los vecinos de Paraná están buscando. Son especulaciones, pero los tiempos de decisiones se acortan.
 
Estar en el Estado implica una ventaja respecto del que la juega desde fuera de los cargos públicos: la del clientelismo institucionalizado, que no sólo proporciona recursos sino que también acerca las adhesiones suficientes como para armar una estructura de poder.
 
También es complejo en el PJ que un vicegobernador enfrente al actual mandatario. Es algo que no se dio nunca. No es fácil de trabajar de cara a la ciudadanía, que no comprenderá fácilmente las razones de este enfrentamiento, ni es un lugar feliz para trabajar desde el peronismo en donde este tipo de internas son difíciles de explicar y digerir.
 
 
El gobernador Bordet es como es
 
Pocas palabras, sobriedad, lenguaje críptico, pero avanza políticamente. Ha dejado de ser títere de otro que desde atrás manejaba.... ha cortado los hilos. Tal vez nunca fue, pese a que decían que lo era y así pretendían mostrarlo. Nunca dejará de escuchar a Urribarri ni de atenderle el teléfono, ni de sonreír para la foto. Pero también ha decidido manejar el PJ.
 
Bordet, con su postura firme ha empezado a ridiculizar al ex gobernador, que en su eterna campaña para mover los hilos desde atrás, ha empezado a atrasar. Lo que más se repiten son sus tuits desesperados para mostrar a dirigentes a su lado y sus llamados a funcionarios del Poder Ejecutivo se han vuelto un bumerán y denotan más debilidad que fortaleza.
 
Urribarri deberá entender que tiene que acompañar a Bordet sin poner condiciones. Así lo dice un hombre importante del gobierno provincial: "Urribarri ya no tiene poder para imponer nada, está gozando de los códigos y la bondad de Gustavo. Urribarri lo traicionó a Busti apenas tuvo oportunidad, Gustavo no es así, el Pato debe agradecerle. Pero el escenario es otro, Urribarri es el pasado y Bordet el presente y el futuro. Querer presionarlo a Gustavo es un error, no tienen con qué, los que hablan de bloquear leyes, tumbar la reforma electoral, etc., cantan falta envido y truco con dos cuatros".
 
"De profundizar un enfrentamiento con Bordet el único perjudicado sería Urribarri, que experimentará en carne propia como la Justicia avanza más rápido cuando ve la soledad del ex gobernador. Si quieren que le garanticen diputados, una senaduría nacional para el 2019 y cargos y más cargos no entienden como viene la mano. No hay margen para estas cosas. Si a Gustavo le va mal, al que peor le irá es a Urribarri, de eso no hay dudas".
 
Mientras todo esto sucede, la oposición al PJ se desdibuja en Entre Ríos. Cambiemos no hace pie con un candidato, ni mucho menos: no hay demasiados indicios de que radicales y macristas constituyan una alianza política. Los futuros timbreos ordenados desde Buenos Aires parecen ser el máximo indicio de construcción opositora al PJ. La semana que pasó, fue a pura ganancia para Bordet y el peronismo.
 
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